Guerra Civil

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GUERRA CIVIL (1936-1939)


INTRODUCCIÓN
La Guerra Civil española es uno de los acontecimientos más importantes y
determinantes de la historia de España del siglo XX. Tuvo un gran impacto social en la
época y dejó unas trágicas consecuencias, entre las que destacamos: el amargo ambiente
que se vivió durante la guerra y posguerra, un gran número de víctimas y las secuelas
psíquicas y morales, que llegan hasta nuestros días formando parte de una memoria
histórica que no se puede volver a repetir. Para hablar de la GC, es fundamental conocer el
Contexto Internacional.

CONTEXTO INTERNACIONAL
Tras la I Guerra Mundial tuvo lugar en Europa Occidental una crisis del sistema
democrático como consecuencia de la incapacidad de los políticos democráticos para
evitar la Gran Guerra. Tras esta se empezaron a hacer atractivos otros sistemas políticos
autoritarios basados en el partido único. Las masas, desconfiadas ante las democracias
liberales se dejaron atraer por los radicalismos de izquierda y derecha.

Por un lado, triunfó el comunismo en Rusia y se contagió revolucionariamente entre la


clase obrera. Por otro lado, en Italia surge el fascismo con el objetivo de frenar la expansión
comunista y encabezado por Mussolini.

En 1929 tuvo lugar la Gran Crisis, que provocó una radicalización de la vida política y de
la opinión pública que, en Alemania, derivó en el ascenso de Hitler al poder en 1933. Desde
ese momento se produjeron una serie de conflictos que, pasando por la Guerra Civil
Española, desencadenaron en la Segunda Guerra Mundial.

En España, nos situaremos en febrero de 1936, cuando la izquierda retoma el poder de la


República. Alcalá Zamora encargó la formación del gobierno a Manuel Azaña en un
contexto donde los socialistas ya habían radicalizado sus posturas.

Ese radicalismo se trasladó a la calle. El Frente Popular, que había triunfado, abrió las
cárceles donde estaban los detenidos de la revolución de octubre, quienes fueron acogidos
como héroes. Comenzaron a ser frecuentes los enfrentamientos entre militantes radicales
tanto de izquierda como de derecha, que sobre todo de febrero a junio de 1936, estos
enfrentamientos dejaron un gran número de víctimas, conociéndose este periodo como “La
Primavera Trágica”. El deterioro del orden público, fue aprovechado por ciertos círculos
para justificar la intervención militar, aunque en realidad las causas eran el descontento
por las reformas.

En mayo, Alcalá Zamora dejó la presidencia de la República, Azaña abandonó la


presidencia del gobierno para asumir la de la República y Casares Quiroga se hizo cargo del
gobierno.

El 12 de julio los falangistas asesinaron al republicano Castillo, a lo que los republicanos


respondieron asesinando al jefe del Bloque Nacional Calvo Sotelo. El gobierno temiendo un
golpe de estado decidió repartir a los generales por diversas regiones con el objetivo de
mantenerlos separados, lo cual no impidió la planificación de la sublevación desde distintos
territorios españoles: Goded en Baleares, Franco en Canarias, Mola en Navarra y Sanjurjo
en Extremadura.
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SUBLEVACIÓN MILITAR
El objetivo de Emilio Mola, quien estuvo al frente de la sublevación, era dar un golpe
rápido, pero no lo consiguió y desembocó en la larga e intensa guerra civil española.

La sublevación comenzó el 17 de julio de 1936 en la zona española de Marruecos, a donde


había sido trasladado el general Francisco Franco por el Dragon Rapide desde Canarias. El
18 de julio se extendió a la península ibérica, comenzando así la guerra civil.

Las regiones mayoritariamente agrícolas y de ideología conservadora, apoyaron la


sublevación, como Navarra, Castilla y León y Galicia, mientras que las ciudades grandes,
desarrolladas e industriales, se mantuvieron fieles a la repúblic .

El País Vasco (excepto Álava), Asturias (excepto Oviedo) y las regiones de Valencia y
Murcia, también se mantuvieron republicanos, bien por causas ideológicas o por la
promesa de la república de aprobar su Estatuto de Autonomía (País Vasco).

Andalucía, que principalmente era de izquierdas, quedó dividida en dos. Los sublevados
encabezados por Queipo de Llano tomaron el poder en Cádiz y Sevilla, arrastrando a
Granada, Córdoba y Huelva. Málaga, Almería, Jaén y parte de Granada quedaron bajo el
poder de la República.

GUERRA de COLUMNAS
Durante los tres años que dura la guerra se distinguen varias fases. Al principio los
generales sublevados intentaron tomar Madrid para que el ejército operase mediante
pequeñas columnas aprovechando la desorganización del ejército republicano. Sin
embargo, los republicanos salieron victoriosos debido a la escasez de recursos del general
Mola, pues la mayor parte del ejército estaba en Marruecos, que con ayuda de la aviación
italiana y la flota alemana lograron pasar a Andalucía.

En Extremadura, los sublevados al frente de Juan Yagüe tomaron Badajoz, pero tuvieron
que desviarse a Toledo para liberar el Alcázar, donde resistía José Moscardó. Esto permitió
a los generales republicanos José Miaja y Vicente Rojo reorganizarse y detener las
columnas a las puertas de Madrid. El frente quedó estabilizado en Toledo y nació el lema de
“No pasarán”. El gobierno republicano se trasladó a Valencia.

GUERRA TOTAL y CAMBIO de ESTRATEGIA


En noviembre de 1936 hubo un cambio de estrategia, se pasó a las grandes ofensivas y
contraofensivas. La guerra se modernizó y gracias a la ayuda exterior se podía prever la
estrategia llevada a cabo en la II GM. La aviación pasó a ser el arma fundamental, la
caballería fue sustituida por el carro de combate, se bombardearon ciudades y se
intensificó la guerra psicológica utilizando radios, periódicos y la llamada “literatura de
trinchera”. Todo esto aumentó el sufrimiento de la población.

Comenzaron las grandes operaciones militares de Franco en Madrid. De 1936 a 1937, se


dieron la batalla de Jarama, con combates aéreos y de Guadalajara, donde los italianos que
apoyaban a los nacionales a avanzar sobre Madrid fueron derrotados por los republicanos
con la ayuda de las brigadas internacionales. Francó, decidió dejar Madrid para más tarde, y
concentrar las fuerzas en el Norte para hacerse con sus recursos energéticos e
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industriales. Los sublevados, tras derrotar el conocido “Cinturón de hierro” (línea defensiva
en Bilbao para evitar el avance de los sublevados, inspirado en la línea Maginot), tomaron
Bilbao y Santander. El general Vicente Rojo, jefe de estado mayor republicano, con la
intención de frenar al ejército franquista en el Norte, ayudado por tanques rusos inició la
contraofensiva de Brunete (Norte de Madrid), pero fracasó. En Andalucía las columnas
italianas tomaron Málaga y se estabilizaron los frentes.

Franco, tras tomar el norte en 1937, se centró en el Mediterráneo con el objetivo de


aislar a Cataluña. El ejército republicano, en defensa en verano de 1938 inició la batalla del
Ebro, donde acabaron saliendo victoriosos los sublevados tras una dura batalla de desgaste
que dejó muchas víctimas. Los nacionales, iniciaron la ofensiva hacía Cataluña, tomándola
finalmente en enero de 1939.
FINAL de la GUERRA
La España republicana quedó reducida a Madrid, parte de Castilla, la zona costera desde
el levante hasta Almería y el norte de Granada. El presidente del gobierno Negrín quiso
alargar la guerra lo máximo posible para enlazarla con una posible guerra mundial, pero
una junta de defensa en Madrid decidió poner fin a la guerra con una rendición honrosa, no
obstante, Franco impuso una rendición incondicional. Los sublevados entraron en Madrid
el 28 de marzo tomando los territorios republicanos. Días más tarde, el 1 de abril de 1939,
Francó anunció el fin de la guerra.
ESPAÑA REPUBLICANA
En la zona republicana, se vivió un ambiente dramático y revolucionario que llevó al
Gobierno a sentirse desbordado. Organizaciones radicales, desencadenaron una dura
represión en la que fueron asesinadas personalidades como el escritor Pedro Muñoz Seca,
José Antonio Primo de Rivera o los obispos de Guadix y Almería entre otros.
Largo Caballero tras llegar al gobierno trató de restablecer la autoridad y guiar la
revolución trasladando el gobierno a Valencia, otorgando el estatuto de autonomía al País
Vasco e incluyendo en el gobierno a los anarquistas. Sin embargo, el clima de caos y las
divisiones dentro de la propia izquierda llevaron a Largo Caballero a dimitir tras los hechos
de mayo de 1937 en Barcelona, donde se enfrentaron anarquistas y comunistas. Le
sustituyó Juan Negrín, que con el apoyo de los comunistas restableció la autoridad.

ESPAÑA FRANQUISTA
En la zona franquista el régimen militar impuso un duro control, cuyas víctimas fueron
los sospechosos de izquierdismo como Lorca, Companys, Miguel Hernández… El poder se
concentró en Francisco Franco, que fue nombrado jefe de estado y “Generalísimo” el 1 de
octubre de 1936. Se creó un partido único, la “Falange española y de las JONS”, que acabó
con la rivalidad entre tradicionalistas y falangistas. El 30 de enero de 1938 fue proclamado
Caudillo. El general Francisco Franco no llegó a formar un Estado fascista como tal, pero
ejerció con mentalidad militar, un poder personal ilimitado, además de contar con el apoyo
de la iglesia.

Se inició un proceso en el que paralizaron las reformas republicanas: Los sindicatos de


clase fueron sustituidos por sindicatos verticales, que acogían a empresarios y trabajadores
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juntos; Se devolvieron las tierras a sus propietarios; Se reemplazó la legislación sálica por
una católica. En 1937 los obispos españoles mediante una carta pastoral colectiva daban a la
guerra el carácter de “cruzada”.

APOYOS INTERNACIONALES
A la Guerra Civil española, se sumaron ciertos países que ayudaron a un bando u otro en
función de su ideología. Los republicanos solicitaron la ayuda de Francia, Gran Bretaña y la
URSS, mientras que los sublevados solicitaron apoyo a Italia y Alemania. Gran Bretaña,
preocupada por el riesgo de que Gibraltar se viese amenazada y de que el conflicto
derivase en una guerra mundial creó un “Comité de no intervención” donde las principales
potencias europeas como GB, Francia, Alemania y la URSS entre otros países se
comprometieron a no participar en la guerra, aunque esta medida fue ineficaz pues la URSS
prestó ayuda a los republicanos y Alemania e Italia a los sublevados.

EEUU, con Roosevelt a favor de la república, se interesó en cubrir la guerra desde ambas
perspectivas y aunque la ley de neutralidad impedía vender armas a países en guerra, esta
ley no fue un impedimento para realizar negocios. Por ejemplo la empresa petrolera Texas
Oil Company surtió a Franco con todo el petróleo que necesitó.

APOYO A LA REPÚBLICA
El gobierno Francés de León Blum ayudó a los republicanos de manera intermitente y
reducida por la presión de los británicos y franquistas. México mostró su apoyo hacia la
república, aunque su apoyo fue mínimo. La URSS por su parte, sí mostró un gran apoyo a
los republicanos. Ofreció aviones, carros de combate, las Brigadas Internacionales. Cabe
destacar que la república tuvo que pagar por adelantado, lo cual obligó a los republicanos a
darle a la URSS gran parte de las reservas de oro de España.

APOYO A FRANCO
El apoyo que recibió Franco fue más eficaz. Recibió apoyo de Italia por su ideología y por
motivos estratégicos, envió aviones, carros de combate y voluntarios, “flechas negras” y
“flechas azules”. Alemania sobre todo por motivos estratégicos ayudó enviando a la Legión
Cóndor, aviones y materiales bélicos y técnicos entre otros. También recibió ayuda de
Portugal, que contribuyó desde el punto de vista logístico y de abastecimiento, además de
ofrecer el apoyo de los “Viriatos”, unos voluntarios portugueses. Voluntarios irlandeses
también apoyaron a los nacionales.

COSTES y CONSECUENCIAS
Los tres años de esta guerra entre españoles fueron destructivos, más de medio millón
de fallecidos, millones de heridos y miles de exiliados, además de la disminución de las
tasas de nupcialidad y natalidad. Por no hablar de las secuelas psíquicas y morales
comentadas al principio y un duro periodo de postguerra.

Aproximadamente, hubo unos 300.000 de exiliados que mayoritariamente se refugiaron


en la costa francesa o huyeron a México y Argentina, muchos no regresaron. Esta
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emigración afectó seriamente a nuestra demografía, emigraron muchos jóvenes, afectando


al sector laboral y desde el punto de vista cultural, se marcharon muchos artistas,
escritores, científicos, etc.

Por otra parte, hubo grandes costes económicos, se destruyeron infraestructuras,


campos de cultivo y ganado, vías automovilísticas y ferroviarias e industrias entre otras
muchas cosas. A esto hay que añadir la pérdida de divisas por el pago de las deudas que se
contrajeron durante la guerra, España perdió 510 toneladas de oro.

Todo esto provocó: Mucha pobreza y hambruna, dando nombre a los años 40 como
“años del hambre”; Un estancamiento económico desde 1935 hasta principios de 1950.

Además, la victoria del bando nacional supuso una dictadura militar durante casi 40 años
que provocó la pérdida de libertades y la persecución de cualquier forma de crítica.

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