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Resumen de “Mentalidad Mamba”
por Kobe Bryant
La autobiografía de Kobe Bryant
Escrito por Bookey
Sobre el Libro Este libro es la autobiografía de Kobe Bryant, leyenda de la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA) y una superestrella. Kobe solamente escribió una autobiografía, y es esta. En ella hace un recorrido a fondo de toda su carrera deportiva. Él mismo afirmó que el libro revela todo lo que aprendió sobre este deporte, la gran experiencia que adquirió jugando y su inigualable técnica. Este libro profundiza en la “mentalidad Mamba”, una actitud que Kobe valoraba enormemente, y describe cómo influyó en su brillante carrera deportiva y lo catapultó a la cima del baloncesto. Sobre el Autor Kobe Bryant, ex jugador profesional de la NBA, nació en Filadelfia, Pensilvania. A lo largo de sus veinte años de carrera, Kobe ganó muchos títulos, lo que le convirtió en el ídolo de muchos aficionados al baloncesto. Él mismo se apodó "Mamba Negra" por ser uno de los principales defensores de la "mentalidad Mamba", basada en la confianza en uno mismo y en nunca darse por vencido. Su vida terminó en tragedia. A la edad de 41 años, el 26 de enero de 2020, Kobe murió en un accidente de helicóptero. Capítulo 1: Introducción Hola, te damos la bienvenida a Bookey. Hoy descubriremos la autobiografía de Kobe Bryant La mentalidad Mamba: Los secretos de mi éxito. . Kobe fue una leyenda de la NBA y una superestrella del baloncesto. En 1996 entró a jugar en la NBA y en 2016 anunció su retirada. Jugó para los Lakers durante toda su carrera. A lo largo de sus 20 años de carrera, ganó un total de 5 campeonatos de la NBA y fue dos veces medalla de oro olímpica. Además, fue elegido Jugador Más Valioso varias veces en la temporada regular, y en las finales de la NBA y los partidos del All-Star. Sus logros lo convirtieron en un ídolo para muchos aficionados al baloncesto. ¿Cómo logró Kobe semejante éxito y cuál es la historia que se esconde detrás de su impresionante carrera? Este libro responde a estas preguntas. En su corta vida, Kobe solo escribió esta autobiografía para ofrecer un resumen completo de su carrera. En el libro, que desvela los secretos que se esconden detrás del enorme éxito del atleta, se resumen las numerosas experiencias de Kobe a lo largo de su vida deportiva y su enfoque del crecimiento personal. Además, cuenta con muchos textos escritos a mano por el propio atleta. De ellos se puede apreciar lo mucho que significó para él su carrera deportiva. Kobe menciona que en esta autobiografía comparte todo lo que sabía sobre baloncesto, toda la experiencia que había adquirido jugando y cómo jugaba. Kobe era un gran defensor de la "mentalidad Mamba", en la que el libro profundiza. ¿En qué consiste la "mentalidad Mamba"? Hagamos una pausa para entender el apodo de Kobe, "Mamba negra". La mamba negra es una serpiente originaria del África subsahariana, una de las más rápidas del mundo. Cuando Kobe adoptó el apodo, esperaba que, al igual que las características de su tocaya, su rendimiento en la cancha fuera igual de rápido y preciso. Kobe nunca abandonó su búsqueda de la excelencia y su espíritu de superación; por eso su actitud fue bautizada como la "mentalidad Mamba". Kobe dijo: "La mentalidad 'Mamba' no consiste en alcanzar un resultado, sino en el proceso para llegar a ese resultado. Se trata del viaje y del enfoque". Este libro analiza las características de la "mentalidad Mamba", analizando su influencia en la carrera de baloncesto de Kobe con precisión quirúrgica. Kobe compartió todas sus experiencias y las lecciones que aprendió a lo largo de sus 20 años de carrera con la esperanza de que otros puedan inspirarse y de que su espíritu indomable los anime a encontrar el valor para seguir adelante en sus respectivos viajes. Por eso, Kobe dijo que no se trata simplemente de una historia de baloncesto; por encima de todo, es un libro para alentar a otros con la mentalidad Mamba. Esta fue la principal motivación de Kobe para escribirlo. A continuación, dividiremos este libro en tres partes, para que podamos descubrir el mundo espiritual de Kobe juntos: Primera parte: Trabajo duro y ganas de aprender. Segunda parte: Nunca dándose por vencido. Tercera parte: Centrándose únicamente en el juego. Capítulo 2: Trabajo duro y ganas de aprender Algunas personas están destinadas a triunfar, no porque tengan talento innato, sino porque son lo bastante apasionadas y decididas como para transformar cada gramo de su potencial en algo positivo. Kobe Bryant era una de esas personas. El padre de Kobe era jugador profesional de baloncesto de la NBA. Gracias a la influencia de su padre, Kobe se interesó desde muy joven por el baloncesto. Cada día ejercitaba esa obsesión, aprendiendo nuevas habilidades y técnicas. Quizá gracias a sus genes, heredó un don especial para el baloncesto y pudo aprender a jugar más rápido que otros niños. A pesar de su juventud, esto le permitió desarrollar un buen número de habilidades esenciales para el baloncesto. Desde que entró en la liga, cuando apenas era un principiante, Kobe estaba decidido a convertirse en un gran jugador de baloncesto capaz de pasar a la historia de este deporte. Estaba convencido. Quería ser alguien que dominara las canchas de baloncesto. Debido a su fuerte deseo de ganar, Kobe sobresalió sin la ayuda de fuerzas externas o la influencia de otros. Sus metas personales eran más grandes que las expectativas que cualquiera pudiera tener de él. Desde los 17 años, Kobe adoptó el hábito de entrenar con pesas. Este tipo de entrenamiento era muy efectivo para mejorar su rendimiento. Kobe se apegó a su rutina de entrenamiento con pesas todas las semanas y la mantuvo a lo largo de sus 20 años de carrera sin dejarlo ni un solo día. Para un profesional del baloncesto, fortalecerse, mantener la forma física y tirar a canasta son aspectos cruciales del entrenamiento. Es una rutina constante. Sin embargo, Kobe no seguía al pie de la letra los mismos procedimientos que los demás miembros del equipo. Constantemente variaba la forma en que organizaba su rutina. Analizaba y hacía simulaciones durante sus entrenamientos. Para lograr mejores resultados, adaptaba sus ejercicios a su condición física y a su agilidad. Este tipo de entrenamiento basado en la atención le permitía a Kobe conseguir el mejor resultado con el mínimo esfuerzo. Había un dicho que se decía en la NBA: "¿Has visto alguna vez Los Ángeles a las 4 de la mañana?". Este dicho se originó precisamente por Kobe. Para compaginar familia y carrera, optó por sacrificar el sueño y aprovechar la noche para entrenar. Aprovechaba al máximo cada hora de desvelo. Kobe no perdía el tiempo ni holgazaneaba durante los entrenamientos; si se sentía cansado, tomaba una siesta en el vestuario o en el coche. Si alguien del equipo de los Lakers llegaba temprano al estadio, muchas veces veía a Kobe ya allí, tomando una pequeña siesta. Aunque esas largas horas de entrenamiento eran duras para Kobe, lo hicieron más fuerte, mejor y más resistente. Kobe, quien amaba inmensamente tanto a su familia como al baloncesto, solo pudo mantener sus altos niveles de competitividad a lo largo de los años gracias a un gran esfuerzo. Su dedicación era tal que a una persona normal le resultaría difícil de imaginar. Más allá del simple trabajo duro, otro factor clave que le permitió a Kobe fortalecerse rápidamente y mejorar sus habilidades fue su extraordinaria atención a los detalles. Pau Gasol, antiguo compañero de equipo de Kobe, recordaba cómo la meticulosa atención al detalle de Kobe le dejó una profunda impresión. Incluso a altas horas de la noche, Kobe le invitaba a estudiar videos de partidos pasados. El hábito de repetir partidos grabados era otro de los hábitos que Kobe había adquirido a una edad temprana. Toda su vida se dedicó a investigar estilos de juego viendo grabaciones. Utilizaba este proceso no solo para observar los movimientos y las técnicas de los jugadores, sino también para intentar predecir cómo se desarrollaría un partido. Y, a partir de ahí, imaginar qué jugadas alternativas podrían realizarse para contrarrestar esas desviaciones. Este hábito le permitía estar mejor preparado y, por tanto, ser mucho más eficaz en el campo. Además de estudiar las grabaciones de otros torneos, Kobe se propuso leer el manual del árbitro. En el manual, Kobe descubrió que las normas tenían excepciones que podía aprovechar. Cada árbitro tenía una zona designada en la cancha donde se suponía que debía estar. Un árbitro siempre tenía ciertos puntos ciegos o zonas muertas donde no podía observarse ni el balón ni las acciones de los jugadores. En estas zonas muertas, algunas infracciones menores pasaban desapercibidas. Las jugadas en una cancha de baloncesto suelen ser muy rápidas. Las oportunidades pueden escaparse de las manos de un jugador con mucha facilidad. Sin embargo, sabiendo aprovechar estas zonas muertas, Kobe podía crear oportunidades discretas, lo que le daba ventaja y evitaba al mismo tiempo el silbato de penalti del árbitro. Aunque básicamente era una forma de infringir las normas, esto demostraba la atención que Kobe prestaba a cada detalle. Esta característica tan particular se reflejó también en las altas exigencias que imponía a los entrenadores de firma. A diferencia de muchas otras personalidades del deporte, que se preocupaban más por la estética de su calzado, Kobe ponía el máximo énfasis en el rendimiento de sus zapatillas. Para asegurarse de que sus zapatillas no resbalaran y protegieran al máximo sus tobillos, Kobe exigía perfección absoluta en prácticamente todos los detalles, ya fuera la distribución del peso, el material o el corte de las zapatillas. Cada hilo y cada puntada debían cumplir sus requisitos. Inspirándose en las botas de fútbol, desarrolló una gama de zapatillas de baloncesto de corte bajo. Estaban diseñadas para ofrecer más torsión a los tobillos y las pantorrillas de los jugadores que el calzado deportivo normal. Según Kobe, las zapatillas de baloncesto debían ser capaces de brindar refuerzo a los jugadores en la cancha. No bastaba con que fueran bonitas o cómodas. Gracias a su perseverancia y esfuerzo, sus patrocinadores finalmente lanzaron las revolucionarias zapatillas Kobe IV, que marcaron el comienzo de una nueva tendencia en el calzado de baloncesto. Además de su actitud cuidadosa y meticulosa, la curiosidad y el deseo de superación de Kobe eran otros de sus puntos fuertes. Siempre fue humilde y pidió consejo a sus predecesores, aprendiendo así de sus experiencias. En la NBA, a algunos jóvenes se les subió la fama a la cabeza. Eso les hizo ser arrogantes y menospreciar a los demás. Kobe, en cambio, no era tan arrogante como para humillarse frente a los demás y así aprender de ellos. Era lo que el más valoraba. Para Kobe, el gran honor de convertirse en campeón estaba por encima de todo. Para ser un gran jugador, no dejaba pasar ninguna oportunidad de sobresalir. Cuando conoció a su famoso predecesor en los Lakers, Jerry West, Kobe recurrió a los consejos del jugador. Interrogó a West sobre sus momentos más legendarios en la cancha de baloncesto, descubriendo las historias que se escondían detrás de los mitos. Y cuando Kobe conoció a Earvin "Magic" Johnson, le preguntó por sus experiencias en el baloncesto y sobre su característica forma de pasar el balón, el movimiento giratorio al driblar, que se había convertido en el sello distintivo de Johnson. Kareem Abdul-Jabbar, el mayor anotador de la historia de la NBA, también estaba entre aquellos de los que Kobe aprendió. De este excelente pívot, que ingresó en el Salón de la Fama del Baloncesto, Kobe aprendió a jugar "en el poste", una jugada que consiste en pasar por detrás de la defensa contraria. Kobe también aprendió algunas estrategias de entrenamiento de Abdul-Jabbar, y estos conocimientos sentaron las bases de sus amplias habilidades ofensivas en los últimos años de su carrera. De "The Glove", Gary Payton, un jugador estrella que se hizo famoso jugando en defensa, aprendió la técnica para atravesar la defensa y contrarrestar las jugadas de pick-and-roll. Incluso el rey del boxeo Muhammad Ali ayudó mucho a Kobe, a pesar de que ni siquiera practicaba un deporte similar. Esta figura del deporte era casi infalible en el uso de estrategias psicológicas en el cuadrilátero. Kobe admiraba mucho a Ali y con frecuencia imitaba los trucos psicológicos que había aprendido y los aplicaba en los torneos de baloncesto. Estos métodos cosecharon grandes recompensas. Al entrar en la NBA, el nivel de juego de Kobe despegó, mejorando rápidamente a gran ritmo. Pasó de ser un novato a convertirse en una enorme estrella del baloncesto. Los factores que mencionamos impulsaron su éxito: una base de entrenamiento duro y disciplinado, una gran atención al detalle y sus ganas de aprender de las hazañas de los demás contribuyeron a una mejora constante de su rendimiento. Desbloquear Todo el Contenido de Bookey