Battle, Bertino
Battle, Bertino
Battle, Bertino
Margarita Batlle
Introducción
El término “democracia” es utilizado tanto por las ciencias sociales
como por la opinión pública y los medios de comunicación a la
hora de describir y explicar el funcionamiento de los sistemas po-
líticos contemporáneos. Sobre todo en aquellos lugares donde las
elecciones son las que determinan cómo se conforma el gobierno.1
En ámbitos académicos, el concepto ha ido complejizándose con
una gran cantidad de significados diferentes a partir de adjetivos
o “apellidos” que lo acompañan, acuñados desde diferentes pers-
pectivas analíticas. Esto ha llevado a la “proliferación de fórmulas
conceptuales alternativas” incluso contradictorias, sobre qué es o
qué debería ser una democracia (Collier y Levitsky, 1998: 101).
1. Este concepto, su definición y sus alcances han cambiado mucho a lo largo de la historia. Hacien-
do un recuento sintético de la teoría democrática contemporánea, se pueden agrupar tres tradiciones
muy diferentes unas de otras: la teoría clásica o aristotélica, la teoría medieval y la teoría moderna
o maquiavélica. Estas tres distintas tradiciones evidencian el modo en que, de la mano de los cam-
bios acontecidos en la historia de la humanidad, las aproximaciones al concepto también se han ido
modificando (Bobbio, 2000: 441).
62 Fernando Pedrosa, Florencia Deich, Cecilia Noce (compiladores)
Bibliografía
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6. Algunas consideraciones
en torno al concepto de
democracia delegativa
Introducción
En este capítulo se analiza el concepto de democracia delegativa.
Como todo concepto de las ciencias sociales, las democracias de-
legativas –en adelante DD– surgieron en función de la necesidad
de caracterizar a los regímenes políticos postransicionales de la
década de 1980 en América Latina.
Las democracias surgidas en aquellos años no se correspondían
con los modelos teóricos existentes. Tampoco con los ejemplos
prácticos de democracias que habían existido en años anteriores.
Los expertos observaban que no se ajustaban a las tipologías pre-
vias, por lo cual tuvieron que recurrir a un nuevo concepto.
En este capítulo, en primer lugar, explicaremos el contexto de su
surgimiento relacionándolo con el período postransicional. En se-
gundo lugar, haremos un acercamiento a la definición planteada
por el politólogo Guillermo O’Donnell para profundizarla en el
tercer apartado.
70 Fernando Pedrosa, Florencia Deich, Cecilia Noce (compiladores)
Profundizando en el concepto
los opositores, todos ellos son obstáculos que no deben ser respe-
tados si contradicen al presidente.
En una democracia representativa, las instituciones democráticas
como el Congreso o el Poder Judicial son espacios para la revisión
de las decisiones del Poder Ejecutivo. En una democracia delegati-
va, estas mismas instituciones son espacios de dilación de la toma
de decisiones, o bien de cuestionamiento al régimen. Y por ello,
el presidente afirma que deben ser dejados de lado ya que él es el
único representante del país y del pueblo.
Si el Congreso o el Poder Judicial no acuerdan con lo decidido por
el Poder Ejecutivo, no están fortaleciendo el régimen, como se cree
en las democracias representativas. Por el contrario, están ejer-
ciendo una fuerte crítica a la democracia. No solo las instituciones
políticas son obstáculos; muchas veces los grupos económicos y
la prensa resultan obstáculos para el ejercicio de la democracia
delegativa.
Esto impacta sobre la forma en la cual se toman decisiones (solo el
grupo oficialista toma las decisiones) y el tipo de políticas públicas
que se ponen en marcha.
Por lo general, al no mediar instituciones como el Congreso o el
Poder Judicial, las políticas públicas son diseñadas e implementa-
das de forma abrupta, cambiante y sin consulta. Además, pueden
ser fuertemente cuestionadas y cuestionables, tanto en su pertinen-
cia como en su efectividad. Y, sin duda, pueden no contar con el
aval de instituciones como el Congreso, los partidos políticos o los
grupos afectados por dicha política.
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