El Padre

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TRABAJO UNIDAD 3

Integrantes
Guillermo Céspedes López
Camila Cuevas Carrasco
Verónica Donoso López
Paola Hernández Cisterna

Desarrollo

1. Describa la sintomatología presentada por el protagonista.

A. Confusión y pérdida de la orientación espacial:


El protagonista se encontraba en la casa de su hija pero él en realidad
pensaba que estaba en su vivienda teniendo una confusión y pérdida de la
orientación en el espacio en el cual se encontraba en realidad. Posteriormente al
estar en un asilo no abandona la idea de que es su apartamento.

B. Apraxia del vestir:


Dificultad cognitiva para poder vestirse por sí mismo, su hija tuvo que
vestirlo en una ocasión que se muestra en la película.

C. Desorientaciones:
En general presentaba el protagonista desorientaciones respecto de las
personas en resoluciones y ejecución de las tareas , un ejemplo; “es que se
guarda un tenedor en su chaqueta como si fuese un bolígrafo”.

D. Incongruencias:
Dice a la cuidadora que le presenta su hija que él es un bailarín, siendo
esto falso pues no es su profesión.

E. Afectación severa de la memoria de corto y largo plazo:


No recuerda las cosas que dice y que hace a corto plazo , y también a largo
plazo olvida las cosas entre su hija y su pareja y del porqué está ahí con ellos.
F. Anosodiaforia:
El protagonista no tiene una respuesta emocional respecto de lo que está
pasando señala que está todo bien luego de que su hija le explica que hay cosas
que debe repetir para que él pueda entender y orientarse, pero el protagonista
insiste que puede valerse por sí solo, quitando importancia a sus déficits.

G. Anosognosia:
El protagonista introspectivamente no es capaz de darse cuenta de lo que
ocurre solamente tiene lapsos de que algo pasa pero no se percata de sus
alteraciones y deficiencias a nivel cognitivo.

H. Alteración del pensamiento:


Los propios déficit del protagonista provocan en él alteraciones en el
pensamiento el bloqueo de este presentando en varias ocasiones la oportunidad
de culpar a los demás, por ejemplo; “el extravío de objetos de su propiedad tales
como un reloj”.

I. Agresividad

Desarrolla esta conducta a partir de la Anosognosia y Anosodiaforia al no


reconocer sus discapacidades introspectivamente e intentar imponer indiferencia
a lo que ocurre física y mentalmente; en varias escenas negando a su hija padecer
alguna enfermedad descalificando y también la escena con la futura cuidadora en
donde la trata mal al descifrar el motivo de su visita.

J. Apatía:
El protagonista siente molestia, enojos sorpresivos, comportándose de
manera inapropiada.

K. Ilusiones y alucinaciones:
El protagonista tiene conversaciones con otras personas que solamente
habitan en su cabeza y no existen, sintiendo esto como una realidad.

k) Psicosis (Delirios):
El protagonista tiene delirios que las personas que están de visita en el
apartamento le roban objetos y él al tener este pensamiento esconde sus cosas de
valor que tienen un significado de valor también en el baño.

L. Prosopagnosia:
La hija del protagonista comenta a su pareja que al entrar a la habitación de
su padre, éste no la reconoció, y la miraba como una extraña no identificando
quién es.
2. Indague, y mencione ¿Qué áreas evaluaría desde la psicología para
aportar al diagnóstico?

Teniendo en consideración una entrevista preliminar con la familia y/o


cuidadores del paciente, para indagar y tener una anamnesis con la mayor
información posible, además y sin dejar a lado lo que respecta a la utilización de
evaluaciones neuropsicológicas como lo son el Mini Mental State Examination
(MMSE, Folstein, 1975) que si bien no ve deterioro leve, sólo alzheimer, si es una
herramienta que se utiliza tradicionalmente y por otra parte el MoCA (Montreal
Cognitive Assesment, 2004), diseñado para revelar alteraciones cognitivas leves
en varios dominios. Si este test de tamizaje resulta positivo para deterioro
cognitivo, es decir, arroja un puntaje menor a 26 de un máximo de 30, procede la
realización de una batería completa de evaluación neurocognitiva por un
profesional especializado (Cisternas, 2023), podemos mencionar que las posibles
áreas y/o aspectos a evaluar desde la psicología serían:
Aquellos aspectos de la rutina cotidiana del paciente como por ejemplo: su
apariencia; edad, vestimenta, sexo, nivel general de bienestar, arreglo personal,
expresión, postura, contacto visual, etc. A su vez, la actitud que presenta durante
la evaluación o el modo que tiene de relacionarse con otros; si es amigable, hostil,
es cooperador o ambivalente (inseguro). Por otra parte, cómo se encuentra su
orientación en cuanto a espacio-tiempo, si se ubica en hora, fecha, año, donde
vive, cómo se llama, por mencionar algunas. Respecto a su área psicomotora, si
se siente tranquilo, irritable o ansioso, si tiene una expresión y movimiento
corporal funcional, o más bien muestra un estado afectivo plano y deprimido.
Referente al área cognitiva: si puede completar un pensamiento, su capacidad
para pensar y resolver problemas o si sé distrae fácilmente. Su memoria reciente y
pasada. En el área de su funcionamiento de lenguaje si puede repetir palabras,
frases una vez que se le han mencionado, si presenta dificultades o no. En el área
socio-afectiva: si se relaciona con más personas, si presenta o no dificultades al
hacerlo, pasa más tiempo solo o aislado, si vive sólo. Respecto a su autonomía, si
requiere o no asistencia (ayuda) para realizar ciertas actividades que antes hacía
por sí mismo, como vestirse, aseo personal, ir de compras, entre otras.

3. Explique la evolución de la enfermedad del paciente

Anthony es un hombre de edad avanzada que se está enfrentado a vivir un


proceso degenerativo, en específico una demencia que termina con el diagnóstico
de la enfermedad de Alzheimer. Desde un comienzo se logra evidenciar la
confusión, el desconcierto, el pánico que aparecen como los primeros síntomas de
la enfermedad en la vida del protagonista, que son propios de ésta cuando se
comienza a manifestar hasta el diagnóstico de la misma. Además, de hablar de los
síntomas de la enfermedad, se puede observar la dificultad que requiere conciliar
la vida propia con el cuidado de los afectados que presentan este tipo de
demencias, el aceptar que alguien cuide de él , mientras que él siente que no es
necesario, que es capaz de cuidarse solo. La enfermedad de Alzheimer presenta
un progresivo deterioro cognitivo caracterizado por: La pérdida de memoria,
desorientación, alteraciones del lenguaje, dificultades en la organización y
planificación y cambios en la personalidad, síntomas que va presentando Anthony
en el desarrollo de la película y en la manifestación de la enfermedad.

El desarrollo de la enfermedad de alzheimer implica la pérdida progresiva


de la identidad, que se relaciona con la pérdida de la memoria, y la autonomía,
que hace que dependa del cuidado de otras personas del entorno familiar del
paciente o recurrir a otros espacios profesionales que se ocupen de cuidar de él.
En la pérdida de la memoria, también se va borrando la historia personal del
sujeto, hasta el olvido de sí mismo y con eso su propia identidad. Se puede
observar como al final de la película, el personaje de Anthony se presenta como
un niño que pide que “su mami” pueda cuidarlo, mostrando la necesidad de amor y
protección que necesita, que es algo que los pacientes con alzhéimer necesitan: el
cariño, un abrazo, una delicada caricia, la protección, y amor.

4. Realice una búsqueda bibliográfica de 3 terapias no farmacológicas que


podría realizar con el protagonista (Desde la Psicología o en compañía de un
abordaje interdisciplinario).

En cuanto a los tratamientos no farmacológicos, estos actúan sobre la


capacidad cognitiva de los pacientes con alzheimer. Los objetivos de los
tratamientos sin fármacos es lograr disminuir la progresión del deterioro cognitivo y
funcional para que la persona que sufre esta enfermedad pueda mantener por
mucho más tiempo su autonomía, mantener sus funciones cognitivas para
maximizar el bienestar en lugar de estimar solamente el pronóstico, y por último
reducir la aparición de problemas conductuales o emocionales.
Cuando se realiza una revisión de la literatura encontramos distintas
terapias que se pueden utilizar como la musicoterapia: “La terapia con música
consiste en el uso de la música o sus elementos (melodía, ritmo, armonía) por un
terapeuta musical con el objetivo de estimular las capacidades cognitivas,
emocionales o sociales (Rodríguez, s.f.,p.15)”. Los ejercicios con música, van
desde improvisaciones musicales, tocar instrumentos, o solamente utilizar la
música de forma pasiva a modo de ambientación para realizar otras actividades o
en determinados momentos del día. La música o melodías pueden ser una forma
para evocar recuerdos o experiencias vividas por el paciente que retienen en su
memoria. Las melodías que nos recuerdan nuestro pasado nos ayudan a evocar
recuerdos, vivencias que están latentes en nuestras memorias, que ayudarían a
no olvidar por completo los recuerdos de la persona.
Rodríguez (s.f.) menciona que: "Se han realizado estudios sobre la utilidad
de la música y se han demostrado efectos consistentes para el control de
síntomas conductuales, en especial para los síntomas depresivos y la ansiedad, y
de forma global, en las escalas de conducta (p.16). Aunque no ha sido
demostrado con evidencia sólida o estudios científicos que avalen este tipo de
intervenciones, se puede determinar que la utilidad de la música puede ayudar en
el control de la agresividad y la agitación, tampoco se ha podido determinar si los
beneficios de esta terapia son a largo plazo.
Otra terapia que se trabaja es la Estimulación multisensorial más conocida
como Snoezelen, este tipo de terapia se utiliza para las personas con afecciones
en su desarrollo motor o neurológico, pero en los adultos mayores se utiliza con
las personas que sufren deficiencias cognitivas y demencias. Rodríguez (s.f.) la
estimulación multisensorial se desarrolló a partir de la idea de que los ambientes
pobres en estímulos contribuían a la aparición de los trastornos de conducta
(p.16). Los sentidos nos permiten percibir que hay a nuestro alrededor, hasta
percibirnos a nosotros mismos internamente, en relación con el entorno, nos
permiten comunicarnos para recibir información.

Cuando hablamos de los sentidos no solamente nos referimos a la vista, el


tacto, el oído, el olfato o el gusto, también los sentidos son el equilibrio, la
percepción del calor, percepción de nuestras diferentes partes de nuestro cuerpo.
Estos activan nuestro cerebro, y nos permiten entrenar y fortalecerlo, para cargarlo
de información, aprender y adquirir nuevos conocimientos, los cuales nos permiten
desarrollarnos como seres independientes. Cuando las personas sufren
demencias o enfermedades como el Alzheimer sufren alteraciones en sus
sistemas sensoriales los cuales provocan alteraciones en su desarrollo y
capacidad para adquirir nuevas formas de aprender, y alteraciones en las
conductas y estados emocionales. Este tipo de terapias ayudan a la persona a
conectar con la realidad que les rodea, esta intervención tiene como objetivo
favorecer la sensación de bienestar por medio de la estimulación sensorial,
brindando una experiencia de bienestar por medio de la estimulación de los
distintos sentidos donde se presentan sonidos, luces, colores, y experiencias
táctiles, ayudándoles a los pacientes que logren relacionarse con lo que les rodea
y ser conscientes de su cuerpo y de quien son. Algunos de los beneficios de
realizar este tipo de terapia en las personas mayores con demencias como el
Alzheimer son los siguientes: mejorar la conducta y el humor, disminución de la
apatía, atenuación de las alteraciones conductuales, disminución de la ansiedad.

Otra técnica no farmacológica que se puede trabajar es la terapia de


orientación a la realidad (TOR) “Surgió como un método para mejorar la calidad de
vida de las personas mayores confusas. Se fundamenta en la presentación de
información rica en claves de orientación (el día, la hora, el tiempo atmosférico,
etc.) para favorecer la comprensión del medio (Rodríguez,s.f.,p.15)”. Esta técnica
busca conectar sucesos y experiencias vividas por la persona con sucesos
actuales, ser parte de la historia de la persona que pueda conectar con su
presente, les ayuda a reaprender hechos de ellos mismo y del entorno que les
rodea, para situarlos en la realidad y el presente. El objetivo de esta terapia es
intervenir en la desorientación y confusión para tratar de aumentar o mantener la
autonomía, para disminuir el riesgo de desconexión personal, fomentar
habilidades sociales, la comunicación, e interacción de escucha de opiniones de
otros y de sus propias creencias, no permitir que la persona evite desconexión
social, que esté conectado con el entorno y potenciar las relaciones
interpersonales sociales.
Se trabajan actividades que fomenten aspectos cognitivos como memoria,
lenguaje orientación, ejercicios que ayuden a mejorar la memoria, deambulación
guiada, realizar sus actividades diarias con alguien que lo guíe, se puede realizar
en sesiones individuales o grupales de 30 a 60 minutos, que ayudan en la
orientación de la persona, donde la sitúan en su entorno. Este tipo de terapia es
para personas con un deterioro leve o moderado de la demencia, también se debe
saber si la persona reside en un hogar o centro residencial, conocer la situación
familiar de la persona, fechas importantes para la persona, para ir diariamente
refrescando esa información.

5. Realice una búsqueda bibliográfica de 2 formas de intervención desde la


Psicología para el cuidador informal.

Dentro de las formas de intervención desde la psicología para el cuidador


informal están las intervenciones a través del mindfulness y las terapias cognitivas
conductuales. En la primera, estudios han demostrado que al analizar el cortisol salivar
y la interleucina-6 existe una disminución tras la intervención relacionándose con
cambios en el nivel de estrés y estado de ánimo percibido (Viladrich, 2018). En la
segunda, está el Modelo de intervención psicológica en resiliencia para cuidadores
informales de pacientes con Alzheimer que se utiliza para resistir a los efectos que
ocasiona el cuidado (Cerquera y Pabón, 2015).

Al revisar la literatura, podemos rescatar la alta importancia del cuidado


psicológico que debe tener el cuidador informal, que generalmente es un familiar muy
cercano, ya que, probablemente podría experimentar depresión, sentido de culpa, altos
niveles de estrés, bajos niveles de satisfacción con la vida, entre otros (Cerquera y
Pabón, 2015). Este cuidador “es un elemento socio-sanitario esencial, desarrolla una
importante función destinada a conservar y mantener funcionalmente a estas personas”
(Portaceli, 2018, p.2). Por lo anterior, estas intervenciones se crean con la intención de
paliar este tipo de sintomatología permitiendo, de alguna manera, que estas
herramientas sirvan como barrera de protección y, al mismo tiempo, que la labor
ejecutada por este cuidador sea menos propensa a deteriorarse. En ese sentido, la
terapia a través de mindfulness, colabora por medio de la observación de los procesos
mentales propios con actitud de aceptación y curiosidad, desarrollando la capacidad de
descentramiento, es decir, la capacidad de observar los propios estados de manera
distanciada o metacognitiva. Esta capacidad implica que los pensamientos sean
comprendidos como situaciones mentales y no como copias textuales de la realidad
(Viladrich, 2018). Todo lo anterior ayuda al cuidador a disminuir las creencias fijas que
en muchas ocasiones pueden desencadenar comportamientos desadaptativos, que
finalmente agudizan la relación entre ambos. El mindfulness proporciona herramientas
como la atención plena, donde la persona debe tomar consciencia presente, en el aquí
y ahora, y aceptar lo que está ocurriendo sin forzar el cambio, en otras palabras, invita
a soltar la situación y dejar que todo fluya. Además, otorga conceptos como la
autorregulación emocional, es decir, ser capaz de detectar corporalmente lo que nos
está pasando, logrando de esta forma la flexibilidad en el cuidador que como resultado
tendrá bajos niveles de estrés (Viladrich, 2018).

Por otro lado, las terapias psicológicas basadas en la resiliencia (cognitivo


conductual con enfoque multimodal) descrita como “una capacidad universal, que
puede ser promovida a lo largo de los ciclos de vida, y está vinculada con el desarrollo
y el crecimiento humano” (Gómez, 2010) citada en (Cerquera y Pabón, 2014, p.182).
En otras palabras, la persona tiene la capacidad de sobreponerse ante situaciones
adversas que se puedan presentar en la vida, pudiendo rescatar la enseñanza que esta
le provoca más que desgastarse en entender el evento ocurrido. Para este modelo en
particular, se toma el diseño del modelo como base la definición de Wagnild y Young
(1993), quienes la describen como una característica de personalidad positiva que
permite la adaptación del individuo ante situaciones amenazantes y donde se incluye
abordar factores, tales como: 1) competencia personal, la cual indica auto-confianza,
independencia, decisión, invencibilidad, poderío, ingenio y perseverancia; y 2)
aceptación de uno mismo y de la vida, la cual representa adaptabilidad, balance,
flexibilidad y una perspectiva de vida estable; la persona refleja aceptación por la vida y
un sentimiento de paz, a pesar de la adversidad. Siguiendo lo cognitivo conductual, se
encontró además terapia cognitivo conductual para mejorar la sobrecarga en
cuidadores de pacientes con demencia, desde una perspectiva de género (Portaceli,
2018) los cuales están destinados a identificar la sobrecarga laboral que tiene el
cuidador informal (burnout) y reducirla aumentando los mecanismos de afrontamiento
para cuidarse mejor.

6. Realice una búsqueda bibliográfica de 2 formas de intervención desde la


Psicología para los cuidadores formales.

Podemos mencionar que dentro de las intervenciones que se realizan para


los cuidadores formales se encuentran la Terapia Cognitivo Conductual y la
Psicoterapia y/o Dinámicas de Grupos, las cuales tienen dentro de otros objetivos,
prevenir y/o rehabilitar el síndrome del burnout, el cual puede presentarse
especialmente en los profesionales del área de la salud, como lo es este grupo de
cuidadores.

El burnout constituye un fenómeno en expansión y es considerado un


riesgo psicosocial emergente. Las consecuencias del burnout entre los
profesionales sanitarios, lleva consigo problemas interpersonales que interfieren
con la calidad de los servicios de salud, llegando a afectar incluso a la seguridad
de los pacientes (Anagnostopoulos, et al, 2012) citado en (Montero, 2016). Así es
como, varios estudios muestran una relación entre trabajar con personas con
demencia y un aumento del Burnout, siendo la despersonalización, el agotamiento
emocional, la ansiedad, la carga de trabajo diaria y una baja realización personal
los aspectos más significativos de este síndrome (Portacelí, 2018). Por ello, los
cuidadores formales necesitan atención, ya que su trabajo puede generar
problemas tanto físicos como emocionales.
Referente a la terapia cognitivo conductual, esta ha demostrado reducir la
sintomatología depresiva, el estrés percibido, los pensamientos disfuncionales
sobre el cuidado y la ansiedad, mejorando así la adaptación y el afrontamiento de
los cuidadores y reduciendo su malestar psicológico (Portacelí, 2018), en donde
se pueden utilizar técnicas de relajación (respiración diafragmática, relajación
muscular progresiva), reestructuración cognitiva (habilidades para el
reconocimiento y la modificación de pensamientos irracionales relacionados con el
cuidado de otras personas), desarrollo de habilidades sociales (a través del rol
playing, que les permitan expresar sentimientos, actitudes, deseos, opiniones y
derechos de un modo adecuado a la situación en el contexto laboral),
reforzamiento positivo, moldeamiento y modelamiento (técnicas de modificación
de conducta, con el propósito de que promuevan en las personas que cuidan
conductas independientes, Ejm.; en personas mayores, que puedan comer solos,
caminar solos, dependiendo de las necesidades de cada individuo que tengan a
su cuidado).

Con respecto a la psicoterapia y/o dinámicas de grupo, éstas buscan en


primer lugar, generar un entorno favorecedor del desahogo psicológico y
emocional. En segundo lugar, crear un ambiente de seguridad y confianza que
facilita el análisis y la toma de conciencia de la situación que viven y de sus
respuestas frente a tal situación. Asimismo, la investigación ha puesto de
manifiesto que los grupos contribuyen de modo significativo a la mejora de las
habilidades de comunicación y producen una notable mejoría del autoconcepto de
los participantes en las dinámicas de grupo (Fernández Martos, 1978, y Ruiz de
Arana, 1977) citado en (Gil, Rodríguez-Zafra y Cid, 2008). Este espacio también
ofrece una oportunidad para valorar las implicancias de lo que significa la tarea de
cuidado, tanto los aspectos positivos y gratificantes. De esta manera, los
participantes pueden retroalimentarse por medio de sus emociones sobre lo que
conlleva la labor de cuidado al ver reflejados en otros cuidadores todas sus
capacidades y todos los valores humanos de esta tarea.

7. Elabore un decálogo para la atención de estos pacientes tomando en


consideración la atención centrada en la persona.

1. Hablar de forma clara y sencilla:


“Brindar mensajes cortos, utilizando un gesto o expresión facial y tono de voz
suave.”

2. Trato con dignidad:


“No hablar de manera infantilizada, el paciente es una persona adulta”.

3. Ser tratado con amor:


“El vivir con esta enfermedad es una lucha constante, si el paciente recibe amor,
empatía y respeto, puede ser un gran momento del día para la persona”

4. Crear una rutina fija de una actividad:


“Ayudar a realizar una actividad fuera o dentro del lugar en donde se sitúe la
persona, ayudar con labores domésticas, o hacer las compras”.

5. Si no recuerda quien eres o quién es, ayudarle a recordar:


“Dar una pista, o recordar momentos o hechos que ayuden a recordar a la
persona, no decir; ¿No sabes quien soy? ¿No sabes quien eres? ”.

6. Tratarlo por su nombre:


“Si no recuerda su nombre, ayudarle a recordarlo, volver a pronunciarlo, no
despersonalizarlo”.

7. No contradecirlo:
“Los pacientes con Alzheimer sienten ansiedad o angustia al no poder recordar las
cosas, el contradecirlo puede incrementarla, se paciente”.

8. Pasar tiempo con el paciente:


“Aunque no tengan una relación cercana, dedicarle un tiempo al paciente puede
generar cercanía con él y él se va a sentir acompañado”

9. No caer en la deshumanización:
“A pesar de su enfermedad sigue siendo una persona y por más que existan
rutinas marcadas en beneficio del paciente, estas no deben transformar a la
persona en un objeto”.

10. Tener paciencia con el paciente


“Recordar que la persona tiene una enfermedad que afecta su cerebro”.

Referencias Bibliográficas

Cisternas, N. (2021). Trastornos neurocognitivos. Apunte de clase 2 unidad 3,

Psicogerontología, Universidad UNIACC.


Cerquera Córdoba, A. M., & Pabón Poches, D. K. (2015). Modelo de intervención
psicológica en resiliencia para cuidadores informales de pacientes con Alzheimer.
Diversitas: Perspectivas en Psicología, 11(2), 181-192.

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