Resumen La Transición
Resumen La Transición
Resumen La Transición
1. Introducción
2. El gobierno de Arias Navarro
3. El gobierno de Adolfo Suárez y la Ley de Reforma Política
4. La Constitución de 1978
5. Conclusión
1. INTRODUCCIÓN
Tras la muerte de Franco, el panorama español de mediados de la década de los setenta presentaba
dos alternativas principales entre los franquistas: los inmovilistas, conocidos como “el búnker” y
organizados en torno a figuras como Blas Piñar, que optaban por continuar con el régimen sin
cambio alguno; y los “aperturistas”, entre los que había políticos veteranos de la dictadura que
estaban convencidos de la necesidad del cambio, como era el caso de Manuel Fraga o José María de
Areilza, y jóvenes que no habían vivido la Guerra Civil y que iban a desempeñar un papel clave en
la transición. Adolfo Suárez será la figura clave en este segundo grupo. Por otro lado, se
encontraban los rupturistas, formados por la oposición política al franquismo, que aspiraban a
romper con el régimen e instaurar una nueva democracia y entre los que se encontraban el PSOE y el
Partido Comunista de España (PCE).
Ante este panorama político, el 22 de noviembre de 1975, justo después de la muerte de Franco,
Juan Carlos de Borbón fue proclamado rey. Juan Carlos mantuvo las mismas Cortes que dejó
Franco, así como al mismo jefe de Gobierno, Carlos Arias Navarro, cuya misión principal era
iniciar un proceso democratizador que no provocara a los más reaccionarios. Pero los meses
pasaban, esta misión no se cumplía y el entendimiento entre el rey y su primer ministro era cada
día más difícil. Cuando Arias Navarro presentó su programa de gobierno ante las Cortes, se hizo
evidente que apostaba por el continuismo franquista. Su propuesta representaba una simple
reproducción del viejo “espíritu del 12 de febrero” y se limitaba a proponer unas leyes muy
restrictivas sobre el derecho de reunión y asociación.
Por su parte, el nuevo monarca se fue rodeando de un grupo de asesores, entre los que destacaba
Torcuato Fernández, que diseñaron un plan de cambio político. Este cambio se vino en denominar
la reforma. Se trataba de aplicar cambios controlados que llevaran a un sistema democrático
desde las propias leyes franquistas.
Ante esta situación, Adolfo Suárez, un joven político procedente de los sectores reformistas del
Movimiento, fue nombrado nuevo presidente del gobierno. El nombramiento de Adolfo Suárez
fue recibido con decepción entre la opinión democrática. Pese a que el nuevo gobierno estaba
formado por ministros aperturistas, muchos pensaron que Suárez no era el hombre adecuado para
liderar el proceso hacia la democracia. Sin embargo, en su primer discurso como presidente,
Suárez utilizó un lenguaje totalmente nuevo (soberanía popular, pluralismo real, sistema
democrático basado en los derechos y libertades cívicas, reconciliación nacional…) y anunció
elecciones generales en el plazo de un año. La reforma estaba en marcha.
4. LA CONSTITUCIÓN DE 1978
La principal tarea del nuevo gobierno, presidido por Suarez, era elaborar una Constitución
democrática que articulara el nuevo sistema político. En junio del 1977 se eligieron las Cortes,
que inmediatamente se convirtieron en Cortes Constituyentes. Para la redacción de la
Constitución se eligió una Ponencia formada por diputados de los principales partidos
representados en las Cortes (a excepción de los vascos), conocidos como los “siete padres de la
Constitución”: Gabriel Cisneros, Miguel Herrero de Miñón y José Pedro Pérez Llorca de UCD;
Gregorio Peces -Barba del PSOE; Jordi Solé Turá del PCE; Miquel Roca, en representación de
Minoría Catalana y del PNV ; y Manuel Fraga de Alianza Popular (AP). La redacción de la
Constitución inicio la llamada política de consenso, mediante la cual cada partido renunció a
posiciones individuales en beneficio del entendimiento.
5. CONCLUSIÓN
Tras la aprobación de la Constitución, se disolvieron las Cortes y se convocaron nuevas elecciones en marzo
1979. La UCD ganó por segunda vez y volvió a gobernar en minoría. Se puede afirmar que, con la entrada en
vigor de la nueva constitución, España dejaba definitivamente atrás al Franquismo e iniciaba una nueva etapa,
no sin sobresaltos, en la que iba a entrar de lleno en el mundo democrático.