Actividad 1. El Delito
Actividad 1. El Delito
Actividad 1. El Delito
Para definir el concepto de delito debemos partir del derecho penal. Éste es el conjunto de
normas jurídicas “que a determinadas conductas previstas como delito asocian penas o
medidas de seguridad”, citando a Bajo Fernández en 2019. Dichas normas son entendidas
como reglas o pautas de conducta necesarias para la vida social y que llevan asociada una
consecuencia, y puesto que hablamos de derecho penal, se trata de una pena o medida de
seguridad.
Una vez establecido que la sanción debe tener carácter público, aparecen las formas del
derecho tomano, canónico y germánico, que se fusionan, en la Edad Media, en un derecho
penal cruel, con castigos en forma de torturas o trabajos forzados, entre otros, que
protegían los derechos del clero y la nobleza con total desigualdad.
La primera escuela en aparecer es la escuela clásica. Surge como reacción a los excesos
cometidos en anteriores épocas en la imposición de penas o castigos, tales como la
venganza pública o las torturas. Defiende la importancia del Derecho natural, que se erige
como justificación del derecho positivo: los llamados iusnaturalistas defienden la existencia
de unos derechos universales inherentes a la naturaleza humana.
Dichos derechos universales son otorgados por Dios al hombre y deben regir la forma en la
que este se debe conducir. No obstante, como es posible que esos derechos naturales no
sean suficientes para regular la vida en sociedad, admiten que se elaboren una serie de
normas inspiradas y presididas por el derecho natural, y las correspondientes sanciones para
su incumplimiento.
Para esta escuela, la razón última del derecho sancionador del Estado es el libre albedrío.
Dios ha dotado al hombre de inteligencia y esta le debe servir para escoger entre el buen o
el mal camino. Si escoge incumplir las normas, será haciendo uso de su plena libertad (es
por esto que se deja impunes a aquellos que carecen de libre albedrío, como el niño o el
loco) y merecerá un castigo, manejando así un concepto retributivo de la pena.
La escuela clásica se olvida del estudio del delincuente, ya que considera que, en cuanto
libres, todos los hombres son iguales y son definidos por sus actos y no por su
responsabilidad.
Laura Vicente Pizarro
Por otro lado, surge la escuela positiva por una preocupación por el estudio del delincuente
como actor principal en la teoría del delito, definida dicha teoría, según Muñoz Conde en
2002, como un sistema de hipótesis que exponen, a partir de una determinada tendencia
dogmática (sistema causalista y finalista), cuáles son los elementos que hacen posible o no la
aplicación de una consecuencia jurídico-penal a una acción humana.
Podemos decir que comienza con la publicación de la obra “El hombre delincuente”, de
Lombroso, génesis de la antropología criminal. Hacia esa época, aparecieron la frenología y
la fisonomía, que estudiaban las causas de la criminalidad en la forma del cráneo del
delincuente o en su apariencia externa. Sobre estas premisas, niega el libre albedrío, toda
vez que, concurriendo determinadas circunstancias o factores en el delincuente, este estaría
destinado a delinquir. Se trata por ello de una corriente determinista.
El fundamento de la pena, al negarse el libre albedrío y la responsabilidad moral, es
meramente preventivo y de defensa social. Con la pena, se intenta reeducar o “sanar” al
delincuente si ello es posible.
La escuela positiva, al partir de que las penas cumplen una función preventiva, incorpora el
examen de la peligrosidad social del delincuente y, como respuesta a esta, no solo establece
la pena como medio de defensa, sino que incorpora las medidas de seguridad, ausentes en
la escuela clásica.
Los principales representante son, además de Lombroso, Raffaele Garofalo, precursor de la
criminología moderna, toda vez que defendía el abordaje de la criminalidad tanto desde la
perspectiva psicológica como antropológica, y Enrico Ferri, cuya aportación fue una
perspectiva sociológica del fenómeno delictual.
Toda vez que las escuelas clásica y positiva mantienen posturas enfrentadas e
irreconciliables, surgen nuevas escuelas eclécticas, entre las que citaremos tan solo dos de
ellas, como representación relevante.
Laura Vicente Pizarro
La llamada escuela del positivismo crítico, la cual intenta fusionar los principios del derecho
natural con la atención concreta a la realidad del delincuente y las circunstancias del delito.
Y la escuela sociológica alemana o también denominada escuela de política criminal. Esta
escuela defiende que él delito no depende de la libertad humana, sino de factores
personales, sociales, económicos, etc.
Partiendo de la definición que nuestro Código Penal (en adelante CP) nos da en su artículo
10 (“Son delitos las acciones y omisiones dolosas o imprudentes penadas por la ley”), vamos
a dar una definición de los elementos que deben concurrir para la existencia del delito según
su definición comúnmente aceptada (acción típica, antijurídica y culpable y “punible”, según
algunos autores), con el fin de analizar, posteriormente, su tratamiento en los distintos
sistemas causalista y finalista, ya que ambos sistemas se caracterizan por dotar de diferente
contenido a cada categoría.
- La tipicidad consiste en la adecuación de esa conducta a una norma penal. Hay que
comprobar si el hecho viene definido como delito en el momento de actuar (artículo
1 CP: “No será castigada ninguna acción ni omisión que no esté prevista como delito
por ley anterior a su perpetración”).
- La punibilidad puede ser objetiva (como por ejemplo retractarse de falso testimonio
antes de dictar sentencia) o subjetiva (como la comisión del delito contra la
propiedad entre determinados parientes).
Hemos hablado del delito como figura central de estudio del derecho penal, que también se
ha ocupado de manera extensa del delincuente como actor principal de la conducta
delictiva. Recordemos que las escuelas penales comienzan por el interés en la justificación y
razones del Estado para castigar al criminal y la preocupación por eliminar determinadas
formas de castigo, como la venganza de sangre o la tortura, y que una de las escuelas
principales, la escuela positiva, centra su interés en el estudio del delincuente.