El Daño Psíquico Sistémico - DIODATI
El Daño Psíquico Sistémico - DIODATI
El Daño Psíquico Sistémico - DIODATI
1
Dedicatoria
Agradecimientos
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Índice
Anexo
Baremo de Daño Psíquico Sistémico
3
Capítulo 1
5
Nuevamente aclaramos al lector, en forma totalmente arbitraria re-
conocemos que fue para nosotros el Estadounidense Bradford Keeney,
Psicoterapeuta y audaz epistemólogo quien produjo un –si se nos permite
la expresión- un “rulo” y un verdadero ensamble de los conocimientos de
personajes de la talla de: Heinz von Foerster, Virginia Satir, Carl Wita-
ker, Salvador Minuchin y el duo latinoamericano de Francisco Varela y
Humberto Maturana Romesín.
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criterios de validación, ese alguien tiene autoridad para ello y establece
con “Objetividad” dictamen.
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camente actúa, esta congruencia le permite o no conservar –sin cuestio-
nar su organización -la cual condiciona su existir biológicamente ha-
blando- su estructura o modificarla.
Tenemos con ello, tal como le gustaba decir a Giambattista Vico (3),
descripciones de lo que llamamos realidad para que las cosas se acomo-
den en bellas proporciones, pero que son vistas desde un solo lugar po-
sible, es decir necesariamente son verdades Universales.
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aquello que le están describiendo porque por alguna razón no lo percibe
tal como se lo describen.
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Hecha esta última aclaración, intentaremos utilizar algunos concep-
tos básicos de nuestra visión o perspectiva para aplicarla al Derecho.
Uno de los pilares del Derecho es el tener como sujeto del mismo
al individuo, es decir es la persona quien desde la esfera individual plan-
tada desde su propia entidad, reclama y percibe sus derechos.
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Dichas definiciones constituyen verdaderos corpus teóricos-prácti-
cos, llámese a los mismos: Códigos, Leyes, Constituciones, etc. que se
estudiaran en Facultades y una larga lista de Instituciones que corporizan
el saber Objetivo del Derecho.
Claro está que tal como lo vimos anteriormente cuando dos o más
individuos chocan en su visión de algún derecho afectado, ambos recu-
rren y están obligados a aceptar y delegar en alguien –que desde un ac-
ceso privilegiado a lo que llamamos realidad- interpretará y validará una
sola visión de la realidad como “correcta”, objetiva y justa.
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Ya hemos destacado hasta el cansancio que –desde nuestra pers-
pectiva- los seres humanos no solo constituimos realidades en el lenguaje
sino que –nuevamente desde Maturana- en una mezcla exacta de emo-
ción y lenguaje (que el mencionado autor llama “lenguajeo (2)”) genera-
mos vínculos que cuanto más tiempo y recurrencia tienen de existencia,
más profundo y complejo se comporta.
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en algunos casos la intensidad vincular va y viene en la misma propor-
ción y otros solo va para un lado y lo que regresa es de intensidad mí-
nima.
¡¡¡En fin con ello se muestra que no siempre nos quieren como sen-
timos que queremos y viceversa!!!
Aquí hemos llegado a uno de los ejes de nuestra posición que da tí-
tulo a nuestro libro.
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Es un vidrio que por diferencia de estímulo lumínico, en la habita-
ción más iluminada el vidrio responde a la luz comportándose como un
espejo y por lo tanto cerrando toda posibilidad de observación hacia la
otra habitación.
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Obviamente la modernidad y los nuevos sistemas de video, han po-
sibilitado que en algunas Instituciones en vez de vidrio espejado, se uti-
lice un circuito cerrado de televisión.
En estas últimas se hace uso de una cámara video –que por lo gene-
ral está fija- lo cual en algunos casos a distancia (vía Skype, etc) les per-
mite a quienes están en el sitio de Observación cumplir con su misión
para con los consultantes o pareja co-terapéutica.
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Cuando se produce ese quiebre emotivo, el sistema se apropia de la
consulta sale del lugar ineficaz del “paciente”, vocablo este último que
inevitablemente remite al que espera en posición asimétrica que otro que
sabe lo ayude.
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En ese momento crucial la familia deja de proyectar el saber en el
afuera de su sistema (Médicos, Psicólogos, Jueces y un largo etcétera) y
se apropia del saber que les dice que: todo lo que les pasa, lo bueno y lo
malo, asintomático o sintomático, es expresivo de la disfunción que los
lleva a pedir ayuda.
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Pues bien, nos pareció importante dar esta fundamentación desde la
práctica de nuestro abordaje Clínico, para ahora sí adentrarnos plena-
mente en el ámbito donde se intersectan el saber acumulado del Derecho,
de la Psicología y la Psiquiatría Forense y por lo tanto invitamos al lector
al segundo capítulo.
Capítulo 2
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cuando se reclaman daños y perjuicios la carátula identifica solamente a
un actor.
27
Es altamente probable que el Letrado focalice su interés en consta-
tar que documental médica poseen sus clientes para comenzar a pergeñar
una probable Litis.
Un lector atento dirá “ah estamos dentro del 10 % que los autores
hacían referencia al principio del capítulo”, habla de dos actores, este no
es el caso del cual nos quieren hablar.
No, no es así.
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En el capítulo anterior explicábamos que los paradigmas nos per-
miten movernos en lo que llamamos la realidad con ciertos parámetros.
Muchos de ellos por más que no estén escritos en ninguna parte, forman
parte del “saber popular” y por ende están más firmes que si efectiva-
mente formaran parte de algún código o ley sancionada.
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“En primer lugar es necesario establecer una diferencia entre dos tér-
minos que la mayoría de las veces van asociados, generando no pocos errores
y en el mejor de los casos confusiones, son ellos el Daño Psíquico y Sufri-
miento Psíquico.
“El Daño Psíquico, lesión a las facultades mentales, en forma parcial
o global, de una persona (entendido en el sentido “lato”, es decir , que se in-
cluye la dimensión afectiva), se distingue del Sufrimiento Psíquico, porque
éste último remite a una dimensión de perturbación psicofísica, en un indi-
viduo que se ubica entre la enfermedad y el pleno goce de la salud, pero
esto, es importante destacar no implica conformación de patología alguna,
en el sujeto que lo padece” Comunicación a la Academia Nacional de
Ciencias de Buenos Aires, Agosto de 1989” Anales de la Academia Nacio-
nal de Ciencias de Buenos Aires, Tomo XXIII, 309/335, Dr. Mariano Cas-
tex.
“Así el llamado “duelo normal” encuadra en el contexto del “sufri-
miento”, mientras que, el denominado “duelo patológico”, en la medida que
éste implica una formación de índole reactiva, en el psiquísmo de quien lo
atraviesa, remite al “Daño Psíquico”.
El sufrimiento, en cuanto “lesión a los sentimientos de una persona”
o, mejor dicho aún expresión de tal lesión, definible también como “estado
no patológico del espíritu, de algún modo contingente y variable en cada caso
y que cada cual siente y experimenta a su modo, pero que impide y/o limita
la satisfacción o goce del estado de integra o plena salud (derecho extrapatri-
monial inherente a la personalidad)”, en cuanto contenido de un daño, integra
como especie, junto con otras figuras, el concepto genérico de agravio o
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daño moral y la demostración de su existencia escapa al “horizonte pericial
Psico-forense” mientras no conlleve patología.
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añadidura al Dr. Silva Daniel, co-autor de muchas de las primeras publi-
caciones al respecto, que hoy son ampliamente conocidas en la Dimen-
sión Psico-psiquiátrica Forense aplicada.
En el ejemplo dijimos dos padres con sus hijos pero nada dijimos
de ellos. Démosle ahora una breve historicidad a esos dos hijos.
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razonable con su padre había acordado por un año ayudarlo en el comer-
cio haciendo un reparto con la camioneta del mismo.
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Sentirse “mal físicamente” fue el recurso que tuvo a mano un par
de días, como es lógico pensar no podía en el sistema familiar decir que
emocionalmente le pasaba algo que le impedía ir a trabajar.
Confesada esta vivencia, a los pocos días el joven sin que ninguna
causa aparente lo pudiese prever, estando preparado para ir hacia el ne-
gocio de su padre sufre una crisis que comienza con una sensación de no
poder respirar o que el aire que respira le es insuficiente.
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Lo medica con un ansiolítico sublingual, deja la prescripción de vi-
sitar a la brevedad a un Psiquiatra y a un Psicólogo para tratar el Tras-
torno que padece.
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No obstante les recomendó a los padres que sería de buena práctica
realizar una nueva consulta dejando pasar 6 meses y confirmar entonces
lo pesquisado en la actualidad.
39
por el observador o descriptor (Vg.: fenómenos bioquímicos de neurore-
gulación, regulación hormonal y un largo etcétera).
Tal como hemos dado a entender en los ejemplos clínicos del libro
es la recurrencia de cientos de horas, días y años de establecer en el len-
guaje mediante coordinaciones conductuales consensuales la que deter-
mina el “clima” el “mundo” en que se vive y quien lo vive.
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Claro está que cuando hablamos de cambios y autoregulación o
tendencia a la homeostasis de los sistemas no estamos refriéndonos a pe-
queños cambios, sino a aquellos que devienen de situaciones traumáticas
profundas o graves.
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afectar la cognición y la conducta del o los afectados evidenciado en el
sesgo o desvío de la conducta estándar que venía/n teniendo.
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A pesar de que, como hemos sostenido precedentemente muchos
Letrados aún desconocen conceptual y prácticamente el Daño Psíquico,
los que sí lo conocen y lo dominan han incurrido en lógicos abusos que
la “moda” y el éxito de algunas presentaciones les impusieron.
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VII) CRITERIOS DE INCLUSION PARA EL DAÑO PSI-
QUICO Fórmula Diagnóstica de los 5 elementos.
-Novedad.
Esta enfermedad psíquica debe ser novedosa en la biografía del paciente,
ya sea porque antes no estaba (inédita), o porque a causa del evento se
han acentuado significativamente los rasgos previos, de modo tal que
ahora pueden ser valorados como "enfermedad" o trastorno" nuevo.
-Nexo.
La enfermedad psíquica que se diagnostique debe tener una relación con
el trabajo o con el accidente invocados. Nexo que puede ser directo
CAUSAL (etiológico, cronológico, topográfico), o indirecto CONCAU-
SAL (acelerar, agravar o evidenciar lo previo).
- Secuela Incapacitante.
El trastorno detectado debe ocasionar algún grado de incapacidad, mi-
nusvalía o disminución respecto de las aptitudes mentales previas.
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- Irreversibilidad -Consolidación.
La incapacidad que se determine deberá ser irreversible o, al menos, es-
tar jurídicamente consolidada (es decir, que hayan transcurrido dos
años desde su comienzo a causa del evento que origina el juicio, en el
fuero, civil, o un año en el fuero laboral).
47
Capítulo 3
48
la pretensión.
La legitimación exige que la lesión recaiga sobre un interés propio,
es decir, solamente podrá reclamar la reparación del daño injustamente
sufrido, la persona que padeció el perjuicio.
El daño personal puede ser directo o indirecto.
Damnificado directo es quien sufre como víctima un daño a un
interés propio y personal, es el sujeto titular del derecho o bien jurídico
inmediatamente lesionado por el acto ilícito (art. 1079 CC).
Es quien padece un daño directamente en las cosas de su dominio o
posesión o en su persona, derechos o facultades (art. 1068 CC).
Damnificado indirecto es aquel que padece un perjuicio propio que
deriva de una lesión a bienes patrimoniales o extrapatrimoniales de otro.
Se produce de manera refleja o de rebote (par ricochet).
Esta persona sufre las consecuencias del ilícito de manera indirecta
es decir, padece un daño a título personal por un hecho ilícito que tuvo por
sujeto pasivo a otro.
La doctrina exige una serie de presupuestos: a) acaecimiento de un
hecho ilícito que afecte directamente la esfera jurídica de una persona
(víctima inmediata), b) sufrimiento por otra persona (tercero) de un daño
propio como consecuencia del hecho ilícito que afecta a la víctima
inmediata; c) existencia de un vínculo legal o contractual entre
damnificado directo o indirecto; d) verificación de una relación de
causalidad adecuada entre el hecho ilícito y el daño sufrido por la persona
indirectamente afectada.
El artículo 1078 CC reconoce legitimación para reclamar por el
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agravio moral al damnificado directo en tanto que el indirecto solo puede
hacerlo en caso de fallecimiento del damnificado directo, siempre y
cuando sea heredero forzoso.
Aunque en principio no parece censurable, sino por el contrario
prudente, esta solución rígida suele dejar tras de sí muchas injusticias. Por
eso la jurisprudencia ha ido flexibilizado esta limitación y ampliando la
legitimación de los damnificados indirectos.
El nuevo 1741 del Código Civil y Comercial amplía el elenco de
legitimados activos y con ello intenta superar la estrechez legal del 1078
CC.
La norma dice: "Indemnización de las consecuencias no
patrimoniales. Está legitimado para reclamar la indemnización de las
consecuencias no patrimoniales el damnificado directo. Si del hecho
resulta su muerte o sufre gran discapacidad también tienen legitimación a
título personal, según las circunstancias, los ascendientes, los
descendientes, el cónyuge y quienes convivían con aquél recibiendo trato
familiar ostensible".
Es decir que la reforma amplía la legitimación activa, de modo que
si se produce el fallecimiento o la víctima queda en una situación de gran
discapacidad —se entiende con nulas o muy escasas posibilidad de
autovalimiento- pueden reclamar por derecho propio," los ascendientes,
los descendientes, el cónyuge y quienes convivían con aquél recibiendo
trato familiar ostensible". También fija el carácter "resarcitorio" de la
indemnización del daño moral o extrapatrimonial y determina un
parámetro de cuantificación.
50
Supuestos de responsabilidad aplicables en materia laboral.
La existencia de un derecho de daños laborales es una cuestión que
hace, centralmente, a la articulación de la normativa que existe para
auxiliar a la víctima del daño injustamente sufrido.
Se entiende en su marco que el derecho común opera para permitir
a los dañados (el trabajador y su familia) arribar a la reparación plena que
constitucionalmente corresponde, por encima del mínimo presumido que
la tarifación asegura.
Sin embargo, es la misma confluencia de las fuentes la que en
ocasiones se aduce para escindir el razonamiento y así amparar -tal vez
inconscientemente- la desprotección.
En efecto, el reconocimiento cabal de la naturaleza contractual de la
responsabilidad del empleador y de la obligación de garantía ínsita, quita
trascendencia a la mera intervención de cosas, a la calificación sobre las
actividades o a la prueba de culpas.
Lo mismo sucede con la limitación que en este plano corresponde al
efecto relativo de los contratos, desde que en el de trabajo se protege al
trabajador pero también a su familia, que no puede quedar desamparada
en torno a la obligación que resguarda la integridad psicofísica de quien
provee los alimentos (Los sucesores serían, como dijeran Borda y de
Abelleyra (CNCiv., Sala A, 7/7/64, “Sosa de Novas, Selva M. c.
Ferrocarril General San Martín”, ED, 9-32) con respecto al contrato de
transporte ante la muerte del pasajero y con cita del art. 1195 del Código
Civil (sustituido por el art. 1024 del Código Civil y Comercial), “herederos
51
de ese contrato” tan particular que por la implícita protección que también
a ellos dispensa ejecutan ante el incumplimiento de la obligación si bien
reclamando los daños propios).
Similar cuestión se presenta en torno a la legitimación pasiva, pues
las normas que imponen la solidaridad no pueden dejar de operar
justamente cuando lo que se reclama es la reparación del más importante
de los daños, como es el padecido por un infortunio.
En función de todo ello es relevante el desarrollo de los supuestos
de la responsabilidad que contempla el Código Civil y Comercial (que no
enervan a los de pura raigambre laboral y cuyo tratamiento efectuamos en
otra obra (Véase Formaro, Juan J., Riesgos del trabajo, 3º ed., Hammurabi,
Buenos Aires, 2014)), pues no solo amparan al dependiente cuando se
insiste en la extracontractualidad de la responsabilidad por daños, sino
también a su familia si en el plano contractual se limitaran los efectos
(máxime cuando el concepto de damnificado no equivale estrictamente a
aquella, pudiendo haber más afectados).
Del mismo modo que permiten ampliar la legitimación pasiva hacia
aquellos que sin constituirse en empleador -y cuando no se aplicaran las
hipótesis de solidaridad legal de la especialidad (Véase Formaro, Juan J.,
Riesgos del trabajo, 3º ed., Hammurabi, Buenos Aires, 2014, p. 399 y ss.)-
son de todos modos dueños o guardianes de las cosas que dañan o
aprovechan las actividades que perjudican.
Así como indican los autores, imaginemos un caso práctico de la
realidad diaria del trabajo en nuestra función como abogados litigantes, así
un trabajador o una persona que reclama una reparación por un daño en su
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salud, lo que el colega piensa, es un la reparación individual del
damnificado.
Debemos ampliar la visión al ámbito familiar, todos ellos sufren el
perjuicio. La pregunta es, ¿Cómo integro a la litis a todos los actores? El
dañado, su familia nuclear (esposa e hijos), aquí se abre la chance que nos
da el nuevo código, que nos habla de gran discapacidad, para el reclamo
en conjunto.
Como siempre, el trabajo para dilucidar el reclamo es
ínterdisciplinario, con la colaboración de nuestros peritos o expertos,
integrar los reclamos, y solicitar una indemnización en conjunto por las
consecuencias del daño.
La Protección de la familia.
Si la normativa local, no daría la protección debida a la familia,
tenemos que mirar los convenios de carácter supra legal, incorporados por
el art. 75 inciso 22, así el fundamento normativo, como los artículos 14
bis, tercer párrafo, Const. Nacional; 17, 27 y cctes. de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos; 10 y 23 del Pacto Internacional de
Derechos Económicos Sociales y Culturales y Pacto internacional de
Derechos Civiles y Políticos), respeto de la integridad física y moral (arts.
17 y 19, Const. Nacional; 5 y 21 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos), igualdad ante la ley (arts. 16, Const. Nacional; 1.1 y
24 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; 2 y 26 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos), en la doctrina
emanada del art. 1079 del Código Civil en cuanto sienta el principio
53
general de responsabilidad civil, y, esencialmente, en la vigencia del
adagio alterum non laedere, que, por su recepción constitucional, merece
especial respeto (art. 19, Const. Nacional). Son respuestas y herramientas
frente a la tutela que da la justicia (arts. 18, Constitución Nacional ; 15,
Constitución Provincial de Buenos Aires.; 8 y 25, Convención Americana
sobre Derechos Humanos) ante un daño físico a la familia o a uno de sus
miembros.
54
Capítulo 4
Caso 1
Tal como ocurre en todos los sistemas familiares, los mismos son
fundados por dos individuos que le dan origen al mismo, sino que ante la
llegada de los hijos, automáticamente pasan a conformar un subsistema
55
dentro del sistema familiar, que se ha dado en llamar subsistema paren-
tal.
56
A través del paso del tiempo, cumpliendo esa labor de equilibrio
cada integrante del sistema cumplía y trataba de satisfacer las expectati-
vas puestas sobre él mismo por cada uno de los otros integrantes del
mismo.
Con el paso del tiempo toda pareja que lleva décadas de conviven-
cia, cuanto más complementaria es la misma, más rápido se comienza a
desdibujar el yo para dar lugar a un sólido “nosotros” que implica que
dos individuos que se hallan consustanciados y unidos por una fuerte
trama afectiva, vayan constituyendo una manera de percibir lo que llama-
mos “la realidad” con una visión que le es particular y característica.
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Cuando las parejas logran tamaña renuncia a sus egos (luego de
romper con serias ataduras al mismo que reflejan nuestros “valores cultu-
rales atávicos”), esa particular visión del mundo se traslada a su proge-
nie, los hijos son incorporados a esa visión y criados en valores en los
cuales la mirada del otro es una legítima mirada y con la cual se co-cons-
truye eso que llamamos realidad.
El primer gran y tremendo golpe a esa visión del mundo que carac-
terizaba a la pareja lo dio no solo el accidente y sus consecuencias inme-
diatas sino la brusca ruptura a la libertad que vivenciara Juana.
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Dada la gravedad del cuadro –sobre todo en su último lugar de In-
ternación- fue asistida por diversas especialidades médicas, obviamente
en principio fue atendida por Traumatología y ante las numerosas lesio-
nes entre ellas: multifracturas de tibia y peroné con serio compromiso
vasculo-nervioso, debió procederse a amputación suprapatelar del miem-
bro inferior izquierdo.
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De un día para otro vio modificarse no solo su cotidianeidad, sino
que tuvo que soportar estoicamente que los numerosos médicos que asis-
tían a Juana le hicieran un pormenorizado relato de los riesgos en los que
se hallaba inmersa la misma.
Entre esos riesgos, durante largos días y semanas de vigilia fue in-
formado sobre el riesgo de muerte que padecía su esposa.
Esta última situación conllevó una paradoja que nunca pudo resol-
ver. No le podía decir toda la verdad porque consideraba que no estaba
preparada para ello.
61
Debe saber el lector que todo aquello que está al servicio de un pa-
ciente en una sala de Internación ni por asomo puede ser posible de re-
producir en un hogar.
Demás está decir que tanto los primeros días de regreso al hogar
como en la actualidad (ha pasado más de un año y medio del accidente)
Juana ha tenido que improvisar un lugar donde dormir en el espacio que
era el living de la casa, en la cual aún permanece.
Esta nueva situación conllevó y conlleva hasta estos días, una pro-
funda modificación de la intimidad de la pareja, que por supuesto no solo
afecta la sexualidad de la misma, muy por el contrario el dormitorio de
62
una pareja consolidada y de años, comporta un espacio simbólico que no
puede ser menospreciado.
Tuvo que volver con frecuencia diaria al hogar materno para ayu-
dar no solo a su madre en la readaptación forzada a una “nueva vida”,
sino también para, en muchos casos reemplazarla en actividades que es-
taban a cargo de Juana y que la misma ya no podía desempeñar más.
64
predisposición para hacerlo-, no se acostumbraba a ser acompañante y
motor de una silla de ruedas.
Salir con una silla de ruedas en toda gran ciudad significa padecer
desde las dificultades típicas de transporte Vg.: la silla no cabe en cual-
quier taxi (obviamente implica un gasto cotidiano más para la economía
familiar).
65
Mariana padece en la actualidad un claro Trastorno por Estrés
Psíquico post Traumático de grado moderado.
SINTESIS
66
Durante toda la presentación se explicitó que desde la perspectiva
Sistémica Constructivista, el todo debe ser analizado como lo más impor-
tante y las partes en todo caso al estar interrelacionadas con ese todo, si
son desmembradas en partes no es con el fin causalistico que en repetidas
veces se señalara, sino que se lo realiza por cuestiones prácticas y de
época.
Esta última expresión –a nuestro modo de ver- tiene que ver con
que el Derecho no es un saber estático, no obstante en gran medida en lo
cotidiano y en su implementación, tiende a tener conceptos jurídicos que
uno vez que fueron establecidos no tengan tal dinámica en la cual la le-
gislación vaya cambiando conforme los cambios sociales y culturales así
lo indican.
67
Lamentablemente –según es de nuestro conocimiento- no existe ni
legislación ni jurisprudencia que contemple tal forma de abordaje a la
hora de reparar daño infringido a un todo que solamente es divisible
cuando se menciona a sus componentes, pero que de ninguna manera su
nominación es por orden de importancia de los mismos.
Tal como aseveramos, esta sería una visión muy inocente y que
solo mira una parte, sin duda pone el énfasis en el individuo y no el todo,
es decir la integridad del Sistema familiar de los PÉREZ-GARCÍA que
se modificó de manera violenta, injusta e imprevista para siempre nunca
más va a volver a su estado anterior.
68
CONCLUCIONES MEDICO-PSIQUIATRICO Y PSICOLÓ-
GICO LEGALES
Por las secuelas lesionales que guardan nexo causal con el acci-
dente acaecido el día 17/12/14:
69
los Dres. ALTUBE – RINALDI (págs. 216, 224, 205, 272 y 278 respectiva-
mente).
Utilizando la fórmula de Balthazar a la actora le correspondería una in-
capacidad parcial y permanente con un Total del: 78,58 %
70
Para ponderar la incapacidad descrita precedentemente se utilizó el Ba-
remo general para el Fuero Civil, Edit. GARCÍA-ALONSO, año 2.006, de
los Dres. ALTUBE – RINALDI (pág. 278).
71
En la situación de las actoras, sin dudas deberá ser sorteado un
Médico Especialista en Ortopedia y Traumatología para que evacúe las
preguntas pertinentes de su área y especialidad.
Para la Dimensión psicológica, quienes están habilitados –por ra-
zones de incumbencia Profesional- para la realización de un Psicodiag-
nóstico Psicoforense son sin dudas los Psicólogos de la Especialidad de-
nominada Psicología Forense.
En atención a ello se solicita que se sortee perito Psicólogo Fo-
rense para los puntos que en el siguiente apartado se sugieren.
72
4. Explique brevemente en que consiste la fractura del tobillo
derecho que la actora padeciera en su tobillo izquierdo.
5. Tratamientos realizados para las patologías traumatológi-
cas que presentara.
6. Secuelas que presenta en la actualidad.
7. Incapacidad que presenta actualmente la actora, en los ba-
remos de uso habitual en el Fuero Civil entre los que no puede estar au-
sente el de los Dres. ALTUBE-RINALDI.
8. Explique brevemente y con el solo fin de ilustrar a V. S., si
durante su Internación la Sra. PÉREZ padeció las siguientes complicacio-
nes Clínicas: Hemorragia Digestiva, Tromboembolismo Pulmonar y Tras-
torno Psico-psiquiátrico.
9. Indique el perito si la actora deberá realizar en el futuro tra-
tamientos de rehabilitación por sus secuelas a nivel de su miembro inferior
izquierdo. En caso positivo, tipo del mismo, costo en un medio privado y
duración.
73
e. Desiderativo
f. Rorschach
g. M.M.P.I. 2
h. Q-LES-Q Cuestionario sobre calidad de vida y satisfac-
ción o en su defecto escala de calidad de vida.
74
En el caso de presencia de algunos o todos los signos y/o
síntomas descritos el perito debe considerar si los mismos guar-
dan nexo causal con los hechos ventilados en autos
75
7) De hallar el perito minusvalía o disfunción vinculada a los hechos
ventilados en autos, califique porcentaje de incapacidad psíquica
transitoria o permanente de la actora. Incapacidad que presenta ac-
tualmente la actora, en los baremos de uso habitual en el Fuero
Civil entre los que no puede estar ausente el de los Dres. ALTUBE-
RINALDI.
8) El perito de hallar cuadro psicopatológico deberá expedirse sobre
necesidad o no de tratamiento. En caso de estar indicado este úl-
timo, definirá características del mismo (especialista que lo debe
realizar, frecuencia, duración y costo estimado del mismo).
9) Por último, de indicar tratamiento el perito deberá aclarar taxati-
vamente si la finalidad del mismo es tendiente a liquidar el cua-
dro psicopatológico o estará dirigido a que el mismo no se
agrave.
76
Caso 2
Este caso tiene la peculiaridad de que no halla involucrados a los
autores como Consultores Técnicos de parte sino por el contrario llega a
sus manos como Perito de Médico de Oficio y Psicóloga Forense experta
en Psicodiagnóstico, ambas participaciones tendientes a pesquisar presen-
cia o ausencia de Daño Psíquico.
Por razones obvias se pondrán nombres de fantasía para los actores
y demandados (aunque este último es muy fácil deducir de quien se trata).
Un trabajador de una de las líneas de subte de Buenos Aires se ha-
llaba tratando de hacer funcionar una máquina soldadora y por mal estado
de conservación de la misma y el tablero precario al que se hallaba conec-
tada se electrocuta.
La Demanda es sustanciada en el año 2012 siendo la “titular” del
reclamo la madre del occiso la Sra. INIGUEZ Jorgelina.
Cuando se comienza la tarea pericial y se cita a la actora al recabarse
los datos historiobiográficos –tal como es de regla establecer- se puede
establecer que el hijo de la actora tenía no solo pareja sino que además le
había dado un nieto a la actora.
La demanda en toda su estructura tenía un formato clásico, en la
misma se hacía especial énfasis en que el Sr. MARTINO Damián hijo ma-
yor de un total de 3 hijos de la actora, era quien no solo por ser el mayor
sino porque sencillamente era el que mejor sueldo ganaba por mes, ayu-
daba en la manutención de su madre.
La Sra. INIGUEZ desde hacía muchos años se dedicaba al cuidado
de su madre una señora añosa, motivo por el cual –además de por su edad-
77
no podía salir a ganarse sustento alguno.
De allí que ante la desaparición de su hijo brusca y repentina su vida
afectiva se derrumbó y con ella la económica.
Hasta aquí parecía una demanda más en la cual desde el punto de
vista Médico Legal no se reclamaban daños orgánicos sino por el contrario
Psico-psiquiátricos focalizados en la actora.
Es tradición en el ámbito pericial que todos los peritos de Oficio –si
es que los mismos acompañan a una de las partes- recibamos unos minutos
a los Abogados litigantes, en algunos casos algunos de ellos aguardan que
finalice el Examen Pericial para saber con certeza que Exámenes Comple-
mentarios se le solicitarán a sus representados y se marchan del Consulto-
rio con las ordenes médicas para luego adunarlas al expediente.
En ese marco de cortesía ya mencionado, se le plantea al Letrado
que llama poderosamente la atención que en la presente Litis solo haya
una actora y no 3 co-actores.
Dado que la concepción del Daño Psíquico Sistémico es un cons-
tructo teórico-práctico que los autores vienen desarrollando en su expe-
riencia Pericial desde hace unos años, se le hace saber al Letrado de tal
conjunción de saber Psico-psiquiátrico – con el saber Legal, que se viene
sustentando en diversas causas en las cuales les ha tocado actuar como
Profesionales desde las Dimensiones Psiquiátrica y Psicológica.
Pasan los meses se presenta el Informe Pericial y al poco tiempo con
una conexidad lógica entre causas, bajo el mismo Juzgado y por una evi-
dente economía procesal un nuevo expediente se sustancia teniendo esta
vez sí dos co-actores.
78
Dado que al momento del fallecimiento del Sr. MARTINO su hijo
era menor de edad, el expediente fue caratulado con dos co-actores pero a
nombre de la viuda, la Sra. Noelia DOMINGORENA en derecho propio y
en representación de su hijo menor Sergio MARTINO.
La descripción del presente caso es acotada pero a nuestro entender
contundente en cuanto a representación del daño psíquico sistémico como
entidad psico-jurídica.
Los cuadros Psicopatológicos hallados en los 3 co-actores son elo-
cuentes, ciertos y ligados causalmente con la muerte del Sr. MARTINO.
Tanto la original actora del primer expediente como los co-actores
agregados a posteriori portan trastornos psicopatológicos a saber:
Un Trastorno por Estrés Postraumático en concomitancia con un
Trastorno Depresivo Mayor, ambos de tipo grave.
Para la Sra. INIGUEZ, un Trastorno por Estrés Postraumático en
concomitancia con Trastorno de Duelo complejo Persistente (antes lla-
mado Duelo Patológico) ambos de tipo grave.
Por último el niño porta un Trastorno por Déficit de atención con
Hiperactividad.
79
Capítulo 5
Caso 1
Informe Médico-Legal del Sr. GUTEMBERG Claudio
80
Conforme pasaba el tiempo sus Empleadores le proponen
volver a la Offset, no obstante en todos los puestos de trabajo y
dado el manejo y conocimiento de todo el movimiento de la Im-
prenta se podría decir que fue también empleado de multitareas
durante sus extensas jornadas laborales (hacer paquetes, cargar
fletes, descargar fletes de papel, etc.).
Si bien muchas de las tareas que el Examinado ha reali-
zado en estos últimos 18 años comportan un manejo de la capaci-
dad intelectual (las modernas máquinas de cualquier Imprenta
mediana o grande son computarizadas y requiere de un conoci-
miento técnico ad hoc de quien las opera) en paralelo con dicha
capacidad y al tratarse de una Empresa que fue creciendo con-
forme pasaba la vida del Sr. GUTEMBERG, adquiere un valor
muy importante en su relato todo lo relacionado con el trabajo es-
pecíficamente físico.
La mención de precedente de “multitareas” adquiere un
valor médico-legal de suma importancia para poder entender y
ocuparnos de la etiología de la patología columnaria que más ade-
lante se detallará.
El Sr. GUTEMBERG en numerosas oportunidades, cente-
nares de días y días manipuló con el consiguiente esfuerzo físico
(ver en detalle este aspecto, posteriormente en las Consideracio-
nes Médico Legales) diferentes objetos de su metier Vg.: resmas
de papel para impresión (con un promedio de peso de 25 kg cada
81
una), paquetes de productos ya impresos, estos últimos en carga y
descarga sobre camiones o camionetas.
Entrevista Psiquiátrica
82
Respecto a la Atención por momentos durante algunas par-
tes de la entrevista (cuando se lo interroga acerca de detalles que
rodearon a los hechos de la relación conflictiva con sus emplea-
dores y sus consecuencias) el peritado exhibe un esfuerzo psí-
quico que se expresa con una leve hipoprosexia.
Se infiere fácilmente que dicha situación obedece al gran
compromiso emocional que desencadena el estímulo interroga-
tivo y la cadena asociativa que se actualiza con el mismo (gran
gasto de energía psíquica para que la función proxésica cumpla su
rol, siendo la misma por lo tanto pocas veces efectiva).
El examinado no presenta Alteraciones Sensoperceptivas a
lo largo de la entrevista y así mismo niega haber tenido alguna
vez esa vivencia.
Al momento actual se muestra Eumnésico para la memoria
evocativa y de fijación es decir, la actividad mnésica es encuadra-
ble dentro del promedio hallable para su condición y grupo etario.
El Pensamiento es de curso y contenido normal.
El Juicio se halla conservado en todas sus etapas por lo cual
se considera que su capacidad judicativa es la normal para un in-
dividuo de su condición cultural y social.
La Ideación es de tipo normal en todos aquellos tópicos
que no se conectan o interconectan con la situación laboral.
Cuando se estimula dicha área ideática sobrevienen mecanismos
que expresan una ideación de tipo obsesiva (sobre todo en rela-
ción al padecimiento columnario, teniendo como eje ideático, el
83
cambio en sus posibilidades como ser independiente y las reper-
cusiones en su vida laboral, social y recreativa).
Por momentos surge una clara ideación de ruina, que ex-
presa el alto impacto que la actual situación (su actual rol laboral
no tiene nada que ver con el que ocupaba antes del padecimiento
columnario) y sus consecuentes limitaciones orgánicas y psicoló-
gicas, desencadenó en el plano laboral y en el sistema familiar.
Claramente se expresa en su relato, que el padecimiento co-
lumnario modificó de manera inopinada su autovaloración como
trabajador, resulta obvio que para el momento vital que se halla
atravesando nada hacía le hacía pensar en una modificación tan
substancial.
En cuanto a su capital ideático, el mismo es coherente con
su nivel de instrucción, su asociación de ideas es según lo dicta la
lógica formal así mismo exhibe un regular manejo del pensa-
miento dialéctico.
En relación a la Asociación de Ideas, el ritmo de las mismas
en algunos momentos de la entrevista es normal y en otros se lo
halla francamente enlentecido. Esta última situación se pone de
manifiesto en circunstancias en las cuales el estímulo interroga-
tivo comporta un serio compromiso emocional con el material
ideático en juego.
En el plano de la Afectividad, a mi criterio, dicha área re-
sulta ser una de las más afectadas, el peritado se mostró con una
notable labilidad directamente asociada con las repercusiones que
84
tuvo el compromiso orgánico en paralelo con el deterioro del
vínculo empleadores-empleado y sus consecuencias en su vida
anímica y de relación.
Tal como ya se señalara en distintas oportunidades de la
anamnesis se detuvo el curso del interrogatorio para dar tiempo a
que el examinado se recompusiera y pudiera seguir respondiendo.
En cuanto al plano Volitivo, no se hallaron parámetros de
normalidad en esta área, dado que a partir de la disfunción colum-
naria que concluyera con la minusvalía psico-orgánica actual, el
examinado –sin conformar un síndrome depresivo pleno- ha visto
cambiar su humor de tal manera que predomina un tinte depre-
sivo en la mayoría de los días de su vida.
A lo largo del presente examen no se evidenciaron proble-
mas de descontrol de la Agresividad en el examinado.
En cuanto a los Instintos Básicos no se hallan signos de
normalidad en esta área. Es sabido que la mayor parte de las per-
sonas que padecen lumbociatalgia desarrollan un dolor referido
que en algunas oportunidades incide sobre la actividad sexual
propiamente dicha (el coito y los movimientos implicados en el
mismo) y una consecuente afectación de la libido.
En el caso que nos ocupa sin dudas la afectación psico-or-
gánica ha afectado su vida de relación en su pareja en forma glo-
bal.
85
SINTOMATOLOGIA HALLADA EN EL EXAMEN
PSIQUIATRICO
86
hacer paquetes, cargar fletes, descargar fletes de papel, ayudar aquí y
allá, y con el tiempo, cuando se fue agrandando el personal, enseñar, ob-
servar y corregir, a todas la personas que pasaron por la encuadernación
y fueron muchas, con el tiempo, más de 10, todo esto sin descuidar mi
trabajo. Era el responsable del área, pero solo al momento de hacerme
cargo de resolver tareas y problemas, no de reconocimiento…” (se an-
gustia)…”.
En relación a dicho malestar, frases del tenor de la reproducida
fueron expresadas reiteradamente a lo largo de todo el examen, notán-
dose siempre una coherencia entre lo referenciado y el compromiso emo-
cional exhibido
2) Recuerdos intrusos y recurrentes en relación al incidente vin-
cular: Aclaración: al solo efecto de ilustrar a V.S. haré una breve explica-
ción de que se pretende graficar con el término intruso.
En el caso que nos ocupa y de forma típica, el examinado viven-
cia que su mente es invadida de forma inopinada e involuntaria por imá-
genes y/o sensaciones que reproducen en su psiquismo, los hechos más
traumáticos que le tocaron vivir en ocasión del accidente que desencade-
naron los presentes autos.
La expresión inopinada y/o involuntaria pretende graficar lo que
ocurre en el psiquismo del examinado, ante un estímulo de la realidad
(tanto interna como externa). El estímulo desencadena la evocación de
uno o más recuerdos que sin que participe la voluntad son traídos al pre-
sente. Por lo general dichos recuerdos son vivenciados descritos como un
87
“tortura” o “pesadilla” psicológica, ante los cuales los mecanismos de
defensa del aparato psíquico fallan.
88
4) Humor depresivo: El examinado ha visto modificarse su vida
bruscamente y no ha podido asimilar las consecuencias globales del inci-
dente vincular, entre ellos se destaca la modificación que se instaló en su
poder adquisitivo a partir del uso de su licencia y su actual situación y
como esto repercutió en su vida matrimonial.
Consideraciones Médico-Legales
89
Es sabido que los discos intervertebrales, están formados por un
anillo fibroso externo y un núcleo pulposo interno, separan a las vérte-
bras entre sí.
En algunas ocasiones se suceden dos circunstancias fácticas que
pueden estar o no juntas. Por un lado cambios degenerativos y por otro
microtraumatismos o traumatismos, -o ambos sinérgicamente- pueden
romper el anillo fibroso, casi siempre en la región lumbar, y la presión
generada a ese nivel por el peso transmitido por la columna impulsa la
salida del núcleo pulposo en dirección posterior o posterolateral.
En algunos casos la salida del disco penetra en el canal raquídeo
que aloja a la médula espinal y a las raíces que de ella emergen compri-
miéndolas directamente (Lumbociatalgia típica) o disminuyendo el diá-
metro del canal sin lesionar ninguna estructura en forma directa (Sín-
drome de canal estrecho) o solamente irritando los filetes nerviosos que
se encuentran por detrás del disco herniado (Lumbalgia crónica).
Cuando la disminución del diámetro es tal que se alteran una ó
más raíces nerviosas el paciente puede presentar dolor, desde leve hasta
intolerable, falta de fuerza en todos ó en parte de los músculos del miem-
bro inferior y alteraciones de la sensibilidad como hormigueos (pareste-
sias), disminución de la sensibilidad en ciertas zonas (hipoestesias) o di-
rectamente falta de la misma (anestesia).
Esta sintomatología, cuando se trata de compresión directa de las
raíces nerviosas por una hernia discal, es persistente y muchas veces re-
quiere solución quirúrgica con lo que suele mejorar el dolor pero no
90
siempre se logra una restitución completa de la sensibilidad y motricidad
lesionadas.
En el caso del Sr. GUTEMBERG la patología se ubica en un solo
espacio intervertebral, L3-L4, sin evidencia de alteraciones discales ni
signos de artrosis en el resto de la columna.
Esto permite relacionar la patología con una sobrecarga funcional
porque en los casos de artrosis primaria la patología toma toda la co-
lumna y las discopatías son múltiples, mientras que en los traumatismos
o la sobrecarga la alteración se ubica en una zona limitada de la columna
que se corresponde con el sector que mayor esfuerzo realizó en forma
crónica.
Dado que en este caso no hay una hernia de gran tamaño la sinto-
matología no es tan grave y hay pocas posibilidades de que requiera tra-
tamiento quirúrgico, pero de todas maneras se trata de una columna que
ya está debilitada y alterada por lo que sería conveniente que el actor no
realizara más esfuerzos levantando objetos pesados porque ello podría
aumentar el tamaño de la protrusión discal y llegar a requerir tratamien-
tos más intensivos, incluyendo una posible cirugía.
91
la herniación y no a cuestiones incidentales como las son los microtrau-
matismos y/o traumatismos que sufriera el mismo.
Toda la argumentación montada acerca de procesos degenerati-
vos del denominado núcleo pulposo (en referencia al disco interverte-
bral) no solo es una argumentación discusivamente poco válida –es decir
sin mayor rigor Científico, con casuística mundial que así lo avale, etc.-
sino que sin dudas un elemento que es inherente a este tipo de argumen-
tación lo es el grupo etario.
Cuando se intenta sostener esta argumentación, vuelvo a repetir,
sin que se halle Científicamente demostrado que los procesos degenerati-
vos como la deshidratación del disco intervertebral conduzcan necesaria-
mente a una o más herniaciones, se hace mención a un grupo etario que
va entre los 30 y los 50 o más años.
A esta altura del desarrollo de las Especialidades Médicas, si esta
hipótesis fuera sustentable los Especialistas en Reumatología ya hubiesen
tenido abundante casuística acerca de la incidencia de tales supuestos fe-
nómenos degenerativos en los procesos herniarios, lamentablemente para
quienes argumentan desde este eje solo tienen un relato que a fuerza de
repetirse se intenta imponer como una verdad Científica, pero es solo eso
un relato y por lo tanto va por cuenta de quien lo sostiene.
Distinta es la experiencia de los Especialistas en Ortopedia y
Traumatología los cuales sí pueden avalar con abundante casuística la
etiología traumática para la mayoría de las herniaciones que portan indi-
viduos que justamente se hallan en el grupo etario antes mencionado (30
92
a 50), en los cuales los llamados microtraumatismos pueden ser los origi-
nantes –si se me permite la expresión- “silenciosos” de numerosos pade-
cimientos columnarios.
La expresión “silenciosos” no es casual. En muchos casos –y jus-
tamente el que nos ocupa es uno de ellos- la acción de numerosos micro-
traumas, diarios, mensuales y en algunos casos a través de años de pro-
ducción terminan en un proceso herniario sin que el sufriente pueda loca-
lizar un día de aparición del cuadro tan claro como sí ocurre cuando la
herniación es claramente consecuencia de un gran traumatismo.
Justamente lo silencioso es la incidencia, a veces cotidiana del
gran esfuerzo al que es sometida la columna en toda su extensión por ta-
reas que realiza el portador de esta patología.
En el caso que nos ocupa, el Sr. GUTEMBERG durante numero-
sos días, centenares de días y sin exagerar se podría decir que en años, ha
manipulado distintos objetos que excediendo los 20 kg ha tenido que le-
vantar, movilizar, acarrear y distintos tipos de acciones que han compor-
tado para su columna los mencionados microtraumatismos.
Tal como se fundamentara precedentemente, para el vulgo si no
hay un gran esfuerzo y un día en particular que se identifica como “el día
del accidente Laboral”, no hay accidente laboral, es decir no se tiene en
cuenta –por desconocimiento Científico obviamente- el mecanismo de
producción antes explicitado.
La patología columnaria desarrollada por el Sr. GUTEMBERG
no solo comportó las lógicas complicaciones para el buen desarrollo de
93
una jornada laboral, sino que trajeron aparejadas para el mismo, compli-
caciones que afectaron fundamentalmente 3 áreas a saber: la individual,
la familiar y la social-deportiva.
En la primera área, el examinado refiere que su dolencia colum-
naria comportó un verdadero antes y después, dado que se modificó su
vínculo de pareja (refiere como situación traumática que la incidencia del
dolor en su región dorso-lumbar ha afectado sobre su libido y la frecuen-
cia de las relaciones sexuales), que, esta situación se combina con su
brusco cambio en el área recreativa.
94
Es de destacar que desde la Dimensión Psicológico-psiquiátrica,
la credibilidad del relato del examinado es absoluta, dado que durante la
entrevista se pudo objetivar la consonancia de la afección psíquica vincu-
lada al accidente y sus consecuencias, con el relato del examinado.
El examinado ha superado ampliamente las escalas de confiabili-
dad y validez de los Tests a los que ha sido sometido –que se adjunta-,
por ello se ha descartado plenamente: neurosis de renta, patomimia, men-
tira patológica y cualquier otra signo-sintomatología que hubiera permi-
tido pensar en base psicopatológica previa.
Es importante destacar un aspecto no siempre tenido en cuenta en
casos como el que nos ocupa.
El Derecho Laboral tiende a pensar en términos taxativos y traza
una línea de separación muy neta entre el rol del Empleador y el Em-
pleado.
Esta situación es así de taxativa y si se me permite la expresión –
despersonalizada- en los casos de las grandes Empresas o Industrias.
A nadie en su sano juicio se le ocurriría argumentar algo acerca
del psiquismo de un trabajador en su “relación” con su empleador si tra-
bajara por ejemplo en la Ford.
El número de empleados con distintas jerarquías y roles demar-
can de forma habitual y diaria y los vínculos son justamente “desperso-
nalizados” por la propia situación de masividad de empleados y el desco-
nocimiento absoluto de quien es en realidad el verdadero empleador, tal
como claramente se puede ejemplificar en el caso de la empresa mencio-
nada, dado que centenares de miles de trabajadores que han pasado por
95
ella solo han conocido a algún integrante de la familia Ford solo por fo-
tos de algún periódico o revista.
El caso peculiar de las vulgarmente conocidas como “Pymes”
tiene una particularidad sobre la cual vale la pena ahondar, porque ello
echará sin dudas luz para el caso que nos ocupa.
El Sr. GUTEMBERG ha ido acompañando con su vida como tra-
bajador el desarrollo de la pequeña imprenta que otrora fuera la de sus
empleadores.
Durante años, meses, centenares de días y horas, no solo laboró
comprometidamente en los distintos roles que le tocara actuar, sino que
también conforme pasaba el tiempo en una relación vincular co-cons-
truida con sus empleadores fue tejiendo una trama emocional y afectiva
que sin duda fue alimentada por ambas partes.
Esta trama emocional vincular, se halla sumamente estudiada y
descrita por la llamada Psicología Empresarial y es una situación suma-
mente común de desarrollo en las Pymes.
Obviamente como toda situación humana, tiene sus vertientes po-
sitivas y también las negativas y oscuras. Sobre todo estas últimas si no
son detectadas y tratadas a su debido momento, suelen “hacer síntoma” y
entorpecer sobre manera el vínculo empleador-empleado afectando sin
dudas el verdadero objeto que originalmente hiciera posible la relación,
la producción de mercancía en base al trabajo en el cual obviamente nada
tienen que hacer las emociones y los afectos humanos.
Todo esto es clarísimo, tal como se lo destacar precedentemente
en las grandes empresas.
96
En el caso que nos ocupa, la dualidad y la co-construcción entre
el Sr. GUTEMBERG y sus empleadores han ido generando una falsa
identidad del vínculo, que en la mayoría de los casos –si no obedece a
una mala intensión consciente- se asimila a un vínculo primario por el
que todos los seres humanos pasamos y nos marca vincularmente.
Me refiero en particular a la familia nuclear y todo lo que de ella
deviene en nuestra especie.
Es sumamente común que la falsa identidad de la que hablara se
exprese, (consciente o inconscientemente) en definir a la mini empresa
“como si fuera una familia”.
Durante años el Sr. GUTEMBERG se sintió parte de esa “fami-
lia”, paradójicamente era consciente de su rol de empleado, pero por otro
la cercanía y cotidianeidad del vínculo lo fue haciendo “testigo” y parti-
cipe de las distintas vicisitudes por las cuales la empresa y sus compo-
nentes fueron atravesando en los últimos 18 años.
Con satisfacción y no poco orgullo fue sintiendo que el creci-
miento de la pequeña imprenta para llegar a ser la que es hoy, mucho
tuvo que ver en ello su entrega como uno más de la “familia”.
Ahora bien, cuando más arriba se hace mención a una “falsa iden-
tidad”. Es obvio que se está categorizando desde una lectura externa (y
por ende desafectivizada, como la que puede tener un Psicólogo Empre-
sarial llamado a hacer diagnóstico) a un vínculo que sin dudas no tendría
que tener nada de “contaminación” vincular. Un empleado y su emplea-
dor no son y nunca deben ser ni serán ni “una familia” ni nada que
se le parezca.
97
Examinado y cotejado desde esta óptica, el relato de la vincula-
ción emocional y afectiva que el Sr. GUTEMBERG ha exhibido durante
el examen resulta no solo verosímil sino que muchos datos y detalles ex-
puestos en su discurso son –si se me permite nuevamente una grosera ex-
presión- “calcados” en trabadores de pequeñas o medianas empresas que
este examinador ha conocido en su experiencia médica.
Tal como suele ocurrir en la vida, las ficciones en algún momento
se caen por el peso de la realidad externa.
El padecimiento orgánico, vino de alguna manera a actuar como
un “despertador”.
A la hora de la verdad, el vínculo emocional-afectivo del que
se hablara abundantemente en párrafos anteriores, se cayó!!!, el em-
pleador en la metáfora mencionada –por lo general siempre es el primero
en despertarse, o en el peor de los casos nunca estuvo soñando-, se des-
pertó y operó en la única y verdadera realidad vincular.
Atrás quedaron los momentos felices de la “familia” y lo co-cons-
truido, la “camiseta” de la empresa que todos llevan por igual, y por pri-
mera vez, en esta metáfora ahora futbolística, los jugadores comienzan a
irse a cambiar a vestuarios diferentes, por un lado van los empleados y a
otro vestuario los empleadores.
A esta altura del relato, es importante traer a la Ford nuevamente
a la mano.
98
En relación con esta última metáfora, no es necesario aclarar que
en una gran empresa como la mencionada sería delirante que alguien sos-
tuviera estados confusos o de “relato”, hay hechos concretos y determi-
nantes que nos hablan de la realidad y las cosas son como son.
Los “vestuarios” están delimitados y no son para nada confusos
desde hace más de 100 años.
A nadie en su sano juicio se le ocurriría describir los vínculos la-
borales, diagnosticarlos y mucho menos argumentar sus hallazgos desde
la emotividad antes mencionada.
Conclusiones
El Sr. GUTEMBERG presenta desde la Dimensión Traumatoló-
gica limitación orgánica evidenciada en: Lumbociatalgia de columna
99
lumbo-sacra que comporta una Incapacidad parcial y permanente Subto-
tal del: 10 % y con mecanismo de producción verosímil para una situa-
ción y circunstancias como las de la ocupación y oficio del Actor.
Además el peritado presenta desde la Dimensión Psico-psiquiátri-
ca, signos y síntomas de un Trastorno por Stress Post Traumático en con-
comitancia con un Trastorno Adaptativo, los cuales se encuadraría dentro
del denominado Daño Psíquico.
En mi opinión, es altamente probable que los cuadros hallados
guarden nexo causal con el incidente vincular que sufriera y que se es-
pera no lo conduzca a demandar judicialmente.
Ponderado el caso que nos ocupa con los Baremos vigentes la ex-
pectativa de Incapacidad psíquica parcial y permanente que no podría ser
inferior al 15 %.
Aplicando la fórmula de Balthazar el peritado presenta una Inca-
pacidad parcial y permanente en un Total del: 23,50 %.
Para ponderar la incapacidad descrita precedentemente se utilizó
el Baremo general para el Fuero Civil, de los Dres. ALTUBE – RINAL-
DI, Edit. GARCÍA-ALONSO, año 2.006, (100sico. 157 y 278 respec-
tiva-mente).
Puntos de Pericia sugeridos para las dos Dimensiones participan-
tes
En el eventual caso en el que se llegue a una litis deba actuar un
Perito de Oficio, se ruega al Magistrado actuante que tenga en considera-
ción el siguiente pedido.
100
En razón de economía procesal para caso como el que nos ocupa,
se suele sortear de la lista a Peritos a Médicos que reúnan la Especialidad
de Legista y Psiquiatra para que actúe como perito único del caso.
En la situación del Sr. GUTEMBERG sin dudas deberá ser sor-
teado un Médico Especialista en Ortopedia y Traumatología para que
evacúe las preguntas pertinentes de su área y especialidad.
Para la Dimensión psicológica, quienes están habilitados –por ra-
zones de incumbencia Profesional- para la realización de un Psicodiag-
nóstico Psico-forense son sin dudas los Psicólogos de la Especialidad de-
nominada Psicología Forense.
En atención a ello se solicita que se sortee perito de dicha espe-
cialidad para los puntos que en el siguiente apartado se sugieren.
101
3. Tratamientos realizados para la patología que pre-
sentó.
4. Secuelas que presenta en la actualidad.
5. Incapacidad que presenta actualmente el actor,
tanto por el baremo de la ley de accidentes de trabajo como por
los baremos de uso habitual en el Fuero Civil.
6. Si es posible que en el futuro la patología se agrave
y requiera un tratamiento quirúrgico. En caso positivo costo de la
misma en un medio privado así como el costo y duración de la
rehabilitación postoperatoria necesaria.
7. Si es posible que los tratamientos médicos o qui-
rúrgicos permitan una “restitutio ad integrum” de la lesión o por
el contrario, siempre quedarán secuelas. Fundamentar Científica-
mente sus asertos (Bibliografía, casuística, etc.).
8. Relación de la hernia discal con el trabajo reali-
zado. Para evaluarlo tener en cuenta el resultado del examen Psi-
codiagnóstico, los periódicos y la fecha de la primera manifesta-
ción de la patología.
9. Informe si el actor podría haber realizado normal-
mente el trabajo descripto en el supuesto caso de haber tenido la
protrusión discal desde el ingreso al trabajo.
10. Si el actor deberá realizar en el futuro tratamientos
de rehabilitación por sus secuelas, en caso positivo, costo en un
medio privado y duración.
102
11. Si esta secuela puede dificultar la realización de
deportes, trabajar agachado o levantar objetos pesados, afectar su
sexualidad. Fundamentar Científicamente sus asertos (Bibliogra-
fía, casuística, etc.).
12. Si el actor se encuentra disminuido por sus secue-
las físicas en sus posibilidades de aprobar un examen Psicodiag-
nóstico tipo.
Dimensión Psicológica Sr. GUTEMBERG
1) El perito debe establecer mediante una completa batería de Tests
un Psicodiagnóstico que dé cuenta del perfil estructural del exa-
minado, en el cual no pueden estar ausentes los siguientes:
a. H.T.P.
b. Bender
c. Desiderativo
d. Rorschach
e. M.M.P.I. 2
f. Q-LES-Q Cuestionario sobre calidad de vida y satisfac-
ción o en su defecto escala de calidad de vida.
103
c. Esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que
motivan recuerdos del trauma
d. Reducción acusada del interés o la participación en activi-
dades significativas.
e. Cambio de carácter, sensación de desapego o enajenación
frente a los demás
f. Sensación de futuro desolador
g. Humor depresivo
h. Dificultad en la Atención, Concentración y Memoria de
fijación.
i. Problemas en el Sueño
En el caso de presencia de algunos o todos los signos y/o sínto-
mas descritos el perito debe considerar si los mismos guardan nexo cau-
sal con los hechos ventilados en autos
104
6) De hallar disfunción se debe pronunciar acerca de si la misma li-
mita su capacidad de goce a nivel:
a. Individual
b. Familiar
c. Laboral
d. Social
e. Recreativa
7) El perito debe descartar o confirmar si la actora a consecuencias
de los hechos de autos presenta disfuncionalidad que comporte
Daño Psíquico. En caso positivo o negativo fundamente sus aser-
tos.
8) De hallar el perito minusvalía o disfunción vinculada a los hechos
ventilados en autos, califique porcentaje de incapacidad psíquica
transitoria o permanente de la actora.
9) El perito de hallar cuadro psicopatológico deberá expedirse sobre
necesidad o no de tratamiento. En caso de estar indicado este úl-
timo, definirá características del mismo (especialista que lo debe
realizar, frecuencia, duración y costo estimado del mismo).
10) Por último, de indicar tratamiento el perito deberá aclarar taxati-
vamente si la finalidad del mismo es tendiente a liquidar el cua-
dro psicopatológico o estará dirigido a que el mismo no se
agrave.
Dimensión Psicológica Sr/es. (nombre/s de los Emplea-
dores)
105
1) El perito debe establecer mediante una completa batería de Tests
un Psicodiagnóstico que dé cuenta del perfil estructural del Sr.
……………….del cual no pueden estar ausentes los siguientes:
a. H.T.P.
b. Bender
c. Desiderativo
d. Rorschach
e. M.M.P.I. 2
2) Reconstruyendo la historia vital de los mismos se deberá determi-
nar si como consecuencia de la relación laboral descrita hubo o
hay disfunción y/o deterioro en las siguientes áreas:
a. Afectiva
b. Intelectiva
c. Volitiva
d. Vincular
3) De hallar disfunción se debe pronunciar acerca de si la misma
puede tener incidencia a nivel:
a. Individual
b. Familiar
c. Laboral
d. Social
Sin más que informar acerca del tema que SERÁ JUSTICIA.
106
Caso 2
107
sus superiores manteniendo con respecto a la actora un trato desigual y
discriminatorio con relación a los demás dependientes.
108
El obrar de la patronal se implementaba por medio de una extrema
posición psicológica a la que se sometía a la actora, atribuyéndole que
exageraba o directamente fraguaba su estado de salud para eludir sus obli-
gaciones laborales.
109
No debe extrañar entonces que en el transcurso de la relación laboral
la actora presentara una sintomatología psicofísica cuyo foco de agrava-
miento era su situación laboral, tales como fatiga mental, estrés, depre-
sión, temor a enfermarse, inhibición en la relación social, a lo que se le
sumaba dolores de cabeza, dificultades para dormir, y en particular des-
órdenes en su aparato digestivo.
110
Una vez dada de alta de aquella licencia médica, la actora retomó
tareas, empero su situación en la empresa el maltrato no había cambiado,
al contrario el mismo prosiguió en forma virulenta.
111
Es oportuno destacar que conforme literatura médica, la enfermedad
Celíaca consiste en una intolerancia permanente a la gliadina y a otras pro-
teínas afines, que produce una atrofia severa de las vellosidades intestina-
les, ello explica las graves indisposiciones que sufría la actora en su lugar
de trabajo, indisposiciones que la patronal consideraba que se trataban
de meras simulaciones o exageraciones de la trabajadora, extremo que a
su vez y tal como un círculo vicioso erosionaba cada vez más la psiquis
de la trabajadora, y en esa misma medida se agravaba su cuadro orgánico.
112
comienzo de la relación laboral se hallaba compensado y sin síntomas que
afectaran la vida de una joven de su edad y condición.
Si hay algo que desde los años 50 del siglo pasado la Medicina mo-
derna pudo fundamentar Científicamente es que algunas patologías médi-
cas de gran repercusión orgánica (asma, alergias, psoriasis, vitíligo, colitis
ulcerosa, enfermedad celíaca y una larga lista de enfermedades) tienen su
base en el psiquismo de quien la porta.
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La Srta. LEGUIZAMÓN comenzó a tener dificultades para interre-
lacionarse, recluyéndose en su vivienda, máxime que sus indisposiciones
digestivas la cohibían aún más, sintiéndose avergonzada por los efectos
secundarios de su enfermedad orgánica
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Es conocido que para que se configure el Acoso en el ámbito laboral
este debe reunir ciertas condiciones.
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6) La descalificación humillante y en presencia de los compañeros
de trabajo de las propuestas u opiniones de trabajo;
7) Las burlas sobre la apariencia física o la forma de vestir, formu-
ladas en público;
8) La alusión pública a hechos pertenecientes a la intimidad de la
persona;
9) La imposición de deberes ostensiblemente extraños a las obliga-
ciones laborales, las exigencias abiertamente desproporcionadas
sobre el cumplimiento de la labor encomendada y el brusco cam-
bio del lugar de trabajo o de la labor contratada sin ningún fun-
damento objetivo referente a la necesidad técnica de la empresa;
10) La exigencia de laborar e n horarios excesivos respecto a la jor-
nada laboral contratada o legalmente establecida, los cambios
sorpresivos del turno laboral y la exigencia permanente de labo-
rar en dominicales y días festivos sin ningún fundamento obje-
tivo en las necesidades de la empresa, o en forma discriminatoria
respecto a los demás trabajadores o empleados;
11) El trato notoriamente discriminatorio respecto a los demás em-
pleados en cuanto al otorgamiento de derechos y prerrogativas
laborales y la imposición de deberes laborales;
12) La negativa a suministrar materiales e información absoluta-
mente indispensables para el cumplimiento de la labor;
13) La negativa claramente injustificada a otorgar permisos, licen-
cias por enfermedad, licencias ordinarias y vacaciones cuando se
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dan las condiciones legales, reglamentarias o convencionales
para pedirlos;
14) El envío de anónimos, llamadas telefónicas y mensajes virtuales
con contenido injurioso, ofensivo o intimidatorio o el someti-
miento a una situación de aislamiento social.
119
marca que dejan en el denominado “psiquismo” o “aparato psíquico” las
figuras parentales.
Dado que se han reproducido fielmente los ejes que el Letrado pa-
trocinante pusiera de manifiesto en el inicio de Demanda no es necesario
repetir o ahondar demasiado en los fundamentos de la acción.
De esta manera hay un lugar oscuro que todas las personas tenemos
donde podemos albergar algún tipo de “monstruo” que de vez en cuando
sale y asume conductas o actos de valor jurídico del cual el individuo o
actor no se puede hacer cargo porque lo que hizo no es consciente no es
imputable tal origen de la factico.
124
Puestos estos individuos en una relación asimétrica a nivel laboral
porque son los dueños de la Empresa o los Gerentes o a veces simplemente
un escalón más arriba pero cercano a un empleado como puede ser un En-
cargado, hacen uso y abuso no solo de la asimetría a nivel laboral sino
aquella que deviene de las categorías éticas y morales con las cuales se
mueven y producen a nivel vincular.
126
franca- surcando su cara, un guiño de ojo y hasta una “palmadita” cóm-
plice en la espalda de la Empleada.
127
Claro está que si Carmela hubiera podido decir algo por el estilo
probablemente en su Terapia los ejes de la misma hubieran discurrido por
otros carriles y sus problemas vinculares serían de otra índole.
Hay una gran verdad que todos los Psicoterapeutas decimos (inde-
pendientemente de la corriente a la que suscribamos) “todo lo que no se
habla o se actúa o se somatiza”.
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Espacio para la Polémica
129
halle siempre en el ideal del 50 % de cada uno, si definimos a la realidad
co-construida como el 100%-
Queremos graficar con ello que cuando puntuamos o señalamos
algo de la realidad y lo cotejamos con otro como co-constuctor, cuando
se trata de una descripción en la cual hay acuerdo, nunca o casi nunca
tiene sentido establecer como se llegó al acuerdo (que parte puso cada
uno en el producto, 50% cada uno, 60% y 40%, números que siempre
rondaran en el equilibrio), el problema se suscita en los desacuerdos.
Justamente en los desacuerdos es donde se juega y se prueba la
“realidad vincular” de los co-constuctores.
Cuanto más antigüedad tiene el vínculo más profundo es el mismo
y por lo general más tendiente a la complementaridad.
En los desacuerdos los co-constructores de una determinada “reali-
dad” tienen dos caminos o posturas epistémicas, o se hacen cargo res-
ponsablemente de que lo que llaman realidad lo co-construyen (en los
porcentajes antes señalados ideal y dinámicamente hablando) o uno de
los dos se separa de propuesto básico emocional de reconocer al otro
como legítimo otro y propone determinar y definir la realidad tal como él
y solo él determina que es la realidad.
Damos por supuesto que la relación laboral establecida en los roles
Empleador – Empleado se establece en la segunda descripción de la
realidad descrita.
Por definición –socialmente aceptada o no- la dupla mencionada es
asimétrica. El empleador decide qué se produce, cómo se lo produce, en
130
cuanto tiempo y a qué costo, etc. etc.. El empleado solo acepta todas las
condiciones a cambio de un salario.
Esta sencilla definición casi de Perogrullo, es la que es transgredida
en centenares de horas, días, a veces años por los hechos producidos en
la dupla vincular analizada.
Atendiendo a la asimetría vincular, es sabido que en el Derecho
Laboral se tiene en cuenta que el Empleador tiene mayor cantidad de re-
cursos (de todo tipo y especie) en relación a su Empleado y de allí que
para “equilibrar” la asimetría ante un litigio –permítasenos un rápido re-
sumen- es el Empleador el que debe demostrar que no es culpable ante
un reclamo de su Empleado.
Como parte de esa mayor cantidad de recursos, los Empleadores
por lo general hacen uso (y en algunos casos abuso) de la mayor cantidad
de recursos que le da su Cultura y por ende los conocimientos y/o mane-
jos que le puede brindar su conocimiento incluso en Ciencias como la
Psicología y la Psiquiatría (muchos cursos para CEOS tienen como eje el
instruir en estos aspectos a sus cursantes).
131
“falsa identidad del mismo”, estimulada por el Empleador la vivencia y
reproducción del ámbito familiar era lo que primaba.
Tal desajuste y falsedad llegó a tener el vínculo que en más de una
oportunidad el Empleado mencionó que con cierto orgullo llegó a co-
mentarle a amigos o parientes que su Patrón más que Patrón era un
amigo, como un hermano mayor en otras ocasiones.
Está absolutamente comprobado en Salud Mental el daño que pro-
duce psíquicamente la mentira o el engaño. Como parte de nuestra socie-
dad imperfecta, sabemos y culturalmente estamos “preparados” para so-
portar, tolerar e incluso convivir con el engaño y la mentira a nivel social
y los reclamos respecto al daño psíquico que tal situación social nunca o
casi nunca tiene un sujeto a quien se le puede reclamar tal daño.
En cambio en las relaciones que se extienden a través del tiempo y
que por ende generan responsabilidad vincular, los protagonistas de los
vínculos que conformamos nos tenemos que hacer cargo de lo que nues-
tras acciones u omisiones generan en el otro y ni que hablar si el pro-
ducto de las mismas es dañoso.
El Empleador del Sr. GUTEMBERG entraba y salía de la relación
simétrica (definida como falsa, mentirosa y por ende dañosa) sin hacerse
cargo de lo que ello implicaba en su co-partícipe.
Centenares de días, horas y años, el Empleado tuvo que procesar
psíquica y emocionalmente el daño que le producía esta entrada y salida
de su Empleador en un modo vincular en el cual a la hora de la verdad
(ante los desacuerdos) se terminaba zanjando desde la lógica asimétrica
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de la cual no deberían haber salido nunca que establece la distancia obje-
tiva entre Empleador-Empleado.
Esta es la especie de Daño Psíquico, que lógicamente expresado en
cuadro Psicopatológico debe ser tenido en cuenta a la hora de reclamar o
litigar y que hasta el hartazgo hemos señalado, que rara vez es tenido en
cuenta para su natural y resarcimiento.
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Bibliografía
(1) BRADFORD Keeney, “La estética del cambio” 1983, “el terapeuta
sistémico” 1990.
(2) MATURUNA ROMESÍN Humberto, “La Objetividad un argumento para
obligar”, “de la Biología a la Psicología”, “Emociones y Lenguaje en Educa-
ción y Política”
(3) VICO Giambattista
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Glosario:
Multivérsico/a: Se utiliza en contraposición con la visión Univer-
sal que acostumbramos tener cuando definimos, describimos o distingui-
mos.
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ANEXO
Requisitos Incapacidad
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miento, el dictamen del Daño Psíquico Sistémico hallado debe estar re-
frendado y/o Supervisado por Especialista en Terapia Familiar de orien-
tación Sistémica.
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