Convivencia Generacional RRHH

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Convivencia generacional como desafío y enriquecimiento

institucional

A partir del siguiente artículo intentamos dilucidar los aportes que las diferentes generaciones
(preexistentes) podrían hacer a los Millennials, considerando los desafíos subjetivos que estos
evidencian.

Es bien sabido que la Generación Y presenta dinamismo y fuerte apego a las tecnologías, pero ¿Es
todo color de rosas dentro de esta generación? ¿Es posible que otras generaciones lo ayuden en el
armado de subjetividad en su espacio laboral? ¿Podrían los Millennials adaptarse y aprender de la
generación Baby Boomers?.

El mundo laboral en la actualidad está marcado por la diversidad generacional lo que implica para las
empresas un gran desafío al momento de pensar y aportar a la construcción de la cultura
institucional, ¿Como convocar a todos los talentos para que continúen aportando a la empresa si en la
misma encontramos personas con una diferencia de cuarenta años aproximadamente?

A menudo, las empresas tienden a favorecer un enfoque más tradicional del trabajo y la cultura
organizacional, lo que puede generar desafíos para las generaciones más jóvenes que buscan un
mayor equilibrio entre el trabajo y la vida personal, así como una mayor autonomía en su forma de
trabajar. En última instancia, las empresas que reconocen y se adaptan a las necesidades de todas las
generaciones pueden crear un ambiente más inclusivo y enriquecedor, lo que a su vez puede conducir
a un mayor compromiso y retención de empleados de todas las edades.
Los Millennials llegan a las empresas con un aire fresco, dinámico, donde la mirada está puesta en
disfrutar el proceso, pero ¿realmente lo disfrutan o es una respuesta reactiva a la incapacidad de
sostener proyectos a largo plazo? Aquí es donde los Baby Boomers podrían servir como un referente
y apoyo, un corte desde lo real, anclando a esta nueva generación a lo concreto y la proyección a un
posible futuro, teniendo en cuenta que la generación de los ‘40-’50 está marcada por un gran sentido
de la disciplina y la mirada a los frutos de su trabajo hacia el futuro, algo que a nuestra generación
quizás le cuesta imaginar; es que la inmediatez , baja tolerancia a la frustración y a la espera de la
gratificación dan como resultado el salto de empresa a empresa, como así también, el abrirse camino
desde el emprendedurismo. No consideramos que ello esté mal, pero responde a modalidades
evitativas de la realidad y una necesidad constante de placer.
El encuentro de dos generaciones tan antagónicas implica la puesta en juego de habilidades sociales
y herramientas de interacción completamente opuestas, pero quizás, desde un punto de vista
optimista, complementarios.

En la generación B.B. encontramos un talento que requiere de una decisión entre la vida personal y
laboral, un paradigma tradicional de trabajo donde se asiste en un lugar y horario fijo de trabajo, los
Millennials por su lado, rompen este paradigma, poniendo foco en su “salud mental”, al no tener que
movilizarse a una oficina o cumplir con rutinas muy marcadas, pero ¿Qué impacto generan estas
decisiones en su vida diaria? Lo laboral y personal se mezclan todo el tiempo, generando una
sensación de hiperconexión y burnout.
¿Qué alternativas podríamos pensar? Desde el espacio de Recursos Humanos de las empresas se
podrían gestar espacios de apoyo mutuo de talentos, apuntalando a ese par desde las fortalezas de
cada perfil y así encontrar un bien común.
Por otro lado, cada generación en el lugar de trabajo tiene sus propias motivaciones y expectativas.
Los Baby Boomers, se sienten motivados por el reconocimiento y la estabilidad laboral. Para ellos,
alcanzar hitos profesionales y ser valorados por su experiencia son fuentes importantes de
motivación. En contraste, la Generación X busca un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, por
lo que la flexibilidad y la autonomía en sus tareas son motivadores significativos. Los Millennials,
que crecieron en la era digital, tienden a valorar el propósito y la contribución social en su trabajo,
buscando empresas que compartan sus valores y les ofrezcan oportunidades de desarrollo continuo.
Por último, la Generación Z, que está ingresando al mundo laboral, tiende a estar motivada por la
innovación y la tecnología, y busca un ambiente de trabajo que les permita aprender y crecer a través
de la creatividad y la adaptabilidad.

Pensar en términos de diversidad siempre supone un desafío, es mirarnos y encontrar en lo distinto


aquello que me falta o incomoda. Hablar de choques generacionales aún más, porque es como hablar
dos idiomas diferentes. Pero justamente lo diverso implica heterogeneidad, riqueza, re-pensarse y re-
pensarnos en un todo, donde convivir sea una experiencia de aprendizaje.

Cada generación trae algo valioso, mirar no solo el talento desde lo que sabe, sino también desde su
perfil laboral y esos aportes a la cultura organizacional (y a cada cliente en particular) puede significar
un plus siempre y cuando sea abordado y acompañado desde un espacio de liderazgo y contención
como lo implica el espacio de Recursos Humanos, de esa manera si apuntamos también a la siguiente
generación, esta podría entrar en un ambiente laboral con mayor eficiencia.

Nicole Conesa- Legajo 90306

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