Que Son Las Algas
Que Son Las Algas
Que Son Las Algas
Programa de Biología
No existe una definición inequívoca y universal de las algas. Desde un punto de vista práctico, pueden ser
definidas como los organismos vivos que realizan fotosíntesis oxigénica que no son plantas terrestres. En
esta amplia definición se abarca a un conjunto muy diverso y polifilético de organismos, desde procariotas
hasta eucariotas, y desde organismos unicelulares hasta organismos multicelulares que pueden alcanzar
varios metros y poseer tejidos diferenciados. La historia evolutiva de las algas es muy compleja e implicó,
por una parte, «evolución horizontal», en la que organismos inicialmente heterotróficos, no relacionados
directamente entre sí, adoptaron el modo de vida fotosintetizador mediante la adquisición endosimbiótica
de plastidios o cloroplastos. Por otra parte, también implicó «evolución vertical», en la que a partir de un
ancestro fotosintetizador común se originaron distintos linajes de organismos fotosintetizadores actuales
por divergencia evolutiva.
No es fácil definir técnicamente las algas. Posiblemente, casi todas las personas tienen un concepto
familiar o intuitivo de qué es un alga, pero definirlas realmente en términos científicos inequívocos no es
nada simple. Normalmente, cuando se escucha la palabra «algas» se piensa en los organismos que hacen
fotosíntesis y que viven en el mar y también en estanques, lagos y otros cuerpos de aguas dulces o
contienen-tales. Es decir, típicamente se piensa que las algas son los organismos fotosintetizadores
acuáticos. Esta idea familiar de las algas abarca organismos que son visibles a simple vista o
macroscópicos, conocidos como macroalgas. Es el caso de las algas marinas que parecen pequeñas plantas
de color pardo, rojo, verde, etc., y que vemos adheridas en las rocas y otros substratos en las costas.
Nuestra idea común de las algas también abarca a los organismos fotosintetizadores microscópicos (las
microalgas), que solo podemos observar detalladamente con la ayuda de un microscopio (figura 1.1).
Ejemplos de los distintos grupos de algas y de su diversidad estructural, representados en dibujos en línea.
(a-c): Cyanobacteria: (a) Synechococcus, una cianobacteria unicelular; (b) Anabaena, cianobacteria
filamentosa con diferenciación celular; (c) Chroococcus, cianobacteria colonial, con células encerradas por
una capa de mucílago prominente. (d) Glaucophyta: Cyanophora, un alga unicelular flagelada con plas-
tidios muy similares a cianobacterias. (e-g) Rhodophyceae: (e) Porphyridium, un alga roja unicelular; (f)
Stylonema, alga roja seudofilamentosa; (g) Sebdenia, un alga roja macroscópica constituida por
numerosos filamentos que se anastomosan entre sí y establecen fusiones celulares, formando un cuerpo
compacto y visible a simple vista. (h-l) Chloroplastida: (h) Chlamydomonas, un alga verde unicelular
flagelada; (i) Pediastrum, un alga verde colonial, en la que las colonias siempre son constituidas por el
mismo número de células y mantienen una morfología general, típica de cada especie; (j) Closterium, un
alga verde unicelular no flagelada con células divididas en dos mitades simétricamente similares; (k)
Ulothrix, un alga filamentosa no ramificada con plastidios laminares dispuestos en la periferia de las
células; (l) Caulerpa, un alga verde constituida por células altamente complejas, multinucleadas, muy
alargadas y profusamente ramificadas, que forman colectivamente una estructura macroscópica,
superficialmente parecida a una «planta». (m-n) Cryptophyceae: (m) Cryptomonas, un alga flagelada
fotosintetizadora que también es capaz de fagocitar bacterias; (n) Chilomonas, un «alga» no
fotosintetizadora con plastidios no pigmentados, que se nutre de forma heterotrófica. (o-p) Haptophyta:
(o) Prymnesium, un alga flagelada que posee un apéndice adicional o haptonema, y que es rodeada por
escamas orgánicas; (p) Emiliania, un alga unicelular rodeada por una capa de escamas calcáreas. (q)
Chlorarachnea: Chlorarachnion, célula ameboidea fotosintetizadora con plastidios, y célula flagelada, con
un único flagelo que se enrolla alrededor de la célula. (r) Paulinella chromatophora, una amiba filosa
cubierta por una testa de escamas silificadas, con plastidios o cromatóforos muy similares a
cianobacterias. (s-v) Ochrophyta: (s) Ochromonas, un alga unicelular flagelada; (t) Navicula, un alga no
flagelada rodeada por una cobertura silificada compuesta básicamente por dos piezas que encajan entre
sí; (u) Tribonema, un alga filamentosa en la que cada célula es rodeada por una cobertura constituida por
dos piezas; (v) Lessonia, alga macroscópica constituida por tejidos diferenciados. (w-x) Dinoflagellata: (w)
Ka-renia, un alga unicelular con dos flagelos, uno de los cuales es cintiforme, presenta numerosas
ondulaciones y se aloja en una depresión transversal de la superficie de la célula; (x) Ceratium, otro
dinoflagelado, en el que las células son cubiertas por placas rígidas de celulosa y tiene una morfología
típica con proyecciones similares a cuernos. (y) Colpodellida: Chromera, célula no flagelada y célula
flagelada. (z) Euglenophyceae: Euglena, un alga unicelular con dos flagelos insertados en una invaginación
típica de la superficie celular (uno solo de los flagelos emerge de la invaginación). Barras de escala: 2 μm
(p); 5 μm (a, d, e, h, m, n, o, s, y, z); 10 μm (b, q, r, t, w); 20 μm (k, x, u); 25 μm (c, i); 40 μm (f); 50 μm (j);
500 μm (g); 1 cm (l); 5 cm.
A simple vista las microalgas únicamente son evidentes cuando forman agregados de filamentos
diminutos, o cuando forman manchas o costras adheridas a diversos sustratos normalmente húmedos; o
también cuando forman masas de aguas coloreadas de tonalidades de verde en lagos, charcas, canales y
otros cuerpos de agua especialmente cuando hay una alta concentración de nutrientes de nitrógeno y
fósforo (eutrofización), muchas veces debida a la contaminación orgánica. Estas masas de aguas
coloreadas debido a la presencia de numerosas células de microalgas ocasionalmente también se
observan en el medio marino y, en este caso, el público general las denomina «mareas rojas», debido a
que en aguas marinas las microalgas frecuentemente contienen altas cantidades de pigmentos
pardos o rojizos.
Volviendo a la definición de las algas como colectivo, el concepto familiar y simple de «organismos
fotosintetizadores acuáticos» no es del todo erróneo, pero es inexacto. En primer lugar, no todas las algas
son fotosintetizadoras. En realidad, aunque la gran mayoría de las algas obtiene energía de la luz y, a la
vez, produce biomasa a través de la fotosíntesis, se sabe que en varios grupos de algas algunos miembros
perdieron secundariamente la función fotosintetizadora y adoptaron un modo de vida completamente
heterotrófico. Estas «algas heterotróficas» se alimentan mediante nutrición osmotrófica u osmotrofía, en
la que ocurre la absorción de compuestos orgánicos nutritivos a través de la membrana plasmática, o
mediante la nutrición fagotrófica o fagotrofía, en la que ocurre la captura activa de otras células y su
digestión intracelular mediante el proceso de fagocitosis. Varios grupos de microalgas flageladas son
notables en ese sentido. En Euglenophyceae, dinoflagelados y Haptophyta, por ejemplo, se conocen
muchos miembros no pigmentados y no fotosintetizadores que son permanentemente osmotróficos de
vida libre, o permanentemente fagotróficos. Incluso, en las microalgas flageladas también se conocen
miembros pigmentados que combinan la fotosíntesis con la nutrición fagotrófica, es decir, que mezclan
dos estrategias nutricionales usualmente consideradas como excluyentes entre sí, como lo son la
fotosíntesis y la depredación (este tipo de nutrición mixta se conoce como mixotrofía). Así mismo,
también se conocen muchos casos de algas, no pigmentadas o escasamente pigmentadas, que han
adoptado el modo de vida parasítico, y pueden parasitar a otras algas, a plantas e incluso a animales.
Desde el punto de vista trófico, la diversidad y versatilidad de las algas es realmente sorprendente y no es
igualada por ningún otro grupo comúnmente aceptado de organismos. Restringir el concepto de algas
únicamente a organismos fotosintetizadores es, entonces, una sobre simplificación que limita
notablemente el entendimiento de la diversidad real de estos organismos.
También es una sobre simplificación decir que las algas son los organismos fotosintetizadores acuáticos
porque, de hecho, no todas las algas son acuáticas. Existen varios grupos de algas que se han adaptado a
vivir permanentemente fuera del agua y que pueden encontrarse en suelos, rocas y otras superficies
húmedas e iluminadas; en el hielo, sobre cortezas y hojas de árboles; algunas viven en el pelaje de los
perezosos y sobre otros animales; incluso algunas viven en ambientes extremadamente secos, como los
desiertos, formando costras criptobióticas en el suelo, grietas de rocas o, incluso, en el interior de piedras,
junto con otros microorganismos, como bacterias y hongos. Algunas algas forman simbiosis con hongos y
viven internamente dentro de los líquenes, otras establecen simbiosis con diversos tipos de organismos
(plantas, animales acuáticos, protozoarios y otras algas).
Así mismo, no todos los organismos fotosintetizadores que viven en el agua son algas. De hecho, hay
bacterias fotosintetizadoras acuáticas cuya fotosíntesis no produce oxígeno (este tipo de fotosíntesis
bacteriana se conoce como anoxigénica) y no son consideradas como algas. También hay muchas plantas
terrestres que han adoptado un modo de vida completamente acuático, tanto en agua dulce como en
agua marina, y tampoco son realmente algas. Ejemplos de estas fanerógamas o plantas acuáticas son la
hierba marina, Thalassia testudinum, muy abundante en las costas del mar Caribe y conocida vulgarmente
como «hierba de tortugas», o las plantas acuáticas que se venden para sembrar en los acuarios de agua
dulce (Elodea, Vallisneria y otras). Estos organismos fotosintetizadores, aunque son acuáticos, poseen
características típicas de las plantas, y no de las algas, como por ejemplo la presencia de tejidos
conductores del tipo xilema y floema, hojas, tallos y raíces verdaderas e, incluso, las flores y frutos.
En la biología moderna se acepta que existe una distinción técnica entre las algas y las plantas terrestres,
sobre la cual necesariamente hay que profundizar para poder entender qué son las algas. Sin embargo,
podemos adelantar que, pese a que se acepta esa distinción entre algas y plantas terrestres, en realidad
estos dos grupos de organismos fotosintetizadores forman un continuo evolutivo indivisible, debido a que
las plantas terrestres evolucionaron de un grupo particular de algas, conocido como algas verdes. En
última instancia, las plantas terrestres son simplemente un clado evolutivo muy exitoso de algas verdes en
el que la evolución favoreció progresivamente una serie de adaptaciones a la vida fuera del agua, que
condujeron a que estas algas verdes ancestrales se convirtiesen finalmente en los organismos
fotosintetizadores dominantes en los ambientes terrestres que son ahora, es decir, en las plantas
terrestres como tales. Debido a que esa adaptación evolutiva a los ambientes terrestres fue progresiva y
continua, no existe un límite exacto que demarque claramente en qué momento las algas verdes
ancestrales dejaron de ser algas y se convirtieron en plantas. Ambos conceptos, algas y plantas terrestres,
se siguen usando de forma separada en realidad por el peso de la tradición y por su aparente simplicidad y
conveniencia; pero estrictamente hablando, no es natural separar a las plantas terrestres de las algas, al
menos no de las algas verdes.
En la visión histórica o tradicional, las algas siempre fueron concebidas como las plantas o los
organismos fotosintetizadores «más simples» o «inferiores», que no tienen un cuerpo fotosintetizador o
vegetativo complejo, sino un talo que muchas veces no pasa de una única célula que realiza todas las
funciones vitales. Las plantas propiamente dichas o «plantas superiores», al contrario, se caracterizan por
tener un cuerpo vegetativo multicelular y complejo, adaptado a las exigencias de vivir fuera del agua. En la
mayoría de las plantas terrestres el cuerpo vegetativo es un cormo: un cuerpo diferenciado en órganos
vegetales, como las hojas, tallos, raíces y en muchos casos flores, que posee tejidos vasculares internos
que transportan agua y sales minerales (xilema) o productos de la fotosíntesis (floema). Las
plantas terrestres siempre son multicelulares y exhiben un tipo de multicelularidad conocido como
multicelularidad compleja, caracterizada por la presencia de células altamente diferenciadas e
interconectadas, que forman tejidos definidos con distintas funciones (p.ej., fotosíntesis,
almacenamiento, transporte, protección, etc.). Estas células diferenciadas usualmente son todas
derivadas a través de mitosis de una misma célula primordial: el cigoto, el cual es la célula diploide que se
origina una vez que se fusionan los gametos femenino y masculino en la reproducción sexual.
Ahora bien, esto no quiere decir que la multicelularidad compleja no esté presente en las algas. De hecho,
existen algas acuáticas multicelulares en las que se observan tejidos diferenciados, incluyendo tejidos
conductores (aunque estos tejidos no son iguales ni son homólogos al xilema y floema de las plantas). Es
el caso de un grupo de algas pardas, clasificadas en el orden Laminariales, que poseen cuerpos vegetativos
macroscópicos, usualmente de gran tamaño (algunas llegan hasta los 70 m de longitud). En otras algas
pardas, p.ej., Sargassum o Macrocystis, el cuerpo vegetativo está completamente diferenciado en
estructuras fotosintetizadoras similares a hojas, tallos y raíces. Evolutivamente, estos grupos de algas no
están conectados directamente con el linaje de las plantas terrestres, y en ellas la multicelularidad
compleja evolucionó de forma independiente con relación a las plantas. Pero lo cierto es que presentan
diferenciación y especialización celular, así como interconexiones celulares.
Finalmente, debemos añadir que, así como existen algas con multicelularidad compleja, también existen
plantas terrestres que poseen una multicelularidad compleja realmente muy limitada o prácticamente
inexistente, en las que no hay tejidos conductores del tipo xilema y floema, ni órganos vegetales como
tales. Es el caso de las plantas conocidas como briofitas, cuyos ejemplos más conocidos son los musgos y
hepáticas, las cuales, desde un punto de vista conceptual, son muy difíciles de diferenciar de las algas
sobre la base de unas pocas características estructurales.
Ahora bien, con relación a las algas, aunque en la inmensa mayoría de estos organismos no está presente
una fase que pudiéramos identificar como embrión, probablemente por el mismo hecho de ser
unicelulares o por tener multicelularidad simple, esta característica sí está presente en algunos grupos
específicos de algas, como gran parte de las algas rojas y las algas pardas, e incluso en el grupo de al-gas
verdes coloniales flageladas que incluye al género Volvox (Bogaert et al. 2013, Matt y Umen 2016, Rensing
2016).
En gran parte de las algas rojas, el desarrollo embrionario es realmente incipiente y comprende
una serie compleja y más o menos predeterminada de divisiones (y fusiones) celulares que sufre el cigoto,
que culminan en una fase diploide multicelular, protegida y alimentada por los tejidos del alga progenitora
o «materna» (este tipo de nutrición se conoce como matrotrofía y es típica de los desarrollos
embrionarios de las plantas terrestres y animales). En las algas pardas que producen embrión, el cigoto se
transforma en un embrión multicelular globular que exhibe polaridad y asimetría, como el embrión de las
plantas y animales, aunque su desarrollo se efectúa fuera del cuerpo del «alga materna», dado que la
fertilización suele ocurrir en gametos femeninos que son liberados al medio marino o que se mantienen
adheridos externamente al cuerpo del alga femenina a través de proyecciones de mucílago (Rover et al.
2015).
En síntesis, podemos ver que es muy difícil establecer qué define exactamente las algas, dado que las
características usualmente asociadas a su concepto son apenas aproximaciones. Por ejemplo, no son
exactamente plantas, no son obligatoriamente acuáticas, no son necesariamente fotosintetizadoras y no
carecen necesariamente de embrión y de multicelularidad compleja.
La rama de la biología encargada del estudio de las algas es la ficología, derivada de los vocablos griegos
phykos (alga) y logos (conocimiento). Esta disciplina, eminentemente botánica en sus orígenes, en la
actualidad es un campo diverso y activo, estrechamente relacionado con la microbiología, la proto-
zoología, bioquímica, biología celular, biología molecular, biología marina, acuicultura, bioinformática,
ciencia farmacéutica, entre otras.
El nori es, de hecho, uno de los rubros acuáticos que mueve mayores cantidades de dinero en el mercado
global (FAO 2021). Las algas también producen potentes sustancias bioactivas o biotoxinas que tienen una
gran importancia para la humanidad (Pérez Massad et al. 2020, Pinto et al. 2021), tanto en agua dulce
(muchas veces estas toxinas están presentes inadvertidamente en el agua potable) como en agua marina.
Así mismo, frecuentemente las poblaciones de algunas algas pueden proliferar en exceso en determinadas
condiciones (p.ej., un aumento de los nutrientes por efecto de la contaminación orgánica) y alterar
temporalmente las condiciones de los cuerpos de agua, pudiendo conducir a un consumo excesivo de
oxígeno durante la noche y a la asfixia de numerosos organismos acuáticos.
Alexis Bellorín Romero, Cristian Bulboa Contador, Loretto Contreras-Porcia. (2022). Algas. Una
introducción a la ficología. (1). RIL Editores. https://rileditores.publica.la/reader/algas-una-introduccion-a-
la-ficologia?location=34