Palabras Encadenadas

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19 de septiembre de 1997
Hola, bueno, supongo que, antes que nada, debo explicar algo sobre mí: Tengo 42 años, he vivido
una vida muy normal, tuve una infancia y una adolescencia muy tranquila. Fui un estudiante brillante
y crecí al amparo de una familia perfectamente normal. Mi padre murió hace cinco años, un año
después de mi boda; tenía Alzheimer, una enfermedad muy desagradable. Mi madre aún vive. Me
casé con una chica normal. Nos separamos al cabo de 19 meses, no sé con precisión por qué nos
separamos, pero la verdad es que tampoco sé con precisión por qué nos casamos. Supongo que,
bueno, no importa. Desde entonces vivo con mi madre. Trabajo en la universidad, y eso es todo, mi
vida es tan así que resulta difícil creer que esta mañana haya podido matar a una mujer, pero lo he
hecho, la he matado. Lo que más me sorprende es que no he experimentado ni el más mínimo
remordimiento, ningún sentimiento de culpa, nada, ni una pequeña inquietud. No sé, me preocupa; ni
siquiera recuerdo la cara que puso. Aproveché la hora del desayuno para matarla. La estrangulé, fue
fácil, era una vieja, no puso mucha resistencia. Tenía un físico muy parecido al de mi madre, una de
esas mujeres pequeñas y frágiles. Se puso roja, pero no sacó la lengua. Yo creía que cuando
alguien moría estrangulado sacaba la lengua, pues, esta vieja, no. La maté en su propia casa, vi que
entraba por el portón entonces entré con ella, subimos juntos en el ascensor, y cuando vio que
bajaba en su mismo piso me preguntó a qué piso iba, yo le dije que al cuarto, ella, que este era el
tercero; entonces pedí disculpas y le dije «me confundí» y fingí que subía al cuarto por la escalera.
Cuando abrió su puerta, bajé corriendo, la empujé adentro y cerré… No gritó… Se quedó tirada en el
suelo, mirándome… Me senté encima de ella, y la estrangulé. Al salir, agarré el pomo de la puerta
con la manga de la chaqueta para no dejar huellas, y no me vio nadie. En las películas cuando
alguien comete este tipo de actos, siempre dejan un rastro, y la policía termina por atraparlo. En la
vida real nada de esto sucede, no. En las películas siempre aparece un pelo entre los dedos de la
víctima para hacer la prueba del ADN, o el asesino lleva pegada en la suela una fibra de la alfombra
de su casa que los pone sobre la pista o alguna cosa de esas, pues en la vida real, nada de nada…
Cualquiera puede hacer lo mismo que hice yo y volver a su trabajo, o irse a casa a preparar la
comida, o ir a la guardería y recoger a los niños… Yo creía que no volvería a hacerlo, no le encontré
el encanto, pero sin embargo… No, no, no… la cagué, pero sin embargo es un barbarismo…
¿Verdad doctora? Se dice «pero» o se dice «sin embargo»… No se puede decir pero sin embargo
en una misma frase… Tendré que hacer el video de nuevo… (Pausa) Quiero que quede claro que te
mataré, podemos tener una conversación más o menos larga, pero piensa que, en cualquier
momento, cuando menos lo pienses, te mataré.

CON LA MUJER AMORDAZADA Y ATADA. No, no, no, no me digas nada, ahora quiero enseñarte
algo quédate aquí, no te muevas (ELLA INTENTA ZAFARSE Y EL TRAE FOTOS) Mira, mira, estos
son mis padres y este soy yo, esta es mi abuela, mi madre, esto que parece un perro, no lo es, es
una perra. Esta es la casa donde pasábamos vacaciones, mírame, soy un niño normal, casi
anodino… (SE VE UNA FOTO DE UN CADAVER, ELLA GRITA) Pero ¿quién ha puesto esta foto
aquí?

Por eso te amordacé, me alteran los gritos, me ponen nervioso ¿tú vas a insultarme? ¿Seguro? Te
voy a quitar la mordaza. Eres afortunada, pocas veces un profesional tiene la posibilidad de estudiar
un fenómeno en el mismo momento en que se está produciendo LE QUITA LA MORDAZA.
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PENSÉ QUE SI NOS QUEDABAMOS JUNTOS, A SOLAS, PODRÍAS AYUDARME CON UNA
TERAPIA COMPLETA. Tú eres buena en tu oficio. Dra. Laura Galán, psiquiatra, confío en que
podrás comprenderme

EL- Te puedo mostrar videos, que he grabado, para que puedas comprender mi evolución. Donde
cuento cómo lo hice.

ELLA-seguir dándole vueltas a este asunto, no es bueno, Ramón, yo no te guardo rencor

EL-pero yo sí, te lo he estado guardando para devolvértelo todo juntito, envuelto para regalo

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