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La educación ha dejado de ser un tema exclusivo de los pedagogos, un ámbito científico o
técnico reservado a especialistas o a personas con vocación especial, dedicadas a la tarea

de formar o de enseñar. Ha venido a ser, por su importancia y repercusión, por su
implicación social y por su trascendencia en el desarrollo de los pueblos, una cuestión vital,
básica, que importa a todos y en la que todos, sin excepción, en mayor o menor medida,
hemos de participar. La educación, en este sentido, se constituye en un derecho y un deber
particular y público, en un bien, adscrito al hombre y a la comunidad.
El tema fundamental de la pedagogía es la educación. En un principio, estos dos términos

se usaban como sinónimos hasta que se entendió a la pedagogía como el arte de educar,
como la técnica propia de la educación. Finalmente tomó el carácter de “ciencia de la
educación”, un estudio riguroso acerca de dicha actividad. La educación es el objeto de la
pedagogía, esta es la ciencia, tecnología, praxiología; mientras que la educación es el
hecho, actividad o técnica específica.
Educación es un término multívoco:

● La educación como hecho, como realidad: llamamos educación a un hecho humano
y social que se manifiesta como transmisión comunicativa de unas personas a otras,
proporcionándoles ideas, saberes, habilidades, normas y pautas de conocimiento y
de conducta. A esto se le une la localización de esto en escuelas. Por lo que
educación podría ser la actividad, labor o tarea que se desarrolla en dichos centros.
Esta abarca todo el entramado social y político que se refiere a la actividad de
enseñanza y a su organización y desenvolvimiento. Lo que llamamos realidad
educativa es esto adicionando su situación y desarrollo en las distintas localidades
o poblaciones. En esta época se habla de crisis de educación al estado y momento
crítico, difícil, preocupante, de la realidad educativa, necesitada de las oportunas
rectificaciones y adecuaciones.
● La educación como actividad y como proceso: aparece como actividad entitativa en
dos aspectos: como ayuda exterior que trata de desarrollar y perfeccionar las
disposiciones y aptitudes del individuo; y como formación y configuración intrínseca
de la persona tratar de realizarse. Tanto en el aspecto extrínseco como intrínseco se
realiza un proceso que permite caracterizar a la educación como proceso en ambas
direcciones: proceso interactivo de influencia madurativa en virtud de un agente
transmisor, uno receptor y un medio llamado heteroeducación o un proceso
intraactivo de estructuración de formación propia, de concienciación y autoguiaje
llamado autoeducación. También en los dos casos puede hablarse de proceso de
formación o de conducción.
● La educación como efecto o resultado: se dice de persona educada a aquella que
tiene un grado de formación suficiente para entender y juzgar, para autogobernarse
de modo eficiente y personal, tiene conocimientos bien adquiridos y consistentes y
fuerza de voluntad necesaria para actuar racionalmente y responder de su
actuación. Esto es el resultado de la acción formativa y educativa. Implicaría haber
conseguido conocimientos útiles, formación intelectual adecuada y un grado de
afectividad consciente y bien orientada. En el campo social y cultural, se advierte
esta dimensión de la educación como efecto o resultado. La realidad de la educación
presenta las dos dimensiones ya señaladas: por un lado, la actividad y proceso de
educación y por otro el efecto o resultado de la misma que abarca formas y
manifestaciones. Esta realidad es el conjunto de las formas, funciones y procesos
que la educación ofrece en su desenvolvimiento dinámico. Los resultados educativos
no pueden considerarse absolutos o últimos, como una consecución definitiva, como
algo inmodificable, sino como partícipes de un proceso cambiante y de superación.
● La educación como relación: La educación se ofrece como un sistema y un proceso
comunicativo-informativo, con los elementos básicos que los integran. Dentro de ella
se encuentra el educador, el educando y el medio. Puede entenderse como un
sistema y un proceso de regulación y optimización en el que a través de un curso
informativo y comunicativo, se trata de reducir la diferencia entre el ideal de lo que la
educación quería realizar y el valor real. La educación es interrelación en 3
aspectos:
➢ Heteroeducación: como influencia o ayuda para favorecer la maduración y el
desarrollo adecuado
➢ Autoeducación la relación entre lo que educa (fuente informativa) y el que se
educa
➢ En la relación entre el individuo y sociedad o cultura, la educación es un
proceso personal e interpersonal, humano y sociocultural
En sentido sociologista se afirmó que la educación se limita a reproducir el sistema
social establecido. No se trata solo de una acción de lo social sobre la educación,
sino también una acción desde lo humano y educativo sobre lo social, en una
interrelación dinámica y abierta, promotora de evolución humana, social y cultural.
● La educación como tecnología: Tiene que ver con la información que hay en medios
de comunicación o tecnológicos y el tratamiento adecuado de estos medios
considerados como procedimientos o técnicas que pueden conducir a la
optimización formativa o instructiva, constituye la clave del proceso educativo. Lo
que se le puede objetar a esta visión es que parte de la confusión entre lo subjetivo y
lo objetivo, entre el fin y el medio. Por más importantes que sean los medios, no son
la educación como tal. Aunque puede aceptarse la educación como tecnología en un
sentido muy genérico, tal como se acepta como actividad mediadora y como relación
en el mismo sentido. Su relación con el aprendizaje puede mostrar esta posibilidad.
Características de la educación:
● Capacidad subjetiva de desarrollarse psíquicamente, de formarse, de realizar y
desenvolver su personalidad. Se trata de una posibilidad transformativa y al mismo
tiempo adaptativa y proyectiva, que recibe el nombre de educabilidad. Puede
entenderse como una condición subjetiva de la educación como un fundamento de
la misma, en el orden humano y personal, una capacidad activa de estructuración
personal. En el caso de la heteroeducación, se denomina educatividad a la
capacidad de influir en el proceso de maduración, de ayudar en la formación por
parte del agente educativo. Se dice la posibilidad de tener una influencia efectiva y
positiva. La educabilidad supone la doble dimensión, capacidad de educarse y de
ser educado. Esta condición determina la educatividad del agente educador, este
educa en la medida en que el sujeto es capaz de ser educado y la medida en que es
capaz de educarse.
● Carácter conductivo, la educación es básicamente conducción, se puede hablar de
transmisión siempre en el sentido de una conducción transformativa, de un guiaje
estructurado y configurador de la persona. En la etimología de la palabra se incluye
tanto el cuidado y la conducción externa como el autoguiaje y conducción interna.
También aquí el conducirse es condicionante o posibilitador de ser conducido. El
carácter conductivo de la educación no implica coacción, determinación impuesta,
sino que debe permitir la espontaneidad, libre ejercicio de la voluntad y libertad de
los educandos. La educación es conducción libre de la persona que se educa. Este
carácter se vincula a orientación, dirección y no a pérdida de libertad personal. La
educación como conducción orientativa, debe potenciar la libertad de elección y
determinación promoviendo el ámbito, el medio y el modo de actuación libre de las
personas.
● Vía de perfeccionamiento: la educación es perfección en el sentido de que añade
cualidades nuevas que el educando no tenía, promueven su formación integral. El
carácter de perfeccionamiento es opuesto al estancamiento, así como las formas
cerradas y estáticas que dificultan el libre desarrollo de las personas y de la
colectividad. Perfección y evolución se corresponden y se implican en el proceso
educativo como favorecedor del desenvolvimiento humano.
● Función receptiva y activa: por un lado, implica la recepción o captación adecuada
de la información y por otra la selección y transformación activa de la misma para
integrarla en sentido configurativo, formativo. Hay una exigencia captativa o
receptiva previa a toda elaboración y transformación a toda asimilación de
información y codificación activa de la misma para conseguir estructuración,
formación. Sin memoria, no habría aprendizaje, ni experiencia, ni educación. La
doble dimension funcional de recepción puede darse tanto en la autoeducación
como en la heteroeducación. El verdadero efector de la educación es siempre el
educando quien realiza la acción educadora al transformar en estructura propia y
personal la información proveniente de la fuente a través del canal
informativo-comunicativo.

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