MaCDONALD Margaret Y. 1994 - Las Comunidades Paulinas
MaCDONALD Margaret Y. 1994 - Las Comunidades Paulinas
MaCDONALD Margaret Y. 1994 - Las Comunidades Paulinas
PAULINAS
MargaretY
Macdonald
MARGARETY.MACDONALD
EDICIONES SIGUEME
LAS COMUNIDADES PAULINAS
BIBLIOTECA DE ÉSTUDIOS BIBLICOS
78
MARGARET Y. MACDONALD
EDICIONES SIGUEME
SALAMANCA
1994
Tradujo Ignacio Gonzfilez Gallego
sobre el original ingles The Pauline Churches
Pr6logo .................................................. ,. . . . . . . . 11
Abreviaturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
INTRODUCCION
1. El proyecto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
2. Ciencias sociales e interpretaci6n del nuevo testarµento. 27
3. Posibilidades y limites metodol6gicos . . . . . . . . . . . . . . . . 39
4. Y ahora, l,hacia d6nde? .. „ . „ „ •••• „ „ „ .• „ „ .• „ „. 53
I
CARTAS DE PABLO: INSTITUCIONALIZACION
CONSTRUCTORA DE LA COMUNIDAD
II
COLOSENSES Y EFESIOS: INSTITUCIONALIZACION
ESTABILIZADORA DE LA COMUNIDAD
III
CARTAS PASTORALES: INSTITUCIONALIZACION
PROTECTORA DE LA COMUNIDAD
EL PROYECTO
1. Planteam.iento
Las primeras personas -que han te1;lido autoridad han sido caris-
maticos; junto a ellos, aquellos que cuidaban del orden extemo y
por el bienestar de la vida de la comunidad tuvieron al principio
un papel secundario. El caracter de los carismaticos esta deter-
20 lntroducci6n
3. ~Colitinuidad o d.iscontinuidad?
'· > ' .' •!'·}
4. · El analisis socio-hist6rico
1. · · Et universo simb6lico·.
4. lbid., 83.
5. lbid„ 125.
Ciencias sociales e interpretaci6n del nuevo testamento 29
8. lbid„ 76.
9. lbid„ 81. .
10. B. Holmberg, Paul and Power: The Structure of Authority in the
Primitive Church as Reflected in the Pauline Epistles, Philadelphia 1980, 175-
176.
Ciencias sociales e interpretaci6n del nuevo testamento 31
16. Cf. las observaciones de P. Brown sobre las posibilidades de! trabajo
interdisciplinar en Sorcery, Demons, and the Rise of Christianity, en Religion
and Society in the Age of Saint Augustine, London 1972, 119.
17. Cf. J. B. Malina, The Social Sciences and Biblical Interpretation,
233; G. Theissen, Die soziologische Auswertung religiöser Überlieferung,
285s; J. H. Elliott, A Home for the Homeless, London 1982, 9.
18. Sobre Ja relaci6n entre historia y ciencias sociales, cf. R. Scroggs,
The Sociological Interpretation of the New Testament, 167-168; J. B. Malina,
The Social Sciences and Biblical Interpretation, 233.
19. J. H. Elliott, A Home for the Homeless, 9.
46 lntroducci6n
20. lbid„ 4.
21. Jbid., 8; sobre la posibilidad de armonizar los modelos de anfilisis
literarios y sociol6gicos, cf. especialmente N. Petersen, Discovering Paul:
Philemon and the Sociology o.f Paul's Narrative World, Philadelphia 1985.
Posibilidades y Umites metodol6gicos 47
1. Fronteras de la secta
6. Cf. el tema en E. P. Sanders, Paul, the Law, and the Jewish People,
176-178, donde responde en particular a W. D. Davies, Paul and the People
of Israel: NTS 24 (1977) 4-39.
7. E. P. Sanders, Paul, the Law, and the Jewish People, 176-177.
8. lbid., 177.
9. lbid.
10. lbid., 177-178.
11. Cf., por ejemplo, R. Bultmann, Teolog(a del Nuevo Testamento,
Salamanca 2 1987, 368.
62 Cartas de Pablo
15. B. Wilson, Magie and the Millenium, London 1973, 22-23; cf. Ja
descripci6n que hace Wilson de otras respuestas al mundo en su tipologfa sep-
tenaria, en el mismo volumen; cf. J. H. Elliott, A Horne for the Homeless, 76.
64 Cartas de Pablo
16. K. Stendahl, Call rather than Conversion, en Paul among Jews and
Gentiles and Other Essays, Philadelphia 1976, 7-23.
Actitud frente al mundo y etica comunitaria 65
17. E. Shils, The Concept and Function of ldeology, en IESS VII (1968)
70; cf. J. H. Elliott, A Home for the Homeless, 104.
18. E. Shils, The Concept and Function of ldeology, 72; J. H. Elliott, A
Home for the Homeless, 104-105.
19. B. Wilson, Religious Sects, London 1970, 34.
66 Cartas de Pablo
2. Tensiones en la secta
Aunque los cristianos paulinos pieuseu 4ue su ciudadania esta
en el cielo (Flp 3, 20), les es claramente imposible dejar fisi-
camente el mundo (1 Cor 5, 10). Las comunidades de Pablo no
se parecen al tipo de secta «introversionista» (util quizäs para el
cstudio de la comunidad joänica o la de Qumran), descrito por
Wilson, ya que el ap6stol sabe que tendran que enfrentarse con
el mal del mundo (1 Cor 5, 10)26 • En efecto, Pablo entiende su
misi6n como predicaci6n al mundo (Rom 1, 8-15; 15, 15-21; 1
Cor 9, 19-23; 10, 31-33). La tensi6n en la autocomprensi6n de
la Iglesia primitiva como algo fuera del mundo y, al mismo
tiempo, en el mundo, teol6gicamente se ha explicado con fre-
cuencia por su naturaleza de comunidad escatol6gica confinada
en los limites y estructuras del mundo27 • Sin embargo, puede
haber aspectos sociales importantes (lo mismo que los hay teo-
4. Conclusi6n
ESTRUCTURAS DE LIDERAZGO
1. Estructuras de autoridad
1, 15s). Puesto aparte por Dios (Gal 1, 15; Rom 1, 1), Pablo ha
recibido responsabilidad y autoridad respecto a los gentiles (Rom
1, 5.11-15; 11, 13; 15, 14-24). De hecho, cuando Pablo predica,
es como si Dios mismo hablara (1 Tes 2, 2-4.13; 4, 15; 1 Cor
14, 37; 2 Cor 5, 18-20). Quien niega el evangelio de Pablo,
rechaza a Dios (1 Tes 4, 8; Gai 1, 8).
La prueba que Pablo ofrccc de poseer el Espiritu esta rela-
cionada con · su autocomprensi6n. de ser ap6stol. divinamente ele-
gido. Pablo habla de los milagros como del signo definitivo del
ap6stol (Rom 15, 19; 2 Cor 12, 12). Trasmite su evangelio, no
solo verbalmente, sino tambien a traves de acciones «pneuma-
ticas» (cf. 1 Tes 1, 5; 1 Cor 2, 4). Pablo posee los dones de
lenguas (1 Cor 14, 18; cf. 1 Cor 2, 13), profeda (1 Tes 3, 4; 1
Cor 15, 51; Rom 11, 25ss; Gal 5, 21) y curaci6n (2 Cor 12, 12;
Gai 3, 5; Rom 15, 19). Es un homhre espiritual (1 Cor 2, 15)
que siembra cosas espirituales (1 Cor 9, 11; cf. 1 Cor 2, 13). La
autoridad de Pablo es tal que incluso le permite afiadir sus propias
directriCes al mandato del · Sefior accrca de la perduraci6n del
matrimonio, basado en que posee el Espiritu de Dios (1 Cor 7,
40; cf. l Cor 7, 12ss). De modo semejante, y porque la situaci6n
en sus viajes misioneros asi lo exigian, continu6 ganandose la
vida, desatendiendo el mandato del Sefior de que quien predica
cl cvangclio vivu del evungelio (l Cor 9, 14ss)5 •
En la apelaci6n que, para reforzar su autoridad, hace Pablo
a una revelaci6n, percibimos las tendencias innovadoras de su
liderazgo carismatico. Esto es claramente evidente en Galatas.
Corno sefiala Rowland 1 . en Galatas Pablo no comienza con las
cuestiones sobre la circuncisi6n y la ley, sino con su pretensi6n
de ser un ap6stol y con la narraci6n de sus visitas a Jerusalen.
Pablo <lebe subrayar su autoridad apost6lica para legitimar su
doctrina radical. Sus argumentos de Escritura en Gal 3-4, de-
mostrando que su interpretaci6n del evangelio es segun el plan
salvador de Dios, no tendrian validez si no les precediera una
demostraci6n convincente de sus credenciales 6 •
2. La libertad de la comunidad
31. Cf. E. P. Sanders, Paul, the Law, and the Jewish People.
32. lbid„ 144.
33. lbid„ 66.
34. Ibid„ 147. Sobre la ausencia de sistema en el pensamiento de Pablo,
cf. p. 44-45, 161.
35. Cf. C. W. Mills, La imaginaci6n sociol6gica, Barcelona 1987.
Estructuras de liderazgo 89
lo- c6mo pudo ser ·un Hder en una naciente secta grecorromana
y, con prudencia, sugerir algun tipo de relaci6n entre las indi-
caciones del texto y la realidad social subyacente. No preten-
demos negar la profundidad teol6gica de nociones como la dis-
tribuci6n de la variedad de dones en un Espiritu, o la necesidad
de todos los dones para el bienestar del cuerpo (1 Cor 12).
Acentuamos, mas bien, la relaci6n de esa doctrina con la ex-
periencia de un movimiento empeiiado en el proceso de insti-
tucionalizaci6n constructora de la comunidad.
3. Diferenciacion estructural
40. La conexi6n del papel de los colaboradores de Pablo con una visi6n
de salvaci6n universal esta discutida por W.-H. Ollrog, Paulus un seine Mit-
arbeiter: Untersuchungen zu Theorie un Praxis der paulinischen Mission, Neu-
kirchen 1979, 96-99.
41. Cf. P. Marris, Lass and Change, London 1974.
92 Cartas de Pablo
hecho tan reales que Pablo juzg6 necesario tomar ciertas medidas?
Sus recomendaciones en 1 Cor 16, 15-18 podrian significar sim-
plemente la legitimaci6n de un modelo de liderazgo existente;
podrian haber reforzado la validez de un modelo en una comu-
nidad proclive al conflicto. De nuevo nos encontramos con la
dependencia de la comunidad de Corinto respecto a Pablo; una
dependencia que el mismo Pablo reconoce, a pesar ,de sus ape-
laciones a la independencia.
La variedad de modelos de liderazgo que se descubren en las
otras cartas (Rom 12, 6-8; 16, 1-2; Flp 1, 1; 1 Tes 5, 12) apunta
a la fluidez de funciones en las comunidades paulinas, y sugiere
que, en otras comunidades, las funciones de liderazgo se habian
desarrollado con <IDenos tensiones que en Corinto. Pablo habrfa
permitido diferentes modos de desarrollo del liderazgo, con tal
que • se mantuviera · 1a estabilidad. Es imposible determinar la
funci6n de los encargaclos y ministros en Flp 1, 1. Sin embargo,
la aparente existencia de titulos fijos implica qne ha tenido lugar
la institucionalizaci6n·de funciones (cf. Rom Hi, 1-2).
Por otra parte, el hecho de que los mismos terminos puedan
aplicarse a los oficios formales de obispo (E7tfo'Ko7to<;) y diacono
(otciKovo<;) en las generaciones posteriores, indica -si tenemos
en cuenta el permanente proceso de institucionalizaci6fi - miä.
ciert11 mntinui<facl fmtrn fas primerns fäses de desarro:Ho y las
posteriores. Sin embargo, la fluidez de funciones y la posibilidad
de que el liderazgo se desarrollase en formas diferentes, segun
las comunidades, sugiere que, en las comunidades de Pablo, la
institucionalizaci6n estaba abierta a muchas direcciones.
4. Conclusi6n
FORMAS RITUALES
1. Un contexto ritual
9. lbid., 29.
10. W. Meeks, Los primeros cristianos urbanos. EI mundo social del
ap6stol Pablo, Salamanca 1988, 234.
11. lbid., cf. Ch. Rowland, Christian Origins, 240-241.
Formas rituales 101
12. Cf. W. Meeks, Los primeros cristianos urbanos, 241; sobre la relaci6n
entre las formas rituales en la secta paulina y las practicas rituales del judafsmo,
p. 241-242: Ch. Rowland, Christian Origins, 238-244.
13. W. Meeks, Los primeros cristianos urbanos, 243.
102 Cartas de Pablo
14. lbid.
15. Cf. ibid., 241.
16. Cf. M. Douglas, Natural Symbols, 78,
17. C. Geertz, Religion as a Cultural System, 34.
Formas rituales 103
21. Sobre este pasaje y su relaci6n con las practicas de la sociedad gre-
corromana, cf. M. Smith, Pauline Worship as seen by Pagans, 243.
22. Cf. W. Meeks, Los primeros cristianos urbanos, 354.
23. B. J. Malina, The New Testament World, London 1983, 125. Malina
toma muchas de sus intuiciones de otro valioso libro para la aproximaci6n
sociol6gica al estudio del nuevo testamento, de M. Douglas, Purity and Danger,
London 1966; cf. especialmente «The Abominations of Leviticus», p. 41-57.
24. B. J. Malina, The New Testament World, 129.
25. lbid., 146; Malina compara las reglas de pureza del judafsmo con los
lfmites que separaban la comunidad cristiana del mundo exterior (p. 131-143).
Sobre la relaci6n entre la pureza en la comunidad paulina y la pureza en Qumran,
cf. B. Gärtner, The Temple and the Community in Qumran and the New
Testament, Cambridge 1965; M. Newton, The Concept of Purity at Qumran
andin the Letters of Paul, Cambridge 1985.
106 Cartas de Pablo
26. B. J. Malina, The New Testament World, 147-150; para una detallada
discusi6n sobre este tema cf. M. Newton, Purity and the Cult in the Letters
of Paul, en The Concept of Purity, 52-78.
Formas rituales 107
29. Sobre la relaci6n entre bautismo y cena del Sefior, cf. W. Meeks,
Los primeros cristianos urbanos, 257ss. Sobre la cena del Sefior en Pablo, cf.
J. B. Higgins, The Lord's Supper in the New Testament, London 1952, 63-
73; G. Wainwright, Eucharist and Eschatology, London 1971, 80-83; H. Leitz-
mann, Mass and the Lord's Supper, Leiden 1979, 182-187.
30. Sobre las dimensiones escatol6gicas de la comida comunitaria y su
posible relaci6n con las comidas en el judafsmo, cf. Ch. Rowland, Christian
Origins, 241-242.
Formas rituales 109
4. Conclusi6n
CREENCIAS
1. Sobre los simbolos sagrados, cf. C. Geertz, Ethos, World View, and
the Analysis of Sacred Symbols: Antioch Review 17 (1957) 421-437; E. Shils,
The Concept and Function of ldeology, en IESS VII (1968) 66.
2. E. Shils, The Concept and Function of Ideology, 68.
114 Cartas de Pablo
13. Ch. Rowland, The Gospel Before and Apart from Paul, en Christian
Origins: An Account of the Setting and Character of the most lmportant Mes-
sianic Sect of Judaism, London 1985, 198-203.
14. Cf. observaciones de E. Shils, The Concept and Function of Ideology,
69.
Creencias 119
15. C. Geertz, Ethos, World View, and the Analysis of Sacred Symbols,
422.
16. W. Meeks, Los primeros cristianos urbanos, 290.
120 Cartas de Pablo
3. Existencia cristiana:
existencia social en un universo de sentido
4. Conclusi6n
CONCLUSION
16. Cf. Una discusi6n parecida con respecto a la primera Carta de Pedro
en J. H. Elliott, A Horne for the Homeless, 85.
Actitud frente al mundo y etica comunitaria 141
3. EI crecimiento de la secta
73. lbid.; 54; cf. Fil6n, vol. IX (Loeb Clasical Library), 425.
74. lbid.; cf. F. Josefo, vol. 1 (Lob Classical Library), 372-373. Sobre
Fi16n y Flavio Josefo, cf. J. E. Crouch, The Origin and Intention of the
Colossian Haustafel, Göttingen 1972, 77-83.
75. D. L. Balch, Let Wives he Suhmissive, 54-55; 74-75.
Actitud frente al mundo y etica comunitaria 165
81. D. C. Vemer, The Household of God, 86. Vemer afirma, sin embargo,
que existen paralelos parciales en diferentes fuentes judfas. Reconoce Ja po-
sibilidad de que el esquema fuese tomado por Ja Iglesia de Ja sinagoga. Sin
embargo, afirma que aquf lo importante no es el origen de! esquema, sino su
presencia y desarrollo en Ja cristiandad primitiva; cf. nota 10, p. 90. Las
conclusiones de Vemer son diferentes a las de Balch que cree que las semejanzas
de los diferentes c6digos familiares pueden explicarse con 1a teorfa de que
representan aplicaciones independientes de! topos «sobre el gobiemo de Ja
familia» a problemas similares; cf. D. L. Balch, Let Wives be Submissive, 120.
82. D. C. Vemer, The Household ofGod, 87.
83. lbid., 87-89.
168 Colosenses y Efesios
92. lbid.
93. lbid„ 131.
94. No hay seguridad acerca del destinatario de Col 3, 25; cf. el tema en
E. Schweizer, La Carta a los colosenses, 251-252.
172 Colosenses y Efesios
97. Cf. J. P. Sampley, And the Two Shall Become One Flesh, 148. La
exhortaci6n a los hijos-padres es algo miis larga en Colosenses, incluyendo el
mandamiento de honrar a los padres de Ex 20, 12 (Ef 6, 2) y la promesa de
larga vida de Dt 5, 16 (Ef 6, 3). La exhortaci6n a los esclavos-amos en Efesios
sigue muy de cerca a Colosenses.
174 Colosenses y Efesios
8. Conclusion
ESTRUCTURAS DE LIDERAZGO
1. Im<igenes de Pablo
15. Para este versfculo, cf. E. Lohse, Colossians and Philemon, 83-84.
16. lbid„ 23.
17. lbid„ 22c23.
18. La menci6n de Onesimo aqui plantea cuestiones sobre Ja relaci6n
entre Colosenses y Filem6n; cf. el tema en E. Schweizer, La Carta a los
colosenses, 201.
Estructuras de liderazgo 191
43. Trataremos con mas detalle, en Ja secci6n sobre las Cartas pastorales,
Ja posici6n de liderazgo de los «presbfteros». Sobre los «presbfteros» en Ja
primera Carta de Pedro, cf. J. H. Elliott, A Homefor the Homeless, 190-191.
44. E. von Dobschütz, Christian Life in the Primitive Church, London
1904, 175.
Estructuras de liderazgo 201
5. Conclusi6n
El caracter pseudonirnico de Colosenses y Efesios indica los
esfuerzos de los colaboradores de Pablo por hacer de la presencia
del ap6stol una realidad permanente en la vida de la comunidad.
La imagen de Pablo en estos escritos esta claramente relacionada
FORMAS RITUALES
18) nos hace suponer que la expresi6n: «de la Iglesia» fue aiiadida
por el autor. Ademas, la repetici6n de «por medio de el» en Col
1, 20, sugiere que las palabras «por medio de la sangre de su
cruz» fueron tambien afiadidas 13 • EI aparente prop6sito de estas
dos glosas es dar al himno c6smico una s6lida referencia hist6rica:
se vincula la reconciliaci6n de todo el mundo a la muerte de
Cristo; la autoridad de Cristo es una realidad actual en la lglesia 14 •
La interpretaci6n del himno que hace el autor en Col 1, 21-23
apoya csta conclusi6n 15 • Parccc quc cl autor adopta un hirtmo,
familiar a sus oyentes, interpretandolo para aclarar su relevancia
en la vida de la comunidad.
EI himno cristol6gico de Col 1, 15-20 y su interpretaci6n en
Col 1, 21-23 ocupan un puesto central en el conjunto de la carta.
EI himno proporciona al autor la base argumentativa contra sus
adversarios fil6sofos. EI autor intenta recordar a sus destinatarios
lo que, al parecer, ya conocen 16 • Esta funci6n de recordar aparece
tambien en el precedente pasaje de acci6n de gracias (Col 1, 9-
14), tambien en tono himnico. EI efecto combinado de Col 1,
9-23 trata de vincular la experiencia de conversi6n con la acci6n
de Dios en Cristo. EI pasaje le sirve al autor para arraigar a los
destinatarios en el contexto ritual; les recuerda el ambito del culto,
donde descubren y renuevan su experiencia del seiiorfo de Cristo.
La cita del himno dirige su atenci6n a lo que ellos mismos han
escuchado o cantado. Pero, quizas, lo mas importante es que les
recuerda su conversi6n calcada de la acci6n de Dios en Cristo,
al tiempo que les aclara quien es Cristo y cual es su relaci6n con
la Iglesia y con el mundo. El pasaje retrotrae a los miembros de
la secta al momento de su incorporaci6n y urge una visi6n par-
ticular del mundo; intenta estabilizar e integrar. EI hecho de que
3. Conclusi6n
CREENCIAS
1. Cambio de s{mbolos
21. Cf. F. 0. Francis, Humility and Angelic Worship in Co! 2:18, 183-
184.
Creencias 223
22. Cf. por ejemplo, E. Lohse, Colossians and Philemon, 34; H. Con-
zelmann, An Outline of the Theology of the New Testament, 310.
23. Cf. E. Lohse, Colossians and Philemon, 18.
224 Colosenses y Efesios
4. Conclusi6n
CONCLUSION
2. ;,lglesia o secta?
testable» (2 Cor 10, 10; cf. 2 Cor 11, 6) sugiere que las aptitudes
ret6ricas eran un poderoso medio empleado por algunos maestros
para convencer a los oyentes. Es dificil saber hasta que punto la
desconfianza de Pablo en la elocuencia pueda deberse a su im-
pericia (2 Cor 11, 6); pero es claro, por las Cartas pastorales,
que la ret6rica continu6 planteando problemas a la Iglesia pri-
mitiva. En las Cartas pastorales, sin embargo, la diferencia se
establece no entre los autenticos signos del ap6stol y la destreza
para hablar, sino entre discurso sano y discurso falaz 27 •
En 2 Tim 4, 2, se exhorta a Timoteo a proclamar el mensaje,
a insistir a tiempo y a destiempo (EÖKaipffic; aKatpffic;) usando
la prueba, el reproche y la exhortaci6n, con la mayor comprensi6n
y competencia. Segun Abraham J. Malherbe, la preocupaci6n
por la ocasi6n apropiada para hablar se retrotrae hasta el siglo
IV a. C.; y afirma que conocer las discusiones sobre el tema nos
puede ayudar a entender mejor 2 Tim 4, 228 • Sefiala que el uso
de Katpffic; y sus derivados es un lugar comun, y ofrece una
amplia muestra de material para ilustrar este punto 29 • Segun Mal-
herbe, los fil6sofos moralistas de los siglos 1 y II del Imperio se
preocupaban, en general, porque el discurso fue oportuno. Pres-
taban mucha atenci6n a las emociones y condiciones morales de
las personas a las que se dirigian 30 •
El uso del oxymoron EDKatpffic; aKatpffic; en 2 Tim 4, 2 supone
que el autor quiere resaltar esta parte de su amonestaci6n31 • Si
tenemos en cuenta la preocupaci6n por el tiempo oportuno para
hablar, es sorprendente el mandato que se hace a Timoteo de
«predicar a tiempo y a destiempo» 32 • l,Por que arremete el autor
tan fuertemente contra la actitud cautelosa recomendada por los
fil6sofos contemporaneos, siendo asi que muchas de las exhor-
taciones de las Cartas pastorales nos hacen creer que el autor
simpatizaba con semejante actitud (por ejemplo, Tit 3, 2)?33 •
Dejando 2 Tim 4, 2 para mas adelante, sera bueno que consi-
27. Cf. A. J. Malherbe, In Season and Out of Season: 2 Tim 4:2: JBL
103, 2 (1984) 235-243.
28. lbid., 236.
29. lbid., 237
30. lbid.
31. Ibid., 235.
32. lbid., 240.
33. lbid., 241.
Actitud frente al mundo y etica comunitaria 249
35. Ibid.
36. M. Dibelius-H. Conzelmann, The Pastoral Epistles, 24-25.
Actitud frente al mundo y etica comunitaria 251
55. Cf. supra, 16ls. Hay que sefialar, sin embargo, que el culto de Isis
era considerado revolucionario, porque se proclamaba que la diosa Isis hacia
a los hombres y a las mujeres iguales; sobre el culto de Isis cf. E. Schüssler
Fiorenza, En memoria de ella. Una reconstrucci6n teol6gico-feminista de los
or{genes del cristianismo, Bilbao 1989, 319s; S. B. Pomeroy, Goddesses,
Whores, Wives, and Slaves, 223; W. Meeks, Los primeros cristianos urbanos,
49.
56. Cf. E. Schüssler Fiorenza, En memoria de ella, 313.
57. lbid„ 319s.
258 Cartas pastorales
68. Cf. E. H. Pagels, Adam and Eve, Christ and the Church, en A. H.
B. Logan-A. J. M. Wedderbum (eds.), The New Testament and Gnosis, Edin-
burgh 1983, 150.
69. Sobre el origen y Ja fecha de composici6n de los Hechos de Pablo,
cf. D. R. MacDonald, The Legend and the Apostle: The Battle for Paul in
Story and Canon, Philadelphia 1983, 17-53; E. Hennecke, The New Testament
Apocrypha II, London 1974, 322-351.
262 Cartas pastorales
92. lbid.
93. lbid„ 164, incluyendo las notas 125 y 126.
94. lbid„ 165.
270 Cartas pastorales
Por tanto, los dos juntos (el rico y el pobre) completan la obra
porque el pobre trabaja en la intercesi6n, en la que es rico, la que
ha recibido del Sefior: asf paga el al Sefior que lo ayuda. Y el
rico, a su vez, ayuda al pobre, sin duda, con la riqueza que ha
recibido del Sefior: esta obra es grande y aceptable a Dios, porque
ha entendido su riqueza, ha trabajado por el pobre con los dones
del Sefior y ha cumplido bien su ministerio (Sim 2, 7).
128. lbid.
286 Cartas pastorales
12. Conclusi6n
ESTRUCTURAS DE LIDERAZGO
1. Hay que sefialar, sin embargo, que algunos creen que las Cartas pas-
torales contienen fragmentos autenticos. La obra clasica sobre este tema es P.
N. Harrison, The Problem of the Pastoral Epistles, London 1921. Cf. Ja te-
matica en C. K. Barrett, The Pastoral Epistles, Oxford 1963, 10-12.
292 Cartas pastorales
9. lbid., 92.
10. lbid., 95, 101.
11. Ibid., 99-100. La lista de requisitos para los detentadores de oficios
plantea el problema de saber hasta que punto el autor de las Cartas pastorales
reproduce tradiciones fijas. Vemer ha afirmado que el autor produjo un escrito
final en el que sus propias preocupaciones modelaron elementos tradicionales
y no tradicionales. Sobre este tema, cf. especialmente la comparaci6n que hace
Vemer entre dos bloques de pasajes paralelos (1 Tim 6, 1-2 y Tit 2, 9-10; 1
Tim 3, Iss y Tit 1, 6ss), p. 102, con grfilico en p. 103, 104-106. Algunos
estudiosos dan mas peso a las influencias tradicionales en Ja composici6n de
las exho1taciones respecto a los oficios cclcsiasticos que el que les concede
Vemer; cf. H. W. Bartsch, Die Anfänge urchristlicher Rechtsbildungen, Ham-
burg 1965.
Estructuras de liderazgo 297
13. Cf. C. K. Barrett, The Pastoral Epistles, 57; P. C. Spicq, Les Epftres
Pastorales, Paris 1947, 77; D. C. Verner, The Household of God, 151.
14. Cf. J. N. D. Kelly, A Commentary on the Pastoral Epistles, New
York 1969, 75.
15. Ademas de aparecer en 1 Tim 3, 2 como un rasgo de! obispo, el
termino O:veniA.rin1:0i; aparece tambien de manera mas general en 1 Tim 5, 7,
referido a las viudas verdaderas, y en 1 Tim 6, 14, en Ja exigencia de una
conducta apropiada en la comunidad.
Estructuras de liderazgo 299
4. Conclusi6n
El autor de las Cartas pastorales pretende que se ejerza un
control en la vida de la comunidad. 1 Tim 3, 14-15, donde
manifiesta su intenci6n, lo subraya de mancra cspccial. Se dice
a los destinatarios que Pablo escribe estas cosas para que sepan
c6mo comportarse en la familia de Dios. Las Cartas pastorales
muestran un vivo interes tanto por la vida de la familia particular
como por la comunidad, entendida desde el modelo de la familia.
No se pueden dar soluciones simples respecto al origen de
los oficios en las Cartas pastorales. Parece que la necesidad de
proteger la comunidad contra las fuerzas destructoras de la falsa
doctrina fue un importante factor que impuls6 e1 proceso de
institucionalizaci6n. Las exhortaciones referidas a las funciones
de liderazgo muestran la relevancia del ideal domestico, que
actu6, al parecer, como medio importante de estabilizaci6n de
la vida de la comunidad. EI vivo interes por la familia, evidente
en las cualidades requeridas en los ministros, y por la autoridad
patriarcal, que actua tambien la vida de la comunidad, sugieren
que la familia grecorromana proporcion6 importantes modelos
de liderazgo para Ja organizaci6n de la comunidad.
3
FORMAS RITUALES
1. Culto y orden
3. Cf. C. K. Barret, The Pastoral Epistles, 86; hay que notar que 1 Tim
6, 11-16 puede ser un discurso de ordenaci6n; cf. E. Käsemann, La f6rmula
neotestamentaria de una parenesis de ordenaci6n, en Ensayos exegeticos,
Salamanca 1987, 123-131; A. T. Hanson, The Pastoral Epistles, London 1982,
109-113; sobre la ordenaci6n en general, cf. H. von Lips, Glaube - Gemeinde -
Amt, Göttingen 1964.
4. C. K. Barrett, The Pastoral Epistles, 113-114.
314 Cartas pastorales
2. Conclusi6n
CREENCIAS
1. ;,Ortodoxia o herejia?
2. La Je en un contexto social
3. la ascensi6n;
4. la predicaci6n del Evangelio;
5. la respuesta a la predicaci6n; y
6. la victoria final de Cristo 12 •
13. lbid.
328 Cartas pastorales
3. Conclusi6n
ser cautos respecto al trato con los de fuera en Col 4, 5-6 se debe
probablemente al deseo de evangelizar. En los c6digos familiares
de los escritos deuteropaulinos pudo haber influido, en parte, el
interes apologetico; pudieron servir para estabilizar las relaciones
entre la comunidad (en la que habrfa algunos miembros subor-
dinados a amos no-creyentes) y el mundo exterior. 1 Tim 3, 7
exige que el obispo este bien considerado por los de fuera. Parece
que, a medida que el movimiento paulino se iba haciendo mas
visible, se fue fortaleciendo el deseo de respetabilidad social,
unido a la creencia en la salvaci6n universal. En la comparaci6n
entre las cartas autenticas y las Cartas pastorales, es util consi-
derar un movimiento desde el tipo-secta hacia el tipo-Iglesia.
C:olosenses y Efesios representan un estadio intermedio en el
proceso.
La cristiandad paulina es un fenomeno complejo. Haber me-
dido el desan·ollo en los escritos deuteropaulinos desdc la prc-
sencia o ausencia de determinados aspectos de un sistema de
creencias, asociado al Pablo autentico, ha impedido con fre-
cuencia la consideraci6n de los escritos deuteropaulinos desde su
propia situaci6n social. La evidente transformaci6n en estos es-
critos no pueden explicarse simplemente por el retraso de fa
parusfa o por la lucha contra el gnosticismo. En el establecimiento
de los ministerios, por ejemplo, se vieron implicados muchos
factores sociales. Un factor importante fue claramente la nece-
sidad de contar con individuos que protegiesen la sana doctrina.
Sin embargo, la lucha contra la falsa doctrina no se limit6 al
campo de las ideas. El deseo de evangelizar, la funci6n de la
familia grecorromana como modelo para la formaci6n de la
ekklesia y las tensiones con los de fuera han sido algunos de los
factores que han influido en el proceso de consolidaci6n de las
estructuras de autoridad.
El estudio se ha limitado a los metodos de investigaci6n socio-
hist6rica; no hemos sacado especificamente conclusiones teol6-
gicas. Sin embargo, una aproximaci6n al estudio del nuevo tes-
tamento que intente descubrir las relaciones entre los escritos y
su contexto social tiene implicaciones para los que hacen teologfa.
Los escritos adquieren de inmcdiato una nueva relevancia cuando
son entendidos en su relaci6n con determinadas situaciones. In-
dudablemente, habra quien considere esta metodologfa como una
Conclusi6n general 333
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342 Bibliograffa
Pr6logo 11
Abreviaturas 13
INTRODUCCION
1. El proyecto 17
1 . Planteamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
2. lUna comunidad carismatica? .............. „ . „ „... 19
3. <',Continuidad o discontinuidad? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
4. EI anfilisis socio-hist6rico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
2. Ciencias sociales e interpretaci6n del nuevo testamento . . . . 27
1. EI universo simb6lico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
2. Institucionalizaci6n y rutinizaci6n del carisma 29
3. Legitimaci6n e institucionalizaci6n cumulativa . . . . . . . . 35
3. Posibilidades y limites metodol6gicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
1. <',Por que emplear las ciencias sociales? . . . . . . . . . . . . . . . 39
2. Historia y ciencias sociales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
3. Teologfa y ciencias sociales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
4. Y ahora, <',hacia d6nde? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
1
CARTAS DE PABLO: INSTITUCIONALIZACION
CONSTRUCTORA DE LA COMUNIDAD
3. Diferenciaci6n estructural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
4. Conclusi6n . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
3. Formas rituales 97
1. Un contexto ritual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
2. Bautismo: purificaci6n y formaci6n de la secta . . . . . . . . 103
3. La cena del Sefior: convivialidad y permanencia . . . . . . 108
4. Conclusi6n . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110
4. Creencias 113
1. Secta, sociedad y universo simb6lico . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
2. El sfmbolo del Mesfas crucificado y resucitado . . . . . . . 118
3. Existencia cristiana: existencia social en un universo de
sentido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
4. Conclusi6n . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
5. Conclusi6n ............... , , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
II
COLOSENSES Y EFESIOS: INSTITUCIONALIZACION
ESTABILIZADORA DE LA COMUNIDAD
4. Creencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215
1. Cambio de simbolos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215
2. Entronizaci6n celeste y comunidad terrena . . . . . . . . . . . . 218
3. Simbolos c6smicos y vida en la secta . . . . . . . . . . . . . . . . . 224
4. Conclusi6n . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227
5. Conclusi6n 229
III
CARTAS PASTORALES: INSTITUCIONALIZACION
PROTECTORA DE LA COMUNIDAD
EDICIONES SIGUEME
«Las comunidades paulinas» es un estudio Biblioteca
socio-hist6rico de la cristiandad primitiva que
incorpora perspectivas te6ricas de las cien- deEstudios
cias sociales. EI «Corpus» paulino constituye Biblicos
un valioso testigo para estudiar el desarrollo
de la lglesia primitiva, ya que contiene, junto
a los mas primitivos escritos de que dispo-
ne m os (las Cartas autenticas de Pablo),
otros que podemos datar en el siglo II (las
Cartas pastorales) y otros que reflejan el am-
biguo perlodo que sigui6 a la desaparici6n
de las primeras autoridades (Colosenses y
Efesios). EI objetivo primordial de este libro
es describir el proceso de institucionaliza-
ci6n en las comunidades paulinas. Estudiar
la transformaci6n de la lglesia desde sus co-
mienzos carismaticos, de libertad organizati-
va, hasta su mas fuerte estructuraci6n en el
siglo II.
La evidente evoluci6n que se percibe en es-
tos escritos no puede explicarse simplemen-
te por el retraso de la parusla o por la lucha
contra el gnosticismo. EI deseo de evangeli-
zar, la funci6n de la familia grecorromana co-
mo modelo de la comunidad, las tensiones
con «los de fuera» ... tambien han influido en
el proceso de consolidaci6n de las estructu-
ras eclesiales. La presente investigaci6n de-
muestra que en la lglesia primitiva no s61o
las ideas configuraron la_realidad, sino que
tambien la realidad social contribuy6 a la
construcci6n de ideas.
Los escritos paulinos adquieren de inmedia-
to una nueva relevancia cuando son leldos
en relaci6n con la situaci6n social que los
sustenta. La reconstrucci6n hist6rica adquie-
re asl una nueva dimensi6n de realismo.
78