Eutanasia Proyecto Final
Eutanasia Proyecto Final
Eutanasia Proyecto Final
https://www.niusdiario.es/multimedia/nius-te-explica/que-es-eutanasia-
requisitos-donde-hacerlo-ley_18_2897220365.html
Argumentos contra
https://abimad.org/12-argumentos-contra-la-eutanasia/
2. Con la eutanasia legal, el Estado dice que hay vidas eliminables… y que
matándose nos ayudan a todos
La eutanasia legal dice a la sociedad (y a los enfermos y vulnerables) que hay
vidas que valen menos, las de los eutanasiables, que hay vidas, en general,
que no valen. Más aún: mantenerlos vivos cuesta dinero y esfuerzo y atención.
Si se eutanasian, ahorran costes al Estado y a sus familias. Muertos son
mejores para todos, quieren que entendamos. Así, el “derecho a morir” se
convierte enseguida en “el deber de morir”. No hay ningún tipo de ley de
eutanasia que pueda evitar este deber (“es mejor que me mate, para ayudar a
mi familia y la sociedad”), no hay control que lo evite… excepto la total
prohibición de esta práctica.
5. La eutanasia daña al oficio médico
Los médicos son personas que decidieron dedicar su vida a cuidar y sanar y
acompañar… o al menos era así antes de la eutanasia legal. Con la eutanasia
legalizada, ¿seguiremos llamando médicos o medicina al siniestro “arte” de
matar enfermos o ayudarles a suicidarse? ¿Qué pensarán los nuevos médicos
de sí mismos? ¿Cuántos pensarán que tienen no sólo la capacidad técnica de
matar, sino la capacidad de decidir, sugerir, impulsar, animar, conducir a sus
pacientes, hacia la eutanasia? ¿Cuántos lo harán si reciben primas de
aseguradoras o de empresas sanitarias que buscan siempre una gestión más
eficaz, ahorrando costes? Ningún control evitará eso, sólo la total ilegalización.
6. La eutanasia legalizada favorece el suicidio
Si no podemos enfadarnos porque nuestra abuela pidió la eutanasia, mis padres (o
mis hijos) tampoco tienen por qué enfadarse o sentirse dañados si yo me
suicido pese a estar sano. Simplemente, entenderé que “algunos suicidios
están bien”. Tan bien, que hasta los médicos lo apoyan y los políticos lo
alaban. Ese es el mensaje que transmite la eutanasia, especialmente a muchos
jóvenes y personas que piensan en el suicidio.
En muchos casos, quizá la mayoría, quien pide la eutanasia en realidad está
pidiendo ayuda contra su depresión, a menudo ligada al miedo o la soledad; las
tendencias suicidas se pueden y deben tratar desde la ciencia médica y
psíquica
11. La eutanasia da demasiado poder al Estado… ¡poder para matar más
personas!
Los abusos con la eutanasia legal casi no se pueden controlar si los cometen
particulares, pero serán aún más incontrolables si los comete el Estado, una
máquina ciega al dolor individual y muy difícil de parar. Cuando das poder al
Estado para matar enfermos vulnerables, es muy difícil controlar cuántos y
cómo los elimina, limitar su aplicación… e impedir que quiera ampliarlo a más y
más personas molestas y eliminables.
Dios y la eutanasia
Una respuesta bíblica a la eutanasia y el suicidio asistido (JUAN MANUEL VAZ)
https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/respuesta-biblica-eutanasia-
suicidio-asistido/
El Dueño de la vida
La Biblia muestra que es Dios, y no el ser humano, el único dueño y creador de
la vida. La vida es un regalo, un don de Dios. El Señor considera esto como un
concepto sagrado y totalmente fundamental para Su Persona, sobre la cual
solo Él mismo determina la vida y la muerte (Gn 9:5-6). La vida de todo ser
viviente está por completo en las manos del Todopoderoso (Job 12:9-10; 33:4).
Matar, asesinar o incluso quitar la vida de forma involuntaria era penalizado en
la ley divina de forma precisa (Éx 20:13; 23:7; 21:12-27).
Lo cierto es que en nuestra cultura contemporánea la vida humana ha perdido
muchísimo valor. Sin embargo, desde la creación vemos cómo el ser humano
solo sería polvo sin vida si no fuera por este precioso don de Dios (Gn 2:7).
Podemos concluir que Dios es el dador de la vida, el único capaz de producir
su inicio vital y determinar el momento de la muerte, pues solo Él tiene dicho
poder y soberanía (Dt 32:39; 1 S 2:6).
El problema del pecado y el sufrimiento
Desde la separación del ser humano del Creador en el Edén, una de las
consecuencias que trajo el pecado a la humanidad fue el dolor y la muerte (Gn
2:17). Todo sufrimiento en este mundo tiene como causa el pecado, incluso el
sufrimiento relacionado con la tierra y la naturaleza (Ro 8:20-21). El pecado
siempre tendrá consecuencias para el ser humano (Nm 32:23) y todo dolor,
enfermedad, muerte, y violencia que vemos en nuestro entorno es producto del
pecado. Si no estuviéramos separados de Dios y viviendo en rebeldía contra
Él, no estaríamos discutiendo este tema.
Uno de los grandes problemas que vemos en Génesis con el pecado es el
deseo del ser humano de querer ser como Dios, buscando una autonomía y un
poder que lo convierta en “Creador” para dejar de ser criatura. Temas como la
eutanasia o el suicidio asistido, el aborto, las cirugías de cambio de sexo y
otros asuntos similares son solo una muestra de cómo el ser humano, rebelado
y enemistado contra Dios, no respeta al dador de la vida. Desecha el orden
natural establecido por Dios y quiere tener dominio total sobre la creación. Esta
es una posición que no le corresponde y que, debido al pecado, nunca
ejercitaría con justicia por causa de su imperfección y pecaminosidad. Todavía
pasarán algunos años antes de que empecemos a vislumbrar las
consecuencias de todas estas osadías humanas.
El sufrimiento es producto del pecado y los seres humanos quieren huir de él.
No quieren experimentar en ellos mismos las consecuencias del pecado
original. El ser humano desearía poder hacer el mal y vivir en esta tierra como
si el pecado no hubiese sido cometido. Sin embargo, todo sufrimiento es fruto
del pecado y ahora es parte de la vida. Además, como creyentes, sabemos que
el sufrimiento muchas veces puede ser parte de los propósitos de Dios
utilizados para moldear nuestro carácter o humillar el corazón. Dios sigue
siendo soberano sobre todo lo que experimentamos y, para los creyentes,
todas las cosas nos ayudan a bien (Ro 8:28).
1- ¿QUÉ ES LA EUTANASIA?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la eutanasia como aquella
«acción del médico que provoca deliberadamente la muerte del paciente».
Esta definición resalta la intención del acto médico, es decir, el querer provocar
voluntariamente la muerte del otro. La eutanasia se puede realizar por acción
directa: proporcionando una inyección letal al enfermo, o por acción indirecta:
no proporcionando el soporte básico para la supervivencia del mismo. En
ambos casos, la finalidad es la misma: acabar con una vida enferma.
Esta acción sobre el enfermo, con intención de sacarle la vida, se llamaba, se
llama y debería seguir llamándose homicidio. La información y conocimiento del
paciente sobre su enfermedad y su demanda libre y voluntaria de poner fin a su
vida, el llamado suicidio asistido, no modifica que sea un homicidio, ya que lo
que se propone entra en grave conflicto con los principios rectores del Derecho
y de la Medicina hasta nuestros días.
El acto médico se basa en una relación de confianza donde el paciente confía
al médico el cuidado de su salud, aspecto primordial de su vida, de sí mismo.
En la relación entre ambos no puede mediar el pacto de una muerte
intencionada. La eutanasia significará el final de la confianza depositada
durante milenios en una profesión que siempre se ha comprometido a no
provocar la muerte intencionalmente bajo ningún supuesto.
La eutanasia deshumanizará la medicina. Solamente desde el respeto absoluto
es posible concluir que todas las vidas humanas son dignas, que ninguna es
dispensable o indigna de ser vivida.
La eutanasia frenará el progreso de la medicina. Los médicos se irán volviendo
indiferentes hacia determinados tipos de enfermedad, no habrá razones para
indagar en los mecanismos patogénicos de la senilidad, de la degeneración
cerebral, del cáncer en estadio terminal, de las malformaciones bioquímicas o
morfológicas, etc.
La solución pasa por dar un cuidado integral a quien pronto va a morir,
tratándole tanto los sufrimientos físicos como los sufrimientos psíquicos,
sociales y espirituales.
Este es el fundamento de la Medicina Paliativa (Medicina paliativa es la
especialidad médica que centra su atención en los enfermos terminales, es
decir, aquellos cuya expectativa de vida es relativamente corta por causa de
una enfermedad que no responde a los tratamientos curativos) que desde la
perspectiva del respeto absoluto debido a toda persona y ante los límites
terapéuticos de la propia medicina, pasa a controlar los síntomas de la
enfermedad, especialmente la presencia de dolor, acompañando al enfermo
hasta la muerte.
Con esta palabra (del griego “orthos”, recto, y “thánatos”, muerte), se ha
querido designar la actuación correcta ante la muerte por parte de quienes
atienden al que sufre una enfermedad incurable en fase terminal. La
ortotanasia estaría tan lejos de la eutanasia, en el sentido apuntado aquí, como
de la distanasia u obstinación terapéutica. Este término, reciente, no se ha
consagrado más que en ciertos ambientes académicos, sin hacer fortuna en el
léxico habitual de la calle; pero su sola acuñación revela la necesidad de acudir
a una palabra distinta de “eutanasia” para designar precisamente la buena
muerte, que es lo que se supone que tendría que significar la eutanasia, y que
sin embargo ya no significa, porque designa la otra realidad mencionada: una
forma de homicidio.
Tipos de eutanasia
http://www.ub.edu/ciudadania/hipertexto/evolucion/trabajos/0304/3/4.htm
https://www.incmnsz.mx/opencms/contenido/investigacion/comiteEtica/
eutanasiaOrtotanasiaDistanasia.html