Eutanasia Proyecto Final

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 10

MUERTE DIGNA

Eutanasia, suicidio asistido, sedación terminal o cuidados paliativos. Son


algunos de los términos sobre la muerte digna que aparecen en los
titulares de los medios de comunicación cada vez que este asunto
vuelve al primer plano de la actualidad.
Qué es la eutanasia
El término proviene del griego eu (que significa bueno) y thanatos (muerte).
Por lo que etimológicamente significa 'buena muerte'. Pero desde un
punto de vista científico o médico, es mucho más. La eutanasia es el
proceso de acelerar la muerte de una persona con una enfermedad
incurable para evitar que sufra. En la eutanasia siempre es un equipo
médico el que administra los fármacos a la persona que desea morir.
Qué es el suicidio asistido
En el suicidio asistido, en lugar de un médico, es la propia persona que
desea morir la que pone fin a su vida mediante la ingesta de un fármaco
letal, con todos los riesgos que eso conlleva.
Qué es la sedación paliativa
Es la administración de fármacos para reducir la conciencia y aliviar el dolor
de un paciente con una enfermedad terminal. El objetivo de la sedación
es conseguir el mayor bienestar físico, psicológico y espiritual del
enfermo en sus últimos momentos.
El mapamundi de la muerte digna
La eutanasia es legal sólo en Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos, Canadá,
Colombia, España, Nueva Zelanda y el estado de Victoria en Australia.
El suicidio asistido se puede hacer únicamente en Suiza y en varios
estados de Estados Unidos. Todos estos países tienen diferentes
requisitos para poder realizar estas prácticas. En la mayoría de los
casos coinciden los siguientes:
Sólo puede pedirlo la persona que desea morir. No pueden hacerlo ni los
cónyuges, ni los padres ni los hijos.
Tiene que ser una decisión libre y reiterada en el tiempo.
La dolencia tiene que ser incurable y el dolor insoportable.
Dos médicos deberán verificar que se cumplan todos estos requisitos para
realizar la eutanasia o el suicidio asistido.

https://www.niusdiario.es/multimedia/nius-te-explica/que-es-eutanasia-
requisitos-donde-hacerlo-ley_18_2897220365.html
Argumentos contra
https://abimad.org/12-argumentos-contra-la-eutanasia/
2. Con la eutanasia legal, el Estado dice que hay vidas eliminables… y que
matándose nos ayudan a todos
La eutanasia legal dice a la sociedad (y a los enfermos y vulnerables) que hay
vidas que valen menos, las de los eutanasiables, que hay vidas, en general,
que no valen. Más aún: mantenerlos vivos cuesta dinero y esfuerzo y atención.
Si se eutanasian, ahorran costes al Estado y a sus familias. Muertos son
mejores para todos, quieren que entendamos. Así, el “derecho a morir” se
convierte enseguida en “el deber de morir”. No hay ningún tipo de ley de
eutanasia que pueda evitar este deber (“es mejor que me mate, para ayudar a
mi familia y la sociedad”), no hay control que lo evite… excepto la total
prohibición de esta práctica.
5. La eutanasia daña al oficio médico
Los médicos son personas que decidieron dedicar su vida a cuidar y sanar y
acompañar… o al menos era así antes de la eutanasia legal. Con la eutanasia
legalizada, ¿seguiremos llamando médicos o medicina al siniestro “arte” de
matar enfermos o ayudarles a suicidarse? ¿Qué pensarán los nuevos médicos
de sí mismos? ¿Cuántos pensarán que tienen no sólo la capacidad técnica de
matar, sino la capacidad de decidir, sugerir, impulsar, animar, conducir a sus
pacientes, hacia la eutanasia? ¿Cuántos lo harán si reciben primas de
aseguradoras o de empresas sanitarias que buscan siempre una gestión más
eficaz, ahorrando costes? Ningún control evitará eso, sólo la total ilegalización.
6. La eutanasia legalizada favorece el suicidio
Si no podemos enfadarnos porque nuestra abuela pidió la eutanasia, mis padres (o
mis hijos) tampoco tienen por qué enfadarse o sentirse dañados si yo me
suicido pese a estar sano. Simplemente, entenderé que “algunos suicidios
están bien”. Tan bien, que hasta los médicos lo apoyan y los políticos lo
alaban. Ese es el mensaje que transmite la eutanasia, especialmente a muchos
jóvenes y personas que piensan en el suicidio.
En muchos casos, quizá la mayoría, quien pide la eutanasia en realidad está
pidiendo ayuda contra su depresión, a menudo ligada al miedo o la soledad; las
tendencias suicidas se pueden y deben tratar desde la ciencia médica y
psíquica
11. La eutanasia da demasiado poder al Estado… ¡poder para matar más
personas!
Los abusos con la eutanasia legal casi no se pueden controlar si los cometen
particulares, pero serán aún más incontrolables si los comete el Estado, una
máquina ciega al dolor individual y muy difícil de parar. Cuando das poder al
Estado para matar enfermos vulnerables, es muy difícil controlar cuántos y
cómo los elimina, limitar su aplicación… e impedir que quiera ampliarlo a más y
más personas molestas y eliminables.
Dios y la eutanasia
Una respuesta bíblica a la eutanasia y el suicidio asistido (JUAN MANUEL VAZ)

https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/respuesta-biblica-eutanasia-
suicidio-asistido/
El Dueño de la vida
La Biblia muestra que es Dios, y no el ser humano, el único dueño y creador de
la vida. La vida es un regalo, un don de Dios. El Señor considera esto como un
concepto sagrado y totalmente fundamental para Su Persona, sobre la cual
solo Él mismo determina la vida y la muerte (Gn 9:5-6). La vida de todo ser
viviente está por completo en las manos del Todopoderoso (Job 12:9-10; 33:4).
Matar, asesinar o incluso quitar la vida de forma involuntaria era penalizado en
la ley divina de forma precisa (Éx 20:13; 23:7; 21:12-27).
Lo cierto es que en nuestra cultura contemporánea la vida humana ha perdido
muchísimo valor. Sin embargo, desde la creación vemos cómo el ser humano
solo sería polvo sin vida si no fuera por este precioso don de Dios (Gn 2:7).
Podemos concluir que Dios es el dador de la vida, el único capaz de producir
su inicio vital y determinar el momento de la muerte, pues solo Él tiene dicho
poder y soberanía (Dt 32:39; 1 S 2:6).
El problema del pecado y el sufrimiento
Desde la separación del ser humano del Creador en el Edén, una de las
consecuencias que trajo el pecado a la humanidad fue el dolor y la muerte (Gn
2:17). Todo sufrimiento en este mundo tiene como causa el pecado, incluso el
sufrimiento relacionado con la tierra y la naturaleza (Ro 8:20-21). El pecado
siempre tendrá consecuencias para el ser humano (Nm 32:23) y todo dolor,
enfermedad, muerte, y violencia que vemos en nuestro entorno es producto del
pecado. Si no estuviéramos separados de Dios y viviendo en rebeldía contra
Él, no estaríamos discutiendo este tema.
Uno de los grandes problemas que vemos en Génesis con el pecado es el
deseo del ser humano de querer ser como Dios, buscando una autonomía y un
poder que lo convierta en “Creador” para dejar de ser criatura. Temas como la
eutanasia o el suicidio asistido, el aborto, las cirugías de cambio de sexo y
otros asuntos similares son solo una muestra de cómo el ser humano, rebelado
y enemistado contra Dios, no respeta al dador de la vida. Desecha el orden
natural establecido por Dios y quiere tener dominio total sobre la creación. Esta
es una posición que no le corresponde y que, debido al pecado, nunca
ejercitaría con justicia por causa de su imperfección y pecaminosidad. Todavía
pasarán algunos años antes de que empecemos a vislumbrar las
consecuencias de todas estas osadías humanas.
El sufrimiento es producto del pecado y los seres humanos quieren huir de él.
No quieren experimentar en ellos mismos las consecuencias del pecado
original. El ser humano desearía poder hacer el mal y vivir en esta tierra como
si el pecado no hubiese sido cometido. Sin embargo, todo sufrimiento es fruto
del pecado y ahora es parte de la vida. Además, como creyentes, sabemos que
el sufrimiento muchas veces puede ser parte de los propósitos de Dios
utilizados para moldear nuestro carácter o humillar el corazón. Dios sigue
siendo soberano sobre todo lo que experimentamos y, para los creyentes,
todas las cosas nos ayudan a bien (Ro 8:28).

La posición cristiana ante la eutanasia y el suicidio asistido


Tanto las leyes a favor del aborto como las que están a favor de la eutanasia,
violentan los mandatos de Dios y le restan valor a la vida. Ellas promueven y
toman en sus manos la muerte del ser humano, mientras los cristianos
creemos que determinar tanto la vida como la muerte es una prerrogativa que
solo corresponde a Dios.
Estamos totalmente en contra de toda práctica que involucre quitarle la vida a
una persona, ya sea cuando está en el vientre de su madre o en medio del
sufrimiento causado por una enfermedad. Por el contrario, Dios nos manda
amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, estar atento al sufrimiento de
los más vulnerables y acompañar en su dolor a los que están sufriendo.
La medicina y la eutanasia
https://www.austral.edu.ar/capellania/mas-info-2/textos-espirituales/razones-del-no-a-la-eutanasia/

1- ¿QUÉ ES LA EUTANASIA?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la eutanasia como aquella
«acción del médico que provoca deliberadamente la muerte del paciente».
Esta definición resalta la intención del acto médico, es decir, el querer provocar
voluntariamente la muerte del otro. La eutanasia se puede realizar por acción
directa: proporcionando una inyección letal al enfermo, o por acción indirecta:
no proporcionando el soporte básico para la supervivencia del mismo. En
ambos casos, la finalidad es la misma: acabar con una vida enferma.
Esta acción sobre el enfermo, con intención de sacarle la vida, se llamaba, se
llama y debería seguir llamándose homicidio. La información y conocimiento del
paciente sobre su enfermedad y su demanda libre y voluntaria de poner fin a su
vida, el llamado suicidio asistido, no modifica que sea un homicidio, ya que lo
que se propone entra en grave conflicto con los principios rectores del Derecho
y de la Medicina hasta nuestros días.
El acto médico se basa en una relación de confianza donde el paciente confía
al médico el cuidado de su salud, aspecto primordial de su vida, de sí mismo.
En la relación entre ambos no puede mediar el pacto de una muerte
intencionada. La eutanasia significará el final de la confianza depositada
durante milenios en una profesión que siempre se ha comprometido a no
provocar la muerte intencionalmente bajo ningún supuesto.
La eutanasia deshumanizará la medicina. Solamente desde el respeto absoluto
es posible concluir que todas las vidas humanas son dignas, que ninguna es
dispensable o indigna de ser vivida.
La eutanasia frenará el progreso de la medicina. Los médicos se irán volviendo
indiferentes hacia determinados tipos de enfermedad, no habrá razones para
indagar en los mecanismos patogénicos de la senilidad, de la degeneración
cerebral, del cáncer en estadio terminal, de las malformaciones bioquímicas o
morfológicas, etc.
La solución pasa por dar un cuidado integral a quien pronto va a morir,
tratándole tanto los sufrimientos físicos como los sufrimientos psíquicos,
sociales y espirituales.
Este es el fundamento de la Medicina Paliativa (Medicina paliativa es la
especialidad médica que centra su atención en los enfermos terminales, es
decir, aquellos cuya expectativa de vida es relativamente corta por causa de
una enfermedad que no responde a los tratamientos curativos) que desde la
perspectiva del respeto absoluto debido a toda persona y ante los límites
terapéuticos de la propia medicina, pasa a controlar los síntomas de la
enfermedad, especialmente la presencia de dolor, acompañando al enfermo
hasta la muerte.
Con esta palabra (del griego “orthos”, recto, y “thánatos”, muerte), se ha
querido designar la actuación correcta ante la muerte por parte de quienes
atienden al que sufre una enfermedad incurable en fase terminal. La
ortotanasia estaría tan lejos de la eutanasia, en el sentido apuntado aquí, como
de la distanasia u obstinación terapéutica. Este término, reciente, no se ha
consagrado más que en ciertos ambientes académicos, sin hacer fortuna en el
léxico habitual de la calle; pero su sola acuñación revela la necesidad de acudir
a una palabra distinta de “eutanasia” para designar precisamente la buena
muerte, que es lo que se supone que tendría que significar la eutanasia, y que
sin embargo ya no significa, porque designa la otra realidad mencionada: una
forma de homicidio.
Tipos de eutanasia
http://www.ub.edu/ciudadania/hipertexto/evolucion/trabajos/0304/3/4.htm

La pérdida de la vida o el hecho de la muerte ha sido y es, desde siempre, una


preocupación para el hombre, reflejándose a lo largo de la historia en diferentes
ámbitos culturales de todos los pueblos. De igual modo, también lo ha sido los
efectos que produce la muerte, tanto en el sujeto como en sus allegados:
miedo, dolor , sufrimiento, etc.
Los extraordinarios progresos que, en las últimas décadas, se han producido
en las ciencias de la salud, han tenido gran repercusión en la sociedad y en la
escala de valores de ésta. Hoy, es posible curar enfermedades que hasta hace
pocos años eran incurables, vivir muchos más años, retrasar el momento de la
muerte, en un gran número de casos, por medios técnicos muy sofisticados,
etc. Todo ello ha generado un intenso debate social, donde la eutanasia ocupa
un lugar preferente.
1. Desde el tipo de motivación por el que se practica:
· Piadosa: aquella que tiene por objeto evitar el sufrimiento de un enfermo
terminal principalmente cuando es exigida en forma seria y consciente.
· Eugenésica: aquella que se dirige al mejoramiento de la raza humana.
· Económica: aquella dirigida a eliminar a las personas cuyas vidas se
consideran inútiles, exentas de valor vital y de costoso mantenimiento.
Para estas dos últimas formas de motivación (eugenésica y económica) existe
la práctica unanimidad en que no pueden ser consideradas como eutanasia
sino que se trataría claramente de homicidios.
2. Desde el punto de vista del paciente: ·
Voluntaria: aquella en que la decisión la toma el paciente directamente o
terceras personas obedeciendo los deseos que el paciente ha expresado
con anterioridad.
· No Voluntaria: aquella en que la decisión la toma un tercero sin que haya
posibilidades de conocer la determinación del enfermo debido a que éste no
tiene la capacidad para elegir entre vivir o morir.
· Involuntaria: aquella en que la decisión la toma un tercero sin pedir el
consentimiento de un pariente capaz de expresar su elección o en contra de su
voluntad.
3. Dependiendo de quien es el autor de la acción:
· Autónoma (Suicidio): aquella en que la propia persona se provoca la muerte
sin intervención de terceras personas.
· Heterónoma: aquella en que en la provocación de la muerte participan otra u
otras personas.

4. Desde la actitud con que se realiza:


· Solutiva: consistente en facilitar auxilio en el proceso de morir, mitigando el
sufrimiento, suministrando calmantes que no incidan en la duración de este
proceso. El Concepto comprende todas las conductas que tiendan a aliviar el
sufrimiento tanto físico como espiritual del enfermo terminal.
· Resolutiva: aquella que incide en la duración del proceso hacia la muerte,
sea reduciéndolo o suprimiéndolo en interés del enfermo.
Dentro de la Eutanasia resolutiva (aquella que es provocada por otra u otras
personas distintas del enfermo y que incide en el curso vital) se pueden hacer
las siguientes distinciones:
· Eutanasia Pasiva: aquella que consiste en la inhibición de actuar o en el
abandono en el tratamiento iniciado, evitando intervenir en el proceso hacia la
muerte.
· Eutanasia Activa: aquella caracterizada porque la provocación de la muerte
se obtiene mediante acciones dirigidas a acortar o suprimir el curso vital.
· Eutanasia Activa Directa: aquella en que la muerte se produce directamente
como consecuencia de una acción, por ejemplo, la aplicación de una dosis
mortal.
· Eutanasia Activa Indirecta: aquella en que la muerte se obtiene
indirectamente mediante la utilización de un analgésico que tenga efectos
colaterales y comprometa alguna función vital, que sería el caso de suministrar
algún analgésico para calmar algún dolor y que como efecto colateral este
produzca la muerte de la persona. En estos casos se aplica el argumento del
"doble efecto" que consiste en que la aplicación de un tratamiento o el
suministro de un medicamento puede tener dos efectos en el caso de los
enfermos terminales: Por un lado evita un mayor sufrimiento para la persona y
por otro, puede acortar su vida.
Para una importante parte del colectivo que participa en el actual debate sobre
la eutanasia, únicamente puede catalogarse como tal, a la denominada
Eutanasia Activa Directa, mientras, tanto la Eutanasia Pasiva como la
Eutanasia Activa Indirecta han de ser consideradas como una correcta práctica
médica.
Eutanasia, Ortotanasia y Distanasia
Los profesionales de la salud se enfrentan constantemente con situaciones que
deben tomar decisiones difíciles, y muchas veces esto tiene que ver con
enfermos que se encuentran muy graves ya sea en el hospital o en alguna otra
institución.
Precisamente, para estas situaciones, se ha creado una rama de la Ética que
estudia los asuntos que se presentan al final de la vida, o dicho de otra forma,
cuando la vida de una persona está en peligro y por más esfuerzos que se
hagan, la posibilidad de que se recupere la persona es muy baja.
Pongamos como ejemplo la situación en que una persona tiene una
enfermedad en fase terminal (como pueden ser muchos casos de cáncer o
enfermedades muy avanzadas del corazón o del cerebro), en la que cualquier
tratamiento ya no es efectivo y donde el sufrimiento es constante tanto para el
paciente como para la familia que lo acompaña. En esta situación surgen las
siguientes preguntas: ¿Se puede hacer algo para que esa persona ya no siga
sufriendo? Cuando la muerte es inminente y el sufrimiento insoportable ¿puede
acelerarse el proceso de morir y evitar el momento desagradable? La Ética ha
estudiado estas situaciones y se han creado algunos conceptos para facilitar su
comprensión.
El primer concepto llamado eutanasia, es una palabra que deriva de sus raíces
griegas que significan “el bien morir” (eu=bueno, Thanatos=muerte) y la cual
se ha definido como “la conducta intencionalmente dirigida a terminar con la
vida de una persona que tiene una enfermedad grave e irreversible, por
compasión o por razones médicas”; es decir, que un profesional de la salud
ayuda a un paciente a morir cuando su cuerpo ya no responde al tratamiento o
cuando la enfermedad está tan avanzada que ya no tiene posibilidad de salir
adelante.
Siguiendo este mismo punto, el estudio de la Ética al final de la vida ha
evolucionado, y ahora se habla de otros dos conceptos: la “ortotanasia” y la
“distanasia”.
La ortotanasia se refiere a permitir que la muerte ocurra “en su tiempo cierto”,
“cuando deba de ocurrir”, por lo tanto los profesionales de la salud están
capacitados para otorgar al paciente todos los cuidados y tratamientos para
disminuir el sufrimiento, pero sin alterar el curso de la enfermedad y por lo tanto
el curso de la muerte.
El concepto de distanasia, por el contrario, se refiere a la prolongación
innecesaria del sufrimiento de una persona con una enfermedad terminal,
mediante tratamientos o acciones que de alguna manera “calman” los síntomas
que tiene y tratan de manera parcial el problema, pero con el inconveniente de
estar prolongando la vida sin tomar en cuenta la calidad de vida del enfermo.
Estos temas en la actualidad son motivo de debate, pues hay quienes creen
que el ser humano no tiene el derecho a decidir sobre la vida humana y, por
otro lado, hay quienes se promulgan a favor de la vida y en contra del
sufrimiento. Podemos concluir que se trata de conceptos en la Ética que sólo
se han legalizado y llevado a la práctica en Holanda y Bélgica, mientras en
otros países como el nuestro no se han aprobado aún y muchos son los
progresos que hay que hacerse en esta materia.

https://www.incmnsz.mx/opencms/contenido/investigacion/comiteEtica/
eutanasiaOrtotanasiaDistanasia.html

También podría gustarte