1 - ¿Qué Es La Eutanasia
1 - ¿Qué Es La Eutanasia
1 - ¿Qué Es La Eutanasia
Esta definición resalta la intención del acto médico, es decir, el querer provocar
voluntariamente la muerte del otro. La eutanasia se puede realizar por acción
directa: proporcionando una inyección letal al enfermo, o por acción indirecta: no
proporcionando el soporte básico para la supervivencia del mismo. En ambos casos,
la finalidad es la misma: acabar con una vida enferma.
Esta acción sobre el enfermo, con intención de sacarle la vida, se llamaba, se llama
y debería seguir llamándose homicidio. La información y conocimiento del paciente
sobre su enfermedad y su demanda libre y voluntaria de poner fin a su vida, el
llamado suicidio asistido, no modifica que sea un homicidio, ya que lo que se
propone entra en grave conflicto con los principios rectores del Derecho y de la
Medicina hasta nuestros días.
2- EL DEBATE ACTUAL
La eutanasia es un acto que busca provocar la muerte a una persona enferma que
conlleva graves consecuencias familiares, sociales, médicas, éticas y políticas. Su
despenalización modificará en su propia raíz la relación entre las generaciones y los
profesionales de la medicina. El Informe Remmelink sobre la práctica de la
eutanasia en Holanda arroja a la luz 1.000 muertes por eutanasia involuntaria (sin
consentimiento) en 1990. Estos 1.000 pacientes eutanasiados se convierten en
1.000 poderosísimas razones para oponerse a la eutanasia activa. Igualmente en
los casos en los que la eutanasia es solicitada por el enfermo existe un grave
problema ético porque se trata de una derrota social y profesional ante el problema
de la enfermedad y de la muerte. Los casos extremos y la autonomía personal,
siempre aludidos por los partidarios de la eutanasia para su despenalización, no
deben generar leyes socialmente injustas, que enfrentan el deseo individual con el
ineludible deber del Estado a la protección de la vida física de cada ciudadano.
Hay que eliminar el sufrimiento humano, pero no al ser humano que sufre.
El consenso:
El hecho de nacer y el de morir no son más que hechos y sólo hechos, adornados
naturalmente de toda la relevancia que se quiera. Precisamente por ello no pueden
ser tenidos como dignos o indignos según las circunstancias en que acontezcan, por
la sencilla y elemental evidencia de que el ser humano siempre, en todo caso y
situación es excepcionalmente digno, esté naciendo, viviendo o muriendo. Decir lo
contrario es ir directamente en contra de lo que nos singulariza y cohesiona como
sociedad.
La autonomía personal.
Todos queremos ser tratados eficazmente del dolor, tener la ayuda necesaria y no
ser abandonados por el médico y el equipo sanitario cuando la enfermedad sea
incurable.
Todos queremos ser informados adecuadamente sobre la enfermedad, el pronóstico
y los tratamientos que dispone la medicina, que nos expliquen los datos en un
lenguaje comprensible, y participar en las decisiones sobre lo que se nos va a
hacer.
Sin dolores.
La solución pasa por dar un cuidado integral a quien pronto va a morir, tratándole
tanto los sufrimientos físicos como los sufrimientos psíquicos, sociales y espirituales.
Este es el fundamento de la Medicina Paliativa que desde la perspectiva del respeto
absoluto debido a toda persona y ante los límites terapéuticos de la propia medicina,
pasa a controlar los síntomas de la enfermedad, especialmente la presencia de
dolor, acompañando al enfermo hasta la muerte.
El verdadero respeto a los derechos del paciente pasa por hacerlo partícipe de las
decisiones sobre su cuidado, aunque éstas hayan de pasar por una información
desagradable.
No haya ningún tratamiento alternativo que consiga los mismos efectos principales
sin el efecto secundario que sería el acortamiento de la vida. Entonces la acción es
correcta y éticamente aceptable.
En Brasil, publicó ABC (11/05/99) “investigan a las funerarias por el nuevo “ángel de
la muerte”. El auxiliar de enfermería Edson Izidoro, sospechoso de haber matado a
131 pacientes en estado grave, confesó haber recibido comisión de las funerarias y
de haber actuado por dinero.
La Razón (12/01/99) publicó “Un médico holandés denuncia ante el Consejo de
Europa 900 casos de eutanasia sin consultar al paciente”. La denuncia fue realizada
por el doctor Henk Ten Have en la reunión de la Asamblea Parlamentaria del
Consejo de Europa que tuvo lugar el día anterior.
Amnistía Internacional (AI), publicó Diario Médico (3/11/ 98) declaró que los médicos
que intervienen en la ejecución de un reo por medio de una inyección letal incurren
en una práctica contraria a la ética profesional, aunque les ampare la legislación del
país. El doctor, James Welsh, ha afirmado que cuando se introdujo el uso de la
inyección letal “se presentó como un sistema que humanizaba de manera notable
las ejecuciones. Sin embargo, en la práctica, se tiene constancia de un alto número
de casos en los que ha fallado y ha causado una muerte dolorosa”.
El Mundo publicó (7/01/99) “La policía británica investiga 50 muertes por eutanasia”.
Varios hospitales han sido acusados de haber retirado el suero intravenoso a sus
pacientes, mientras estaban sedados, y de causarles la muerte por deshidratación.
El doctor Gillian Craig dijo al respecto: “En algunas ocasiones, sedar a un paciente y
deshidratarle equivale a eutanasia. El agua y los alimentos constituyen una
necesidad básica y no pueden ser considerarse como un tratamiento que los
médicos pueden conceder o retirar a su antojo”.
Un ejemplo: Holanda.
P.J. van der Maas y G. van der Wal, catedráticos de Salud Pública de la Universidad
Erasmus de Rotterdam y de la Universidad Libre de Amsterdam, realizaron un
informe a petición de las ministras de Justicia y Sanidad para evaluar la aplicación
de la legislación. Sus conclusiones permiten comparar la práctica actual de la
eutanasia con la que reflejó otro informe realizado en 1991 por una comisión,
presidida por el fiscal general del Estado Jan Remmelink.
Los dos estudios se basan en dos informes separados: uno basado en entrevistas
con médicos y otro en el procedimiento de notificación.
Las muertes por eutanasia han aumentado de 2.300 casos en 1990 a 3.120 casos
en 1995;
Las eutanasias con consentimiento son una gran derrota familiar, social, médica y
política que debe movernos a reflexionar sobre la voluntad de morir de estos
pacientes que dicen: “Doctor, quiero morir”, que significa: “Doctor, quiero vivir, pero
¿estará también a mi disposición cuando no pueda más?”. Los 1.000 casos de
eutanasias sin consentimiento explícito, son una poderosa razón para no permitir
esta práctica ya que estamos hablando de homicidios involuntarios.
Moral: regula los actos individuales. El presunto derecho al suicidio asistido es una
opinión o deseo personal. Una cosa es el deseo que todos tenemos de morir bien y
otra bien distinta despenalizar el acto intencionado de supresión de una vida: el
homicidio.
“No existe nada parecido a un derecho a la muerte ni nadie en su sano juicio puede
pretender que el Estado reconozca a ninguno de sus ciudadanos la facultad de
exigir ante un tribunal que un funcionario le inyecte una sustancia letal”.
“Yo no estoy de acuerdo (con el mensaje enviado por los medios de comunicación)
deprimente y letal: hay que ayudar a vivir que no siempre es fácil; en algún caso
aislado, habrá que dejar morir, pero matar es una solución demasiado sencilla.
Cuesta tan poco, que está al alcance de cualquier incompetente”.
“Los jueces del Tribunal Supremo Federal (EEUU) se negaron a admitir que
tampoco hay que distinguir entre eutanasia activa -matar- y pasiva – dejar morir-…..
Llevan razón: en la vida y en el derecho la regla de principio es que no es lo mismo
hacer algo que abstenerse de ello”.
Camilo José Cela. Premio Nobel de Literatura (1989). El Mal Camino. ABC.
“Por el mundo adelante se extiende cada vez más la idea de la licitud del exterminio
cuanto pueda frenar la marcha triunfal del vencedor, y eso es peligroso. El
retrasado, por la razón que fuere, el tonto, el débil, el enfermo, el viejo, el negro, el
paria y el perdedor, también tiene derecho a seguir viviendo, aunque sea mal. Si el
hombre no es capaz de adecuar su vida a la justicia -y lleva demasiado tiempo
intentándolo sin conseguirlo- no va a tener más remedio que volver a la
caridad…….. La energía del fuerte debe encauzarse hacía la regeneración del débil,
que siempre será posible si se prueba seriamente a hacerlo”
“Lo que no se puede admitir que los superdotados quieran hacer jabón con los
infradotados; un trozo de carne con figura humana, por poco que discurra, sigue
siendo un hombre y, por el solo hecho de serlo, es digno de absoluto respeto”.
Hay que ser respetuosos con la vida y también con la muerte. Al final de la vida, se
deben suspender los tratamientos que según los conocimientos científicos no van a
mejorar el estado del paciente; y únicamente se deben mantener los calmantes, la
hidratación, la nutrición y los cuidados ordinarios necesarios, hasta el fin natural de
la vida.