Educando Con Amor
Educando Con Amor
Educando Con Amor
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EDUCANDO CON AMOR, POR UNA NIÑEZ LIBRE DE VIOLENCIA
Primera edición, xxxxxxxxxx 2019
© Redacción: Mariela R. Castro Buitrago
Ilustraciones: Lucía Álvarez Díaz
Revisión: Marco Abascal Valda
María Luz Rivera Daza
Edición: Helen Álvarez
Lorena Yañez
Presentación ………………………………………………………………
Taller Nº 1: Violencia infantil…………………………………………….
Taller Nº 2 La violencia, no educa …………....………………………..
Taller Nº 3 Educar sin violencia, es posible …….……………………
Taller Nº 4 Igualdad, la base de una sociedad no violenta …………
Taller Nº 5 Comunicación, la principal herramienta … …………..….
Taller Nº 6 Hábitos, repetición de conductas útiles……….………….
Taller Nº 7 Ruptura, pero seguimos siendo madres y padres…………….
Taller Nº 8 Límites, son totalmente necesarios ……………………...
Taller Nº 9 Educación sexual, la mejor prevención …………………
Taller Nº 10 Educando con amor, claves …………………………….
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Introducción
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Taller Nº1
¿Qué es la violencia infantil?
Aunque la forma de criar a nuestras hijas e hijos, ha cambiado
y mejorado considerablemente, aún hay personas que utilizan
algún tipo de violencia como forma de educar.
Debemos entender que bajo ninguna circunstancia la violencia
es justificada, aunque creamos que tenemos una buena razón,
porque es probable que ellas y ellos aprendan a relacionarse de
forma violenta.
Es importante pensar en nuevas formas de educar a nuestras hijas
e hijos para lograr un verdadero respeto, sin utilizar la violencia.
Tipos de maltrato infantil
El abuso sexual
“El abuso sexual de menores es una
forma de maltrato al menor. Incluye
un amplio espectro de acciones en-
tre un niño y un adulto, o con niños
mayores. Con frecuencia, aunque no
siempre, implica un contacto físico.
Exhibir sus órganos genitales ante
un niño o presionar a un niño a tener
relaciones sexuales, es abuso sexual
contra el menor. Utilizar niños en
pornografía también es abuso sexual
contra los menores” 1
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Emocional
“Cuando hay gritos, insultos, ame-
nazas, humillaciones, hay maltrato
psicológico. También lo hay cuando
se desvaloriza al niño o niña, cuando
se muestra desinterés frente a lo que
hace o dice, se le hacen reproches o
se lo compara con el objetivo de lasti-
marlo” 2
Físico
“Uso intencionado de la fuerza físi-
ca en contra de un semejante con el
propósito de herir, abusar, robar, hu-
millar, dominar, ultrajar, torturar, des-
truir o causar la muerte”. 3
Negligencia
“todo aquello que impide que la gente
satisfaga sus necesidades fundamen-
tales: alimentación, vivienda, vestido,
sí, pero también dignidad” 4
2 UNICEF (2010) Guia para la prevención del maltrato infantil en el ámbito familiar. Para-
guay. Pag 17
3 L. Rojas(1995) Las semillas de violencia. Madrid Espasa-Calpe.Pag.11
4 J.M. Tortosa (1994) Violencia y pobreza: una relación estrecha. Madrid.Tecnos. Pag. 50
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Actividades
En un papel rojo vamos a escribir los riesgos de violencia en los cuales
nuestras niñas y niños sufran violencia, luego en papeles blancos
vamos a escribir las posibles soluciones para evitar y proteger a las
niñas y niños de este tipo de hechos, luego introducir el papel en la caja
de auxilio.
Después se abre la caja de auxilio para leer los papeles intercambiando
el color, primero uno rojo y luego uno blanco, se debe argumentar el
contenido de lo que escribieron.
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Taller Nº2
La violencia no educa
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• Nuestro medio cultural acepta como forma de crianza el pegar
o insultar a las niñas y niños. Comentarios como “unos buenos
golpes a tiempo previenen la delincuencia juvenil”, “a mí me
golpeaban y gracias eso soy una persona de bien”, entre otras,
nos muestran el nivel de desconocimiento de las consecuencias,
físicas, psicológicas y sociales de la violencia durante la niñez y la
aceptación del maltrato.
• Debemos recalcar que la intención de la mayoría de las personas
suele ser noble al intentar educar a sus niñas y niños. Manifiestan
esto en frases como: “te pego por tu propio bien”. Por lo tanto,
parecería que no es tan grave y así la violencia se normaliza.
• Existe también la creencia de que todas las madres y padres lo
hacen y que no produce daños en las hijas e hijos. Se genera
entonces una idea confusa sobre la violencia, como si la violencia
fuera de una manera en la calle y de otra diferente dentro de la
casa.
• En general, este tipo de acciones parecen ser altamente efectivas
a corto plazo: la niña o niño deja de hacer lo que estaba haciendo
o cumple con el mandato adulto.
• Las niñas, niños y adolescentes no aprenden con golpes o insultos
lo que sus cuidadores quieren enseñarles; tampoco les ayuda a
desear portarse bien, ni les enseña la autodisciplina u otras
conductas alternativas para resolver conflictos, sino todo lo
contrario: los hace poco sensibles ante las experiencias violentas
y es una probabilidad que repitan el modo de crianza cuando
sean madres y padres.
• Al recibir castigos físicos, no solo sienten un dolor físico, sino
emocional; luego sienten impotencia, como resultado del
profundo dolor emocional que les ocasiona el no poder modificar
la ira, el enojo o la frustración de sus cuidadores. La niña o niño
piensa que nada de lo que pueda hacer en ese momento hará
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cambiar la opinión de sus cuidadores sobre él o ella, o sobre lo
ocurrido.
• Con esta experiencia la niña, niño o adolescente desarrolla, para
sobreponerse, mecanismos de adaptación ante la violencia como
obediencia extrema o comportamientos violentos; en cualquiera
de los dos casos se ubican en algún lugar del círculo de la violencia,
ya sea como víctima o agresor, lo que implica que en el futuro
puedan verse también afectadas las relaciones en la escuela y en
la comunidad.
• Como esto se da en un contexto afectivo, las niñas, niños y
adolescentes confían y creen en lo que sus cuidadores dicen.
Por lo tanto, si usan palabras humillantes en la crianza, las hijas
e hijos pensarán que estas palabras realmente las y los definen
como personas.
• Aunque algunas personas que tienen a su cargo niñas y niños,
creen que insultar no es lo mismo que golpear, podemos afirmar
que las palabras fuertes y humillantes podrían generar los mismos
sentimientos de dolor emocional, frustración e impotencia que el
castigo físico en las personas.
Las consecuencias físicas, psicológicas y sociales más frecuentes del
castigo físico y las humillaciones verbales en las niñas y niños son:
Trastornos en la identidad
Las niñas, niños y adolescentes mal-
tratados pueden tener una mala ima-
gen de sí mismos. Pueden creer que
son malos y que por eso sus cuidado-
res/as los castigan física y verbalmen-
te
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Baja autoestima:
Las niñas, niños y adolescentes a
menudo pueden experimentar sen-
timientos de inferioridad e incapaci-
dad. También pueden mostrar com-
portamientos tímidos y miedosos o,
por el contrario, mostrarse hiperacti-
vos buscando llamar la atención.
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Exclusión del diálogo y la reflexión:
La violencia bloquea y dificulta la ca-
pacidad para encontrar modos alter-
nativos de resolver conflictos de for-
ma pacífica y dialogada.
Actividades
Vamos a ponernos a pensar cómo nos sentiríamos en las siguientes
situaciones y qué es lo que haríamos:
1. ¿Qué harías si tu jefe te mandara a hacer tareas, mientras tus com-
pañer@s descansan? ¿Las harías con agrado?
2. ¿Qué harías si un policía te golpea en la calle por no respetar señales
viales? ¿Sería la mejor forma de recibir la llamada de atención?
3. ¿Qué harías si tus amigos dejaran de hablarte y salir contigo sin dar-
te una explicación? ¿Cómo te sentirías?
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4. ¿Qué harías si tu pareja amenazara constantemente con echarte de
la casa cuando algo le desagrada de ti? ¿Tendrías ganas de cambiar?
5. ¿Qué harías si tu madre te dijera que no debiste nacer y que
arruinaste su vida?
6. ¿Qué harías si te acosan sexualmente y tu pareja no te cree?
7. ¿Qué harías si tu jefe te estira de la oreja en frente de todos por llegar
tarde? ¿Llegarías más temprano?
Después de responder a cada una de las preguntas sobre nuestras
reacciones y emociones sobre situaciones inusuales, vamos a encontrar
similitudes con actitudes que tenemos con nuestras hijas e hijos,
haciendo un intento entender cómo se sienten.
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Taller Nº3
¿Se puede educar sin violencia?
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• En ocasiones, las personas adultas castigan injustamente a las ni-
ñas, niños y adolescentes y lo hacen con severidad, sin entender
que la desobediencia durante la niñez y adolescencia es parte de
un proceso de aprendizaje, de ensayo y error. Conocer más acer-
ca del desarrollo evolutivo de niñas y niños, puede ayudar a los
cuidadores a saber qué esperar y qué poder exigirles, a la hora de
educarlos y ponerles límites.
• El verdadero respeto no tiene nada que ver con sentir miedo; por
el contrario, es a través del amor y la empatía, que se puede edu-
car con eficacia y conseguir resultados que perduren en el tiem-
po.
Actividades
Escribimos en hojas pequeñas diferentes situaciones en las que nos
sentimos vulnerables, tristes o disgustados en nuestra vida cotidiana,
las metemos en una caja, escogemos una hoja de la caja al azar se la
entregamos a un@ de los participantes, para que describa la situación
que le toco pero sin el uso de palabras. El resto, tendrá que averiguar
cómo se siente y qué piensa, en el menor tiempo posible.
El objetivo es lograr que las otras personas logren sentir empatía por
la persona que está en frente sin necesidad de decirlo, de esta forma
veremos cuáles son las capacidades de cada participante para comunicar
sus sentimientos y emociones.
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Taller Nº4
Equidad, la base de una sociedad
no violenta
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• Las mujeres no tienen una predisposición natural para el cuidado
de sus hijas e hijos; las tareas de cuidado como cocinar, limpiar el
hogar, dar cariño, etc., se aprenden socialmente y son tareas que
pueden ser realizadas tanto por mujeres como por hombres.
• Sin embargo, en las familias se establecen ciertas relaciones que
no siempre son igualitarias; por el contrario, la división de las ta-
reas de cuidado en las familias a veces es injusta, por lo general,
y aunque los dos integrantes de una pareja trabajen para ganar
dinero, el trabajo doméstico recae en las mujeres y no es valorado.
• Esta división de tareas no es natural, sino que es un hecho social-
mente construido; la sociedad fue estableciendo determinados
espacios, roles y actividades para las mujeres y otros diferentes
para los hombres. Así, se crea la idea artificial de que existe un
mundo masculino y otro femenino.
• Para que, tanto en los hogares como fuera de ellos, haya verdade-
ra igualdad tenemos que entender qué les pasa a las niñas y a las
mujeres como parte de las familias.
• Las tareas de cuidado en la familia, tanto para hombres como
para mujeres, responden a necesidades y demandas materiales
(cocinar, lavar, planchar, limpiar, etc.). Otras labores responden a
necesidades afectivas (ayudar a construir autoestima, dar cariño,
estimular, etc.).
• En las familias, todavía son las mujeres las encargadas de la ma-
yoría o de todas las tareas, en especial, si hay niñas o niños peque-
ños o personas adultas mayores; muchas veces, el tiempo que de-
manda cuidar a otras personas es tanto que no les queda tiempo
para atender su autocuidado.
• Cuando una persona está sobrecargada por las tareas de cuidado,
no puede hacer otras actividades, que van desde trabajar fuera
del hogar hasta tener tiempo para el esparcimiento y el autocui-
dado.
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• Una educación igualitaria, sin atarse a los roles de género, pro-
mueve infancias más libres y sociedades inclusivas; asignar cier-
tos roles o tareas predeterminadas a las mujeres en las familias
es una manera de discriminación que limita las posibilidades de
crecimiento de las niñas.
• La discriminación también es una forma de violencia; de esta ma-
nera, las mujeres y en especial las niñas quedan en peores condi-
ciones para avanzar en sus estudios, trabajar afuera de su casa y
aspirar a ocupar espacios de poder.
• Las niñas y mujeres están más expuestas a sufrir violencia tanto
dentro como fuera de las familias; en esos casos, se habla de vio-
lencia machista, porque es una forma de violencia que se ejerce
simplemente por el hecho de ser niñas o mujeres en una sociedad
patriarcal.
Actividades
a. Observamos cómo el lenguaje construye y describe de forma
sexista el sexo, el género y nuestro mundo.
A continuación las dos siguientes definiciones y descripciones de
mujer y hombre sacadas del Diccionario de la Real Academia Española
(RAE) y se pide que se lea atentamente de forma individual.
Mujer Hombre
1. f. Persona del sexo femenino. 1. m. Ser animado racional, varón o
mujer.
2. f. mujer que ha llegado a la puber-
tad o a la edad adulta. 2. m. Varón (ser humano del sexo
masculino).
3. f. mujer que tiene las cualidades
consideradas femeninas por exce- 3. m. Varón que ha llegado a la edad
lencia. ¡Esa sí que es una mujer! adulta.
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4. f. mujer que posee determinadas 4. m. Grupo determinado del géne-
cualidades. Mujer de honor, de te- ro humano. El hombre europeo El
són, de valor. hombre del Renacimiento.
5. f. mujer casada, con relación al 5. m. Individuo que tiene las cuali-
marido. dades consideradas varoniles por
excelencia, como el valor y la firme-
za. ¡Ese sí que es un hombre!
6. m. U., unido con algunos sustan-
tivos por medio de la preposición de,
para designar al que posee las cuali-
dades o cosas significadas por tales
sustantivos. Hombre de honor, de
tesón, de valor.
De digo y hago. Ser alguien muy
f. mujer de gobierno: fuerte, re- loc. verb. Ser valiente y esforzado.
suelta y osada.
Ser alguien poco.
f. mujer criada: que tenía a su car-
loc. verb. Ser cobarde.
go el gobierno económico de la
casa.
De su casa.
f. La que con diligencia se ocupa
de los quehaceres domésticos y
cuida de su hacienda y familia.
Pública. Público.
f. Prostituta. m. El que tiene presencia e influjo
en la vida social.
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b. Ahora vamos a escribir un listado de las diferentes acciones que
realizaban por separado nuestra mamá y papá, durante nuestra
niñez, en situaciones como:
o Navidad
o Cumpleaños
o Visita al médico
o Reuniones de madres y padres en la escuela
o Hora del almuerzo
Reflexionamos
• ¿Mamá y papá realizaban las mismas actividades?
• ¿Qué diferencias encontramos en las actividades que se realizaban?
• ¿Con cuál de ellos pasabas tu m as tiempo?
• ¿Se divertía más papá o mamá?
• ¿Quién trabajaba más?
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Taller Nº5
Comunicación, la principal
herramienta
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podemos aprender a detectar los mensajes que las niñas y niños
expresan a través del juego.
• Cuando se sospecha que las niñas y niños están padeciendo algo
y no lo pueden expresar, es recomendable comentar la situación
con los profesionales más cercanos a la niña o niños y a la fami-
lia (pediatra, maestro/a), por ejemplo) para evaluar si es necesario
consultar a un/a especialista (psicopedagogo/a, trabajador/a so-
cial, psicólogo/a, pediatra, etc.).
• No es correcto emitir mensajes confusos a los niños, las cosas que
decimos deben reflejarse en los hechos propios, para ellos perci-
ban que tenemos coherencia. Por ejemplo, si les decimos que no
deben mentir ellos deben ver que nosotros decimos la verdad.
• La comunicación con nuestras hijas e hijos debe ser clara, precisa
y sobre todo coherente para que aprendan a comunicarse de la
misma forma.
Actividades
Tomamos un momento en silencio para pensar en nuestra vida familiar,
en el tiempo que le dedicamos a nuestras hijas e hijos para lograr una
comunicación efectiva Después escribiremos una carta dirigida a
nuestras hijas e hijos, expresándoles todo lo que sentimos y pensamos
y que, por diferentes razones, callamos en el día a día.
Voluntariamente cada participante leerá su carta, El resto escuchará
con atención, al mismo tiempo anotarán puntos similares y aspectos
que llamen la atención de los demás. Al concluir con la lectura, cada
participante expondrá que fue lo más difícil al escribir la carta al igual
que los pensamientos que surgieron al escuchar las de los demás.
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Taller Nº6
Hábitos, repetición de conductas
útiles
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• Una vida desorganizada e impredecible les genera inseguridad,
lo que puede provocar conductas agresivas, que surgen como for-
ma de protegerse o defenderse ante el miedo que les provoca lo
desconocido.
• Los hábitos (tener un horario para la comida, para el baño, para el
descanso, para el juego) tranquilizan los ánimos y alivian tanto a
las niñas y niños como a sus familias. Cuando la vida familiar se
ordena, todos pueden descansar y organizar sus actividades, y la
convivencia mejora.
• Los hábitos se enseñan y se aprenden. Como las y los pequeños
no conocen el orden de las cosas, debemos ayudarles a darle sen-
tido a su cotidianidad y organizarla. Necesitan seguir una rutina,
tener una vida estable, con horarios y actividades que se realizan
todos los días y que hacen que su mundo sea más estable.
• Las niñas y niños aprenden nuevos hábitos al ver la alegría y el
orgullo de sus cuidadores/as a causa de sus logros. Quieren com-
placerlos para seguir sintiéndose amados y aceptados; el acompa-
ñamiento de las personas a cargo irá fortaleciendo su personali-
dad.
• Si las niñas y los niños tienen y sostienen una rutina pueden
disfrutar de los momentos de ocupación y de los de descanso.
Adquieren la noción de tiempo: para jugar, para aprender, para
dormir, para comer. Al ordenar y equilibrar su vida, se relajan
y luego esperan que se repitan esas situaciones que les resultan
conocidas, porque les dan confianza y seguridad.
• Las niñas y niños aprenden los hábitos con el ejemplo. Copian
todo lo que ven, sea bueno o malo, ya que cuando son pequeñas/
os aún no saben diferenciarlo. Por eso, es importante que seamos
consecuentes y actuemos de acuerdo con lo que les transmitimos.
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Actividades
Realizamos un círculo con las actividades diarias que la familia realiza
desde la hora de levantarse hasta, la hora de dormir; luego compartimos
esto con el grupo, para fin de tener en claro aspectos imprescindibles
para la vida de nuestras hijas e hijos. Este ejercicio nos permitirá
identificar lo que deberíamos replicarse en todas las familias y las
costumbres que debemos erradicar de nuestras vidas.
Al final elaboramos un círculo de actividades entre todo el grupo, y nos
damos algunos consejos sobre cómo lograr que se cumpla, y también
escuchando intervenciones exitosas sobre cómo conseguir la formación
de nuevos hábitos.
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Taller Nº7
Ruptura, seguimos siendo madres y
padres
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versidad de familias, pero debe primar ante todo la armonía y el
amor, cuando esto no es así y la pareja decide separarse, también
es posible encontrar nuevos ecosistemas saludables en los cuales
criar hijas e hijos sanos y felices, aunque cambie la configuración
familiar. Para lograrlo es necesario recorrer un camino que nece-
sita tiempo, elaboración, madurez y compromiso de las personas
adultas.
• Cuando una niña o un niño tiene a sus padres separados no es
raro que quienes le rodean adjudiquen cualquier dificultad en
su comportamiento a la separación. Sin embargo, muchas de las
consecuencias emocionales negativas que popularmente se le ad-
judican a la separación o al divorcio, en realidad tienen su origen
en los tiempos de discordia o de infelicidad previos a la separa-
ción y así como la forma de afrontar de la pareja
• Los diversos sufrimientos de la niñez están relacionados con el pé-
simo clima familiar en el que han vivido, más que con la decisión
de sus padres de poner fin a una convivencia infeliz y conflictiva.
El verdadero daño no se produce cuando se separan los padres en
conflicto, sino cuando se pelean, se agreden, se humillan, se enga-
ñan, se ignoran, se subestiman y se tratan con desamor.
• En cualquier separación hay una cuota de dolor que es inevitable.
Las niñas y niños quieren y necesitan a ambos padres y se sen-
tirían dichosos de verlos felices juntos. Confrontar la realidad de
que ello no es posible genera un dolor inevitable, pero no necesa-
riamente un daño, si es que las madres y padres saben conducir el
proceso de manera saludable.
• Las madres, padres u otros tutores deben ser muy conscientes
de que, si bien es posible romper un vínculo de pareja, cuando
se tienen niñas y niños se generó un compromiso compartido de
crianza y responsabilidad que no se termina con la separación de
la pareja.
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Actividades
Reflexionar en el tipo de familia que cada un@ de l@s participantes del
taller tiene, principalmente en el tipo de relación de pareja que existe
en el ecosistema familiar.
Las personas que pertenecen a familias no convencionales pueden
contar su experiencia
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Taller Nº8
Límites, totalmente necesarios
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madres o cuidadores/as obliga a las personas adultas a responder
constantemente a sus demandas.
• Como no hay comunicación verbal cuando son bebés, se debe
responder rápidamente a sus requerimientos de alimentación,
higiene o sueño. En la medida en que crecen, la familia empie-
za a establecer algunas pautas o límites, aunque estos siempre
existen, ya que los impone la sociedad, la vida cotidiana, el pro-
pio cuerpo. La familia es la primera que pone límites al niño, a
la niña, enseñándoles que ciertas conductas tienen que darse en
determinados momentos y lugares.
• Por eso, los límites son necesarios y constituyen una forma de
expresar cuidado y amor. Contar con límites que son explicados
con claridad, ayuda a las niñas y niños a fortalecerse emocional-
mente.
• Cuando, como personas al cuidado de las niñas/os les ponemos
límites, les ayudamos a que aprendan a esperar y los prepara-
mos tanto para tolerar las frustraciones que tendrán en sus vidas
como para buscar recursos y alternativas a aquello que desean y
no pueden satisfacer en ese momento. Si ahora aprenden a espe-
rar para hacer lo que quieren, podrán transitar con más herra-
mientas durante su vida adulta.
• En la medida en que niñas y niños aprenden a tolerar la frustra-
ción, a aceptar el “no” y a demorar en tiempo y espacio la satis-
facción inmediata de sus necesidades y deseos, pueden dejar de
sentir que son el centro del mundo, propio de su edad, y empezar
a compartir con otros. Al aprender a controlarse a sí mismas/os,
aprenden a reconocer, respetar y dar lugar a las necesidades de
las/os demás, y dejan de imponer y reclamar sus propios intereses
a través de llanto, gritos o berrinches.
• Para ello, es necesario mantener los roles de cada integrante de la
familia, tanto de las/os grandes como de las chicas/os. Las perso-
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nas que cuidamos de niñas/os, tenemos una responsabilidad en
la crianza de nuestras hijas e hijos, y somos quienes respondemos
por ellas/os y las/os cuidamos, aunque a veces no les guste.
• Mantener una relación cercana, de confianza y comunicación no
quiere decir que seamos sus amigas/os: somos sus madres, padres
o cuidadores/as y, desde esos roles, podemos ejercer una autori-
dad sin autoritarismo.
• Los límites se aplican con firmeza, claridad y amor. La reacción de
las niñas y niños es de comprensión y respeto por el límite (“en-
tiendo el motivo por el que es importante respetar el límite que
se me explica”).
• Los límites autoritarios se aplican sin dar razones, frecuentemen-
te mediante gritos o amenazas; la reacción de las niñas y niños
es de sometimiento y miedo (“hago lo que me dicen por temor al
castigo y me someto”).
• Los límites arbitrarios se ponen de forma incoherente, distante,
para complacer al adulto y no para educar al niño/a; la reacción
de las niñas y niños es de confusión, inestabilidad (“no sé lo que
esperan de mí; un día se puede hacer algo y al otro día, no”).
• Los límites débiles se transmiten con poca convicción; la reacción
de las niñas y niños es de frustración, confusión (“me dicen una
cosa, pero si no lo cumplo, no pasa nada”).
• Los límites ausentes, cuando no existen, generan en las niñas y
niños una reacción de desamparo, y angustia (“puedo hacer lo
que quiero, así que busco el desafío y provoco”).
Castigarlos, chantajearlos u ofrecerle recompensas a cambio de un
buen comportamiento no los ayuda a ellos ni a nosotros a educarlas/os.
Tampoco sirve poner límites como una manera de descargar nuestro
fastidio o porque “no las/os aguantamos más”. Por el contrario, eso solo
genera un círculo vicioso difícil de detener.
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Actividades
Elaboramos un árbol de problemas entre todas/os, anotamos en
pequeñas fichas para luego pegarlas en las raíces de nuestro árbol,
situaciones específicas que vivimos con nuestras hijas e hijos que nos
provocan malestar como los cuidadores/as anotaremos también las
formas de proceder frente a esas actitudes conflictivas.
Una vez finalizado anotamos las consecuencias de esas acciones en las
hojas del árbol.
Debatimos con el grupo los resultados obtenidos.
Ahora elaboramos el árbol de soluciones, analizando las mismas
situaciones conflictivas, pero esta vez construimos entre todos
alternativas adecuadas para lograr resultados diferentes.
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Taller Nº9
Educación sexual, la mejor
prevención
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sexualidad es mala o prohibida, y además estamos dejando el ca-
mino libre para que obtengan la información de cualquier fuente.
• Cuando las niñas y los niños preguntan algo, nunca los dejemos
sin respuestas. Si no sabemos contestar, podemos decírselo, bus-
car información o asesorarnos.
• Todos los días se presentan situaciones propicias para enseñar a
las niñas y niños temas relativos al sexo. Por ejemplo, a la hora
del baño, puede hablar sobre las partes del cuerpo y qué significa
“privado”. Un embarazo o un nacimiento son un buen momento
para comentar cómo se concibe y nace un bebé, ver televisión
con sus hijas/os también puede ser un buen momento para co-
mentar las relaciones que aparecen en la pantalla, no es necesa-
rio dar un discurso, primero, averigüe lo que sus hijas/os ya sa-
ben, deje que sean ellas/os quienes guíen la conversación y hagan
las preguntas.
• Hable abiertamente y hágale saber al su niña o niño que puede
hacerle cualquier tipo de pregunta, Es posible que algunos niñ@s
no pidan información si perciben que usted se siente incómodo/a
de tratar el tema, otros podrían ponerle a prueba haciendo pre-
guntas incómodas
• Cuando las/os niñas/os comienzan a hacer preguntas, los siguien-
tes consejos pueden facilitar la situación para ambos:
• No se burle ni se ría, aunque la pregunta sea cómica; si se
ríe, la niña o niño podría sentirse avergonzado.
• Procure no parecer avergonzado o asumir una actitud de-
masiado seria hacia el tema.
• Sea breve, conteste con términos sencillos.
• Sea honesto, use el nombre propio de cada parte del cuerpo.
• Note si la niña o niño quiere o necesita saber más.
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• Perciba las respuestas y reacciones de la niña/o.
El hablar sobre sexo y sexualidad le brinda la oportunidad de compar-
tir sus valores y creencias con los niñ@s. Tal vez el tema o las preguntas
le generen vergüenza, pero las/os niñ@s necesitan saber que en todo
momento pueden recurrir a una fuente confiable y honesta para resol-
ver sus dudas.
Actividades
En el grupo analizar si las/os integrantes del grupo pueden y están
capacitados para hablar de sexualidad con las niñas y niños.
Proponer ideas de cómo se puede prevenir violencia sexual
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Taller Nº10
Educando con amor, claves
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• Es importante también separar lo que nos pasa a nosotros de lo
que sienten nuestras niñas y niños. Nuestros temores, frustracio-
nes, preocupaciones, enojos no son los de ellas/os y pueden no
tener edad para comprenderlos.
• Es importante tener en claro que nuestras necesidades y las de
ellas/os son diferentes. Ellas/os necesitan sentirse mirados, escu-
chados, considerados, sin importar la edad que tengan. También
esperan recibir:
• Un abrazo
• Palabras de afecto
• Felicitaciones
• Abrazos, besos, mimos, caricias, cosquillas
• Palabras de aliento
• Prepararles la comida, darles de comer,
• Reconocer sus logros
• Jugar con ellos
Actividades
Al final de la secuencia de talleres, compartimos una experiencia propia
que utilizamos en la crianza de las niñas y niños, que sea totalmente
diferente a la de los demás, pero que haya funcionado y que creamos
que puede ser replicada, la compartimos con el grupo.
Hasta aquí hemos trabajado, rompiendo esquemas mentales y formando
nuevos, reconociendo aspectos dañinos en el desarrollo correcto de
nuestras hijas e hijos, aunque tengamos la intención de educar.
Escribimos una carta a una de las madres o padres que nos han
acompañado en este proceso, que tenga un contenido alentador,
motivador, etc. Al final ponemos todas las cartas en nuestra caja, las
mezclamos y retiramos una para nosotros.
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Bibliografía
L. Rojas (1995) Las semillas de violencia. Madrid Espasa
J. M. Tortosa (1994) Violencia y pobreza: Una relación estrecha. Madrid
UNICEF (2010) Guia para la prevención del maltrato infantil en el
ámbito familiar. Paraguay
Unicef (2017) Guía práctica para evitar gritos, chirlos y estereotipos
Disponible en: https://unicef .org>argentina>informes>guía-practica-
para-evitar-chirlos-y-estereotipos
Unicef (2010) Guía para prevenir el maltrato infantil en el ámbito
familiar Disponible en: https://unicef.org/ecuador/libro-5nov10-
uv12bis.pdf-10
Unicef (2010) Sin violencia se educa mejor Disponible en: www.
tratobien.org/familias.pdf
Save The Children (2015) Disponible en: http://www.ifdcelbolson.edu.
ar/mat_biblio/provivavoz/guia_educas_no_pegues.pdf
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