La Influencia de La Oralidad en Las Canciones de X
La Influencia de La Oralidad en Las Canciones de X
La Influencia de La Oralidad en Las Canciones de X
Resumen: En este trabajo se analizan las eviden- Abstract: This work analyses the songs of Xabier
cias de oralidad en las canciones de Xabier Lete Lete (1944-2010) to detect characteristic features
(1944-2010). Este cantautor fue uno de los mejores of orality. Lete was one of the best Basque poets of
poetas vascos del siglo XX. La tradición vasca del the 20th century, and his lyrics were influenced by
bertsolarismo influyó directamente en muchas de the Basque tradition of bertsolarismo. This tendency
sus canciones que destacan por tener una notable can be seen in both the metrics and the style. This
influencia de la oralidad. Esta tendencia puede ob- study classifies his songs according to their oral in-
servarse tanto en la métrica como en el estilo. En fluence, observes the evolution of his discography,
este estudio se clasifican sus canciones según el and analyses three of his songs in search of features
grado de oralidad, se repasa la evolución de su dis- of orality.
cografía, y se analizan tres de sus canciones para
Keywords: Xabier Lete. Orality. Bersolaritsmo.
profundizar en los rasgos orales que ofrecen.
Transitional Texts. Ez Dok Amairu.
Palabras clave: Xabier Lete. Oralidad. Bertsolaris-
mo. Textos transicionales. Ez Dok Amairu.
* Este artículo forma parte del proyecto del Grupo Consolidado de Investigación LAIDA (Literatu-
ra eta Identitatea) que pertenece a la red de Grupos de Investigación del Gobierno Vasco (IT
1397/19) y está reconocido por la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea
(PPGA 20/19).
INTRODUCCIÓN
a tardía incorporación a la letra impresa ha convertido la literatura escri-
1. Ver Barandiaran para un estudio de un aspecto actual de la cuestión, y Gintsburg para un fenó-
meno paralelo en el Magreb.
su mismo pueblo; y otro de los mejores, Jose Joakin Mitxelena, también había
nacido en Oiartzun. Cualquier actuación de bertsolaris era seguida con devo-
ción por parte del público. Lete fue un apasionado del bertsolarismo (Lete
2011, 55), y –aunque no se ha recalcado lo suficiente– uno de los mejores es-
critores de bertsos de su tiempo junto, a Xalbador y Amuriza (Aulestia 180). En
sus primeras actuaciones, eligió cantar bertsos escritos por Txirrita, y fueron
del agrado del público. Después, publicó varios discos monográficos. El tra-
bajo más destacable data del año 2001 y consta de siete discos que recogen la
obra más relevante de diez bertsolaris del siglo XX. Su pasión proviene de una
edad temprana en la que los bertsolaris más importantes visitaban Oiartzun. En
una entrevista relata que hablaban con gran autoridad y el público les escu-
chaba con gran atención (Lete 2011, 25).
EL CORPUS
Para hacer el estudio de las letras de las canciones de Lete se ha tenido que ha-
cer una selección. Las canciones que publicó son, en total, 116. Siendo el cri-
terio de selección la investigación de los procesos creativos de Lete, se han
descartado las canciones traducidas de otros autores. También han quedado
fuera del corpus casi 70 canciones que llevan sus letras, pero cantadas por
otros artistas. Evidentemente, para no crear una distorsión, también se han
descartado los siete discos que Lete dedicó al bertsolarismo. En ellos recopila
decenas de tonadas con estructura métrica del bertsolarismo. Estos bertsos pu-
dieron haber constituido un humus creativo de nuevos poemas, pero como no
son de su autoría, no se han incluido en el análisis. Con estos parámetros, el
corpus lo componen un total de 39 canciones. En ellas el autor pudo expre-
sarse libremente, usando las palabras más apropiadas para convertirse en can-
ción (y que, a su vez, esquivaran la censura). Hay varias canciones que Lete
grabó dos e incluso tres veces, y en muchas ocasiones introducía un nuevo ma-
tiz. En esos casos la letra que se ha tenido como referencia ha sido la que apa-
rece en Abestitzak eta poema kantatuak, obra en la que Lete reescribe y da por
acabada su labor de reescritura.
ANÁLISIS DE LA MÉTRICA
En este trabajo se han buscado señas de identidad de los textos orales en las
canciones de Lete. Una de las señas más objetivas es la métrica. Hay patrones
tradicionales del bertsolarismo que pueden ser identificados fácilmente. El ber-
tsolarismo usa decenas de estructuras métricas, pero hay dos que son especial-
mente recurrentes: las tonadas menores combinan versos de 7 y 6 sílabas; la
rima se ubica en el segundo verso (el primer verso está libre de rima). Las to-
nadas mayores, en cambio, constan de versos de 10 y 8 sílabas; en esta métri-
ca también es el verso par el que rima (Garzia 88). La mayoría de las tonadas
recurren a esa combinación y la repiten dos, tres, cuatro o cinco veces. Para
mostrar un ejemplo se utilizará la canción “Seaska kanta” (Canción de cuna),
separando las sílabas y subrayando las rimas:
Según veremos en la tabla que sigue, la mayoría de las canciones de Lete con-
cuerdan de alguna manera con las estructuras antes mencionadas. Algunas de
Aunque no sea exacta, esta clasificación sirve para señalar la influencia del ber-
tsolarismo en las canciones de Lete. Se puede afirmar que 27 de las 39 cancio-
nes están ligadas a la tradición, métricamente; y al menos 19 se corresponden
exactamente. Cabe apuntar que alguna de las tonadas que compuso Lete no
correspondía a la tradición vasca, sino a la española (puramente octosílaba);
pero a raíz de la creación de tal tonada, esta estructura métrica se ha conver-
tido en una de las más comunes para la improvisación en solitario. Es decir,
que no solo tendríamos que tener en cuenta la influencia del bertsolarismo en
Lete, sino la influencia de Lete en el bertsolarismo. De hecho, Lete es uno de
los artistas que más tonadas ha aportado, con más de 40 tonadas creadas según
la base de datos Xenpelar.
CLASIFICACIÓN ORAL
También se podría hacer otra clasificación que no se guíe tanto por la estruc-
tura como por su contenido y se fije en indicios de oralidad. Juan Mari Le-
kuona, abanderado de la investigación de la literatura oral vasca, la contrapo-
ne a la literatura escrita afirmando que surge y perdura al margen de la
escritura y pervive gracias a la memoria colectiva. Afirma que la oralidad está
ligada a las leyes socioculturales vigentes en estadios anteriores a la literatura
escrita, y en cuanto a técnica, las obras se mantienen ligadas a normas origi-
narias ya fijadas (211, 212). En este trabajo el concepto de oralidad no se de-
fine como la memoria rescatada de autores anónimos, sino que se centra en el
estilo de escritura del texto en el que el autor está más interesado en comuni-
car, ser entendido a la primera, y cuya narración incluso pueda tener cambios
bruscos o pequeños defectos fácilmente remediables de forma escrita. Es de-
cir, defiende la espontaneidad de la oralidad como contrapunto a los textos
perfectamente planeados.
TEXTO TRANSICIONAL
Siguiendo las pautas de Sarali Gintsburg (2017, 478a), se definirá como texto
de transición el texto creado por un poeta alfabetizado que pretende simular
el estilo de la tradición oral, aunque lo haga con la ayuda de la escritura. El
reto más interesante será, por tanto, determinar cuáles son estas característi-
cas orales de los textos transicionales.
En gran parte dependerá de la expresión que se esté analizando. En este
caso, se buscan indicios de oralidad (sobre todo influencias del bertsolarismo)
en canciones. Estos indicios están reflejados de forma más detallada y con
ejemplos en el análisis de tres canciones de Lete. Se pueden adelantar las si-
guientes características como marcas del lenguaje oral:
– Mensaje principal comprensible en la primera escucha.
– Uso de fórmulas, patrones o guiones identificables. Métricas tradicio-
nales y grupos de rimas frecuentemente usadas.
– Frases construidas de forma no convencional (hipérbaton, ausencia de
conjunciones, elipsis...) con el fin de cumplir una métrica o rimar.
– Incorrecciones: léxicas, sintácticas, contracciones, deformaciones lin-
güísticas, falta de concordancia...
– Obra inacabada: la reescritura.
REESCRIBIR
Es interesante ver cómo, con el paso del tiempo, Lete modifica sus letras al
igual que muchos cuentacuentos o juglares modificarían sus piezas, reformu-
lándolas. Ese sería, por ejemplo, el caso de una de sus canciones más famosas:
“Habanera”, la cual está anteriormente publicada por partes como poemas, y
reescrita para convertirla en canción. También modeló muchas de sus cancio-
nes para matizarlas. En su primer EP canta la canción “Maiteaz galdezka” de
la siguiente forma:
Bakardade haundi bat neukan bihotzean, La soledad asolaba mi corazón
negar egiten nuen zutaz oroitzean. lloraba cuando me acordaba de ti.
Galdera egin nuen etsipen hotzean, Pregunté en mi fría desolación:
gizonok nora goaz mundutik hiltzean? ¿Adónde van los hombres cuando mueren?
(Lete 2006, 54)
En una versión posterior, la tercera línea se modifica por “galdera egin nion
Jaunari hotzean” (‘pregunté fríamente a Dios’). Como se puede observar, esta
segunda versión es más específica, ya que sustituye la “fría desolación” que
sentía, e interpela directamente a Dios. Este modo de proceder se repite a me-
nudo en las canciones de Lete y es especialmente interesante observar cómo
modula su lenguaje bélico dependiendo de la situación política del momento.
FÓRMULAS
Según los criterios citados, podemos dividir las canciones de Lete en dos grupos:
“Euskalerri nerea”, “Maiteaz galdezka”, “Seaska kanta”, “Ez dut amets handi-
rik”, “Gizon arruntaren koplak” (‘Coplas de un hombre común’), “Langile ba-
ten seme” (‘Hijo de un obrero’), “Teologia, ideologia” y “Henry Millerri es-
kutitza” (‘Carta a Henry Miller’) son las canciones con más influencia oral en
la discografía de Lete. “Zuk badiozu” (‘Si tú lo dices’), “Lore gorrien balada”
y “Otsoak eta txanogorritxu” (‘Caperucita y los lobos’) también tienen una in-
fluencia notable.
La métrica es, la mayoría de las veces, un indicador fiable del grado de
oralidad que se puede esperar de los textos de Lete. De hecho, las canciones
recién mencionadas son, en su mayoría, estrofas que coinciden con el bertsola-
rismo. El hecho de tener que encorsetar las palabras puede crear una estética
(ausencia de conjunciones, elipsis...) que evoca cierta oralidad. Pero hay algu-
nas de las canciones que cumplen a rajatabla los patrones métricos del bertso-
larismo, pero quedan fuera de este grupo por tener una carga poética difí-
cilmente digerible en una sola escucha. En estos casos el continente y el
y serán las que servirán para la comparativa. El primer EP que publicó Xabier
Lete levó su nombre (se nombra como XL1EP en el gráfico). Lete publicó en
él cuatro canciones de las cuales tres llevaban su letra. Dos de ellas se pueden
considerar orales y así lo refleja el gráfico. Estos son los demás discos publica-
dos: “Segundo EP Xabier Lete” (XL2EP), “Primer LP Xabier Lete” (XL1LP),
“Lourdes Iriondo eta Xabier Lete” (LI&XL), “Kantatzera noazu” (KN), “Lore
bat zauri bat” (L1Z1), “Eskaintza” (ESK) y el CD póstumo de su concierto en
Errenteria-Orereta (KON). Los discos están ordenados cronológicamente y se
han tenido en cuenta las características de los textos orales (uso de fórmulas
identificables, comprensibilidad inmediata, etc.) para inclinar la balanza hacia
una consideración oral o no oral.
Oral No oral
0
XL1EP XL2EP XL1LP LI&XL KN L1Z1 ESK KON
crita, ya que la persona que recoge por escrito lo recientemente creado “repa-
ra” las incorrecciones del texto como recuerda Gintsburg:
To confuse matters, we know that it was normal practice for scribes to
make changes to oral texts they were putting into writing in order to ‘im-
prove’ their quality: scribes would ‘repair’ rhyme, look for better words
and even replace whole lines. (476)
El autor es plenamente consciente de que está imitando un estilo oral y no
duda en conservar y redundar en estas pequeñas deformaciones del lenguaje
cuando lo necesita. En la tercera estrofa utiliza la palabra “Parisan” en vez de
“Parisen” (traducido, ‘en París’). Este es un error que un improvisador se
puede permitir por las prisas y la dificultad del performance, pero una canción
escrita raramente adopta. También destaca “periodikuak” en vez de “egun-
kariak”, que evoca que el texto fuera escrito algunas décadas antes. De he-
cho, Lete cuenta en el último bertso que ha [“cantado docenas de bertsos co-
rrientes”]:
Izerdi asko ez dut isurtzen No sudo demasiado
larreko pendizan en las cuestas del huerto
paper artean murgildutako más bien, soy un insecto
zomorroa izan, inmerso en papeles
limosnatik bizi diren como los huérfanos que viven
umezurtz batzuen gisan, de las limosnas,
periodikuak ez dira gutaz los periódicos no hablan
mintzatzen Parisan. (Lete 2006, 66) de nosotros en París.
Los saltos temporales que se dan durante la canción son también menciona-
bles. La construcción de las frases como “izerdi asko ez dut isurtzen larreko
pendizan” (‘no sudo mucho en las cuestas de la huerta, más bien, soy un in-
secto inmerso en papeles’) en las que una ofrece especificaciones sobre la an-
terior, parece también muy oral.
El uso de fórmulas es destacable en esta canción. La segunda estrofa uti-
liza las palabras batean, artean, kaltean, apartean como rima. Fórmulas muy si-
milares eran frecuentemente utilizadas por Txirrita –el bertsolari más conoci-
do del siglo XX– en decenas de bertsos, dada su versatilidad, para dar al lector
el contexto del tema que iba a abordar en sus bertsos escritos (bertso-paperak).
Un ejemplo puede ser este “hamarreko handia” (‘décima mayor’) en el que
personifica a la lengua vasca y dialoga con ella:
De toda la obra de Lete, la canción que considero más oral es “Gizon arrun-
taren koplak”. Esta canción relata la cotidianidad de un hombre corriente.
Kantatzera noazu bertso bat edo bi Voy a cantaros uno o dos bertsos
herenegun jarriak gizon arruntari escritos al hombre común
Antonio, Lorentxo edo Joxe Mari Antonio, Lorenzo, o Jose Mari
gauza ederra denik ez ukatu neri. (Lete, 2006: 74) no me digáis que no es hermoso.
Sus primeras estrofas son descriptivas y relativamente coherentes, pero des-
pués se convierten en una especie de divertimento con frases inconexas, casi
dadaístas. Recuerda al ejercicio en el que dos bertsolaris improvisan los bertsos
alternándose versos, llamado puntuka. En esta modalidad el discurso de los
bertsolaris se va intercalando. Si se ejecuta sobre un zortziko txikia, el número
de versos es par, por lo que el bertsolari que termina un bertso no es el que lo
ha empezado. Siendo esto así, no tienen el control de a dónde se dirigen, ya
que normalmente están habituados a pensar primero e último verso de la es-
trofa; lo que provoca que algunos bertsos no sean coherentes. En el tercer ber-
tso (la tercera estrofa) hay un buen ejemplo de ello:
(‘me gusta mucho el caldo de gallina’) y “Mugairen hasten baita Belateko malda”
(‘la cuesta de Belate comienza en Mugaire’). Y termina con la fórmula de aña-
dir una frase donde tocaba repetición. Esta vez, aportando información con
mucho sentido, ya que se despide del oyente. La importancia de este final se
acentúa musicalmente, porque la versión cantada repite esta parte varias veces.
Estructuralmente, es de señalar que el tercer verso de las estrofas (“An-
toniyo, Lorentxo edo Joxe Mari, aurrean papera ta atzean papera, kalean bi za-
kur ta beste hiru atso, batzuek loriyak ta beste batzuk miak”) es a menudo una
enumeración sin verbos. Ong apuntaba que el estilo oral tiende a ser acumu-
lativo más que analítico (188-212).
Una de las últimas canciones que compuso Lete es “Henry Miller-i eskutitza”
en la que habla sobre el sexo, a propósito del conocido y controvertido es-
critor.
La letra de la canción son bertsos escritos con una métrica y un estilo de
escritura tradicionales aunque el tema sea, quizás, innovador. Habla sobre el
sexo desde un punto de vista masculino y se ríe de sí mismo. Este conjunto de
bertsos compagina algunas piezas de mucha sutileza con expresiones bastante
burdas.
La parte más destacable es la función que forman el tercer y cuarto ver-
so de cada bertso. En ellos, Lete utiliza los dos primeros versos para señalar un
tema, y los dos siguientes para solucionar o explicitar la frase anterior. Estos
son los primeros cuatro versos de la tercera y cuarta estrofa:
Maite duenak edertasuna Quien ame la belleza,
maite duenak lilura y ame la fascinación
hurbiletik begira dezala que lea con atención
Platonen liburu hura. el libro de Platón
Zahartzaroan sentitzen du batek En la vejez, uno siente
bereaz konturatuta observándose a sí mismo
zeinen laburra izan den uda qué corto ha sido el verano una vez que
ia neguan sartuta. (Lete 2006, 104) se ha entrado en invierno.
El bertsolari Imanol Lazkano (23) afirma que para saber si un bertsolari es bue-
no, hay que poner la lupa en este punto exacto. Lete, consciente o incons-
cientemente, refleja el modo de construir los bertsos de los viejos maestros.
CONCLUSIÓN
En este análisis se ha podido observar cómo Lete combina dos estilos, uno
predominantemente poético y alejado de la oralidad, y otro semi-oral. El poe-
ta dominaba a la perfección ambos registros. Sus discos evolucionan de lo oral
a lo no oral. Probablemente, esta evolución esté relacionada con la situación
política y cultural, y también con el medio de difusión. El autor necesitaba co-
municar eficientemente una idea al público y solo disponía de actuaciones en
directo. Esto contribuyó a que el estilo elegido fuese más oral y directo. Años
más tarde, su posición cultural, tanto como poeta como de cantante, era reco-
nocida; y el disco se convirtió en su medio de difusión principal mediante el
cual se podían escuchar las canciones una y otra vez.
Lete se beneficia de las ventajas de la escritura (autoría, repercusión...)
para difundir su pensamiento, pero es consciente de que la canción es una dis-
ciplina distinta a la poesía y por ello opta, algunas veces, por un lenguaje
distinto del que utiliza en sus libros. La categorización más acertada para sus
canciones sería la de semi-oralidad. El autor recupera el patrimonio oral di-
recta e indirectamente, puesto que, por una parte, la musicaliza y, por otra par-
te, compone usando sus bases: Conoce las técnicas y expresiones, ha memori-
zado muchas frases y las reinterpreta (Lekuona 173) para crear un texto
totalmente nuevo, pero que recuerda al oral. Lete rumió el input tradicional
para crear un output vanguardista, al igual que el juglar adaptaba su texto por-
que la visión del mundo de su público había cambiado.
Paradójicamente, este proceso de acercamiento deriva en que gran parte
de la sociedad no sea consciente de la autoría de estas canciones. Algunas de
las canciones de Lete, por ejemplo “Izarren hautsa”, “Xalbadorren heriotzean
II” (‘En la muerte de Xalbador’), “Neguaren zai”, “Seaska kanta”, “Nafarroa,
arragoa” (‘Navarra, crisol’) son muy conocidas, pero no suelen atribuirse a
Lete, sino que suelen ser tomadas por populares. A ello se le debe sumar que
muchas de las letras no son concretas ya que tuvieron que superar la censura;
algunas frases de sus canciones han sido descontextualizadas y usadas como le-
mas, algunas veces con intenciones opuestas a cuando se escribieron. Esta pér-
dida de control sobre su propia obra es interesante e incluso puede ser una ca-
racterística del estilo oral.
Probablemente no sea casualidad el problema que tenemos en la litera-
tura vasca para delimitar lo oral y lo escrito, y quizás partir de esquemas de
otras literaturas, en las que ambos mundos están más separados, es lo que di-
ficulta la tarea. El bertsolarismo está sustentado sobre una tradición centenaria,
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