Bolilla 4 - Organización
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Los jueces van a aplicar el artículo 144 del CCyC y van a pasar por encima de la ley especial, un
principio general del derecho es que ley especial deroga ley general, que se aplica en todas las materias
porque se entiende que la especialidad pasa por encima de la generalidad, porque el método inductivo
que va de lo general a lo particular, es claramente Aristotélico, porque en lo especial está el detalle, en
este caso van a aplicar el CCyC porque amplio los sujetos demandables, amplio el objeto de la acció n,
esa supresió n de la palabra “mero” “constituye un mero recurso para violar la ley”, exigía la
constitució n de una sociedad para violar la ley, ahora no, cualquier sociedad que intencionalmente viole
la ley te va a permitir la ampliació n de los sujetos demandables. Después cuando decía “la consecució n
de una finalidad extrasocietaria” te vincula exclusivamente al objeto, ahora dice “la consecució n de una
finalidad no inherente a la persona jurídica” te amplia de tamañ a forma las posibilidades que uno de los
supuestos que hablá bamos que era la acció n indirecta, acció n residual, o acció n pasiva, que mucha
jurisprudencia la había sacado de la posibilidad de seguir esas demandas, ahora las tenes dentro de los
supuestos, y la má s importante es la calidad de sujeto demandable, porque si vemos el 34 de la ley
vemos el “socio oculto” Socio aparente.
ARTICULO 34. — Prohibición. Queda prohibida la actuación societaria del socio aparente o presta
nombre y la del socio oculto.
Socio oculto.
La responsabilidad del socio oculto es ilimitada y solidaria en la forma establecida en el artículo
125.
el socio oculto era demandable, tenía que demostrarlo, porque de forma directa o indirecta ya no
solamente incluís las situaciones de control, que sería el especial vinculo de índole contractual el
vínculo de hecho o el vínculo jurídico, inclusive entra lo que se denomina “los contratos
parasocietarios” hay un contrato para societario que se le llama contrato de sindicació n de acciones es
ponerse de acuerdo entre accionistas por fuera de la estructura societaria, obviamente con un contrato
licito, ejemplo: nosotros vamos a votar en conjunto, eso sería hacer un sindicato, el sindicato puede ser
de mando para designar los directores, o para votar en un sentido determinado en la asamblea, ¿esta
prohibido? No, hay un fallo paradigmá tico que se llama “SANCHEZ CONTRA BANCO AVELLANEDA” en
el cual se legaliza el sindicato de acciones, puede ser de mando ¿de qué otra forma puede ser? Puede ser
de “” para que todas aquellas acciones que por ejemplo impliquen derogar el derecho de preferencia,
capitalizar reservas y no distribuirlas, de todo eso vamos a votar en contra, y un mixto que implica que
se manda un acuerdo con los que dicen vamos a votar en contra o a favor, si lo violamos es un contrato
de cambio, y tiene responsabilidad, se establecen multas. Entonces en todos estos supuestos hay
posibilidad de ampliar la demandabilidad o el sujeto demandable, con lo cual es mucho má s amplio y se
va a invertir la presunció n de ley especial, deroga ley general, para aplicar la ley general, y en esto
hacíamos hincapié en los fallos “NORVERTO” Y “ACOSTA” que dice primero armó nica e integradora,
segundo pro homine, y tercero y lo má s importante la interpretació n que sea má s permeable al
reconocimiento de derechos y no a su restricció n, evidentemente si en todos estos supuestos estamos
planeando correr el velo de la personalidad para que los responsables sean quienes sustenten en forma
solidaria e ilimitada el dañ o que generaron el juez lo va a dar, porque la jurisprudencia hace muchos
añ os viene diciendo que dentro del marco del artículo 19 de la CN se exige que en materia de
reparació n, la reparació n sea plena, integra y el articulo 1740 del CCyC dice que la reparació n debe ser
plena, ahora lo dice la ley que debe ser integral ¿Qué presume la integralidad? Que los rubros
patrimoniales y no patrimoniales (que antes eran dañ o material y dañ o moral) y ademá s el dañ o
punitivo, el artículo 52 de la ley de defensa al consumidor hoy está redactado, y nosotros lo hemos
adherido localmente ó sea que la norma es aplicable, que se da el dañ o evidente y el dañ o punitivo, con
lo cual en materia societaria hay una amplitud, si toda esta plenitud que parte de relaciones de consumo
en algunos casos, o de relaciones de responsabilidad civil como seria la reparatoria, todas estas
cuestiones ya han sido admitidas.
FALLOS.-
SWIFT:
Hacia principios de la década del ’70 en el á mbito judicial se conoció una sentencia, que aú n hoy, y a
má s de 40 añ os de ser firmada, mantiene plena vigencia, ya que dio origen a una teoría que es conocida
en el mundo de los legos como la doctrina “Swift-Deltec”, la cual dispone que la totalidad del conjunto
econó mico de una empresa tiene que responder por las deudas de cada uno de sus segmentos, es decir,
sus filiales.
El caso se dio cuando la empresa Swift de La Plata presentó un concurso preventivo de acreedores, pero
durante la investigació n del mismo se pudo verificar que, en verdad, existía un crédito en favor de la
multinacional Deltec, aunque la realidad era que la empresa concursada no era ni má s ni menos que una
subsidiaria de la segunda.
Al intentar esta maniobra la multinacional se convertía en acreedora de su filial, y podía votar en la
junta y de ese modo avalar la propuesta de acuerdo presentada por Swift, la cual era perjudicial para los
reclamantes minoritarios; el juez de ese entonces, Salvador María Lozada, el 8 de noviembre de 1972
aplicó la teoría de la desestimació n y demostró que Swift y Deltec eran la misma persona.
En su sentencia el magistrado aseguró que “la totalidad del conjunto econó mico tiene que responder
por las deudas de cada uno de sus segmentos”. Ademá s en el fallo, que fue confirmado por la Corte
Suprema de Justicia, el ex juez graficó la situació n del siguiente modo: “Es como si una persona dijera
‘no voy a pagar todas mis deudas porque mi brazo, cabeza o mi rodilla es acreedor de mí mismo’”.
La directora del Instituto de Deuda Externa “Miguel A. Espeche Gil” del Colegio Pú blico de Abogados de
la Capital Federal, Graciela Gonzá lez, explicó que ese fallo “tuvo recepció n en el ordenamiento jurídico
argentino pues influyó en la reforma a la ley de sociedades incorporando esta teoría en la reforma que
introduce la ley 22.903” y también en “el derecho concursal, toda vez que la ley 22.917 incorpora en
punto a la extensió n de la quiebra los incisos 2 y 3 al artículo 165”. Ademá s, expresó que ese criterio
impone “justicia, a las situaciones antijurídicas que desvirtú an la finalidad de la ley, sancionando a los
controlantes que utilizan las sociedades, desviando el interés social en forma abusiva, a favor del
interés de la controlante o del grupo econó mico del que forma parte y tuvo origen en la doctrina
norteamericana denominada del disregard of legal entity”.
Otro en destacar la importancia que tiene ese caso es el profesor posgrado de la Universidad Nacional
de Buenos Aires y de La Plata , Juan Formaro, quien afirmó la trascendencia en el explícito
reconocimiento por la jurisprudencia argentina del recurso técnico de la “penetració n” para aprehender
la realidad má s allá de las formas, y continuó que de este modo se puede “comprender que la ficció n de
la personalidad diferenciada de las sociedades no puede utilizarse para violar derechos de terceros ni
en contra de los intereses superiores de la sociedad”.
El abogado explicó que la primacía de la realidad impuso, entonces, que “los efectos de la quiebra
decretada a Swift debían también imputarse a Deltec International como deudora real y responsable de
las obligaciones de la fallida cuya propiedad y respectivo control le pertenecían”.
Aplicació n y vigencia
La preponderancia de este fallo de Lozada sigue presente aú n hoy en el mundo judicial y segú n
Gonzá lez la misma se debe a que “su aplicació n y vigencia se justifican porque se pondera la verdad
objetiva en el juzgamiento y repara las consecuencias antijurídicas, producto de acciones que utilizando
abusivamente la personalidad jurídica, derechamente, burlan la ley”. Para la especialista “el fenó meno
de los grupos econó micos, y las acciones abusivas de control, para desviar indebidamente el interés
tienen plena vigencia, por ello tiene vigencia la doctrina”.
Formaro detalló que la presencia de esta doctrina “no só lo es evidente sino imperiosa, pues no podría la
Justicia retrogradar en materia de protecció n de los derechos de los terceros (y la sociedad toda) para
amparar el fraude y la mala fe”, y agregó que “la personalidad diferenciada de las sociedades se
reconoce para facilitar el cumplimiento de ciertos fines, y cuando la utilizació n se desvía de aquellos se
abusa de la franquicia otorgada, siendo entonces necesario atravesar el velo para llegar a la esencia y a
la realidad”.
Un llamado de atenció n para las sociedades
Segú n lo explica el docente toda empresa debe tener presente “la solució n que emana de este
precedente y los mú ltiples fallos que aplicaron y continú an hoy utilizando la doctrina, puesto que hace
incluso a la defensa de sus intereses y a la correcció n de su giro”, al tiempo que explicó que las
sociedades tienen que saber que los jueces argentinos comprenden, en su mayoría, que resulta
“contrario a derecho amparar conductas fraudulentas y prá cticas que implican conducció n temeraria en
claro perjuicio de terceros”.
En tanto, Gonzá lez reflexionó que las conductas antijurídicas “no provienen de ignorancia de las leyes,
por ello es insoslayable la preponderancia de la acció n del Poder Judicial”, al tiempo que marcó que “la
Argentina, lleva sobre sus espaldas una pesada carga que condiciona su futuro y afecta gravemente los
derechos humanos: la deuda externa ilegítima, a la vez, es el ú nico país en el mundo que ha probado en
juicio esa ilegitimidad”, pero se lamentó que todavía a ese pronunciamiento, “no se lo ha considerado en
defensa de los intereses nacionales”.
Por ú ltimo vale destacar que el CPACF desarrolló días atrá s la Jornada "Qué Esconden los Velos
Societarios" a 40 añ os del fallo 'Swift-Deltec' donde se rescató la figura del ex juez Lozada.