Acuario Familiar
Acuario Familiar
Acuario Familiar
I. Juego familiar
El juego es un elemento fundamental que hace posible incluir a los niños en la terapia familiar. Los
niños, aunque posean un vocabulario muy rico, se expresan más que los adultos según una
modalidad analógica. El juego representa entonces un canal comunicacional de primordial
importancia, aunque no pueda decirse que sea exclusivo de esta edad (Andolfi, 1991).
El juego familiar nos permitirá observar la problemática, la rigidez o flexibilidad ante ella y las
relaciones a nivel de subsistemas y transgeneracional. Mediante una actividad lúdica el terapeuta
podrá recibir información sobre la permeabilidad del sistema, presencia de lazos diádicos, alianzas,
roles de cada integrante, flexibilidad de los subsistemas y los patrones de relación, incluso estilo
parental.
La actividad lúdica durante la sesión permite a las familias centrarse en la actividad que se les ha
dado como tarea, esto implica muchas veces que las dinámicas espontáneas de la familia se
expresen más abiertamente que en una situación de entrevista. Además, permite que el terapeuta
observe las actitudes y relaciones directamente y no a través de la percepción de cada uno de sus
miembros. Cuando las familias se centran en la tarea, incluso disfrutan del juego, sus patrones de
relación se tienden a expresar abiertamente.
II. La Metáfora
El lenguaje metafórico puede constituir un medio para comunicarse con un individuo, una pareja o
toda una familia, y también para recibir comunicaciones (Andolfi, 1991). Puesto que las metáforas
son en definitiva una forma de comunicación, pueden usarse en principio en cualquier situación
clínica en la que un terapeuta quiera transmitir información de sus clientes. Esta información
puede ser concreta y específica.
El hablar a través de la metáfora es una manera eficaz de recoger información que de otro modo
sería difícil de obtener, de un grupo que se muestra particularmente rígido o defendido. En algunos
casos, comunicar con metáforas promueve el cambio, a través de la toma de conciencia, que, de
esta forma, puede resultar menos dolorosa que hablar de forma explícita del problema.
Una de las técnicas basadas en el uso de la metáfora, es el acuario familiar, técnica que será
utilizada dentro de este estudio y se detalla a continuación.
III. Acuario Familiar
El acuario familiar es una técnica de juego familiar, propuesta y descrita por Eliana Gil (Everett,
2005).
Materiales:
Instrucciones:
En esta técnica se solicita a cada miembro del sistema familiar que haga un pez. Para ello, se
disponen distintos tipos de materiales de arte. Con el fin de que cada integrante de la familia haga
y decore su pez personal. Una vez que cada integrante de la familia hace su pez, se solicita a todo
el sistema familiar que decidan si prefieren disponer sus peces en un hábitat tipo acuario o tipo
mar.
Una vez tomada la decisión, se le pide a cada uno de los integrantes de la familia que pegue su pez
en una cartulina azul. Si la familia desea continuar decorando su acuario, se permite que lo
realicen. Es relevante observar el diálogo espontáneo que surge en los integrantes de la familia
sobre el acuario, así como también la tendencia de la familia de hacer su acuario como un
ambiente seguro o peligroso, nutritivo o confortable.
Encuesta:
Una vez que el acuario está terminado, el terapeuta puede iniciar un diálogo que aliente al sistema
familiar a ver el producto en toda su totalidad mediante preguntas y comentarios sobre el acuario,
alentando al sistema familiar que realice una historia a partir de su acuario construido.
Preguntas como:
- ¿qué está pasando ahí? ¿Cómo se sienten los personajes? ¿Qué piensan?
- Se invita a que le pongan un título a su Acuario
Se recomienda tomar una fotografía del resultado final para el registro del terapeuta. La familia
decide que hará con el Acuario, la mayoría de ellos solicita llevárselo.
Análisis:
A través del Juego se puede observar la estructura familiar. Gil y Sobol (en Bailey,
2000) proponen observar:
Una vez obtenido realizado el análisis de la dinámica lúdica, se sugiere enmarcar el trabajo con la
díada (Madre/padre-Hijo/a) en los temas que se reflejaron como conflicto durante la actividad, a
fin de impulsar mejoras que favorezcan el trabajo, por ejemplo, en un proceso de revinculación o
reunificación.