Ciclo y Desarrollo Madurativo

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EL CICLO DE LA EXPERIENCIA APLICADO AL

DESARROLLO MADURATIVO

Sara Fernández Wolf


Noviembre 2023

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INTRODUCCIÓN

El Ciclo de la Gestalt es un instrumento útil para la valoración de


una función muy importante de la persona en sus intercambios
con el ambiente, pero ¿cómo se aplica en la intervención con
niños? ¿Es adecuado también?
Bien es verdad que se puede hacer una lectura sencilla desde dos
polos que consideran “dos mitades” del ciclo, la parte
preparatoria, que corresponde a los pasos de sensación-
conciencia y energetización, y la parte resolutoria, de acción-
contacto y retirada (3, pág.141), pero aun así, no deberíamos
obviar las diferencias entre un niño y un adulto.
En principio porque el Ciclo parte de la base de un Yo y un
Superyo/Top Dog configurados, de una identidad y un narcisismo
definidos. Es decir, de un individuo maduro que tiene capacidad
de hacer el C-R y que sus bloqueos se deben a un uso inadecuado
de MD que se lo impiden.
Por eso me parecía necesario repensar este instrumento desde el
punto de vista de la maduración y el desarrollo del niño, tomando
en cuenta su estrecha relación con las figuras cuidadoras de las
que depende desde el comienzo de la vida.

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1. EL CICLO DEL CONTACTO – RETIRADA

Es un modelo, un “patrón ideal” que definieron Perls y sus colaboradores


(Goodman, Zinker, los Polster, etc.) que describe los pasos del PROCESO de
satisfacción de necesidades de la persona. Proceso que va desde que
siente una necesidad, un deseo, hasta que la satisface.

Permite evaluar cómo se relaciona el individuo con el medio.

Lo llamaron Ciclo de la Experiencia, Ciclo de Contacto-Retirada o Ciclo de la


Gestalt (Ginger, 149).

Describieron 7 secuencias del proceso de C – R “normal”, “ideal”: Se


inicia con la sensación, se desplaza al “darse cuenta” y genera excitación y
energía que permite pasar a la acción, al contacto, obtener la satisfacción
buscada, tomar conciencia de esta satisfacción y se cierra con la retirada.

1. Sensación
2. Conciencia
3. Energetización
4. Acción
5. Contacto
6. Consumación y
7. Retirada

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El ciclo de satisfacción de necesidades y sus bloqueos permite hacer una
valoración diagnóstica:

• del momento que atraviesa un individuo,


• del mecanismo de su neurosis, sus mecanismos de defensa
• de su modo de enfermar (cómo interfiere su experiencia saludable,
natural);
• podemos desarrollar un sistema de diagnóstico fenomenológico que
permita determinar exactamente dónde se encuentra bloqueada
una persona, lo cual facilita información valiosa al terapeuta para
iniciar su intervención.

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CICLO DE LA EXPERIENCIA APLICADO AL
DESARROLLO MADURATIVO

Si aplicamos el Ciclo de la Experiencia como modelo para valorar el


desarrollo del niño vemos que parte de un estado de retirada y contacto
extremos.

Los diferentes pasos hacia el auto-apoyo se van logrando paulatinamente.


Hasta la adquisición del control psicomotor grueso y fino y del lenguaje el
niñ@ está en una relación que va progresando desde la simbiosis y la
dependencia absoluta de las figuras parentales (FP), hasta la diferenciación
y el logro de la autonomía.

Por este motivo no podemos desvincular el desarrollo madurativo del niño


de la experiencia de contacto con la madre (o persona con función
materna) primero y de las figuras cuidadoras después. La madre o figura en
función materna es el agente principal de sustentación.
Esto da un rasgo propio al Ciclo de la Experiencia, diferenciado del que
usamos con adultos.

Voy a exponer cómo se va construyendo el “Yo” en el proceso madurativo


a la vez que se configuran las posibilidades de C-R, de intercambio
Organismo-Ambiente y las interferencias que pueden aparecer,
estrechamente vinculadas a la experiencia de contacto con las figuras
cuidadoras.

Esta “relectura” del Ciclo pone de relieve que la intervención con niños y
adolescentes debería incluir siempre a sus figuras cuidadoras, porque ellas
son las primeras representantes del medio, ayudándolos también a ellos a
tomar conciencia de sus propios introyectos y de las proyecciones que
depositan sobre el hijo.
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Así:

1. SENSACIÓN

El bebé está unido de manera simbiótica a la madre y vive entre las


sensaciones y el reposo.
Son sensaciones dispersas. No hay ni siquiera conciencia de un organismo
unificado.

Experimenta sensaciones primarias de displacer o de placer, que todavía no


están discriminadas como externas o internas porque no tienen ese nivel
de conciencia.

Son experiencias puramente sensoriales y que se hacen presentes en cada


momento. Van creando ciertas huellas mnémicas.

La madre también está unida a la criatura, recibiendo los “mensajes”


sensorio-perceptivos a través del contacto físico, el oído, el olfato y la vista,
que la ayudan a satisfacer las necesidades de la criatura.

2. CONCIENCIA

La conciencia, es decir, la capacidad de “darse cuenta” de una sensación,


no viene dada, no viene “de fábrica”. Hay que construirla.
Hasta pasado el año de vida es la madre la que “pone conciencia” a los
mensajes sensoriales del hijo, interpretando lo que éste siente y le
transmite a través del tono muscular, de sus sonidos, de sus olores, etc.
para ofrecerle el contacto con lo que necesita de ella (alimento, abrigo,
contención, reposo…)

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Ella también se comunica, emite mensajes a través de lo sensorio
perceptivo, del tono muscular pero también a través de la palabra.

• Y cumple también de este modo una función fundamental, que es la


de hablar y comunicarse con el hijo.

• A través del contacto sensorio-perceptivo con ella y del lenguaje el


bebé aprende de sí mismo y también aprende a diferenciarse de la
madre.

Esta “conciencia” que pone la madre y que se expresa verbalmente


permite por tanto ir configurando dos logros:

1. El de la subjetivación o mentalización (=conciencia), que significa el


reconocimiento del propio mundo de sensaciones, emociones y
sentimientos. Podemos decir que “se apropia” de lo que siente, lo
vuelve suyo, contacta consigo mismo. De esta primera matriz de
conciencia va surgiendo el “Yo”.
Si la asistencia ha sido adecuada y la figura parental ha sido
previsible, genera primero en la criatura la ilusión de ser ella la que
crea el mundo externo. Por eso decimos que al principio la propia
identidad no está bien diferenciada de la de la figura cuidadora. Es lo
que llamamos “primera forma de identidad” o “identidad primaria”.
Es un “pack” YO-TÚ.

2. La diferenciación Yo/Tú, que significa ir reconociendo el mundo


externo diferenciado del propio, lo interno de lo externo, lo que
llamamos Yo – Tú; Organismo – Ambiente; “Yo/No-Yo”. Significa
romper “una burbuja” dual, o empezar a romperla.

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En la medida en que la asistencia de la figura cuidadora va ajustando
ritmos y alternando su presencia, la ilusión primera se va disolviendo
y permite el reconocimiento de sí mismo y del otro, del Yo y del “Tú”.
Ya no son sentidos como una unidad, sino como dualidad.

En síntesis, el paso a la conciencia tiene dos tiempos:

1. CONCIENCIA DE SÍ MISMO, PRIMERA FORMA DE IDENTIDAD


(IDENTIDAD PRIMARIA) = CONSTRUCCIÓN DEL “YO”.

UNA PRIMERA IMAGEN DE SÍ, BUENA O MALA, SEGÚN HAYA SIDO LA


EXPERIENCIA DEL INTERCAMBIO CON LA FIGURA PARENTAL.
(NARCISISMO PRIMERO)
(Lo “bueno” y “malo” aquí se viven como “soy poderoso, válido,
porque el medio me ofrece lo que espero”/ “soy impotente, inútil,
porque de fuera no obtengo lo que espero, sino malestar.”)

2. RECONOCIMIENTO PROGRESIVO DEL OTRO, de la realidad, que se va


viviendo como diferente de lo interno, pero con un tinte amable,
porque no ha sufrido experiencias traumáticas de falta de sostén que
le hayan hecho perder la ilusión de crear y de encontrar un medio
familiar, acogedor.
El medio se representa con una parte imprevisible y otra parte que
lleva la experiencia del contacto con la madre, que lo vuelve
acogedor.

ESTAMOS EN EL TERRENO DE LA CRIANZA.

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3. ENERGETIZACIÓN

• Está ligada a la adquisición de la marcha y del lenguaje.

Es una activación mental, que en el adulto implica “un plan de acción”, una
estrategia para pasar a la acción y satisfacer las necesidades. Es una
preparación para entrar en acción, un “calentar motores” … (Peñarrubia,
138).

En principio la capacidad de energetización es mínima. El niño reconoce lo


que quiere y pasa directamente al contacto (Pasa de 1 a 5).
La capacidad de pensar una acción se va desplegando progresivamente,
primero guiados por el adulto, pero también pensando por sí mismos.
Niñ@s a partir de 2-3 años van observando y pensando modos de resolver
problemas en la experiencia (construcción de torres con cubos, abrir una
cajita de cerillas, etc.)
• Así la “energetización” será un “plan de acción” complejo que se
habrá ido fraguando con ayuda de los adultos para poder separarse
de ellos.

• Este plan de acción implica cierta tolerancia a la espera, que permite


pensar antes de actuar.

Lxs adultxs son los encargados de poner a disposición los medios para su
desarrollo, para la exploración de la realidad y también de enseñar, de
supervisar las estrategias.
Estos planes de acción se van desarrollando cada vez más desde que
empieza a tener más autonomía corporal, a caminar.

ENTRAMOS EN EL ÁMBITO DE LA EDUCACIÓN.

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(Es la fase anal, donde el lema a transmitir es el de “No harás al otro lo que
no quieres que te hagan a ti”; “todos los objetos no son de tu propiedad”,
etc.)

A partir de la latencia (5-6 años) l@s niñ@s tendrán que tener


interiorizados muchos mensajes parentales sobre lo prohibido y lo
aceptado socialmente: Lo que se puede hacer y lo que no, según nos pueda
dañar o pueda dañar a otros.

En los pasos de la conciencia a la energetización estarán presentes, para


dirigir la acción, las imágenes de las FP. (Paso 3).

➢ SON LAS PRIMERAS FORMAS DE SUPERYO EN SU VERSIÓN


PROTECTORA Y TAMBIÉN PROHIBIDORA.

➢ UN SUPERYO QUE ACTÚA COMO BRUJULA INTERIOR.

También sigue actuando según sea la imagen de sí mismo: soy buenx o


malx, soy capaz o no; tengo derecho o no tengo, puedo o no puedo…

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4. ACCIÓN

La acción se define como el movimiento o la conducta dirigidos a satisfacer


la necesidad (3, p.138).

Hasta la adquisición de un control psicomotor fino, no solamente el grueso,


el niño depende en gran medida de los adultos para realizar acciones
destinadas a satisfacer sus necesidades. Es a partir de los 2 años que
pueden ir adquiriendo más autonomía. Antes de esa edad están sostenidos
por la figura parental.

Y las posibilidades de desarrollar acciones con cierta libertad siguen


dependiendo de la tolerancia de las figuras cuidadoras a la separación física
y emocional que implican.

➢ LA ACCIÓN, EL BLOQUEO DE LA MISMA O LA ACCIÓN PERMANENTE


SIN PASAR AL CONTACTO SERÁN EL RESULTADO DE LAS DOS
ANTERIORES.

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5. CONTACTO

El individuo satisface la necesidad del organismo intercambiando con el


medio. (3, 138).

El papel del adulto es importante:

El adulto proporciona la satisfacción de casi todas las necesidades o


proporciona los medios para hacerlo hasta casi la latencia, dependiendo de
la educación y la autonomía de cada niñ@.

Cuanto mayor es el niño el adulto facilitará los medios para que satisfaga
sus necesidades cada vez más por sí mismo (comprar
alimentos para que se haga sus bocadillos; ofrecer material de juego y para
actividades plásticas, dar la paga para que consiga cromos, acompañarlo a
eventos, etc.).

También ayudará a que pueda esperar para hacer el contacto, aspecto


importante para aumentar la capacidad de tolerancia a la espera,
fundamental para el aprendizaje.

El adulto tiene que estar y no estar, dar y no dar para poder acompañar
adecuadamente, para criar primero, para educar, para facilitar el contacto
consigo mismo y con el mundo. Parece contradictorio, pero es así.

Adultos que no saben frustrar (educar) fomentan la sensación de


insatisfacción e inseguridad en lugar de ayudar a tolerar las esperas sin
angustia.

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6. CONSUMACIÓN

La consumación es un paso del Ciclo que algunos autores omiten. Sin


embargo, es importante.

• “Consumación” significa ser, hacerse consciente de la sensación de


satisfacción, de plenitud.
No se trata solamente de satisfacer la necesidad, sino también del disfrute,
de darse cuenta de haber logrado algo anhelado.

Las FP facilitan o dificultan esta toma de conciencia.

7. RETIRADA

Es la vuelta al estado de reposo cuando se ha satisfecho la necesidad.


Puede ser dormir, descansar o pasar a otra actividad. (Peñarrubia, p.138).

En la etapa de crianza la figura cuidadora se separa para permitir el


descanso y la recuperación de la energía.

Más adelante, a partir de los 3-4 años, la retirada del adulto tiene la
finalidad de facilitar la autonomía, para actuar sintiéndose segur@ y
confiad@.

Cuando el niño va creciendo y madurando la FP seguirá TUTELANDO las


acciones y retirándose cada vez más de la intervención directa.

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LOS DESAJUSTES EN EL CICLO EN LA INFANCIA Y
ADOLESCENCIA. LA INFLUENCIA DE LAS FIGURAS
PARENTALES.

1. Dificultades en la sensación
Están asociadas a problemas orgánicos del bebé. Audición, visión,
neuropatías, etc.

2. Dificultades en la sensación - conciencia

Los desajustes tempranos entre madre e hijo darán lugar a dificultades en


el primer paso, el de la “conciencia”.

Las dificultades de la madre para regular su contacto con el hijo impactan


directamente sobre la primera experiencia emocional del bebé.

Puede tratarse de

1. distorsiones en la interpretación que la madre hace de las


necesidades del hijo, es decir que interpreta mal lo que el bebé
necesita
2. o a falta de asistencia: no atiende la necesidad de la bebé porque no
hace contacto con ella.

En el primer caso estamos ante un cuidado inadecuado, en el segundo ante


una negligencia.

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1. El cuidado inadecuado.

Las distorsiones se pueden deber a:

Confluencia excesiva: la madre no puede separarse del hijo y proyecta en el


hijo sus propias necesidades de contacto: lo alimenta sin descanso
necesario, se “pega” al hijo, etc.

“Tapona” la verdadera necesidad del bebé y puede generar lo que Szweck


llama las “neonecesidades”.
Podemos pensar también que estas madres reprimen particularmente sus
necesidades de separación del hijo, porque pueden vivirlas como agresivas.
• En este paso interviene especialmente la proyección que la madre
hace sobre el bebé. En realidad, la madre se guía principalmente por
sus intuiciones para comunicarse y atender a su bebé. Estas
“intuiciones” se han configurado en base a lo interiorizado por ella, a
sus propios introyectos. Si no ha podido hacer su propia
elaboración/digestión de los introyectos seguramente se sentirá
desbordada por el contacto con el hijo y tratará de guiarse
únicamente desde lo introyectado, dificultando el despliegue de su
propia experiencia, de sus intuiciones. Así, hay madres que casi
delegan la crianza en las abuelas. Se da una doble confluencia de la
madre con con el/la hija.y con su propia madre.
• La madre no interpreta las necesidades: hace calor y lo tapa;
necesita pañal nuevo y le da de comer, etc. Es involuntaria. Se da en
madres que no tienen buen contacto con la realidad.

Lo que más pesa en el intercambio son las proyecciones.

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Si se dan distorsiones en la comunicación madre-hijo en la primera parte
del ciclo pueden dar lugar a:

- Fallos en la constitución del primer andamiaje psíquico, en la


configuración del Yo y sus funciones:

• Trastornos de pensamiento, de la capacidad de simbolización, de


lenguaje, desorganización.

• Dificultades en la conciencia de sí mismo: trastornos de identidad

• Dificultades en la imagen de sí mismo: tendencia a la devaluación o


la sobrevaloración para compensar sentimientos de indefensión, de
gran vulnerabilidad. Trastornos narcisistas.

• Dificultades en la conciencia del mundo externo: lo externo se


confunde con lo interno. Confusión entre lo que imagina y la
realidad. Confusión entre lo que viene de dentro y lo que viene de
fuera que es sentido hostil y amenazante.

• Graves dificultades para abrirse al contacto con el medio. Se


consideran patologías de la retirada.

Las dificultades en este primer paso y momento de la vida repercuten


obviamente en todo el ciclo. Estamos en el terreno de lo No-Construido, de
los trastornos identitario-narcisistas y del vínculo.

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2. Si se da falta de asistencia materna se produce una
descompensación somática del bebé.

La falta de asistencia materna tiene relación con graves dificultades


de contacto con el bebé. La madre evita e incluso rechaza el
contacto.

Este distanciamiento del bebé puede deberse a muchos factores,


entre otros: edad (madres adolescentes), estados depresivos de la
madre y también una excesiva excitación erógena que la espanta y
tiene que controlar limitando el contacto físico. En este caso está
operando la represión de la madre.

Una figura cuidadora que no oficia como un escudo protector ante


los estímulos internos y externos (paraexcitación) desequilibra el
funcionamiento total del organismo en esta etapa, que se expresa a
través del cuerpo, en una forma de retroflexión = volver sobre sí
mismo la energía ya que no puede contactar con el exterior para
obtener alivio y redirige la energía hacia el interior.

Da lugar a trastornos somáticos que pueden llegar a


descompensaciones somáticas graves. (Trastornos del lactante:
eccemas, anorexia del bebé; enfermedades del aparato digestivo,
respiratorio, etc.), sin descontar las propias de una falta de atención,
como desnutrición, retrasos en el crecimiento, etc.

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3. Dificultades en la conciencia - energetización

• Aquí entramos en el terreno de lo construido. Son dificultades que


afectan a un Yo no totalmente configurado, pero sí con capacidad de
desear, de pensar, de defenderse y de tener conflictos entre lo que
desea y la realidad. Todavía lo que más anhela es el amor del otro.

Las dificultades en este paso darán lugar a problemas en los siguientes, en


la acción y el contacto.

En la energetización intervienen favorable o desfavorablemente los


introyectos, los mensajes-guía verbales y no verbales recibidos de los
padres para orientar la acción.
La conciencia está muy interferida por valoraciones externas (introyectos,
introyección) que interfieren el “darse cuenta”.

• Predomina la introyección, que significa la aceptación de las


proyecciones de los otros.

En este paso la actitud de los padres suele ser de excesivo cuidado.


Repercute a nivel intrasubjetivo e intersubjetivo.

Afecta a la buena configuración de las primeras formas de Superyo (nivel


intrasubjetivo) bien sea

➢ Promoviendo el desarrollo de un Superyo excesivamente rígido y crítico


que frena el plan de acción y la acción (contacto con el medio, nivel
intersubjetivo)

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➢ Dificultando el desarrollo de un Superyo protector que oriente
adecuadamente la acción y el contacto.

➢ El Yo se debilita en sus funciones de percepción y razonamiento

El adulto aprensivo/controlador

En realidad, no tolera la separación. Fomenta la confluencia, dificulta la


posibilidad de pensar de forma autónoma.

• Aparece como rígidamente guiado por introyectos que transmite al hijo.

Transmite mensajes excesivamente limitantes respecto de los peligros que


puede tener el despliegue de la acción para el niño:

➢ Peligros sobre sí mismo: no corras tanto, no te alejes, no grites, no


toques… (Caso Ekain: ten cuidado, no te acerques a la barandilla, no subas al árbol…)

➢ El medio se representa como peligroso


➢ La energetización puede verse interferida al punto de deflectar
necesidades. Quisiera hacer algo, pero lo sustituye por otra necesidad o
lo anula. (Esto no puedo querer).

➢ Predomina la inhibición de pensamiento y de comportamiento.

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Peligros sobre otros, (hay que ser buen@; no puedes sentir celos; no
puedes querer lo de otros…).

➢ El hijo no puede hacerse cargo de sus sentimientos, de sus deseos y


tiende a proyectarlos sobre otros.

Da lugar a:

Pasividad. El niño espera que se lo den todo hecho. Hay que “adivinar” lo
que quiere. Los límites entre el Yo-Tú están muy mal establecidos. Espera
que el medio se acerque a él en lugar de tomar la iniciativa. No sabe cómo.
Tienden a aislarse.

El pensamiento está enlentecido. Parecen atontados, algo torpes.

Comportamientos inhibidos, especialmente la agresividad en un


sentido positivo, de autoafirmación, de consolidación del Yo.

Tanto la pasividad como la inhibición son malas compañeras para poner


límites a los demás, al deseo expansivo de lxs niñxs. Les pueden “entrar”
fácilmente. Se sienten paralizados para defenderse, para actuar, porque la
agresividad está bloqueada.

Funcionamientos obsesivos. Excesiva ideación en detrimento de la


acción y el contacto.

Todo tiene que estar bajo control para intentar dominar lo que siente y el
medio.

Tienden a intelectualizar las situaciones emocionales en lugar de sentirlas y


vivenciarlas.

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Es un miedo a sentir lo que se siente.

Surgen dudas, la sensación se puede transformar en inquietud mental


sobre si es “esto o lo otro” lo que se siente y necesita.

Aparecen rituales, comportamientos repetitivos de comprobación, que


sirven para frenar los afectos asociados a los deseos, porque los afectos se
viven como una excitación invasiva y peligrosa.

En la adolescencia puede haber estallidos impulsivos, agresivos, como un


modo de romper el control y de diferenciarse, de liberarse de los
introyectos.

4. Dificultades en la energetización - acción

La energetización, el plan de acción no culmina en una acción adecuada.

La energetización-acción va construyéndose también de la mano del


adulto.

En este tránsito el niño no presenta dudas en cuanto a lo que desea, pero


falla la seguridad en sí mismo como para realizarlo.

➢ Evidencia inseguridad en su capacidad de actuar de forma autónoma


para conseguir lo que necesita.

Las dificultades pueden derivar de una dificultad de separación de las


figuras cuidadoras debida a una guía inadecuada o a adultos “laissez faire”.

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➢ La guía inadecuada

No se sienten seguros de separarse porque lxs adultos no han ido


proporcionando los medios para que el niño vaya emprendiendo acciones
de un modo seguro, que le permita conquistar su autonomía. Se trata más
bien de que no se ajustan a las capacidades de comprensión, de
entendimiento del hijo según su edad.

➢ No acompañan, sino que lanzan al hijo a experiencias nuevas sin


preparación suficiente.

Alientan a actuar sin dar el acompañamiento previo a la experiencia, que


ayuda a orientarse por sí mismo.

No pueden ponerse en los zapatos del pequeño, anticipar sus miedos y


dudas.

Suelen ser los padres que “le dan todo al hijo sin pensar en el hijo”. Sus
ideales tienen que servirle al hijo también, independientemente de su
deseo.

➢ Proyectan en el hijo una imagen del hijo ideal que les impide verlo.
Padres Narcisistas.

➢ Lejos de sentirse seguros, aumenta su inseguridad y devalúa la imagen


que tienen de sí mismos.

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Puede dar lugar a:

Estados permanentes de tensión y ansiedad

Problemas físicos y somatizaciones, porque opera la retroflexión (Volver la


energía contra sí mismo, tanto a nivel físico como psicológico, en vez de
dirigirla hacia el exterior).

➢ El adulto “Laissez Faire” es el adulto descuidado, que no proporciona


una guía y que deja sin brújula interior.

➢ A nivel interno configura un Superyo que no orienta adecuadamente la


acción, que no reconoce límites.
Suele dar lugar a:

Comportamientos impulsivos y desordenados, que pueden llegar a


aparecer como desorganizados.

Conductas de riesgo, accidentes. No hay estrategias adecuadas, paso a


la acción y al contacto sin plan previo.

El adulto “laissez faire” tiene dificultades para poner límites. Remite a su


vez a no haber sido suficientemente amparado en su infancia. Situación
que no suele estar reconocida por ellos, sino confundida con haber
recibido una educación más libre, nada sobreprotectora…

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En la adolescencia la problemática del adulto “laissez faire” de falta de
diferenciación entre el hijo y ell@s mism@s se vuelve más evidente.
Hay un exceso de confluencia que dificulta ver a lxs hijxs con afectos y
pensamientos propios.

No reconocen diferencias generacionales ni temporales (su época, la época


del hijx).

5. Dificultades en la acción - contacto

(EL CONTACTO TAMBIÉN DEPENDE DE QUE SE PROCESEN


ADECUADAMENTE LOS PASOS ANTERIORES.)

Por ej., puede dar los pasos necesarios,

1. pero no contacta
2. o hace un contacto inadecuado. Se “distrae” del objetivo y evita el
acercamiento.

1. Puede dar los pasos necesarios, pero no contacta

Comportamientos inhibidos. Sienten miedo a equivocarse, a no cumplir


expectativas, a tener ideales que se viven como desajustados a las
propias posibilidades por diversos motivos (introyectos negativos,
sensación de no ser merecedor@s, mala imagen de sí mismos que les
generan inseguridad). Son niñxs que esconden sus inseguridades y que
se suelen comparar.

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Características de las FP

➢ Suelen tener relación con FP con perfiles similares a los de “Guía


Inadecuada”. FP que depositan muchas esperanzas en lxs hijxs sin
antes darles el soporte necesario.

➢ O también puede deberse a circunstancias de la familia: ser el hijo


mayor o el menor; sentirse el “no preferido”; padres/madres a los
que el/la hij@ teme decepcionar o superar, etc.

2. Contacto inadecuado

- Puede hacer contacto impulsivamente, sin pensar o para no


pensarlo….
- Corresponde a moverse mucho sin hacer nada (hablar sin decir
nada), sin poder establecer contacto con lo que calma la necesidad.
Sería lo de “mucho ruido y pocas nueces”.

- Opera la deflexión, que es una distracción, un desenfocar el objeto


de contacto. La persona no relaciona lo que hace con lo que siente,
pero “hace” constantemente y se siente siempre insatisfecha.

No llegan a satisfacer ni tampoco se retiran, lo cual les trae dificultades con


el medio por el exceso de contacto.

Se observa en:

➢ El funcionamiento ansioso, hiperactivo, hipomaníaco. No descansan


porque no pueden. No descansan porque no pueden. Hay un estado
depresivo de fondo que no está en la conciencia. El comportamiento
evidencia justamente todo lo contrario a lo que siente.

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6. Dificultades en consumación y retirada
Significa no ser consciente de la sensación de satisfacción que da haber
satisfecho un deseo.
No permiten hacer una retirada saludable para estar consigo mism@ y
sentirse tranquil@. Son los momentos que necesitan l@s niñ@s para poder
fantasear, descansar, estar receptiv@s a sí mism@s.

- Correspondería a l@s niñ@s descritos como caprichos@s,


demandantes

- Y a niñ@s que necesitan contacto casi permanente con alguien o


algo para estar tranquil@s.

Influencia de las FP

Las figuras parentales pueden, a veces sin darse cuenta, interferir en


esta experiencia porque interpretan mal las demandas infantiles.
Pueden ser:

1. Adultos que no saben frustrar (educar) fomentan esta sensación de


insatisfacción en lugar de ayudar a tolerar las esperas con afecto.

Padres/madres culpos@s, que no saben cómo separarse


adecuadamente. Pero la presencia forzada no garantiza el
acompañamiento afectivo.
Se trata de FP que interpretan mal las demandas infantiles de afecto.
Tienen dificultades, permanentes o transitorias para hacer contacto
con lxs hijxs y buscan tranquilizarlos para evitar el contacto con ellos
ofreciéndoles premios, objetos, actividades, alimentos.
Se calma una demanda afectiva sustituyéndola por otras cosas.

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- Hacen una proyección, porque en realidad son ell@s l@s que
necesitan evitar el contacto para tranquilizarse.

2. Otras FP sencillamente no ofrecen nada a cambio y es el propio


niñ@ el que encuentra alivio comiendo, mirando una pantalla.
También pueden calmarse moviéndose, que tranquiliza porque es
una descarga motriz que termina agotando.

De este modo calma la sensación de VACÍO puntualmente, pero


evidentemente estos “sustitutos” de la presencia nunca son
suficientes para sentir satisfacción y serenidad y se perpetúa la
búsqueda, porque la verdadera necesidad no está cubierta.

En cualquiera de los casos, la FP y/o el propio niñ@ calman una demanda


afectiva sustituyéndola por actividades, objetos, alimentos…

➢ Y estos comportamientos se cronifican, instauran como un modo de


funcionamiento la necesidad de estar “pegado” a alguien o a algo.

➢ El contacto es sentido como insuficiente, porque no es lo anhelado.

Evidencia serias dificultades de separación, que implican sentimientos de


inseguridad, sensación de no poder sostenerse por sí mism@s.

Winnicott (4) describe y define la función de los objetos transicionales y los


objetos fetiche.
Los objetos transicionales cumplen la función de proporcionar calma y
satisfacción porque representan a la figura materna y ayudan a sentir
confianza en su ausencia. Suelen ser objetos ofrecidos por una FP
significativa, querida. Son entregados y recibidos con afecto.
Son objetos “de apego” que facilitan el paso a la autonomía, al juego y al
despliegue de la fantasía.

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Pero si no se pueden abandonar, si siente necesidad de estar “pegado” a
algo/alguien (alimento, juguetes, pantallas, sustancias) se trata de una
dificultad de separación que remite a inseguridad, a la sensación de no
poder sostenerse por sí mismo y a no sentirse suficientemente
acompañado.

Winnicott diferenció muy bien el OT del Objeto fetiche, que tiene que estar
ahí para taponar la sensación de vacío.

- Reflejaría una CONFUSIÓN de necesidades, es decir, a nivel de


CONCIENCIA, en relación con FP que no han interpretado
adecuadamente la demanda.
- Queda confundida la necesidad afectiva, de presencia, de
acompañamiento, con necesidad de contacto con algo externo.
(Maider con Bati).

Da lugar tanto en la infancia como en la adolescencia:

➢ A lo que se denomina “La Clínica del Vacío”, (3) porque no se puede


expresar con palabras sino a través de actos. Es grave. Afecta al Yo, a
la identidad y al narcisismo.

➢ Al consumo compulsivo donde no hay conciencia de satisfacción,


porque en realidad no es el contacto deseado y por tanto siempre se
vive como insuficiente y requiere más y más.

3. A las adicciones. Se expresa el consumo de alimentos, de objetos, de


actividades. También a las relaciones adictivas. En el consumo
compulsivo por ej., no hay conciencia de satisfacción, que siempre
es insuficiente y requiere más y más. No se trata de que no se logre
el contacto, sino de que este siempre es sentido como insuficiente,
porque no es lo anhelado.

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No pueden abandonar la confluencia y predomina la proyección, porque
todo lo que no sea conocido (y se englobe en el Yo) se vive de manera
hostil.

En la primera infancia la búsqueda de confluencia es lo natural y se


evidencia en la angustia ante el extraño, que está al servicio de la
supervivencia. No presentarla es significativo. Refleja un reconocimiento
necesario entre lo familiar y lo extraño, así como la capacidad de expresar
la necesidad de mantener un ritmo más pausado para tramitar estas
diferencias.

En la adolescencia también se da la búsqueda de confluencia con el grupo y


la consideramos saludable, porque permite la separación de los padres

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7. Dificultades en la Retirada – Sensación

El bloqueo aquí permite la satisfacción de alguna necesidad, pero de forma


selectiva impide que emerjan muchas nuevas.

Corresponde a funcionamientos en los que predomina la represión.

• Suele ser un bloqueo que ya afecta a un Yo configurado y tiene


relación con las fobias “leves” y funcionamientos de tipo dramático.

• Puede presentarse en forma de inhibición de deseos, cierta rigidez…

• Las FP de est@s niñ@s suelen ser a su vez fóbicos, adultos


temerosos ante la separación de lo@s hij@s, que pueden presentar
conflictos en algunas áreas sin ser conscientes de los mismos.

• En las fobias se evitan afectos (particularmente agresivos y sexuales)


que contradicen los mandatos superyoicos y se proyectan sobre el
medio.
• Operan el desplazamiento (una forma de proyección) y la evitación.

• Afecta a aspectos selectivos del de la retirada-sensación.

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BIBLIOGRAFÍA

1. Fernández Wolf, S. – Desarrollo afectivo durante la primera


infancia: Aportaciones al enfoque gestáltico en terapia
infantil. Biblioteca A.E.T.G.

2. Martín, A. – Manual práctico de Psicoterapia Gestalt.


Desclée de Brower. Serendipity.

3. Peñarrubia, P.: Terapia Gestalt. La Vía del Vacío Fértil.


Alianza.

4. Recalcatti, M. – Clínica del Vacío. Síntesis


5. Winnicott – Realidad y Juego. Gedisa.

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