Principios de Paz

Última modificación: 02/06/2006
Pongamos en práctica los principios de paz

Dos estudiantes están leyendo en una biblioteca; uno de ellos quiere la ventana abierta
y el otro prefiere que esté cerrada. La bibliotecaria los oye discutir y les pregunta lo que
ocurre. Le plantean la situación y ella les pregunta las razones de su actitud. Uno le res-
ponde que quiere aire fresco y el otro que no quiere corriente de aire. La bibliotecaria
resuelve rápidamente la cuestión abriendo una ventana más alejada; de este modo, el aire
circula, pero no se establece una corriente directa.
Un mundo pacífico puede convertirse en una realidad tan palpable

como la cultura de la violencia, ya que ambas nociones se originan en
la mente humana. Las personas se respetarán mutuamente si cons-
truimos sociedades de cooperación, educamos a los ciudadanos para
vivir en un mundo pacífico y aprendemos los valores, actitudes y co-
nocimientos indispensables.
¿Cómo podemos lograrlo? Si bien no existe una respuesta sencilla a

esta cuestión, un método de promoción de la práctica de la paz sería Un mundo pacífico puede conver-
enseñar a las personas y a nuestros hijos cómo resolver los conflictos tirse en una realidad tan palpable
sin violencia. Los conflictos, es decir, los estados de discordia entre como la cultura de la violencia, ya
personas, ideas e intereses incompatibles generados por una “dis- que ambas nociones se originan
crepancia de objetivos” no tiene por qué desencadenar la violencia. en la mente humana.
Cuando ésta se produce, ocasiona perjuicios a todos los implicados
y engendra más violencia. Aquí radica la diferencia entre el conflicto
destructivo y constructivo.
La familia y las instituciones escolares formales constituyen los dos

principales entornos donde los niños aprenden a vivir en comunidad
y, por consiguiente, deben instruir y servir de ejemplo para una reso-
lución de conflictos no violenta.
La mediación
En el momento en que los opo-
La resolución de conflictos se basa en una comunicación eficaz. En nentes logran manifestar sus
este proceso interviene el diálogo, es decir, hablar para ser oído y es- deseos, pueden comenzar a ofre-
cer soluciones que satisfagan sus
cuchar para comprender. En todas las relaciones sociales, con inde-
respectivos requerimientos.
pendencia de que se desarrollen en el hogar, la escuela o el trabajo, los
conflictos interpersonales raras veces pueden solucionarse sin el diá-
logo. Sin embargo, la reacción más común es eludir el problema. Para
facilitar el diálogo entre dos oponentes, los docentes pueden actuar
como mediadores o enseñar a sus alumnos a arbitrar el conflicto. El
mediador ha de crear un entorno en el que las personas enfrentadas
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conversen con el fin de solucionar sus diferencias. Se trata, por lo tanto, de una técnica autorresolutiva,
puesto que los oponentes solventan sus propias desavenencias.
Otro procedimiento es la enseñanza de las técnicas de comunicación más importantes a los estudiantes
para que traten sus diferencias interpersonales sin la intervención de un árbitro. Este sistema presenta una
mayor dificultad, porque ambas partes han de demostrar interés en encontrar una solución adecuada para
todos.
Al abordar un conflicto sin recurrir a la violencia –verbal o física–, o simplemente al evitar que un conflicto
quede sin resolver, la comunicación cooperativa puede ayudar a conciliar las posturas opuestas y descubrir
las necesidades latentes de los diversos contendientes.
En el momento en que los oponentes logran manifestar sus deseos, pueden comenzar a ofrecer soluciones
que satisfagan sus respectivos requerimientos.
La práctica de la resolución pacífica de conflictos en el aula puede:

• Crear una interdependencia positiva Los alumnos comprenden que se necesitan mutuamente para
establecer una armonía en el aula, la cual conduce a un entorno de aprendizaje saludable.
• Promover una interacción positiva Los alumnos procuran el bienestar colectivo cooperando, compar-
tiendo y aprendiendo juntos.
• Inculcar la responsabilidad individual Puede evaluarse la capacidad de cada alumno para tratar los
conflictos de un modo constructivo, y comunicarse los resultados a los individuos o los grupos.
• Fomentar las destrezas interpersonales y de grupos reducidos La resolución de conflictos no puede
funcionar con eficacia sin las destrezas de comunicación cooperativa indispensables, como la capaci-
dad de liderazgo, toma de decisión, escucha e inspiración de la confianza.
• Establecer un sentimiento de pertenencia a la comunidad La comunidad del aula puede beneficiarse
del esfuerzo común para crear relaciones constructivas y pacíficas entre sus miembros.
Autor: educarchile
Fuente: Dossier “La educación para una cultura de paz” de la Internacional de la Educación, Unesco 2000.
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Pongamos en práctica los principios de paz

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¿Cómo podemos lograrlo? Si bien no existe una respuesta sencilla a

La familia y las instituciones escolares formales constituyen los dos

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