Cuba y Crisis

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TEMA 1.

GUERRA COLONIAL Y CRISIS DE 1898


1. Introducción.
2. El problema de Cuba.
3. El proceso de independentismo y las causas del levantamiento.
4. La guerra colonial de Cuba y Filipinas.
5. La guerra hispano-norteamericana y el Tratado de París.
6. Las repercusiones de la guerra.
7. La crisis de 1898.
8.Conclusión.

1. Introducción.
En los últimos años del siglo XIX España perdió las últimas

a
colonias de ultramar frente al empuje del imperialismo de EE.UU. La
pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas en 1898 representó un duro


golpe para la sociedad española conocido como el “Desastre del 98”
Este hecho hizo necesaria una reflexión intelectual para analizar las
causas de la decadencia de España, que daría lugar a la llamada

sp
“generación del 98” y a la aparición de las ideas regeneracionistas.

2. El problema de Cuba.
E
Cuba desempeñó durante el siglo XIX un importante papel en la
vida española: políticamente era un foco de conflictos permanente,
de
militarmente, era el lugar ideal para la adquisición de méritos militares,
y económicamente representaba una fuente de ingresos para la
economía de España.
Tanto Cuba como Puerto Rico se encontraban sometidas al poder
ia

absoluto del capitán general de cada isla, lo que molestaba de manera


especial a las élites criollas, parte de las cuales se planteaban su
or

incorporación a EE.UU. La Guerra de Secesión norteamericana


(1861-1865) había servido para que dichas élites estuviesen a favor de la
independencia de Cuba y de la abolición de la esclavitud, tal y como se
ist

había hecho en EE.UU.


En 1868 estalló una revuelta conocida como el “Grito de Yara”, que
pretendía la independencia de la isla, lo que provocó la Primera Guerra
H

de Cuba (1868-1878), que terminó con la firma de la Paz de Zanjón. En


dicho acuerdo se estableció una amnistía, la abolición de la esclavitud
(lograda en 1888 con el gobierno de Sagasta), y se prometió una
reforma que contemplaba cierta autonomía, libertad de comercio y
representación en las Cortes, promesas no cumplidas por los grupos
españolistas, por lo que el problema del independentismo quedó sin
resolver.
Paralelamente, se fueron configurando en Cuba diversos partidos
políticos: el Partido Autonomista, que irá perdiendo peso frente al
independentismo por los incumplimientos del gobierno español; la
Unión Constitucional, formado por españolistas; y el Partido
Revolucionario Cubano, independentista, fundado por José Martí (1892)
y apoyado por EE.UU., principal comprador de azúcar y tabaco
cubanos, que se veía perjudicado por las tarifas arancelarias
impuestas a la entrada de productos extranjeros en Cuba.

3. El proceso de independentismo y las causas del levantamiento.


Tras la Paz de Zanjón (1878) se vio la posibilidad de conceder a
Cuba autonomía, pero los sectores españolistas se opusieron. Mientras,
el movimiento independentista se había hecho más fuerte con el apoyo
de EEUU, que aspiraba a expulsar a España de sus dominios en el
Caribe. En 1879, un año después de los acuerdos de Zanjón, dio
comienzo en la zona oriental de la isla la denominada “guerra chiquita”,

a
dirigido entre otros por Guillermo Moncada y Calixto García, pero la
falta de apoyo hizo que el movimiento fuese reprimido en unos meses


por el general Polavieja.
Ante el auge del sentimiento nacionalista, España reaccionó de
manera violenta contra el movimiento independentista, lo que hizo

sp
aumentar la impopularidad de los españoles en la isla y en la opinión
pública norteamericana. Mientras tanto, también en Filipinas, el
E
movimiento independentista cobraba fuerza, aglutinándose en torno a
la llamada Liga Filipina. Puede afirmarse, por tanto, que en el
levantamiento independentista de Cuba confluyeron diversas causas:
de
La inexistencia de una política colonial que cumpliese los compromisos
adquiridos por España en la Paz de Zanjón. Por ello, la concesión de
autonomía a la isla a partir de 1 de enero de 1898 llegó demasiado
tarde. El imperialismo norteamericano, interesado en los territorios
ia

españoles del Caribe y del Pacífico.


or

4. La Guerra colonial de Cuba y Filipinas.


En 1895 se reanudó la guerra en Cuba a partir del denominado
“grito de Baire” (“Viva Cuba libre¡”), protagonizado por Máximo Gómez,
ist

Antonio Maceo, etc… dirigidos por José Martí autor de un programa


independentista conocido como “Manifiesto del Monte-Christi”. España
intentó detener la sublevación mediante la concesión de una
H

Constitución Autonómica, pero la propuesta no fue aceptada por los


independentistas.
Contrario a perder Cuba, el gobierno español recurrió a la fuerza
militar tratando de aplastar el levantamiento y sustituyó al general
Martínez Campos, por Valeriano Weyler buen conocedor de la isla y
defensor de una postura de dureza. Weyler dividió el territorio isleño en
largas líneas fortificadas o “trochas” para evitar el apoyo de la
población a los sublevados y trató de destruir los enclaves que
constituían los refugios de los rebeldes, que perdieron a algunos de sus
líderes como Maceo y Martí.
La guerra adquirió así caracteres muy violentos con gran pérdida
de vidas humanas y elevado coste económico, pero con escasos
resultados. Los estrictos métodos de Weyler levantaron numerosas
críticas, especialmente en la prensa de EE.UU., donde su presidente
McKinley mostró su deseo de intervenir en el conflicto, al amparo de la
llamada “Doctrina Monroe”. En el verano de 1897 aquél presentó una
nota de protesta por los métodos de Weyler y exigiendo la pacificación
de la isla, y meses después, McKinley amenazó con la intervención
militar si España no accedía a la venta de la isla, iniciativa rechazada.
En un intento por evitar el conflicto, el gobierno de Sagasta sustituyó a
Weyler por el general Ramón Blanco, al tiempo que concedía la
autonomía a Cuba. Mientras tanto, en el resto de las colonias

a
españolas crecía también el sentimiento independentista.
En Puerto Rico el movimiento autonomista se vio impulsado por la


miseria y explotación de la población por parte de los cultivadores de
azúcar y café, y por el ejemplo de la insurrección cubana. En 1897 se
concedió a la isla la autonomía administrativa.

sp
En Filipinas, el movimiento independentista fue liderado por José
Rizal, que fundó en 1892 la Liga Filipina. Desde 1896 el independentismo
E
se fue generalizando pero fue militarmente reprimido por el general
Polavieja, siendo José Rizal detenido y ejecutado. Desde el exilio, Emilio
Aguinaldo reinició el conflicto coincidiendo con el comienzo de la
de
guerra hispanonorteamericano.

5. La guerra hispano-norteamericana y el Tratado de París.


En un clima de creciente tensión entre EE.UU. y España, estando
ia

fondeado en el puerto de La Habana el acorazado norteamericano


Maine, explotó de forma inesperada el 15 de febrero de 1898 causando
or

la muerte de buena parte de su tripulación. Este hecho desató una


intensa campaña de prensa en EE.UU, culpando a los españoles y el
gobierno norteamericano presentó un ultimátum al español exigiendo
ist

la renuncia a su soberanía sobre Cuba. Su rechazo por España dio


lugar a la declaración de guerra por los EE.UU., la cual se desarrolló en
dos escenarios distintos, el Pacífico y el Caribe.
H

En el Pacífico, la anticuada escuadra española de Filipinas,


dirigida por el almirante Montojo fue fácilmente destruida en Cavite
(bahía de Manila) por la escuadra norteamericana del comodoro Dewey
en mayo de 1898. La consecuencia fue la generalización del
levantamiento filipino y la retirada española hacia Manila, que
finalmente cayó en manos norteamericanas en agosto.
En el Caribe, la escuadra española del almirante Cervera, enviada
desde España hubo de refugiarse en Santiago de Cuba para
abastecerse de carbón. En junio, los norteamericanos desembarcaron
en Guantánamo y, tras duros combates, amenazaron la ciudad. La flota
de Cervera, más antigua y reducida que la norteamericana del
almirante Sampson, hubo de presentar batalla siendo fácilmente
aniquilada en pocas horas el 3 de julio en la denominada batalla naval
de Santiago de Cuba. A partir de entonces, la resistencia española fue
inútil y unos días después capitularon Santiago y La Habana. En la
última semana se julio las fuerzas norteamericanas desembarcaron
también en Puerto Rico y ocuparon la isla. Ante tales acontecimientos,
España se vio obligada a capitular en agosto, lo que llevó a la firma del
Tratado de París (diciembre de 1898), un conjunto de exigencias
norteamericanas que el gobierno español tuvo que aceptar. España
renunciaba a Cuba, que se convertía así en un país independiente
aunque fuertemente condicionado por los norteamericanos, y cedía a
EE.UU. Puerto Rico, las Filipinas y la isla de Guam. Así pues, mientras que

a
las grandes potencias edificaban imperios coloniales y se repartían
buena parte del mundo, España quedaba marginada de ello y además


perdía los últimos restos de su imperio colonial, pues debilitada su
presencia en el Pacífico, al año siguiente vendió a Alemania las islas
Palau y las Marianas.

sp
6.Las repercusiones de la guerra.
E
La derrota de 1898 sumió a la sociedad y a la clase política
española en un estado de desencanto y frustración que dio origen a
propuestas de reforma (Regeneracionismo) cuyo fracaso explica la
de
caída del régimen de la Restauración.
Consecuencias económicas: a pesar de la pérdida de los mercados
coloniales protegidos y del aumento de la Deuda Pública por la guerra,
en el terreno económico las consecuencias fueron incluso beneficiosas
ia

debido a la repatriación de capitales y al descenso del gasto público


que suponía el mantenimiento de las estructuras políticas y militares en
or

las colonias.
Consecuencias políticas: aunque herido de muerte, el sistema político
de la Restauración sobrevivió temporalmente al desastre, mostrando
ist

una gran capacidad de recuperación. En todo caso, supusieron un


reforzamiento de las tendencias nacionalistas, al contar con un apoyo
más decidido de la burguesía industrial, que solicitaba reformas, y un
H

cambio en la actitud del Ejército que, ante las críticas y el creciente


antimilitarismo, carga las culpas en los políticos y vuelve a defender la
injerencia en la vida política.

7.Crisis de 1898

Como consecuencia de la desastrosa derrota de 1898, el país sufre


una aguda crisis política, marcada por el auge del Regeneracionismo.
El Regeneracionismo es un movimiento que desde una óptica cultural o
política criticó al sistema político de la Restauración y defendía la
necesidad de una regeneración y modernización de la política
española. En el aspecto cultural destacó la Generación del 98
(Unamuno, Valle Inclán, Pío Baroja, Azorín, etc), caracterizada por su
pesimismo, su crítica al atraso peninsular y el planteamiento de una
profunda reflexión sobre el sentido de España y su papel en la historia.
En el aspecto político destacó Joaquín Costa que proponía dejar atrás
los mitos del pasado imperial, modernizar la economía, fomentar la
educación y acabar con el fraude electoral (turnismo y caciquismo).
Estas peticiones regeneracionistas intentaron ser puestas en
práctica por el nuevo líder del Partido Conservador, Francisco Silvela,
que sustituye al liberal Sagasta en la presidencia del gobierno en 1899.
Sin embargo, sus medidas (proyecto de descentralización
administrativa, aumento de los impuestos sobre los productos de

a
primera necesidad) provocaron el aumento de la oposición y la dimisión
de los ministros más renovadores, cayendo finalmente el gobierno en


1901, sustituido por los liberales. Pese a acceder de nuevo a la
presidencia entre 1902-1903, volvió a fracasar en sus intentos de
reforma.

sp
La extensión de las ideas regeneracionistas y la incapacidad de
ponerlas en práctica desde dentro del sistema suponen un
E
reforzamiento de las opciones políticas situadas fuera del sistema
(nacionalismo, movimiento obrero, republicanismo) y una nueva
injerencia del Ejército en la vida política del país.
de

8.Conclusión

La incapacidad del sistema canovista para transformarse en un


ia

sistema verdaderamente democrático y el golpe que supuso la crisis de


1898, implicaron a corto plazo un crecimiento de las opciones políticas
or

situadas al margen del turnismo pacífico. Frente a ello, las bases


sociales del canovismo (clases altas y parte de las clases medias),
ist

intentarán seguir manteniendo su predominio político y social con


ayuda del Ejército, lo que explica la Dictadura de Primo de Rivera
(1923-1930), cuya caída supondrá también la de la Monarquía,
proclamándose en 1931 la II República, un nuevo intento de establecer
H

un régimen político democrático en España.

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