Meditación para Agentes
Meditación para Agentes
Meditación para Agentes
Para los Misioneros Claretianos de Bética y para todos los que con nosotros
compartís la misión, este año del Centenario es un tiempo propicio para profundizar
en nuestra identidad, para potenciar nuestra espiritualidad misionera y para hacer
vida nuestras opciones de misión.
“Celebrar un Centenario es siem pre un acontecim iento que, de algún m odo, sirve para
revitalizar y renovar, hoy diríam os para “reiniciar”. Es el mom ento que está viviendo la
Provincia Bética, una de las prim eras de la Congregación. Por eso, desde aquí, m i m ás
cordial felicitación. Nada m ás quiero aportar un pequeño detalle. No era norm al en
aquella época que los PP. Generales en sus circulares se refirieran al trabajo pastoral.
Generalmente se detenían exclusivam ente en la vida interna de la congregación, en el
ámbito de la observancia. Pero es en la circular que el P. Martín Alsina, recién elegido
General, dirige a toda la Congregación con motivo del nacim iento de la nueva Provincia,
cuando aparece excepcionalm ente una referencia al trabajo. Os lo recuerdo con sus
m ismas palabras, seguram ente olvidadas: “Ora et labora, digo a todos y a cada uno…
Trabajad, porque lo que sem brare el hom bre eso recogerá, dice San Pablo. Trabajad;
porque cada uno es hijo de sus obras, dice Balmes. Trabajad; porque sin trabajo ni en
lo físico, ni en lo intelectual, ni en lo m oral se da un paso hacia la perfección. Trabajad
conform e al caudal recibido…que no quedará ningún trabajo sin la debida recompensa…
Oración y trabajo. Esta es la síntesis del propio aprovecham iento, es la fórm ula para el
valer personal y el m edio eficaz para que cada uno valga por uno, y así veamos
extenderse de día en día nuestra am adísim a Congregación”.
(Vicente Sanz, cm f., “Cordialm ente”, junio 2006)
Pero a lo largo de estos cien años no sólo ha habido claretianos que han
manifestado este espíritu evangelizador, desde la pobreza y la renuncia a muchas
comodidades y afirmaciones personales, sino que han sido muchos los lugares y
personas que han quedado impregnados para siempre por el trabajo y la impronta
de los misioneros. Y han sido, también, muchas las tareas apostólicas en las que
la caridad ha impulsado y urgido el celo misionero de los claretianos: misiones
populares, colegios, parroquias, medios de comunicación, servicio de la Palabra a
consagrados, formación y seguimiento de jóvenes y agentes, pastoral universitaria
y obrera, …
INTRODUCCIÓN
Hace 100 años que se creó la provincia de Bética, 100 años de amor
apasionado por Cristo, 100 años de devoción al Corazón de María, 100 años de
desbordado celo por la salvación de los niños, de los jóvenes, de los adultos, 100
años de amor a aquéllos que más lo necesitan, 100 años de vida de familia, que
se extiende por todos los lugares de la provincia claretiana. Con motivo de esta
celebración, proponemos a los agentes de pastoral de todo tipo, que renueven esta
pasión, este fuego, este celo evangelizador. Que renueven sus vidas personales,
que se renueve toda la misión, para que, al estilo, de Antonio Mª Claret, en el que
nada es mediocre, escondido, soso, pasable, sino todo pasión, todo ardor, todo
fuego, sigamos ENCENDIENDO al mundo.
Antonio Mª Claret, se decía a sí mismo: “Tengo que ser como una vela que
arde, gasta la cera y luce hasta que muere…” (Propósitos de los ejercicios
espirituales de 1870). De hecho en su vida misionera no dejó indiferente a nadie,
no hizo, no pensó, no oró, no vivió nada sin pasión, sin amor, sin auténtico
“Ni sé comprender cómo los otros sacerdotes que creen estas mismas
verdades que yo creo, y todos debemos creer, no predican ni exhortan para
preservar a las gentes de caer en los infiernos.” (Autobiografía 13)
“Y aun admiro cómo los seglares, hombres y mujeres que tienen fe, no
gritan …. “ (Autobiografía 14)
¿Qué tipo de cerilla somos? Lo primero de todo es que somos varillas finas, pero
por pequeños que seamos, es suficiente una pequeña cerilla para provocar un gran
incendio. Caigamos en la cuenta de nuestra pequeñez, de nuestra debilidad, de lo
“finos” que somos… ¿De qué estamos hechos?:
“El que no se quede en mí, será arrojado afuera y se secará como ramas
muertas: hay que recogerlas y echarlas al fuego, donde arden” (Jn 15,6).
“…Sí, Jesús mío, os pido amor, llamas grandes de ese fuego que Vos habéis
bajado del cielo a la tierra. Un fuego divino. Un fuego sagrado enciéndeme,
árdame, derrítame y derrítame en el molde de la voluntad de Dios”
(Autobiografía 446)
Antonio Mª Claret es absolutamente fuego, pasión, amor… es como una cabeza que
se enciende…Desde pequeño, su pasión porque el prójimo no se condenara, su
ardor por el Sacramento de la Eucaristía, su devoción apasionada por la Virgen
Santísima, su entusiasmo por estudiar, aprender, descubrir, su pasión por buscar
cuál era la voluntad de Dios en su vida.
“Al considerar el bien tan grande que trajo a mi alma la lectura de libros
buenos y piadosos es la razón por que procuro dar con tanta profusión libros
por el estilo, esperando que darán en mis prójimos, a quienes amo tanto,
los mismos felices resultados que dieron en mi alma. ¡Oh, quién me diera
que todas las almas conocieran cuán bueno es Dios, cuán amable y cuán
amante!...” (Autobiografía 42).
“La razón es que, como yo, según he dicho, soy de corazón tan tierno y
compasivo que no puedo ver una desgracia, una miseria que no la socorra,
me quitaré el pan de la boca para dar al pobrecito, y aun me abstendré de
ponérmelo en la boca para tenerlo y darlo cuando me lo pidan, y me da
escrúpulo el gastar para mí recordando que hay necesidades para remediar;
…” (Autobiografía 10)
¿Cómo puedes hacer oídos sordos a las desgracias que están a tu alrededor? ¿Son
los más desgraciados tus preferidos? Identifica a las personas más pobres, con más
miseria que están a tu lado. Si puedes, ponles nombre y apellidos… ¿Eres como
decía Antonio María Claret, de corazón tierno y compasivo? ¿Qué te produce
compasión?
“Con mucha frecuencia tenía que predicar en las plazas, porque en los
templos no cabía la mucha gente que se reunía en cada población para oir
la Santa Misión… Lo que más me apuraba era oírlos todos en confesión
general como deseaban hacerla”. (Autobiografía 480-482)
¿Por qué no transmitimos esa pasión que tenemos a los demás? ¿Por qué no se nos
escucha cómo se hacía antes? En cada una de las misiones en las que participó el
Padre Claret, todas las personas le escuchaban muy atentamente, descubriendo
que era un hombre de Dios. Por ejemplo en Canarias: Las plazas se llenaban, las
personas tenían que hacer turnos para confesarse, turnos que duraban días, las
personas le acompañaban de pueblo en pueblo, caminaban a su lado, nunca estaba
solo. Era tal el entusiasmo, que hay un antes y un después en la Evangelización de
Canarias:
"Haz todo el bien que puedas, por todos los medios que puedas, de todas las
maneras que puedas, en todos los sitios que puedas, a todas las horas que
puedas, a toda la gente que puedas, durante todo el tiempo que puedas. "
(John Wesley)
Quiero comenzar esta reflexión con las palabras de Jesús que resonaron en
el corazón de S. Francisco Javier, palabras que resuenan tambien en nuestro
corazón como don y llamada: “ID POR TODO EL MUNDO Y PROCLAMAD LA BUENA
NUEVA”.
Francisco Javier, Claret, María Antonia Paris dejaron que las palabras de
Jesús resonaran en su interior y la PALABRA se hiciera vida: “¿De qué le sirve al
hombre ganar el mundo entero, si se pierde a sí mismo” (Mt 16,26). O en palabras
de Maria Antonia Paris: “Procuren enseñar y hacer fácil a los otros el mismo
camino”.
A Ti y a mí Jesús nos ENVÍA a la gente que está con nosotros, nos ENVÍA
A SER testigos fieles de su amor y ternura, nos envía y nos llama a ser testigos de
lo que hemos visto, oído, tocado...A pesar de haber experimentado la debilidad, no
es misión imposible. Hay que dar el paso... ¿Te animas? ¡SAL!