La Escuela Del Caracter (Spanis - Robert Gomez

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La

Escuela
del
Carácter

ROBERT GÓMEZ
©2009 Heavenly Corp., Derechos Reservados
Edición Revisada 2009.

Citas bíblicas tomadas de la versión Reina Valera.


Diseño de portada y diagramación: Lord & Loly Graphics Designs
Edición: Priscilla Sánchez y Gentzabel Torres

ISBN # 0-9753190-0-0

Todos los derechos reservados. Se necesita el permiso escrito del autor


para la reproducción de este libro o partes del mismo.
Dedicatoria
D edico este libro al Señor Jesús, quien siempre ha
estado a mi lado.
A mi esposa Marta, quien ha sido mi fiel
compañera en todos estos años de crecimiento.
Mis hijas, Marta Nicole, Victoria Zoe y Andrea
Sofía, las amo con todo mi corazón.
A mis padres, Aníbal y Gladys Gómez, mis
suegros, Jerry y Marta De Córdova, por su apoyo
incondicional.
Y a mi iglesia, Fuente de Agua Viva, en la hermo-
sa ciudad de Vega Baja, Puerto Rico, quienes fueron
los primeros matriculados en La Escuela del Carácter.
Prólogo
E n los 37 que llevo dando conferencias en el
mundo me he topado con muchas personas, entre
ellos presidentes, reyes, lideres, políticos, pastores en
fin gente profesional. Esto me lleva a pensar que lo
que lleva uno a la cima son mas que éxitos, triunfos,
alcances, descubrimientos o grandes logros, es mas el
carácter, la integridad y su desarrollo.
Tengo el placer de conocer a un hombre con carác-
ter e integridad que me desafiado a vivir mejor no por
sus palabras sino por su forma de vivir, su compor-
tamiento, su estilo de vida. Me atrevo a decir que
hombres como Robert Gómez son difíciles de encon-
trar a menos que haya estudiado y graduado en la
misma escuela del carácter.
Las vicisitudes y los problemas de la vida creo que
son nuestra mejor escuela. La tecnología esta tan avan-
zada, el Internet, los correos electrónicos, los blogs,
paginas Web donde compramos, vendemos, estudi-
amos, nos mantienen ocupados. Que estamos
obligados a siempre estar corriendo por la falta de

5
tiempo, que se nos olvida sacar tiempo para trabajar en
nosotros mismos y en aquello que es todavía mas
importante como el desarrollo de nuestro carácter.
Este libro y la simpleza del escritor te ayudara a des-
cubrir secretos, grandes verdades que podrán ayudarte
a vivir en un nuevo nivel de vida.
Aquí aprenderás que tus fracasos pasados son
buenos elementos para grandes oportunidades para tri-
unfar. Nadie es muy grande en edad o muy joven para
ingresar en la escuela del carácter.
Carácter es aquello que tu eres cuando nadie te esta
observando. La gracia, el carisma hacen el préstamo,
pero el carácter es el que hace el pago. Si deseas tri-
unfar y tener éxito en la vida sin que nadie te reproche,
necesitas las verdades y experiencias de este libro.
Como amigo, esposo, padre, abuelo, hijo, suegro y
conferencista te recomiendo este libro que te ayuda a
enlistarte en la escuela del carácter.

Alumno de la escuela del carácter, en proceso no


graduado
Carlos Ortiz Sr.
Conferencista Internacional
Indice
11
Introducción – Carácter: ¿Qué es y qué no es?

15
I. Tres etapas: Conversión - Formación - Perfección

31
II. Los santos carnales

47
III. Carácter no se forma con 40 días de ayuno

55
IV. No es lo mismo ser usado que ser formado

63
V. Despójate de todo peso; cierra la puerta

71
VI. Cómo se evade la Escuela del Carácter

97
VII. La fe sin obra se muere, es hora de actuar

Poema “La Escuela del Carácter”

Datos sobre el autor


Agradecimientos
D eseo agradecer profundamente a un grupo de
personas que a lo largo de mi ministerio, me han
apoyado, y se han convertido en parte especial del
mismo.
Al Pastor Daniel Marrero, hijo en el Señor. Amigo
fiel y consistente en “La Escuela del Carácter”, te amo
y admiro junto a la Pastora Sara y a mis ahijadas Ruthy
y Sarita.
A nuestra secretaria Elizabeth Ríos y a la hermana
Priscila Sánchez, quienes trabajaron en el manuscrito
y la corrección del mismo.
Gracias a mis compañeros ministros, Apóstol
Otoniel y Omayra Font, Rev. Edgar Gómez; y al
Rev. Nelson Luquis, quienes son ejemplos de vivir en
“La Escuela del Carácter”. A los pastores Carlos y
Norma Ortiz que llegaron justo a tiempo a nuestras
vidas, siendo ejemplos vivos de una vida ejemplar.

9
10
Introducción
B
¡ ienvenido a la Escuela del Carácter!
La primera pregunta que estoy seguro que te viene
a la mente es: “¿Qué es eso de la Escuela del Carác-
ter?”. La Escuela del Carácter es:
• Tomar control de tu vida.
• Responsabilizarte por cada resultado en tu vida.
• Reconocer que nada ocurrirá fuera de ti hasta
que primero ocurra dentro.
• Saber que no se vive si no se aprende, porque el
que deja de aprender, deja de vivir.
• Te lleva a reconocer que todas las dificultades
en tu trato con otros, en tus relaciones a todos los ni-
veles, son el resultado de tu carácter no formado.
En un mundo donde hay tanta inestabilidad, donde
las personas son frágiles, dudan fácilmente, cualquier
situación las mueve, hoy están, mañana no; donde
las empresas carecen de líderes; donde muchas igle-
sias parecen la guagua de la AMA (Autoridad

11
Metropolitana de Autobuses), unos se bajan otros se
montan; cristianos que llegan tarde al culto y se quie-
ren ir temprano, que cargan la Biblia, porque ella no
sabe caminar; matrimonios que se divorcian porque di-
cen que no hay amor; y otros dejan buenos trabajos; en
ese mundo se oye el llamado de Dios para que nos ma-
triculemos en la Escuela del Carácter.
Tu percepción de cómo ves las cosas cambiará tus
actitudes y te llevará a reconocer que todo lo que ne-
cesitas para triunfar esta dentro de ti. ¡Descúbrelo en
la ESCUELA DEL CARACTER!
En Proverbios 9:8 está escrito: “Corrige al sabio y
te amará”. Por lo tanto, debes comprender que la for-
mación de tu carácter es lo que más necesitas.
Contrario a esta aseveración, quizás dirás: “yo necesi-
to… carro, dinero, casa, familia, ropa, comida,
trabajo”; pero, yo quiero dejarte bien claro que lo más
que necesitas es la formación de tu carácter. Si tu ca-
rácter no está formado, no importa cuántos carros,
casas, comida, trabajo, dinero y vestuario tengas, serás
inestable y estarás en continuo peligro de perderlo to-
do. En cambio, con tu carácter formado serás firme,
estable y habrás garantizado tu éxito.

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Aprendí de mi Pastor que los sabios aprenden de
los inteligentes y los inteligentes aprenden a cantazos.
Muchos se equivocan pensando que carácter es: cara
montada, ser malcriado o mandón, pero todo esto te
llevará al fracaso. Aquí, encontrarás cómo edificar
y darle continuidad a los triunfos alcanzados,
matriculándote en la Escuela del Carácter.

13
14
CAPÍTULO 1

Tres etapas:
Conversión - Formación
Perfección
H ay tres etapas en la vida de todo cristiano:
• Conversión
• Formación
• Perfección
La conversión es el comienzo. Ésta es instantánea.
Romanos 10:9 dice:

“Que si confesares con tu boca


que Jesús es el Señor, y creyeres en tu
corazón que Dios le levantó de
los muertos, serás salvo”.

En palabras simples, la conversión requiere un


acto de libre albedrío y de tomar la decisión de que Dios,
a través de Jesús y por el Espíritu Santo, venga a ti.

15
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

En la carta a los Colosenses, Pablo explica el cam-


bio instantáneo que ocurre al momento de la
conversión:

“Somos trasladados del reino de


las tinieblas al reino de su amado Hijo”.
Colosenses 1:3

Así comienza una nueva vida. En 2 Corintios 5:17


dice:

“De modo que si alguno está en Cristo,


nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí todas
son hechas nuevas”.

La etapa de formación, que es de lo que trata este


libro, la detallaré más adelante.
La última y más elevada etapa es la de perfección.
Muchos piensan que esta etapa será cuando un día es-
temos en el cielo. Sin embargo, la Biblia es clara y nos
enseña que podemos alcanzarla, aquí en la Tierra.
Efesios 4:11-16 dice:

“Y él mismo constituyó a unos,


apóstoles; a otros, profetas; a otros,

16
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

evangelistas; a otros, pastores y


maestros, a fin de perfeccionar a los
santos para la obra del ministerio, para
la edificación del cuerpo de Cristo,
hasta que todos lleguemos a la unidad
de la fe y del conocimiento del Hijo de
Dios, a un varón perfecto, a la medida
de la estatura de la plenitud de Cristo;
para que ya no seamos niños
fluctuantes, llevados por doquiera de to-
do viento de doctrina, por estratagema
de hombres que para engañar emplean
con astucia las artimañas del error, sino
que siguiendo la verdad en amor,
crezcamos en todo, en aquel que es la
cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el
cuerpo, bien concertado y unido entre sí
por todas las coyunturas que se ayudan
mutuamente, según la actividad propia
de cada miembro, recibe su crecimiento
para ir edificándose en amor”.

La Palabra nos fue dada con ese propósito; es útil


para perfeccionarnos. En 2 Timoteo 3:16-17 dice:

17
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

“Toda la escritura es inspirada


por Dios, y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios
sea perfecto, enteramente preparado
para toda buena obra”.

Es claro que se refiere a desarrollarnos hasta la


perfección aquí en la Tierra, ya que donde necesitamos
hacer buenas obras es aquí. En el cielo la Escritura no
hace falta; es para la Tierra y tiene el propósito de
perfeccionarnos.
La segunda etapa es la formación. Muchos la eva-
den pretendiendo llegar a ser perfectos sin haber sido
formados. Observa lo que el Apóstol Pedro escribe a la
Iglesia en 2 Pedro 1:3-10:

“Como todas las cosas que pertenecen


a la vida y a la piedad nos han sido
dadas por su divino poder, mediante el
conocimiento de aquel que nos llamó
por su gloria y excelencia, por medio de
las cuales nos han dado preciosas y
grandísimos promesas, para que por
ellas llegaseis a ser participantes de la

18
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

naturaleza divina, habiendo huido de la


corrupción que hay en el mundo a causa
de la concupiscencia; vosotros también,
poniendo toda diligencia por esto
mismo, añadir a vuestra fe virtud; a la
virtud, conocimiento; al conocimiento,
dominio propio; al dominio propio,
paciencia; a la paciencia, piedad;
a la piedad, afecto fraternal; y al afecto
fraternal, amor. Porque si estas cosas es-
tán en vosotros, y abundan, no os
dejarán estar ociosos ni sin frutos en
cuanto al conocimiento de nuestro
Señor Jesucristo. Pero, el que no tiene
estas cosas tiene la vista muy corta;
es ciego, habiendo olvidado la
purificación de sus antiguos pecados.
Por lo cual, hermanos, por tanto más
procurad hacer firme vuestra vocación y
elección; porque haciendo estas cosas,
no caeréis jamás”.

Es interesante lo que dice: “pon toda diligencia en


esto”. Aquí vemos a Pedro exhortando al dominio pro-
pio y a la paciencia. El mismo discípulo que no tenía
19
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

paciencia, el que menos dominio propio tenía, el que


hablaba y después pensaba.
Pedro el violento = Impulsivo-Emocional
Pedro, incluso, fue un individuo inestable, al punto
de que llegó a negar al Señor. Todo esto hasta que fue
formado en la Escuela del Carácter. Es asombroso el
cambio que el Espíritu Santo logró hacer en su carác-
ter, pues luego encontramos a Pedro dirigiendo la
Iglesia y predicando a multitudes.
Esta Escritura es comprobable científicamente. Los
psicólogos dicen que una personalidad madura tiene
las características de este personaje. Se dice que una
personalidad madura tiene la capacidad de autoeva-
luarse para mejorar. Eso significa: conocerse a sí
mismo. Identificar cuáles son sus partes fuertes y cuá-
les las débiles. No lamentarse por las débiles, sino
trabajar con ellas, y no enorgullecerse de las fuertes,
sino usarlas para el bien.
Una personalidad madura tiene estabilidad emocio-
nal: autocontrol, dominio de sí mismo; es dueño de sus
emociones y de sus impulsos. También tiene capaci-
dad de convivencia: sabe relacionarse con los demás
seres humanos, sabe comportarse, sabe llevarse bien

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LA ESCUELA DEL CARÁCTER

con todos. Por el contrario, el inmaduro no controla


sus emociones, sino que es controlado por ellas.
El Apóstol Pedro habla del afecto fraternal y el
amor, que son elementos básicos para desarrollar rela-
ciones interpersonales equilibradas. Ese es el perfil de
una persona madura.
Las habilidades pueden llevarte al éxito, sólo el
carácter te mantiene allí. Las habilidades tienen el po-
der de abrir puertas, sólo el carácter las mantiene
abiertas. El Apóstol Pablo dijo en Filipenses 4:11-12:

“No lo digo porque tenga escasez,


pues he aprendido a contentarme,
cualquiera que sea mi situación. Sé vivir
humildemente, y sé tener abundancia; en
todo y por todo estoy enseñado, así para
estar saciado, como para tener hambre,
así para tener abundancia, como para
padecer necesidad”.

En otras palabras, lo que Pablo quiere decir es: “Sé


alabar cuando todo está bien y cuando hay dificultades
también”. Luego Pablo dice en el verso 13: “Todo lo
puedo en Cristo”. Para nosotros podría ser fácil decir-
lo en la Escuela Dominical, con aire acondicionado y
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LA ESCUELA DEL CARÁCTER

buenas sillas, pero cuando Pablo lo dijo estaba preso,


en la cárcel; pasando un momento difícil. ¡Para él, era
una realidad! Por eso necesitamos la Escuela del
Carácter.
¿Sabías que la mayoría de nuestros problemas pro-
ceden de la falta de formación, y que los problemas
que se dan en tu casa son deficiencias de carácter?
Por lo general, las personalidades inmaduras gene-
ran conflictos en cualquier lugar. Los niños son un
ejemplo típico. Su personalidad es inmadura, ya que
su carácter no ha sido formado. Por lo tanto, para los
padres es común lidiar con conflictos entre hermanos,
tales como:
“¡Mamá! Carlitos me dio... me mordió… me
empuja… me está molestando… no me presta el
juguete”.
No obstante, esta conducta la vemos también en
adultos inmaduros. Por ejemplo, escuche el modo en
que se expresan las personas que se han divorciado.
Hable con ellos. La mujer dice: “Me divorcié porque
ese hombre es como las bestias, no entiende, es cabe-
ciduro. Con ese hombre no se puede vivir”. Él dice: “A
esa mujer uno le dice las cosas, pero le entran por un

22
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

oído y le salen por el otro. Pelea, grita... con esa no se


puede vivir”.
Difícilmente te encontrarás con una mujer u hom-
bre que diga: “Es que es difícil vivir conmigo. Yo soy
insoportable, testarudo, malcriado, vago, tengo mal
carácter”. Ni él ni ella lo van a decir. Él dice que es
culpa de ella y ella dice que es culpa de él. Esto viene
desde el Huerto del Edén. Por eso nos encontramos
con esas tendencias de querer cambiar a los demás.
Cada mujer pretende cambiar al marido, cada hombre
trata de cambiar la mujer.
Esta conducta podría compararse con la lucha libre:
uno haciéndole “la llave cuatro”, y el otro haciéndole
“la dormilona”. Están en ese forcejeo tratando de cam-
biarse el uno al otro. Desde el noviazgo empiezan con
el control. Observa que es en el noviazgo donde se pre-
senta la cara linda. Piensa, si pelean de novios, ¿qué
será de casados? Y es que cada cual necesita responsa-
bilizarse de sí mismo. ¿Sabes lo que pasaría si yo logro
cambiar a mi esposa según mi modelo? En vez de for-
mada, quedaría desformada. Y si mi esposa me lograra
cambiar, quedaría en vez de formado, desformado.
Por eso la intención de Dios no es cambiar ningún
marido según el modelo de cada mujer, ni cambiar

23
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

ninguna mujer según el modelo de cada marido. La


intención de Dios es de cambiar cada marido y cada
mujer según el modelo perfecto que es Cristo, que ese
sí que no tiene defectos. Ese no tiene fallas. Mujer, de-
ja que Cristo cambie tu marido, y viceversa.
En ese intento de querer cambiar a otros, vemos a
muchas personas, hasta que descubren que no pueden
y entonces le piden ayuda a Dios. Cuántos padres hay
orando para que Dios cambie la forma de ser de sus hi-
jos. Pero, ¿sabías que mucha de la rebeldía de los hijos
obedece a actitudes negativas de los padres? O sea,
que cuando los padres cambien, los hijos también
cambiarán.
Es muy común oír oraciones, tales como: “Cambia
a mis hijos; cambia a mi marido; Tú tienes el poder,
cámbialo Señor; cambia mi marido o… ¡mátalo!, pero
haz algo”. Hay otros que hasta oran diciendo: “Dame
una nueva” o “Dame uno nuevo”. Oran y ayunan por
su petición de querer cambiar el carácter de los demás.
Pero, ¿sabes qué? ¡Dios no se lo va a llevar, ni cambiar
y mucho menos lo va a matar! Para lograr un cambio
en los demás, dale paso a Dios cambiando tú primero.
A un hombre le preguntaron: “¿Alguna vez ha
pensado en divorciarse?”. El hombre contestó: “¿Yo?

24
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

¡Jamás, jamás!… en matarla, un montón de veces”. Si


el método de Dios para solucionar los problemas
matrimoniales fuera matar el cónyuge problemático,
¡no quedarían matrimonios sobre la Tierra! Hay que
entender que cuando nos dejemos formar, todo cam-
biará. En su inmadurez cada quien busca que los otros
cambien, en vez de buscar ser cambiado.
Observa la prueba de Job; varón próspero y teme-
roso de Dios. Un día llegaron de repente emisarios a
darle las siguientes noticias: “Estábamos en tal sitio y
vino tal cosa, y acabó con la siembra… estábamos en
tal lugar y vino tal cosa, y acabó con el ganado… es-
tábamos en tal lugar, con los criados, y vinieron, los
atacaron y los mataron… tus hijos estaban en la casa y
de repente vino un viento, la casa se cayó y murieron”.
En un momento le dieron la noticia de la pérdida de
la siembra, del ganado, los criados y sus hijos. Job lo
perdió todo, todo excepto su esposa que no le pasó nada.
Si no conoces la historia de Job supondrás que si
perdió la siembra, el ganado, los criados y los hijos,
también la mujer debió caer en la lista. ¡Pero, no se
murió! Se quedó, y todo lo que hizo fue criticar a Job
durante el proceso (algunos dicen que esa fue la
prueba de Job, y que por eso culpó a Dios 72 veces).

25
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Al principio Job le dio gloria a Dios, a pesar de las


circunstancias, pero luego lo culpó. Primero da gloria,
luego reniega. Terminó contendiendo con Dios; trató
de ponerlo por injusto.
Imagino a Job molesto con Dios, orando en medio
de la prueba de la siguiente forma: “Se perdieron los
sembrados y eran tuyos. Se perdieron las ovejas y eran
tuyas. Se perdieron los criados y eran tuyos. Se perdie-
ron los hijos y eran tuyos. Pero Señor, lo que no
entiendo es por qué no te llevaste la mujer que lo úni-
co que hace es chavar”. Esa era su gran confusión.
Fueron nueve meses de esa gran prueba que lo lle-
vó a un proceso de madurez. Job se dio cuenta que no
fue Dios el culpable, sino el haberse llenado de mie-
dos, lo que provocó aquella tragedia.
En Job 3:25-26 dice:
“Porque el temor que me espantaba
me ha venido, y me ha acontecido
lo que yo temía. No he tenido paz,
no me aseguré, ni estuve reposado;
no obstante, me vino turbación”.
Él entendió que había fallado y entró al proceso de
formación.

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LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Observa su cambio en Job 42:1-6:

“Respondió Job a Jehová, y dijo:


Yo conozco que todo lo puedes, y que no
hay pensamiento que se esconda de ti.
¿Quién es el que oscurece el consejo sin
entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo
que no entendía; cosas demasiado ma-
ravillosas para mí, que yo no
comprendía. Oye, te ruego, y hablaré;
te preguntaré, y tú me enseñarás. De
oídas te había oído; mas ahora mis ojos
te ven. Por tanto, me aborrezco, y me
arrepiento en polvo y ceniza”.

Ese cambio provocó que todo lo que antes tenía en


abundancia lo recibiera nuevamente al doble. Fue dos
veces más bendecido. Mira en Job 42:10:

“Y quitó, Jehová, la aflicción de Job,


cuando él hubo orado por sus amigos;
y aumentó al doble todas las cosas
que habían sido de Job”.

Cada situación en la vida sirve para separarnos o


matricularnos en la Escuela del Carácter, la cual nos
ayuda a formarnos y aprender.

27
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

La vida es como una escuela. En la escuela se dan


exámenes, y ¿qué son los exámenes? Pruebas. Y éstas
son a su vez formas de ver cómo respondes a ellas. En
la escuela es sencillo responder sobre un tema con una
disertación o una tesis. En la iglesia es fácil hablar del
amor. Eso es conocer la teoría, pero cuando llega el
examen práctico muchas personas reprueban, no pasan
el examen. Cuando llega el momento de demostrar
amor por el prójimo, compasión… no lo hacen, no
pueden.
La Escuela del Carácter no es para llenarnos de teo-
ría, sino de vida práctica. Por eso, Dios nos forma en
la escuela diaria, en la Escuela del Carácter.
Se cuenta de un hombre que trabajó por 30 años su-
pervisando proyectos para su jefe. En el último año de
trabajo, el jefe le dio una encomienda final: construir
otra casa. El jefe le pidió que, como siempre, usara sus
mejores materiales para esa construcción. Sin embar-
go, el hombre decidió que esa última casa la haría de
lo peor, porque entendía que su jefe no lo había recom-
pensado lo suficiente. Así construyó la casa sin el
esmero y dedicación de siempre. Cuando la terminó el
jefe le dijo: “has sido tan bueno conmigo que decidí,
28
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

desde hace mucho, que esta última casa sea un regalo


para ti”.
Amigo o amiga, lo que haces en la vida es construir
para ti, todo lo que siembres lo cosecharás. Alguien di-
jo que la vida es como un eco, no te asustes de lo que
recibes, porque es exactamente lo que emites, multi-
plicado.
Reconoce que necesitas matricularte en la Escuela
del Carácter. Vamos, fórmate en la Escuela del
Carácter y nada te hará daño. Dios desea que tu carác-
ter sea formado.

29
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

30
CAPÍTULO 2

Los santos carnales


E n 1 Corintios, capítulo 1:2, Pablo le escribe a los
Corintios y los llama “santos”:

“A la iglesia de Dios que está en Corin-


to, a los santificados en Cristo Jesús,
llamados a ser santos con todos los que
en cualquier lugar invocan el nombre de
nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos
y nuestro.”

Pero también, en esa misma carta, en el capítulo


3:1-3 vemos que los llama “Carnales”:

“De manera que yo, hermanos, no pude


hablaros como a espirituales, sino como
a carnales, como a niños en Cristo.
Os di a beber leche, y no vianda; porque
aún no erais capaces, ni sois capaces
todavía, porque aún sois carnales; pues

31
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

habiendo entre vosotros celos


contiendas y disensiones, ¿no sois
carnales, y andáis como hombres?”

O sea, que en resumen podríamos decir que eran


“santos carnales”. Estaban operando en la carne o en
las obras carnales. En Gálatas, Pablo nos habla de esas
obras carnales y describe qué es ser carnal:

“Digo, pues: Andad en el Espíritu,


y no satisfagáis los deseos de la carne.
Porque el deseo de la carne es contra el
Espíritu, y el del Espíritu es contra la
carne; y éstos se oponen entre sí, para
que no hagáis lo que quisiereis. Pero, si
sois guiados por el Espíritu, no estáis
bajo la ley. Y manifiestas son las obras
de la carne, que son: adulterio,
fornicación, inmundicia, lascivia,
idolatría, hechicerías, enemistades,
pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, herejías, envidias,
homicidios, borracheras, orgías, y cosas
semejantes a estas; acerca de las cuales
os amonesto, como ya os lo he dicho

32
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

antes, que los que practican tales cosas


no heredarán el reino de Dios. Mas el
fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; contra tales
cosas no hay ley”. Gálatas 5:16-23

Juan 6:63 dice:

“El espíritu es el que da vida;


la carne para nada aprovecha;
las palabras que yo os he hablado son
espíritu y son vida”.

Cristo declara la realidad de aquel que vive una


vida carnal: de nada le aprovecha.
Juan 3:5-6 dice:

“Lo que nace de la carne, carne es”.

Nada carnal producirá resultados espirituales. Por


eso Juan, más adelante, en 1 Juan 5:4 dijo:

“Lo que nace de Dios vence al mundo”.

Lo que nace de la carne para nada aprovecha, lo


que nace de Dios o de los principios de Dios, vence al
33
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

mundo. El resultado de una vida carnal para nada


aprovecha.
En el diario vivir vemos que los cristianos no
fuman, no beben, no adulteran, ni fornican, pero tienen
unos “corajes envenenaos”, como decimos en Puerto
Rico. Son malcriados, refunfuñones, peleones, hablan
palabras obscenas y de mal gusto, critican, y luego se
preguntan por qué no ven resultados positivos en sus
vidas.
Vamos más profundo todavía. Observa 1 Corintios
1:4-7:

“Gracias doy a mi Dios siempre por vo-


sotros, por la gracia de Dios que os fue
dada en Cristo Jesús; porque en todas
las cosas fuisteis enriquecidos en él, en
toda palabra y en toda ciencia; así co-
mo el testimonio acerca de Cristo ha
sido confirmado en vosotros, de tal ma-
nera que nada os falta en ningún don,
esperando la manifestación de
nuestro Señor Jesucristo”.

34
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Han desarrollado los dones del Espíritu Santo,


pero no los frutos: el carácter. Una cosa son los dones,
otra los frutos. El don es un regalo. Los frutos son el
resultado del trabajo del Espíritu Santo en nuestro
carácter.
Jeremías 18:1-6 dice:

“Palabra de Jehová que vino a


Jeremías, diciendo: Levántate y vete a
casa del alfarero, y allí te haré oír mis
palabras. Y descendí a casa del alfarero,
y he aquí que él trabajaba sobre la
rueda. Y la vasija de barro que él hacía
se echó a perder en su mano; y volvió y
la hizo otra vasija, según le pareció
mejor hacerla. Entonces vino a mí
palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré
yo hacer de vosotros como este alfarero,
¡oh! casa de Israel? dice Jehová. He
aquí que como el barro en la mano del
alfarero, así sois vosotros en mi mano,
¡oh! casa de Israel.

Dios nos quiere formar. Formar a Su imagen por-


que la imagen del hombre quedó distorsionada por el

35
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

pecado. El hombre perdió esa imagen y se volvió


carnal, lleno de iras, contiendas, corajes, celos,
fornicación, adulterio y enemistades. Perdió el carác-
ter de Dios en él. Aun en medio de todo esto se oye el
llamado de Dios.
Salmos 37:8-9 dice:

“Deja la ira, y desecha el enojo;


No te excites en manera alguna a hacer
lo malo. Porque los malignos serán des-
truidos, pero los que esperan en Jehová,
ellos heredarán la tierra”.

Pablo los llamó carnales y niños. El escritor de los


Hebreos, en el capítulo 5:11-14 dice:

“Acerca de esto tenemos mucho que de-


cir, y difícil de explicar, por cuanto os
habéis hecho tardos para oír. Porque de-
biendo ser ya maestros, después de tanto
tiempo, tenéis necesidad de que se os
vuelva a enseñar cuáles son los prime-
ros rudimentos de las palabras de Dios;
y habéis llegado a ser tales que tenéis
necesidad de leche, y no de

36
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

alimento sólido. Y todo aquel que


participa de la leche es inexperto en la
palabra de justicia, porque es niño; pero
el alimento sólido es para los que han
alcanzado madurez, para los que por el
uso tienen los sentidos ejercitados en el
discernimiento del bien y del mal”.

Los niños no pueden disfrutar de la herencia.


Mis hijas Marta Nicole, de quince años, Victoria, de
once y Andrea de siete, tienen un Mercede Benz en ca-
sa. Aunque el auto es por herencia de ellas, no pueden
conducirlo porque sería un peligro, tanto para ellas co-
mo para las demás personas. No tienen la edad ni la
madurez necesaria para conducir.
Así mismo Dios tiene reservadas muchas bendicio-
nes para Sus hijos, pero no pueden heredarlas hasta
que maduren. Observa Gálatas 4:1-7:

“Pero, también digo: Entre tanto que el


heredero es niño, en nada difiere del es-
clavo, aunque es señor de todo; sino que
está bajo tutores y curadores hasta el
tiempo señalado por el padre. Así tam-
bién nosotros, cuando éramos niños,

37
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

estábamos en esclavitud bajo los


rudimentos del mundo. Pero, cuando
vino el cumplimiento del tiempo, Dios
envió, a su Hijo, nacido de mujer y
nacido bajo la ley, para que redimiese a
los que estaban bajo la ley, a fin de que
recibiésemos la adopción de hijos. Y por
cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros
corazones, el Espíritu de su Hijo, el cual
clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no
eres esclavo, sino hijo, y si hijo también
heredero de Dios por medio de Cristo”.

Esta porción bíblica nos enseña que como niños no


podemos disfrutar la herencia si no tenemos la madu-
rez suficiente. Los cristianos somos herederos de Dios,
pero algunos son inmaduros para recibir la herencia.
¡Qué muchos cristianos de doble ánimo; niños
carnales!
Por otro lado, observa en Gálatas 5:22-25 como
reacciona un cristiano maduro espiritualmente:

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo,


paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; contra tales

38
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

cosas no hay ley. Pero, los que


son de Cristo han crucificado la carne
con sus pasiones y deseos. Si vivimos
por el Espíritu, andemos también
por el Espíritu.

Observa que contra tales cosas no hay ley. El amor


es un fruto del Espíritu. Cuando alguien te hace algo,
tienes la opción de reaccionar en una de dos formas:
1. Carnal: “Lo insulto”
“Le doy”
“Me desquito”
2. Espiritual: “Lo amo”
“Lo perdono”
“Lo pongo en las manos de Dios”

Mateo 5:43-48 dice:

“Oísteis que fue dicho: Amarás a tu


prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
Pero yo os digo: Amad a vuestros
enemigos, bendecid a los que os
maldicen, haced bien a los que os

39
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

aborrecen, y orad por los que os


ultrajan y os persiguen; para que seáis
hijos de vuestro Padre que está en los
cielos, que hace salir su sol sobre malos
y buenos, y que hace llover sobre justos
e injustos. Porque si amáis a los que os
aman, ¿qué recompensa tendréis?
¿No hacen también lo mismo los
publicanos? Y si saludáis a vuestros
hermanos solamente, ¿qué hacéis
de más? ¿No hacen también así
los gentiles? Sed, pues, vosotros
perfectos, como vuestro Padre que
está en los cielos es perfecto”.

En esta porción bíblica Cristo nos enfrenta a la


realidad de que saludar a quienes uno conoce o ama es
fácil. Dios te llama a ser perfecto, pero como te ense-
ñé en el capítulo uno, tienes que ser formado primero.
Uno de los modos de ser formado es amando y bendi-
ciendo a los enemigos. Quizás pensarás: “Pero Pastor,
es que soy un tonto si hago eso”. Pero yo te digo que
no, obrar en la carne para nada aprovecha. Si alguien
te hizo algo negativo, sembró una mala semilla que va
a cosechar luego. Tú ocúpate de sembrar una buena se-
milla, porque será lo que cosecharás.

40
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Hace algún tiempo tuve una experiencia que


evidenció lo antes expuesto: En nuestro colegio tuvi-
mos una feria estilo verbena, para darle a los
estudiantes la bienvenida a un nuevo año escolar. Todo
se había preparado con cautela y mucha dedicación,
pues era una actividad que conllevaba mucho esfuerzo.
El segundo día de la actividad se nos acercaron
varias personas de las que trabajaron con nosotros, pa-
ra indicarnos que algunos de los maquinistas estaban
dejando pasar a sus amigos sin pagar boleto de entra-
da, y que además algunos se encontraban bajo los
efectos del alcohol, Esto a pesar de que habíamos re-
calcado que la actividad era una cristiana y familiar, y
habíamos prohibido el uso del alcohol, cigarrillo y
sustancias controladas.
Cuando mi esposa, la Pastora Marta, fue a investi-
gar si en efecto los maquinistas estaban haciendo
cosas indebidas, éstos le respondieron de forma ofen-
siva e insultante. Por tal razón me llamaron para
atender la situación. Obviamente a ningún hombre le
gusta que maltraten a su esposa, sin embargo yo debía
escoger cuál sería mi reacción y cuál era el resultado
que perseguía.

41
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Mientras escuchaba a todos esos hombres, obvia-


mente influenciados por la ira y bajo los efectos de
sustancias que no les dejaban pensar sobriamente, me
mantuve tranquilo, en oración y practicando las leccio-
nes de la Escuela del Carácter.
Existe un refrán muy popular en nuestro país que
recita: "Para pelear se necesitan dos", y yo no quería
ser uno de ellos. Mientras observaba a aquel hombre
que ponía su dedo en mi pecho, molesto por la acusa-
ción que decía ser falsa, caballeros y jóvenes de la
Iglesia (algunos de ellos provenientes del mundo del
pecado, las peleas y violencia) me observaban espe-
rando alguna reacción para poner “manos a la obra”.
Gracias a Dios que estoy graduado de la Escuela
del Carácter, pues no sólo pude establecer paz en aquel
lugar, sino que pudimos cancelar la actividad sin que
nos costara un sólo centavo adicional.
De ese incidente todavía oigo testimonios como el
de Sammy Vega, uno de los miembros de nuestra con-
gregación, que me dijo: “Pastor, aquel día aprendí la
lección de mi vida. Me ha servido para mis negocios,
lo puse en práctica y he visto resultados positivos con
clientes negativos. ¡Esto funciona!”.

42
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Recuerdo también una anécdota de un problema


similar en el que un hombre le dijo a su pastor: “Pas-
tor, en el mundo yo cobraba por dar palizas, pero ésta
yo se la regalo”. Obviamente, el pastor le respondió
que no era necesario. Mientras otro hermano añadió:
“Mire Pastor que más bienaventurado es dar que
recibir”.
Ya sea una reacción carnal o espiritual, la Biblia
tiene una respuesta. Ante un problema tu reacción pue-
de ser:
Preocuparte (carnal), por lo que la Biblia te
exhorta en Filipenses 4:6:

“Por nada estéis afanosos, sino sean


conocidas vuestras peticiones delante
de Dios en toda oración y ruego,
con acción de gracias”.

1 Pedro 5:7:

“Echando toda vuestra ansiedad sobre


él, porque él tiene cuidado de vosotros.”

Gozarte en medio del problema (espiritual), y la


Biblia te dice en Mateo 5:11-12:

43
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

“Bienaventurados sois cuando por mi


causa os vituperen y os persigan,
y digan toda clase de mal contra
vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos,
porque vuestro galardón es grande en
los cielos; porque así persiguieron a los
profetas que fueron antes de vosotros”.

¿Qué cómo es posible? Esa es la forma como Dios


obra. Santiago 1:19-21 dice:

“Por esto, mis amados hermanos,


todo hombre sea pronto para oír, tardo
para hablar, tardo para airarse; porque
la ira del hombre no obra la justicia de
Dios. Por lo cual, desechando
toda inmundicia y abundancia de
malicia, recibid con mansedumbre
la palabra implantada, la cual puede
salvar vuestras almas”.

Observa que en el verso 21 Santiago te invita a


recibir con mansedumbre la Palabra implantada.
Del mismo modo, te anima el Apóstol Pablo en
Filipenses 4:4:

44
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

“Regocijaos en el Señor siempre.


Otra vez digo: ¡Regocijaos!”.

En 1 Tesalonicenses 5:16 dice:

“Estad siempre gozosos”.

Siempre tendrás la decisión de escoger si actuar en


la carne o en el Espíritu. Si escoges el Espíritu, vence-
rás. Si escoges la carne, para nada aprovecha. No tienes
un resultado que escoger, sino una decisión que tomar,
la cual ya traerá determinado el resultado. Puedes esco-
ger hoy el camino, no el resultado, porque ya el
resultado lo escoges cuando eliges el camino. Por ejem-
plo, no puedes pararte en las vías de un tren y decir que
no te pasará por encima porque al escoger pararte sobre
las vías, escogiste que el tren te pasara por encima. Tú
no tienes el control de lo que ocurre en el mundo ni de
las cosas que te pasan. No obstante, siempre tendrás el
control de lo que hay dentro de ti y de cómo reaccionar
ante lo que le ocurra al mundo o a ti.
Escoge hoy vivir en el Espíritu, vive en los frutos
espirituales. Sé que has escogido matricularte en la
Escuela del Carácter. Ya verás que esto funciona,
“¡Yes!”.

45
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

46
CAPÍTULO 3

Carácter no se forma
con 40 días de ayuno
M uchos cristianos piensan que ser espiritual es
orar y ayunar mucho. No me mal interprete, por-
que es importante hacerlo; lo creo y lo practico, pero
eso es parte y no el todo. El carácter se forma bajo un
proceso consciente y con una fuerte determinación de
hacer lo correcto. Es un proceso gradual y progresivo.
Vimos que la primera etapa de un cristiano, la
conversión, es instantánea. Confiesas a Jesús como tu
Salvador, crees con todo tu corazón y eres salvo. No
tienes que esperar un mes para que te llegue la salva-
ción por correo.
Por otra parte, la formación es gradual, se da en un
proceso. Al igual que el carácter no se forma con
40 días de ayuno. No pienses que eso resuelve el
problema.

47
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Ayunar no te exime de la prueba. Después de Cris-


to haber ayunado 40 días, el diablo se le apareció para
tentarlo. La tentación fue física, fama y poder. Cristo
venció con la Palabra, porque Él es el Presidente fun-
dador de la Escuela del Carácter.
Pero veamos el caso de Moisés, que estuvo en la
presencia de Dios durante 40 días. Dios le dio las ta-
blas con los 10 mandamientos, pero cuando bajó del
monte, Moisés encontró al pueblo adorando a un bece-
rro de oro. De la furia, Moisés tiró las tablas. Eso
mismo, perdió la tabla. De ahí es que viene ese dicho.
¿Qué le pasó al carácter de Moisés? Era explosivo.
Fue precisamente eso lo que le impidió entrar a la tie-
rra de abundancia, Canaán. Un carácter no formado.
Muchos no entran a la tierra de Canaán por obrar
carnalmente. Y aunque Moisés ayunó 40 días, no for-
mó su carácter. El ayuno tiene dos propósitos: físico y
tiempo de separación con Dios. En Isaías 58:1-12,
Dios enseña cuál es el verdadero ayuno:

“Clama a voz en cuello, no te detengas;


alza tu voz como trompeta, y anuncia a
mi pueblo su rebelión, y a la casa de Ja-
cob su pecado. Que me buscan cada día,

48
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

y quieren saber mis caminos, como gen-


te que hubiese hecho justicia, y que no
hubiese dejado la ley de su Dios; me pi-
den justos juicios, y quieren acercarse a
Dios. ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no
hiciste caso; humillamos nuestras almas,
y no te diste por entendido? He aquí
que en el día de vuestro ayuno buscáis
vuestro propio gusto, y oprimís a todos
vuestros trabajadores. He aquí que para
contiendas y debates ayunáis y para he-
rir con el puño inicuamente; no ayunéis
como hoy, para que vuestra voz sea oída
en lo alto. ¿Es tal el ayuno que yo esco-
gí, que de día aflija el hombre su alma,
que incline su cabeza como junco, y ha-
ga cama de cilicio y de ceniza?
¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable
a Jehová? ¿No es más bien el ayuno
que yo escogí, desatar las ligaduras de
impiedad, soltar las cargas de opresión,
y dejar ir libres a los quebrantados, y
que rompáis todo yugo? ¿No es que
partas tu pan con el hambriento, y a los

49
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

pobres errantes albergues en casa; que


cuando veas al desnudo, lo cubras, y no
te escondas de tu hermano? Entonces
nacerá tu luz como el alba, y tu
salvación se dejará ver pronto; e irá tu
justicia delante de ti, y la gloria de
Jehová será tu retaguardia. Entonces in-
vocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y
dirá él: Heme aquí. Si quitares de en
medio de ti el yugo, el dedo amenazador,
y el hablar vanidad; y si dieres tu pan al
hambriento, y saciares al alma afligida,
en las tinieblas nacerá tu luz, y tu
oscuridad será como el mediodía.
Jehová te pastoreará siempre, y en las
sequías saciará tu alma, y dará vigor a
tus huesos; y serás como huerto de
riego, y como manantial de aguas, cuyas
aguas nunca faltan. Y los tuyos edifica-
rán las ruinas antiguas; los cimientos de
generación, y generación levantarás, y
serás llamado reparador de portillos,
restaurador de calzadas para habitar”.

50
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Todos necesitamos la Escuela del Carácter. ¡Qué


muchos cristianos, aún líderes y ministros reconoci-
dos, tienen dones, pero evaden la Escuela del Carácter!
Muchos cristianos le dicen a Dios “¡Úsame!”, pero
que pocos le dicen “¡Fórmame! Trabaja dentro de mí
antes de a través de mí”.
He oído a otros decir: ¡En mi iglesia le damos liber-
tad al Espíritu Santo, danzamos y hablamos lenguas
hasta las doce!”. Y aunque eso no es malo, lo dicen co-
mo si Dios estuviera interesado únicamente en gozarse
con nosotros en el culto. Luego salen de ahí y hablan
otro tipo de lenguas, insultan, maldicen, odian y mien-
ten. Sus actitudes son negativas.
El Espíritu Santo quiere no sólo libertad en el
culto, sino también en la casa. La vida dirigida por el
Espíritu Santo no es en la iglesia únicamente. En el ho-
gar manifestamos cómo realmente somos. Si usted es
ejemplo de conducta en su casa, lo será en todo lugar.
Cuántos hombres, y aún ministros, son amigables,
sociables, dulces y cariñosos con todo el mundo, has-
ta con las damas de la Iglesia, pero cuando están en sus
casas son odiosos, malcriados, monta caras y peleones
con su mujer e hijos. Igualmente, muchas mujeres se

51
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

ponen bellas para el trabajo y “chupacabras” para el


marido, son la bella y la bestia; bella de día, bestia de
noche. Afuera todo el mundo muestra su mejor cara, y
en la casa se quitan la máscara.
También es común ver ministros que aun desde el
púlpito muestran sus envidias, odios y su falta de
amor. Ministros carnales que siembran esa actitud ne-
gativa en sus congregaciones. Lamentablemente, los
miembros de esas Iglesias carecen de conocimiento
por lo que no reconocen las obras de la carne y se de-
jan insultar y manipular con pensamientos carnales.
Cuando quieras saber cómo realmente es una per-
sona, mira el trato que le da a su esposa, esposo, hijos
y verás quién es. Caballero, dama, tu casa es primero.
Pablo dijo en 1 Timoteo 3:5:

“Pues el que no sabe gobernar


su propia casa, ¿cómo cuidará
de la iglesia de Dios?”

El escritor de los Hebreos dice en el capítulo 13:7:

“Acordaos de vuestros pastores, que os


hablaron la palabra de Dios; considerad

52
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

cuál haya sido el resultado de


su conducta, e imitad su fe”.

A través de Su Palabra Dios te exhorta a observar a


los líderes, su conducta y sus resultados; y si son posi-
tivos, imita su fe.
En 1 Pedro 5: 2-3 dice:

“Apacentad la grey de Dios que está


entre vosotros, cuidando de ella, no por
fuerza, sino voluntariamente; no por
ganancia deshonesta, sino con ánimo
pronto; no como teniendo señorío sobre
los que están a vuestro cuidado, sino
siendo ejemplos de la grey”.

El liderato conlleva una gran responsabilidad: ser


ejemplo de carácter formado. Si no puedes administrar
tu casa, tampoco podrás administrar la casa de Dios. A
través de sus enseñanzas Pablo muestra que cabe la
posibilidad de que alguien esté gobernando la casa de
Dios y su casa ser un desastre, mientras que es impo-
sible que uno que gobierne su casa, fracase en la casa
de Dios.

53
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

¡Que muchos ministros con iglesias grandes hay,


pero con su casa destruida! Ante esa situación lo
mejor que podrían hacer es dejar el liderato y cuidar su
casa.
Finalmente, no pienses que este problema se
circunscribe sólo a las Iglesias. Esto ocurre en cual-
quier posición de liderato. Para muchos comerciantes
y altos ejecutivos es fácil administrar su negocio, pero
muy difícil administrar su hogar. Tienen negocios
prósperos mientras su casa se les cae encima.
Es importante entender que debes prestarle más
atención a tu carácter en relación al modo que te
conduces o comportas con tu familia. Por eso necesi-
tas matricularte en la Escuela del Carácter.

54
CAPÍTULO 4

No es lo mismo
ser usado que ser formado
S er usado por Dios no determina que eres formado.
¡Cómo nos gusta que Dios nos use, pero cómo
evadimos que nos forme! Lo más fácil para Dios es
usarte, lo más difícil es formarte. Dios puede usar a
cualquiera.
¿Usó Dios el asna de Balaam? ¡Sí! ¿Usó Dios un
pez para llevar dinero a Pedro para pagar los impues-
tos? ¡Sí! ¿Usó Dios cuervos para alimentar a Elías?
¡Sí! ¿No dijo Jesús: “Si éstos callan las piedras
hablarán”?
Dios no tiene problemas en usar al hombre, sino en
formarlo. Nunca te impresiones por el usado, impre-
siónate por el formado. Es el que está en las manos del
alfarero el que toma la imagen de Dios. Dejarse formar
por Dios es una decisión. Aquel que toma la decisión
de dejarse formar es el que debe impresionarte.
55
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Hay ministros que me han impresionado por su fe


y determinación. Es sorprendente ver cómo han levan-
tado templos y cómo han influenciado en círculos de
poder a través de su mensaje. Pero lo más que siempre
me ha impresionado ha sido su carácter. Son ministros
en la casa, en el púlpito, en la oficina, donde sea. En
contraste con la mayoría de los que los critican, que
sus vidas no son de ejemplo.
¿Sería Sansón usado por Dios? ¡Sí! ¿Sería forma-
do? ¡No! Cayó ante la seducción de Dalila. Se colgó
frente a la prueba. Tan usado por Dios para grandes ba-
tallas, pero tan descuidado con su carácter. ¡Débil! Esa
debilidad le costó estar ciego (le sacaron los ojos) y
luego la muerte.
¿Sería Moisés usado por Dios? ¡Sí! ¿Sería forma-
do? ¡No! Sus corajes no le permitieron entrar a la
tierra prometida. ¡Cuidado con el usado! No digo que
no sea ungido de Dios, porque los usados lo son, pero
algunos no desarrollan el carácter, y luego se ven los
resultados.
¿Sería Saúl usado por Dios? ¡Sí! ¿Sería formado?
¡No! Saúl fue un hombre de doble ánimo, desobedien-
te, autosuficiente; su carácter no formado le costo ser
destronado del reinado y obtener muerte.

56
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Jesús dijo en Mateo 7:21-23:

“No todo el que me dice: Señor,


Señor, entrará en el reino de los cielos,
sino el que hace la voluntad de mi Padre
que está en los cielos. Muchos me
dirán en aquel día: Señor, Señor,
¿No profetizamos en tu nombre,
y en tu nombre echamos fuera demonios,
y en tu nombre hicimos muchos
milagros? Y entonces les declararé:
Nunca os conocí; apartaos de mí,
hacedores de maldad”.

Jesús dijo: “Muchos me dirán en aquel día: Señor,


Señor, ¿No profetizamos en tu nombre?”. Eso es el
don de profecía en función.
Cabe la posibilidad que alguien profetice y algún
día el Señor le diga: “Nunca te conocí hacedor de mal-
dad”. ¡Wow! Qué el Señor diga: “Nunca os conocí”.
¿Por qué? Porque desarrollaron los dones, pero no los
frutos. No se matricularon en la Escuela del Carácter.
En versículos anteriores Jesús dijo: “Por sus frutos,
los conocereis”. Los frutos son la evidencia del traba-
jo del Espíritu Santo en el carácter de un hombre o una
mujer.

57
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Hace un tiempo tuve una experiencia que jamás


olvidaré. Tenía un televisor que se había dañado, y
buscaba un lugar donde arreglarlo. Me dijeron que en
el pueblo de Vega Baja (ciudad donde resido) había un
negocio donde arreglaban televisores. Así que decidí
llevarlo a ese lugar.
El día que fui estaba lloviendo y precisamente esta-
ba vestido de blanco. Salí temprano en la mañana, listo
para comenzar el día, pero antes de llegar a la oficina
quise dejar el televisor reparando.
Al llegar al lugar me percaté que no había estacio-
namiento frente al local, pero sí al frente, al cruzar la
calle. Cuando me estacioné y me bajé a buscar el tele-
visor en el baúl, noté que en la calle, justo detrás de
mí, había un charco de agua sucia… ¡era un charco
muy grande! Mientras pensaba cómo cargar el televi-
sor (pues era grande) observé que un automóvil se
acercaba. Me di cuenta de su mala intención de
provocar un “maremoto”, pero dudé. Pensé que no po-
día ser posible que alguien maquinara semejante poca
vergüenza. Me tomó sólo segundos averiguarlo, pues
sentí toda aquella agua sobre mi espalda, cubriendo mi
camisa y pantalón.

58
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Honestamente, pensé muchas cosas para hacer y


decir. Me pregunto por qué en casos como esos, uno se
queda inactivo. Pero, tome la decisión de caminar en
la Escuela del Carácter. No fue fácil, creeme que no.
Lo que sucede es que una vez uno se da cuenta que la
carne para nada aprovecha, disfruta de vivir en el Es-
píritu que produce vida y paz.
Así que tomé mi televisor, cerré el baúl y al
voltearme, habían frente a mí como diez personas que
me observaban incrédulos de mi reacción. Continué,
fui al recibidor del negocio y puse el televisor en el
mostrador. Un empleado y un cliente me miraban ató-
nitos. No sabía que decir, sólo salió de mis labios:
“¡Qué cosa, verdad!”.
El empleado me atendió y mientras llevaba el
televisor al almacén, el cliente me dijo: “Mi esposa pa-
dece de severas depresiones, tiene problemas con sus
nervios, pero cada vez que lo ve a usted y al Pastor
Font por televisión recibe una paz tan grande que no
cambiamos de canal nunca”. Después me dijo: “Lo
felicito, siga adelante”.
¡Wow! ¿Qué hubiese ocurrido si yo, en reacción a
aquel sinvergüenza, hubiese insultado, maldecido o

59
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

actuado negativamente? Definitivamente aquel cliente


se hubiera desilusionado de ver un hombre, y pastor,
siendo una cosa por televisión y otra en persona.
Tus deficiencias en el carácter te costarán mucho.
Algunos me dicen: “Pastor Robert, es que me cuesta
controlarme… me cuesta trabajar conmigo… me cues-
ta caminar en el Espíritu”. Pero yo les contesto: “¡No!
Lo que realmente te va a costar es no controlarte. Te va
a costar no trabajar contigo mismo. Te va a costar no
caminar en el Espíritu”.
Necesitas entender que evadir la Escuela del Carác-
ter te llevará al fracaso. Necesitas poner toda
diligencia en esto.
Como pastor escucho mucho la siguiente petición:
“Pastor ore por mi matrimonio”, y oro. Al tiempo
vuelve la persona y pide otra vez: “Ore Pastor, ore por
mi matrimonio”, y vuelvo a orar. Así se repite la histo-
ria. Entonces me doy cuenta que su matrimonio no
necesita más oración, necesita que el individuo se
matricule en la Escuela del Carácter.
Quizás tu matrimonio no necesita más oración,
necesita que te matricules en la Escuela del Carácter.
Lo que necesitas es amor, comprensión, paz, gozo, de-

60
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

jar de pelear, insultar, maldecir y estar lleno de cora-


jes. De igual manera, tu hijo no necesita más oración,
sino disciplina. Que lo corrijas y que seas firme con él.
Hay personas que no necesitan un trabajo, lo que ne-
cesitan es carácter y dejar la vagancia.
Busca ser formado, y entonces, el resultado de ser
usado será permanente, firme y te llenará de satisfac-
ciones. No te impresiones con el usado, impresiónate
con el formado en la Escuela del Carácter.

61
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

62
CAPÍTULO 5

Despójate de todo peso;


cierra la puerta
La Biblia dice:
“Por tanto, nosotros también, teniendo
en derredor nuestro tan grande nube de
testigos, despojémonos de todo peso y
del pecado que nos asedia, y corramos,
con paciencia, la carrera que tenemos
por delante”. Hebreos 12:1

Si deseas viajar lejos y ligero, viaja liviano. Los


corredores profesionales corren liviano, pues saben
que aun el más insignificante sobrepeso les puede
costar la carrera.
De igual forma, debes despojarte de: la envidia,
celos, egoísmo, odio, miedos, falta de perdón y otros.
Todos esos sentimientos negativos son cargas pesadas

63
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

que no te dejan avanzar en el reino de Dios. ¡Despójate


de todo eso y asóciate con gente positiva!
La diferencia entre quién eres hoy y quién serás de
aquí a 10 años, la obtendrás de los libros que leas, los
casetes que escuches, los videos que tomes tiempo pa-
ra ver y la gente con que te asocies. Si quieres tener
éxito, vas a tener que entrar a la Escuela del Carácter.
Hay algunos que me han dicho: “Pastor, entré a la
Escuela del Carácter”. Y yo pienso: “¡Sí, qué bueno!,
pero que ésta entre en ti”. La disciplina del carácter es
una cualidad de campeones. Revisa las marcas estable-
cidas y notarás que han sido hechas por personas
disciplinadas.
Tú haces los hábitos, luego los hábitos te hacen a ti.
Dime lo que haces y te diré a donde vas a llegar. Un
hábito es una reacción condicionada que hemos pro-
gramado, en nosotros, a base de hacer continuamente
un acto determinado hasta que se convierte en parte
nuestro.
Para cambiar un hábito hay que trabajar fuerte.
Tenemos que estar conscientes de ellos. Pregúntate:
“¿Por qué creo lo que creo? ¿Por qué hablo como
hablo? ¿Por qué actúo como actúo?”.

64
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Si llevas 20 años sin dedicar 30 minutos al día


para pensar, escribir y planificar lo que realmente
quieres; si no has tomado acción a favor de ello, sino
que por el contrario has dedicado ese tiempo a pensar
en lo que no quieres, esperando lo peor, pero desean-
do lo mejor, obviamente, quedarás sumido en ese
pensamiento. El carácter se refuerza a base de realizar
actos con perseverancia y constancia.
Vamos a Efesios 6:14-18:

“Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros


lomos con la verdad, y vestidos con
la coraza de justicia, y calzados los pies
con el apresto del evangelio de la paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe,
con que podáis apagar todos los dardos
de fuego del maligno. Y tomad el yelmo
de la salvación, y la espada del Espíritu,
que es la palabra de Dios; orando
en todo tiempo con toda oración y
súplica en el Espíritu, y velando en ello
con toda perseverancia y súplica
por todos los santos”.

65
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Fíjate que toda esta armadura está ligada al


carácter cristiano. Observa en el:
Verso 14 • Te proteges cuando caminas
en la verdad.
• Te proteges cuando obras en justicia.
Verso 15 • Te proteges cuando predicas la palabra.
Verso 16 • Te proteges cuando usas tu fe.
Verso 17 • Te proteges cuando proteges tus
pensamientos.
• Te proteges cuando declaras la palabra.
Verso 18 • Te proteges cuando oras a Dios.
Estamos directamente involucrados en nuestra pro-
tección. Aunque quizás dirás: “¡Pastor, que Dios me
guarde!”. Pero ya él proveyó tu protección: camina en
los frutos del Espíritu. Los frutos son el resultado del
trabajo del Espíritu Santo en nuestro carácter. Cada
vez que caminamos en los frutos espirituales nos
protegemos.
La armadura te habla de protección total y absolu-
ta. En Colosenses 3:5 dice:

66
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

“Haced morir, pues, lo terrenal


en vosotros: fornicación, impureza,
pasiones desordenadas, malos deseos y
avaricia, que es idolatría”.

Proverbios 25:28 dice:

“Como ciudad derribada y sin muro


es el hombre cuyo espíritu no
tiene rienda”.

Toma las riendas de tu vida. Las personas pueden


ser distintas, pero las circunstancias siempre son las
mismas.
En 1 Pedro 5:8-9 vemos:

“Sed sobrios, y velad; porque vuestro


adversario el diablo, como león
rugiente, anda alrededor buscando a
quien devorar; al cual resistid firmes en
la fe, sabiendo que los mismos padeci-
mientos se van cumpliendo en vuestros
hermanos en todo el mundo”.

Uno de los mayores ataques que mantiene a mu-


chos con pesadas cargas es la falta de perdón. Alguien

67
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

dijo: “Perdonar es de Reyes”, y ciertamente lo es. Es


privilegio de los gobernantes el poder indultar a quie-
nes ellos decidan.
Ahora bien, como hijos de Dios somos real sacer-
docio y tenemos el gran privilegio de perdonar. Así
como lo lees, perdonar es un privilegio, es renunciar al
dolor. No perdonar es obrar en la carne, es decidir vi-
vir cargados. Cuando no perdonas, vives cargado, con
pesar, con rencores y decides que Dios no oiga tus ora-
ciones.
Veamos en Mateo 6:14-15 lo que dice al respecto:

“Porque si perdonáis a los hombres


sus ofensas, os perdonará, también a vo-
sotros vuestro Padre celestial; mas si no
perdonáis a los hombres sus ofensas,
tampoco vuestro Padre os perdonará
vuestras ofensas”.

También Jesús lo dijo en Marcos 11:25-26:

“Y cuando estéis orando, perdonad,


si tenéis algo contra alguno, para que
también vuestro Padre que está en los
cielos os perdone a vosotros vuestras

68
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

ofensas. Porque si vosotros


no perdonáis, tampoco vuestro Padre
que está en los cielos os perdonará
vuestras ofensas”.

La naturaleza de la carne es no perdonar, de hecho


la carne no puede perdonar, sólo cuando perdonas re-
cuperas el poder.
Pablo le dice a los Corintios en el capítulo 13, que
sin amor nada somos. Cuando vayas a la presencia de
Dios, despójate de todo peso. Camina en el amor de la
Escuela del Carácter y tu vida entrará a otra dimen-
sión.
Me llama la atención la Escritura en Mateo 6:6,
veamos:

“Mas tú, cuando ores, entra en tu apo-


sento, y cerrada la puerta, ora a tu
Padre que está en secreto; y tu Padre
que ve en lo secreto te recompensará
en público”.

Sabemos que el mensaje no es literal, porque Dios


escucha la oración en todo lugar. De hecho, he orado
en la fila de un banco; mientras espero a que me

69
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

cobren la comida en un restaurante; e incluso cuando


estoy en las tiendas.
Jesús no se refería a cuarto físico (dormitorio). Él
estaba hablando de que cuando entres a la dimensión
espiritual a través de la oración; cuando entres al mun-
do de lo imposible, de lo extraordinario, fuera de lo
común, cierra la puerta. Al decir “cierra la puerta”, Je-
sús quería decir cerrarse a los pensamientos negativos,
a las obras de la carne, a la falta de perdón; porque na-
da de eso heredará el reino de Dios. Se parece a la
frase “despójate de todo peso”, con la diferencia de
que “cierra la puerta” te muestra la misma verdad des-
de otra perspectiva.
Cuando vayas delante de tu Padre Celestial, cierra
la puerta o despójate de todo peso. Entonces, tu Padre,
que ve en lo secreto… ¿qué es lo secreto? Tu corazón,
tu más profundo ser; ese Dios que ve allí, cuando se da
cuenta que todo está en orden, ese mismo Dios te re-
compensará en público. Pablo dijo: “Contra tales
cosas, no hay ley”.
Toma la decisión de vivir libre de toda carga,
conservando limpio tu corazón, y seguro de la recom-
pensa de estar matriculado en la Escuela del Carácter.

70
CAPÍTULO 6

¿Cómo se evade la
Escuela del Carácter?
E n este capítulo vamos a analizar cómo muchos
evaden entrar al proceso de formación. Piensan
que no es necesario, que con sus deficiencias de carác-
ter, las cuales se niegan a reconocer, les irá bien.
Evadimos la Escuela del Carácter cuando aun co-
mo cristianos damos más énfasis a lo externo. Cuando
nos olvidamos que el verdadero cambio es producto de
un proceso interno.
En Puerto Rico decimos: “Aunque la mona se
vista de seda, mona se queda”. Tanta gente que presen-
ta una fachada piadosa, cristiana; aparentan devoción,
pero por dentro son arañas venenosas. A éstos Cristo
los llamó sepulcros blanqueados.
En el libro de Mateo, capítulo 23:25-28 dice:

71
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos,


hipócritas! porque limpiáis lo de fuera
del vaso y del plato, pero por dentro
estáis llenos de robo y de injusticia. ¡Fa-
riseo ciego! Limpia primero lo de dentro
del vaso y del plato, para que también lo
de fuera sea limpio. ¡Ay de vosotros, es-
cribas y fariseos, hipócritas! porque son
semejantes a sepulcros
blanqueados, que por fuera, a la verdad,
se muestran hermosos, mas por dentro
están llenos de huesos de muertos y de
toda inmundicia. Así también vosotros
por fuera, a la verdad, os mostráis
justos a los hombres, pero por dentro
estáis llenos de hipocresía e iniquidad”.

Aquí vemos al Señor enseñando que el cambio


verdadero es el de adentro. Existen personas que por
fuera tienen una apariencia de piedad cuando en reali-
dad están llenos de celos, iras, contiendas y
bochinches, entre otros.
Para muchos vivir de las apariencias resulta fácil,
evadiendo así la Escuela del Carácter. A través de toda

72
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

la Escritura vemos el énfasis de Dios en el desarrollo


de nuestro ser interior, que como consecuencia se
reflejará en nuestro exterior.
Dice un refrán “No todo lo que brilla es oro”. Por
esto repito que no te debes impresionar por el usado,
sino por el formado en la Escuela del Carácter.
En el libro de Marcos, capítulo 4:22, Jesús dijo:

“Porque no hay nada oculto que no


haya de ser manifestado; ni escondido,
que no haya de salir a luz”.

Por más que trates de aparentar todo lo que hay en


tu interior, inevitablemente saldrá a la luz, provocando
consecuencias negativas. Puedes visualizar este con-
cepto si lo comparas con un jardín. Continuamente me
ocurre que si no tomo el cuidado de extraer de raíz la
hierba mala, es sólo cuestión de tiempo para que vuel-
va a salir. Así que vayamos a la raíz, lo cual es un
cambio interior fundamentado en Dios y Su Palabra.
Jesús dijo en Mateo 7:24-27:

“Cualquiera, pues, que me oye estas


palabras, y las hace, le compararé a un
hombre prudente, que edificó su casa

73
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

sobre la roca. Descendió lluvia,


y vinieron ríos, y soplaron vientos, y
golpearon contra aquella casa; y no
cayó, porque estaba fundada sobre la
roca. Pero, cualquiera que me oye estas
palabras y no las hace, le compararé a
un hombre insensato, que edificó su
casa sobre la arena, y descendió lluvia,
y vinieron ríos, y soplaron vientos,
y dieron con ímpetu contra aquella
casa; y cayó, y fue grande su ruina”.

Todo lo que no esté fundamentado en Dios y Su


Palabra caerá.
Recientemente recibí una llamada de un pastor, en
la cual me compartió una inspiración que Dios hizo a
su vida:
“Yo no deseo que las personas vean lo que tú le-
vantas, deseo que vean lo que Yo levanto. Si eres tú el
que lo levantas, será imperfecto, y su final será, inevi-
tablemente, el derrumbarse. Pero, cuando soy Yo el
que lo levanto, ni tú, ni lo que levanto, se caerán”.
¡Qué importante es hacer lo que dijo el Señor en el
libro de Mateo capítulo 6:33!:

74
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

“Mas buscad, primeramente,


el reino de Dios y su justicia, y todas
estas cosas os serán añadidas”.

Otro modo en el que evadimos la Escuela del


Carácter es buscando de Dios sólo para satisfacer
nuestra conciencia, lo que realmente significa darle a
Dios el segundo lugar.
Las siguientes frases son comunes en las oraciones
de muchos: “Señor, yo te pido… yo quiero… yo nece-
sito… yo espero… yo anhelo”. Olvidan que la oración
contiene otros elementos, además de la petición. Nece-
sitamos crecer, para poder dialogar con Dios acerca de
lo que Él quiere, le interesa, anhela y espera; esto sólo
lo puede lograr una persona madura.
Si le diera a escoger a cualquiera de mis tres niñas,
entre comer dulces y comida nutritiva, seguramente
escogerán dulces. Ellas necesitan de alguien maduro
que las guíe, y les de, no lo que quieren, sino lo que
necesitan. Al final esto producirá resultados positivos,
aunque ahora ellas no lo entiendan así. Pon a Dios en
el primer lugar en tu vida, déjate dirigir y tus
peticiones serán contestadas.

75
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Muchos piensan que con ir a la iglesia, cantar, orar,


diezmar, ofrendar y ayunar es suficiente, y que no
hace falta nada más. Eso no te hace espiritual. De he-
cho podemos hacer varias analogías: ir a una
gasolinera no quiere decir que seas un carro; asistir a
la escuela no significa que hayas aprendido. Es impor-
tante que en tu entrega al Señor, le permitas hacer Su
obra en tu interior.
En el libro de los Jueces, vemos a los israelitas que
decían amar a Dios, pero se escuchaba esta declara-
ción constantemente:

“En aquellos días no había rey en


Israel, cada cual hacía lo que bien le
parecía”. Jueces 17:6

Jesús hace referencia a Isaías en el libro de


Mateo 15:7-9:

“Hipócritas, bien profetizó de vosotros


Isaías, cuando dijo: Este pueblo de
labios me honra; más su corazón está
lejos de mí. Pues en vano me honran,
enseñando como doctrinas,
mandamientos de hombres”.

76
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

No evadas la Escuela del Carácter buscando a Dios


para satisfacer tu conciencia y tu ego; no lo coloques
en un segundo plano.
La tercera forma en la que evadimos la Escuela del
Carácter es cuando no seguimos instrucciones. Para
todo en la vida hay que seguir instrucciones o nos ve-
remos afectados negativamente. Cuando compras
algún equipo de ejercicios, juguetes, muebles, u otros;
debes seguir las instrucciones del manufacturero para
ensamblarlos. Si intentas montarlo, obviando las ins-
trucciones, como resultado te sobrarán piezas o no
funcionará el equipo.
Así mismo es importante que entiendas que cada
vez que pides un milagro, Dios te da instrucciones. Si
estudiamos las Escrituras, que son las instrucciones de
Dios para nosotros, y las obedecemos, obtendremos la
manifestación de los milagros.
Cuenta una leyenda sobre un monje que se encon-
traba retirado en una isla. Todos los días una joven
voluntaria le llevaba almuerzo pero siempre llegaba
tarde a hacer su entrega. Uno de esos días el monje le
reclamó, el por qué de su tardanza. Ella respondió que
la embarcación que la transportaba tenía ese horario.

77
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

El monje, incómodo con la situación, le dijo en tono


sarcástico: “Entonces camina sobre las aguas, y así
llegarás temprano”.
A partir del otro día la joven comenzó a llegar
temprano, lo cual al monje le estuvo curioso. Luego de
varios días, le preguntó cuáles fueron los ajustes que
había hecho para llegar temprano. La joven le contes-
tó: “Hice, exactamente, lo que usted me dijo: caminar
sobre las aguas”.
Al otro día, el monje, asombrado pero incrédulo, la
esperó frente a la playa. Cuando logró verla notó que
efectivamente la joven venía a su encuentro caminan-
do sobre el agua. Desde la orilla el monje le gritó a la
joven: “¿Podría yo hacer lo mismo?”. A lo que ella
contestó: “Sí, por supuesto”. De inmediato, el monje
lo intentó, pero se hundió. Al salir de las aguas excla-
mó: “¡No sé qué ocurrió!”; la joven le dijo: “Yo sí.
Estaba segura de que se hundiría, pues cuando le dije
que lo hiciera, se levantó la sotana”.
O sea, el monje no siguió instrucciones. Ella le
dijo que caminara, no que se levantara la sotana. Al
levantarla, dudó que podía caminar sobre las aguas.
A los milagros los preceden instrucciones y

78
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

obediencia. Podemos ver ejemplos a través de toda la


Escritura. Veamos en 2 de Reyes 5: 1-14:

“Namaán, General del ejercito del rey


de Siria, era varón grande delante de su
señor, y lo tenía en alta estima, porque
por medio de él había dado Jehová
salvación a Siria. Era este hombre
valeroso en extremo, pero leproso. Y de
Siria habían salido bandas armadas, y
habían llevado cautiva de la tierra de Is-
rael a una muchacha, la cual servía a la
mujer de Naamán. Ésta dijo a su
señora: Si rogase mi señor al profeta
que está en Samaria, él lo sanaría de su
lepra. Entrando Naamán a su señor, le
relató diciendo: Así y así ha dicho una
muchacha que es de la tierra de Israel. Y
le dijo el Rey de Siria: Anda, vé, y yo
enviaré cartas al Rey de Israel. Salió,
pues, él, llevando consigo diez talentos
de plata, y seis mil piezas de oro, y diez
mudas de vestidos. Tomó, también,
cartas para el Rey de Israel, que decían
así: Cuando lleguen a ti estas cartas,

79
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

sabe por ellas que yo envío a ti mi


siervo Naamán, para que lo sanes de su
lepra. Luego que el Rey de Israel leyó
las cartas, rasgó sus vestidos, y dijo:
¿Soy yo Dios, que mate y dé vida, para
que éste envíe a mí a que sane un hom-
bre de su lepra? Considerad ahora, y
ved cómo busca ocasión contra mí.
Cuando Eliseo, el varón de Dios, oyó
que el Rey de Israel había rasgado sus
vestidos, envió a decir al Rey: ¿Por qué
has rasgado tus vestidos? Venga ahora
a mí, y sabrá que hay profeta en Israel.
Y vino Naamán con sus caballos y con
su carro, y se paró a las puertas de la
casa de Eliseo. Entonces Eliseo le envió
un mensajero, diciendo: “Vé y lávate
siete veces en el Jordán, y tu carne se te
restaurará, y serás limpio”. Y Naamán
se fue enojado, diciendo: He aquí
yo decía para mí: Saldrá él luego,
y estando en pie invocará el nombre de
Jehová su Dios, y alzará su mano y
tocará el lugar, y sanará la lepra. Abana

80
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son


mejores que todas las aguas de Israel?
Si me lavare en ellos, ¿no seré también
limpio? Y se volvió, y se fue enojado.
Mas sus criados se le acercaron y le ha-
blaron diciendo: Padre mío, si el
profeta te mandara alguna gran cosa,
¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote:
Lávate, y serás limpio? Él entonces
descendió, y se zambulló siete veces
en el Jordán, conforme a la palabra
del varón de Dios; y su carne se volvió
como la carne de un niño,
y quedó limpio”.

Aquí vemos cómo muchas personas quieren que las


cosas ocurran a su manera y no a la manera de Dios.
Cuando seguimos instrucciones y las obedecemos no
evadimos la Escuela del Carácter.
Luego de salir de Egipto, el pueblo de Israel se
encontró con la primera ciudad para conquistar:
Jericó. Para toda grande conquista, primero hay que
seguir instrucciones y obedecerlas.
En el libro de Josué 6:1 dice:

81
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

“Ahora, Jericó estaba cerrada, bien


cerrada, a causa de los hijos de Israel;
nadie entraba ni salía”.

Observa que la ciudad estaba cerrada, bien cerrada.


De igual forma, hay situaciones en nuestras vidas que
al enfrentarnos a ellas nos parecerán cerradas. Pero en
Josué 6:2-21 se detallan las instrucciones para
conquistar:

“Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he


entregado en tu mano a Jericó y a su
rey, con sus varones de guerra. Rodea-
réis, pues, la ciudad todos los hombres
de guerra, yendo alrededor de la ciudad
una vez; y esto haréis durante seis días.
Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas
de cuernos de carnero delante del arca;
y al séptimo día daréis siete vueltas a la
ciudad, y los sacerdotes tocarán
las bocinas. Y cuando toquen, prolonga-
damente, el cuerno de carnero, así que
oigáis el sonido de la bocina, todo el
pueblo gritará a gran voz, y el muro de
la ciudad caerá; entonces subirá el pue-

82
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

blo, cada uno derecho hacia adelante.


Llamando, pues, Josué hijo de Nun a los
sacerdotes, les dijo: Llevad el arca del
pacto, y siete sacerdotes lleven bocinas
de cuerno de carnero delante del arca
de Jehová. Y dijo al pueblo: Pasad,
y rodead la ciudad; y los que están
armados pasarán delante del arca de
Jehová. Y así que Josué hubo hablado al
pueblo, los siete sacerdotes, llevando las
siete bocinas de cuerno de carnero,
pasaron delante del arca de Jehová, y
tocaron las bocinas; y el arca del pacto
de Jehová los seguía. Y los hombres
armados iban delante de los sacerdotes
que tocaban las bocinas, y la
retaguardia iba tras el arca, mientras
las bocinas sonaban continuamente.
Y Josué mandó al pueblo, diciendo:
Vosotros no gritaréis, ni se oirá vuestra
voz, ni saldrá palabra de vuestra boca,
hasta el día que yo os diga: Gritad;
entonces gritaréis. Así que él hizo que
el arca de Jehová diera una vuelta

83
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

alrededor de la ciudad, y allí pasaron la


noche. Y Josué se levantó de mañana, y
los sacerdotes tomaron el arca de Jeho-
vá. Y los siete sacerdotes, llevando las
siete bocinas de cuerno de carnero, fue-
ron delante del arca de Jehová, andando
siempre y tocando las bocinas; y los
hombres armados iban delante de ellos,
y la retaguardia iba tras el arca de Je-
hová, mientras las bocinas tocaban
continuamente. Así dieron otra vuelta a
la ciudad el segundo día, y volvieron al
campamento; y de esta manera hicieron
durante seis días. Al séptimo día se le-
vantaron al despuntar el alba, y dieron
vuelta a la ciudad de la misma manera
siete veces; solamente este día dieron
vuelta alrededor de ella siete veces. Y
cuando los sacerdotes tocaron las boci-
nas la séptima vez, Josué dijo al pueblo:
Gritad, porque Jehová os ha entregado
la ciudad. Y será la ciudad anatema a
Jehová, con todas las cosas que están en
ella; solamente Rahab la ramera vivirá

84
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

con todos los que estén en casa con ella,


por cuanto escondió a los mensajeros
que enviamos. Pero, vosotros guardaos
del anatema; ni toquéis, ni toméis algu-
na cosa del anatema, no sea que hagáis
anatema el campamento de Israel, y lo
turbéis. Mas toda la plata y el oro, y los
utensilios de bronce y de hierro, sean
consagrados a Jehová, y entren en el te-
soro de Jehová. Entonces el pueblo
gritó, y los sacerdotes tocaron las boci-
nas; y aconteció que cuando el pueblo
hubo oído el sonido de la bocina, gritó
con gran vocerío, y el muro se derrum-
bó. El pueblo subió luego a la ciudad,
cada uno derecho hacia adelante, y la
tomaron. Y destruyeron a filo de espada
todo lo que en la ciudad había; hombres
y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los
bueyes, ovejas, y los asnos”.

Hubo en medio de ellos un hombre que no obede-


ció las instrucciones, y pagó con su vida, la de su
familia y aún el ganado que le pertenecía, su nombre
fue Acán.
85
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

“Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto


que yo les mandé; y también han tomado del anatema,
y hasta han hurtado, han mentido, y aun lo han guar-
dado entre sus enseres”. Josué 7:11

“Y Acán respondió a Josué diciendo:


Verdaderamente yo he pecado contra
Jehová el Dios de Israel, y así y así he
hecho. Pues vi entre los despojos un
manto babilónico muy bueno, y doscien-
tos siclos de plata, y un lingote de oro
de peso de cincuenta siclos, lo cual
codicié y tomé; y he aquí que está
escondido bajo tierra en medio de mi
tienda, y el dinero debajo de ello.

Josué entonces envió mensajeros, los cuales fueron


corriendo a la tienda; y he aquí estaba escondido en su
tienda, y el dinero debajo de ello. Y tomándolo de en
medio de la tienda, lo trajeron a Josué y a todos los
hijos de Israel, y lo pusieron delante de Jehová.
Entonces Josué, y todo Israel con él, tomaron a
Acán hijo de Zera, el dinero, el manto, el lingote de
oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnos, sus
ovejas, su tienda y todo cuanto tenía, y lo llevaron to-

86
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

do al valle de Acor. Y le dijo Josué: ¿Por qué nos has


turbado? Túrbete Jehová en este día. Y todos los israe-
litas los apedrearon, y los quemaron después de
apedrearlos”. Josué 7:20-25
¡Qué importante es matricularse en la Escuela del
Carácter, seguir instrucciones y obedecerlas!
Elías, profeta del Señor, encontró que el arroyo en
donde él bebía agua se había secado. Dios le habló y
le dijo que fuera a donde una viuda para que lo alimen-
tara. Imagino que Elías habrá pensado que era una
viuda millonaria. Cuando llegó, la viuda estaba a
punto de morir de hambre, sólo le quedaba para hacer
una torta.
¿Sabes qué? Dios no llega tarde. Observa que aquí
está explícita la enseñanza, cuando el profeta le da
instrucciones a la viuda: “Prepárame una torta a mí
primero, debajo de las cenizas”.
La viuda siguió las instrucciones y obedeció. Luego,
no le faltó nada. Piensa por un momento si la viuda no
hubiese obedecido: hubiera muerto de hambre.
No evadas la Escuela del Carácter, sigue instruccio-
nes y obedece. A continuación lee algunas de las
instrucciones de Dios:

87
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Persona Instrucción Escritura

Adán De todo árbol podrás comer… Génesis 2:16-17

Abraham Dame tu hijo… Génesis 22:2-12

Moisés Golpea la peña... Génesis 17:6

Josué Nunca se apartará Josué 1:8


de tu boca este libro…

La viuda Busca vasijas, no pocas… 2 Reyes 4:1-7

Pedro Tira las redes… Lucas 5:4-11

Ciego Véte y lávate… Juan 9:6-11

Leprosos Muéstrense al sacerdote... Lucas 17:12-19

Sólo los formados en la Escuela del Carácter


siguen instrucciones y obedecen. El Apóstol Juan re-
vela lo importante que es en el libro de 1 Juan 2: 3-4:

“Y en esto sabemos que nosotros


le conocemos, si guardamos sus
mandamientos. El que dice:
Yo le conozco, y no guarda sus
mandamientos, el tal es mentiroso
y la verdad no está en él”.

88
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Guardar sus mandamientos no es otra cosa que


seguir instrucciones. Quiero mostrarte que no importa
lo que tú estés esperando, hay instrucciones de Dios
para ti:

1. SALVACIÓN DEL ALMA


Romanos 10:9 nos da las instrucciones:

“… que si confesares con tu boca que


Jesús es el Señor, y creyeres en tu cora-
zón que Dios le levantó de los muertos,
serás salvo”.

2. SALUD

“Porque de cierto os digo que


cualquiera que dijere a este monte:
Quítate y échate en el mar, y no dudare
en su corazón, sino creyere que será
hecho lo que dice, lo que diga le será
hecho. Por tanto, os digo que todo
lo que pidiereis orando, creed que
lo recibiréis, y os vendrá”.
Marcos 11:23-24

89
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

“Porque son vida a los que las hallan,


y medicina a todo su cuerpo”.
Proverbios 4: 22

3. PROSPERIDAD

“Traed todos los diezmos al alfolí y ha-


ya alimento en mi casa; y probadme
ahora en esto, dice Jehová de los
ejércitos, sino os abriré las ventanas de
los cielos, y derramaré sobre vosotros
bendición hasta que sobreabunde”.
Malaquías 3:10

“Dad, y se os dará; medida buena,


apretada, remecida y rebosando
darán en vuestro regazo; porque
con la misma medida con que medís,
os volverán a medir”.
Lucas 6:38

“Pero esto digo: El que siembra


escasamente, también segará escasa-
mente; y el que siembra generosamente;
generosamente también segará. Cada

90
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

uno dé como propuso en su corazón: no


con tristeza, ni por necesidad, porque
Dios ama al dador alegre. Y poderoso es
Dios para hacer que abunde en vosotros
toda gracia, a fin de que, teniendo siem-
pre en todas las cosas todo lo suficiente,
abundéis para toda buena obra”.
2 Corintios 9:6-8

“Honra a Jehová con tus bienes, y con


las primicias de todos tus frutos; y serán
llenos tus graneros con abundancia,
Y tus lagares rebosarán de mosto.
No menosprecies, hijo mío el castigo de
Jehová, Ni te fatigues de su corrección”.
Proverbios 3:9-11

4. MATRIMONIOS
Esposo:

“Maridos, amad a vuestras mujeres, y


no seáis ásperos con ellas”.
Colosenses 3:19

91
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

“Vosotros, maridos, igualmente,


vivid con ellas sabiamente, dando honor
a la mujer como a vaso más frágil,
y como a coherederas de la gracia de
la vida, para que vuestras oraciones
no tengan estorbo”.
1 Pedro 3:7
Esposa:
“Asimismo vosotras, mujeres, estad su-
jetas a vuestros maridos; para que
también los que no creen a la palabra,
sean ganados sin palabras por
las conductas de sus esposas”.
1 Pedro 3:1

5. PADRES
“Instruye al niño en su camino,
y aún cuando fuere viejo no
se apartará de él”.
Proverbios 22:6
“Padres, no exasperéis a vuestros hijos,
para que no se desalienten”.
Colosenses 3:21

92
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

“Y vosotros, padres, no provoquéis


a ira a vuestros hijos, sino criadlos en
disciplina y amonestación del Señor”.
Efesios 6:4

6. HIJOS
“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros
padres, porque esto es justo. Honra a tu
padre y a tu madre, que es el primer
mandamiento con promesa; para
que te vaya bien, y seas de larga
vida sobre la tierra”.
Efesios 6:1-3

7. JEFES
“Amos, haced lo que es justo y recto con
vuestros siervos, sabiendo que también
vosotros tenéis un Amo en los cielos.
Perseverad en la oración, velando en
ella con acción de gracias”.
Colosenses 4:1-2
“Y vosotros, amos, haced con ellos lo
mismo, dejando las amenazas, sabiendo
que el Señor de ellos y vuestro está en

93
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

los cielos, y que para él no hay acepción


de personas”. Efesios 6:9
“Pero sus negocios y ganancias serán
consagrados a Jehová; no se guardarán
ni se atesorarán, porque sus ganancias
serán para los que estuvieren delante de
Jehová, para que coman hasta saciarse,
y vistan espléndidamente”.
Isaías 23:18

8. EMPLEADOS

“Siervos, obedeced en todo


a vuestros amos terrenales, no sirviendo
al ojo, como los que quieren agradar
a los hombres, sino con corazón
sincero, temiendo a Dios”.
Colosenses 3:22-25

“Siervos, obedeced a vuestros amos


terrenales con temor y temblor,
con sencillez de vuestro corazón, como a
Cristo; no sirviendo al ojo, como los que
quiere agradar a los hombres, sino co-
mo siervos de Cristo, de corazón

94
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

haciendo la voluntad de Dios;


sirviendo de buena voluntad, como
al Señor y no a los hombres, sabiendo
que el bien que cada uno hiciere, ése re-
cibirá del Señor, sea siervo o sea libre”.
Efesios 6: 5-8
“Exhorta a los siervos a que se sujeten
a sus amos, que agraden en todo,
que no sean respondones; no
defraudando sino mostrándose fieles
en todo, para que en todo adornen
la doctrina de Dios nuestro Salvador”.
Tito 2:9-10

9. EN DEBILIDAD
“Forjad espadas de vuestros azadones,
lanzas de vuestras hoces; diga el débil:
fuerte soy”. Joel 3:10
Lo que antecede a todo milagro, es seguir las ins-
trucciones y obedecerlas. Toma hoy la decisión de
poner énfasis en lo interno, buscando a Dios con todo
tu corazón y siguiendo sus instrucciones en obedien-
cia. De esta manera estás matriculado en la Escuela del
Carácter.

95
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

96
CAPÍTULO 7

La fe sin obra se muere,


es hora de actuar
U n hombre sabio tenía un ayudante el cual desea-
ba aprender, un día llegaron a una provincia muy
pobre, en donde conocieron un hombre, su esposa y
sus cinco hijos.
El sabio entrevistó a aquel hombre, e indagó sobre
lo que hacía y a qué se dedicaba para sobrevivir. El
hombre le explicó que ellos poseían una vaca de la
cual tomaban leche y el resto la vendían.
Al salir de la provincia el hombre sabio le dijo a su
aprendiz: “Esta noche vuelve a la casa de aquel hom-
bre y mata la vaca”. Éste no entendió dicha
instrucción, pero de todos modos obedeció.
Al cabo de un tiempo la conciencia de aquel ayu-
dante no lo dejaba tranquilo, pues desconocía qué le
había sucedido a aquella familia al haber perdido la

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LA ESCUELA DEL CARÁCTER

vaca de la cual procedía todo su sustento. No aguan-


tando más el remordimiento decide regresar a confesar
su pecado, pedir disculpas y reparar el daño.
Al regresar se da cuenta que todo en aquella pro-
vincia había cambiado, y el aspecto de todo era
diferente, en lugar de una vieja casa, ahora existía una
lujosa residencia.
Se acerca a aquella nueva casa, pensando que aque-
lla familia lo había perdido todo. Al tocar a la puerta
se asombra al ver que aquel mismo hombre pobre, es
ahora el gran señor que responde a la puerta. El hom-
bre con expresión de agrado reconoce al ayudante y
antes de que el hombre pudiera decir nada éste le pre-
gunta: “¿Cómo es posible que disfruten de esta
bendición?”. A lo cual el hombre responde: “¿Recuer-
da usted el día en que nos visitó junto a aquel hombre
sabio, y recuerda también la vaca que era nuestro úni-
co sustento? Si supiera que esa noche la vaca, cayó por
un risco y murió. Al percatarme de lo ocurrido, me di-
rigí a la ciudad y allí me encontré con viejos amigos
que me hablaron de nuevas oportunidades de nego-
cios, y aquí usted puede ver los resultados. ¡Gloria a
Dios que la vaca se murió!”.

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LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Entonces el joven ayudante, se dio cuenta que el


hombre sabio no deseaba hacerle daño a aquella fami-
lia, mas bien mostrarle que podían hacer cosas grandes
si sólo renunciaban al conformismo.
Y ahora yo te digo: “¡Mata la vaca!”.
Manos a la obra; es hora de actuar. Toma la deter-
minación de un cambio hoy. Basta ya de vivir en la
carne y en los deseos de la mente, es tiempo de morir
a todo eso y comenzar una nueva vida en Cristo Jesús,
viviendo en el Espíritu.
Job 22:28 dice:

“Determinarás asimismo una cosa,


y te será firme, y sobre tus caminos
resplandecerá luz”.

Tristemente, ante el llamado que Dios nos hace a


matricularnos en la Escuela del Carácter, encontramos
personas excusándose. Las excusas son los clavos en
un edificio de fracasos.
Todo lo que hace falta es una buena excusa para
que muchos no hagan nada. El peor enemigo de una
persona y su fe es la excusa. Fe sin obra se muere. Hoy
es día de trabajar con tu carácter, de mejorar, porque

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LA ESCUELA DEL CARÁCTER

precisamente ahí se encuentra la clave para que todo lo


externo cambie.
Un padre llevó a su hijo a su oficina porque no te-
nía quien lo cuidara ese día. Allí pensó que le podía
dar una tarea complicada al niño, con el propósito de
que éste tardara suficiente tiempo, para él poder traba-
jar. Observó que encima del escritorio había una
revista que a página completa contenía el mapa del
mundo. Se le ocurrió hacer un rompecabezas de dicha
lámina, y llamó a su hijo, dándole la tarea de ordenar
el mundo. Se fue pensando que el niño tardaría mucho
por lo complicado del asunto. Para sorpresa del padre,
el niño regresó a los diez minutos con la tarea realiza-
da a la perfección. El padre asombrado le preguntó:
“¿Cómo pudiste hacer algo tan difícil en tan corto
tiempo?”. A esto el niño respondió: “Le di la vuelta al
rompecabezas y vi que detrás estaban las figuras de un
hombre y una mujer. Los ordené a ellos y el mundo se
arregló”.
¡Qué gran verdad! Cuando el hombre se ordena, el
mundo se ordena. Pon manos a la obra, tienes derecho
a prosperar, a conocer la verdad y el propósito para el
cual Dios te creó. Tienes derecho a experimentar emo-
ciones y satisfacciones positivas, a vivir una vida

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LA ESCUELA DEL CARÁCTER

simple y sin confusiones, a la libertad, a la salud, al


gozo, a realizar todos tus sueños, a crecer en Sus do-
nes, a ser creativo y a ser feliz. Por eso y mucho más,
es importante que no pongas excusas; porque es hora
de actuar.
Cuesta ser diferente, especialmente cuando muchos
se satisfacen con confundirse entre la mayoría. Es ho-
ra de movernos a pagar el precio de un carácter
formado. No cuestiones el precio, porque no se paga
un gran precio por un buen matrimonio, sino que se
paga un muy alto precio por un mal matrimonio.
Para muchos es más fácil dejar las cosas tal como
están. Deciden ir hacia donde va la muchedumbre,
aunque no conozcan el destino. Fórmate hoy en la
Escuela del Carácter.
Luego de una noche de oración y después de los
discípulos haber zarpado mar adentro, Jesús decidió
caminar sobre las aguas en medio de una tormenta. Pe-
dro le vio desde lejos pero no logró identificarlo
totalmente. Entonces le dice: “Maestro si eres tú, man-
da a que yo vaya”, a lo que Jesús respondió: “Ven”.
Sabemos que Pedro caminó sobre las aguas, y también
sabemos que comenzó a hundirse en el momento que
miró la tempestad.

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LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Mucho se habla de cómo y porqué se hundió, pero


poco se dice que Pedro fue el único que caminó sobre
las aguas. Los demás se quedaron en su zona de como-
didad. Sólo Pedro disfrutó de seguir las instrucciones
y obedecerlas. Le tomó una decisión y olvidarse de lo
que los demás dijeran.
Puedo imaginarme a los demás diciéndole a Pedro:
“Nunca nadie antes lo ha hecho, es imposible. Quéda-
te en lo seguro, ten cuidado”. Pero, por encima de todo
eso Pedro se lanzó confiado en la Palabra de Jesús.
Te invito hoy a confiar en Su Palabra y vivir en el
Espíritu. No cedas a la tentación de la carne la cual na-
da aprovecha.
El Apóstol Pablo le escribió a Tito y le dijo que te-
nemos que ser dueños de nosotros mismos. David dijo
en el Salmo 37:27:

“Apártate del mal, y haz el bien,


y vivirás para siempre”.

Estoy seguro que después de estos siete capítulos te


has matriculado en la Escuela del Carácter. Pero de es-
ta escuela nunca debes darte de baja, pues es
necesaria para vivir en victoria aquí en la Tierra.

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LA ESCUELA DEL CARÁCTER

I.
Uno matriculado en la Escuela del Carácter es
aquel que ha aprendido a vivir, intensamente, cada
momento de su vida; es el que vive el HOY.
Una niña se acerca a su padre y le pregunta:
- ¿Es posible vivir un año sin pecar?
- No hija, es imposible vivir un año sin pecar.
Al rato vuelve la niña y le pregunta:
- ¿Es posible vivir un mes sin pecar?
- No hija, es imposible, todos pecamos.
- Papá, ¿es posible pasar una semana sin pecar?
- No hija, es imposible. Lamentablemente, aún es
mucho tiempo.
- ¿Será posible - preguntó la niña - pasar un día sin
pecar?
El padre, triste, le respondió:
- No hija no creo que se pueda pasar un día
sin pecar.
Volvió la niña y en tono insistente preguntó:
- ¿Papá se podrá pasar una hora sin pecar?

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LA ESCUELA DEL CARÁCTER

El padre pensó por un rato, y luego admitió que ni


aun por una hora se podía dejar de pecar.
En un último intento la niña preguntó:
- ¿Papi, se podrá pasar un minuto sin pecar?
El padre sonrió, y le dijo:
- Sí, hija mía, se puede pasar un minuto sin pecar.
A lo cual la niña respondió:
- Pues entonces vivamos la vida minuto a minuto y
jamás pecaremos.
El ayer ya pasó, el futuro es visión, sólo el presen-
te es determinante. Un hoy bien vivido hará de tu ayer
una bendición, y de tu mañana una victoria segura.

II.
Uno matriculado en la Escuela del Carácter es
aquel que torna sus ojos a Dios.
Salmo 121:1-2

“Alzaré mis ojos a los montes;


¿de dónde vendrá mi socorro?,
mi socorro viene de Jehová,
que hizo los cielos y la tierra”.

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LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Cuando estás matriculado en la Escuela del


Carácter, nada en lo natural es final para ti porque
sabes que si lo puedes ver, es pasajero.
2 Corintios 4:18

“No mirando, nosotros, las cosas que


se ven, sino las que no se ven; pues
las cosas que se ven son temporales,
pero las que no se ven son eternas”.

Si lo puedes ver, tranquilo, tranquila; eso pasará.

III.
Uno matriculado en la Escuela del Carácter es
aquel que cuando lo persiguen y vituperan, aun sin-
tiendo emociones internas negativas, canaliza esas
emociones poniéndolas en las manos del Señor, y per-
mitiéndole obrar.
Santiago 1:19-20

“Por esto, mis amados hermanos, todo


hombre sea pronto para oír, tardo para
hablar, tardo para airarse; porque la ira
del hombre no obra la justicia de Dios”.

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LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Jesús, el maestro de los principios espirituales lo


dijo así:
Mateo 5:10-12

“Bienaventurados los que padecen


persecución por causa de la justicia,
porque de ellos será el reino de los
cielos. Bienaventurados sois cuando
por mi causa os vituperen y os persigan,
y digan toda clase de mal contra voso-
tros, mintiendo. Gozaos y
alegraos, porque vuestro galardón es
grande en los cielos”.

El Señor dijo, gozaos y alegraos, que es lo contra-


rio a lo que hacen los que se han dado de baja de la
Escuela del Carácter. Gózate no por las pruebas, sino
porque actuar correctamente te dará la victoria segura.

IV.
Uno matriculado en la Escuela del Carácter es
aquel que tiene pensamientos sólidos.

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LA ESCUELA DEL CARÁCTER

3 Juan 2

“Amado, yo deseo que tu seas prospera-


do en todas las cosas, y que tengas
salud, así como prospera tu alma”.

Una vez reconozcas en tu espíritu la verdad de esa


Palabra, vive por ella; no permitiendo que pensamien-
tos negativos te detengan.
2 Corintios 10:3-5

“Pues aunque andamos en la carne,


no militamos según la carne; porque
las armas de nuestra milicia no
son carnales, sino poderosas en Dios
para la destrucción de fortalezas,
derribando argumentos y toda altivez
que se levanta contra el conocimiento de
Dios, y llevando cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo”.

Lleva cautivo todo pensamiento carnal a la


obediencia a Cristo.

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LA ESCUELA DEL CARÁCTER

V.
Uno matriculado en la Escuela del Carácter es
aquel que sus confesiones son sólidas.
Marcos 11:23

“Porque de cierto os digo que cualquie-


ra que dijere a este monte: Quítate y
échate en el mar, y no dudare en su co-
razón, sino, creyere que
será hecho lo que dice, lo que
diga le será hecho”.

El matriculado en la Escuela del Carácter, vive ca-


da momento intensamente, torna siempre sus ojos a
Dios, se goza en medio de las dificultades, y tiene pen-
samientos y confesiones sólidas.
Es tiempo de matricularse en la Escuela del Carác-
ter. A todos los que ya se matricularon, continúen
creciendo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la
fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón per-
fecto, a la medida de la estatura de la plenitud de
Cristo.
Concluyo con una historia que sé te bendecirá:

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LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Un Samurai entró a un convento donde un monje


sabio hacía sus meditaciones y lo interrumpe para ha-
cerle una pregunta. El Samurai con sus espadas señala
al monje y le pregunta: “¿Quiero saber cómo es el cie-
lo y cómo es el infierno?”.
El monje sabio lo mira a los ojos y comienza a in-
sultar al Samurai, hablándole de sus hijos, esposa,
familia, diciéndole que no valía nada, que su vida era
un desastre, y entre otras cosas, que era un cobarde
vestido de Samurai. El Samurai no podía creer lo que
estaba escuchando de los labios del monje, y con cada
palabra que escuchaba, se enojaba más y más, hasta
que no pudo aguantar. Estaba sumamente enojado; al
borde de la desesperación. En su ira tomó al monje y
con su espada se proponía cortarle la cabeza. Cuando
el monje vio sus ojos desorbitados, su cara deformada,
y lleno de ira; antes que lo matara, le dijo al Samurai:
“¡Ese, es el infierno!”.
Cuando el Samurai se dio cuenta del mensaje, cayó
de rodillas, llorando arrepentido, a lo cual el monje
volvió a decir: “¡Ese es el cielo!”.
Mi amado hermano, hermana, te digo, que hoy
puedes escoger entre el infierno o el cielo. En este

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LA ESCUELA DEL CARÁCTER

libro te he mostrado el cielo, y la manera de alcanzar-


lo matriculándote en la Escuela del Carácter.
En esta vida sólo a ti te corresponde escoger entre
el cielo o el infierno. ¡Te felicito porque sé que has es-
cogido la vida, para que vivas tú y viva tu
descendencia!
Deseo orar por cualquiera sea tu petición. Además,
permíteme saber que estás matriculado junto a mí, en
la Escuela del Carácter.
Por favor, envíame tu aplicación a través del testi-
monio de lo que este libro ha significado en tu vida.
Puedes escribirme a:
Rev. Robert Gómez
PO Box 1528
Vega Baja, PR 00694
También al correo electrónico:
[email protected]

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POEMA

La Escuela del Carácter


POR ANÍBAL GÓMEZ

C on la serie de enseñanzas que nos predicó el


Pastor de la escuela del carácter a todos nos
ayudó. Él cubrió todas las áreas del comportamiento
humano, trayendo revelación a toditos los hermanos.

Nos predicó del carácter y de cómo comportarnos,


para recibir bendición durante todito el año.
Nos habló de la familia, de cómo yo puedo aportar
trayendo felicidad en el grupo familiar.

Nos predicó de la fe, que todos debemos tener,


y al enfrentar un problema con ella poder vencer.
Me exhortó por la Palabra cómo es que debo de orar,
meditando la Palabra lograré así prosperar.

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LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Me enseñó que es un mandato darle el diezmo al Señor


y al ofrendar correctamente me cubrirá con su amor.
A los hombres exhortó a ser mejores esposos
y a las damas igualmente que se llenarán de gozo.

Cómo tratar a los hijos en sus distintas edades,


también a ellos les pido obediencia hacia los padres.
Cubrió el área de negocios en toditos los niveles.
para que pueda disfrutar sin dormirme en los laureles.

Nos habló de la salud, cómo cuidar nuestro cuerpo


Para mantenernos sanos sin tener que dar pretextos.
Me explicó extensamente qué Dios espera de mí,
lo que yo tengo que hacer para así vivir feliz.

Como les dije al principio cubrió toditas las áreas,


también habló del perdón de olvidar las represalias.
Son un manjar delicioso todas sus predicaciones,
de la Escuela del Carácter en todas sus expresiones.

112
LA ESCUELA DEL CARÁCTER

Somos mejores cristianos, que subimos de nivel,


para que cosas más profundas las podamos comprender.
Fue tanto lo que aprendí, y tanto lo que me falta,
que bendigo a mi Pastor por traernos la Palabra.

Con la Escuela del Carácter


yo recibí un doctorado.
Gracias, Pastor, le bendigo
por estar siempre a mi lado.

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Datos del autor

D esde 1992, el Reverendo Robert Gómez pastorea


la Iglesia Fuente de Agua Viva, en la ciudad de
Vega Baja, Puerto Rico. Es Apóstol dentro del Conci-
lio Fuente de Agua Viva Internacional, donde también
funge como secretario. Entre sus logros se encuentra
haber levantado el segundo Pabellón de la Fe, con ca-
pacidad para 1,200 personas, además de ser supervisor
de varias iglesias en Puerto Rico y Estados Unidos.
También es presidente y fundador de Fountain Chris-
tian Bilingual School, Inc., cadena de colegios
privados alrededor de la Isla.
El Apóstol Gómez posee uns Maestría en
Religión del “New Life Community College” y esta
culminando un Doctorado en “Doxa University”. Se
destaca como un fogoso predicador de la Palabra. Es
reconocido en toda la Isla por sus programas de
televisión “La Voz de Fe”, “El ejército de la Fe” y “Él
dice, Ella dice”, el cual coanfitriona junto a su esposa.
El Apóstol Robert Gómez está felizmente casado
con Marta Ramírez desde hace 20 años, y es padre de
tres hermosas niñas: Marta Nicole, Victoria Zoe y
Andrea Sofía.
Además de pastorear, ofrece seminarios de
motivación, capacitación y liderazgo a diversas
organizaciones que contratan sus servicios.
Si desea más información sobre predicaciones,
estudios o enseñanzas del Rev. Robert Gómez, puede
comunicarse a:

Iglesia Fuente de Agua Viva Vega Baja


787-855-3500
PO Box 1528, Vega Baja, Puerto Rico 00694
[email protected]

Visita nuestra página en el Internet


www.pastorrobertgomez.org

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