Monografía Nayarit
Monografía Nayarit
Monografía Nayarit
ENTREGA LO MEJOR DE SU
ALMA
ARTISTICA EN LA MUSICA DE LOS
MARIACHEROS, (CONJUNTO DE
GUITARRAS Y VIOLINES) QUE
ACOMPAÑA A LOS EJECUTANTES
DE LOS SONES DE TARIMA O
POTORRICOS.
HISTORIA
Simón Elías, conocido como “el pony”, integrante del mariachi tradicional, fue
quien le dio realce a los sones mestizos.
Estos bailes fueron traídos a México por los españoles primero y por los
soldados del ejército invasor después y popularizándose por todo el país en la
etapa revolucionaria.
Los sones mestizos nayaritas surgidos en el primer tercio del siglo
XIX, han conservado hasta nuestros días ese estilo tan peculiar que asocia el
zapateado de gran dificultad y hace referencia al medio, en especial a la
fauna, ya que a principios del siglo XIX se popularizaron sones con nombres
de animales cuyo movimiento los bailarines imitaban, tales como el son del
Buey y el son de tarima.
Así, los sones potorricos propios para bailar con machetes, los de
tarima para zapateadores y los de morisma para bailar con cuchillos.
ORIGEN
PRINCIPALES BAILES
Sones Pausados.
ACTUALIDAD
Los sones mestizos más conocidos son los que a través de diversos grupos
se ha logrado reunir y difundir por diferentes partes de la República y el
Extranjero, como los siguientes:
EL JILGUERO Minuet.
EL CARBONERO Vals.
COREOGRAFIA
INSTRUMENTOS
INDUMENTARIA
El machete fue, y aún es, usado por los hombres de campo para
sus faenas de desmonte en la labranza; estos aditamentos han sido un
elemento inseparable de los campesinos, los más comúnmente
utilizados son el
machete “guango” o
“lengua de vaca”, por
ser de una hoja larga y
ancha muy flexible, y
el de “desmonte”, que
es un poco más corto
y de hoja más firma;
hay un machete corto
que termina en la punta en forma de letra “C”, al que le dan el nombre de
“casanga”, por el fin para el que sirve, pues es utilizado comúnmente para
bailar, es el machete de No. 10, llamado generalmente machete de
desmonte, cuenta con una gran sonoridad, ideal para el lucimiento de
golpeteo de éstos. Con este último, es con el que en Nayarit bailan los
sones llamados potorricos.
El holán de hombro a
hombro plisado, adornado
en sus puntas con encaje,
el que antiguamente se
hacía a mano en punto de gancho con hilo crochet; cuello alto y redondo,
adornado también con encaje generalmente de color blanco o contrastante
con color de la blusa o blusón como generalmente sw le nombra, por el
hecho de que, de la cintura sale un holán floreado formando un faldón de
unos quince o veinte centímetros, rematado en su punta con encaje o
bolillo; la pechera de la blusa lleva del centro del cuello, al borde del
algodón, una jareta adornada en sus lados con encaje y al centro con
botones, esta blusa es cerrada al frente, con la botonadura o cierre, o
botones en la espalda.
La falda es amplia, en cuchillas, es de tela de algodón estampado en
flores de color, en la parte inferior lleva un holán doble, el que, en su
parte interior, es del color de la blusa.
Complementa su ropa
interior con la calzonera estilo de mediado del siglo XIX, de pierna
larga y abombada con adornos de encaje o drapeados, y no faltan
entre sus adornos, el abanico de palma de la región, calzando botas
Adelita, con botonadura de jareta al frente.
Los sones mestizos siempre son acompañados por el mariachi llamado
tradicional, ya que éste no incorpora las trompetas como en la mayoría de
los mariachis de Jalisco, sino únicamente cuenta con instrumentos de
cuerda como en un principio.
UTILERÍA
Las mujeres que iban al río portaban un cántaro de
barro para recoger el agua.
La zafra cañera inicia con el son del jilguero, donde los campesinos muestran
cómo cosechaban el producto para llevarlo a procesar, sin embargo, este proceso
dejaba muy tiznada las prendas de los hombres, pues debido a la quema de la
caña, se ensuciaban la vestimenta.
De ahí, se procede con las aguadoras, eran mujeres que iban a recoger el agua
para poder lavar la ropa de los campesinos. Posterior a ello, se convertían en
lavanderas, cada mujer lavaba la ropa de su marido.
REPERTORIO:
2. AGUADORAS.
Dedicado al barrio de Acayapan, de la colonia El Naranjal, de la ciudad de Tepic,
Nayarit, donde las mujeres realizaban sus labores domésticas del hogar como ir al
río por agua, por lo que
atendiendo a las
costumbres del barrio que
les ocupaba, surgían
bailables dedicados a
destacar cada uno de
éstas.
3. LAVANDERAS.
Así mismo, nace el baile de las “Lavanderas”, que observa las mismas
características del anterior, y se origina, por la costumbre de la mujer de lavar
todos los días en el
arroyo, como se
originan muchos
bailes más,
obedeciendo a este
aspecto de la vida
humana.
5. SON DE MALDITOS.
Son de malditos: son dedicado a Don Daniel Pulido Escareño, en el cuál éste
personaje hizo la petición presentarlo en escenario al maestro Ángel Andrade
Rivas, quien cuenta la versión de este son. Se trata del enfrentamiento de dos
hombres, a través de la habilidad de cuchillos, para la conquista de una mujer.
Don Trinidad Ríos Aguayo se sabía los versos del Son del Limoncito, pero sólo se
rescataron 3 de los versos que hoy en día son los más conocidos.
PRIMER VERSO:
El limón debe ser verde para que tiña morado,
el limón debe ser verde para que tiña morado,
el amor para que dure ha de ser disimulado,
el amor para que dure ha de ser disimulado, limoncito limoncito…
SEGUNDO VERSO:
De tu ventana a la mía me aventaste un limón,
de tu ventana a la mía me aventaste un limón,
el limón me dio en la cara y el zumo en el corazón,
el limón me dio en la cara y el zumo en el corazón, limoncito limoncito…
TERCER VERSO:
Limoncito limoncito pendiente de una ramita,
limoncito limoncito pendiente de una ramita,
dame un abrazo apretado y un beso de tu boquita,
dame un abrazo apretado y un beso de tu boquita, limoncito limoncito.
7. SON DE CORREAS.
Correas: Es un son interpretado por el señor Daniel Pulido Escareño, músico
nacido en la comunidad de Jalcocotán, Nayarit. Dentro de los sones que podemos
mencionar se encuentran: son de malditos, son del Pugueño, son del cora, el as,
el platanero, el arrebato, la huicholita y un sinfín de melodías que se desconoce su
nombre. Mencionaba él que le tocó vivir la época de los cristeros donde le tocó
presenciar peleas de habilidad con el floreo especial del machete de lengua de
vaca, donde lo primordial era golpear al contrincante al cuerpo, no cortar, porque
el golpe tenía que ser de canto. Y el que golpeaba más era el vencedor y las
damas admiraban más al hombre con dicha habilidad.