Ensayo
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Ensayo
Sede: La Serena
Docente: Camilo Sepulveda
Alumno: Franco Ibaceta
“La música es algo espiritual. Puedes hipnotizar a la gente con la música y cuando
los tengas en su punto más débil, puedes predicar a sus subconscientes lo que deseas
decirles” (Hendrix, 1969) así lo definía uno de los músicos más prolíficos de la época
refiriéndose al poder de la música para influir en nuestras mentes, como una simple
melodía tenía la capacidad de cambiar nuestro estado de ánimo, la forma en la que
pensamos y hasta lo que recordamos.
La música es un patrón regular de ruido que depende de su fuente, el timbre y armonía para
atrapar nuestra atención. La música puede provocar emociones positivas como la alegría,
las risas, conducir a un recuerdo; en contraste, una canción que nos recuerda a una ex pareja
puede generar palpitaciones, sudoración, estremecimiento asociadas a emociones negativas
como el enojo y la sensación de dolor.
En el presente ensayo se relacionara la manera en que interpretamos la expresión musical
cuando se crea una conexión entre la música y el sujeto, su relación con los procesos
psicológicos entendiéndose según Ballesteros (1998) como: “Elementos que permiten
comprender y explicar las representaciones mentales que subyacen a la conducta” (p.19).
Serán abordados los procesos de sensación, percepción, atención, memoria, pensamiento y
lenguaje, donde reconoceremos la forma en que se involucra cada uno de ellos en la vida
real de cualquier persona que responde ante el estimulo de una canción que le resulta
agradable.
Hace 2500 años, Pitágoras recetaba a sus alumnos determinadas melodías para armonizar
estados de ánimo negativos o para aliviar las preocupaciones, el desanimo y la ira, también
con el fin conseguir la armonía del alma, y por lo tanto, del cuerpo. Pitágoras creía en las
propiedades curativas de la música, estaba confiado en sus propiedades para mejorar
estados de ánimo. Así la música desde un principio de los tiempos ha influido en nuestro
cuerpo, mente y emociones, permitiendo a la humanidad una forma natural de terapia.
La música actúa a través de sonidos, que si son lo suficientemente intensos nos permiten
experimentar diferentes tipos de sensaciones. La sensación es la activación de los órganos
sensoriales por parte de una fuente de energía física. La acción de oír es el resultado de una
excitación producida por las ondas sobre el sistema auditivo, que se transmite por el
sistema nervioso al cerebro para dar lugar a una imagen aural.
El resultado que provocará en el sujeto siempre dependerá del tipo de estímulo que se les
está dando, cuando una persona escucha una balada romántica, lo esperado es que le
produzca sensaciones vinculadas con el amor, o así mismo con una canción que inspire
alegría, las melodías vienen con cierta intencionalidad de lo que quiere expresar e influir en
la persona, por lo tanto, la música guarda una estrecha relación con nuestras emociones.
Escuchamos música desde la cuna o, incluso, en el período de gestación. Los bebés, en los
primeros meses de vida, tienen la capacidad de responder a melodías antes que a una
comunicación verbal de sus padres. Los sonidos musicales suaves los relajan. Se sabe, por
ejemplo, que niños prematuros que no pueden dormir son beneficiados por los latidos de la
madre o sonidos que los imitan, así el lenguaje va influyendo en la mente desde pequeño
construyéndonos a futuro.
El lenguaje es la comunicación de información por medio de símbolos ordenados de
acuerdo con reglas sistemáticas. Gracias a los sonidos de los padres es que los bebes
empiezan a interactuar y conocer el mundo.
La música no necesariamente requiere de un lenguaje con contenido lirico para transmitir
un mensaje, solo basta de una armonía que introduzca algún estado de ánimo en el sujeto y
según como él lo interprete para darle significado, a lo que llamamos la habilidad de
percepción.
La percepción es la clasificación, interpretación, análisis e integración de los estímulos por
parte de los órganos sensoriales y el cerebro para darle significado, lo que induce a la
experiencia musical. La música influye en la forma en que percibimos el mundo
De forma inesperada escuchas una canción que inmediatamente te agrada, crea o activa un
vínculo entre el sujeto y la canción, luego sientes un escalofrío que recorre tu cuerpo
erizando la piel producida por la intensa experiencia disparando las reacciones del sistema
nervioso. Mientras algunos impulsos nerviosos llegan al corazón y lo hacen latir más
rápido, otros van a los músculos de la piel, lo que los tensa y ponen el pelo de punta.
La forma en que agrupamos los sonidos depende de nuestras expectativas, que se hallan en
relación con nuestros conocimientos musicales; además, debido a que la polisemia es una
característica del arte, siempre podremos encontrar nuevas formas de agrupación,
encontrar un significado de los tantos posibles que se adapte para que nos identifique,
detrás de la evidente unidad de una “experiencia musical” hay una multiplicidad de
componentes, y es precisamente la asociación de esos componentes extremadamente
diversos lo que le da vida. La magia de la experiencia musical está en que asociando
diversos componentes se logra una coherencia especial única, y cuando logran cobrar
significado pasan a la memoria, ahí es donde se almacenan y evocan a que estas
experiencias sean recordadas.
La memoria es un sistema de almacenamiento que guarda, codifica, y recupera la
información para cuando sea necesaria. Cualquier actividad musical involucra a la memoria
escuchar, interpretar, o componer. La memoria musical puede ser entrenada y mejorada,
además distingue dos formas de presentarse, cuando se percibe algo que ha sido
almacenado previamente o una recuperación de toda una secuencia previamente
experimentada.
Un estudio del Hospital universitario Charité de Berlin demostró que la música se retiene
en la memoria de una forma distinta. Una violonchelista de 68 años que había perdido gran
parte de su memoria por una infección cerebral por el virus del herpes, ella no lograba
recordar detalles de su infancia ni de su juventud, ni sus familiares o amigos, sin embargo
era capaz de recordar el nombre del compositor Beethoven, era capaz de distinguir las
piezas que conocía del artista. También reconocía nuevas composiciones presentadas
después de la enfermedad. En pruebas relacionadas con la música sus respuestas no eran
malas, mientras que en los demás test de memoria fracasaba. Los investigadores
concluyeron que el sistema de memoria para la música es algo singular.
Según demuestra el estudio, la memoria musical puede llegar a ser más fuerte que otras
partes de la memoria como la semántica al ser afectado por una enfermedad grave de
pérdida de memoria, estos recuerdos permanecen caracterizando lo especial que puede
llegar a ser la música en las personas, permaneciendo incluso sobre algunos conocimientos
básicos que deberían ser recordados más fácilmente.
La música tiene la capacidad de transportar al pasado, si el sujeto alguna vez se identifico
con cierta música, al escucharla de nuevo puede volver a sentir las mismas sensaciones que
la vez pasada, o incuso mas allá evocar el recuerdo de una situación específica como un
lugar donde estuviste, el vínculo con una persona, o una frase que quedo haciendo ruido, lo
que estimula el pensamiento, y estos a la vez evocan la imagen mental para generar un
recuerdo.
El pensamiento es la manipulación de las representaciones mentales de la información, lo
que nos permite responder preguntas, resolver problemas y alcanzar metas.
La musicoterapia es una terapia alternativa que ayuda a la curación mediante la música,
mejorando y restaurando el funcionamiento físico, cognitivo, emocional y social de las
personas. Y al desarrollo de habilidades necesarias para un buen nivel de lectura, escritura y
lenguaje. Porque el escuchar y expresar ideas musicales incide en la capacidad para
discriminar entre los diferentes, mejorando no sólo la audición y control de la emisión de la
voz sino también desarrollando en el pensamiento la capacidad de reflexión, concentración,
creatividad y control de sí mismo. Como afirma la musicoterapia se puede comprender que
el uso de música para fines como el estudio o solamente pensar pueden ser beneficiosos
para quien lo emplee, creando un ambiente de relajo que estimula la atención y la fluidez
del pensamiento.
La atención según (Sevilla, 1997) es un mecanismo implicado directamente en la activación
y el funcionamiento de los procesos y/u operaciones de selección, distribución y
mantenimiento de la actividad psicológica.
Así lo señala (Carrasco, 2004) en su libro “Cómo educar a tus hijos con la música” el uso
de preferentemente música clásica o tranquila y armoniosa ayuda a la concentración.
Entrega un ambiente de tranquilidad que estimula la atención sostenida del sujeto para
reflexionar siendo beneficiosa para quien la usa. La atención que se le va a prestar a la
música depende del interés y gusto musical de la persona, si no es del agrado la
concentración será de bajo nivel.
Así lo resume el filosofo Platon “La música es para el alma, lo que la gimnasia es para el
cuerpo” enfatizando en la necesidad de contar con la música para entrenar nuestra alma y
mantenerla sana, tal como Pitágoras lo recetaba a sus alumnos para conseguir la armonía
entre alma y cuerpo, ellos hace miles de años lograron reconocer las cualidades que ha
tenido siempre el arte en la humanidad tanto como medio de expresión, como para
entendernos a nosotros mismos como tal, una forma de autodescubrimiento y formación de
la persona, cómo percibe el mundo que lo rodea y como interactúa con el en su viaje por la
cuando se logra una conexión especial con la persona, interactúa principalmente con el
Trabajos citados
Ballesteros. (1998).
Carrasco, M. P. (2004). Como educar a tus hijos con la musica .
Clynes, M. (1982). La música, la mente y el cerebro.
Francisco Marenco, V. M. (2015). Influencia de la música en la concentración. El Salvador.
Hendrix. (1969). Life Magazine .
Sevilla, G. (1997).