Importancia de La Música
Importancia de La Música
Importancia de La Música
La música es una de las expresiones más fabulosas del ser humano ya que logra
transmitir de manera inmediata diferentes sensaciones que otras formas de arte quizás no
pueden. La música es un complejo sistema de sonidos, melodías y ritmos que el hombre
ha ido descubriendo y elaborando para obtener una infinidad de posibilidades diferentes.
Se estima que la música cuenta con gran importancia para el ser humano ya que le
permite expresar miedos, alegrías, sentimientos muy profundos de diverso tipo. La música
permite canalizar esos sentimientos y hacer que la persona aliviane sus penas o haga
crecer su alegría dependiendo del caso.
Parte de lo que nos hace ser humanos es la música. Todas las culturas, desde las
primeras civilizaciones hasta las más actuales, crean música. De hecho los instrumentos
musicales están entre los objetos más antiguos diseñados por el hombre; hay hallazgos
por ejemplo, de flautas de 37 mil años de edad y probablemente aún más antiguas. Si
comparamos esto con el proceso de lectura y escritura que no tiene más de 35 mil años e
incluso hay comunidades que lamentablemente aún no lo practican, podremos darnos una
idea del significado que tiene la música en la evolución de la sociedad.
Hay teorías que indican que la música es el precursor evolutivo del lenguaje, es decir, el
puente entre los gritos y gestos de los primates y nuestra propia comunicación en un
sentido más abstracto.
3. Por último, letra es descifrada por el área de Wemicke, el área de Broca, la corteza
motora, la corteza visual y las zonas correspondientes a las respuestas emocionales.
4.En pocas palabras, la música estimula casi todo nuestro cerebro e influye en el
desarrollo de la inteligencia.
1. Los niños que escuchan música desde muy pequeños, tienen mejores habilidades
verbales, se vuelven más creativos y viven más felices.
6. Expertos afirman que quienes tienen algún tipo de educación musical, tienen mejor
desempeño escolar.
El psicoterapeuta Paul Ekman sugiere que todos los seres humanos compartimos 6
emociones básicas que son la felicidad, la tristeza, la ira, la sorpresa, el asco y el miedo.
Podemos tener educación y lenguas distintas, pero estas emociones nos hacen humanos
y la música nos da la oportunidad de expresarlas. La música nos ayuda a decir las cosas
que no podemos transmitir con palabras. Si sentimos alegría, necesitamos música, si
sentimos tristeza también.
Otra razón de por qué la música es importante es que la misma es un fenómeno que
permite conocer no sólo al individuo o grupo de individuos que la componen sino también
al oyente o a las personas que la disfrutan, pudiendo entonces reconocer sus
preferencias, su tipo de carácter, su forma de expresión o sus preocupaciones debido a
que todos estos elementos se ven plasmados en el estilo musical, en la letra, en la
melodía, etc. Así, la música puede ser fácilmente un símbolo cultural que establece
estándares no sólo individuales si no también sociales respecto de los grupos que siguen
a tal o cual música y que ven en ella representadas sus características más relevantes.
La música debe aprenderse desde la más tierna infancia, pues el cerebro de los niños
está en desarrollo y es el momento perfecto para fomentar hábitos positivos. Entre más
variedad de música escuchen y aprendan, más versatilidad de géneros les gustarán, al
llegar a la edad adulta.
Finalmente, hay un elemento social en la música. Disfrutamos de ella por la misma razón
que nos gusta comer, correr y saltar. Tratarla como una frivolidad nos lleva a ser infelices.
La música se mete bajo la piel, crea sentimientos intensos y recuerdos fuertes. No hay
nada más básico que ella y al mismo tiempo no hay nada más complejo ni hermoso.
de encarnación del paso del tiempo a base de ruidos, silencios y ritmos. Sin embargo, su
especie. Además del lenguaje, la capacidad para disfrutar de la música es una de las
pocas habilidades que nos diferencian del resto de los animales. Y al igual que nos ocurre
con el habla, se hace difícil pensar en un día en el que no escuchemos ni una sola nota.
Un nuevo estímulo para la neurología
¿Realmente la música es tan importante para nuestras vidas? Los últimos hallazgos en
neurología, psicología y biología parecen demostrar que sí: escuchar melodías
agradables no sólo modifica nuestro estado de ánimo sino que puede tener una influencia
muy positiva en el desarrollo cognitivo humano, en el estímulo de nuestra inteligencia e
incluso en la salud. Hasta hace muy poco, estas cuestiones no habían merecido la
atención de la ciencia, pero ahora, el estudio de las relaciones entre música y bienestar se
ha convertido en una fértil fuente de investigaciones y, gracias a ellas, empezamos a
encontrar respuestas a algunas preguntas seculares. ¿Existe algún mecanismo fisiológico
que controle la cascada de emociones que sugiere la música? ¿Nuestra capacidad de
apreciar y crear melodías está relacionada con el funcionamiento de nuestro organismo?
¿El amor por las notas se hereda? Una de las teorías más defendidas al respecto informa
de que la naturaleza humana dicta las condiciones que ha de tener una secuencia de
notas para que la interpretemos como una pieza musical. De hecho, es posible que la
música remede lejanamente la organización de ritmos internos de nuestro cuerpo, como
el latido del corazón, el tempo de la respiración o la sonoridad vocal de las palabras. De
ese modo podría explicarse por qué todas las manifestaciones musicales del mundo
cuentan con una base emocional común. Por muy diferentes que sean su estructura,
tonalidad o ritmo, las músicas del planeta comparten una línea básica: un japonés,
aunque no sepa una sola palabra de flamenco, es capaz de detectar que una bulería
transmite sensaciones alegres y una taranta produce emociones más tristes. Los
psicólogos británicos John Sloboda y Patrik Juslin, de la Universidad Keele, han estudiado
en profundidad este fenómeno y lo han relacionado con la capacidad de sorpresa del ser
humano. Sloboda asegura que "la base de nuestro comportamiento emocional es la
capacidad de respuesta a situaciones que, de algún modo, nos sorprenden". Ganar la
lotería nos produce un cambio repentino en nuestras vidas a mejor, y eso genera
emociones positivas. Conocer que una persona amada está enferma también nos
sorprende, en este caso negativamente, y produce emociones de tristeza. "Parece que la
música -dice Sloboda- pone en marcha los mismos mecanismos de asombro". Los
humanos, incluso los musicalmente legos, somos capaces de reconocer sutiles
estructuras coherentes en una pieza musical y proyectar expectativas sobre ellas, como si
anticipáramos qué secuencia de notas va a venir después. Cuando la música nos
asombra con cambios respecto a lo esperado, genera una reacción emocional en
nosotros. Los buenos compositores de canciones de éxito manejan a la perfección este
mecanismo.
Según Juslin y Sloboda, el origen de esta sensación está en el lenguaje. Todos los seres
humanos compartimos un código heredado para interpretar el habla. En cualquier idioma,
la ira se manifiesta gritando y el cariño susurrando. Da igual a qué raza pertenezcamos,
los mínimos rudimentos emocionales del habla son reconocibles universalmente. Con la
música ocurre lo mismo. Los estudios de estos dos psicólogos con cientos de voluntarios
demuestran que, indefectiblemente, las melodías lentas y con cadencia descendente
generan en los que las escuchan sensaciones de tristeza mientras que las cadencias
ascendentes producen sentimientos estimulantes. La conjunción de estos efectos provoca
una cascada de emociones en el cerebro humano. Pero la cuestión principal es saber si
este mecanismo es biológico o cultural. ¿La música actúa así porque lo dictan nuestros
genes o es que la cultura humana ha desarrollado un tipo limitado de manifestaciones
sonoras?
Como en otros estudios neurológicos, la primera aproximación a las bases cerebrales del
conocimiento musical, que datan de principios del siglo XX, se basó en el estudio de
pacientes impedidos. Se trata de identificar si existe alguna zona del cerebro que, cuando
se ve dañada, perjudica la capacidad de aprehender música. La experiencia demuestra
que muchas personas con afecciones de los centros de procesamiento del habla no
pierden necesariamente la función musical. Incluso se han detectado casos de personas
aquejadas de amusia (incapacidad total para distinguir notas musicales) que escuchan
palabras y hablan sin problemas. Más recientemente, el estudio anatómico de cerebros de
enfermos fallecidos y las técnicas de neuroimagen han permitido establecer que el
conocimiento musical se procesa globalmente en varias partes del cerebro a la vez. Por
ejemplo, las personas con enfermedades que aquejan al lóbulo temporal izquierdo
pueden tener problemas para identificar escalas de notas, mientras que los que padecen
males en el lóbulo temporal derecho muestran dificultades con el contorno musical, es
decir, la interpretación de si la melodía es ascendente o descendente.
Los niveles de cortisol, ACTH y otras hormonas propias del estrés se redujeron
sustancialmente. En la misma línea, la doctora Bárbara Miluk-Kolasa ha medido los
niveles de cortisol en enfermos a los que se les anuncia una mala noticia clínica mientras
se les expone a un estímulo musical. Su reacción es mucho más sosegada que en los
casos en los que no hay música de fondo. Pero el efecto no es universal. Otros estudios
demuestran que la música rítmica y a gran volumen aumenta la cantidad de hormonas
estresantes en la sangre de atletas durante los entrenamientos. Según Norman
Wienberger, médico de la Universidad de California, "todos estos datos, puestos en
común, demuestran que no hay una relación directa entre la música y las hormonas del
estrés. El efecto depende, no sólo del tipo de composición sino del trasfondo
cognitivo y cultural del individuo". Cuanto más se profundiza en el conocimiento de la
materia, más evidentes parecen las virtudes de la música.
Otro fértil terreno de investigaciones es el que estudia las relaciones entre la música y el
desarrollo infantil. Algunos estudios preliminares realizados en animales y humanos
podrían sugerir que la melodía juega un papel en el estímulo de la inteligencia. Ciertos
ratones expuestos a audiciones musicales se han mostrado más hábiles a la hora de
encontrar la salida de un laberinto. Tanto ha calado la idea popularmente que casi nadie
discute hoy que el estudio de partituras, la educación musical y el contacto con
instrumentos son piezas básicas en la educación infantil. Sin embargo todavía no existe
constancia de que la música favorezca directamente la inteligencia. Algunos datos indican
que, tras escuchar piezas concretas, grupos de voluntarios obtienen mejores resultados
en test de cociente intelectual, sobre todo en los que tienen que ver con la memoria
espacial y las secuencias. Pero no es posible demostrar, de momento, que el efecto
pueda ser permanente.
LA MÚSICA EN LA PREHISTORIA
En la prehistoria aparece la música en los rituales de caza y en las fiestas donde,
alrededor del fuego, se danzaba hasta el agotamiento. La música está basada
principalmente en ritmos y movimientos que imitan a los animales.
Los tres grupos de Educación Infantil han preparado un teatro en el que vemos a un grupo
de hombres y mujeres primitivos que descubren el fuego y a un grupo de animales que
llenaban la tierra en esos tiempos. Luego representarán una escena de caza y por último
una danza ritual con timbales alrededor del fuego.
Música en Japón
La teoría musical y los instrumentos utilizados en Japón eran provenientes de corea, a su
vez, los habían incorporado en china.
Pero el refinamiento musical japonés alcanzó un nivel superior al chino. Instrumento
favorito: el koto (citara sin trastes), de 7 tamaños, construidos con cañas de bambú, tenia
desde 6 a 13 cuerdas: el yamato-goto y el yamato-bue. En los casos de acompañamiento
instrumental, no acostumbraban hacer sonar simultáneamente la voz y el instrumento ya
que ya le precedía a distancia de una corchea, realizándose una especie de cañón.
Existían diferentes géneros musicales: el bagaki para ceremonias del Emperador; el
No, para la música de fondo en actos de teatro, el ko-uta, para la música folklórica y el
noga-uta, para la musca seria.
En la actualidad existen dos corrientes musicales en Japón, una que pretende mantener
la tradición musical a través de su música folclórica y la otra incorporada a las corrientes
de la música occidental.
Notación musical
Solo se sabe que se utilizaban neumas (especie de estenografía consistente en rayas,
acentos, puntos y ganchos). Eran colocados sobre el texto de himnos religiosos y el
director del coro los interpretaba por medio de sus manos (queironimia), señalando los
ascensos y descensos de los sonidos a los cantos que entonaban de memoria.
Los monjes, refiriéndose a las neumas, decían que no son mas que simples auxiliares de
la memoria ya que la música no es retenida por la mente del hombre, ello si pierde, desde
el momento que no puede ser escrito.
La música se refugia en la Iglesia como toda la cultura de la época. Es por ello que
aparece un auge de la música sacra y con ella el Canto Gregoriano. Vamos a oír como
sonaban esas bonitas melodías entonadas por los monjes de aquella época. No obstante,
el pueblo también quiere música. En esta época, los juglares cantan al amor, a los héroes
y a las damas, y los trovadores alegran la vida de palacio. Otro grupo de alumnos de
segundo nos van a representar un momento festivo de aquella época.
MUSICA MODERNISTA
La música modernista se refiere a la música de la tradición europea escrita (o música
clásica), elaborada aproximadamente entre1910 y 1975.Fue precedida por la música del
romanticismo y postromanticismo, y sucedida por la música clásica contemporánea. El
momento exacto en el cual terminó el modernismo e inició la música contemporánea, es
todavía motivo de debate entre los expertos. En ocasiones se le equipara la música
modernista con la música del siglo XX aunque esta última abarca un tiempo cronológico
en lugar de un período estético. La música modernista está basada en los valores
filosóficos y estéticos del modernismo al cual tienen como principio principal la ruptura con
la tradición, y la permanente innovación. Debido a esto está estrechamente ligada
alvanguardismo. A diferencia de los períodos anteriores, prácticamente todos los
compositores de este período participaron en varios movimientos musicales diferentes, ya
sea simultáneamente o por etapas.