La Música Y Nuestro Estado Emocional

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La Música Y Nuestro Estado Emocional

Yury Tatiana Murillo Aguirre, Ana Lucia Poma Belduma, Steeven Mogro Ramos, Dayana

Marycris Montalvo Tenesaca, Richard Ariel Palacios Pacheco, Melissa Anabel Quiñonez Ortega

UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MACHALA

Facultad Las Ciencias Empresariales

Administración De Empresas

Primero A Nocturna

Docente: Soc. Cecibel Del Rocio Espinoza Carrión

31 De enero De 2024
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LA MÚSICA Y NUESTRO ESTADO EMOCIONAL

Introducción

La música, a lo largo del tiempo ha sido un acompañante del ser humano y nos ha

ayudado a identificar con nuestros estados como lo son los sentimientos, emociones,

circunstancias, pensamientos o ideas y es ahí donde cada persona se identifica, en muchos

casos hace uso de la música para acompañar en las actividades diarias, llega hasta tal punto

que es capaz de activar nuestros estados emocionales generando una armonía consigo mismo

y con su entorno.

El sonido y la música siempre han sido enlazados con el ser humano y nuestras

emociones, nuestros primeros antepasados empleaban los sonidos y la música como

herramientas para sobrevivir y así comunicarse entre ellos, a lo largo de los tiempos los seres

humanos encontraban en los sonidos la compresión de sus actividades, dependiendo de

nuestro estado de ánimo se convertían en emociones tristes o alegres. Por ejemplo, en nuestro

trabajo podemos percibir el estado de ánimo de una persona solo escuchando su tono de voz si

es bajo muestra tristeza y si está en tono normal es alegre, o también cuando nuestro jefe nos

alza la voz nuestro desempeño se verá afectado, si nos habla en tono normal rendiremos en

nuestras actividades, este envuelve, la memoria, las vivencias y fortalece el aprendizaje, quita

el estrés y también permite recordar algunas experiencias que hemos tenido y no nos

acordamos, ayuda con las pulsaciones del corazón la circulación, la presión arterial y pulso.
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Si hablamos de la música tenemos que retornar a sus inicios, El origen de la música se

encuentra cubierto de misterio, aunque se estima comenzó en la prehistoria de la humanidad y

se lo vincula con los ritos de apareamiento y con el trabajo colectivo.

La danza y el canto parecen haber estado desde el principio asociados al modo en que el ser

humano comprende el mundo. De hecho, formaban parte de sus manifestaciones

religiosas o chamánicas, como rituales de sanación, cantos de batalla o de cacería, o

bailes para atraer la lluvia. (Equipo editorial, 2022)

En la evolución del ser humano la música ayudo a florecer los sentimientos y emociones

que pernotaban en nuestra mente lo cual nos ayudó a progresar en lo que actualmente somos,

nos ayudó a mejorar nuestro autoconocimiento y el de los demás, a trasmitir pensamiento y la

percepción de la músico con respecto al sentir es individual es decir: la respuesta emocional

frente a un estímulo musical está estrechamente vinculada con el significado que cada

individuo le otorga (Sagredo, 2007). Dicho esto, podemos interpretar la música de diferentes

maneras dependiendo de los diversos factores que nos encontramos pasando o nos rodean,

por ejemplo: factores políticos, emocionales, económicos, ubicación edad, etc.

(Schweppe, 2010) señalan que la energía del sonido que produce la música tiene la

capacidad de generar una relajación inconsciente. De esta forma el estado de trance o

meditación profunda inducido por la música.

Las personas actualmente escuchan diferentes géneros de música dependiente de su

estado de ánimo, por ejemplo, cuando me siento triste escucho música acorde, que se asemeje

a mi estado emocional, pero son emociones temporales ya que nos encontramos en constante

cambio a diario, por ejemplo, podría estar hoy miércoles triste y el sábado bailando alegre ya

que el hombre se encuentra evolucionando día a día.


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La música en la medicina se puede utilizar como una herramienta de terapia para tratar

algunos trastornos como la depresión y la ansiedad. Según el psicólogo Dr. Michael J.

Crawford, "la música puede ayudar a las personas a relajarse, reducir su nivel de estrés y

mejorar su estado de ánimo". La explicación del por qué la música puede evocar emociones

diferentes se puede abordar desde cognitivo y emotivo. Desde el punto de vista cognitivo, las

emociones producidas por la música dependen directamente de las experiencias previas de las

personas. Desde el enfoque emotivo, las emociones producidas por la música se deben

específicamente a las características propias de la música.

Las emociones entre tanto anatómicamente hablando tienen su centro en el sistema

encefálico conocido como el “cerebro emocional”, compuesto por diferentes estructuras tales

como la amígdala, el hipotálamo, el hipocampo y el tálamo. Este sistema es el encardado de

ayudar a expresar todo tipo de emociones como la alegría, la tristeza, el asco, la sorpresa y la

ira, la cuales son parte esencial del ser humano. Así pues, las emociones son una respuesta de

reacción del organismo en la que involucra elementos centrales y periféricos utilizando el

cuerpo como el representante de la emoción sentida, en el cual se vivencia la misma, sin

embargo, el papel encefálico en la comprensión musical no está completamente claro. Existen

zonas del cerebro encargadas de realizar funciones específicas como la del lenguaje o la

memoria, en cambio la apreciación o interpretación emocional de la música no tiene un circuito

cerebral propio, pero sí involucra y estimula todas las zonas del cerebro cuando es escuchada,

por ejemplo, las regiones del movimiento, las emociones primarias, el proceso de la sintaxis y

la gramática del lenguaje. De esta forma, cuando las personas reaccionan ante el estímulo de

la música experimentan en el cuerpo diferentes sensaciones, ello dado que la música produce

un cambio tanto fisiológico como psicológico, reacción conocida como biomúsica, Se ha

observado que, al escuchar alguna música agradable, se pueden activar sustancias químicas

en el Sistema Nervioso Central, estimulándose la producción de neurotransmisores como la


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dopamina, las endorfinas y la oxitocina, experimentándose un estado que favorece la alegría y

el optimismo en general. Al parecer, estas sensaciones ayudan a la movilización de información

de carácter inconsciente que genera cambios en la actividad neuronal, facilitando la expresión

de emociones, la descarga de sentimientos e impulsos reprimidos o incluso el brote emocional

de conflictos o situaciones traumáticas. En este sentido, la respuesta emocional surgida ante

los estímulos musicales no es homogéneas, sino que resultan muy diferentes entre una

persona y otra, tanto así que podría resultar complejo descifrar cuál es agradable o

desagradable, ya que se reflejaría en función de las experiencias individuales de cada ser y sus

procesos de aprendizajes previos (Cabrera, 2013)


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La música ha sido una compañera inseparable del ser humano a lo largo de la historia,

desempeñando un papel muy importante en la expresión y comprensión de nuestras

emociones. Desde sus raíces en los rituales ancestrales que realizaban nuestros antepasados

hasta su presencia constante en la vida cotidiana, la música se convierte en un lenguaje

universal que envuelve nuestras vivencias y nos acompaña en cada faceta de nuestras

actividades diarias. Su capacidad para cambiar nuestro estado de ánimo, proporcionar

equilibrio armónico y actuar como una herramienta terapéutica demuestra la sensación

profunda que tiene en nuestro estado emocional.

También la evolución de la música refleja no solo la evolución de la sociedad, sino

también la evolución de nuestras propias emociones y experiencias. La conexión entre la

música y el cerebro emocional también destaca cómo las melodías pueden influir en la

liberación de neurotransmisores que afectan directamente nuestras emociones, proporcionando

un medio para expresar, procesar y comprender los diversos matices de la condición humana.

En un mundo de cambio constante, la música sigue siendo un faro que ilumina y guía

nuestras emociones a través de las complejidades de la vida. Ya sea para encontrar consuelo

en momentos difíciles, celebrar alegrías o simplemente explorar nuevas dimensiones

emocionales, la música se erige como una herramienta poderosa que trasciende barreras

culturales y temporales, conectándonos a todos en una sinfonía única de experiencias

compartidas. Así, la música persiste como un recordatorio constante de que nuestras

emociones, al igual que la melodía, son intrínsecamente humanas y dignas de ser exploradas,

comprendidas y celebradas.
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Referencias

Cabrera, I. M. (2013). influencia de la musica en las emociones. Resvista de Ciencias Sociales,

Humanas y Artes, 35.

Equipo editorial, e. (02 de febrero de 2022). Obtenido de

https://concepto.de/musica/#ixzz8QDfSeQC5

Sagredo, C. (2007). Biblioteca virtual Miguel de Cervantes. Obtenido de

https://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmccc2s5

Schweppe, S. A. (2010). Curate Con La Musica. Barcelona: Ediciones Robinbook.

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