Plan de Inv. Maestría. Lic. Daniel Cruz. Rev. 26 de Julio
Plan de Inv. Maestría. Lic. Daniel Cruz. Rev. 26 de Julio
Plan de Inv. Maestría. Lic. Daniel Cruz. Rev. 26 de Julio
Carné: 201790178
1. Justificación de la investigación
El lavado o blanqueo de dinero tiene sus orígenes en la edad media, cuando la
iglesia católica proscribió la usura, estableciendo que la misma constituía un delito y por
ende se prohibió su práctica; de esta manera, los mercaderes y prestamistas decididos
a cobrar intereses por los préstamos otorgados innovaron sus prácticas para ocultar,
desplazar y diluir el producto de esta actividad prohibida, estimando que la finalidad era
desaparecer los montos producto de los intereses desproporcionales que cobraban,
ocultando su verdadero resultado y engañando a las autoridades eclesiásticas.
Es de esta manera como se estima que las excesivas sanciones en los delitos de
lavado de dinero u otros activos, refleja las deficiencias e inconsistencias de los
instrumentos de control por parte del Estado contra el crimen organizado, básicamente
porque dicha figura delictiva es en esencia un delito dependiente de la comisión de otro,
estimándose por consiguiente que su finalidad es atacar los márgenes de utilidad o
rentabilidad, producto de actividades ilícitas. Acorde con ello, resulta consistente
efectuar el análisis exhaustivo de la desproporcionalidad que origina las excesivas
sanciones para esta conducta antijurídica, de tal manera que resulta consistente
evaluar la efectividad de las mismas, pues resulta evidente que excede la humanización
de estas y como resultado no es un medio eficaz para la resocialización del sujeto
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activo, estimando que con ello se contribuirá determinantemente a la valoración de los
factores jurídicos y administrativos que han propiciado estas inconsistencias en el
ordenamiento penal guatemalteco, generando nuevos criterios para el tratamiento de
estas figuras en el país y como resultado se contribuye también a la readecuación del
derecho positivo, a efecto de limitar esta desproporcionalidad en el tratamiento que
desde hace más de 17 años se ha venido suscitando en el país.
De esta manera, se estima que la pena privativa de libertad a imponer según la ley
en la materia, oscila entre seis a veinte años inconmutables, más una multa igual al
valor de los bienes, instrumentos o productos objeto del delito, el comiso o en su
defecto la extinción de dominio, el pago de costas y gastos procesales; sin embargo, en
el caso que se presente el impago de la multa impuesta oportunamente por el tribunal
de sentencia, la misma se convierte en prisión, a razón de cinco a cien quetzales
diarios, circunstancia que evidentemente conlleva a una pena de prisión ampliada, con
lo cual se estaría concretando una excesiva sanción en la pena impuesta, vulnerando
abiertamente el principio de proporcionalidad, pues es evidente que con ello se
extralimita el ius puniendi del Estado; en contraparte se considera que este principio
resulta inexistente y por ende no es consistente con la intervención mínima del aparato
estatal, por lo que resulta más que necesario efectuar el abordaje de estas
inconsistencias en el ordenamiento jurídico penal del país, a efecto de identificar los
factores que promueven estas deficiencias normativas.
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fines legítimos previstos en una sociedad democrática, en virtud que si para este delito
se ha emitido una condena privativa de libertad, es razonable considerar que con el
comiso de los bienes, se estaría cubriendo el monto correspondiente a la multa
impuesta y es precisamente en torno a esto que se genera la disyuntiva sobre la
desproporcionalidad que contempla esta pena dentro de la Ley Contra el Lavado de
Dinero u Otros Activos.
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derechos que no pueden ser limitados más allá de lo imprescindible para la protección
de los intereses públicos. Es a raíz de esto que el principio de proporcionalidad en
sentido estricto implica una relación equidistribuitiva entre la gravedad del delito y la
gravedad de la pena en el momento legislativo, circunstancia que da lugar a lo que se
conoce como proporcionalidad abstracta y también debe considerarse el momento
judicial, que la pena resulte proporcionada a la gravedad del hecho cometido, de donde
se desprende lo que se conoce como proporcionalidad concreta.
Por todos estos elementos es que existe una abierta vulneración al derecho de
que se imponga una pena razonable y ponderada en función del tipo de bien jurídico
afectado, pues en el presente caso se estima que la ley no sopesa los valores e
intereses involucrados, por lo tanto, no existe objetividad entre la finalidad y el medio
que persigue la pena impuesta y para el presente caso, es desproporcional la pena
privativa de libertad ampliada por el impago de la multa que contempla la ley.
a) Unidad de análisis
El elemento central sobre los que recaen los propósitos investigativos del
problema enunciado con anterioridad, deben necesariamente ser las sentencias
condenatorias emitidas por el tribunal de sentencia correspondiente, específicamente
de aquellas en las que la multa no ha sido hecha efectiva y por ende se ha debido
convertir en prisión; de igual manera es preciso considerar como fuente primaria de
información a defensores, agentes fiscales de la Fiscalía Contra el Lavado de Dinero u
Otros Activos y juzgadores, a efecto de cotejar la información vertida sobre el problema.
b) Unidad geográfica
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A fin de llevar a buen término el proceso investigativo, se requiere que la misma se
focalice dentro de la circunscripción geográfica del Municipio de Guatemala,
Departamento de Guatemala.
c) Periodo histórico
Para los propósitos de la investigación y a fin de disponer de amplios parámetros
jurídicos y doctrinarios para la integración de la información, se considera oportuno
considerar el periodo de tiempo comprendido entre los años 2011, cuando se emitió la
Ley Contra el Lavado de Dinero, hasta el año 2018, por considerar que dentro de este
periodo se pueden disponer de suficientes elementos de juicio que pueden contribuir al
desarrollo y estructuración del proceso investigativo.
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¿Cuáles son los factores jurídicos que promueven las excesivas sanciones en los
delitos de lavado de dinero u otros activos en Guatemala?
1. Hipótesis
Las excesivas sanciones en los delitos de lavado de dinero u otros activos, es
consecuencia de las deficiencias jurídicas contenidas en el Decreto Número 67-2001
del Congreso de la República de Guatemala, Ley Contra el Lavado de Dinero u Otros
Activos, esencialmente porque dentro del mismo es evidente la vulneración al principio
de proporcionalidad de las penas, evidenciándose la ausencia de ponderación en los
criterios valorativos para determinar la pena, propiciando un abuso del ius puniendi del
Estado, pues es inexistente la intervención mínima del mismo en el establecimiento y
aplicación de las medidas restrictivas de los derechos y libertades del sujeto activo,
requiriéndose en consecuencia, la evaluación de la norma a fin de establecer las
consideraciones para su revaloración, encaminada a brindar seguridad y certeza
jurídica a la pena correspondiente para este delito en concreto.
4. Marco teórico
Dentro de los aspectos esenciales que se requieren abordar dentro del marco
jurídico y doctrinario de la investigación, se encuentra primeramente todo lo relativo al
concepto de delito, enfatizando en torno a sus elementos, pues se estima que
constituye parte esencial dentro de las valoraciones que deben realizar los juzgadores
para determinar la pena correspondiente en los delitos de lavado de dinero u otros
activos que se produce en el ordenamiento jurídico guatemalteco.
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concebido como lo es en la actualidad, para el efecto se requiere hacer énfasis en otra
definición que permite arribar a un mayor grado de comprensión sobre el concepto.
El delito como la razón de ser del Derecho Penal, y como razón de la existencia de
toda actividad punitiva del Estado, al igual que el mismo Derecho Penal, ha recibido
diversas denominaciones a través de la evolución histórica de las ideas penales,
atendiendo a que siempre ha sido una valoración jurídica, sujeta a las mutaciones que
necesariamente conlleva la evolución de la sociedad; en Roma se habló de Noxa o
Noxia que significa daño, apareciendo después en la culta Roma para identificar a la
acción penal, los términos Flagitium,Scelus, Facinus, Crimen, Delictum, Fraus y otros;
sin embargo tuvo mayor aceptación hasta la Edad Media los términos Crimen y
Delictum (De León, 2010, p. 114).
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La teoría del delito tiene como principal objetivo precisar la definición del término
delito, ya que este es su objeto de estudio. Este tema es de especial importancia tanto
para el juez de paz, como para el juez de primera instancia, pues dentro del proceso
penal, es por lo general la Autoridad que recibe las actuaciones, y le corresponde hacer
la primera evaluación de los hechos, para determinar si encuadra dentro del concepto
de delito. La teoría del delito es una construcción dogmática, que nos proporciona el
camino lógico para averiguar si hay delito en cada caso concreto. El delito en sí, no es
más que un acontecimiento jurídico, una infracción a la ley del Estado, un ataque a la
norma penal, un choque de la actividad humana con la norma penal, es en esencia, un
ente jurídico.
La teoría del delito tiene como objeto analizar y estudiar los presupuestos jurídicos
de la punibilidad de un comportamiento humano sea a través de una acción o de una
omisión, en estos términos dicho análisis no sólo alcanza los delitos sino incluso a todo
comportamiento humano del cual pueda derivar la posibilidad de aplicar una
consecuencia jurídico penal, entonces, será objeto de análisis de la teoría del delito
aquello de lo cual derive la aplicación de una pena o una medida de seguridad, así
como los casos extremos en los que no obstante existir una lesión o puesta en peligro
de un bien jurídico, el comportamiento humano resulte justificado, no reprochable o
bien, no punible (Plascencia, 2004, p. 1).
Es factible señalar que en los términos anteriores, resulta conveniente referir los
presupuestos de punibilidad, circunstancia que necesariamente remite al análisis
sistemático de la ley penal, pues en dicho lugar es donde guardan cabida los tipos
penales en su modalidad de descripción de comportamiento, elaborada por el
legislador, bajo cuya base puede sobrevenir una pena o medida de seguridad. La
concepción del delito, necesariamente requiere de igual forma que exista una
afectación a un bien jurídico tutelado, de tal forma que la construcción del concepto de
bien jurídico, dentro del derecho penal liberal, tiene como finalidad, la imposición de
barreras infranqueables al Estado en el desarrollo de su política represiva. Bajo esta
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óptica, el concepto de bien jurídico fundamental se construye como un criterio para la
menor criminalización posible, para el mantenimiento y mayor extensión de la esfera de
autonomía de las personas.
El término delito, se origina de la voz latina delictum (delito), que en la Roma
antigua designaba a los delitos privados, delitos que conllevaban únicamente la
obligación de pagar una multa a la víctima, por parte del delincuente. En el Derecho
Justiniano se le conoce ya como delictum privatum (delito privado), apareciendo luego
el llamado delictum publicum (delito público) que producía verdaderos efectos punitivos
públicos (Cabanellas, 1977, p. 522).
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considera que dentro de los aspectos característicos que vincula o relaciona a todos los
delitos en general, son sus elementos propios, por ejemplo, un asesinato no tendrá o
contendrá los mismos elementos que un robo, hurto o estafa, por mencionar solo
algunos, de esta cuenta cada uno de los mismos siempre tendrá ciertas
particularidades que le hacen distinto a los demás delitos y que como consecuencia
tendrá las penas correspondientes.
Es preciso señalar que los diversos intentos que se han presentado para definir
este concepto, tienen como propósito generar un mayor grado de entendimiento sobre
el mismo, bajo estas premisas, los aspectos doctrinarios han calificado regularmente al
delito como una consecuencia del principio nullum crimen sine lege, que rige el derecho
penal positivo y que en esencia está encaminado a estimar como delito a toda conducta
que no se encuadre dentro de los parámetros regulatorios normativos de la ley penal.
El termino delito, constituye una conducta que necesariamente debe ser castigada
con una pena, pero se requiere considerar que este concepto es eminentemente formal
y que hasta aquí no aborda con precisión los elementos que encierra el mismo, en
virtud que para castigarse esta conducta antijurídica, deben existir determinadas
condiciones que se abordarán oportunamente.
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Son delitos o faltas las acciones y omisiones voluntarias penadas por la ley, dice
la legislación, con alguna mayor precisión se dice ahora que se considera que en
general son delitos o faltas las acciones u omisiones dolosas o culposas, para los
cuales la ley contempla la pena correspondiente.
El concepto de delito con regularidad responde a una doble perspectiva, en primer
lugar se presenta como un juicio de desvalor que recae sobre un hecho y en segundo
aspecto como una valoración que se realiza sobre la posible autoría que realiza el
sujeto activo sobre un hecho; de esta cuenta al primero se le llama injusto o
antijuricidad, que viene a ser la desaprobación del acto y luego en relación directa con
este planteamiento, al segundo de los elementos se les conoce como culpabilidad, que
es la atribución de la conducta antijurídica a su autor.
Esta distinción sistemática, tiene también un valor práctico, por ejemplo, para
imponer una medida de seguridad es suficiente la comisión del hecho prohibido,
antijurídico, aunque su autor no sea culpable, sin embargo, para imponer una pena es
necesario que exista la culpabilidad, además de que el hecho sea antijurídico,
determinando que no puede existir algún grado de culpabilidad sin la existencia de la
antijuricidad, sin embargo es consistente señalar que si puede existir la primera sin la
culpabilidad.
Pero no todo hecho antijurídico realizado por un autor culpable es delito. De toda
la gama de acciones antijurídicas que se cometen, el legislador ha seleccionado una
parte de ellas y las ha conminado con una pena por medio de su descripción en la ley
penal. Este proceso se llama tipicidad, que es la adecuación de un hecho cometido a la
descripción que se hacen en la ley, también es una consecuencia del principio de
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legalidad. El punto de partida es la tipicidad, pues sólo el hecho descrito en el tipo legal
puede servir de base a posteriores valoraciones.
El delito, existe si su autor puede ser castigado con la pena que se asigne en cada
caso concreto el delito en la ley. En algunos casos se exige para poder calificar un
hecho como delito la presencia de algunos elementos adicionales. En algunos casos se
habla de penalidad, que a veces se considera esta categoría un elemento perteneciente
a la teoría general del delito.
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1) Obrar activo (comisión): requiere un acto voluntario, producto de la conciencia
y voluntad del agente.
2) Requiere un acto corporal externo que produzca una modificación del mundo
exterior.
3) Requiere que el acto esté previsto en la ley como delito
4) Obrar pasivo (omisión)
5) Requiere inactividad voluntaria
6) Requiere la existencia de un deber jurídico de obrar. (Ollej Car, 2011: p. 40).
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Es la conducta voluntaria en el mundo exterior; causada voluntaria o no
impediente de un cambio en el mundo externo. La idea de acto supone, en primer
término, una manifestación de voluntad (objetiva), es decir, la conducta voluntaria es la
que se encuentra libre de violencia física o psicológica que está determinada (motivada)
por las representaciones. La manifestad de la voluntad puede consistir en la realización
o en la omisión voluntaria de un movimiento (Quintanilla, 1991: p.123).
El termino conducta conlleva restarle valor como elemento del delito e identificarla
con el sujeto activo a través de la actividad o inactividad corporal; acorde con ello, al
afirmar que el delito es una conducta, implica describirlo como el producto de fuerzas
conscientes e inconscientes, lo que necesariamente lleva hacia algo abstracto y
subjetivo, circunstancia que en esencia tendría algún grado de interés en el ámbito de
la psicología, más no así dentro del campo jurídico.
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El concepto de acción, en gran medida ha sido ampliamente utilizado desde los
propios orígenes del derecho penal, circunstancia que ha motivado diversas
controversias a nivel doctrinario, pues se considera que constituye un elemento
fundamental de la teoría del delito, aunado a la connotación atribuida por la teoría
clásica, neoclásica y finalista, donde se hace énfasis en los postulados que sustentan la
teoría de la acción causal, final y social.
Se puede plantear la acción como elemento del delito, de la siguiente forma:
Esta definición, abarca los aspectos más generales del concepto de acción en
materia del delito, sin embargo, para alcanzar un mayor grado de comprensión, se
requiere exponer el siguiente planteamiento: En palabras de Rosal (1978), la acción se
concibe de la siguiente forma: “Es la realización de un resultado relevante socialmente,
el cual desde el punto de vista jurídico penal, es la producción de un resultado típico”.
(p. 597).
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particular o bien porque se deja de realizar una actividad que un ordenamiento jurídico
ordena realizar.
b) Tipicidad
Constituye un elemento esencial y formal descriptivo, perteneciente a la ley y no a
la vida real. La serie de faltas y delitos que se cometen contra el bien jurídico tutelado y
cuya interpretación objetiva debe realizarse por los Jueces y Agentes Fiscales de la
Fiscalía correspondiente del Ministerio Público en el ámbito de su competencia,
tomando en cuenta que son los primeros en conocer las denuncias o prevenciones
policiales y deben realizar la adecuación del hecho cometido a la descripción que de
ese hecho se hace en la Ley Penal.
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c) Antijuricidad
La antijuridicidad es aquel desvalor que posee un hecho típico contrario a las
normas del Derecho en general (no sólo al ordenamiento penal). Es lo contrario a
Derecho, por lo tanto, no basta que la conducta encuadre en el tipo penal, se necesita
que esta conducta sea antijurídica, considerando como tal, a toda aquella definida por
el ordenamiento, no protegida por causas de justificación.
Precisamente radica en contrariar lo establecido en la norma jurídica. Para que
sea delictuosa, la conducta ha de ser típica, antijurídica y culpable. La antijuricidad es
otro de los elementos estructurales del delito. Se le puede considerar como un
elemento positivo del delito, es decir, cuando una conducta es antijurídica, es
considerada como delito; para que la conducta de un ser humano sea delictiva, debe
contravenir el Derecho, es decir, ha de ser antijurídica.
d) Culpabilidad
Dentro del ámbito del derecho penal y tomando en consideración la naturaleza
eminentemente punitiva, existe la necesidad de proteger al individuo frente a una
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manipulación por razones arbitrarias de política criminal. Es entonces que se
materializa el hecho concreto de considerar que, sin culpabilidad no hay justificación
posible de la pena, y el punto de vista rector para el juicio de culpabilidad sigue siendo
la cuestión de responsabilidad del autor del delito.
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categoría dogmática dentro de los aspectos puramente doctrinarios que se abordan al
respecto y que en consecuencia al hablar del concepto de delito pasa a ser una idea
rectora límite en la lucha que el Estado emprende contra la delincuencia.
e) Punibilidad
Este elemento implica o hace énfasis en aquella conducta a la que se puede
aplicar una sanción o pena jurídica, es decir que la Punibilidad significa la posibilidad de
aplicar pena, atendiendo a esto no a cualquier delito se le puede aplicar pena. Una vez
que el delito se ha manifestado en su forma típica y en sus formas antijurídica y
culpable, corresponde imponer una pena como lógica consecuencia jurídica. La
categoría de la punibilidad se va a fundamentar en la diferencia entre merecimiento de
la pena y necesidad de imponerla.
El delito es esencialmente todo acto señalado con una pena y es en este contexto
donde se fundamenta el accionar de los Fiscales del Ministerio Público, básicamente
con la finalidad de sustentar sus acusaciones, básicamente con el firme propósito de
que se cumpla con la serie de condiciones objetivas de punibilidad que caracterizan a
los delitos en general dentro del ordenamiento jurídico guatemalteco, esencialmente los
aspectos preceptuados en el Código Procesal Penal vigente.
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El delito es un acontecimiento típico antijurídico e imputable, regularmente
expresa una acción típicamente antijurídica y culpable. Es por lo tanto, un acto
típicamente antijurídico, imputable al culpable, sometido a veces a condiciones
objetivas de penalidad y que se haya conminado con una pena, o en ciertos casos, con
determinada medida de seguridad en reemplazo de ella.
Son delitos graves, los contenidos en el Capítulo VII del Decreto Número 48-92 del
Congreso de la República de Guatemala, Ley Contra la Narcoactividad, mismos que en
esencia se refirien a los preceptos normativos establecidos desde el Artículo 35 al 53
del mismo, haciendo énfasis preciso en los siguientes: tránsito internacional, siembra y
cultivo; fabricación o transformación, comercio, tráfico y almacenamiento; posesión para
el consumo, promoción y fomento, facilitación de medios, alteración, expendio ilícito,
receta o suministro, transacciones e inversiones ilícitas, entre otros de trascendencia.
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de Mayor Riesgo, se indica que son delitos graves, aquellos cuya pena es mayor de
cinco años de prisión y que no sean de mayor riesgo, según lo establece el artículo 3 de
la Ley de Competencia a la que se ha hecho mención en este mismo párrafo.
Los delitos de mayor riesgo comprenden los siguientes: genocidio, los delitos
contra personas y bienes protegidos por el Derecho Internacional Humanitario,
desaparición forzada, tortura, asesinato, trata de personas, plagio o secuestro,
parricidio, femicidio, delitos contemplados en la Ley Contra la Delincuencia Organizada,
delitos cuya pena máxima sea superior de quince años de prisión en la Ley Contra la
Narcoactividad.
Es de este cuenta que cobra notoriedad el hecho de que con este aspecto se
subsana el vacío eventual que se generaba en cuanto a las consideraciones para
valorar los delitos de esta ley y donde se presenta una amplia ambigüedad por delitos
como por ejemplo el de posesión para el consumo; con todo estos, dentro de dicho
artículo 3 también se contemplan los delitos de la Ley Contra el Lavado de Dinero u
Otros Activos, Delitos cuya pena máxima sea superior de quince años de prisión en la
Ley para Prevenir y Reprimir el Financiamiento del Terrorismo y los delitos conexos a
los anteriores.
De acuerdo con esta regulación, son competentes para conocer de los mismos,
los jueces de paz, de conformidad con el Acuerdo Número 26-2011 de la Corte
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Suprema de Justicia, exceptuándose los casos especiales donde debe conocer un juez
de paz especializado en algún área específica, como sucede por ejemplo con el
procedimiento para los delitos cometidos por adolescentes.
En este orden de ideas, es evidente que todos estos aspectos son los que en gran
medida generan la necesidad de replantear los propósitos de la investigación, en
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cuanto redefinir el sistema de penas establecido en la ley para el caso de delitos de
lavado de dinero u otros activos en Guatemala.
2. Objetivos
2.1. Objetivo general
Establecer los factores jurídicos que promueven las excesivas sanciones en los delitos
de lavado de dinero u otros activos en el ordenamiento penal guatemalteco.
2.2. Objetivos específicos
f) Estudiar el marco jurídico y doctrinario relativo a las penas para el delito de lavado
de dinero u otros activos en la legislación guatemalteca.
g) Efectuar un análisis comparativo de la legislación latinoamericana y europea, sobre
las penas para el delito de lavado de dinero u otros activos.
h) Recolectar los criterios de jueces, fiscales y abogados litigantes, sobre la
desproporcionalidad de la pena que genera el impago de la multa correspondiente
en el delito de lavado de dinero u otros activos.
2. Supuestos de la investigación
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pena respectiva para el mismo.
d) De la recolección de información primaria y secundaria obtenida del criterio de
jueces, fiscales y defensores se podrá identificar las excesivas sanciones que se
producen en torno a la condena impuesta por el delito de lavado de dinero u otros
activos, circunstancia resultante del análisis comparativo que necesariamente debe
efectuarse de los criterios emanados por autoridades y expertos en la materia.
Introducción
CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
25
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
Conclusiones
Referencias
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recurrir a las diversas obras de autores nacionales e internacionales, así como
documentales sobre el tema, circunstancia que permitirá conocer diferentes opiniones
respecto al tema en cuestión; todo lo anterior sobre la base del estudio doctrinario y
jurídico, requiriéndose consultar la normativa constitucional, ordinarias y reglamentaria
de carácter nacional e internacional respecto al tema de la investigación, para
fundamentar legalmente la misma y generar juicios validos que permitan comprender
con precisión la problemática expuesta.
Se realizará además investigación de campo, específicamente en expedientes
de casos concretos en la Fiscalía Contra el Lavado de Dinero del Ministerio Público,
Tribunal de sentencia, a fin de indagar sobre las sentencias por el delito de lavado de
dinero u otros activos. De igual forma es preciso acceder a sentencias emitidas sobre
este particular, durante el período de 2011 a 2018, a efecto de establecer la
desproporcionalidad de las penas en el delito de lavado de dinero u otros activos.
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resolución o conclusión general sobre estos; es decir en este proceso se comienza
por los datos y finaliza llegan a una teoría.
1. Cronograma de actividades
CAPÍTULO II
Marco general de la
pena para el delito de
lavado de dinero u
otros activos
Seleccionar y
CAPÍTULO III.
recopilar material
Legislación comparada
bibliográfico.
de las penas en el
delito de lavado de Estudiar las Del 1 de agosto al 15 de
dinero u otros activos. obras seleccionadas. septiembre de 2019.
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Fuente: elaboración propia. Investigación 2019.
9. Estimación de recursos
Durante la investigación, se requiere disponer de una serie de recursos, entre los
cuales deben tomarse en cuenta recursos humanos, físicos y financieros, de los cuales
se hará uso para facilitar el desarrollo y estructuración capitular del informe final de
tesis, permitiendo con ello, comprobar o refutar la hipótesis planteada.
a) Humanos
En virtud que el estudio contemplado, requiere del énfasis prioritario del recurso
humano correspondiente, en el ámbito de su competencia. En ese orden de ideas, se
considera un Estudiante de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales y Docentes
Supervisores del área de Tesis, de la Universidad San Carlos de Guatemala.
b) Físicos y materiales
A fin de concretar el proceso investigativo, se estima pertinente disponer de una
serie de recursos físicos de los cuales se hará uso necesariamente durante la
recolección e integración de la información, entre estos, papelería y útiles, instalaciones
de la universidad y otros necesarios.
c) Financieros
Para recopilación de información e integración del informe final de tesis, se
incurrirán en los siguientes gastos:
Recursos financieros
Elaboración de Tesis de Graduación
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
Escuela de Estudios de Posgrado
Año: 2019
Descripción del recurso Unidad Costo
Costo unitario
total
Resmas de Papel 4 35.00 140.00
Lapiceros 4 1.50 6.00
Cartuchos tricolor 2 250.00 500.00
Impresora 1 2500.00 2500.00
Folders 10 0.60 60.00
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Engrapadoras 1 30.00 30.00
Caja de grapas de 1000 piezas 1 25.00 25.00
Leitz 1 20.00 20.00
Cd’s grabables 50 1.50 75.00
Fotocopias 200 0.25 50.00
Impresión final de Tesis 50 30.00 1,500.00
Gastos de Transporte 15 60.00 900.00
Gastos Varios 1 3000.00 3000.00
TOTAL Q 8,856.00
Fuente: elaboración propia, con base a cotizaciones realizadas.
Referencias
Cuello Calón, E. (1968). Derecho Penal. Parte general. Barcelona, España: Bosch.
Islas de González Mariscal, O. (1985). Análisis lógico de los delitos contra la vidad y la
integridad corporal. México, D.F. : Trillas.
Ollej Car, M. (2011). Análisis jurídico de los elementos que informan al delito de
discriminación en Guatemala. Guatemala, Guatemala.
Orozco Barrios, N. U. (2007). Reparación del delito como una posible forma de sustituir
las penas o de ser computada para atenuarlas dentro del proceso penal
guatemalteco. Guatemala, Guatemala.
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Quintanilla, G. (1991). Derecho penal mexicano. Parte general. México, D.F.: Porrúa.
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