Disertación

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR

FACULATAD DE COMUNICACIÓN, LINGÜÍSTICA Y LITERATURA

ESCUELA DE LINGÜÍSTICA APLICADA

DISERTACIÓN DE GRADO PREVIA A LA OBTENCIÓN DEL TÍTULO DE

LICENCIADA EN LINGÜÍSTICA APLICADA CON MENCIÓN EN TRADUCCIÓN

TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL DE DOS RELATOS DEL LIBRO VIDAS SECAS, DE

GRACILIANO RAMOS, Y ANÁLISIS COMPARATIVO DEL VERBO DEL ESPAÑOL

Y DEL POTUGUÉS EN EL TEXTO ORIGINAL Y EN EL TEXTO META

STEPHANIE DA CONCEIҪÃO GÓMEZ BORGES

QUITO, 2012
Tabla de contenido

Introducción

CAPÍTULO 1: Lengua y traducción……………………………………………………...7

1.1 Genio de la lengua…………………………………………………………………….7

1.2 ¿Qué es la traducción?...................................................................................................9

1.2.1 Competencia traductora…………………………………………………………11

1.2.1.1 Cohesión sintáctica y coherencia semántica……………………………….12

1.2.1.1.1 Cohesión sintáctica………………………………………………13

1.2.1.1.2 Coherencia semántica……………………………………………17

1.2.2 La traducción como proceso…………………………………………………….19

CAPÍTULO 2: Las diferencias morfológicas del verbo español y portugués…………….27

2.1 Tiempos verbales del español…………………………………………………………27

2.1.1 Verbo haber como auxiliar…………………………………………………..28

2.1.2 El subjuntivo…………………………………………………………………29

2.1.2.1 Correspondencia de los tiempos del subjuntivo con los del

indicativo…………………………………………………………………..30

2.1.2.2 Presente de subjuntivo......................................................................32

2.1.2.3 Pretérito perfecto de subjuntivo……………………………………33

2
2.1.2.4 Pretérito imperfecto de subjuntivo…………………………………34

2.1.2.5 Pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo……………………….....36

2.1.2.6 Futuro de subjuntivo…………………………………………….....37

2.1.2.7 Futuro perfecto de subjuntivo……………………………………...37

2.1.3 Verbos con dos participios…………………………………………………...38

2.1.4 Ortografía del verbo………………………………………………………….41

2.2 Tiempos verbales del portugués…………………………………………………….....47

2.2.1 Verbos ter y haver como auxiliares.................................................................47

2.2.2 El subjuntivo....................................................................................................52

2.2.2.1 Presente do subjuntivo......................................................................52

2.2.2.2 Pretérito perfeito do subjuntivo........................................................54

2.2.2.3 Pretérito imperfeito do subjuntivo....................................................56

2.2.2.4 Pretérito mais-que-perfeito do subjuntivo........................................58

2.2.2.5 Futuro simples do subjuntivo............................................................59

2.2.2.6 Futuro composto do subjuntivo.........................................................62

2.2.2.7 Conjunciones que exigen el uso del subjuntivo……………………63

2.2.3 Infinitivo pessoal..............................................................................................65

3
2.2.4 Verbos con dos participios…………………………………………………...71

2.2.5 Ortografía del verbo……………………………………………………….....77

CAPÍTULO 3: Aspectos pragmáticos del verbo en español………………………………83

3.1 Estructuras gramaticalizadas…………………………………………………………...85

3.1.1 Modo………………………………………………………………………....85

3.1.1.1 Significados y usos del subjuntivo………………………………....88

3.1.2 Tiempo……………………………………………………………………......92

3.1.3 Aspecto……………………………………………………………………….95

3.1.4 Persona y número…………………………………………………………….97

3.2 Pragmática contrastiva del verbo………………………………………………………97

CAPÍTULO 4: Análisis, descripción e interpretación de datos…………………………..101

4.1 Cuadros comparativos………………………………………………………………...102

4.1.1 Cuadro de las similitudes y diferencias del español y del portugués…….....102

4.1.2 Cuadro de las dificultades del portugués…………………………………....106

Conclusiones y recomendaciones………………………………………………………...112

Bibliografía

Anexos

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Introducción

El estudio del verbo es fundamental para la traducción en general, ya que los tiempos y

aspectos delimitan el marco descriptivo y semántico de los textos. En el caso del español y

del portugués se podría pensar que existe una equivalencia en los tiempos verbales; sin

embargo, el portugués posee tiempos verbales que no existen, o que ya no se usan, en el

español, frente a esta situación el traductor debe buscar qué tiempo verbal del español es

equivalente al tiempo verbal del portugués, o de qué manera se podría compensar la falta de

ciertos tiempos verbales en el español, para poder transmitir el mensaje del texto original.

Por este motivo considero pertinente enfocar concretamente mi estudio en el análisis del

verbo del español y del portugués.

Considero que sería un gran reto y aporte realizar la traducción de dos relatos de la obra

Vidas secas, de Graciliano Ramos, puesto que es un autor muy meticuloso al momento de

escribir, lo que garantiza que la obra está bien estructurada y respeta todas las normas de la

lengua portuguesa, permitiendo utilizarla para el desarrollo de esta disertación. Además,

varias de sus obras recibieron reconocimientos, tanto nacionales como internacionales, por

la calidad de su trabajo, incluyendo Vidas secas, que en 1962 recibió, en Estados Unidos, el

premio de la Fundación William Faulkner por ser un libro representativo de la literatura

brasileña contemporánea.

Graciliano Ramos nace el 27 de octubre de 1892. Fue periodista y escritor, e hizo la

traducción de algunas obras en inglés y francés. También incursionó en la política, como

prefecto electo de Palmeiras dos Índios, Alagoas, en 1928. Unos años más tarde fue

nombrado Director de la Imprenta Oficial de Alagoas. En 1933 publica Caetés y, en el

5
mismo año, fue nombrado Director Estatal de la Instrucción Pública de Alagoas. Un año

más tarde publica Bernardo. En 1936 fue encarcelado bajo la acusación de ser comunista, y

durante su encierro publica la novela Angústia, un año más tarde es liberado. Al salir de la

cárcel inicia la publicación de algunos cuentos en un periódico argentino, que más tarde

harían parte de la obra Vidas secas, publicada en 1938. Al cumplir 50 años Graciliano

Ramos recibe el premio Felipe de Oliveira por el conjunto de su obra. En 1945 se afilia al

Partido comunista y lanza Infância, considerada una obra autobiográfica. Dos años más

tarde publica su sexto libro Insônia. Graciliano Ramos fallece en enero de 1953.

Póstumamente se publica Memórias do cárcere (1953), obra en la que se refleja su

experiencia en la cárcel, y Viagem (1954), que describe sus viajes por Europa.

Lo que me lleva a realizar esta disertación es que, al ser el portugués mi segunda lengua

materna, considero importante hacer un estudio de las similitudes y diferencias que existen

entre el español y el portugués por ser ambas lenguas romances, y también determinar las

dificultades que existen por la cercanía entre las dos lenguas, la cual podría hacer pensar

que la traducción del portugués al español, y viceversa, es más bien sencilla. Sin embargo,

esta misma cercanía puede dar origen a interferencias semánticas y comunicativas, tema

que considero para el desarrollo de esta disertación.

6
Capítulo 1:

Lengua y traducción

En el primer capítulo de esta disertación se tratará sobre los conceptos de lengua y

traducción. Asimismo, se estudiará lo que es “el genio de la lengua” y su importancia para

esta disertación, se examinarán algunas definiciones de traducción con el fin de dejar claro

sobre qué consiste esta actividad, se explicará lo que es la competencia traductora y en este

punto se resaltará la importancia de la formación del traductor. Además, se profundizará

sobre lo que es la cohesión sintáctica y la coherencia semántica. Finalmente, se tratará

sobre la traducción como proceso.

1.1 Genio de la lengua

Según Vázquez-Ayora (1977:85-86) “cada lengua se caracteriza por un ‘proceder privativo’

y propio, que es su espíritu, y que constituye lo que se conoce como el GENIO DE LA

LENGUA.” “El genio de la lengua” es la “preferencia secreta” a la que hay que prestar

mucha atención. La orientación conceptual y cultural se refleja en cada lengua y exige que

se hagan los cambios necesarios para que la traducción no sea extraña. El conocimiento del

“genio de la lengua” evita que el traductor produzca oraciones que parecen propias de la

lengua meta pero que contienen símbolos que son extraños, u oraciones que reflejan

características de la lengua original. “El genio de la lengua” ejerce influencia en el campo

del léxico, de la sintaxis y de la semántica.

La traducción no es solo un acto lingüístico, sino también cultural que permite la

comunicación entre culturas. La cultura se refiere a los valores y convenciones compartidos

por un grupo, que actúan como guías mentales para orientar el pensamiento y el

7
comportamiento de las personas. Las convenciones de significado a través de la lengua

dentro de una determinada cultura son de crucial importancia para la traducción, ya que son

estas diferencias y similitudes en los valores y convenciones en la cultura de origen y en la

cultura meta que el traductor debe tomar en cuenta cuando pasa un texto de una cultura a

otra. La traducción siempre está relacionada con la lengua y la cultura por el simple hecho

de que no pueden ser separadas. Aunque en la traducción el significado es de primordial

importancia, no se puede dejar de lado el marco cultural. En el proceso de traducción no

sólo las dos lenguas entran en contacto, sino también las dos culturas (Jualiane House,

2009). La traducción no es simplemente traducir de una lengua a otra, sino de una cultura a

otra, por lo que el traductor debe ser bilingüe y “bicultural”. El término “bicultural” se

refiere al traductor que comprende los fenómenos “sociolingüísticos” tanto de su lengua

materna como de la lengua de la que traduce (Vázquez-Ayora, 1977).

Para el desarrollo de esta disertación es pertinente tomar en cuenta “el genio de la lengua”

ya que permite darnos cuenta de que la traducción es una actividad compleja que no

implica únicamente tomar en cuenta las palabras, puesto que hay que considerar otros

puntos como la sintaxis, la semántica y la pragmática de cada lengua. Además, es

importante señalar que aunque dos lenguas sean cercanas, no quiere decir que sean

completamente equivalentes, y aquí es donde se presentan las dificultades para el

traductor. Como veremos más adelante, este es el caso del español y del portugués.

Queda claro que “el genio de la lengua” es un concepto complejo y de suma importancia

para el traductor, ya que ayuda a impedir que se elaboren oraciones que parecen propias de

la lengua meta, pero que contienen características de la lengua original. Además, es

importante mencionar que la traducción no se refiere sólo a la traducción de una lengua a

8
otra, sino también de una cultura a otra, ya que la cultura se refleja en el uso de cada

lengua, y es por esto que los conceptos de lengua y cultura no pueden separarse.

Finalmente, hay que mencionar que existen convenciones de significado que se dan por

medio de la lengua en cada cultura que son de suma importancia para la traducción, puesto

que son estas convenciones, tanto en la lengua de origen como en la lengua meta, que el

traductor debe tomar en cuenta al momento de traducir para evitar elaborar un texto que

suene extraño.

1.2 ¿Qué es la traducción?

La noción más común que se tiene de la traducción es que esta consiste en reemplazar

palabras de una lengua con palabras de otra lengua. Sin embargo, la traducción no se

preocupa únicamente de las palabras, ya que su objetivo principal es la transferencia de

significados. En esta disciplina el conocimiento de la gramática es necesario si queremos ir

más allá de la traducción de palabras y frases para poder traducir oraciones.

La cadena de comunicación consiste en la codificación de un mensaje por parte del autor en

la lengua fuente, que es decodificado por el traductor y luego recodificado por el mismo en

la lengua meta. No sólo los elementos lingüísticos juegan un papel importante, sino

también los extralingüísticos, que incluyen el tema del texto, el objetivo del autor, quienes

son los lectores, e incluso el tiempo y el lugar (Isadore Pinchuck, 1977).

García Yebra menciona en su libro Teoría y práctica de la traducción dos definiciones.

Una de ellas es la de Ch. R. Taber y Eugene A. Nida según la cual “La traducción consiste

en reproducir en la lengua receptora [llamada también lengua terminal] el mensaje de la

lengua fuente [o lengua original] por medio del equivalente más próximo y más natural,

9
primero en lo que se refiere al sentido, y luego en lo que atañe al estilo.” La otra definición

que García Yebra menciona fue publicada en el Dictionnaire de Linguistique par Jean

Dubois et autre y establece que “Traducir es enunciar en otra lengua (o lengua meta) lo que

ha sido enunciado en una lengua fuente [lengua original], conservando las equivalencias

semánticas y estilísticas.” En estas dos definiciones se evidencia la necesidad de conservar

las equivalencias de sentido y estilo.

Entre la gran cantidad de definiciones de traducción que existen, se encuentra también la de

la escuela de Praga, según la cual “la traducción consiste en crear en la lengua término el

equivalente más ajustado posible al mensaje de la lengua original, tanto en el ‘aspecto

temático’ como en el ‘estilístico’” (Vázquez-Ayora, 1977).

Según Juliane House (2009: 3-5) la traducción es el proceso en el que se reemplaza un texto

en lengua original (LO), llamado texto original, por otro en lengua meta (LM), llamado

texto meta, y permite el acceso a ideas y experiencias que no estarían al alcance en una

lengua desconocida. La traducción es una manera de superar los límites que las lenguas

imponen a sus lectores. Actúa como mediador entre las diferentes lenguas, sociedades y

literaturas, y es por medio de ella que las barreras lingüísticas y culturales pueden

superarse. Proporciona acceso a un mensaje que ya existe, por tanto siempre es una

comunicación secundaria.

Como podemos constatar existe un gran número de definiciones de traducción que sirven

para partir al análisis comparativo del verbo del español y del portugués. Todas coinciden

en que la traducción es un proceso que no se ocupa sólo del léxico, ya que hay otros puntos

que se deben tomar en cuenta como la gramática de cada lengua, el tipo de texto, los

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lectores y la cultura. Sin embargo, podemos considerar que las definiciones más adecuadas

para este trabajo son las expuestas por García Yebra debido a que señalan la importancia de

mantener las equivalencias semánticas y estilísticas, que es lo que interesa para la

realización de este trabajo.

1.2.1 Competencia traductora

La competencia traductora consiste en el conocimiento específico y especializado que

posee el traductor y que le permite realizar una traducción que sea lo más fiel posible al

texto original. Es de gran importancia, y está conformada, por un lado, por la gramática, el

léxico y la semántica y, por otro lado, por la estilística y la pragmática para comunicarse.

Toda esta suma de conocimientos se adquiere durante el proceso de formación del traductor

que se da no sólo con los estudios, sino también mediante la práctica.

Cada texto es un reto para el traductor, sin embargo, gracias a la competencia traductora

podrá solucionar los problemas que puedan presentarse en el texto.

Según el campo en el que se desempeñe el traductor, este debe estar al tanto de los

acontecimientos más recientes en esa área. Es decir, si se desempeña en la traducción

económica es importante que conozca el texto, el lenguaje específico de la economía y que

esté al tanto de la situación económica del país, e incluso del mundo. Esto significa que el

traductor siempre está adquiriendo nuevos conocimientos, que está siempre en contacto con

nueva información, lo que nos lleva a concluir que la formación del traductor no termina

nunca, pues esta continúa a lo largo de su carrera.

La producción de una buena traducción depende en gran parte de la competencia

traductora, por lo que hay que mencionar que el traductor debe adquirirla sistemáticamente.

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Siempre que el traductor posea una buena competencia traductora, se logrará una

traducción fiel al texto original.

1.2.1.1 Cohesión sintáctica y coherencia semántica

Un gran número de lingüistas ven a la cohesión como una parte de la coherencia, y afirman

que la cohesión sintáctica se refiere a los medios lingüísticos a través de los cuales la

coherencia semántica se extiende en la estructura superficial, mientras que la coherencia

semántica es la vinculación de los significados en la estructura profunda del texto. No

obstante, hay un punto en el que todos los autores coinciden, y es que la cohesión sintáctica

y la coherencia semántica están estrechamente ligadas con la comprensión y producción de

textos.

La cohesión sintáctica y la coherencia semántica son importantes para la traducción, ya que

al darse la comprensión del texto original, se podrá hacer una buena traducción. Un texto

bien estructurado se refleja en la cohesión sintáctica y coherencia semántica, facilitando la

tarea del traductor.

En lo que concierne al desarrollo de este trabajo, es importante mencionar la cohesión

sintáctica y la coherencia semántica ya que permitirá darnos cuenta de lo importante que es

para el traductor conocer cómo funcionan dos lenguas diferentes, en este caso el español y

el portugués. Además, estas son concepciones indispensables que se deben considerar al

momento de traducir, puesto que de estas depende la comprensión del texto original y la

producción del texto meta.

12
1.2.1.1.1 Cohesión sintáctica

Por medio de la cohesión sintáctica el traductor ve como está gramaticalmente estructurado

el texto, lo que le permite determinar la manera en que debe presentarse la traducción en la

lengua meta. Es decir, que el traductor debe hacer un análisis del texto original para decidir

cómo debe estar estructurado el texto en la LM.

La cohesión se refiere a como se relacionan las distintas partes del texto entre sí, es decir,

que es de carácter sintáctico y se basa en las relaciones gramaticales o léxico-semánticas.

La cohesión tiene relación con la manera en que las palabras, las oraciones y sus partes se

combinan para formar un texto. Hace referencia tanto a la organización estructural de la

información como a los mecanismos para jerarquizarla; obedece a criterios formales.

Existen diferentes mecanismos de cohesión:

a. La referencia: Establece una relación entre un elemento del texto y otro u otros

que están en el texto o en el contexto situacional. La referencia textual puede ser

de dos tipos:

 Referencia exofórica: Se da cuando un elemento del texto alude a

elementos de la realidad o a factores extralingüísticos que no están en el

texto sino en el contexto situacional.

 Referencia endofórica: Se da cuando la relación se establece con un

referente que está presente en el mismo texto. Este tipo de referencia

puede ser de dos clases:

o Anafórica: Se da cuando en el interior del texto se establece una

referencia retrospectica (hacia atrás), es decir, cuando un término

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hace referencia a otro ya mencionado anteriormente. Para esto se

utilizan pronombres, adverbios, determinantes posesivos y

demostrativos.

o Catafórica: Se da cuando en el interior de un texto se establece

una referencia prospectiva (hacia adelante), es decir, cuando el

sentido de un término depende de otro que aparece

posteriormente. Como la referencia catafórica anuncia algo, suele

aparecer seguida de dos puntos (:), o de expresiones como por

ejemplo, tales como, etc.

b. La sustitución: La sustitución de un elemento léxico por otro, o por otra

expresión, nos indica que dentro del texto se ha establecido una relación

semántica entre el término sustituido y el sustituto. De esta manera se busca

evitar la repetición de un mismo elemento. La sustitución es de tipo anafórica y

puede realizarse de dos maneras:

 La sustitución sinonímica: consiste en el reemplazo de un elemento por

un sinónimo.

 La sustitución por medio de proformas: se da cuando una palabra o una

oración es reemplazada por un elemento lingüístico cuya función es la de

servir de sustituto a ese elemento léxico. Es importante que el referente y

el sustituto sean correferenciales. En español existen proformas

nominales, pronominales (los pronombres), adjetivales, adverbiales, y

verbales (verbo hacer).

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c. La elipsis: Se da cuando se suprime la información que está sobreentendida, y

que el lector puede inferir sin ningún problema. Sirve como mecanismo de

economía y de estilo.

d. Los conectores: Se utilizan para establecer una relación lógica entre las

oraciones de un texto. Expresan un sentido determinado e indican la existencia

de otros elementos. Existen diferentes clases de conectores:

 Adición: y, también, más, aún, adicional a lo anterior, por otra parte, otro

aspecto, así mismo, por añadidura.

 Contraste: pero, sin embargo, por el contrario, no obstante, aunque, a

pesar de, inversamente, en cambio.

 Causa-efecto: porque, por consiguiente, pues, así pues, por tanto, por

esta razón, puesto que, ya que, en consecuencia, de ahí que, así, por este

motivo, pues, por eso, de modo que, según.

 Temporales: después, luego, más tarde, antes, seguidamente, a

continuación, entre tanto, posteriormente, ahora, ya, enseguida,

inmediatamente, cuando, en el momento, tiempo después, finalmente.

 Comparación: así como, tanto como, del mismo modo, de la misma

manera, asimismo, igualmente.

 Énfasis: sobre todo, ciertamente, lo que es más, lo que es peor,

repetimos, en otras palabras, como si fuera poco, lo que es más

importante, especialmente.

 Ilustración o ampliación: por ejemplo, en otras palabras, es decir, tal

como, como es el caso de, de esta manera, así, así como.

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 Orden: primero, segundo, siguiente, después, a continuación,

finalmente, antes, desde entonces, en primer lugar, por último, al final, al

principio, inicialmente, enseguida.

 Cambio de perspectiva: por otra parte, de otra manera, en otro sentido,

por el contrario, en contraste con.

 Condición: si, con tal que, puesto que, ya que.

 Resumen o conclusión: para terminar, resumiendo, por último,

finalmente, en conclusión, en suma, en síntesis, como conclusión, en

resumen.

 Oposición y restricción: sin embargo, no obstante, con todo, salvo que, al

contrario, en cambio.

 Reformulación o aclaración: es decir, o sea, mejor dicho, por ejemplo, en

resumen.

e. La repetición o recurrencia: Sirve para garantizar el nivele de redundancia

exigido para facilitar una interpretación textual correcta. Tiene una doble

función, la primera es recuperar los conceptos ya conocidos, y la segunda, para

evitar la ambigüedad textual. Existen dos tipos de repetición:

 La repetición designativa: uno de los elementos correferenciales es un

deíctico.

 La repetición léxica: puede darse por medio de la repetición de una

misma palabra o reiteración de términos que están relacionados por su

significado (palabras de referencia generalizadora, sinónimos,

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antónimos, hiperónimos, hipónimos, asociación pragmática entre

palabras).

f. Los signos de puntuación: Proporcionan al lector pautas para generar sentido de

un texto escrito. Tienen varias funciones como estructurar el texto, delimitar las

frases, eliminar ambigüedades, resaltar ideas e indicar las relaciones de

subordinación entre ellas, regular el ritmo del texto, entre otras.

1.2.1.1.2 Coherencia semántica

La coherencia semántica es muy importante para la traducción ya que a través de ella se

encuentra el mensaje que el traductor debe decodificar del texto original para transmitirlo

en el texto meta. En este punto hay que resaltar que a veces lo que está sintácticamente

correcto no siempre es semánticamente aceptable. Es decir que aunque una oración respete

las reglas gramaticales de una lengua, no implica necesariamente que esta tenga

significado. Para entender mejor podemos hacer referencia al ejemplo de Chomsky:

Las ideas verdes incoloras duermen furiosamente. (Colorless green ideas sleep furiously.)

Como podemos observar la oración está gramaticalmente correcta. Sin embargo, si

pensamos en lo que quiere decir resulta difícil descubrir su significado. Para empezar, las

ideas no duermen, el verbo dormir se utiliza para referirse a algo vivo, como los humanos o

los animales, y el sustantivo ideas se refiere a algo abstracto. Lo mismo sucede con el

adverbio furiosamente. Además, al mencionar verdes se le está dando un color a las ideas,

por lo tanto, no es aceptable utilizar el adjetivo verdes junto al adjetivo incoloras. Queda

claro que esta oración es gramaticalmente correcta, pero semánticamente inaceptable.

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Por otro lado, podemos considerar también el lenguaje poético. En este caso la situación es

otra debido a que este tipo de lenguaje conlleva a cambios semánticos. Por ejemplo, al decir

Tus ojos son como esmeraldas, no se está diciendo que los ojos son esmeraldas, sino que se

hace referencia al color verde de esta piedra para compararlo con el color de los ojos. En

este caso la oración es gramaticalmente correcta y semánticamente aceptable.

Para definir lo que es la coherencia semántica podemos decir que esta mantiene la unidad y

organiza la estructura comunicativa de los textos de una manera específica. Es una

propiedad básicamente semántica que trata del significado del texto, de su contenido.

La coherencia es una característica esencial de la organización secuencial y estructurada de

los contenidos. Es la propiedad por medio de la cual la interpretación semántica de cada

enunciado depende de la interpretación de los enunciados que le anteceden y le siguen en la

cadena textual, y también de la adecuación lógica entre el texto y la situación contextual.

Por tanto, un texto es coherente cuando es percibido como una unidad de sentido, y cuando

la información nueva se va relacionando con la que se ha proporcionado anteriormente,

siguiendo un orden lógico, y sin que haya saltos que hagan difícil la comprensión del texto.

La coherencia obedece a criterios que están relacionados con la intención comunicativa. Al

hablar de intención nos referimos a lo que el autor quiere lograr en el texto y la traducción

del mismo, es decir, a su objetivo.

Se suele hablar de algunos tipos de coherencia:

 Coherencia lineal o secuencial: tiene que ver con la estructura del texto y

con la organización lógica de las ideas, es decir, que las distintas partes

mantengan una relación de significado, y que haya una progresión temática.

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 Coherencia global: tiene que ver con la unidad temática del texto, caracteriza

al texto como una totalidad.

 Coherencia local: tiene que ver con el sentido de cada enunciado, que estos

no contradigan el conocimiento que se tiene de la realidad, ni que impliquen

una contradicción interna.

 Coherencia pragmática: adecuación permanente entre el texto y el contexto

(las condiciones de los interlocutores, la intención comunicativa, el tiempo,

el lugar).

1.2.2 La traducción como proceso

El término traducción es ambiguo, ya que puede usarse para referirse al producto o al

proceso. Al hablar del proceso de traducción debemos tomar en cuenta que no se trata

únicamente de un proceso, sino de una compleja serie de operaciones para resolver

problemas y tomar decisiones (Juliane House, 2009). Para ilustrar esto, a continuación se

presenta un cuadro sobre la dinámica de traducción (Newmark: 19):

9. La verdad (la realidad


de los hechos)

1. Escritor en la LO 5. Lector en la LT

2. Normas de la LO 6. Normas de la
TEXTO LT
3. Cultura de la LO 7. Cultura de la
LT
4. Marco y tradición
de la LO 8. Marco y
tradición de la LT
10. Traductor

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Como podemos ver en el cuadro, la traducción no consiste únicamente en pasar un texto de

una lengua a otra puesto que se debe tomar en cuenta varios puntos:

1. Escritor en la LO: El estilo individual o idiolecto del autor de la LO. Hay que

decidir cuándo conservarlo y cuando normalizarlo.

2. Normas de la LO: El uso convencional de la gramática y el léxico en el texto, de

acuerdo al tema y a la situación.

3. Cultura de la LO: El contenido que se refiera a la cultura de la LO, o a la de una

tercera lengua (o sea, ni a la LO ni a la LT).

4. Marco y tradición de la LO: El formato típico de un texto dentro de un libro,

periódico, revista, etc., en cuanto que está influido por la tradición del momento.

5. Lector en la LT: Las expectativas del lector, tomando en cuenta su hipotético

conocimiento del tema y el estilo de lenguaje que usa, expresados en términos del

máximo común denominador, ya que no se debería traducir ni por debajo ni por

encima del nivel del lector.

6. Normas de la LT: El uso convencional de la gramática y el léxico, de acuerdo al

tema y a la situación.

7. Cultura de la LT: El contenido que se refiera a la cultura de la LT, o a la de una

tercera lengua (o sea, ni a la LO ni a la LT).

8. Marco y tradición de la LT: El formato típico de un texto dentro de un libro,

periódico, revista, etc., en cuanto que está influido por la tradición del momento.

9. La verdad: Lo que se describe, relata, averigua o verifica (la verdad referencial)

independientemente de la LO y de las expectativas del lector.

10. Traductor: Los puntos de vista y prejuicios del traductor.

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Según García Yebra (1982: 30-33) la traducción consta de dos fases: la fase de la

comprensión del texto original (TO), en la que el traductor busca el sentido del texto, y la

fase de la expresión del mensaje en la lengua terminal (LT), en la que el traductor busca las

palabras, las expresiones en la lengua terminal para reproducir el contenido del texto

original. Estas dos actividades se dan de manera simultánea. De hecho, uno no se da cuenta

de que no ha entendido bien el TO hasta que se presenta un problema en la producción o

evaluación del TM (texto meta) (Sándor Hervey, Ian Higgings, Louise M. Haywood, 2006).

La comprensión es indispensable para traducir ya que de ella depende que se transmita

fielmente el mensaje del TO. Cuando el traductor se encuentra en esta fase del proceso de

traducción debe estar consciente de las equivalencias entre ambas lenguas, pues existen

expresiones y modismos que no pueden traducirse literalmente y requieren mucha atención

por parte del traductor, ya que es difícil encontrar diccionarios con este tipo de expresiones.

Además, es importante tener presente que puede encontrar elementos que parecen

intraducibles. Sin embargo, aunque lo más fácil sería dejar de lado estos elementos que

parecen no tener traducción, el traductor no puede darse ese lujo y debe buscar la manera

de compensarlos en la LT, ya sea poniendo notas al pie de página, poniendo una

explicación entre paréntesis, entre otras.

En esta fase el traductor se diferencia del lector común por la intensión e intensidad de su

lectura, que no suele realizarse en su lengua materna. El traductor, al igual que el lector

común, va desde los signos lingüísticos, o los significantes, hasta el significado semántico.

Tanto el traductor como el lector siguen una dirección inversa a la del autor al escribir el

texto original, ya que este avanza desde el contenido semántico hasta los signos lingüísticos

que le permiten expresarlo.

21
Sin embargo, existe una diferencia importante entre el lector común y el traductor. El

lector se detiene cuando ha captado el mensaje del texto, mientras que el traductor, desde el

comienzo, tiene la intención de ir más allá, busca tomar la misma dirección que el autor

sólo que de otra manera, ya que irá desde el contenido del texto original hasta los signos

lingüísticos que pueden expresarlo, pero en la lengua terminal, que suele ser la lengua

materna del traductor. El traductor no puede conformarse con la comprensión del lector

común, sino que debe intentar acercarse lo más que pueda a la comprensión total, aunque

sepa que no la alcanzará por completo. Por lo que se puede decir que dos lectores nunca

ven lo mismo en un mismo texto, y esto se refleja en el hecho de que no existen dos

traducciones del mismo libro exactamente iguales.

El traductor debe comenzar por una lectura atenta del texto original y, como ocurre en la

mayoría de los casos, deberá hacer una segunda y hasta una tercera lectura del texto.

Cuando se lee como traductor, se lee en una lengua extranjera, lo que tiene ventajas y

desventajas. Las desventajas se encuentran en la resistencia que toda lengua impone a los

extranjeros; las ventajas tienen origen en esta misma resistencia, ya que estimula la

atención y el interés.

La fase de la expresión es la traducción auténtica, debido a que aquí se hace el traslado del

contenido del texto original al texto meta con los elementos de la lengua terminal. En esta

fase el traductor utiliza su competencia traductora, es decir, que hace uso de las técnicas de

traducción, del conocimiento de la cultura y de la gramática de la LT, entre otros

elementos, para resolver los problemas que se presenten al momento de traducir.

22
Peter Newmark (1987: 36-60) hace una descripción operativa del proceso de la traducción.

El primer paso es escoger un método de aproximación al texto. Luego, cuando se traduce,

se toma en cuenta cuatro niveles, que son los siguientes:

a. El nivel del texto en lengua original, llamado también nivel lingüístico.

Cuando se trabaja en este nivel se hacen algunas “conversiones” lingüísticas de

manera intuitiva, ya que uno convierte la gramática de la LO en los equivalentes

“disponibles” en la LT, y traduce las unidades léxica por el sentido que parece más

apropiado según el contexto de la oración.

b. El nivel referencial, conocido como el de los objetos o sucesos, reales o

imaginarios, que representa una parte fundamental de la comprensión y del proceso

de reproducción. Nunca se debería leer una oración sin verla en el nivel referencial.

Sin importar que tipo de texto sea, se debe decidir continuamente de qué trata, cuál

es su motivo y qué rumbo muestra el autor. En las oraciones que no estén claras, o

sean ambiguas, hay que hacerse algunas preguntas como: ¿qué es lo que está

pasando realmente?, ¿por qué?, ¿lo puedo ver en mi mente?, ¿lo puedo imaginar? El

nivel referencial va a la par con el textual. Todos los idiomas poseen palabras

polisémicas y estructuras que, para resolver el problema que presentan, requieren

acudir al nivel referencial. Este nivel se basa en la aclaración de todas las

dificultades lingüísticas y en la información adicional que se obtenga.

c. El nivel de cohesión, que es el que traza el hilo del pensamiento y el tono emotivo

del texto en LO, abarca tanto la comprensión como la reproducción. Este nivel sigue

la estructura del texto y su estilo. La estructura se da por medio de los conectivos

(conjunciones, enumeraciones, reiteraciones, artículo definido, palabras generales,

23
sinónimos referenciales, signos de puntuación), que son los encargados de unir las

oraciones del texto, y en general van de la información conocida (tema) a la nueva

(rema). El nivel cohesivo es un regulador que garantiza la coherencia y gradúa el

énfasis. En este nivel es en el que se reconsidera la longitud de las oraciones y

párrafos, la formulación del título y el tono de la conclusión.

d. El nivel de naturalidad, relacionado con la reproducción. La traducción debe sonar

natural, es decir, que esté escrita en un lenguaje corriente, que los modismos y

palabras se adecuen a la situación y que se respete el estilo del texto original. Aquí

se debe tomar en cuenta el grado de formalidad del texto. El nivel de naturalidad es

tanto gramatical como léxico, y se puede extender a todo el texto por medio de

conectivos oracionales adecuados. El uso natural comprende los modismos, el estilo

o registro, que están determinados por el marco del texto, es decir, el medio donde

se publica, y por el autor, el tema y el lector. No existe una naturalidad universal, ya

que depende de la relación entre escritor, lector y tema o situación.

Finalmente, hay un procedimiento de revisión que equivale, al menos, a la mitad del

proceso. En esta etapa hay que corregir la traducción para lograr elegancia y fuerza

expresiva.

Según Vázquez-Ayora (1977: 395-396) la revisión de la traducción consta de cuatro pasos:

1. Lectura del texto en la LT para ver el efecto total del tema y del estilo.

2. Lectura, a grandes rasgo, del texto en LO.

3. Comparación de los textos en LO y LT para comprobar la fidelidad de la

traducción.

24
4. Lectura final del texto en LT.

Newmark señala que, según su criterio, existen dos maneras de abordar la traducción:

a. empezar a traducir el primer párrafo o capítulo, oración por oración, para cogerle el

tino y el tono al texto, y luego revisar la postura adoptada y leer el resto del texto en

LO; o

b. leer el texto dos o tres veces y ver cuál es su intención, registro y tono, señalar los

párrafos y palabras difíciles, y luego empezar a traducir.

Como podemos ver, todos los autores mencionados coinciden en el hecho de que el proceso

de traducción consta básicamente de dos fases: la fase de la comprensión y la expresión, y

que para que puedan llevarse a cabo deben tomarse en cuenta ciertos puntos como el nivel

textual, el nivel referencial, el nivel de cohesión y el nivel de naturalidad, y, finalmente, la

revisión del texto meta para comprobar su fidelidad.

Para cerrar este capítulo volvemos a mencionar “el genio de la lengua” y su vital

importancia para la traducción, ya que el reflejar las características de cada lengua nos

ayuda a entender que la traducción no consiste únicamente en un simple proceso de

traducción de palabras puesto que hay que tomar en cuenta otros puntos como el léxico, la

sintaxis y la semántica. Además, hay que tener presente que aunque exista un gran número

de definiciones de traducción, todas coinciden en que al traducir hay que mantener las

equivalencias semánticas y estilísticas. Asimismo es importante recalcar que la traducción

no es únicamente traducir de una lengua a otra sino también de una cultura a otra.

Otro punto importante es la competencia traductora que consiste en el conocimiento

específico y especializado que posee el traductor tanto de la lengua original como de la

25
lengua meta. Esta competencia traductora se adquiere durante el proceso de formación del

traductor; sin embargo, este no termina nunca, pues a lo largo de su carrera el traductor

adquiere experiencia y nuevos conocimientos. Igualmente, hay que tomar en cuenta la

cohesión sintáctica y la coherencia semántica puesto que están estrechamente ligadas con la

comprensión y la producción de textos. La primera se refiere a la manera en que las

palabras y las oraciones se relacionan para formar un texto, y la segunda al contenido del

texto, a su significado. Finalmente está la traducción como proceso que consta de dos fases:

la fase de la comprensión, en la que el traductor busca el sentido del texto en LO, y la fase

de la expresión, en la que el traductor busca las expresiones en LT para transmitir el

contenido del texto original.

26
Capítulo 2:

Las diferencias morfológicas del verbo portugués y español

Este capítulo trata sobre los tiempos verbales del español y del portugués. Se describirá el

uso de los verbos auxiliares, así como el del subjuntivo, puesto que existen diferencias

importantes en ambas lenguas. Se incluirá también los verbos con dos participios y la

ortografía del verbo y, finalmente, se estudiará el infinitivo pessoal, que es un tiempo que

no existe en español. Estos puntos se tratarán con el objetivo de explicar y comprender la

cercanía que existe entre la morfología del español y del portugués, que no se puede dejar

de lado al momento de traducir.

2.1 Tiempos verbales del español

Es pertinente para el desarrollo de esta disertación tratar los tiempos verbales puesto que es

importante que el traductor conozca su correcto uso para evitar ambigüedades en el texto

meta. Al tratar este punto se resalta el hecho de que el traductor necesita un conocimiento

profundo de la lengua a la que traduce, que debería ser su lengua materna, y de esta manera

asegurar que se transmita el contenido del texto original tal y como se lo presenta. Además,

hay que considerar que aunque dos lenguas parezcan tener tiempos verbales equivalentes,

no siempre es el caso. Como se verá más adelante, esto sucede con algunos tiempos del

español y del portugués.

La flexión comprende tres modos verbales: el indicativo, el subjuntivo y el imperativo. El

indicativo está compuesto por cinco tiempos simples: presente, pretérito imperfecto,

pretérito perfecto simple, futuro y condicional. El subjuntivo comprende tres tiempos

simples: presente, pretérito imperfecto y futuro. El imperativo sólo tiene un tiempo simple:

27
el presente. A cada uno de los tiempos simples, con excepción del imperativo, le

corresponde un tiempo compuesto. Además, en la flexión se incluyen tres formas

desprovistas de morfemas verbales de número y persona, llamadas finitas o no personales

que son: el infinitivo, el participio y el gerundio, que también pueden ser simples o

compuestas (Esbozo: 253). Para esta disertación se tomarán en cuenta únicamente los

tiempos del modo subjuntivo.

2.1.1 Verbo haber como auxiliar

La flexión de los verbos españoles comprende formas simples y formas compuestas. A cada

una de las formas simples le corresponde una forma compuesta, que se construye con la

forma simple correspondiente del auxiliar haber y el participio del verbo que se conjuga:

amo, he amado; amaba, había amado; amé, hube amado, etc. (Esbozo: 252).

Días antes la crecida había cubierto las marcas puestas al final de la tierra de aluvión

[…]. (ver anexo página 123)

Era como si Fabiano hubiera despellejado un animal. (ver anexo página 127)

Si hubiera llegado antes, probablemente Fabiano la habría ahuyentado. (ver anexo página

131)

Un verbo desempeña la función de auxiliar cuando pierde total o parcialmente su

significado propio al encabezar una perífrasis verbal (Esbozo: 444). Los verbos auxiliares

son los que sirven para la formación de los tiempos compuestos y de la voz pasiva. Haber,

ser y estar son los más usados. (Larousse: 11-12).

28
2.1.2 El subjuntivo

Se hace una descripción de los tiempos del subjuntivo puesto que en este modo es

donde se encuentran las mayores diferencias en varias lenguas. Si tomamos como ejemplo

el inglés, podemos notar que en esta lengua no existe el subjuntivo, lo que presenta un

problema para el traductor, quien debe buscar la manera de compensar la falta de este

modo. La dificultad se presenta cuando se traduce del inglés al español y viceversa. En el

caso del español y del portugués, a pesar de que en ambas lenguas existe el subjuntivo, hay

diferencias. Estas diferencias se presentarán más adelante. A continuación se hace una

descripción del subjuntivo en español para permitirnos establecer las diferencias que hay

entre el español y el portugués.

Las relaciones temporales entre las distintas formas verbales del subjuntivo, debido al

carácter de irrealidad que tiene este modo, son menos claras que en indicativo, y lo mismo

sucede con la correspondencia entre los tiempos de estos dos modos. El indicativo tiene

diez tiempos, y el subjuntivo sólo seis, que se reducen a cuatro ya que los dos futuros han

caído en desuso.

Todos los tiempos del subjuntivo son relativos, y, a veces, las relaciones de anterioridad,

coexistencia y posteridad son aleatorias (Larousse: 14, Esbozo: 476).

El subjuntivo depende de otro verbo. Por ejemplo: temo que, no sabía que, es posible que,

el cual envuelve al verbo subordinado en la irrealidad que cada uno de ellos expresa.

Temo que el vuelo se retrase.

No sabía que estuviese/estuviera aquí.

29
Es posible que no asista a la reunión de mañana.

Existen muchas oraciones simples e independientes cuyo único verbo está en modo

subjuntivo, estas son las oraciones de posibilidad, dubitativas, desiderativas y exhortativas.

En estas oraciones el subjuntivo señala el carácter volitivo, dubitativo o afectivo,

ayudándose de ciertas partículas o del sentido y, en la lengua hablada, de la entonación

(Esbozo: 454-455).

Debería estar en casa. (oración de posibilidad)

Tal vez esté trabajando. (oración dubitativa)

Ojalá haga sol. (oración desiderativa)

No llegues tarde. (oración exhortativa)

Se hace el estudio del subjuntivo del español para contrastar con el uso en portugués, ya

que aquí es donde se encuentra la mayoría de las diferencias de usos de los tiempos

verbales, en ambas lenguas. También sirve para establecer que, como se mencionó

anteriormente, estas lenguas son cercanas pero presentan diferencias que son importantes

que el traductor tome en cuenta.

2.1.2.1 Correspondencia de los tiempos del subjuntivo con los del

indicativo

Modo Indicativo Modo Subjuntivo

Presente Presente

Creo que viene Juan. No creo que venga Juan.

30
Futuro

Creo que vendrá Juan. No creo que venga Juan.

Pretérito perfecto compuesto Pretérito perfecto

Creo que ha venido Juan. No creo que haya venido Juan.

Futuro perfecto

Creo que habrá venido Juan. No creo que haya venido Juan.

Pretérito imperfecto Pretérito imperfecto

Creí que llegaba Juan. No creí que llegara/llegase Juan.

Pretérito perfecto simple

Creo que llegó Juan. No creo que llegara/llegase Juan.

Condicional

Creí que llegaría Juan. No creía que llegara/llegase Juan.

Pretérito pluscuamperfecto Pretérito pluscuamperfecto

Creí que había llegado Juan. No creía que hubiera/hubiese

llegado Juan.

Condicional perfecto

Creía que habría llegado Juan. No creía que hubiera/hubiese

llegado Juan.

El pretérito anterior no tiene forma correspondiente en el subjuntivo (Esbozo: 477).

31
2.1.2.2 Presente de subjuntivo

El presente de subjuntivo es un tiempo relativo y de aspecto imperfectivo que expresa una

acción en presente o en futuro.

No creo que lo conozcas.

Dudo que vengan antes de dos meses.

Debido a la capacidad de este tiempo para denotar una acción futura, es muy frecuente su

uso para construir oraciones simples dubitativas, optativas y exhortativas.

Tal vez venga mañana. (dubitativa)

¡Ojalá apruebe el examen! (optativa)

¡Marchemos por la senda constitucional! (exhortativa)

También se usa para expresar mandatos, por lo que se utiliza para sustituir a las personas

inexistentes en el imperativo, que solo posee la segunda persona del singular y del plural

(venga usted temprano; amemos a la patria), y para la formulación negativa de un ruego o

una orden (no rompáis la unidad nacional, en vez de no romped) (Larousse: 14).

El carácter irreal del subjuntivo y el eventual del futuro de indicativo explican que en

ocasiones se confunda en una sola forma. En la oración No creo que venga, podemos

referirnos a que el acto se esté produciendo ahora, como a que se producirá en el futuro.

Como el presente de subjuntivo es un tiempo relativo, la acción se mide desde el momento

que enuncia el verbo regente: me han rogado/me ruegan/ me rogarán que hable; pero por

tratarse también de un tiempo imperfecto, no importa el momento presente o futuro en que

32
se realice la acción del verbo que va en subjuntivo. Si la acción se produce en pasado habría

que decir Me han rogado/me rogaron/me rogaban que hablara o hablase. El límite

temporal del presente de subjuntivo, frente al imperfecto de subjuntivo, es que el primero

no puede ser pretérito, mientras que el segundo sí (Esbozo: 477-478).

A veces en subordinación se usa el presente de subjuntivo en sustitución del presente o el

futuro de indicativo, para denotar un matiz de mayor incertidumbre.

El espectáculo que descubramos (descubriremos) desde arriba nos compensará de las

fatigas del camino.

No sé si tengan (tienen o tendrán) crédito mis palabras, pero pienso que podríamos

ultimarlo sin riesgo alguno.

El presente de subjuntivo sustituye al futuro de indicativo en las oraciones temporales.

Cuando llegue tú hermana.

no

Cuando llegará tú hermana.

2.1.2.3 Pretérito perfecto de subjuntivo

Es un tiempo relativo y de aspecto perfectivo que expresa una acción acabada en un tiempo

pasado o fututo. Suele depender de otro verbo en presente o en futuro de indicativo

(Larousse: 15).

Dudo que haya terminado; me alegraré de que lo haya terminado.

33
Como se indicó anteriormente, el pretérito perfecto de subjuntivo corresponde al pretérito

perfecto compuesto y al futuro perfecto de indicativo (ver 2.1.2.1).

Creo que ha venido Juan. No creo que haya venido Juan.

Creo que habrá venido Juan. No creo que haya venido Juan.

En algunos casos, el aspecto perfectivo del pretérito perfecto de subjuntivo se neutraliza en

el contexto, y puede ser sustituido por un tiempo imperfecto sin que se altere el sentido. Lo

mismo sucede si el pretérito perfecto expresa una acción futura.

Cuando se marche (se haya marchado) la gente, continuaremos nuestra conversación.

En este ejemplo las dos acciones sucesivas se delimitan entre sí, y cuando se marche la

gente toma aspecto perfectivo (Esbozo: 479).

2.1.2.4 Pretérito imperfecto de subjuntivo

Es un tiempo relativo e imperfecto usado para referirse a una acción pasada, presente o

futura. Se diferencia del presente de subjuntivo en que el presente no puede expresar una

acción pretérita, ya que solo abarca el presente y el futuro, mientras que el imperfecto de

subjuntivo también abarca el pasado. Suele depender de otro verbo en modo indicativo y en

pretérito perfecto simple, pretérito imperfecto o condicional.

Si pudiera ver el rostro del padre, comprendería tal vez una parte de la narración […].

(ver anexo página 123)

34
¿Sería posible que el agua topara los juazeiros? Si esto sucediera, la casa sería invadida,

los moradores tendrían que subir al monte, vivir unos días en el monte, como conejos. (ver

anexo página 124)

Si encontrara un conocido, iría a llamarlo a la acera, abrazarlo, sonreír, batir palmas.

(ver anexo página 135)

Si ganara, podría comprar la cama de cuero crudo […]. (ver anexo página 135)

[…] temía que el soldado amarillo surgiera de repente, viniera a clavarle el taco de la

bota en el pie. (ver anexo página 136)

Quería que lo dejaran con la mujer, los hijos y la perrita. (ver anexo página 137)

En las oraciones simples, el pretérito imperfecto de subjuntivo expresa, con más fuerza, los

mismos matices (duda, deseo) que el presente de subjuntivo (Larousse: 14-15).

¡Ojalá aprobara el examen!

Como se señaló anteriormente, corresponde a tres tiempos simples del indicativo: pretérito

perfecto simple, pretérito imperfecto y condicional (ver 2.1.2.1).

Creo que llegó Juan. No creo que llegara/llegase Juan.

Creí que llegaba Juan. No creí que llegara/legase Juan.

Creía que llegaría Juan. No creía que llegara/llegase Juan.

El significado temporal de las dos formas amara/amase puede ser presente, pasado o

futuro, si se mide desde el momento en que se habla, ya que su aspecto imperfecto, de

límites indeterminados, las hace aptas para expresar relaciones de coexistencia, anterioridad

35
y posteridad. El significado temporal que tenga el imperfecto de subjuntivo en cada caso

depende del contexto y de la intención del hablante (Esbozo: 479).

Si no estuviera tan ansioso, eructando, sudando, pelearía con ellos. (ver anexo página 137)

Si la sequía llegara, abandonaría mujer e hijos, confrontaría a cuchilladas al soldado

amarillo, después mataría al juez, al fiscal y al jefe de la policía. (ver anexo página 126)

Pero regresarían cuando las aguas bajaran, sacarían del barrero tierra para vestir el

esqueleto de la casa. (ver anexo página 125)

Si se topara con el soldado amarillo, se daría a golpes con él. (ver anexo página 136)

¿Sería que allí el pueblo era bravo y no consentía que ellos anduviesen entre las barracas?

(ver anexo página 132)

2.1.2.5 Pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo

Es un tiempo relativo y perfecto que expresa una acción pasada realizada en una unidad de

tiempo ya terminada (Larousse: 15).

Era como si Fabiano hubiera (o hubiese) despellejado un animal. (ver anexo página 127)

No había noticias de que los hubiera (o hubiese) alcanzado. (ver anexo página 126)

Corresponde al pluscuamperfecto del indicativo y al condicional perfecto (Larousse: 15), y

denota en el subjuntivo las mismas relaciones temporales que estos dos tiempos expresan

en el indicativo; es decir que significa una acción pasada y perfecta, anterior a otra también

pasada, y que tiene el significado de probabilidad, con valor temporal (Esbozo: 481).

Creí que había llegado Juan. No creía que hubiera/hubiese llegado Juan.
36
Creía que habría llegado Juan. No creía que hubiera/hubiese llegado Juan.

Para su empleo en las oraciones condicionales rige la misma norma que para el imperfecto

de subjuntivo (Esbozo: 481).

Si hubiera (o hubiese) llegado antes, probablemente Fabiano la habría ahuyentado. (ver

anexo página 131)

2.1.2.6 Futuro de subjuntivo

Es un tiempo relativo que sirve para expresar una acción como no acabada, y siempre

eventual. Ha caído en desuso, ya que ha sido sustituido en el habla por los presentes de

indicativo o subjuntivo. Sin embargo, se usa poco en la lengua literaria y en algunos dichos

que se conservan en el habla coloquial (Larousse: 15, Esbozo: 481-482).

Sea lo que fuere.

Venga de donde viniere.

Adonde fueres, haz lo que vieres.

También se puede encontrar este tiempo en los discursos formales.

2.1.2.7 Futuro perfecto de subjuntivo

Es un tiempo relativo que sirve para expresar una acción acabada y eventual. Ha caído en

desuso, y se conserva únicamente en el lenguaje jurídico. Ha sido sustituido en el habla por

los pretéritos perfectos de indicativo o subjuntivo (Larousse: 15, Esbozo: 482).

Podrán exigir… si no hubiere obtenido el beneficio de pobreza, el abono de los derechos,

honorarios e indemnización…
37
2.1.3 Verbos con dos participios

Existe una serie de verbos que se caracteriza por tener dos participios, uno regular y otro

irregular, este último tomado del latín de forma más directa. Sin embargo, para la

formación de los tiempos compuestos se utiliza el participio regular, con la excepción de

frito, impreso y provisto, dejando a los irregulares en función adjetiva.

El profesor no ha corregido todavía los ejercicios.

El ejercicio resulta correcto.

Esta es la lista de los verbos principales con dos participios (Larousse: 171-172):

Verbo Participio regular Participio irregular

Absorber absorbido absorto

Abstraer abstraído abstracto

Afligir afligido aflicto

Ahitar ahitado ahíto

Atender atendido atento

Bendecir bendecido bendito

Bienquerer bienquerido bienquisto

Circuncidar circuncidado circunciso

Compeler compelido compulso

Concluir concluido concluso

Confundir confundido confuso

Consumir consumido consunto

38
Contundir contundido contuso

Convencer convencido convicto

Convertir convertido converso

Corregir corregido correcto

Corromper corrompido corrupto

Despertar despertado despierto

Desproveer desproveído desprovisto

Difundir difundido difuso

Dividir dividido diviso

Elegir elegido electo

Enjugar enjugado enjuto

Excluir excluido excluso

Eximir eximido exento

Expeler expelido expulso

Expresar expresado expreso

Extender extendido extenso

Extinguir extinguido extinto

Fijar fijado fijo

Freír freído frito

Hartar hartado harto

Imprimir imprimido impreso

Incluir incluido incluso

Incurrir incurrido incurso

39
Infundir infundido infuso

Injertar injertado injerto

Insertar insertado inserto

Invertir invertido inverso

Juntar juntado junto

Maldecir maldecido maldito

Malquerer malquerido malquisto

Manifestar manifestado manifiesto

Manumitir manumitido manumiso

Nacer nacido nato

Oprimir oprimido opreso

Poseer poseído poseso

Prender prendido preso

Presumir presumido presunto

Pretender pretendido pretenso

Propender propendido propenso

Proveer proveído provisto

Recluir recluido recluso

Retorcer retorcido retuerto

Salpresar salpresado salpreso

Salvar salvado salvo

Sepelir sepelido sepulto

Sepultar sepultado sepulto

40
Sofreír sofreído sofrito

Soltar soltado suelto

Substituir substituido substituto

Sujetar sujetado sujeto

Suspender suspendido suspenso

Sustituir sustituido sustituto

Teñir teñido tinto

Torcer torcido tuerto

Torrefactar torrefactado torrefacto

2.1.4 Ortografía del verbo

Cuando se estudian los tiempos verbales hay que tener presente que no se debe tomar en

cuenta únicamente la conjugación de los verbos, sino también la ortografía de los mismos,

puesto que algunos verbos, ya sean regulares o irregulares, presentan anomalías en la

escritura. En los cuadros que se encuentran a continuación se presentan las diferentes

variaciones ortográficas que pueden sufrir algunos verbos.

Existen unos verbos regulares que por razones ortográficas presentan alguna irregularidad

en la escritura. En el siguiente cuadro se encuentran estas variaciones gráficas.

Conjugación Terminación Transformación Circunstancia Ejemplo

Primera conjugación -car c → qu delante de e sacar

(verbos terminados en -gar g → gu delante de e pagar

41
-ar) -zar z→c delante de e cazar

Segunda conjugación -cer c→z delante de a, o merecer

(verbos terminado en -ger g→j delante de a, o proteger

-er) -eer i→y entre dos vocales poseer

y sin acento

tónico

Tercera conjugación -cir c→z delante de a, o zurcir

(verbos terminados en -gir g →j delante de a, o dirigir

-ir) -guir gu → g delante de a, o distinguir

-quir qu → c delante de a, o delinquir

Los verbos de la primera conjugación cuyo infinitivo termina en –iar se dividen en dos

grupos, los que acentúan la i en las personas del singular y en la última persona del plural

del presente de indicativo, del presente de subjuntivo y del imperativo, y los que no la

acentúan.

Verbo guiar:

Presente de Presente de Imperativo

indicativo: subjuntivo:

Yo guío guíes

Tú guías guíes guía tú

Él guía guíe guíe él

Nosotros guiamos guiemos guiemos nosotros

42
Vosotros guiáis guiéis guiad vosotros

ellos guían guíen guíen ellos

Verbo aliviar:

Presente de Presente de Imperativo

indicativo subjuntivo

Yo alivio alivie

Tú alivias alivies alivia tú

Él alivia alivie alivie él

Nosotros aliviamos aliviemos aliviemos nosotros

Vosotros aliviáis aliviéis aliviad vosotros

ellos alivian alivien alivien ellos

Cabe mencionar que el pronombre vosotros es utilizado en España, mientras que en

Latinoamérica se utiliza el pronombre usted, que se conjuga igual que la tercera persona del

plural.

Los verbos terminados en –uar también se dividen en dos grupos, los que acentúan la –u en

las personas del singular y en la tercera del plural del presente de indicativo, del presente de

subjuntivo y del imperativo, y los que no.

43
Verbo actuar:

Presente de Presente de Imperativo

indicativo subjuntivo

Yo actúo actúe

Tú actúas actúes actúa tú

Él actúa actúe actúe él

Nosotros actuamos actuemos actuemos nosotros

Vosotros actuáis actuéis actuad vosotros

Ellos actúan actúen actúen ellos

Verbo averiguar:

Presente de Presente de Imperativo

indicativo subjuntivo

Yo averiguo averigüe

Tú averiguas averigües averigua tú

Él averigua averigüe averigüe él

Nosotros averiguamos averigüemos averigüemos nosotros

Vosotros averiguáis averigüéis averiguad vosotros

Ellos averiguan averigüen averigüen ellos

La mayor parte de los verbos irregulares presentan problemas en la raíz verbal. En el

siguiente cuadro se presentan las irregularidades más comunes.

44
Debilitación e→i pedir, pidió

o→u morir, murió

Irregularidad Diptongación e → ie querer, quiero

vocálica o → ue volver, vuelvo

i → ie inquirir, inquiero

u → ue jugar, juego

Sustitución de hacer, haga; haber,

consonante haya

Irregularidad a la consonante final nacer, nazco; salir,

consonántica Adición de de la raíz salgo

consonante a la última vocal de huir, huyo; oír, oye

la raíz

Vocal + consonante decir, digo; caber,

Sustitución por otra vocal y quepo

Irregularidad consonante

mixta Agregación de –ig a la última oír, oigo; caer, caigo

vocal de la raíz

Los verbos ser e ir tienen más de una raíz.

Infinitivo Presente Pretérito imperfecto Pretérito perfecto simple

ser soy era fui

ir voy iba fui

45
Existen verbos que pierden la e o la i de las terminaciones –er e –ir del infinitivo cuando se

forman los tiempos futuro de indicativo y condicional.

Infinitivo Futuro Condicional

haber habré habría

caber cabré cabría

saber sabré sabría

poder podré podría

Finalmente, existen algunos verbos que interponen una d entre la última consonante de la

raíz y la r del infinitivo.

Infinitivo Futuro Condicional

poner pondré pondría

tener tendré tendría

valer valdré valdría

salir saldré saldría

venir vendré vendría

(Larousse: 16-20, Esbozo: 250)

Como pudimos ver en estos cuadros, la conjugación no incluye únicamente los tiempos

verbales sino también la ortografía de los verbos, puesto que algunos presentan

irregularidades en la escritura. Estas variaciones ortográficas se dan en circunstancias

específicas aunque el verbo sea regular, como se vio en el primer cuadro. También se

46
pueden dar como consecuencia de las reglas de acentuación, como es el caso de guío y

alivio o actúo y averiguo, o se dan porque el verbo es irregular.

2.2 Tiempos verbales del portugués

Para el desarrollo de esta disertación es importante revisar los tiempos verbales del

portugués puesto que la morfología del verbo es fuente de algunas de las dificultades para

el traductor. Como se verá más adelante, el futuro simples do subjuntivo y el futuro

composto do subjuntivo son de uso común en portugués, cosa que no sucede en español, ya

que, como se explicó antes, están en desuso y han sido reemplazados por otros tiempos

verbales (ver 2.1.2.6, 2.1.2.7). Además existe el infinitivo pessoal, que es un tiempo que no

existe en español. Todos estos puntos son obstáculos que el traductor debe reconocer y

superar. Asimismo, al contrastar estos tiempos se comprueba que no existe una

equivalencia exacta para los tiempos del español y del portugués, lo que dificulta la tarea

del traductor y requiere su atención.

2.2.1 Verbos ter y haver como auxiliares

Según Celso Cunha y Luís F. Lindley Cintra (1985: 383), tanto ter (tener) como haver

(haber) se utilizan para formar los tiempos compuestos del portugués, y son indicadores de

un hecho acabado, repetido o continuo.

Tenho feito exercícios.

He hecho ejercicio.

Havíamos comprado livros.

Habíamos comprado libros.

47
La única diferencia que se puede resaltar con respecto a estos dos auxiliares es la frecuencia

de uso, pues tanto en Portugal como en Brasil el verbo ter es el que más se usa para la

formación de los tiempos compuestos. El auxiliar ter es el que se utiliza comúnmente,

mientras que al auxiliar haver se lo puede encontrar en la literatura y en discursos formales.

[…] horríveis visões de pesadelo tinham agitado o sono das pessoas. (Ramos: 65)

[...] horribles visiones de pesadilla habían agitado el sueño de las personas. (ver anexo

página 3)

A água tinha subido, alcançado a ladeira [...] (Ramos: 66)

El agua había subido, alcanzando la ladera […] (ver anexo página 124)

Era como se Fabiano tivesse esfolado um animal. (Ramos: 68)

Era como si Fabiano hubiera (o hubiese) despellejado un animal. (ver anexo página 127)

Teria sido melhor a repetição das palavras. (Ramos: 68)

Habría sido mejor la repetición de las palabras. (ver anexo página 127)

En la primera definición que da el Diccionario de la Real Academia del verbo haber, se

indica que es un “aux. U. para conjugar otros verbos en los tiempos compuestos. Yo he

amado. Tú habrás leído.” Sin embargo, si buscamos el verbo tener nos damos cuenta de

que recién en la acepción número quince dice: “U. como auxiliar con participio conjugado,

haber. Te tengo dicho que no salgas.” Esto demuestra que, a diferencia de lo que sucede en

portugués, el auxiliar que más se utiliza en español para la formación de los tiempos

compuestos es haber.

48
[...] horribles visiones de pesadilla habían agitado el sueño de las personas. (ver anexo

página 3)

[…] horríveis visões de pesadelo tinham agitado o sono das pessoas. (Ramos: 65)

El agua había subido, alcanzando la ladera […] (ver anexo página 124)

A água tinha subido, alcançado a ladeira [...] (Ramos: 66)

Era como si Fabiano hubiera (o hubiese) despellejado un animal. (ver anexo página 127)

Era como si Fabiano tivesse esfolado um animal. (Ramos: 68)

Habría sido mejor la repetición de las palabras. (ver anexo página 127)

Teria sido melhor a repetição das palavras. (Ramos: 68)

Como podemos ver en estos ejemplos, el auxiliar que se utilizó en español para formar los

tiempos compuestos es el verbo haber, mientras que en portugués se utilizó el verbo ter,

dejando claro que el uso de los auxiliares en portugués es lo opuesto al uso en español.

Tanto en español como en portugués, un verbo desempeña la función de auxiliar cuando

pierde parcial o totalmente su significado propio al encabezar una perífrasis verbal. Esto es

lo que sucede con los auxiliares en ambas lenguas.

Sin embargo, hay que tomar en cuenta que, en portugués, el verbo haver, de acuerdo a su

significado, puedo usarse en todas las personas o sólo en la tercera persona del singular

(Cunha, Cintra: 525-528).

49
Se utiliza en todas las personas en los siguientes casos:

1. Cuando es auxiliar, con sentido equivalente a ter, ya sea junto a un participio, o

junto a un infinitivo precedido de la preposición de.

Também a mim me hão ferido.

A mí también me han herido.

O que houvermos de perder.

Lo que habremos de perder.

2. Cuando es verbo principal, con significado de conseguir, obter (obtener), alcançar

(alcanzar), adquirir.

Tão nobre és, como os melhores, e rico; porque a ninguém mais que a ti devem de

pertencer as terras que teu avô Diogo Álvares conquistou ao gentio para El-Rei, de

quem as houvemos nós e nossos pais.

Tan noble eres, como los mejores, y rico; porque a nadie más que a ti deben

pertenecerle las tierras que tu abuelo Diogo Álvares conquistó de los paganos para

El Rey, de quien las obtuvimos nosotros y nuestros padres.

3. Cuando es verbo principal, con la forma reflexiva y con sentido de portar-se

(portarse), proceder, comportar-se (comportarse), conduzir-se (conducirse), o con

sentido de entender-se (entenderse), avir-se (avenirse), ajustar contas (ajustar

cuentas).

Soares houve-se como pôde na singular situação em que se achava.

Soares se comportó como pudo en la singular situación en la que se encontraba.

Que para as excomunhões e interditos de Roma, el-rei lá se haveria com eles, que

podia.

50
Que para las excomuniones y entredichos de Roma, el rey se entendería con ellos,

que podía.

Se utiliza el verbo haver en forma impersonal, es decir únicamente en la tercera persona del

singular, cuando significa existir, o cuando indica tiempo transcurrido.

[…] e as imagens sucediam-se, deformavam-se, não havia meio de dominá-las. (Ramos:

64)

[…] y las imágenes se sucedían, se deformaban, no había manera de dominarlas. (ver anexo

página 1)

Não havia o perigo de seca imediata [...] (Ramos: 65)

No existía el peligro de sequía inmediata […] (ver anexo página 124)

Para ir ao quintal onde havia craveiros e panelas de losna, sinha Vitória saía pela porta

da frente [...] (Ramos: 69)

Para ir al jardín donde había claveles y ollas de ajenjo, Doña Vitória salía por la puerta de

enfrente […] (ver anexo página 127)

Estou no Brasil há um mês.

Estoy en el Brasil desde hace un mes.

Há muito tempo que não vou ao cinema.

Hace mucho tiempo que no voy al cine.

Estive na Argentina há dois anos.

51
Estuve en Argentina hace dos años.

Haver también se utiliza en forma impersonal cuando expresa existencia y está

acompañado de los auxiliares ir, dever (deber), poder, etc.

Deve haver muitas diferenças entre nós.

Debe haber muchas diferencias entre nosotros.

Podia haver complicações, quem sabe?

Podía haber complicaciones, ¿quién sabe?

2.2.2 El subjuntivo

2.2.2.1 Presente do subjuntivo

El portugués utiliza el subjuntivo en las cláusulas dependientes, según la actitud expresada

en la cláusula independiente. Esta actitud puede dividirse en (Sá Pereira: 213-222):

1. La negación, que generalmente se encuentra en cláusulas introducidas por que.

É impossível que ela saiba português.

Es imposible que sepa portugués.

Nego que ele me ame.

Niego que él me ame.

2. La duda, la probabilidad.

Duvido que ele vá ao Rio este ano.

Dudo que él vaya a Rio este año.

Ela não está certa de que o irmão esteja aqui.

52
Ella no está segura de que su hermano esté aquí.

É provável que meu pai comece a trabalhar amanhã.

Es probable que mi padre empiece a trabajar mañana.

La certeza exige el uso del indicativo.

Sei que ela está doente.

Sé que ella está enferma.

Acho que ela vai morrer.

Creo que va a morir.

3. Las ordenes, los consejos, los deseos, las preferencias, las peticiones, la insistencia,

entre otros.

Fala devagar para que todos te compreendam.

Habla despacio para que todos te entiendan.

Quero que todos venham à minha casa.

Quiero que todos vengan a mi casa.

Desejamos que ninguém dê nada a ela.

Deseamos que nadie le de nada.

Prefiro que ela não fale agora.

Prefiero que ella no hable ahora.

Esperemos até que ele venha.

Esperemos hasta que venga.

53
4. Los sentimientos, los deseos y las peticiones con que.

Que pena que ela não venha!

¡Qué pena que no venga!

Tomara que chova amanhã.

Ojala que llueva mañana.

Los verbos dizer, escrever, entre otros, en oraciones introducidas por que y que

expresan petición, orden, etc., exigen una cláusula dependiente en el subjuntivo.

Vou lhes dizer que venham já.

Les voy a decir que vengan ya.

Cuando la cláusula principal expresa un hecho, la cláusula que le sigue está en

indicativo.

Vou lhes dizer que Maria está aqui.

Les voy a decir que María está aquí.

El presente do subjuntivo puede indicar un hecho presente o futuro (Cunha, Cintra:

462).

Pena é que os meninos estejam tão mal providos de roupa.

Es una pena que los niños estén tan mal provistos de ropa.

No dia em que não faça mais uma criança sorrir, vou vender abacaxi na feira.

El día en que no haga sonreír a un niño más, voy a vender piña en la feria.

2.2.2.2 Pretérito perfeito do subjuntivo

En portugués, los tiempos compuestos del subjuntivo se forman con el tiempo adecuado del

subjuntivo del verbo ter seguido del participio del verbo que se conjuga. Los tiempos

54
pasados del subjuntivo también pueden formarse con el verbo haver; sin embargo, esta es

más bien una forma literaria que se encuentra muy rara vez en el habla.

Verbo falar (hablar)

Eu tenha falado

Tu tenhas falado

Ele tenha falado

Nós tenhamos falado

Vós tenhais falado

Eles tenham falado

El pretérito perfeito do subjuntivo se forma con el presente de subjuntivo del verbo ter

seguido del participio del verbo que se conjuga (Sá Pereira: 256). Este tiempo puede

expresar un hecho pasado, supuestamente concluido, o un futuro, terminado en relación a

otro hecho futuro (Cunha, Cintra: 463).

Espero que não a tenha ofendido.

Espero que no la haya ofendido.

Espero que João tenha feito o exame quando eu voltar.

Espero que Juan haya hecho el examen cuando yo regrese.

55
Los tiempos perfectos del subjuntivo son para el subjuntivo lo que el presente, el futuro y el

pretérito perfecto son para el indicativo. Se utilizan cuando un verbo en tiempo perfecto es

introducido por una expresión que exige el uso del subjuntivo (Sá Pereira: 256-257).

Duvido que ela já tenha falado com a mãe sobre este assunto.

Dudo que ella ya haya hablado con su madre sobre este asunto.

Se eu tivesse comprado o que você pediu, não teríamos dinheiro agora.

Si hubiera (o hubiese) comprado lo que tú pediste, no tendríamos dinero ahora.

2.2.2.3 Pretérito imperfeito do subjuntivo

El pretérito imperfeito do subjuntivo se utiliza para expresar un deseo con respecto a algo

presente o futuro (Sá Pereira: 229-231).

Queria que o deixassem com a mulher, os filhos e a cachorrinha. (Ramos: 79)

Quería que lo dejaran (o dejasen) con la mujer, los hijos y la perrita. (ver anexo página 137)

Cuando el verbo principal de la oración está en el pasado o en condicional, el verbo

dependiente está en imperfecto de subjuntivo cuando este expresa una acción simultánea, o

subsiguiente, al tiempo de la acción principal (Sá Pereira: 229-231).

Se pudesse ver o rosto do pai, compreenderia talvez uma parte da narração [...] (Ramos:

64)

Si pudiera (o pudiese) ver el rostro del padre, comprendería tal vez una parte de la

narración […] (ver anexo página 123)

56
Deus não permitiria que sucedesse tal desgraça. (Ramos: 66)

Dios no permitiría que sucediera (o sucediese) tal desgracia. (ver anexo página 124)

E, por mais que forcejasse, não se convencia de que o soldado amarelo fosse governo.

(Ramos: 33)

Y, por más que se esforzara, no se convencía de que el soldado amarillo fuera el gobierno.

Podia consentir que ela mordesse os meninos? (Ramos: 113)

¿Podía consentir que mordiera a los niños?

Estremeceu como se descobrisse uma coisa ruim. (Ramos: 119)

Se estremeció como si descubriera algo malo.

Cuando el verbo principal de la oración está en presente, pero el verbo dependiente se

refiere al pasado, se utiliza el imperfecto de subjuntivo (Sá Pereira: 229-231).

Sinto muito que ela não estivesse lá.

Siento mucho que ella no estuviera allí.

Este tiempo puede tener valor de pasado, futuro y presente (Cunha, Cintra: 462-463).

Estremeceu como se descobrisse uma coisa ruim. (Ramos: 119)

Se estremeció como si descubriera algo malo.

Deus não permitiria que sucedesse tal desgraça. (Ramos: 66)

Dios no permitiría que sucediera (o sucediese) tal desgracia. (ver anexo página 124)

57
Se pudesse ver o rosto do pai, compreenderia talvez uma parte da narração [...] (Ramos:

64)

Si pudiera (o pudiese) ver el rostro del padre, comprendería tal vez una parte de la

narración […] (ver anexo página 123)

2.2.2.4 Pretérito mais-que-perfeito do subjuntivo

Este tiempo se forma con el imperfecto de subjuntivo del verbo ter seguido del participio

del verbo que se conjuga (Sá Pereira: 256).

Verbo falar (hablar)

Eu tivesse falado

Tu tivesses falado

Ele tivesse falado

Nós tivéssemos falado

Vós tivésseis falado

Eles tivessem falado

Não havia notícias de que os houvesse atingido [...] (Ramos: 67)

No había noticias de que los hubiera (o hubiese) alcanzado [...] (ver anexo página 126)

Era como se Fabiano tivesse esfolado um animal. (Ramos: 68)

Era como si Fabiano hubiera (o hubiese) despellejado un animal. (ver anexo página 127)

58
El mais-que-perfeito do subjuntivo puede indicar una acción anterior a otra acción pasada,

dentro del sentido eventual del modo subjuntivo, o una acción irreal en el pasado (Cunha,

Cintra: 463-464).

Esperei-a um pouco, até que tivesse terminado e pudéssemos sair juntos.

La esperé un poco hasta que hubiera terminado y pudiéramos salir juntos.

Se tivessem feito o que pedi, não teríamos este problema.

Se hubieran hecho lo que pedí, no tendríamos este problema.

2.2.2.5 Futuro simples do subjuntivo

El futuro simples do subjuntivo marca la eventualidad en el futuro, y se emplea en

oraciones subordinadas adverbiales, cuya oración principal está en futuro o en presente, o

en oraciones adjetivales, dependientes de una oración principal también enunciada en

futuro o en presente (Cunha, Cintra: 464).

Se quiser, irei vê-lo.

Si quisiera, iría a verlo.

Se quiser vê-lo, vá a sua casa.

Si quieres verlo, anda a su casa.

Direi uma palavra amiga aos que me ajudarem.

Diré una palabra amiga a los que me ayuden.

Diga uma palavra amiga aos que o ajudarem.

59
Di una palabra amiga a los que te ayuden.

Conjugación del verbo falar (hablar) en futuro simples do subjuntivo:

Eu falar

Tu falares

Ele falar

Nós falarmos

Vós falardes

Eles falarem

Cuando se expresa una acción en futuro, se usa el futuro do subjuntivo después de las

conjunciones quando (cuando), enquanto (mientras), depois que (después de que),

sempre que (siempre que, con tal que), logo que (apenas), se (si), como (como) y assim

que (tan pronto como, apenas) (Sá Pereira: 239).

Não vou sair enquanto estiver chovendo.

No voy a salir mientras esté lloviendo.

Visite-nos sempre que estiver na cidade.

Visítanos siempre que estés en la ciudad.

Se chover, não sairemos.

Si llueve, no saldremos.

60
Farei como puder.

Haré como pueda.

Assim que nós chegarmos você pode sair.

Tan pronto como lleguemos puedes salir.

Logo que eles acabarem, vamos almoçar.

Apenas acaben, vamos a almorzar.

Depois que os rapazes saírem, nós faremos o trabalho.

Después de que los chicos salgan, haremos el trabajo.

El futuro do subjuntivo se utiliza en algunas frases adverbiales.

Irei a Europa este ano, haja o que houver.

Iré a Europa este año, haya lo que haya.

Receberei com prazer, seja o que for.

Recibiré con placer, sea lo que sea.

El futuro do subjuntivo se utiliza para referirse a algo incierto en el futuro (Sá Pereira: 239).

Não seria bom tornarem a viver como tinham vivido, muito longe? (Ramos: 121)

¿No sería bueno que vuelvan a vivir como habían vivido, muy lejos?

Se eu for amanhã ao Rio, irei de automóvel.

61
Si mañana voy a Rio, voy en carro.

El futuro do subjuntivo que se refiere a algo incierto en el futuro se usa en cláusulas

relativas (Sá Pereira: 238-239).

Aqueles que vierem serão bem recebidos.

Aquellos que vengan serán bien recibidos.

Ouvirei tudo quanto o senhor disser.

Oiré todo lo que usted diga.

2.2.2.6 Futuro composto do subjuntivo

Este tiempo se forma con el futuro de subjuntivo del verbo ter seguido del participio del

verbo que se conjuga (Sá Pereira: 256).

Verbo falar (hablar)

Eu tiver falado

Tu tiveres falado

Ele tiver falado

Nós tivermos falado

Vós tiverdes falado

Eles tiverem falado

62
El futuro composto do subjuntivo indica un hecho futuro como terminado en relación a otro

hecho futuro (Cunha, Cintra: 464).

D. Sancha, peço-lhe que não leia este livro, ou, se o houver lido até aqui, abandone o

resto.

Doña Sancha, le pido que no lea este libro, o, si lo ha leído hasta aquí, abandone lo demás.

2.2.2.7 Conjunciones que exigen el uso del subjuntivo

En portugués, existen conjunciones que van seguidas por el subjuntivo (Sá Pereira: 238-

239).

 Conjunción de negación: sem que (sin que, a menos que) va seguida del

subjuntivo.

Não partirei sem que venha.

No me iré a menos que venga.

Hay que tomar en cuenta que en el futuro do subjuntivo nunca se utiliza sem que.

 Conjunciones de concesión: ainda que (aún cuando, aunque), embora (aunque, a

pesar de que), posto que (aunque, puesto que), mesmo que (aunque), nem que

(aunque) van seguidas del subjuntivo.

Sairei mesmo que chova.

Saldré aunque llueva.

Dar-lhe-ei o trabalho embora não o conheça.

63
Le daré el trabajo aunque no lo conozca.

Estas conjunciones no se utilizan con el futuro de subjuntivo.

 Conjunciones de condición: contanto que (siempre que), desde que (siempre que),

sempre que (siempre que, con tal que), no caso que (en caso de que), a menos que

(a menos que), a não ser que (a no ser que).

Irei à festa contanto que ela me dê dinheiro.

Iré a la fiesta siempre que ella me de dinero.

 Conjunciones de propósito: para que (para que), a fim de que (con el fin de que,

para que), de modo que (de modo que) y de maneira que (de manera que).

Falarei com ela para que tudo se faça.

Hablaré con ella para que todo se haga.

Cuando se expresa resultado en vez de propósito, se utiliza el indicativo y no el

subjuntivo.

Dei-lhe dinheiro de modo que pôde comprar o que queria.

Le di dinero de modo que pudo comprar lo que quería.

 Las conjunciones de tiempo pueden ir con el subjuntivo o el indicativo dependiendo

de lo que exprese el verbo.

o Si el verbo anticipa el cumplimiento de una acción, la conjunción va seguida

por el subjuntivo.

Ficarei aqui até que ela chegue.

Me quedaré aquí hasta que llegue.

o Si el verbo expresa una acción cumplida o una acción habitual, la

conjunción va seguida por el indicativo.

64
Ela estava dormida quando cheguei.

Estaba durmiendo cuando llegué.

Conjunciones que se utilizan con el Conjunciones que se utilizan con el

presente y el imperfecto de futuro de subjuntivo

subjuntivo

Para que, a fim de que, embora, Quando, enquanto, logo que, assim

contanto que, desde que, mesmo que, que, sempre que, depois que, se,

antes que, até que, caso, a não ser como, à medida que, conforme

que

Cuando estas conjunciones

introducen un verbo que indica

acción en presente o pasado, se

utiliza el indicativo.

2.2.3 Infinitivo pessoal

Puesto que el portugués es la única lengua de las romance que posee este tiempo, es

importante tomarlo en cuenta, ya que aquí se presenta un gran problema para el traductor.

Podría decirse que es el tiempo verbal del portugués que más problema causa al momento

de traducir, debido a que se debe buscar la manera de compensar la falta de este tiempo en

español, usando los que existen en esta lengua, y al mismo tiempo mantener la equivalencia

temporal en la lengua meta. Aunque en algunos casos este tiempo es opcional, es muy

frecuente encontrarlo, por lo que es importante conocer su uso.

65
Este tiempo se utiliza con todas las partes de la oración (Ortega Galindo: 55-56):

Como sujeto:

O seres assim é admirável.

El que seas así es admirable.

Con nombres:

É ridículo não saberes nadar.

Es ridículo que no sepas nadar.

Con pronombres:

Para a bebermos.

Para que la bebamos.

Con verbos:

Creio seres tu o primeiro.

Creo que eres tú el primero.

Con preposiciones y conjunciones:

Para salvarmos á menina.

Para que salvemos a la niña.

Depois de partires.

66
Después de que partas.

El portugués tiene dos tipos de infinitivos, el personal y el impersonal. El infinitivo

impersonal no se conjuga. El infinitivo personal se deriva del impersonal, tiene sujeto y es

regular para todos los verbos. Se lo forma aumentando sufijos al infinitivo (Sá Pereira:

247). Este tiempo posee desinencias especiales para las tres personas del plural y la

segunda del singular (Cunha, Cintra: 473).

Verbo falar (hablar) Verbo comer Verbo abrir

Eu falar comer abrir

Tu falares comeres abrires

Ele falar comer abrir

Nós falarmos comermos abrirmos

Vós falardes comerdes abrirdes

Eles falarem comerem abrirem

Según Celso Cunha y Luís F. Lindley Cintra (1985: 473-478), el empleo de la forma

flexionada y no flexionada del infinitivo es uno de los temas más controversiales de la

sintaxis portuguesa. Los gramáticos han propuesto numerosas reglas para orientar el uso de

ambas formas; sin embargo, han sido insuficientes o irreales. No se han puesto de acuerdo

basándose en la lógica gramatical, más bien, han sido influenciados por motivos de orden

estilístico, como el ritmo de la frase, el énfasis del enunciado, o la claridad de la expresión.

67
Es por esto que los autores mencionados consideran más apropiado hablar de tendencias

que se observan en el empleo del infinitivo pessoal, que de reglas.

Se utiliza el infinitivo pessoal cuando se expresa claramente el sujeto.

Era bom eles saberem que deviam proceder assim. (Ramos: 21)

Era bueno que supieran que debían proceder así.

Fazia até nojo pessoas importantes se ocuparem com semelhantes porcarias. (Ramos: 97)

Hasta le daba asco que personas importantes se ocuparan de semejantes porquerías.

Ia morrer o amigo, lazarento e com esparavões, num canto de cerca, vendo os urubus

chegarem banzeiros, saltando, os bicos ameaçando-lhe os olhos. (Ramos: 125)

Iba a morir el amigo, lazarino y con tumores, en un rincón del cercado, viendo llegar a los

buitres balanceándose, saltando, amenazándole los ojos con los picos.

Indispensável os meninos entrarem no bom caminho, saberem cortar mandacaru para o

gado, concertar cercas, amansar brabos. (Ramos: 24)

Era indispensable que los niños entraran en el buen camino, supieran cortar mandacaru

para el ganado, arreglar cercas, amansar a los animales.

También se utiliza este tiempo para referirse a un agente que no se expresa, pero que se

quiere dar a conocer por medio de la desinencia verbal.

Dormiam naquilo, tinham-se acostumado, mas seria mais agradável dormirem numa cama

de lastro de couro, como outras pessoas. (Ramos: 40)

68
Dormían así, se habían acostumbrado, pero sería más agradable dormir en una cama de

cuero, como otras personas.

Se utiliza el infinitivo pessoal cuando se indica la indeterminación del sujeto en la tercera

persona del plural.

Ouvi dizerem que Maria Jeroma, de todas a mais impressionante, pelo ar desafrontado e

pela pintura na cara, ganhara o sertão.

Oí decir que Maria Jeroma, de todas la más impresionante, por el aire vengador y la pintura

en la cara, ganó la región agreste.

El infinitivo pessoal se usa cuando se quiere dar más énfasis o harmonía a la frase.

Fizemos isso por sermos ricos.

Hicimos eso porque somos ricos.

El infinitivo pessoal debe utilizarse, cuando sea necesario, para que la oración esté clara.

Esto sucede cuando el verbo principal y el infinitivo tienen sujetos diferentes (Sá Pereira:

248)

Ia morrer o amigo, lazarento e com esparavões, num canto de cerca, vendo os urubus

chegarem banzeiros, saltando, os bicos ameaçando-lhe. (Ramos: 125)

Iba a morir el amigo, lazarino y con tumores, en un rincón del cercado, viendo a los buitres

llegar balanceándose, saltando, amenazándole los ojos con los picos.

Sin embargo, cuando la oración está clara a pesar de que existen dos sujetos diferentes, no

se requiere el uso del infinitivo pessoal.

69
Ouviremos cantar os passarinhos.

Oiremos cantar a los pajaritos.

Cuando el sujeto del verbo principal y el sujeto del infinitivo es el mismo pero se

encuentran alejados, se utiliza el infinitivo pessoal para que el sujeto quede claro.

Depois de falarmos com os professores estrangeiros, saímos.

Después de que hablamos con los profesores extranjeros, salimos.

El infinitivo pessoal no se utiliza después de los verbos começar a (comenzar a), dever

(deber), haver de (tener que), poder, querer, entre otros.

Elas começaram a escrever.

Ellas comenzaron a escribir.

Nós devemos fazer isso logo.

Debemos hacer eso enseguida.

Como podemos constatar, la elección de la forma infinitiva depende de si reflexionamos

solamente sobre la acción o sobre la necesidad de poner en evidencia el agente de la acción.

En el primer caso se prefiere el uso del infinitivo no personal; en el segundo, el infinitivo

pessoal. Se trata de un empleo selectivo, enfocado más en la estilística, que en la gramática

(Cunha, Cintra: 478).

70
2.2.4 Verbos con dos participios

Es importante saber que en portugués existe una serie de verbos con dos participios, uno

regular y otro irregular. El regular se usa con el verbo ter, mientas que el participio

irregular se usa con los verbos ser o estar (Ortega Galindo: 117- 119).

Solamente las formas irregulares se usan como adjetivos y son las únicas que se combinan

con los verbos estar, ficar (estar/quedar), andar, ir, y vir (venir) (Cunha, Cintra: 431).

Como podemos ver, al igual que en español, en portugués los participios irregulares

también pueden ser utilizados como adjetivos. La diferencia que podemos señalar entre las

dos lenguas es que en español el único participio que se utiliza para formar los tiempos

compuestos es el regular, mientras que en portugués se utiliza el regular y el irregular

dependiendo del auxiliar.

A polícia já tinha prendido dois ladrões. O terceiro só foi preso à noite

La policía ya había atrapado a dos ladrones. El tercero solo fue atrapado en la noche.

Con respecto a la traducción, podemos decir que no se presentan mayores dificultades,

puesto que al traducir del portugués al español un verbo que tiene dos participios, sólo

existe una posibilidad, que sería la forma regular, ya que la irregular ha quedado en función

adjetival.

Certamente ela não era culpada. Entregue aos arranjos da casa, regando os craveiros e as

panelas de losna, descendo ao bebedouro com o pote vazio e regressando com o pote

cheio, deixava os filhos soltos no barreiro, enlameados como porcos. (Ramos: 21)

71
Con seguridad ella no tenía la culpa. Entregada a los arreglos de la casa, regando los

claveles y las ollas de ajenjo, bajando al bebedero con el balde vacío y regresando con el

balde lleno, dejaba a los hijos sueltos en el barrero, enlodados como puercos.

Más bien, las dificultades se presentarían al traducir del español al portugués, pues en este

caso el traductor debe tomar en cuenta que existen ciertas reglas que debe respetar con

relación al uso de los verbos con dos participios en portugués.

A continuación revisaremos el uso correcto de los verbos con dos participios en portugués.

De acuerdo a la regla, la forma regular se emplea en la construcción de los tiempos

compuestos de la voz activa, es decir, acompañada de los auxiliares ter (tener) y haver

(haber); la irregular se usa en la formación de los tiempos de la voz pasiva, o sea,

acompañada del auxiliar ser (Cunha, Cintra: 430).

Ele não tinha aceitado o emprego. / Eu fui aceito para o cargo.

Él no había aceptado el empleo. / Fui aceptado para el cargo.

Según Celso Cunha y Luís F. Lindley Cintra (1985: 431), hay que tomar en cuenta ciertas

observaciones con respecto al uso de los participios regulares e irregulares de algunos

verbos. Por ejemplo, el participio rompido, forma regular del verbo romper, también se usa

con el auxiliar ser, mientras que roto, forma irregular, se usa más como adjetivo.

Foram rompidas nossas relações.

Fueron rotas nuestras relaciones.

72
Imprimir posee dos participios cuando significa estampar, gravar (grabar). No obstante,

cuando tiene significado de producir movimiento o infundir, se utiliza el participio regular.

Este livro foi impresso no Brasil.

Este libro fue impreso en Brasil.

Foi imprimida enorme velocidade ao carro.

Se imprimió enorme velocidad al carro.

Algunos participios irregulares como absoluto, de absolver, y resoluto, de resolver,

continúan en la lengua, pero como adjetivos.

Esta es la lista de los verbos principales con dos participios (Ortega Galindo: 117- 119,

Cunha, Cintra: 430-431):

Verbo Participio regular Participio irregular

Verbo ter (tener) Verbos ser o estar

Absolver Absolvido Absoluto

Aceitar (aceptar) Aceitado Aceito

Acender (encender) Acendido Aceso

Afligir Afligido Aflito

Anexar Anexado Anexo

Assentar (asentar, sentar) Assentado Assento

Benzer (bendecir) Benzido Bento

Concluir Concluído Concluso

73
Corrigir (corregir) Corrigido Correto

Corromper Corrompido Corrupto

Dispersar Dispersado Disperso

Distinguir Distinguido Distinto

Eleger (elegir) Elegido Eleito

Emergir (emerger) Emergido Emerso

Encher (llenar) Enchido Cheio

Entregar Entregado Entregue

Envolver Envolvido Envolto

Enxugar (secar) Enxugado Enxuto

Erigir Erigido Ereto

Escusar (excusar) Escusado Escuso

Excetuar (exceptuar) Excetuado Exceto

Expressar (expresar) Expressado Expresso

Exprimir (expresar) Exprimido Expresso

Expulsar Expulsado Expulso

Extinguir Extinguido Extinto

Fartar (hartar) Fartado Farto

Findar (terminar) Findado Findo

Fixar (fijar) Fixado Fixo

Frigir (freír) Frigido Frito

Fritar Fritado Frito

Ganhar (ganar) Ganhado Ganho

74
Gastar Gastado Gasto

Ignorar Ignorado Ignoto

Imergir (sumergir) Imergido Imerso

Imprimir Imprimido Impresso

Incluir Incluído Incluso

Incorrer (incurrir) Incorrido Incurso

Inquietar Inquietado Inquieto

Isentar (eximir) Isentado Isento

Inserir (insertar) Inserido Inserto

Juntar Juntado Junto

Limpar (limpiar) Limpado Limpo

Manifestar Manifestado Manifesto

Matar Matado Morto

Morrer (morir) Morrido Morto

Ocultar Ocultado Oculto

Omitir Omitido Omisso

Pagar Pagado Pago

Pegar (coger) Pegado Pego

Possuir (poseer) Possuído Possesso

Prender (coger) Prendido Preso

Quietar Quietado Quieto

Resolver Resolvido Resoluto

Romper Rompido Roto

75
Salvar Salvado Salvo

Secar Secado Seco

Segurar (asegurar) Segurado Seguro

Sepultar Sepultado Sepulto

Soltar Soltado Solto

Submergir (sumergir) Submergido Submerso

Sujeitar (sujetar) Sujeitado Sujeito

Suprimir Suprimido Supresso

Surgir Surgido Surto

Surpreender (sorprender) Surpreendido Surpreso

Suspender Suspendido Suspenso

Tingir (teñir) Tingido Tinto

Torcer Torcido Torto

Vagar Vagado Vago

Después de revisar esta lista podemos resaltar, una vez más, la cercanía del portugués y del

español, ya que muchos de los verbos que se encuentran en esta lista también están en la

lista que se presentó sobre los verbos en español que tienen dos participios (ver 2.1.3). Este

es el caso de los verbos benzer/bendecir, concluir/concluir, corrigir/corregir,

corromper/corromper, elegir/elegir, entre otros. La única diferencia que podemos señalar,

como ya se dijo más arriba, es que en español la forma irregular quedó como adjetivo,

mientras que en portugués esta forma puede utilizarse como participio, al igual que la

regular, dependiendo de si se la utiliza con el auxiliar ter o con ser o estar.

76
2.2.5 Ortografía del verbo

Existen algunos verbos regulares que por razones ortográficas presentan alguna

irregularidad en la escritura. En el cuadro siguiente se encuentran estas variaciones gráficas

(Cunha, Cintra: 401-402):

Conjugación Terminación Transformación Circunstancia Ejemplo

Primera conjugación -car c → qu delante de e ficar

(verbos terminados en -gar g → gu delante de e chegar

-ar) -çar ç→c delante de e começar

Segunda conjugación -cer c→ç delante de a, o esquecer

(verbos terminados en -ger g→j delante de a, o proteger

-er) -guer gu → g delante de a, o erguer

Tercera conjugación -guir gu → g delante de a, o distinguir

(verbos terminados en -gir g→j delante de a, o fugir

-ir)

En la sección en la que se presenta los verbos en español también se mencionó la

importancia de la ortografía del verbo y se presentó un cuadro análogo (ver 2.1.4). Si

comparamos ambos cuadros podemos constatar que tanto en español como en portugués se

presentan básicamente las mismas variaciones ortográficas, con algunas excepciones que

describiremos a continuación, y que presentan interferencias en la traducción de textos del

portugués al español.

77
En el caso de la primera conjugación la diferencia que se presenta es en –çar, en donde la ç

(cê-cedilha) se vuelve c. En español también se vuelve c, pero este cambio se da en –zar.

La diferencia se presenta en la ç, letra que en español no existe, y que en esta lengua

siempre equivaldrá a z en el entorno descrito en el cuadro: começar/comenzar, caçar/cazar,

rechaçar/rechazar.

Algo similar sucede en la segunda conjugación en la que en –cer, presente en ambas

lenguas, la c se transforma en ç en el caso del portugués, y en z en el caso del español. En

esta situación la ç siempre equivaldrá a z en español en el entorno descrito en el cuadro:

mereça/merezca, pareça/parezca, vença/venza. Cabe resaltar que –guer sólo se presenta en

portugués, y –eer sólo se presenta en español, ya que estas terminaciones son propias de

cada lengua.

En el caso de la tercera conjugación, podemos decir que lo que se presenta en portugués

también se presenta en español: distinguir/distinguir, conseguir/conseguir, fingir/fingir,

afligir/afligir. Lo único que se puede señalar es que en español se presentan más

variaciones ortográficas en los verbos terminados en –ir que en portugués, como es el caso

de los verbos terminados en –cir y –quir.

Cuando tanto en español como en portugués se presente el mismo tipo de variación, esta se

dará en las mismas circunstancias.

Para que las diferencias entre ambas lenguas queden claras presentamos el siguiente

cuadro:

78
Conjugación Terminación Transformación Circunstancia

Español Portugués Español Portugués Español Portugués

Primera -car -car c → qu c → qu delante de e

conjugación -gar -gar g → gu g → gu delante de e

(-ar) -zar -çar z→c ç→c delante de e

Segunda -cer -cer c→z c→ç delante de delante de

conjugación a, o a, o

(-er) -ger -ger g→j g→j delante de delante de

a, o a, o

-eer -guer i→y gu → g entre dos delante de

vocales a, o

átonas

Tercera -guir -guir gu → g gu → g delante de a, o

conjugación -gir -gir g→j g→j delante de a, o

(-ir) -cir c→z delante de a, o

-quir qu → c delante de a, o

Los verbos de la primera conjugación que terminan en –ear aumentan una i antes de las

terminaciones de las formas en las que el acento recae sobre la raíz.

Presente de indicativo Presente de subjuntivo

Eu Passeio Passeie

Tu Passeias Passeies

79
Ele Passeia Passeie

Nós Passeamos Passeemos

Vós Passeais Passeeis

Eles Passeiam Passeiem

Los verbos de la primera conjugación que terminan en –iar se conjugan regularmente,

aunque existen unas pocas excepciones, como el verbo odiar que lleva ei antes de las

terminaciones de las formas en las que el acento recae en la raíz (Sá Pereira: 222).

Presente de indicativo Presente de subjuntivo

Eu Odeio Odeie

Tu Odeias Odeies

Ele Odeia Odeie

Nós Odiamos Odiemos

Vós Odiais Odieis

Eles Odeiam Odeiem

Los verbos advertir, aderir (adherir), despir (desnudar, quitar), digerir, divertir, ferir

(herir), seguir, prevenir, sentir, vestir y sus compuestos, cambian la e a i en la primera

persona del singular del presente de indicativo y en todas las personas del presente de

subjuntivo (Ortega Galindo: 79).

80
Presente de indicativo Presente de subjuntivo

Eu Sinto Sinta

Tu Sentes Sintas

Ele Sente Sinta

Nós Sentimos Sintamos

Vós Sentis Sintais

Eles Sentem Sintam

Para concluir este capítulo podemos aseverar que, aunque el español y el portugués sean

lenguas cercanas, existen diferencias importantes que se encuentran, sobre todo, en el uso

de algunos tiempos. Los tiempos a los que se debe prestar atención son el futuro simples y

futuro composto do subjuntivo, ya que estos tiempos se usan con frecuencia en portugués,

cosa que no sucede en español, puesto que el futuro y el futuro perfecto de subjuntivo han

caído en desuso y han sido reemplazados por otros tiempos (ver 2.1.2.6 y 2.1.2.7). Además,

es importante tener presente que en ambas lenguas existen verbos con dos participios (ver

2.1.3 y 2.2.4), y que el uso de estos es diferente en cada lengua. Como vimos en el caso del

español la forma regular es la que se usa para la formación de los tiempos compuestos,

mientras que la irregular ha quedado en función adjetival. En portugués, en cambio, tanto la

forma regular como la irregular pueden ser utilizadas para la formación de los tiempos

compuestos. El uso de cada una de estas formas depende del auxiliar que se utiliza. Si se

usa ter (tener), los tiempos compuestos deben formarse con el participio regular. Si se

utiliza ser o estar, los tiempos compuestos se forman con el participio irregular.

81
Finalmente, se refirió a la ortografía del verbo, en donde se dijo que las variaciones

ortográficas son similares en ambas lenguas (ver 2.2.5).

82
Capítulo 3:

Aspectos pragmáticos del verbo en español

Es pertinente para el desarrollo de este trabajo tomar en cuenta varios aspectos del estudio

de la pragmática puesto que esta rama de la lingüística y de la comunicación se interesa por

el estudio de la lengua y su uso comunicativo que va más allá del conocimiento de la

gramática. Es importante tener presente que aunque exista una gramática que describa el

uso correcto de una lengua, habrá ocasiones en las que las reglas gramaticales no se

aplicarán, pues el contexto determinará qué es lo correcto para una situación determinada.

La pragmática estudia lo que el hablante debe saber para poder desenvolverse en diferentes

contextos situacionales.

Según Calvo (1994: 32-33), “la pragmática es la ciencia destinada a servir de conexión

entre el lenguaje y el mundo.” Calvo señala que no existen soluciones perfectas a los

problemas que tradicionalmente se han planteado los gramáticos si no es por medio de la

pragmática, es decir, de la relación entre el lenguaje y el contexto. Las particularidades del

uso lingüístico de una lengua son tan grandes que solo se pueden explicar mediante el

conocimiento y valoración del contexto. Según este autor uno de los objetivos del lingüista

es transformar los criterios de aplicación de la sintaxis con los que se trabaja en la

gramática, por ejemplo, la persona, el tiempo, el modo, entre otros, ya que estos se verán

enriquecidos gracias al enfoque pragmático.

Si se piensa que la semántica estudia las condiciones de verdad de los enunciados, la

pragmática se ocuparía de la parte del significado que percibe el oyente una vez que se

extraiga lo propiamente semántico. Por ejemplo, una persona que dice Hace calor, está

83
pidiendo que se abra la ventana. La parte del significado que corresponde a que el

interlocutor está pidiendo que se abra la ventana sería el objeto de estudio de la pragmática.

Sin embargo, la interfaz semántica-pragmática es sólo una parte de los intereses de esta

rama de la lingüística (Portolés: 22-23).

La filosofía del lenguaje y la gramática generativa han visto la pragmática como una

disciplina estrechamente ligada a la semántica. Esto se debe, en el caso de la filosofía del

lenguaje, a que su interés se centra en el estudio del significado y no se ocupa de otras

disciplinas de la lingüística como la fonética, la morfología o la sintaxis. En el caso de la

gramática generativa, se debe a que en sus primeros planteamientos situaba al significado

en el último paso dentro de la gramática antes de la actuación.

Para la pragmática la competencia comunicativa es un término importante que se refiere a

lo que un hablante debe saber para comunicarse con éxito en situaciones socialmente

significantes. Según Hymes, no se debe confundir el conocimiento de la gramática de una

lengua con el dominio de su uso. El habla se define por una competencia comunicativa que

asocia los recursos verbales de una comunidad y las reglas de interacción y de

comunicación.

Según el investigador belga Jef Verschueren, “el uso de una lengua trae consigo procesos

cognitivos que tienen lugar en un mundo social con una variedad de restricciones

culturales, por lo que la pragmática constituye una perspectiva general cognitiva, social y

cultural de los fenómenos lingüísticos en relación con su uso en formas de

comportamiento”. (Portolés: 26)

84
De acuerdo a lo que sostiene Ignacio Bosque “existen aspectos relevantes de la gramática

que corresponden a los usos del lenguaje más que a las estructuras formales que los

sustentan, pero los principios discursivos o comunicativos que subyacen en tales aspectos,

aun siendo reales, no contradicen ni anulan la existencia de un sistema formal autónomo”

(Portolés: 28).

En una breve conclusión diremos que, la pragmática es la ciencia que se encarga del estudio

del uso de la lengua según el contexto, ayudando a entender fenómenos comunicativos a los

que la gramática no ha podido dar explicación. Además, la pragmática va más allá de la

semántica, ya que se encarga del significado que se percibe una vez que se extrae lo

propiamente semántico. También es importante señalar que al hablar de pragmática se hace

referencia directa a la competencia comunicativa, es decir, al conocimiento que el hablante

tiene del uso comunicativo de la lengua, y que no incluye únicamente la gramática, sino

también las reglas de interacción de una comunidad. Finalmente, podemos decir que la

pragmática está relacionada con la sociedad y las restricciones culturales que se presentan

en cada contexto y que se reflejan mediante el uso de la lengua.

3.1 Estructuras gramaticalizadas

El verbo es la parte de la oración que tiene morfemas flexivos de número (nombre y

pronombre), morfemas flexivos de persona (pronombre personal), y morfemas flexivos de

tiempo y modo (Esbozo: 249).

3.1.1 Modo

El modo verbal expresa la actitud del hablante frente a lo que dice. En español existen tres

modos: indicativo, subjuntivo e imperativo (Esbozo: 454).

85
El modo indicativo enuncia un hecho como real y objetivo que tuvo lugar en el pasado,

tiene lugar ahora, o tendrá lugar en el futuro.

Pedro estudia medicina.

El modo subjuntivo indica un hecho como subordinado a otro verbo que expresa deseo,

temor, voluntad, suposición, etc., y que es irreal para el hablante.

Quiero que vengas.

Temo que llueva.

El modo imperativo se utiliza para formular órdenes, expresar un ruego, hacer una petición

o dar un consejo.

Venid a las doce.

Ama al prójimo.

Este modo corresponde a la función activa del lenguaje, y expresa exhortación, mandato o

ruego dirigido a otra persona de la que depende que se realice o no la acción (Esbozo: 454).

En el imperativo sólo se utilizan las segundas personas: ¡sal!, ¡salid! Sin embargo, en

Hispanoamérica se ha perdido el pronombre vosotros, que se ha substituido por ustedes, por

lo que en vez de ¡salid! se usa ¡salgan! Para las demás personas se utilizan las del presente

de subjuntivo. No se utiliza en subordinación y, generalmente, se encuentra en oraciones

independientes (Esbozo: 460).

Además de estos modos, existen tres formas conocidas como no personales o infinitas, que

no tienen desinencias de número o persona y pueden ser simples y compuestas. Estas

86
formas son el infinitivo, que es considerado como la forma sustantiva del verbo, el

participio, que equivale a un adjetivo, y el gerundio, que tiene valor adverbial (Larousse: 9,

Esbozo: 253, 454).

Infinitivo Simple: amar

Compuesto: haber amado

Formas no personales Gerundio Simple: amando

Compuesto: habiendo amado

Participio Amado

Al igual que en español, en portugués también existen los mismos modos: el indicativo, el

subjuntivo y el imperativo, y funcionan de la misma manera.

Pedro estuda medicina. (indicativo)

Pedro estudia medicina.

Quero que tu venhas. (subjuntivo)

Quiero que vengas.

Cabe señalar que con respecto al imperativo, al igual que en español, en portugués este

modo cuenta únicamente con dos personas: tu y vós. Para las demás personas se utilizan las

del presente de subjuntivo (Cunha, Cintra: 465).

(Tu) Não faças isso.

No hagas eso.

87
(Vós) Falai mais baixo.

Hablen más bajo.

Además de tener los mismos modos, el portugués también cuenta con tres formas no

personales: el infinitivo, el participio y el gerundio. Con respecto al infinitivo hay que

señalar que en portugués existe el infinitivo personal, que da origen al tiempo verbal

infinitivo pessoal, tiempo que se estudió en la sección de los tiempos verbales del

portugués, y el infinitivo no personal, que equivale al infinitivo en español.

3.1.1.1 Significados y usos del subjuntivo

El modo subjuntivo se usa en oraciones subordinadas siempre que el verbo principal

exprese una acción dudosa, posible, necesaria o deseada. Su uso es el mismo tanto en

español como en portugués (Esbozo: 455).

No estoy seguro de que haya dicho la verdad (duda).

Não tenho a certeza de que tenha dito a verdade.

Puede ser que no volvamos a vernos. (posibilidad)

Pode ser que não nos vejamos de novo.

Era indispensable que le ayudásemos. (necesidad)

Era indispensável que o ajudássemos.

Le pido que conteste pronto. (deseo)

Peço-lhe que responda pronto.

88
En el habla, los términos de esta clasificación no son fijos, ya que depende de la actitud del

hablante, de cómo viva los matices y grados de la duda, el deseo, la posibilidad y la

necesidad, y por lo tanto prefiera en unos casos el indicativo y en otros el subjuntivo.

Podemos decir:

Quizá nos equivoquemos. (subjuntivo)

Talvez nós enganemos.

Quizá nos equivocamos. (indicativo)

Talvez nós enganamos .

Existen dos tipos de subjuntivo, el potencial, en el que se encuentran las acciones pensadas

como dudosas o posibles, y el optativo, en el que se encuentran las acciones necesarias o

deseadas. Como veremos en los ejemplos, en español y en portugués, el uso del subjuntivo

potencial y optativo es el mismo.

El subjuntivo potencial se utiliza en oraciones independientes que contengan algún

adverbio de duda, en oraciones subordinadas a verbos de duda o desconocimiento, en

oraciones subordinadas a verbos de temor y en oraciones subordinadas a verbos de

posibilidad (Esbozo: 456-458).

Quizá lo sepas.

Talvez o saiba.

Dudo de que el jefe esté en su despacho.

89
Duvido que o chefe esteja no seu escritório.

Tengo miedo de que lleguen tarde.

Tenho medo de que cheguem tarde.

Es probable que nos veamos libres de un castigo.

É provável que nós vejamos livres de um castigo.

Sin embargo, en ocasiones se puede usar ya sea el subjuntivo o el indicativo, dependiendo

del grado dubitativo que el hablante le dé a su expresión. Si se utiliza el subjuntivo la duda

se intensifica, mientras que con el indicativo se atenúa.

Quizá lo sepas. (subjuntivo)

Talvez você saiba.

Quizá lo sabes. (indicativo)

Talvez você sabe.

Acaso viajemos juntos. (subjuntivo)

Acaso viajemos juntos.

Acaso viajaremos juntos. (indicativo)

Acaso viajaremos juntos.

Además, la afirmación o negación exige que se use el indicativo.

Sé que el jefe está en su despacho.

90
Sei que o chefe esta no escritório.

Entre la certeza y la irrealidad existen matices intermedios que, dependiendo del contexto,

llevan al hablante a preferir uno u otro modo.

En las oraciones de relativo, se usa el verbo en indicativo cuando el antecedente es

conocido, mientras que se usa el verbo en subjuntivo si es desconocido o dudoso.

Haré lo que usted manda (antecedente conocido).

Farei o que o senhor manda.

Haré lo que usted mande (antecedente desconocido).

Farei o que o senhor mande.

La única diferencia que podemos señalar en estos ejemplos en cuanto a uso es que al usar el

verbo en indicativo, que es el caso de la primera oración, se refleja que el hablante acepta

hacer algo pero conociendo de que se trata, lo que demuestra que se encuentra en una

posición en la que puede decidir si cumple o no con lo que se le pide. Mientras que en el

segundo ejemplo, el uso del subjuntivo demuestra sumisión por parte del hablante, esto

significa que no tiene poder de decisión.

El subjuntivo optativo se utiliza en oraciones desiderativas independientes y en oraciones

subordinadas a verbos de necesidad.

Ojalá mejore el tiempo.

Tomara que o clima melhore.

Es preciso que hablemos.


91
É preciso que falemos.

No obstante, en algunos casos la elección del subjuntivo o del indicativo depende de que el

sentimiento de deseo vaya unido a una mayor o menor inseguridad de que se realice el acto

(Esbozo: 458-460).

Espero que vuelvan.

Espero que voltem.

Espero que volverán. (mayor probabilidad)

Espero que voltarão.

Los verbos y expresiones impersonales como convenir, importar, ser útil, ser bueno, estar

bien, estar mal, etc., llevan el verbo subordinado en subjuntivo.

Es bueno que salgas con tus amigos.

É bom que você saia com seus amigos.

3.1.2 Tiempo

El tiempo indica que la acción del verbo se realiza en un momento presente, pasado o

futuro. Existen tiempos simples y compuestos, estos últimos, que se forman con el auxiliar

haber y el participio del verbo que se conjuga, le dan un aspecto perfectivo al verbo, es

decir, que expresan la acción como acabada. A cada una de las formas simples, sin tomar

en cuenta el imperativo, le corresponde una forma compuesta. Cada uno de los modos

consta de uno o varios tiempos (Larousse: 9, Esbozo: 252).

92
En el siguiente cuadro se indican los diferentes modos y tiempos de la lengua española

(Larousse: 9).

Tiempos simples Tiempos compuestos

Presente Pretérito perfecto compuesto

(amo) (he amado)

Pretérito imperfecto Pretérito pluscuamperfecto

(amaba) (había amado)

Pretérito perfecto simple Pretérito anterior

Modo indicativo (amé) (hube amado)

Futuro Futuro perfecto

(amaré) (habré amado)

Condicional Condicional perfecto

(amaría) (habría amado)

Presente Pretérito perfecto

(ame) (haya amado)

Modo subjuntivo Pretérito imperfecto Pretérito pluscuamperfecto

(amara o amase) (hubiera o hubiese amado)

Futuro* Futuro perfecto*

(amare) (hubiere amado)

*tiempo en desuso *tiempo en desuso

Modo imperativo Presente

(ama, amad)

93
A continuación se presenta un cuadro con los tiempos del portugués (Cunha, Cintra: 369),

igual al que se acaba de exponer con los tiempos del español, con el objetivo de comparar

los tiempos verbales de ambas lenguas y demostrar, una vez más, que aunque son lenguas

cercanas existen diferencias importantes que el traductor no puede dejar de lado.

Tiempos simples Tiempos compuestos

Presente

(amo)

Pretérito imperfeito

(amava)

Pretérito perfeito simples Pretérito perfeito composto

Modo indicativo (amei) (tenho amado)

Mais-que-perfito simples Mais-que-perfeito-composto

(amara) (tinha amado)

Futuro do presente simples Futuro do presente composto

(amarei) (terei amado)

Futuro do pretérito simples Futuro do pretérito composto

(amaria) (teria amado)

Presente Pretérito perfeito

(ame) (tenha amado)

Pretérito imperfeito Pretérito mais-que-perfeito

Modo subjuntivo (amasse) (tivesse amado)

Futuro simples Futuro composto

(amar) (tiver amado)

94
Modo imperativo Presente

(ama)

Infinitivo pessoal

(amar)

3.1.3 Aspecto

Entre las modificaciones que el contexto expresa al significado del verbo están las

morfológicas o perifrásticas, las cuales reciben el nombre de aspectos ya que pueden

reforzar o alterar la clase de acción que cada verbo tiene por su significado propio (Esbozo:

461-462).

El aspecto de la acción verbal se refiere a la manera de considerarla, dependiendo de si el

significado del verbo denota carácter momentáneo (disparar, morir), durativo (dormir),

reiterativo (golpear), perfectivo (nacer) o imperfectivo (correr).

La utilización del tiempo verbal es esencial para expresar el aspecto. Las diferentes formas

del verbo, es decir, los tiempos, expresan aspectos imperfectivos y perfectivos. En los

tiempos imperfectivos el hablante se fija en la continuidad de la acción, sin interesarse por

el inicio o el final de la misma. En los tiempos perfectivos el hablante toma en cuenta la

delimitación temporal. Todos los tiempos compuestos, más el pretérito perfecto simple, son

perfectivos. Los demás tiempos simples tienen carácter imperfectivo (Esbozo: 461-462,

Larousse: 10).

En portugués el aspecto designa una categoría gramatical que manifiesta el punto de vista

desde el que el locutor considera la acción expresada por el verbo, que puede ser concluída

95
(concluida), se considera el término de la acción, su resultado, o não concluída (no

concluida), se toma en cuenta la duración de la acción. Esta distinción se verifica entre las

formas verbales clasificadas como perfeitas, o mais-que-perfeitas, y las imperfeitas (Cunha,

Cintra: 370).

Como podemos ver, tanto en español como en portugués, el aspecto se refiere a como se

considera la acción verbal. Además, en ambas lenguas se habla de tiempos verbales

perfectivos (perfeitos) e imperfectivos (imperfeitos).

Cuando un verbo perfectivo de carácter momentáneo se presenta en un tiempo imperfectivo

adquiere un aspecto reiterativo:

El soldado disparaba tras la trinchera.

O soldado disparava atrás da trincheira.

Algunas perífrasis y locuciones verbales son utilizadas para expresar diferentes aspectos. Ir

a + infinitivo indica un aspecto incoativo, es decir, indica el inicio de la acción.

Iré a comer dentro de poco a la casa de mi hermana.

En portugués esta perífrasis corresponde a Ir + infinitivo:

Irei comer dentro de pouco à casa de minha irmã.

Ir o estar + gerundio es la construcción que se usa para denotar un aspecto progresivo o de

duración (Larousse: 10).

Le atropelló un automóvil cuando iba saliendo de la oficina.

En portugués se utiliza la misma perífrasis: Ir o estar + gerundio.


96
O atropelou um automóvel quando ia saindo do escritório.

3.1.4 Persona y número

Cada tiempo del verbo está compuesto por seis formas que corresponden a las tres personas

gramaticales del número singular (yo, tú, él) y a las tres del plural (nosotros, vosotros,

ellos). Hay que tomar en cuenta que en Hispanoamérica el pronombre vosotros ha sido

sustituido por ustedes. Estas personas expresan quien o quienes realizan la acción que

expresa el verbo. La primera (yo, nosotros, nosotras) señala quien o quienes hablan, la

segunda (tú, vosotros, vosotras) se refiere al interlocutor o interlocutores de la primera

persona, y la tercera (él, ella, ellos, ellas) se refiere a las personas de quien se habla.

Debido a que la flexión castellana tiene las desinencias de número y persona muy

diferentes, no es necesario el uso de los pronombres personales antes del verbo, a menos

que se quiera dar énfasis (Larousse: 10).

En portugués los tiempos verbales también están compuestos por seis formas, tres que

corresponden a las personas gramaticales del número singular (eu, tu, ele) y tres que

corresponden al plural (nós, vós, eles) (Cunha, Cintra: 269). Al igual que en español, en

portugués se omiten los pronombres, ya que las desinencias verbales indican la persona de

la que se está hablando (Cunha, Cintra: 275).

3.2 Pragmática contrastiva del verbo

La pragmática contrastiva se centra en las funciones comunicativas de la lengua. Esta sirve

para comparar la correcta comunicación de dos lenguas, ya que estas no se diferencian

únicamente en su estructura gramatical sino también en su uso comunicativo.

97
Cabe mencionar que la pragmática y la gramática no son elementos separados. Estamos

acostumbrados a encontrar el uso de los artículos o de los tiempos verbales en las

gramáticas que no nos damos cuenta de que la información que se presenta no es solo

morfológica y sintáctica, sino también semántica y pragmática. Por ejemplo, el uso del

artículo definido nos obliga a buscar el referente que corresponde de acuerdo al contexto.

Tomemos como ejemplo la oración: El avión llegó con retraso, en la que el interlocutor

debe buscar cual es el avión del que se está hablando. De la misma manera, los tiempos

verbales sitúan la acción que se describe en relación con el momento del habla. Si hacemos

referencia al ejemplo que se mencionó más arriba, gracias al tiempo que se utilizó, sabemos

que el avión llegó en un tiempo anterior al momento del habla. Aunque esta información

aparezca en los libros de gramática, está relacionada con la pragmática (Portolés: 297-301).

De acuerdo a lo que establece Jacques Moeschler, los morfemas temporales de los verbos

proporcionan significados de procesamiento. Según su criterio, el significado que aportan

las formas verbales no permite únicamente obtener explicaturas e implicaturas de los

enunciados, sino que también permite determinar la relación del proceso descrito en un

enunciado con otros procesos que están descritos en el discurso. Hay que tomar en cuenta

que las relaciones temporales también se deben al significado conceptual de las unidades

lingüísticas, a las suposiciones contextuales que tenemos en la memoria a largo plazo y a

las relaciones entre miembros del discurso guiadas por el significado de diversos

marcadores discursivos (Portolés 285-286).

También es importante mencionar la información pragmática, que se refiere al conjunto de

conocimientos, creencias, opiniones y sentimientos que comparten los individuos que

interactúan, y que se basan en experiencias anteriores. Esta información pragmática suele

98
estar relacionada con los conocimientos científicos, los estereotipos o la visión del mundo

que impone cada cultura. La lengua hace parte de la información pragmática que los que

interactúan comparten, ya que se da por sentado que cuando alguien sabe una lengua

conoce su sistema gramatical y todo lo relacionado al contenido semántico de las unidades

que entran en juego (Escandell Vidal: 37-38). Este es un punto muy importante, ya que

cuando una persona utiliza una segunda lengua sin el conocimiento de la pragmática y del

sistema gramatical, podrían surgir problemas en la comunicación.

Todo lo que se ha expuesto con respecto a la pragmática se aplica tanto al español como al

portugués. Si tomamos un contexto determinado como ejemplo, veremos que las

diferencias que existen entre estas dos lenguas no se encuentran únicamente a nivel

gramatical, sino también a nivel pragmático, y que el saber una lengua implica tener un

conocimiento gramatical y pragmático de su uso. Tomemos el caso de la expresión en

portugués Pois não?, que podría ser utilizada por el empleado de una tienda al dirigirse a

un cliente. Esta expresión, traducida literalmente al español nos da Pues no?, que en

español significa negación, no tendría sentido en el contexto establecido. La traducción

correcta al español sería a las órdenes, ¿en qué le puedo ayudar/servir? Esto demuestra

que, conocer la gramática de una lengua no es suficiente, también es necesario el

conocimiento del uso de la misma de acuerdo al contexto, es decir, de la pragmática.

Además, cabe señalar que dentro de una misma lengua pueden existir diferencias de uso.

Este es el caso del ejemplo que se mencionó en este párrafo, ya que la expresión Pois não?

se utiliza únicamente en Brasil para el contexto que se describió. Para un portugués no tiene

sentido usarla de esta manera.

99
Como podemos ver la pragmática contrastiva se ocupa del estudio de las funciones

comunicativas de la lengua y sirve para comparar la correcta comunicación de dos lenguas.

Además, la pragmática y la gramática están relacionadas puesto que gran parte de la

información que se encuentra en los libros de gramática es también pragmática, como es el

uso de los artículos y de los tiempos verbales. Hay que resaltar que los morfemas

temporales permiten determinar la relación del proceso descrito en un enunciado con los

demás procesos de los que se habla, y que hay que estar conscientes de que las relaciones

temporales se deben a diferentes factores como el significado temporal de las unidades

lingüísticas, las suposiciones contextuales que se tiene en la memoria a largo plazo y a las

relaciones entre los miembros que interactúan determinadas por marcadores discursivos.

Asimismo, la información pragmática es importante, puesto que aquí se incluye el

conocimiento del uso de la lengua que comparten los que interactúan, es decir, la gramática

y el contenido semántico de las unidades lingüísticas. Finalmente, hay que señalar que el

conocimiento gramatical y pragmático del uso de una lengua permitirá la correcta

transferencia del significado de la LO a la LT.

100
Capítulo 4:

Análisis, descripción e interpretación de datos

En este último capítulo se hará un análisis comparativo del español y el portugués con el

fin de demostrar lo expuesto al comienzo de esta disertación, es decir, que aunque las

lenguas parezcan cercanas existen diferencias importantes que se deben considerar al

momento de traducir. Asimismo, este análisis permitirá establecer en donde se encuentran

las dificultades para el traductor, tomando en cuenta todo lo que se ha demostrado hasta

ahora, sobre todo, lo relacionado con el uso de los tiempos verbales en ambas lenguas, tema

central de esta disertación.

Para empezar se presentarán dos cuadros, uno para las similitudes y diferencias entre el

español y el portugués, y otro sobre las dificultades del portugués. Con esto se busca

determinar en donde podrían existir interferencias.

En el caso de las diferencias y las similitudes se mostrará un cuadro con los tiempos

verbales de ambas lenguas, permitiéndonos establecer en donde se encuentran las

dificultades en cuanto al uso de los verbos. Asimismo, para mostrar las dificultades e

interferencias del portugués también se presentará un cuadro, en el que los ejemplos que se

utilizarán serán en su mayoría tomados de la obra Vidas secas, de Graciliano Ramos, y nos

ayudarán a determinar la equivalencia de los tiempos del portugués en español.

Este cuadro nos permitirá establecer las divergencias de uso de los tiempos verbales que

existen entre ambas lenguas puesto que, como se mencionó anteriormente, existen tiempos,

como los dos futuros de subjuntivo, que en español han caído en desuso pero que en

101
portugués son tiempos muy usados, y también hay tiempos que están presentes en una

lengua pero que en la otra no existe, como es el caso del infinitivo pessoal en portugués.

4.1 Cuadros comparativos

4.1.1 Cuadros de las similitudes y diferencias del español y del portugués

En este cuadro se presentan los tiempos del español y del portugués.

Tiempos del español Tiempos del portugués

MODO INDICATIVO

Tiempos Tiempos Tiempos Tiempos

simples compuestos simples compuestos

Presente Pretérito perfecto Presente Perfeito composto

(hablo) compuesto (falo) (tenho falado)

(he hablado)

Pretérito Pretérito Pretérito imperfeito Mais-que-perfeito

imperfecto pluscuamperfecto (falava) composto

(hablaba) (había hablado) (tinha falado)

Pretérito perfecto Pretérito anterior Pretérito perfeito

simple (hube hablado) (falei)

(hablé) Mais-que-perfeito

simples

(falara)

102
Futuro Futuro perfecto Futuro do presente Futuro do presente

(hablaré) (habré hablado) (falarei) composto

(terei falado)

Condicional Condicional Futuro do pretérito Futuro do pretérito

(hablaría) perfecto (falaria) composto

(habría hablado) (teria falado)

MODO SUBJUNTIVO

Presente Pretérito perfecto Presente Pretérito perfeito

(hable) (haya hablado) (fale) (tenha falado)

Pretérito Pretérito Pretérito imperfeito Pretérito mais-que-

imperfecto pluscuamperfecto (falasse) perfeito

(hablara o hablase) (hubiera o hubiese (tivesse falado)

hablado)

Futuro Futuro perfecto Futuro simples Futuro composto

(hablare) (hubiere hablado) (falar) (tiver falado)

*tiempo en desuso *tiempo en desuso

MODO IMPERATIVO

Presente Presente

(habla) (fala)

FORMAS NO PERSONALES

Infinitivo Infinitivo

(hablar) (falar)

Gerundio Gerundio

103
(hablando) (falando)

Participio Participio

(hablado) (falado)

INFINITIVO PESSOAL

Eu falar

Tu falares

Ele falar

Nós falarmos

Vós falardes

Eles falarem

Como podemos ver, la mayoría de tiempos que tiene el español también existen en

portugués. Sin embargo, como ya hemos mencionado, hay tiempos que han caído en desuso

en español pero que se siguen usando en portugués, como es el caso de los dos futuros de

subjuntivo, y hay un tiempo que existe en portugués pero en español no, como es el caso

del infinitivo pessoal, lo que podría causar problemas al momento de traducir.

Al ver este cuadro se podría pensar que la traducción del portugués al español es más bien

fácil, pues casi todos los tiempos que existen en portugués también se usan en español. Sin

embargo, aquí es donde se encuentra la trampa para el traductor, ya que deberá resolver

problemas como ¿cuál es el tiempo que equivale al fututo simples do subjuntivo en español?

¿cuál equivale al futuro composto do subjuntivo? ¿qué sucede con el infinitivo pessoal en

español? Si bien en español también hay dos tiempos futuros en subjuntivo, que son el

futuro y futuro perfecto, sería una mala traducción utilizarlos en el texto meta, pues estos

104
tiempos han desaparecido de la lengua viva. Además, esto demostraría la falta de

conocimiento pragmático de las dos lenguas, por parte del traductor.

En el caso del infinitivo pessoal la situación es un poco más complicada, debido a que no

existe ningún tiempo parecido en español. Si bien en muchas ocasiones el uso de este

tiempo es facultativo y sirve para aclarar el sujeto de la oración, se lo encuentra con

frecuencia, lo que requiere que el traductor preste especial atención al uso del mismo y

resuelva el problema. Además, cabe mencionar que, aparte de la falta de un tiempo

parecido en español, en portugués el infinitivo pessoal puede ser confundido con el futuro

simples do subjuntivo, ya que algunos verbos tienen la misma forma en ambos tiempos,

este es un problema más complicado, al que debe enfrentarse el traductor. Veamos un

ejemplo:

Verbo falar (hablar)

Futuro simples Infinitivo pessoal

do subjuntivo

Eu falar falar

Tu falares falares

Ele falar falar

Nós falarmos falarmos

Vós falardes falardes

Eles falarem falarem

105
En este caso será el contexto situacional el que ayude a determinar el tiempo que se está

usando.

4.1.2 Cuadro de las dificultades del portugués

A continuación se presenta un cuadro con los tiempos del subjuntivo del portugués y sus

equivalentes en español, y se incluirá el infinitivo pessoal. Se tomó en cuenta sólo estos

tiempos, puesto que aquí es donde se presentan las mayores dificultades para el traductor.

Tiempos del subjuntivo del portugués Tiempo equivalente en español

Presente Presente de subjuntivo

É impossível que ela saiba português. Es imposible que sepa portugués.

Duvido que ele vá ao Rio este ano. Dudo que él vaya a Rio este año.

Ela não está certa de que o irmão esteja Ella no está segura de que su hermano esté

aqui. aquí.

É provável que meu pai comece a trabalhar Es probable que mi padre empiece a trabajar

amanhã. mañana.

Pretérito imperfeito Pretérito imperfecto de subjuntivo

Queria que o deixassem com a mulher, os Quería que lo dejaran (o dejasen) con la

filhos e a cachorrinha (Ramos: 79). mujer, los hijos y la perrita (Anexo p. 137).

Se pudesse ver o rosto do pai, Si pudiera (o pudiese) ver el rostro del

compreenderia talvez uma parte da narração padre, comprendería tal vez una parte de la

[...] (Ramos: 64) narración […] (Anexo página 123)

Deus não permitiria que sucedesse tal Dios no permitiría que sucediera (o

desgraça (Ramos: 66). sucediese) tal desgracia (Anexo página

106
124).

Podia consentir que ela mordesse os ¿Podía consentir que mordiera (o mordiese)

meninos? (Ramos: 113) a los niños?

Estremeceu como se descobrisse uma coisa Se estremeció como si descubriera (o

ruim (Ramos: 119) descubriese) algo malo.

Pretérito perfeito Pretérito perfecto de subjuntivo

Duvido que ela já tenha falado com a mãe Dudo que ella ya haya hablado con su

sobre este assunto. madre sobre este asunto.

Pretérito mais-que-perfeito Pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo

Não havia notícias de que os houvesse No había noticias de que los hubiera (o

atingido [...] (Ramos: 67) hubiese) alcanzado [...] (Anexo página 126)

Era como se Fabiano tivesse esfolado um Era como si Fabiano hubiera (o hubiese)

animal (Ramos: 68). despellejado un animal (Anexo página 127).

Futuro simples Presente de subjuntivo

Não seria bom tornarem a viver como ¿No sería bueno que vuelvan a vivir como

tinham vivido, muito longe? (Ramos: 121) habían vivido, muy lejos?

Venha quando quiser. Ven cuando quieras.

Não vou sair enquanto estiver chovendo. No voy a salir mientras esté lloviendo.

Visite-nos sempre que estiver na cidade. Visítanos siempre que estés en la ciudad.

Farei como puder. Haré como pueda.

Assim que nós chegarmos você pode sair. Tan pronto como lleguemos puedes salir.

Logo que eles acabarem, vamos almoçar. Apenas acaben, vamos a almorzar.

Depois que os rapazes saírem, nós faremos Después de que los chicos salgan, haremos

107
o trabalho. el trabajo.

Presente de indicativo

Se chover, não sairemos. Si llueve, no saldremos.

Se eu for amanhã ao Rio, irei de automóvel. Si mañana voy a Rio, iré en carro.

Futuro composto Pretérito perfecto de subjuntivo

Vou comprar móveis novos depois que tiver Voy a comprar muebles nuevos después de

pintado a casa. que haya pintado la casa.

Pretérito perfecto simple de indicativo

Ele vai ser promovido se tiver feito um bom Va a ser promovido si hizo un buen trabajo.

trabalho. Pretérito perfecto compuesto de

indicativo

Va a ser promovido si ha hecho un buen

trabajo.

Infinitivo pessoal Presente de subjuntivo

Era bom eles saberem que deviam proceder Era bueno que supieran que debían proceder

assim (Ramos: 121). así.

Fazia até nojo pessoas importantes se Hasta le daba asco que personas

ocuparem com semelhantes porcarias importantes se ocuparan de semejantes

(Ramos: 97). porquerías.

Indispensável os meninos entrarem no bom Era indispensable que los niños entraran en

caminho, saberem cortar mandacaru para o el buen camino, supieran cortar mandacaru

gado, concertar cercas, amansar brabos para el ganado, arreglar cercas, amansar los

(Ramos: 24) animales.

108
Para a vida ser boa, só faltava a sinha Para que la vida sea buena, sólo le faltaba a

Vitória uma cama igual à de seu Tomás da Doña Vitória una cama igual a la de Don

bolandeira (Ramos: 80). Tomás del trapiche (Anexo página 138).

Infinitivo

Ia morrer o amigo, lazarento e com Iba a morir el amigo, lazarino y con

esparavões, num canto de cerca, vendo os tumores, en un rincón del cercado, viendo

urubus chegarem banzeiros, saltando, os llegar a los buitres balanceándose, saltando,

bicos ameaçando-lhe os olhos (Ramos: amenazándole los ojos con los picos.

125).

Dormiam naquilo, tinham-se acostumado, Dormían así, se habían acostumbrado, pero

mas seria mais agradável dormirem numa sería más agradable dormir en una cama de

de lastro de couro, como outras pessoas cuero, como otras personas.

(Ramos: 40).

En el caso del presente de subjuntivo en portugués no hay mayores dificultades, puesto que

este tiempo es equivalente con el presente de subjuntivo en español. Lo mismo sucede con

el pretérito imperfeito, pretérito perfeito y pretérito mais-que-perfeito. Lo único que se

podría mencionar con respecto a este último tiempo, es que, como se ve en los ejemplos, en

portugués se puede utilizar tanto el auxiliar ter (tener) como haver (haber). Sin embargo, el

que se utiliza con más frecuencia es ter, mientras que haver se lo utiliza en la literatura y en

textos formales, es decir, la frecuencia es a la inversa de lo utilizado en español.

109
Al llegar al futuro simples nos damos cuenta de que aquí empiezan los problemas

pragmáticos, debido a que existe más de una opción para traducir este tiempo que, en

español, ha caído en desuso. A pesar de esto podemos ver claramente que el tiempo que

más se usa para traducir el futuro simples do subjuntivo al español es el presente de

subjuntivo. Para la traducción del futuro composto do subjuntivo también hay más de una

opción, y no se puede determinar cuál es la más frecuente, nuevamente, se deberá hacer una

concesión pragmática. Sin embargo, podemos notar que los tiempos utilizados para traducir

este tiempo son siempre los tiempos perfectos del indicativo o del subjuntivo. En el caso

del segundo ejemplo podemos ver que existen dos traducciones posibles. La diferencia

entre una y otra tiene que ver con la frecuencia de uso. En Hispanoamérica se usa más el

pretérito perfecto simple de indicativo, mientras que el pretérito perfecto compuesto es más

común en España.

El infinitivo pessoal es un tiempo que no existe en español, por tanto, el traductor debe

buscar cuál, de los tiempos que hay en la lengua, es el adecuado para traducir este tiempo.

Como vemos en el cuadro, en español se utilizó el presente de subjuntivo y el infinitivo,

este último no es un tiempo sino una de las tres formas no personales de la lengua. Si nos

basamos en la información del cuadro podemos establecer que el presente de subjuntivo es

el tiempo que más se usa para traducir el infinitivo pessoal.

Como podemos ver en este cuadro las dificultades que se presentan entre estas dos lenguas

son el uso de los dos futuros del subjuntivo, ya que estos han caído en desuso, y el uso del

infinitivo pessoal, tiempo que no existe en español. Tanto el futuro simples como el futuro

composto son tiempos muy frecuentes en portugués, lo que significa que el traductor deberá

enfrentarse constantemente al uso de estos tiempos y compensarlos de alguna manera. En el

110
caso del infinitivo pessoal podríamos pensar que la traducción que se debería usar es el

infinitivo; sin embargo, vimos en el cuadro que el presente de subjuntivo también es una

opción, y es la más común, sobre todo, en el lenguaje coloquial.

Aunque hayamos establecido cuál es el tiempo que más se usa en español para cada uno de

los tiempos verbales del portugués que presentan problemas para la traducción, el traductor

debe prestar atención, pues como se señaló, en algunos casos hay más de una posibilidad

para la traducción. Muchas veces será el contexto situacional el que ayude a decidir cuál es

el tiempo adecuado que se debe utilizar en el texto meta.

111
Conclusiones y recomendaciones

Después de realizar este trabajo podemos concluir que la traducción es una actividad

compleja puesto que no incluye únicamente el conocimiento de dos lenguas. Cuando se

hace una traducción hay varios puntos que se deben tomar en cuenta: el principal es el

llamado “genio de la lengua”, que se refiere a la manera de proceder de cada lengua en cada

ámbito, es decir a lo que la caracteriza. Además, nos permite darnos cuenta de que como

“el genio de la lengua” tiene influencia en el léxico, la sintaxis, la semántica y, sobre todo,

en la pragmática, la traducción no puede hacerse palabra por palabra.

Es también importante tener claro lo que es la traducción. Como vimos, existe un gran

número de definiciones para describir esta actividad. Sin embargo, hay que resaltar que

todas coinciden con el hecho de que la traducción consiste en la transferencia de significado

por medio de los equivalentes más cercanos y naturales, conservando el sentido y el estilo

del texto original. Además, permite superar las barreras lingüísticas y culturales, ya que la

traducción no consiste únicamente en la traducción de una lengua a otra, sino también de

una cultura a otra.

Otro punto que se debe considerar es la competencia traductora, pues esta le ayudará al

traductor a realizar una traducción fiel al texto original. Aquí es donde se encuentra todo el

conocimiento que el traductor posee y que le permitirá llevar a cabo su trabajo. La

competencia traductora se adquiere durante el proceso de formación del traductor, proceso

que no termina nunca, ya que durante su carrera el traductor adquiere experiencia y nuevos

conocimientos.

112
Para la traducción es importante la cohesión sintáctica y la coherencia semántica, debido a

que permiten determinar la estructura del texto y su significado, y están relacionadas con la

comprensión y la producción de textos. Por un lado la cohesión sintáctica se refiere a la

manera en que las palabras, las oraciones y cada una de sus partes se combinan para dar

forma a un texto, es decir que es de carácter sintáctico. Existen diferentes mecanismos de

cohesión como son la referencia, la sustitución, la elipsis, los conectores, la repetición y los

signos de puntuación. Por otro lado tenemos a la coherencia semántica que es la que

mantiene la unidad del texto y organiza su estructura comunicativa de una manera

específica. Es básicamente semántica y trata del contenido del texto, de su significado.

Existen diferentes tipos de coherencia como son la coherencia lineal, la coherencia global,

la coherencia local y la coherencia pragmática.

Aparte de esto, el proceso de traducción es un punto fundamental, pues existen ciertas

pautas que el traductor debe tomar en cuenta para llevar a cabo su trabajo. La traducción

comprende dos fases: la fase de la comprensión del TO, en la que el traductor busca el

sentido del texto, y la fase de la expresión del mensaje en la LT, en la que el traductor

busca las palabras en la lengua terminal para producir el contenido del texto original. Al

momento de traducir hay que tomar en cuenta cuatro puntos que son: el nivel lingüístico del

texto en la LO, el nivel referencial, el nivel de cohesión y el nivel de naturalidad.

Finalmente, hay que realizar la revisión de la traducción.

En esta disertación se trató sobre los tiempos verbales del español y del portugués. Se tomó

en cuenta los auxiliares haber, en español, y ter (tener) y haver (haber) en portugués, al

igual que los tiempos del subjuntivo ya que aquí es donde se presentan la mayoría de las

dificultades al momento de traducir del portugués al español y viceversa.

113
Se desprende del estudio de ambas lenguas que, en lo que se refiere al uso de los auxiliares,

en español se utiliza únicamente haber para la formación de los tiempos compuestos,

mientras que en portugués se puede utilizar tanto ter como haver. La única diferencia que

se encontró con respecto al uso de uno y otro auxiliar tiene que ver con la frecuencia de

uso, pues ter es el auxiliar que se usa con más frecuencia en el habla, mientras que haver

está presente en la literatura y en los textos formales.

Con respecto a los tiempos del subjuntivo se estableció que los dos futuros de subjuntivo en

español, el futuro y el futuro perfecto de subjuntivo, han caído en desuso y han sido

reemplazados en el habla por otros tiempos como el presente de indicativo o presente de

subjuntivo para el futuro de subjuntivo, y el pretérito perfecto de indicativo o pretérito

perfecto de subjuntivo para el futuro perfecto de subjuntivo.

En cuanto al uso del subjuntivo en portugués, se vio que el futuro simples do subjuntivo y

el futuro composto do subjuntivo se los utiliza con frecuencia. Además, se evidenció en el

texto analizado que para traducir estos tiempos existe más de un tiempo que se puede

utilizar en la traducción al español. El futuro simples do subjuntivo, en español, puede ser

traducido utilizando (1) el infinitivo, (2) el presente de subjuntivo o (3) el presente de

indicativo. En este caso se dijo que el tiempo que más se usa en español, al momento de

traducir, es el presente de subjuntivo. Para traducir el futuro composto se utiliza ya sea el

pretérito perfecto simple o compuesto del indicativo o el pretérito perfecto de subjuntivo, y

todos se utilizan con la misma frecuencia al momento de traducir. Aquí se señaló que, con

respecto al pretérito perfecto simple y compuesto de indicativo, existe una diferencia de uso

en Hispanoamérica y en España relacionada con la frecuencia: en Hispanoamérica se

114
prefiere el pretérito perfecto simple, mientras que en España se usa el pretérito perfecto

compuesto.

Además se trató sobre el infinitivo pessoal, que es un tiempo que no existe en español. En

este caso también existe más de una opción para su traducción, estas son el presente de

subjuntivo y el infinitivo, que no es un tiempo sino una de las tres formas no personales. Se

determinó, en el texto analizado, que se utiliza más el presente de subjuntivo para traducir

el infinitivo pessoal.

Tanto en el caso de los tiempos futuros del subjuntivo como del infinitivo pessoal, hay que

tener presente que el contexto es el que ayudará a determinar cuál es el tiempo que se debe

utilizar para la traducción al español.

Asimismo se trató sobre la ortografía del verbo en ambas lenguas, y se dijo que en español

y en portugués se presentan similares variaciones ortográficas. Se estableció que la

diferencia radica en que en portugués existe la ç (cê-cedilha), letra que no está presente en

español, y que en esta lengua siempre equivaldrá a z. Además, se vio que las variaciones

ortográficas se presentan en las mismas circunstancias en ambas lenguas.

También se trató sobre la pragmática del verbo en español en donde se dijo que esta rama

de la lingüística estudia la lengua y su uso según el contexto. La pragmática ayuda a

entender fenómenos a los que la gramática no ha podido dar explicación. Además, el uso de

la lengua va más allá del conocimiento de la gramática. La pragmática se encarga del

conocimiento que el hablante tiene del uso de la lengua, y no incluye sólo la gramática, sino

también las reglas de interacción de una comunidad.

115
En este trabajo se trató sobre el modo, en donde se describió el uso del modo subjuntivo,

ya que aquí es donde se presentan la mayoría de las dificultades para el traductor. Se

estudió el tiempo, y se presentaron los modos del español y del portugués con sus

respectivos tiempos. En cuanto al aspecto se dijo que se refiere a la manera de considerar la

acción verbal. Se mencionó que los verbos expresan aspecto imperfectivo, el hablante se

fija en la continuidad de la acción, y perfectivo, el hablante toma en cuenta la delimitación

temporal. Se determinó que tanto en español como en portugués los modos y los aspectos

son los mismos, y funcionan de la misma manera. Con respecto a la persona y al número, se

dijo que cada tiempo verbal en español está compuesto por seis pronombres, tres en

singular (yo, tú, él) y tres en plural (nosotros, vosotros, ellos). Aquí hay que señalar que en

Hispanoamérica el pronombre vosotros ha desaparecido y ha sido reemplazado por ustedes.

En portugués los tiempos verbales también están compuestos por seis personas, tres en

singular (eu, tu, ele) y tres en plural (nós, vós, eles). Tanto la conjugación en español, como

en portugués, tiene las desinencias de número y persona muy marcadas, por lo que no es

necesario el uso del pronombre con el verbo, a menos que se quiera dar énfasis.

Finalmente se trató sobre la pragmática contrastiva del verbo en donde se dijo que la

pragmática contrastiva se centra en las funciones comunicativas de la lengua, y sirve para

comparar la correcta comunicación de dos lenguas, ya que no se diferencian solamente en

su estructura gramatical sino también en su uso comunicativo. Además, la pragmática y la

gramática están relacionadas, ya que mucha de la información que se encuentra en los

libros de gramática no es sólo morfológica y sintáctica, sino también semántica y

pragmática, como es el caso de los artículos y los tiempos verbales. Hay que resaltar que

los morfemas temporales permiten determinar la relación del proceso descrito en un

116
enunciado en relación a los demás procesos a los que se hace referencia, y que hay que

estar conscientes de que las relaciones temporales se deben a diferentes factores como el

significado temporal de las unidades lingüísticas, las suposiciones contextuales que se tiene

en la memoria a largo plazo y a las relaciones entre los miembros que interactúan

determinadas por marcadores discursivos. Finalmente, la información pragmática es

importante, puesto que aquí se incluye el conocimiento del uso de la lengua que comparten

los que interactúan, es decir, la gramática y el contenido semántico de las unidades

lingüísticas que entran en juego.

Como podemos ver después de haber tratado diferentes temas que nos han permitido

realizar el análisis comparativo del verbo del español y del portugués, la traducción es una

tarea compleja que involucra mucho más que el conocimiento de dos lenguas. Traducir

implica, primero, conocer bien la lengua meta para evitar traducciones que suenen extrañas.

Es decir que el traductor sabe cómo funciona la lengua tanto en lo que se refiere a la

gramática como a la pragmática. Segundo, el traductor debe conocer muy bien la lengua de

origen, pues de esto depende que se interprete adecuadamente el mensaje del texto original

y se lo pueda transmitir en el texto meta. Para esto es necesario que el traductor conozca

sobre la gramática y el uso de la lengua de origen. Finalmente, el hecho de que dos lenguas

sean cercanas no significa que sean completamente equivalentes. Como vimos con el

español y el portugués, estas lenguas son cercanas, sin embargo, existen diferencias

importantes, como el uso de los tiempos futuros del subjuntivo, que el traductor no puede

dejar de lado al momento de traducir.

117
Bibliografía

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120
Anexos

121
Traducción de los relatos Inverno y Festa de la obra Vidas secas, de Graciliano Ramos

Invierno

La familia estaba reunida alrededor del fuego, Fabiano sentado en el mortero caído, Doña

Vitória con las piernas cruzadas, sus muslos servían de almohadas a los hijos. La perra

Baleia, con el trasero en el piso y el resto del cuerpo levantado, miraba las brasas que se

cubrían de ceniza.

Hacía un frío terrible, llovía allá afuera, el viento sacudía las ramas de las catingueiras1, y

el ruido del río era como un trueno distante.

Fabiano se frotó las manos satisfecho y empujó los tizones con la punta de la alpargata. Las

brasas crepitaron, la ceniza cayó, un círculo de luz se esparció alrededor del trípode de

piedra, iluminando vagamente los pies del vaquero, las rodillas de la mujer y los niños

acostados. De vez en cuando ellos se movían, porque el fuego no era muy fuerte y apenas

calentaba partes de sus cuerpos. Otras partes se enfriaban al recibir el aire que entraba por

las grietas de las paredes y aberturas de las ventanas. Por eso no podían dormir. Cuando

estaban quedándose dormidos, temblaban, tenían que darse la vuelta, se acercaban al

trípode y escuchaban la conversación de los padres. No era exactamente una conversación:

eran frases sueltas, espaciadas, con repeticiones e incongruencias. A veces una interjección

gutural daba energía al discurso ambiguo. La verdad es que ninguno de los dos prestaba

atención a las palabras del otro: iban exhibiendo las imágenes que les venían a la mente, y

las imágenes se sucedían, se deformaban, no había manera de dominarlas. Como los

recursos de expresión eran escasos, intentaban remediar la deficiencia hablando alto.

1
Árbol del nordeste del Brasil.

122
Fabiano volvió a frotarse las manos e inició una historia bastante confusa, pero como sólo

estaban iluminadas sus alpargatas, el gesto pasó desapercibido. El niño mayor abrió las

orejas, atento. Si pudiera ver el rostro del padre, comprendería tal vez una parte de la

narración, pero así en la oscuridad la dificultad era grande. Se levantó, fue a un rincón de la

cocina, de allá trajo una brazada de leña. Doña Vitória aprobó este acto con un rugido,

Fabiano condenó la interrupción, le pareció que el comportamiento del hijo revelaba falta

de respeto y estiró el brazo para castigarlo. El pequeño se escabulló, fue a esconderse en las

faldas de la madre, que se puso francamente de su lado.

- ¡Hum! ¡Hum! ¡Qué bravura!

Aquel hombre era así mismo, tenía el corazón cerca de la garganta.

- Bruto.

Movió las brasas con el cabo del cuenco de coco, acomodó entre las piedras leña de angico

mojada, intentó encenderla. Fabiano la ayudó: suspendió el parloteo, se puso en cuatro

patas y sopló el carbón, inflando mucho los cachetes. Una humareda invadió la cocina, las

personas tosieron, se enjugaron los ojos. Doña Vitória cogió el aventador, y después de un

minuto la llamarada crepitaba entre las piedras.

El círculo de luz aumentó, ahora las figuras surgían en la sombra, rojas. Fabiano, visible de

la barriga para abajo, se iba haciendo indistinto de ahí hacia arriba, era una negrura que

vagos destellos cortaban. De esa negrura salió nuevamente el parloteo masticado.

Fabiano estaba de buen humor. Días antes la crecida había cubierto las marcas puestas al

final de la tierra de aluvión, alcanzaba las cantingueiras que debían estar sumergidas.

123
Seguramente sólo aparecían las hojas, la espuma subía, lamiendo las ribas que se

desmoronaban.

Dentro de poco el despotismo del agua iba a acabar, pero Fabiano no pensaba en el futuro.

Por ahora, la inundación crecía, mataba animales, ocupaba grutas y planicies. Todo muy

bien. Y Fabiano se frotaba las manos. No existía el peligro de sequía inmediata, que había

aterrorizado a la familia durante meses. La catinga2 se había vuelto amarilla, roja, el

ganado había empezado a adelgazar y horribles visiones de pesadilla habían agitado el

sueño de las personas. De repente un trazo ligero había rasgado el cielo por el lado de la

cabecera del río, otros surgieron más claros, el trueno había roncado cerca, en la oscuridad

de la medianoche habían pasado nubes color sangre. El ventarrón había arrancado

sucupiras3 e imburanas4, hubo demasiados relámpagos – y doña Vitória se había escondido

en el dormitorio con los hijos, tapando las orejas, envolviéndose en las cobijas. Pero aquella

brutalidad había acabado de repente, la lluvia había caído, la cabeza de la inundación había

aparecido arrastrando trocos y animales muertos. El agua había subido, alcanzando la

ladera, estaba con ganas de llegar a los juazeiros5 del final del patio. Doña Vitória andaba

atemorizada. ¿Sería posible que el agua topara los juazeiros? Si esto sucediera, la casa sería

invadida, los moradores tendrían que subir al monte, vivir unos días en el monte, como

conejos.

Suspiraba atizando el fuego con el cabo del cuenco de coco. Dios no permitiría que

sucediera tal desgracia.

2
Vegetación agreste característica del nordeste del Brasil.
3
Nombre popular dado en el Brasil a varias especies de árboles brasileños.
4
Árbol burseraceae del Brasil.
5
Planta rhamnaceae tipoa del nordeste del Brasil.

124
- ¡An!

La casa era fuerte.

- ¡An!

Los fundamentos de aroeira estaban bien hincados en el piso duro. Si el río llegara allí,

apenas derrumbaría los terrones que formaban el relleno de las paredes de tapia. Dios

protegería a la familia.

- ¡An!

Las varas estaban bien amarradas con lianas en los fundamentos de aroeira. La estructura

de la casa resistiría la furia de las aguas. Y cuando bajaran, la familia regresaría. Sí, vivirían

todos en el matorral como conejos. Pero regresarían cuando las aguas bajaran, sacarían del

barrero tierra para vestir el esqueleto de la casa.

- ¡An!

Doña Vitória movió el aventador con fuerza para no oír el ruido del río, que se aproximaba.

¿Sería que estaba con intención de avanzar? El aventador zumbaba, y el ruido de la crecida

era un soplo, un soplo que se desvanecía más allá de los juazeiros.

Fabiano contaba hazañas. Había comenzado moderadamente, pero se iba excitando poco a

poco y ahora veía los acontecimientos con exageración y optimismo, estaba convencido de

que había practicado hechos notables. Necesitaba esta convicción. Algún tiempo atrás había

sucedido aquella desgracia: el soldado amarillo lo había provocado en la feria, le había

dado una paliza con el machete y lo había metido en la cárcel. Fabiano había pasado

semanas resentido, fantaseando venganzas, viendo la crianza mustiarse en la catinga

125
quemada. Si la sequía llegara, abandonaría mujer e hijos, confrontaría a cuchilladas al

soldado amarillo, después mataría al juez, al fiscal y al jefe de la policía. Había estado unos

días así triste, pensando en la sequía y en la humillación. Pero la tormenta había roncado,

había venido la inundación, y ahora entraba agua por las goteras y el viento por los huecos

de las paredes.

Fabiano estaba contento y se frotaba las manos. Como el frío era grande, las acercó a las

llamas. Relataba un lío terrible, olvidaba los golpes y la prisión, se sentía capaz de actos

importantes.

El río subía la ladera, estaba cerca de los juazeiros. No había noticias de que los hubiera

alcanzado ― y Fabiano, seguro, basado en información de los mayores, narraba una pelea

en la que había salido vencedor. La pelea era un sueño, pero Fabiano creía en ella.

Las vacas venían a abrigarse junto a la pared de la casa, pegada al corral, la lluvia las

fustigaba, los cencerros sonaban. Engordarían con el pasto nuevo, darían crías. El pasto

crecería en el campo, los árboles se adornarían, el ganado se multiplicaría. Todos

engordarían, él, Fabiano, la mujer, los dos hijos y la perra Baleia. Tal vez doña Vitória

consiguiese una cama de base de cuero. Realmente el catre de varas en el que se acostaban

era incómodo.

Fabiano gesticulaba. Doña Vitória agitaba el aventador para mantener las llamas en el

angico mojado. Los niños, sintiendo frío en un lado y calor en el otro, no podían dormir y

escuchaban las fantasías del padre. Comenzaron a discutir en voz baja un pasaje oscuro de

la narración. No lograron entenderse, discutieron irritados, estaban peleando. Fabiano se

126
enfadó con su impertinencia y quiso castigarlos. Después se moderó, repitió el pedazo

incomprensible utilizando palabras diferentes.

El hijo menor batió palmas, miró las manos de Fabiano, que se agitaban por encima de las

llamas, oscuras y rojas. Los dorsos estaban en la oscuridad, pero las palmas estaban

iluminadas y color sangre. Era como si Fabiano hubiera despellejado un animal. La barba

roja y enmarañada era invisible, los ojos azulados e inmóviles se fijaban en los tizones, la

conversación dura y ronca se entrecortaba de silencios. Sentado en el mortero, Fabiano iba

perdiendo el ánimo, feo y bruto, con aquel gesto de animal lerdo que no se mantiene en pie.

El hijo mayor estaba descontento. Sin poder distinguir las facciones del padre, cerraba los

ojos para entenderlo bien. Pero había surgido una duda. Fabiano había modificado la

historia ― y esto le quitaba verosimilitud. Una desilusión. Se estiró y bostezó. Habría sido

mejor la repetición de las palabras. Altercaría con el hermano intentando entenderlas.

Pelearía por causa de las palabras ― y su convicción crecería. Fabiano debió haberlas

repetido. No. Había aparecido una variante, el héroe se había convertido en humano y

contradictorio. El hijo mayor se acordó de un juguete viejo, regalo de Don Tomás del

trapiche. Cerró los ojos, los volvió a abrir, somnoliento. El aire que entraba por las grietas

de las paredes le enfriaba una pierna, un brazo, todo el lado derecho. Se dio la vuelta, los

pedazos de Fabiano desaparecieron. El juguete se había roto, el pequeño se había

entristecido viendo las piezas inútiles. Se acordó de los corrales hechos de guijarros

pequeños, debajo de las cantingueiras. Ahora la laguna estaba llena, había cubierto los

corrales que él había construido. El barrero también se había llenado, alcanzaba la pared de

la cocina, sus aguas se juntaban con las de la laguna. Para ir al patio donde había claveles y

ollas de ajenjo, Doña Vitória salía por la puerta de enfrente, bajaba el cobertizo y cruzaba el

127
portón de baraúna6. Atrás de la casa, las cercas, el pé de turco7 y las catingueiras estaban

dentro del agua. Entraba agua por las goteras, los cencerros de las vacas sonaban, los sapos

cantaban. El sonido de los cencerros era familiar, pero el canto de los sapos y el ruido de las

goteras eran extraños. Todo estaba cambiando. Llovía el día entero, la noche entera. Los

matorrales y arbustos donde vivían seres misteriosos habían sido violentados. Ahí había

sapos. Y su canto subía y bajaba, una tonada lastimera llenaba los alrededores. Intentó

contar las voces, se confundió. Eran muchas, con seguridad había una infinidad de sapos en

los matorrales y arbustos. ¿Qué estarían haciendo? ¿Por qué gritaban el canto triste y

gargajeando? Nunca había visto uno, los confundía con los habitantes invisibles de la sierra

y de los conjuntos de macambira8. Se envolvió, se acomodó, se adormeció, un lado caliente

por el fuego, el otro protegido por las nalgas de Doña Vitória.

El aventador se agitaba, la madera húmeda chirriaba, el bulto de Fabiano se iluminada y se

oscurecía.

Baleia, inmóvil, paciente, miraba el carbón y esperaba que la familia se recogiera. Le

molestaba el ruido que Fabiano hacía. En el campo, siguiendo a una res, gritaba demasiado.

Natural. Pero ahí, cerca del fuego, ¿para qué tanto grito? Fabiano se estaba cansando

porque sí. Baleia se aburría, cabeceaba y no podía dormir. Doña Vitória debía retirar el

carbón y la ceniza, barrer el piso, acostarse en la cama de varas con Fabiano. Los niños se

acomodarían en la estera, debajo del anaquel, en la sala. Ya era hora de que la dejaran en

paz. Todo el día observaba los movimientos de las personas, intentando adivinar cosas

6
Árbol leguminoso de gran porte cuya madera dura es muy apreciada en la construcción.
7
Especie de arbusto característico da la región agreste del nordeste del Brasil.
8
Planta de la familia de las bromeliaceae.

128
incomprensibles. Ahora necesitaba dormir, librarse de las pulgas y de aquella vigilancia a la

que la habían acostumbrado. Barrido el piso con escobilla, se deslizaría entre las piedras, se

encogería, adormecería en el calor, sintiendo el olor de las cabras mojadas y escuchando

ruidos desconocidos, el tic-tic de las goteras, el canto de los sapos, el sonido del río lleno.

Bichos pequeños y sin dueño irían a visitarla.

129
Fiesta

Fabiano, Doña Vitória y los niños iban a la fiesta de Navidad en la ciudad. Eran las tres,

hacía mucho calor, remolinos esparcían sobre los árboles amarillos nubes de polvo y hojas

secas.

Habían cerrado la casa, cruzado el patio, bajado la ladera, y caminaban en las piedras como

bueyes enfermos de los cascos. Fabiano, apretado en la ropa de brin blanco hecha por Doña

Terta, sombrero de bayeta, cuello, corbata, botines de vaqueta y elástico, intentaba

enderezar el espinazo, lo que regularmente no hacía. Doña Vitória, envuelta en el vestido

rojo de flores, mal se equilibraba en los zapatos de tacones enormes. Insistía en calzar como

las jóvenes de la calle ― y se tropezaba en el camino. Los niños estrenaban pantalón y

chaqueta. En casa siempre usaban camisas de tela barata o andaban desnudos. Pero Fabiano

había comprado diez varas de paño blanco en la tienda y había encargado a Doña Terta

hacer trajes para él y para los hijos. A Doña Terta le había parecido poca tela, y Fabiano se

había mostrado desentendido, seguro de que la anciana pretendía hurtarle los retazos. En

consecuencia las ropas habían quedado cortas, estrechas y llenas de remiendos.

Fabiano intentaba no percibir esas desventajas. Marchaba derecho, la barriga para afuera, la

espalda recta, mirando hacia la sierra distante. De ordinario miraba al suelo, evitando las

piedras, los tocones, los agujeros y las cobras. La posición forzada lo cansó. Y al pisar la

arena del río, se dio cuenta de que así no podría vencer las tres leguas que lo separaban de

la ciudad. Se sacó los zapatos, puso las medias en el bolsillo, se sacó la chaqueta, la corbata

y el cuello, respiró aliviado. Doña Vitória decidió imitarlo: arrancó los zapatos y las

130
medias, que amarró al pañuelo. Los niños pusieron las sandalias debajo del brazo y se

sintieron cómodos.

La perra Baleia, que venía atrás, se incorporó al grupo. Si hubiera llegado antes,

probablemente Fabiano la habría ahuyentado. Y Baleia pasaría las fiestas junto a las cabras

que ensuciaban el alpende. Pero con la corbata y el cuello arrugados en el bolsillo, la

chaqueta al hombro y los botines colocados en un palo, el vaquero se encontró cerca de ella

y la acogió.

Retomó la posición natural: caminaba patizambo, la cabeza inclinada. Doña Vitória, los

niños y Baleia lo acompañaron. La tarde pasó sin problemas y cuando la noche cayó

estaban al borde del riachuelo, a la entrada de la calle.

Ahí Fabiano paró, se sentó, lavó los pies duros, procurando retirar de las grietas profundas

el barro que ahí había. Sin secarse intentó ponerse los zapatos ― y fue tan difícil: los

talones de las medias de algodón formaron bolas en el empeine del pie y los botines de

vaqueta se resistieron como vírgenes. Doña Vitória se levantó la falda, se sentó en el suelo

y también se limpió. Los dos niños entraron en el riachuelo, se frotaron los pies, salieron, se

pusieron las sandalias y observaron los movimientos de los padres. Doña Vitória se

preparaba y se erguía, pero Fabiano soplaba agresivo. Había vencido la obstinación de uno

de aquellos malditos botines; el otro se trababa, y él, con los dedos en las alzas, hacía

esfuerzos inútiles. Doña Vitória daba consejos que irritaban al marido. No había manera de

introducir el maldito talón en el tacón. En un movimiento más fuerte, el alza de atrás se

reventó, y el vaquero metió las manos en la bota, enérgicamente. Sin conseguir nada, se

levantó decidido a entrar en la calle así, cojeando, una pierna más larga que la otra. Con

131
excesiva rabia, a la que se mezclaba alguna esperanza, dio una patada violenta en el suelo.

La carne se comprimió, los huesos crujieron, la media mojada se rasgó y el pie magullado

encajó en las paredes de vaqueta. Fabiano soltó un suspiro largo de satisfacción y dolor.

Enseguida intentó sujetar el cuello duro al pescuezo, pero los dedos temblorosos no

hicieron la tarea. Doña Vitória lo auxilió: el botón entró en el ojal estrecho y la corbata se

amarró. Las manos sucias, sudadas, dejaron en el cuello manchas oscuras.

- Ya está, gruñó Fabiano.

Cruzaron el puente y llegaron a la calle. Doña Vitória caminaba dando tumbos, por causa

de los tacones de los zapatos, y conservaba el paraguas colgado, con el mango para abajo y

la punta para arriba, enrollado en el pañuelo. Imposible decir por qué Doña Vitória llevaba

el paraguas con la punta para arriba y el mango para abajo. Ella misma no sabría explicarse,

pero siempre había visto las otras campesinas proceder así y adoptaba la costumbre.

Fabiano marchaba tieso.

Los niños observaban los faroles y adivinaban cosas extraordinarias. No sentían curiosidad,

sentían miedo, y por eso pisaban despacio, temiendo llamar la atención de las personas.

Suponían que existían mundos diferentes al de la hacienda, mundos maravillosos en la

sierra azulada. Aquello, sin embargo, era extraño. ¿Cómo podía haber tantas casas y tanta

gente? Con seguridad los hombres pelearían. ¿Sería que allí el pueblo era bravo y no

consentía que ellos anduviesen entre las barracas? Estaban acostumbrados a aguantar

coscorrones y jalones de oreja. Tal vez las criaturas desconocidas no se comportaran como

Doña Vitória, pero los pequeños se retraían, se arrimaban a las paredes, un poco

deslumbrado, los oídos llenos de ruidos extraños.

132
Llegaron a la iglesia, entraron. Baleia se quedó paseando en la acera, mirando la calle,

inquieta. En su opinión, todo debía estar a oscuras, porque era de noche, y la gente que

andaba en los alrededores necesitaba acostarse. Levantó el hocico, sintió un olor que le dio

ganas de toser. Gritaban demasiado alrededor de ella y había luces en abundancia, pero lo

que más le incomodaba era aquel olor a humo.

Los niños también se espantaban. En el mundo, repentinamente ensanchado, veían a

Fabiano y Doña Vitória reducidos, más pequeños que las figuras de los altares. No

conocían altares, pero presumían que aquellos objetos debían ser preciosos. Las luces y los

cantos los extasiaban. Como luz había, en la hacienda, el fuego entre las piedras de la

cocina y el quinqué de queroseno colgado por el asidero en una vara que salía de la tapia;

de canto, el bendito de Doña Vitória y el canto a los bueyes de Fabiano. El canto era triste,

una canción monótona y sin palabras que entorpecía al ganado.

Fabiano estaba silencioso, mirando las imágenes y las velas prendidas, inhibido en la ropa

nueva, el cuello estirado, pisando brasas. La multitud lo ajustaba más que la ropa, lo

estorbaba. De polainas, jubón y chaleco, andaba metido en una caja, como armadillo, pero

saltaba en el lomo de un animal y volaba en la catinga. Ahora no podía darse la vuelta:

manos y brazos le rosaban el cuerpo. Se acordó de la paliza que le habían dado y de la

noche pasada en la cárcel. La sensación que experimentaba no era muy diferente de la que

había tenido al ir preso. Era como si las manos y los brazos de la multitud fueran a

agarrarlo, subyugarlo, exprimirlo en un rincón de la pared. Miró las caras alrededor.

Evidentemente las criaturas que se reunían ahí no lo veían, pero Fabiano se sentía rodeado

de enemigos, temía meterse en problemas y terminar mal la noche. Soplaba y se esforzaba

por abanicarse con el sombrero. Difícil moverse, estaba amarrado. Lentamente consiguió

133
abrirse camino entre la multitud, se escabulló hasta junto de la pila de agua bendita, donde

se detuvo, receloso de perder de vista a la mujer y a los hijos. Se paró en la punta de los

pies, pero esto le arrancó un gruñido: los talones despellejados comenzaban a afligirlo.

Distinguió el moño de Doña Vitória, que se escondía detrás de una columna.

Probablemente los niños estaban con ella. La iglesia cada vez se llenaba más. Para avistar

la cabeza de la mujer, Fabiano tenía que estirarse, girar el rostro. Y el cuello le perforaba el

pescuezo. Los botines y el cuello eran indispensables. No podría asistir a la novena

calzando alpargatas, la camisa de algodón abierta, mostrando el pecho velludo. Sería

irrespetuoso. Como tenía religión, entraba en la iglesia una vez al año. Y siempre había

visto, desde que recuerda, ropas de fiesta así: pantalón y chaqueta engomados, botines de

elástico, sombrero de bayeta, cuello y corbata. No se arriesgaría a perjudicar la tradición,

aunque sufriera con ella. Suponía cumplir un deber, intentaba erguirse. Pero la disposición

se desvanecía: el espinazo se doblaba, naturalmente, los brazos se movían desengonzados.

Comparándose a los tipos de la ciudad, Fabiano se reconocía inferior. Por eso sospechaba

que los otros se burlaban de él. Se ponía ceñudo y evitaba conversaciones. Sólo le hablaban

con el fin de quitarle alguna cosa. Los negociantes robaban en la medida, en el precio y en

la cuenta. El patrón realizaba con pluma y tinta cálculos incomprensibles. La última vez

que se habían encontrado hubo una confusión de números, y Fabiano, con la cabeza

ardiendo, había abandonado indignado la oficina del blanco, seguro de que había sido

engañado. Todos lo perjudicaban. Los cajeros, comerciantes y propietarios lo explotaban, y

los que no tenían negocios con él se reían viéndolo pasar en las calles, tropezando. Por eso

Fabiano se desviaba de esos seres. Sabía que la ropa nueva cortada y cosida por Doña

134
Terta, el cuello, la corbata, los botines y el sombrero de bayeta lo hacían verse ridículo,

pero no quería pensar en esto.

- Vagos, ladrones, habladores, tacaños.

Estaba convencido de que todos los habitantes de la ciudad eran malos. Se mordió la

trompa. No podría decir semejante cosa. Por una falta menor había aguantado golpes y

dormido en la cárcel. Ahora el soldado amarillo… Sacudió la cabeza y se liberó del

recuerdo desagradable y buscó una cara amiga en la multitud. Si encontrara un conocido,

iría a llamarlo a la acera, abrazarlo, sonreír, batir palmas. Después hablaría sobre ganado.

Se estremeció, intentó ver el moño de Doña Vitória. Necesitaba tener cuidado para no

distanciarse de la mujer y de los hijos. Se aproximó a ellos, los alcanzó en el momento en

que la iglesia comenzaba a vaciarse.

Salieron a encontrones, bajaron las gradas. Empujado, golpeado, Fabiano volvió a pensar

en el soldado amarillo. En la calle, al pasar por el yataí, viró el rostro. Sin ningún motivo,

el desgraciado había ido a provocarlo, pisarle los pies. Él se había desviado, con buenos

modales. Como el otro insistiera, había perdido la paciencia, se había puesto arrogante.

Consecuencia: machete en el lomo y una noche en la cárcel.

Invitó a la mujer y a los hijos a los caballitos, los acomodó, se distrajo un poco viéndolos

girar. Enseguida los llevó a las barracas de juegos. Se rascó, haló el pañuelo, lo desató,

contó el dinero, con la intención de arriesgarlo en los dados. Si ganara, podría comprar la

cama de cuero crudo, el sueño de Doña Vitória. Fue a beber aguardiente en una carpa,

regresó, se puso a rondar indeciso, pidiendo con los ojos la opinión de la mujer. Doña

Vitória hizo un gesto de reprobación, y Fabiano se retiró, acordándose del juego que tuvo

135
en casa de Don Inácio, con el soldado amarillo. Había sido robado, con seguridad había

sido robado. Se acercó a la carpa y bebió más aguardiente.

Poco a poco perdió la vergüenza.

- Fiesta es fiesta.

Bebió una vez más y se erguió, miró a las personas desafiándolas. Estaba resuelto a hacer

una tontería. Si se topara con el soldado amarillo, se daría a golpes con él. Caminó entre las

barracas, soberbio, dando patadas en el piso, insensible a las heridas de los pies. Lo que

quería era complicarse, darle una muestra a aquel descarado. No daba importancia a la

mujer y a los hijos, que lo seguían.

- ¡Qué aparezca un hombre! Gritó.

En el ruido que llenaba la plaza nadie notó la provocación. Y Fabiano fue a esconderse

detrás de las barracas, por las bandejas de dulces. Estaba dispuesto a despedazarse, pero

había en él un resto de prudencia. Allí podía irritarse, dirigir amenazas y desafueros a

enemigos invisibles. Empujado por fuerzas opuestas, se exponía y se acautelaba. Sabía que

esa explosión era peligrosa, temía que el soldado amarillo surgiera de repente, viniera a

clavarle el taco de la bota en el pie. Al soldado amarillo, falto de sustancia, se le subían los

humos en compañía de los compañeros. Era mejor evitarlos. Pero su recuerdo a veces se

tornaba horrible. Y Fabiano quería vengarse. Estimulado por el aguardiente, se fortalecía:

- ¿Dónde está el valiente? ¿Quién tiene el valor de decir que soy feo? Que aparezca

un hombre.

136
Lanzaba el desafío, con el temor de ser oído. Nadie apareció. Y Fabiano gruñó alto, gritó

que todos eran unos cobardes, unos capados, sí señor. Después de muchos berridos, supuso

que había allí cerca hombres escondidos, con miedo de él. Los insultó:

- Manada de…

Paró angustiado, sudando frío, la boca llena de saliva, sin atinar con las palabras. ¿Manada

de qué? Tenía el nombre en la punta de la lengua. Y la lengua engrosaba, perra, Fabiano

escupía, fijaba en la mujer y en los hijos unos ojos vidriosos. Retrocedió algunos pasos,

tuvo náuseas. Enseguida se aproximó nuevamente a las luces, cojeando, fue a sentarse en la

acera de una tienda. Estaba desanimado, vacilante; el entusiasmo se había enfriado.

¿Manada de qué? Repetía la pregunta sin saber lo que buscaba. Miró de cerca la cara de la

mujer, no conseguía distinguirle las facciones. ¿Doña Vitória percibiría su confusión? Allí

había otros campesinos conversando, y Fabiano se aburrió. Si no estuviera tan ansioso,

eructando, sudando, pelearía con ellos. La interrogación que le atormentaba la mente

confusa se unió a la idea de que aquellas personas no tenían derecho a sentarse en la acera.

Quería que lo dejaran con la mujer, los hijos y la perrita. ¿Manada de qué? Soltó un grito

áspero, batió palmas:

- Manada de perros.

Descubierta la expresión obstinada, se alegró. Manada de perros. Evidentemente los

campesinos como él no eran más que perros. Buscó con las manos a la mujer y a los hijos,

se aseguró de que estaban acomodados. Una contracción violenta en el cuello le torció el

rostro, la boca se llenó nuevamente de saliva. Se puso a escupir. Se serenó, respiró con

fuerza, pasó los dedos por un hilo de baba que pendía del labio. Estaba tonto, con un

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zumbido infeliz en los oídos. Iba a jurar que había mostrado valentía y corrido peligro. Al

mismo tiempo le parecía que había cometido una falta. Ahora estaba pesado y con sueño.

Mientras había andado haciendo alborotos, la cabeza llena de aguardiente, no hizo caso de

las heridas de los pies. Pero se enfriaba, y los botines de vaqueta lo lastimaban en demasía.

Los arrancó, se sacó las medias, se liberó del cuello, de la corbata y la chaqueta, envolvió

todo, hizo una almohada, se echó en el cemento, puso el sombrero de bayeta sobre los ojos.

Y se adormeció, con el estómago revuelto.

Doña Vitória se encontraba en dificultades: se torcía para satisfacer una necesidad de la que

no sabía cómo librarse. Podía esconderse en el fondo de la calle, por detrás de las barracas,

por las bancas de las confiteras. Se levantó medio decidida, volvió a ponerse en cuclillas.

¿Abandonar a los niños, y al marido en aquel estado? Se contuvo y miró las cuatro esquinas

con desesperación, que la necesidad era grande. Se escabulló disimuladamente, llegó a la

esquina de la tienda, donde había un grupo de mujeres en cuclillas. Y, mirando las fachadas

de las casas y los faroles de papel, mojó el piso y los pies de las otras campesinas. Se

arrastró hasta donde estaba la familia, sacó del bolsillo la pipa de barro, la llenó, la

encendió, botó algunas bocanadas largas de satisfacción. Libre de la necesidad, vio con

interés el hormiguero que circulaba en la plaza, la mesa de subastas, las líneas luminosas de

los cohetes. Realmente la vida no era mala. Pensó con un escalofrío en la sequía, en el viaje

horrible que había hecho en caminos ardientes, viendo huesos y gajos. Alejó ese recuerdo

malo, se fijó en aquellas maravillas. El bullicio de la multitud era dulce, el realejo gangoso

de los caballitos no descansaba. Para que la vida sea buena, sólo le faltaba a Doña Vitória

una cama igual a la de Don Tomás del trapiche. Suspiró, pensando en la cama de varas en

138
la que dormía. Se quedó allí en cuclillas, fumando la pipa, los ojos y los oídos bien abiertos

para no perderse la fiesta.

Los niños intercambiaban impresiones cuchicheando, afligidos por la desaparición de la

perra. Halaron la manga de la madre. ¿Qué fin habría llevado a Baleia? Doña Vitória

levantó el brazo en un gesto débil e indicó vagamente dos puntos cardinales con el canuto

de la pipa. Los pequeños insistieron. ¿Dónde estaría la perrita? Indiferentes a la iglesia, a

las lámparas de papel, a los bazares, a las mesas de juego y a los cohetes, sólo se

preocupaban con las piernas de los transeúntes. Pobrecita, andaba por ahí perdida,

soportando puntapiés.

De repente Baleia apareció. Se subió a la acera, se metió entre las faldas de las mujeres,

pasó por encima de Fabiano y se acercó a los amigos, manifestando con la lengua y la cola

una gran alegría. El niño mayor la tomó. Estaba segura. Intentaron explicarle que habían

tenido un susto enorme por su causa, pero Baleia no le dio importancia a la explicación. Le

parecía que perdían el tiempo en un lugar extraño, lleno de olores desconocidos. Quiso

ladrar, expresar oposición a todo aquello, pero se dio cuenta de que no convencería a nadie

y se encogió, bajó la cola, se resignó al capricho de sus dueños.

La opinión de los niños se parecía a la de ella. Ahora miraban las tiendas, las carpas, la

mesa de subastas, y conversaban pasmados. Se dieron cuenta de que había muchas personas

en el mundo. Se ocupaban en descubrir una enorme cantidad de objetos. Comunicaron

bajito el uno al otro las sorpresas que los llenaban. Imposible imaginar tantas maravillas

juntas. El niño menor tuvo una duda y la presentó tímidamente al hermano. ¿Sería que

aquello había sido hecho por personas? El niño mayor vaciló, observó las tiendas, las

139
carpas iluminadas, las jóvenes bien vestidas. Se encogió de hombros. Tal vez aquello

hubiese sido hecho por gente. Una nueva dificultad llegó a su mente, la sopló en el oído del

hermano. Probablemente aquellas cosas tenían nombres. El niño menor lo interrogó con los

ojos. Sí, con seguridad las preciosidades que se exhibían en los altares de la iglesia y en los

estantes de las tiendas tenían nombres. Se pusieron a discutir el asunto intrincado. ¿Cómo

podían los hombres guardar tantas palabras? Era imposible, nadie conservaría tan gran

suma de conocimientos. Libres de los nombres, las cosas quedaban distantes, misteriosas.

No habían sido hechas por personas. Y los individuos que las tocaban cometían una

imprudencia. Vistas de lejos, eran bonitas. Fascinados y temerosos, hablaban bajo para no

desencadenar las fuerzas extrañas que acaso encerraran.

Baleia dormitaba, de vez en cuando balanceaba la cabeza y fruncía el hocico. La ciudad se

había llenado de sudores que la desconcertaban.

Doña Vitória distinguía, a través de las barracas, la cama de Don Tomás del trapiche, una

cama de verdad.

Fabiano roncaba con la panza para arriba, las alas del sombrero cubriéndole los ojos, el

coco sobre los botines de vaqueta. Soñaba, indispuesto, y Baleia percibía un olor en él que

lo hacía irreconocible. Fabiano se agitaba, soplando. Muchos soldados amarillos habían

aparecido, le pisaban los pies con enormes botines y lo amenazaban con machetes terribles.

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