Seminario Dieta Vegana Vs

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Seminario Dieta vegana vs.

Vegetariana y leyes de la alimentación

Introducción

Estamos acostumbrados a escuchar sobre la última dieta de moda, y parece que cada año
sale a la luz una nueva, pero ¿desde cuándo surge está necesidad de controlar lo que
comemos?; Cuando hablamos de dietas, por lo general hablamos de una restricción de
calorías con la finalidad de bajar de peso. Sin embargo, debemos de recordar que este
concepto no ha sido el mismo a lo largo de la historia, ni en todas las culturas.

Los griegos fueron los que inventaron la palabra dieta, diaitia en griego. Para ellos una
dieta era un estilo de vida, no solo perder peso. Estaba basada en el concepto de “mente
sana, cuerpo sano”. Ellos recomendaban comer regularmente porciones pequeñas y
simples.

Aunque los griegos y los cristianos empezaron con la moda de la restricción en la comida,
los gurús de las dietas aparecieron mucho tiempo después. El primer libro de dietas
apareció en Venecia en el siglo XV, titulado “El arte de vivir mucho tiempo”, escrito por el
comerciante italiano Luigi Cornaro. Lo novedoso de este personaje fue la experiencia
propia por lo cual el decía que no se debía de comer más de 340 gramos de comida al día,
y de preferencia sólo pan, sopas, yemas de huevo frescas y carne. Claro, acompañadas de
400 ml de vino. Lo cual es muy similar a lo que ocurre en la actualidad en donde las
personas están altamente influenciadas por su entorno social en especial por las redes
sociales.

Lo primero que hicimos fue entonces fue comparar definiciones

La definición que la gente considera generalmente:

 Control o regulación de la cantidad y tipo de alimentos que toma una persona o


un animal, generalmente con un fin específico.

La definición real:

 dieta se refiere al hábito alimenticio de una persona. Razón por la cual Existen una
gran variedad de dietas, algunas de ellas hacen referencia simplemente a un
determinado estilo de vida y forma de pensar.

Las dietas vegetarianas Y VEGANAS esto es de un paper del 2022

Se refieren a aquellas “que se basan en alimentos de origen vegetal en donde se pueden


incluir algunos alimentos de origen animal” (1) (Tabla I). Por su parte, las dietas veganas son
aquellas “que prescinden de todos los alimentos de origen animal” ( 1). El interés por las
dietas vegetarianas, y especialmente por las veganas, ha aumentado considerablemente en
los últimos años debido a diversos motivos relacionados con el bienestar animal, las
convicciones ideológicas, la obtención de beneficios para la salud a causa de la presencia de
algún tipo de intolerancia o de alergia alimentaria, por gusto, moda o por aspectos de
sostenibilidad ambiental.

POSIBLES BENEFICIOS Y RIESGOS

Las dietas veganas y vegetarianas favorecen el consumo de alimentos de origen vegetal. De


forma general tienen una menor densidad energética, menor contenido de grasas saturadas
y de azúcares y mayor de fibra, potasio, vitamina C y fitonutrientes (carotenoides,
compuestos fenólicos y azufrados), que han demostrado diferentes beneficios para la salud.
Se ha señalado que las dietas vegetarianas, incluyendo las veganas, son dietas saludables y
nutricionalmente adecuadas y que pueden proporcionar beneficios para la salud y ayudar en
la prevención de algunas enfermedades

1. ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES (ECV)

El seguimiento de las dietas vegetarianas o veganas se ha asociado con la disminución de


algunos factores de riesgo para el desarrollo de las ECV ( 1). En una revisión sistemática y
metaanálisis de Yokoyama et al. (2) se observó que los vegetarianos tuvieron
concentraciones menores de colesterol sérico total y de LDL en comparación con los no
vegetarianos. Asimismo tenían unas cifras inferiores de presión arterial sistólica y
diastólica, así como una menor prevalencia de hipertensión en comparación con sujetos no
vegetarianos. Por otra parte, un estudio realizado en la cohorte del estudio prospectivo
EPIC-Oxford encontró que el riesgo de incidencia de enfermedad isquémica fue inferior en
vegetarianos que en personas que consumían carne. No obstante, el riesgo de desarrollar
ictus en general y de ictus hemorrágico fue mayor en vegetarianos que en consumidores de
carnes .

2. OBESIDAD: Se ha señalado que las personas vegetarianas tienen menor índice de


masa corporal (IMC) respecto a las personas que consumen carne ( 6). A este
respecto, dos metaanálisis de ensayos clínicos aleatorizados realizados por Barnard
et al. (7) y Huang et al. (8) mostraron que la adopción de dietas vegetarianas
(incluida la vegana) se asoció con una pérdida significativa de peso comparada con
dietas no vegetarianas. No obstante, se requieren más ensayos para investigar los
efectos a largo plazo de las dietas vegetarianas en el control del peso corporal (8).
3. DIABETES MELLITUS: Se ha descrito que las personas que siguen dietas
vegetarianas presentan menor riesgo de padecer diabetes mellitus, explicado
principalmente por el menor IMC descrito en vegetarianos (9 ,10).

4. CÁNCER: Las dietas vegetarianas se han asociado con un menor riesgo de padecer
cáncer en general y con un menor riesgo para algunos tipos de cáncer (colorrectal,
de mama y de próstata). MAS SIN EMBARGO los autores de un metaanálisis
constataron que el riesgo de mortalidad general por cáncer en personas que siguen
dietas vegetarianas fue similar al de las personas no vegetarianas (12).

5. OSTEOPOROSIS Y FRACTURAS :Se ha indicado que los vegetarianos


presentan una densidad mineral ósea similar o ligeramente inferior a la de los no
vegetarianos, un poco más baja en el caso de los veganos, sin que se observen
diferencias en la incidencia de fracturas en función del tipo de dieta, sino en función
de la ingesta de calcio. Sin embargo, un estudio reciente realizado en la cohorte del
EPIC-Oxford ha constatado que los veganos tienen mayor riesgo de presentar
fracturas, y en concreto, fracturas de cadera y de pierna en comparación con
aquellas personas que consumen carne ( 13). Además, también se ha observado que la
tasa de recambio óseo es inferior en los vegetarianos (14).

6. FUNCIÓN COGNITIVA Y TRASTORNOS MENTALES: Un metaanálisis


concluyó que las dietas veganas y vegetarianas se relacionan con un mayor riesgo
de depresión y de puntuaciones más bajas de ansiedad, pero no con una mejor
función cognitiva.

7. INGESTA INSUFICIENTE DE NUTRIENTES: Se ha observado que las


personas vegetarianas toman menor cantidad de proteínas de alta calidad ( 16) y
tienen una menor ingesta y menores concentraciones plasmáticas de ácidos grasos
ω-3; en concreto, de ácido eicosapentaenoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA) en
comparación con las personas no vegetarianas. En este sentido, se ha observado que
los niveles plasmáticos de DHA disminuyen conforme aumenta el tiempo de
seguimiento de una dieta vegetariana, lo que sugiere una baja conversión del ácido
α-linolénico (ALA) a DHA (17). En cuanto a los minerales, el elevado consumo de
alimentos de origen vegetal contribuye a tener una ingesta elevada de fitatos y
oxalatos, lo que dificulta la absorción del calcio, del zinc y del hierro. Respecto al
calcio, se ha descrito en varios estudios que la ingesta es menor en personas que
siguen dietas veganas y vegetarianas respecto a personas que incluyen todos los
grupos de alimentos (18,19). Este se encuentra en alimentos de origen vegetal, sin
embargo, la fracción absorbible es menor respecto a otros alimentos de origen
animal debido a la presencia de oxalatos y a que alimentos como los lácteos
contienen nutrientes como la lactosa y la vitamina D que facilitan su absorción. En
relación con el zinc, se ha observado una menor ingesta y menores concentraciones
séricas en vegetarianos con respecto a no vegetarianos en adultos ( 20). Con respecto
al hierro, se ha mostrado que los vegetarianos tienen mayor riesgo de tener menores
reservas hepáticas en comparación con los no vegetarianos ( 21). Además, los
veganos y los vegetarianos que no consumen sal yodada pueden presentar mayor
riesgo de deficiencia de yodo. De hecho, se ha observado una peor situación
nutricional de yodo en vegetarianos ( 14). En cuanto a la vitamina B 12, Pawlak et al.
(22) y Gallego-Narbón et al. ( 23) han puesto de manifiesto que tanto veganos como
vegetarianos presentan deficiencia de la vitamina y que el riesgo es mayor en
aquellos que no toman suplementos, lo que justifica la necesidad de utilizar
suplementos tanto en veganos como en ovolactovegetarianos. Respecto a la
vitamina D, en una revisión sistemática realizada por Neufingerl et al. ( 14) que
incluyó 141 estudios realizados en Europa, Asia y América del Norte, constaron que
la ingesta media de vitamina D más alta se apreció en los consumidores de carne
(4,17 µg/día), seguida por la de los vegetarianos (2,67 µg/día) y la más baja fue en
personas veganas (1,52 µg/día).

RIESGOS NUTRICIONALES EN ETAPAS DE LA VIDA

Se ha señalado que las dietas vegetarianas y las veganas bien planificadas son apropiadas
para todas las etapas del ciclo vital ( 1). A este respecto, la Sociedad Alemana de Medicina
señala que las necesidades nutricionales de niños y adolescentes generalmente pueden
satisfacerse a través de una dieta equilibrada basada en vegetales; sin embargo, debido a
que las necesidades de energía y de la mayoría de los nutrientes son más elevadas, los niños
vegetarianos (principalmente los bebés después del destete y los niños pequeños) y
adolescentes tienen mayor riesgo de desarrollar deficiencias nutricionales que los adultos
vegetarianos (24).

Se ha descrito que las mujeres embarazadas vegetarianas tienen mayor riesgo de presentar
ingestas insuficientes de EPA/DHA, hierro, zinc, vitamina B 12 y vitamina D. Además, se ha
señalado que los hijos de madres vegetarianas tienen concentraciones menores de DHA
debido a que la leche materna de mujeres vegetarianas tiene una concentración menor. Un
aspecto de gran preocupación es el hecho de que los lactantes de madres veganas tienen
mayor riesgo de desarrollar deficiencia severa de vitamina B 12 y, en consecuencia, daño
neurológico irreversible, principalmente aquellos niños no suplementados con la vitamina
(25,26).

Por último, se ha indicado que la ingesta de proteínas es menor en ancianos vegetarianos


que en no vegetarianos, sin embargo, no se han observado diferencias en las cifras séricas
de proteínas. Por otra parte, en un estudio realizado en mujeres de China se constató que la
densidad mineral ósea de la cadera fue menor en mujeres vegetarianas que en no
vegetarianas (27). En cuanto al zinc y al hierro, aunque hay resultados dispares, algunos
autores han constatado una peor situación en ancianos vegetarianos que en no vegetarianos.

QUE OPINA LA OMS DE ESTO

la OMS ha sido muy clara y contundente al respecto, seguir una dieta sana y equilibrada a
lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así
como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos de salud. Sin embargo, el
aumento de la producción de alimentos procesados, la rápida urbanización y el cambio en
el estilo de vida han dado lugar a un cambio en los hábitos alimentarios. No es ningún
secreto decir que hoy en día, las personas consumen más alimentos hipercalóricos,
grasas, azúcares refinados y sal/sodio; por otra parte, esto se complementa más
negativamente con un bajo consumo de frutas, verduras y fibra dietética.

Además se cuenta con grandes estudios al respecto, tal es el caso de recientes estudios en
Inglaterra y Alemania en los que mostraron que los vegetarianos tenían un 40% menos de
probabilidades de desarrollar cáncer, en comparación con los consumidores de distintos
tipos de carne. Al cuerpo de evidencia se suman las referencias científicas que se han dado
en Estados Unidos, tal es el caso de los descubrimientos de los investigadores de la
Universidad de Harvard quienes se enfocaron en separar los efectos de comer carne, de
otros factores y a modo general los estudios mostraron reducciones significativas en el
riesgo de cáncer entre quienes evitaban la carne. En contraste, los estudios de Harvard
mostraron que las personas que comen carne todos los días, tienen aproximadamente tres
veces el riesgo de cáncer de colon, en comparación con los que rara vez comen carne.

¿Qué SUGIERE LA OMS?

A grandes rasgos la postura de la OMS es seguir una alimentación consciente y


equilibrada, inspirada en los siguientes parámetros y que de manera nada casual
coinciden con el patrón basado en plantas.

– Apostar por un abundante consumo de frutas, verduras, legumbres (como frijoles,


lentejas, garbanzos y alubias), frutos secos y cereales integrales (por ejemplo, maíz, mijo,
avena, trigo o arroz moreno no procesados). De las cuales se sugiere el consumo de al
menos 400 gramos, es decir lo equivalente a cinco porciones de frutas y hortalizas al
día, excepto papas, batatas, mandioca y otros tubérculos feculentos. POR ESTO LAS
CAMPAÑAS DE 5 AL DIA A NIVEL MUNDIAL.

– Menos del 10% de la ingesta calórica total de azúcares libres, es lo equivalente a 50


gramos (o unas 12 cucharaditas rasas) en el caso de una persona con un peso corporal
saludable que consuma aproximadamente 2000 calorías al día. Cabe mencionar que para
obtener beneficios de salud adicionales, lo ideal sería un consumo inferior al 5% de la
ingesta calórica total.

– Menos del 30% de la ingesta calórica diaria procedente de grasas. Como lo hemos
mencionado anteriormente no todas las grasas son iguales y existen algunas fuentes que son
la mejor alternativa, ya que no contienen grasas saturadas: pescados grasos, aguacates,
frutos secos, semillas y en los aceites de girasol, soja, canola y oliva. Es importante evitar
aquellas grasas saturadas presentes en la carne grasa, embutidos, mantequilla, aceite de
palma y coco, la nata, el queso, la mantequilla clarificada y la manteca de cerdo. Al igual
que las grasas trans, presentes en los alimentos producidos industrialmente, presentes en
pizzas congeladas, tartas, galletas, pasteles, aceites de cocina y comidas rápidas. La
sugerencia de la OMS, es reducir la ingesta de grasas saturadas a menos del 10% de la
ingesta total de calorías, y la de grasas trans a menos del 1%. En particular, las grasas
trans producidas industrialmente no forman parte de una dieta saludable y
simplemente se deberían de evitar, lo cual es congruente con los beneficios de seguir una
alimentación basada en plantas.

– El consumo de sodio es otra de las medidas más fundamentales, es bien sabido que el
exceso de sal en la dieta es causa directa de hipertensión, afecciones cardiovasculares y
retención de líquidos. La medida sugiere el consumo de menos de 5
gramos (aproximadamente una cucharadita) al día y la sal deberá ser yodada.

Finalmente al seguir estas recomendaciones estaremos encaminando nuestros esfuerzos a


seguir una alimentación basada en plantas, ya que la propuesta es crear hábitos sostenibles
a largo plazo al optar por el consumo de una gran cantidad de verduras, frutas, cereales,
legumbres y frutos secos, y su dieta es baja en grasas saturadas y relativamente alta en
grasas insaturadas, carbohidratos complejos y fibra. Además se ha demostrado que varias
de las características de una dieta vegetariana influyen favorablemente en los factores de
riesgo cardiovascular, obesidad, deterioro cognitivo, problemas de salud mental y
cáncer.

CUMPLIMIENTO DE LAS LEYES DE ALIMENTACION

TENEMOS QUE VER LA CLASE Y SACAR ESTA PARTE

CONCLUSIONES

Las dietas vegetarianas podrían tener algunos beneficios relacionados con la salud, pero
debido a que los estudios son escasos, y en la mayoría de los casos muestran resultados
inconsistentes, es necesario desarrollar más investigación al respecto. De forma contraria,
las dietas vegetarianas mal planificadas pueden aumentar el riesgo de presentar deficiencias
nutricionales, especialmente en embarazadas, lactantes, niños, adolescentes y ancianos

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