1-. Naturaleza de La Consejería.
1-. Naturaleza de La Consejería.
1-. Naturaleza de La Consejería.
Clase N°1
LA NATURALEZA DE LA CONSEJERIA
El ministro contemporáneo tiene muchas oportunidades para involucrarse en
un amplio campo de actividades consejeras en su pastorado o liderazgo. Buscan su
consejo personas de todas edades, angustiadas con muchos y variados problemas.
No hay ministro que pueda negarse a aconsejar a menos que se encierre en su
cuarto de estudio. Con frecuencia el ministro tiene la responsabilidad de un grupo
grande de personas con diferentes antecedentes, personas que luchan con
perturbadoras dificultades emocionales de toda clase.
El pastor o líder no es un psicólogo, no obstante, se le busca para dar consejo
como si lo fuera. No es un consejero por vocación, pero se supone que ayude en
este campo. No es un consejero en asuntos educativos, pero con frecuencia los
jóvenes vienen a él con problemas de sus estudios. Tampoco es un psiquiatra; pero
algunas veces confronta profundos problemas de personas que necesitan atención
de un psiquiatra, y por esto, debe conocer las manifestaciones de estos problemas
para que pueda aconsejarlos inteligentemente.
Sobre todas las cosas, tendrá que saber aconsejar a personas con problemas
religiosos, y por lo tanto debe ser un perito en este campo hasta donde le sea
posible.
¿QUE ES EL ACONSEJAMIENTO?
El consejero o mentor es muy diferente de otros tipos de dirección terapéutica,
pues incluye una dimensión religiosa. “El propósito del aconsejamiento espiritual es
traer a personas de ambos sexos dentro de una sana relación con Dios, y dirigirlos
dentro de una vida abundante.” “Salvar,” en griego quiere decir sanar o hacer
completo; por lo tanto, salvación es salud, racionalidad, libertad de todo desperfecto
o mancha que deforme la personalidad humana y que impida la amistad con Dios.
El elemento de cambio en nuestra sociedad tiene sus implicaciones para el
consejo. El cambio no es un fenómeno nuevo; siempre ha estado presente. Por
siglos los filósofos se han estado preguntando, “¿Qué, en medio de todo cambio, no
cambia?” La respuesta es, “nada”. Heráclito, hace siglos, dijo: “Uno no puede
pararse en el mismo río dos veces”. Con esto, quiso afirmar la vieja idea del
cambio. Todas las sociedades pasadas han tenido que hacer frente a los cambios,
pero la nuestra está pasando por cambios más rápidos y complejos que nunca.
Goldstein se permite observar que los líderes sociales serán instrumentos para
afectar las formas de adaptación que la sociedad necesita tener al afrontar el
cambio. Esto quiere decir que el consejero que sirve como líder social, tiene
que estar equipado para servir a las familias de su iglesia como un consejero sabio
bajo las complicadas condiciones causadas por los cambios tan rápidos. Hulme
dice: “Las características de nuestra era que llevan a las personas a buscar la
sombra protectora del aislamiento, también originan disturbios emocionales que les
obligan a buscar un consejero.
Muchos que confrontan este complejo mundo carecen de preparación para
resolver los problemas que resultan de esta complejidad. Los que tienen una
orientación religiosa van con su pastor o líder en busca de ayuda. Esto hace que se
vuelva una labor del ministro, el ayudarles a adoptar una actitud saludable y
adecuada hacia la vida. Es necesario desarrollar dentro de ellos la fortaleza
humana que, junto con los recursos divinos, los prepare para enfrentarse con las
demandas de un mundo altamente complejo. Esto quiere decir, que la función de la
relación del consejero será doble:
(1) “fortalecer el yo, o las funciones conscientes de la persona a través de las cuales se
obtienen los procesos de integración y madurez” (la dimensión humana)
(2) “apropiar los recursos espirituales que Dios da” (la dimensión divina).
El consejero tendrá que recordar que las heridas emocionales que el individuo
ha sufrido han venido a través de relaciones incorrectas con personas
emocionalmente significativas. Estas heridas quizá puedan ser curadas por otra
persona quien, también sea emocionalmente significativa. En muchos casos, será el
pastor o consejero quien ayudará con su ministerio de consejo a estos individuos
lastimados. “Con frecuencia las personas que vienen a consultar un ministro han
perdido la fe en ellos mismos, tanto como en Dios, y en sus semejantes”. El ministro
tendrá que ayudar a reconstruir esa confianza para obtener una más clara
perspectiva.
El aconsejamiento pastoral y la psiquiatría se parecen, pero no son sinónimos.
La psiquiatría, aunque no se opone necesariamente al aspecto religioso, no
depende de él para su diagnosis o tratamiento. El aconsejamiento, por el otro lado,
se basa fundamentalmente sobre una perspectiva e interpretación religiosa.
Conscientemente trata de desarrollar en el individuo una relación con Dios que
le dé acceso a los recursos espirituales que brotan de Él.
Una verdadera situación de aconsejamiento no existe necesariamente cuando
el pastor o líder y un feligrés se ponen a conversar juntos. Aconsejar no es
solamente un intercambio de palabras. Es menester que haya una necesidad de la
que se dé cuenta el que busca consejo y que se dé también cuenta de que necesita
ayuda para la solución del problema que le preocupa.
Una verdadera situación de aconsejamiento existe cuando el feligrés reconoce
que algo anda mal, y siente que esto de algún modo tiene que ver con él y está
convencido de que alguna persona profesionista pueda tal vez ayudarle, no dándole
la respuesta sino ayudándole a esclarecerla él mismo.