FRACTURAS

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FRACTURAS

Definicion.
Las fracturas es una discontinuidad en los huesos, a consecuencia de golpes, fuerzas o tracciones cuyas
intensidades superen la elasticidad del hueso.
En una persona sana, siempre son provocadas por algún tipo de traumatismo, pero existen otras fracturas,
denominadas patológicas, que se presentan en personas con alguna enfermedad de base sin que se
produzca un traumatismo fuerte.

Clasificación.
Se clasifican según estado de la piel, localización de la fractura en el propio hueso, trazo de la fractura, tipo de
desviación de los fragmentos y mecanismo de acción del agente traumático.

Según el estado de la piel


 Fracturas cerradas. (que también se conoce como fractura compuesta) Son aquellas en las que la
fractura no comunica con el exterior, ya que la piel no ha sido dañada.
 Fracturas abiertas. (que también se conoce como fractura simple) Son aquellas en las que se puede
observar el hueso fracturado a simple vista, es decir, existe una herida que deja los fragmentos óseos
al descubierto. Unas veces, el propio traumatismo lesiona la piel y los tejidos subyacentes antes de
llegar al hueso; otras, el hueso fracturado actúa desde dentro, desgarrando los tejidos y la piel de
modo que la fractura queda en contacto con el exterior.
Según su localización
 Epifisarias (localizadas en las epífisis). Si afectan a la superficie articular, se denominan fracturas
articulares y, si aquélla no se ve afectada por el trazo de fractura, se denominan extraarticulares.
Cuando la fractura epifisaria se produce en un niño e involucra al cartílago de crecimiento, recibe el
nombre de epifisiólisis.
 Diafisarias (localizadas en la diáfisis). Pueden afectar a los tercios superior, medio o inferior.
 Metafisarias (localizadas en la metáfisis). Pueden afectar a las metáfisis superior o inferior del hueso.

Según el trazo de la fractura


 Transversales: la línea de fractura es perpendicular al eje longitudinal del hueso.
 Oblicuas: la línea de fractura forma un ángulo mayor o menor de 90 grados con el eje longitudinal del
hueso.
 Longitudinales: la línea de fractura sigue el eje longitudinal del hueso.
 En «ala de mariposa»: existen dos líneas de fractura oblicuas, que forman ángulo entre si y delimitan
un fragmento de forma triangular.
 Conminutas: hay múltiples líneas de fractura, con formación de numerosos fragmentos óseos.

Según la desviación de los fragmentos


 Anguladas: los dos fragmentos en que ha quedado dividido el hueso a causa de la fractura forman un
ángulo.
 Con desplazamiento lateral: las dos superficies correspondientes a la línea de fractura no quedan
confrontadas entre si, por haberse desplazado lateralmente uno o los dos fragmentos.
 Acabalgadas: uno de los fragmentos queda situado sobre el otro, con lo cual se produce un
acortamiento del hueso afectado.
 Engranadas; uno de los fragmentos ha quedado empotrado en el otro.

Según el mecanismo de producción


 Traumatismo directo. La fractura se produce en el punto sobre el cual ha actuado el agente traumático.
Por ejemplo: fractura de cúbito por un golpe fuerte en el brazo.
 Traumatismo indirecto. La fractura se produce a distancia del lugar donde ha actuado el agente
traumático. Por ejemplo: fractura del codo por una caída sobre las palmas de las manos.

Síntomas.
Cada fractura tiene unas características especiales, que dependen del mecanismo de producción, la
localización y el estado general previo del paciente

 Dolor. Es el síntoma capital. Suele localizarse sobre el punto de fractura. Aumenta de forma notable al
menor intento de movilizar el miembro afectado y al ejercer presión, aunque sea muy leve, sobre la
zona.
 Impotencia funcional. Es la incapacidad de llevar a cabo las actividades en las que normalmente
interviene el hueso, a consecuencia tanto de la propia fractura como del dolor que ésta origina.
 Deformidad. La deformación del miembro afectado depende del tipo de fractura. Algunas fracturas
producen deformidades características cuya observación basta a los expertos para saber qué hueso
está fracturado y por dónde.
 Hematoma. Se produce por la lesión de los vasos que irrigan el hueso y de los tejidos adyacentes.
 Fiebre. En muchas ocasiones, sobre todo en fracturas importantes y en personas jóvenes, aparece
fiebre después de una fractura sin que exista infección alguna. También puede aparecer fiebre
pasados unos días, pero ésta es debida, si no hay infección, a la reabsorción normal del hematoma.
 Entumecimiento y cosquilleo.
 Ruptura de la piel con el hueso que protruye.

Diagnóstico.
Con un examen físico y exámenes de diagnóstico.
 Radiografías : examen de diagnóstico que utiliza rayos invisibles de energía electromagnética para
producir imágenes de los tejidos internos, los huesos y los órganos en una placa. Este examen se
utiliza para medir y evaluar la curva.
 Imágenes por Resonancia Magnética nuclear (IRM, su sigla en inglés es MRI.) - procedimiento de
diagnóstico que utiliza una combinación de imanes grandes, radiofrecuencias y una computadora para
producir imágenes detalladas de los órganos y estructuras dentro del cuerpo. Este examen se realiza
para descartar cualquier anomalía relacionada con la médula espinal y los nervios.

Consolidación.
 TUMEFACCION: Cuando un hueso se rompe aparece tumefacción en el espacio de 24 horas, esto
sucede por hemorragia interior de los tejidos, disminución de la circulación venosa, aumento de
exudación linfática.
 HEMATOMA: En los extremos oseos fracturados se forma coagulo o hematoma, este se organiza en
el interior como una masa blanda, crecen nuevos vasos sanguineos.
 GRANULACION: El espacio de la cavidad medular se llena con tejido de granulación y se forma una
masa semejante a una goma
 FORMACION DE CALLO: Se comienza a depositar calcio en el tejido de granulación a lo cual se le
llama callo, se dice que la fractura está clínicamente consolidada; es decir que los extremos oseos se
mueven como un solo elemento, pero no son lo suficientemente firmes para sostener la tensión.
 CONSOLIDACION O UNION OSEA: La consolidación esta completa y se produce un proceso
semejante a la osificación normal. Los osteoblastos favorecen el depósito de sales cálcicas en las
partes blandas y se produce el endurecimiento progresivo. Los osteoclastos tienden a penetrar a
traves del hueso neoformado, produciendo cavidades y disminuyendo la densidad de la estructura. Se
reproducen la cavidad medular y reaparecen las células de la médula.

Complicaciones.
Inicialmente debemos distinguir las complicaciones inmediatas, es decir, el daño que pueden haber sufrido los
tejidos circundantes a la fractura, y las repercusiones que éstas puede tener para el paciente. Podemos
encontrarnos una hemorragia importante que ponga en peligro la vida del individuo, en cuyo caso el
tratamiento de la fractura pasará a un segundo término. Puede aparecer una infección, en el caso de fractura
abierta, etc. Pueden existir complicaciones derivadas del reposo prolongado (neumonía, trombosis, etc.) o de
la propia intervención quirúrgica.

a) Shock traumático.
Determinado por el dolor y la hemorragia en el foco de fractura; debe considerarse que fracturas como
de diáfisis femoral o pelvis, son capaces de generar una hemorragia en el foco de fractura, que puede
llegar a 1, 2 ó más litros de sangre, generando una anemia aguda y shock hipovolémico.
b) Lesiones neurológicas.
Por compromiso de troncos nerviosos, sea por la contusión que provocó la fractura o directamente por
los extremos óseos desplazados que comprimen, contusionan, elongan o seccionan el nervio. Por
ejemplo:
 Lesión del radial en fractura de la diáfisis humeral.
 Lesión del ciático poplíteo externo en fractura del cuello del peroné.
 Lesión de la médula espinal en fractura de columna.
c) Lesiones vasculares.
Una arteria puede sufrir lesiones de diversa naturaleza. Cualquiera que sea, el compromiso vascular
debe ser detectado precozmente y resuelto de inmediato. Genera el peligro inminente de necrosis
músculo-aponeurótica (necrosis isquémica de Volkman) o gangrena del segmento distal al daño
arterial.
d) Fractura expuesta.
Con riesgo inminente de infección. Y además:
 Retraso o defectos en la consolidación.- Puede existir una consolidación lenta o una consolidación
defectuosa, o incluso una consolidación en mala posición, o con acortamiento, con lo que el miembro
fracturado no recuperará toda su función.
 Rigidez articular.- Es una complicación frecuente, debida a la inmovilización prolongada de las
articulaciones colindantes con la fractura. Estas articulaciones anquilosadas suelen necesitar de
ejercicio y rehabilitación para recuperar toda su movilidad. Se produce más frecuentemente en el codo,
aunque también en el hombro, cadera y rodilla.
 Osteítis y osteomielitis.- Son infecciones del hueso, más frecuentes en las fracturas abiertas (aunque
raro, también pueden aparecer en fracturas cerradas, por diseminación de los gérmenes a través de la
sangre).
 Formación de un callo óseo (proceso normal de consolidación de una fractura) excesivamente grande,
que puede comprimir las estructuras vecinas, causando molestias más o menos importantes.
 Lesiones de los vasos sanguíneos, que pueden dar lugar a trombosis arteriales, espasmos vasculares
y a la rotura del vaso, con la consiguiente hemorragia. Este tipo de lesiones puede provocar también
gangrena seca, debida a la falta de irrigación del miembro afectado.
 Estiramientos, compresiones y roturas nerviosas, que se pondrán de manifiesto con trastornos de la
sensibilidad y alteraciones de la motilidad y la fuerza musculares.
 Las fracturas que afectan al cartílago de crecimiento en los niños pueden ocasionar la detención del
crecimiento del hueso fracturado.

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