Que Plantón
Que Plantón
Que Plantón
PRIMER ACTO
PREFACIO.- EL UNIVERSO
El escenario esta oscuro. Se prende una pantalla gigante o un proyector en el que se ven
imágenes de hambre, violencia y desastre ecológico. La madre y el hijo observan de
espaldas al público.
PADRE: ¡Pero que barbaridad! ¡Que barbaridad! Por tercera vez fallé en mi intento de hacer
seres perfectos para cuidar el mundo.
MADRE: Pues claro, te lo dije, pero nunca me quieres hacer caso. Siempre has otorgado el
poder sin hacer antes una prueba, confiando en la buena fe de todos los seres y las cosas...
(Irónica) Con eso de que tú lo inventaste todo.
PADRE: Ya no me regañes.
MADRE: Pero como no te voy a regañar... Cuando le diste el poder a las piedras no hacían
nada, se la pasaban todo el día tiradas en el suelo o rodando por ahí; cuando se aburrieron
empezaron a golpearse unas contra otras, se levantaban protestando en grandes pilares de
lava, y dejaron el planeta lleno de humo y cenizas... ¡Siglos para recoger el tiradero!
MADRE: ¡Sí por ti, por ti!... Y para acabar pronto con todo inventaste a los humanos. Menos
mal que nuestro hijo bajó alguna vez al mundo, si no ya lo hubieran destruido.
PADRE: Reconozco que me equivoque al confiar en ellos. ¿Tú crees que debemos mandar de
nuevo a nuestro hijo a la tierra para que los hombres se arrepientan?
MESÍAS: (Interrumpiendo) ¡No! De ninguna manera, ya tuve bastante con la primera vez,
gracias.
PADRE: Lo que buscamos es una solución urgente. Hay que salvar el planeta.
MESÍAS: Pues quítales el poder a los humanos y dáselos de una vez a los insectos. Después
de todo, es lo único que va a quedar cuando el hombre haga la guerra nuclear.
MADRE: ¡Hay no, que horror! Ya me imagino toda la tierra llena de cucarachones, de
zancudos, moscas, arañas, etc. Francamente yo no sé como se te ocurrió inventar esas
alimañas... ¿En qué estabas pensando?
MADRE: No, no, no, no. Mejor vamos a darle el poder a alguien más tranquilo, a algún reino
cuyos seres sean todo armonía a... Las flores por ejemplo, son tan bellas.
MESÍAS: Me parece una idea estupenda. Las plantas son tranquilas. Con ellas uno se siente
seguro y en paz.
PADRE: Bueno, si quieren al reino vegetal en el poder se los daré, pero si algo falla, ¡no me
echen a mí la culpa! Sólo que esta vez, para estar más seguro, les voy a poner unas
pequeñas pruebas antes de otorgarles todo el poder.
MADRE: Ven hijo. Mientras tu padre hace de las suyas, te confeccionaré un traje para la
ocasión.
VIDA ES VIDA
Plantas ¡Canten!
Nuevo...
MUJERES: Caminar.
MUJERES: Caminar.
MESÍAS: El reino vegetal ha sido elegido para salvar la tierra, por lo que necesitan tres
poderes. El primero ya les ha sido otorgado gratuitamente, por eso pueden comunicarse. El
segundo es el poder del desplazamiento. Para obtenerlo, tendrán que resolver este enigma:
“Puedo ofrecerles generaciones de rosas, una estirpe de estivales jardines que reposan bajo
centenas de pétalos. Lo que no es...tengo en la palma de mi mano”.
NOPAL: Ya rugistes... Ahora es cuando chile verde le has de dar sabor al caldo.
HIEDRA: Ya decía yo que te veías muy grande. Anóteme a mí también. Yo soy la Hiedra
Venenosa.
ORQUÍDEA: Ya que insisten... Soy Orquídea de la Garza, Garagarza y Ruiz Esparza, del
orden de las ginandraleas, monocotiledonea y de fina fragancia. Sí, muy fragante y elegante.
De noble abolengo vengo y de buena cuna provengo.
ORQUÍDEA: ¡Naco!
PINO: ¿Y cómo vamos a comunicarnos con las plantas que encontremos en el camino?
MESÍAS: Ellos nunca le prestan atención a las plantas, pero de todas maneras mi padre hará
que pasen inadvertidos para ellos mientras cumplan con su misión.
MESÍAS: Poco, muy poco. La vida en este planeta está pendiendo de un hilo que aguanta un
poco más...muy poco más. (Mutis)
PINO: ¿Qué será lo que tenemos en común? ¿Qué producimos para beneficio de los seres
vivos?
HIEDRA: ¿Sí? A ver...dame una mordidita. (La Piña la muerde y un momento después cae al
piso convulsionándose) Mi querida Piña, ahora sabes que no soy sabrosa, sino ve-ne-no-sa.
No en vano me llaman “la Hiedra Venenosa”.
ROSA: ¡Ay, mira lo que le hiciste! Ya la enfermaste y no va poder venir con nosotros.
HIEDRA: Ella se lo buscó, por “sabrosa”... Así que no me culpen cuando ella es causa de lo
culpado.
NOPAL: ¡Que gacha! (La Hiedra lo voltea a ver, furiosa) Este...que que gacha quedo la Piña...
¡Ah, ya sé! Voy por mi cuata, la Sábila, o mejor aún, por la Hierbabuena.
PINO: El tiempo corre. Hay que salir del invernadero para consultar a don Sabino.
SÁBILA: Y casi se muere... Lo siento Piña, pero creo que por algún tiempo vas a quedar sin
habla.
HIERBABUENA: Como por unas diez primaveras. Pero no te aflijas, así tendrás más tiempo
para analizarte interiormente.
ROSA: Y, ¿cómo sabes que es el más viejo y más sabio de este reino?
PINO: Pues cuando me dejaron plantado hace ochenta años, el Ahuehuete llevaba
trescientos años de plantado.
HIEDRA: Es...¡maravilloso!
COMPAÑÍA: ...ganarán.
NOPAL: El ruco tiene razón. (A la Hiedra) Daca, le voy a echar más polvos del movimiento
pa’ que nos acompañe.
ORQUÍDEA: De ninguna manera, ese derecho me corresponde a mí por vivir en el más alto
nivel.
SAUCE: Estás pero como loca. La única altura que alcanzas es la de un...¡parásito!
ORQUÍDEA: ¡Ay no! Todavía necesito ir por polen y aceites para mis pétalos.
PINO: De acuerdo, cada quien recoja lo que le haga falta. (A la Hiedra, que no se mueve) ¿A
ti no te hace falta nada?
HIEDRA: El Sabino es un viejo decrepito. Mira que entregarle el poder al Pino, cuando
cualquiera de nosotros está más capacitado que él.
COMPAÑÍA: ¡Triunfar!
PINO: (A todos, preparándose a partir) ¿Listos? Adiós don Sabino, trataré de no fallarles.
AHUEHUETE: Y recuerden en equipo ganarán. (Nadie le hace caso) ¡Hey! Recuerden, en
equipo...en equipo ¿eh?
HIEDRA: Un momento Pinito. He estado pensado... Y creo que realmente es muy arriesgado
aceptarte como líder cuando apenas estás dando tus primeros pininos. Considerando que el
Ahuehuete dice que el “equipo ganará”, y como sabemos que un equipo es democracia,
como él te escogió a ti y no se nos consultó...pues debemos someterlo a votación para que
por mayoría se elija al que consideremos más capacitado para guiarnos.
(El Pino no sabe que hacer, y el Ahuehuete le dice con señas que piense. Finalmente se le
ocurre algo)
PINO: De acuerdo. A ver...el que vote por la Rosa, que levante la rama. (Sólo la Rosa
levanta la “rama”) Quien vote por el Sauce. (Ahora es el Sauce el que la levanta) ¿Quién por
la Orquídea? (Lo mismo)
HIEDRA: (Confiada) ¿Quién vota por mí? (Espera y, al ver que nadie la levanta, lo hace ella)
PINO: Y yo también voto por mí, así es que ya son dos votos contra uno de cada uno de
ustedes, por lo que me quedo como líder. (A la Hiedra) El que tenga algo que objetar...
(La Hiedra se queda desconcertada por el engaño tratando de contar los votos ayudándose
con los dedos. La Piña ha estado tratando de decir algo y manotea desesperada)
SÁBILA: No, mi colega y yo hemos decidido quedarnos aquí para atender a los enfermos y a
los nuevos retoños que le brotaron a la Margarita.
LA MISIÓN
+ NOPAL: Es la verdad,
yo no soy el mejor.
Veo en el Pino
a un ser superior, superior.
HIEDRA: Bueno querido, hemos llegado a donde tu corazoncito te dijo y aquí no hay nada, ni
una miserable hierbita.
PINO: Yo sólo sé que este es el lugar al que teníamos que venir primero.
ORQUÍDEA: La Hiedra tiene razón, aquí no hay nada más que tierra. Esto es un campo seco.
HIEDRA: ¿Que corazón ni que chícharo verde? Ni siquiera estoy segura de que es eso, pero
de lo que sí estoy segura es de que yo tengo mucho más cerebro que tú. ¡Devuélveme esos
polvos, que a mí me los dio el Mesías!
(Se pelean por las bolsitas de polvos. Finalmente éstas salen volando y las atrapa el Nopal,
pero se rompen con sus espinas y un poco del polvo cae al suelo)
SAUCE: ¡Ahorita los zurzo con una de tus espinas y una de mis hojitas!
NOPAL: ¡Guácala!
CEBOLLA: ¡Ay, no, no, no! No me hagan eso... Es la primera vez que veo la luz del sol...
Estoy tan emocionada.
En un caldito calientito
aprendería a nadar,
y si sintiera que de pronto me ahogo
del pan yo me podría pescar.
O simplemente picadita
una taquiza organizar,
porque yo, segura estoy,
llevo por dentro el sabor
que a todos va a encantar.
Indispensable soy,
no hay quien supere mi sazón,
en todo guiso voy,
lo que tengo yo lo doy de corazón.
Indiscutible soy,
una probada y quedarás
atrapado, gozando el sabor
que a todos va a encantar.
Imprescindible soy
y mi amistad también les doy,
su compañera soy desde hoy
si me soportan el olor.
Indispensable soy,
no hay quien supere mi sazón,
en todo guiso voy,
lo que tengo yo lo doy de corazón.
Indiscutible soy,
una probada y quedarás
atrapado, gozando el sabor
que a todos va a encantar. (2)
Uooooo, yea.
CEBOLLA: Me encantaría, todos me han caído tan bien...y siempre he querido tener amigos.
ORQUÍDEA: Además, no podemos dejarnos ver contigo en sociedad. Procedes del subsuelo y
con ese olor que te acarreas nos vas a impregnar y nadie va a querer acercarse a nosotros.
¡Nunca vas a poder tener amigos!
SAUCE: Muchachas, no sean así. Que no ven que pálida está. Necesita tomar algo de sol.
PINO: Además, aunque haya sido por accidente, un accidente que tú provocaste, no la
podemos dejar aquí sola.
ORQUÍDEA: ¿Pero cómo vamos a poder soportar su olor fétido y pútrido todo el camino?
HIEDRA: ¡Pppútrida!
ROSA: Pobrecita. (A la Cebolla) Vente conmigo, a mí me caíste muy bien. Es más, voy a ir
echando pétalos olorosos a tu alrededor para evitar el mal olor.
PINO: ¡Pero que calor hace aquí! Como quisiera unos copos de nieve sobre mis ramas.
ORQUÍDEA: Pues yo estoy encantada con esta humedad. Los pecíolos se me ponen
preciosos.
PINO: Tú sabes como están tus pecíolos, tú como está tu corola... Me pregunto ¿qué habrá
sido de mis nueces?
(El Nopal, el Sauce y la Cebolla, que han estado comiéndoselas, esconden las nueces del
Pino)
NOPAL: A estas alturas ya las debes de tener hasta acá. (Le señala el cuello)
HIEDRA: De haber sabido que esa simpática estrella se dirigía al trópico... Les dije que
dejáramos a la Cebolla. Aquí su olor se multiplica, se incrementa...
HIEDRA: Pues claro que no. ¿Que no te la cantó claro? Como siempre ha vivido enterrada, es
lógico que huela a muerto. Mira...mira como huele a muerto.
ORQUÍDEA: A podrido.
ROSA: No les hagas caso. Lo que pasa es que son unas envidiosas. Lo que darían porque
alguien se las comiera con tanto gusto como a ti. (La Piña también se acerca
fraternalmente)
SAUCE: Mira, este es tan alto como nosotros. Yo pensé que sólo en los países nórdicos se
daban tan grandotes. (Se abraza del Pino)
NOPAL: ¡Tan grandotas, querrás decir! Con esas proporciones no puede ser del género
macho. ¡Órale Pinole! A lo que venimos, (Señala a la Palmera) despercude a esta greñuda
y... ¡Pícale! Que a mí la humedad me hincha.
MUEVE EL PALMITO
Mueve conmigo
el palmito,
vas a sentir que divino
cuando retoñe tu flor.
(Al Pino y al Nopal) ¡Ay mi madre, ya se les están parando los pajaritos!
¡Sí señor!
PINO: Tenemos el poder de animar a las plantas porque debemos salvar a la tierra.
CEBOLLA: Ándale manita, ¿ sí manita? Yo me les uní hace un ratito y la estoy pasando bien
padre. Todos se han portado muy bien conmigo.
ORQUÍDEA: Mira Palmera, la verdad es que vamos a una misión muy peligrosa, complicada y
nada divertida. Así es que tu personalidad no encaja con nosotros para nada.
PALMERA: Nada mis negras. (Al Pino) Me iré con ustedes, mi socio, pero sólo si me dejan
llevar a mi novio.
PALMERA: ¿Tú crees que con este jicamo voy a estar sola? Yuju... Papito,
despierta...anacardiáceo...¡yuju!
(Le quita los polvos. Aparece el Mango Petacón y las chicas quedan impresionadas por la
belleza del personaje, El Sauce gritará como fanático y termina por apenarse al darse cuenta
que es observado por sus compañeros)
LA FRUTA PROHIBIDA
SAUCE: Palmita divina, ¿cómo no nos habías dicho que tu novio era un mangazo?
ROSA: (Al Mango) ¿No tienes por ahí un primo que me exprima?
PALMERA: Mucho cuidado mis negras, que este Mango ya tiene quien se lo chupe.
ROSA: Perdóname, pero creo que por primera vez estas dos tienen razón. Este Mango
merece ser nuestro líder.
MANGO: Déjalo nena, él no tiene la culpa de que a mí me hayan cultivado en un lindo huerto
y que a él lo hayan bajado del cerro a tamborazos.
ORQUÍDEA: Vamos.
PINO: ¡Cálmate Nopal! No debemos dejar que se vayan y la misión fracase. Tenemos que
alcanzarlos y hacerles ver que están en un error.
MARIHUANA: Aliviaaanate.
HONGO: No te claaaves.
HONGO: Soy yo... Soy o no soy... Soy y no soy... Yo soy y no soy yo... ¿Quién soy yo?
MARIHUANA: ¡Bravo, maestro! ¡Bravo! ¡Pero que profundo! Tu espíritu debe estar muy high,
another roll, you know, otro rollo.
CEBOLLA: No entiendo lo que dicen ni quienes son ustedes. Ni como es posible que estén
hablando conmigo sin haber usado los polvitos.
HONGO: Mochadors.
MARIHUANA: Yo estoy alucinando desde que nos despertaste con tus lágrimas.
CEBOLLA: ¿Con mis lágrimas? ¿De modo que fue con ellas que despertaron?
HONGO: Pss claro. Es como si nos hubieras contagiado con tus lágrimas.
CEBOLLA: Bah, pues a mí me habían dicho que no era posible contagiarse ni con las
lágrimas, ni con el sudor, ni con la saliva, ni con los mosquitos.
HONGO: Ya, ya. Nosotros somos muy alivianados. Yo soy el Hongo y aquí mi carnal es la
Marihuana... ¿Qué transita por tus venas? ¡Desenrédate! Cuéntanos lo que te pasa. ¿Por qué
llorabas?
CEBOLLA: Yo soy la Cebolla... Me dejaron mis amigos porque dicen que la belleza es lo más
importante, y como yo...soy tan fea... La verdad es que a veces ni yo misma me soporto el
olor. Creo que ellos tienen razón... ¡No merezco el cariño de nadie! ¡Tal vez por eso fui
creada para vivir escondida bajo la tierra! ¡¡¡Donde nadie pueda verme!!!
HONGO Y
MARIHUANA: ¡Ooooooohhhhhhh!
NO DEBE SER, NO
Pero no
te encierres opacando tu ilusión,
enfréntate a la vida sin temor,
lastimas sin saber tu corazón.
HIEDRA: ¡Aquí estás! ¡Mira nada mas en los problemas que nos metes por quedarte atrás!
ROSA: Nos tenías preocupados, creíamos que te habían agarrado para confeccionar una
ensalada.
PINO: No, no, no. Les digo que la belleza no es lo más importante.
PALMERA: Manguito, mira nada mas como te dejaron esas trepadoras. Yo no sé que
enfermedad te pasaron estas rastreras. Estás todo lleno de manchas.
HIEDRA: No te preocupes. Mételo dos horas en agua fría y se recupera. Este Mango no
aguanta un apachurroncito.
ORQUÍDEA: (Descubriendo al Hongo) ¿Qué es eso? ¿Un gusano, un dedo parado, una
sombrilla?
HONGO: (Enojado) Soy un organismo con un núcleo carente del pigmento clorofila,
aaaaaaa...sexual, y cuyos filamentos y estructuras somáticas ramificadas están rodeadas por
paredes celulares que contienen celulosa. Esta definición, perfectamente correcta desde el
punto de vista científico, tiene la inconveniencia de ofrecer muy poca información tangible a
los seres carentes de cultura, o mejor dicho, que son ignorantes.
HIEDRA Y
ORQUÍDEA: ¡Ahhhh...!
CEBOLLA: Estos son los amigos de los que les hablé... Y vinieron por mí... ¡Sí me quieren!
HIEDRA: Venimos por ti, pero no porque te queramos. Lo que pasa es que se acordó por
mayoría que teníamos que seguir juntos.
TODOS: ¡¿Ehh?!
SAUCE: A todas las plantas. Por tu culpa hemos perdido el tiempo. Nos hiciste creer que la
belleza era lo más importante, y confundiste a todos a propósito.
PINO: No, una mosca te seguiría a ti. Además, ustedes no se dejan dirigir, por eso no hemos
llegado a ningún lado.
HIEDRA: Ahora ¿qué es lo que sigue? ¿Seguiremos otra estrella que haga brillar tu corazón?
ORQUÍDEA: Aquí las únicas que brillan son sus ideas...pero por su ausencia.
ROSA: ¡Que venenosas!
CEBOLLA: Son mis amigos. Este es mi amigo el Honguito, y este es mi amigo Mari... Mari...
Mari...¿qué? ¿Cuál es tu segundo nombre?
PINO: ¡Silencio! Ya cállense… ¿Cómo es posible que estén hablando con nosotros si no
hemos utilizado los polvos?
HONGO: Porque algunos tenemos poderes que hacen que todo sea posible.
CEBOLLA: Bueno, la verdad es que yo contribuí un poco para despertar a mis amigos.
ORQUÍDEA: ¡Que amistades! Solamente siendo tan fea podrías atreverte a relacionarte con
estos huitlacoches.
ORQUÍDEA: No soy una calabaza, soy una finísima y sopisticate Orquídea, elegantísima y
hermosísima.
SAUCE: Oila tú. Habló Sophia (La sabia), la Orquídea. ¡No se dice sopisticate, se dice
sophisticated! ¡Zophilota!
HIEDRA: Es el peor insulto que pudiste haberle dicho. Mira como la dejaste. ¡Se nos va! ¡Se
nos va!
ROSA: ¡¿Ah sí?! Pues aquí donde me ves, las rosas también tenemos espinas. (Le pega)
PALMERA: Pero que malacatonche se está armando. Ustedes me prometieron que todo iba a
ser armonía y cariño... ¡Ya se están peleando todos!
PINO: ¡Orden, orden! (No hacen caso) Yo renuncio a mi puesto, que se quede como líder el
que quiera.
HIEDRA: ¡Sí, sí! Eso es lo que debías haber hecho desde un principio... Y a ti Rosa, te voy a
enseñar como se hace la enredadera. (Se le avienta encima)
MARIHUANA: (Al Hongo) ¿Que te parece si les damos un leve touch para que se calmen?
(Como si fuera una maquina de vapor, con un silbido, el Hongo lanza por su cabeza una
columna de esporas. La Marihuana se prende fuego con un cerillo y produce una gran
cantidad de humo. Las demás plantas se irán calmando y entran en un mal viaje)
En el viaje...
HONGO: ...vendrás...
MARIHUANA: ...jo.
HONGO: En el viaje...
MARIHUANA: ...vendrás...
HONGO: ...jo.
En el viaje...
MARIHUANA: ...vendrás...
HONGO: ...jo.
En el viaje...
MARIHUANA: ...vendrás...
La velocidad en mi interior
se acelera con un ritmo loco
sin programación.
MANGO: No me quedé.
(Se escucha un gran estruendo que los sobresalta. Aparece inesperadamente el Mesías)
TEN PIEDAD
HONGO Y
MARIHUANA: Ten piedad señor,
no castigues mi intención,
la verdad es que culpables no son ellos.
Por su situación una urgente intervención
fue precisa para devolver la calma.
Son hermanos inocentes,
no comprenden el porque.
Si jamás han visto al hombre
que van ellos a saber.
Y EL DESIERTO SE HIZO
Dijo desierto,
¿Qué es el desierto?
¿Cómo desierto?
Esto no es cierto.
Voy al desierto,
llegué al desierto,
esto es el desierto.
Es el desierto
cruel y perverso.
Es el desierto
un mar inmenso.
En el desierto
la fe no quisiera perder.
ORQUÍDEA: ¿No hay aquí un caballero lo suficientemente alto y fuerte que quiera adornarse
llevándome en sus ramas?
ORQUÍDEA: (Al Sauce) A ti ya ni te pido que me cargues. Como ya nos dimos cuenta de que
a ti no te gustan las flores...
SAUCE: Bueno, siempre y cuando sea para platicar. (Carga a la Orquídea y se dirige a la
Hiedra) Oye trepadora, también tengo espacio para ti.
HIEDRA: No gracias, “hierba mala nunca muere”. Ayuda a este pobre tubérculo (Se refiere a
la Cebolla) que ya no puede ni con su alma.
HONGO: (A la Marihuana) Oye brother, estoy muy erizo de agua. No me vaya a hacer
chiquito. ¿Te imaginas que mala fama?
(Aparece un Cacto del desierto)
PINO: ¡Miren, por fin una planta! (Al Nopal) Debe ser tu pariente porque se parece a ti.
HIEDRA: Despiértenlo de una vez para que nos diga como podemos conseguir agua en este
desierto.
TODOS: ¡Sí, sí, agua! ¡Que nos diga donde hay agua!
CACTO: (Con acento árabe) Bur alas, ¿Quiéren aguas? Te las vendo baratus arbano. Denme
lo que traigan...semillas, frutos, clorofila.
PINO: Pero amigo, estamos en una misión divina. El Mesías nos despertó... No nos vendas el
agua por favor, sólo dinos donde conseguirla.
HIEDRA: Mira, te lo voy a explicar. El Mesías nos dijo que él era el Mesías...y nos dio unos
polvos para podernos comunicar con otras plantas y así, todas juntas, adquirir el poder sobre
la tierra.
ROSA: Sí, pero en el camino hemos cometido muchos errores, por lo que el Mesías nos
castigó mandándonos al desierto y nos estamos muriendo de sed.
CACTO: Dando y dando, bajarito volando. Cayendo el buerto y soltando el llanto. Aquí las
únicas aguas que hay están dentro de mi cuerpus. No la van a encontrar en otros ladus. Así
es que a cambio dame los bolvos milagrosos.
MANGO: Pero, ¿para qué quieres los polvos? ¿De que te pueden servir si no hay nadie más
aquí?
CACTO: Es que aquí cercas viven unas buchachas. Con ellas formaré mi harem e iré con
ustedes en sus jornadas.
PINO: Discúlpanos, pero no podemos hacerlo. No nos queda mucho polvo y no sabemos
cuanto vamos a necesitar de ellos.
HIEDRA: Ustedes no saben como tratar a los vegetales. Permítanme hablar con este
cactáceo.
ROSA: ¿Pero cómo? ¿Quieres decir que nos va a dejar morir de sed?
PALMERA: (Al Pino) Le hubieras dado los polvos, ¡Que más da! Con tal de que nos dé agua.
NOPAL: Aunque en menor cantidad, yo también estoy relleno de agua, por lo que puedo
ayudarles a soportar la sed un poco más. Así es que... ¡Lléguenme!
(Todos se acercan al Nopal para chupar de sus espinas. Al terminar la Orquídea se acerca a
la Hiedra)
HIEDRA: Yo no me voy a rebajar a beber de ese nopalazo. Prefiero morir de sed que morir
de asco... Bueno...aunque sea una chupadita. (Al Nopal) ¿Me dejas beber de tu
sabia...bruta?
SAUCE: ¿Y ahora tú por qué lloras? ¿Qué te pasa? ¿Que no te tocó agua?
ORQUÍDEA: (Abrazándose al Sauce y asintiendo) Es que me siento mal contigo por haber
sido tan vanidosa y arrogante. Y también sufro por el nacualito del Nopal, que está
sacrificando sus reservas de agua para que no muramos de sed. Está arriesgando su vida por
nosotros.
SI TÚ ESTÁS
SAUCE Y
NOPAL: Siempre hay
un sueño para realizar,
caminar
sin miedo a la oscuridad.
Lanzo mi flecha,
que existe una meta,
si cuento contigo
podré alcanzar el final...
SAUCE Y
ROSA: Soy valiente otra vez.
ORQUÍDEA: Si tú estás.
(Todos quedan dormidos cerca del Sauce. La Hiedra, que ha fingido, estar dormida se
levanta y se roba los polvos)
LA TRAICIÓN
HIEDRA: Sí, claro que los traigo Kadaffi. Me costó mucho trabajo, por meritito me cachan
pero...aquí están. (Se los va a dar pero se detiene) Primero dime, ¿quién será la reina de
Cactolandia?
CACTO: (Señalando hacia atrás de la Hiedra) Te presento a mi hermano Jalil. Dame los
polvos para que te salude.
HIEDRA: ¡Ay! Mohamed, mójame por favor… Mojamed que me muero de sed.
MOHAMED: ¡Habibi!
(Lo chupa como si fuera un vampiro. Él trata de resistirse, pero a una señal del Cacto se
retracta)
(Durante la canción, la Hiedra irá despertando a otros cactos y bebiendo de ellos hasta
emborracharse. Al notar que los polvos casi se le acaban los guarda)
Escrito en el café
mi destino vislumbré:
la Hiedra nos dará
los poderes de Alá.
Como buen árabe
al Corán le pregunté
si debo conquistar
de los hombres, la ciudad.
Ahora puedo asegurar que sí,
del mundo yo me voy a apoder...
...arrebataré los caramelos a un niño.
Me apoderaré de las riquezas del mundo.
Sólo mi raza existirá
desde Tampico hasta Bagdad.
Con mis babuchas
mil esclavos patear.
Un poderoso emir
nada debe compartir.
Temible cazador,
el califa del terror,
Pues todo es para mí,
soy remalo, ji, ji, ji.
En un camello yo
cruzaré el desiertoto.
Mi Sherezada tú serás,
verás, de Cactolandia reina tú ser...
(Los cactos forman un ejercito y se van marchando, dejando a la Hiedra tirada. Mientras
tanto, el grupo despierta)
MANGO: ¿Y la Hiedra?
PINO: (Buscando las bolsitas) ¡Los polvos! ¿Dónde están los polvos?
PALMERA: A mí se me hace que esos polvos y esa Hiedra se fueron juntos. Esa urticante es
capaz de todo.
ROSA: Yo no la creo capaz.
(Inician el camino. Más adelante encuentran a la Hiedra borracha, tirada atrás de una duna,
inflada y con espinas en la boca)
HIEDRA: Una semillita que me dio mi amigo, puede ser un nabo, puede ser un trigo. Me
quiere...no me quiere, me quiere...no me quiere.
PINO: ¡Hiedra!
HIEDRA: Que bueno que me encontraron, que gusto me da verlos. No saben como he sufrido
sin ustedes. Si supieran todo lo que ha pasado.
HIEDRA: Pues...por los besotes que me dieron... Me raptaron los cactos... ¡Abusaron de mí!
Me quitaron los polvos y me abandonaron, dejándome en este embarazoso estado.
HIEDRA: Ay, no, no. No se los di... Me los quitaron. Todo por el árabe Kadaffi, quien me
raptó en la noche. Yo no quería, pero le gusté tanto que me llevó a su cuartel.
ROSA: ¿Los cactos? ¿Quieres decir que usaron los polvos para animar a los amigos de ese
comerciante?
HIEDRA: Sí, sí. Cuando me di cuenta ya los había despertado a todos contra mi voluntad. Es
más, escuché que su ejército iba a conquistar la ciudad de los hombres. Tenemos que
detenerlos.
HIEDRA: Aquí, luego luego... Detrás de esa duna está un letrero que dice “a la ciudad”.
(Continúan avanzando. El Cacto les hace señas de que no entren a la ciudad porque hay
peligro, pero ellos no entienden)
NOPAL: Dice que adiós, que nos vaya bien. (Al Cacto) Adiós, ahí te quedas por ojera.
SAUCE: No, si no estoy llorando por eso. Es que hay algo en el ambiente que me hace llorar
aunque no quiera. Es más que un sentimiento.
(Se escucha un sonido de castañuelas. Todos buscan su origen hasta descubrir que a la
Palmera le castañetean los cocos. El Mango se los detiene)
VOZ EN OFF: “La contaminación en el valle de México es tolerable pero causa ligeras
molestias.”
(Todos lloran)
HIEDRA: Lo siento. Era la primera vez que alguien me tomaba en cuenta y no me hacía
sentir como lo que soy, una Hiedra Venenosa, siempre arrancada, pisoteada... Me iban a
hacer reina de Cactolandia.
(La Piña le hace un ademán con la mano. El Pino vierte lo que queda de polvos sobre la
palma de su mano)
PINO: Esta planta no puede respondernos, porque esta no es una planta de verdad.
(Al ir pasando la Hiedra por cada personaje, estos se irán reanimando un poco, pues el
esfuerzo de la Hiedra hace que expida oxígeno)
Que sencillo,
todo acaba,
tantos siglos reducidos a segundos.
Que descuido,
me he negado a reaccionar.
¡Que tarde me doy cuenta de mi error!
Nada cambió,
sólo miedo,
sólo pena he causado en mi camino.
A la soledad me abandoné,
al odio me entregué,
y mintiendo disfracé mi amargura.
Y si Dios no me perdona,
por haber sido injusta
yo les pido perdón.
Escondida,
sin fragancia,
sin belleza, de mil jardines arrancada,
destrozada,
nadie quiso ver en mí
que yo también soy parte de las flores del edén.
Y es curioso,
hoy que es tarde
por primera vez me siento enamorada.
Por primera vez me siento bien
y nada puedo hacer.
Que más diera por saber que la muerte
no me privará de su amistad,
quiero estar con ustedes por amor...
Es curioso,
hoy que es tarde
por primera vez me siento enamorada.
Por primera vez me siento bien
y nada puedo hacer.
Que más diera por saber que la muerte
no me privará de su amistad,
quiero estar con ustedes por amor.
(Dos o tres plantas se acercan a darle oxígeno, moviendo sus brazos como fuelles, hasta
reanimar a la Hiedra)
PINO: Hay algo en el ambiente que nos está asfixiando. Vamos todos a producir oxígeno
mientras pensamos que hacer.
ROSA: ¡Miren! ¡La nube gris que nos rodea se está dispersando!
PINO: ¡Es verdad, el oxígeno puede salvarnos! Vamos a tratar de producir más entre todos...
¡Eso es! ¡El oxígeno! ¡Es la solución al enigma! ¡Producimos oxígeno para beneficio de todos
los seres vivos!
HIEDRA: Ojalá tuviéramos más plantas cerca para que nos ayudaran.
CEBOLLA: (Señalando hacia el público) ¡Miren, miren, ahí, está lleno de plantas!
ROSA: La salvación.
ORQUÍDEA: La salvación.
HIEDRA: La salvación.
Se ha resuelto el enigma,...
CEBOLLA: La salvación.
PADRE: Han cumplido con la misión. Ustedes han encontrado la forma de salvar el planeta,
por lo que tengo la confianza absoluta de otorgarles el poder de gobernar... Prepárense a
recibir ¡el poder!
(La luz baja hacia ellos. El Pino, que ha estado pensativo, da un paso al frente, gritando)
SAUCE: ¿Qué?
HIEDRA: ¡¿Quién eres tú para decidir que no podemos aceptar el poder, después de todo lo
que hemos pasado?!
NOPAL: (Abrazando a la Rosa) ¿Y nuestra belleza pos qué? Pensar que casi me deshidrato
por darles mi reserva de agua.
HIEDRA: (Al Padre) Éste está loco, no le hagas caso. Merecemos un premio por lo que hemos
hecho. ¡Que me den un invernadero como el Royal Botanic Garden!
MANGO: A mí que me encierren en una bodega con puras papayas, y que me dejen toda la
primavera.
HONGO Y
MARIHUANA: Nosotros sólo queremos legalizar nuestra situación.
SAUCE: ¡Abajo el Pino! Él no debe ser nuestro líder... ¡Que le corten las raíces!
AHUEHUETE: ¡¿Pero qué están diciendo?! Todavía no les han dado el poder y ya es causa de
pleito semejante. ¡Véanse, escúchense! ¡Están pensando destruir a un semejante sólo por
ambición! ¡Lo que están haciendo es terrible! Esto demuestra que el Pino tiene razón.
Nosotros no somos capaces de manejar el poder. Aún nos falta tanto como a los humanos
para entender el verdadero valor de la vida. ¿Dónde quedó el compañerismo? ¿Dónde quedó
la gratitud hacia el Pino, que fue el que los guió al éxito de la misión?... ¡Se están volviendo
humanos!
PADRE: Entonces ¿quién va a ser capaz de salvar mi planeta? ¿Quién va a ser capaz de
conservar mi creación?
Telón final