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UNIVERSIDAD VERACRUZANA

FACULTAD DE ENFERMERÍA
CAMPUS MINATITLÁN

Acreditada por COMACE, A.C.


Nivel 1 de CIEES

EXPERIENCIA EDUCATIVA:
ENFERMERIA QUIRÚRGICA
TEMA:

PLAN DE CUIDADOS EN PACIENTE CON REDUCCIÓN ABIERTA Y FIJACIÓN


INTERNA (RAFI)

PROFESOR:
M.E. ILSIA VINALAY CARRILLO

ALUMNOS:
Barreiro Cárdenas Elvis Jared S21003517
Bernal de la Cruz Elizabeth S21003491
Pérez Uscanga Lili Juliette S21003486
Tinajero Palafox Elvira S21003533
Vicente Torres María del Rosario S21003498

Minatitlán, Veracruz agosto 2023 – enero 2024


ÍNDICE

1.Introducción. ......................................................................................................... 1

1.1 Impacto epidemiológico. .................................................................................... 4

1.2 Fisiopatología .................................................................................................... 7

2.Valoración............................................................................................................. 9

4.Metodología de diagnóstico de enfermería ........................................................ 12

5.Plan de cuidados ................................................................................................ 13

6.Experiencia personal .......................................................................................... 22

7.Bibliografía ......................................................................................................... 27

8.Anexos ............................................................................................................... 31

8.1. Formato de razonamiento diagnóstico ........................................................ 31

8.2. Historia natural de la enfermedad ............................................................... 33

8.3. Apoyos para la enseñanza .......................................................................... 34


1.INTRODUCCIÓN.

La reducción abierta y fijación interna (RAFI) es un tipo de tratamiento para reparar


un hueso roto. Une las partes de un hueso roto para que puedan sanar. La reducción
abierta quiere decir que los huesos se colocan de regreso en su lugar durante una
cirugía. La fijación interna significa que se usan aparatos especiales para sostener
juntos los pedazos de hueso (Raymond, T. 2023).

Aunque este tipo tratamiento, es reconocido como eficaz en fracturas


simples, su implementación en fracturas más complejas se ve limitada,
especialmente en pacientes de edad avanzada o con osteoporosis se necesita un
procedimiento de reducción abierta y fijación interna para reparar el hueso. Si no se
hace, es posible que el hueso fracturado no sane correctamente. Probabilidades de
necesitar un procedimiento RAFI si:

• Tiene una fractura con desplazamiento.


• Parte del fémur traspasó la piel al romperse.
• El hueso se rompió en varias partes.

El principal objetivo en la atención de una persona con el tratamiento RAFI


es la búsqueda de preservar la congruencia entre las superficies articulares y la
vascularización, al igual que la reducción apropiada y la restauración del apoyo
medial con el objetivo de reducir el riesgo de limitación funcional (Sánchez, 2021).

Si bien la RAFI es ampliamente reconocida como una buena opción


terapéutica en los pacientes con alto funcionamiento previo a la lesión y fracturas
simples desplazadas, su implementación en fracturas con tres o cuatro partes es
más restringida. Estas limitaciones son más prominentes en pacientes de edad
avanzada o con osteoporosis, donde la baja calidad del hueso dificulta el proceso
de fijación de placas durante la reducción (Sánchez, 2021).

El proceso de atención de enfermería (PAE) lo integran 5 etapas: valoración,


diagnóstico, planificación, ejecución y evaluación, como todo método, sus etapas
son sucesivas y se relacionan entre sí. Aunque el estudio o análisis de cada una de

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las etapas se hace de forma independiente, tiene un carácter metodológico, ya que,
en la puesta en práctica, ninguna es ajena a las demás, por el contrario, se
relacionan de manera directa, su ejecución permite la integridad de los cuidados,
cubrir los intereses y necesidades que el usuario manifiesta para el cuidado de su
salud (Gayosso Islas E, 2013).

En este documento se presenta el Proceso de Atención de Enfermería, el


cual se ha elaborado a partir de un caso clínico que involucra a una paciente mujer
de 85 años que cursa sus 15 días de estancia hospitalaria al haber sido intervenida
para una fijación interna de la rodilla de la pierna izquierda.

Ha sufrido caídas previas en la calle y en su domicilio, pero esta vez, hace


dos semanas, se cayó en el comedor de su casa, al tropezar con una alfombra,
produciéndose una fractura en la rótula de la pierna izquierda. Presenta los
siguientes antecedentes: Hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo ll, desde hace
11 años, artrosis y ansiedad.

• Con tratamiento habitual:


• Valsartán 80 mg cada 24 horas.
• Enalapril 10 mg cada 12 horas.
• Metformina 850mg.
• Lorazepam 1 mg cada 24 horas.

De acuerdo con, la dieta que tiene prescrita la paciente ¨baja en sodio y


azúcares añadidos" pero hace excesos al comer alimentos que le traen desde fuera
las visitas, esto provoca episodios de hiperglucemia. Por lo cual, la paciente no hace
referencia al consumo de líquidos, pero su hidratación se ve modificada por la
órtesis que dificulta la transpiración de la pierna.

Durante la intervención quirúrgica se coloca una sonda vesical para el


vaciamiento de la vejiga, con el objetivo de contabilizar el balance de líquidos.
Cuando se retira la sonda vesical, presenta pérdidas de orina por la dificultad que
tiene para llegar al baño por la órtesis y la inseguridad que siente para trasladarse.

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La órtesis sujeta la rodilla modificando la capacidad de transpiración e hidratación
de la misma.

Tiene dificultad para realizar los ejercicios de mantenimiento de la


musculatura durante el periodo de recuperación debido a la prescripción de
inmovilización del miembro operado. Posteriormente, sólo se mueve de la cama al
sofá y viceversa con ayuda al tener poca estabilidad, tiene miedo de caerse y
movimientos muy lentos. Prefiere permanecer sentada para evitar caerse, no sigue
todas las indicaciones del personal excusándose con su avanzada edad.

Prefiere permanecer sentada con la pierna en alto en vez de intentar caminar


y fortalece la musculatura de los miembros inferiores. Hace referencia a su edad
avanzada para no tener la obligación de seguir las recomendaciones sobre el
ejercicio y recuperación de la pierna. Parece no estar comprometida con el
tratamiento de la dieta ni en la movilización progresiva de la pierna.

Por lo que, en el trabajo, se realizaron las cinco etapas del proceso enfermero
(valoración, diagnóstico, planeación, ejecución y evaluación), las cuales se
visualizan detalladamente a continuación y también se brindaron los requisitos de
autocuidado, los cuidados y el diagnóstico.

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1.1 IMPACTO EPIDEMIOLÓGICO.

INTERNACIONAL.
Las fracturas de rótula suponen aproximadamente un 1% del total de las
fracturas y frecuentemente se presentan en un intervalo de edad entre los 20 y 50
años. La incidencia en los hombres es casi 2 veces superior que en mujeres
(Bergua, 2018).

El mecanismo de producción de las fracturas puede ser el resultado de


fuerzas directas e indirectas. La mayoría se producen como consecuencia de
lesiones directas, como resultado de un traumatismo sobre la cara anterior de la
rodilla o un accidente de tráfico. En estas últimas lesiones de alta energía hay que
descartar otro tipo de lesiones que pueden estar asociadas: luxación posterior de la
cadera, fracturas ipsilaterales del cuello o diáfisis femoral y de meseta tibial
(Bergua, 2018).

Las lesiones indirectas se producen tras una pseudocaída o caída desde


altura, en las cuales las fuerzas del mecanismo extensor exceden la fuerza
intrínseca de la rótula resultando en una fractura transversal con cierto grado de
conminución del polo inferior. Causan un mayor daño del retináculo en comparación
con las lesiones directas, y la extensión activa de la rodilla se pierde en la mayoría
de los casos (Bergua, 2018).

Varios estudios retrospectivos sobre la incidencia general de este tipo de


complicaciones parecen concluir que la prevalencia de fracturas periprotésicas
para la articulación de la cadera se sitúa entre el 0,1% y el 2,3% cuando se trata
de reemplazos articulares primarios, y entre el 2,8% y el 9,58% cuando se trata de
cirugía de revisión (Caerio, 2013).

De forma general se acepta que la incidencia de fracturas periprotésicas de


rodilla oscila entre el 0,3% y el 5,5%5. En cuanto a la edad, y especialmente en lo
que a fracturas periprotésicas de cadera se refiere, los pacientes mayores de 70
años parecen tener un riesgo 2,9 veces mayor de fractura periprotésica que los

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menores de dicha edad, posiblemente en relación con las alteraciones biológicas
óseas asociadas a la osteoporosis senil 2,4 (Caerio, 2013).

En cuanto al género del paciente, epidemiológicamente la mayor parte de


las fracturas periprotésicas ocurren en mujeres. Dependiendo de la serie revisada
el porcentaje oscila entre el 52% y el 70%, y es posible que esta asociación esté
también relacionada con las alteraciones de la resistencia ósea asociadas a la
osteoporosis posmenopáusica (Caerio, 2013).

NACIONAL.
De acuerdo con, el acta ortopédica mexicana el patrón de tratamiento en
pacientes adultos mayores con fractura de húmero proximal en tres o cuatro
fragmentos en un centro de referencia de una economía emergente. Por lo tanto,
utilizan el tratamiento RAFI, pues las fracturas proximales de húmero corresponden
4 y 5% de las fracturas en adultos mayores, ocupando 45% de las fracturas
humerales, siendo 13 al 16% fracturas en tres y cuatro fragmentos (SCIELO, 2015).

Estudio retrospectivo, observacional y transversal de fuentes secundarias, se


estudiaron registros de pacientes con diagnóstico de fractura proximal de húmero
en tres o cuatro fragmentos en pacientes adultos mayores de 60 años. Técnica de
muestreo no probabilístico de casos consecutivos, considerándose de cada uno: el
sexo, edad, número de fragmentos, extremidad afectada y extremidad dominante,
el patrón de tratamiento (SCIELO, 2015).

Se incluyeron 118 pacientes, siendo el sexo predominante el femenino


(83.9%), con rango de edad de 60 a 93 años y una mediana de 73 años. Las
fracturas en tres fragmentos representaron 63% y de cuatro fragmentos 36%. La
extremidad izquierda fue la mayormente afectada siendo 57%, la extremidad
dominante fue la derecha ocupando 82% (SCIELO, 2015).

El patrón quirúrgico predominó, representado 57% y el tratamiento


conservador representó 43%. Se realizó en 39 casos reducción abierta y fijación
interna (RAFI) con banda a tensión, en 22 pacientes con hemiartroplastía, en cinco

5
pacientes RAFI con placa en T 4.5 y en uno RAFI con placa LCP LISS (SCIELO,
2015).

El tratamiento quirúrgico está indicado en aquellas fracturas que cumplen con


uno o más de los siguientes criterios: Más de 2 mm de desplazamiento articular.
Más de 3 mm de separación entre los fragmentos. Disrupción del mecanismo
extensor. Fracturas conminutas o fracturas osteocondrales. Fracturas marginales o
de trazo longitudinal asociadas a conminución o desplazamiento. Fracturas abiertas
(Instituto Mexicano del Seguro Social, 2010).

ESTATAL.
Se realizó un estudio observacional, longitudinal, retrospectivo y analítico de
pacientes postoperados por fractura del tercio distal de tibia en el Servicio de
Ortopedia del Hospital de alta especialidad de Veracruz, durante el periodo de Enero
de 2012 a Diciembre del 2015 (Universidad Veracruzana Repositorio
Institucional, 2022).

El objetivo de dicho estudio fue comparar la eficacia de la reducción cerrada


y osteosíntesis mínimamente invasiva con placa percutánea (MIPPO) versus
reducción abierta y fijación interna con placa DCP (ORIF) como tratamiento
definitivo de las fracturas del tercio distal de tibia (Universidad Veracruzana
Repositorio Institucional, 2022).

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1.2 FISIOPATOLOGÍA.

Una fractura es una interrupción de la continuidad ósea o cartilaginosa de manera


parcial o total en el miembro afectado. (García y Gómez, 2014). En la clasificación
de las fracturas influyen una variedad de características que nos permiten identificar
la gravedad y detalle de la lesión, a su vez no orienta a intervenir de manera segura.

Las fracturas pueden ser abiertas: cuando la piel suprayacente se altera y el


hueso roto está en comunicación con el medio ambiente a través de una herida
cutánea; cerra: cuando la piel suprayacente está intacta. Las fracturas patológicas
ocurren cuando una fuerza leve o mínima fractura una zona de hueso debilitado por
un trastorno (p. ej., osteoporosis, cáncer, infección, quistes óseos). Las fracturas
por estrés son el resultado de la aplicación repetitiva de fuerza moderada.

Normalmente, el hueso dañado por microtraumatismos de fuerza moderada se


auto repara durante los periodos de descanso, pero la aplicación de fuerza repetitiva
en la misma localización predispone a una lesión mayor y hace que el
microtraumatismo se propague (D. Campagne, 2022).

En una fractura se fragmenta el periostio y los vasos sanguíneos en la corteza,


la médula y los tejidos blandos circundantes del hueso. Se forma un hematoma
entre los extremos rotos del hueso y debajo del periostio, y en un momento dado el
tejido de granulación sustituye al hematoma. El daño al tejido óseo desencadena
una respuesta inflamatoria intensa, donde las células de los tejidos blandos
circundantes y la cavidad de la médula invaden la zona de fractura, y aumenta la
irrigación sanguínea de todo el hueso.

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Los osteoblastos en el periostio, endostio y médula ósea producen osteoide
(hueso joven colagenoso, que aún no se ha calcificado, también llamado callo). El
osteoide se endurece a lo largo de la superficie externa del cuerpo y sobre los
extremos rotos del hueso. Los osteoclastos reabsorben material de huesos
previamente formados y los osteoblastos reconstruyen el hueso. Los osteoblastos
se transforman después en osteocitos (células óseas maduras) (Stewart J., 2018).

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2.VALORACIÓN.

• Mujer de 85 años.
• Fractura en la rótula de la pierna izquierda.
• Intervenida para una fijación interna de la rodilla de la pierna izquierda.
• Hidratación modificada por la órtesis que dificulta la transpiración de la
pierna.
• Episodios de hiperglucemia.
• Refiere ser una persona nerviosa y suele tomar medicación para ello.
• Parece no estar comprometida con el tratamiento de la dieta ni en la
movilización progresiva de la pierna.
La paciente presenta los siguientes antecedentes:
• Hipertensión arterial.
• Diabetes mellitus tipo ll, desde hace 11 años.
• Artrosis.
• Ansiedad.
• Tres caídas anteriores, antes de sufrir la fractura de la rótula
Tratamiento habitual:
• Valsartán 80 mg cada 24 horas.
• Enalapril 10 mg cada 12 horas.
• Metformina 850mg.
• Lorazepam 1 mg cada 24 horas.

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3.RESUMEN DE REQUISITOS DE AUTOCUIDADO
UNIVERSAL DE DESARROLLO Y DE DESVIACIÓN DE LA
SALUD.

Mantenimiento de un aporte suficiente de aire, no hay datos.

Mantenimiento de un aporte suficiente de agua, la paciente no hace referencia


al consumo de líquidos, pero su hidratación se ve modificada por la órtesis que
dificulta la transpiración de la pierna.

Mantenimiento de un aporte suficiente de alimentos, la dieta que tiene prescrita


la paciente es sin azúcar y sin sal, pero hace excesos al comer alimentos que le
traen desde fuera las visitas, esto provoca episodios de hiperglucemia.

Provisión de cuidados asociados con los procesos de eliminación, durante la


intervención quirúrgica se coloca una sonda vesical para el vaciamiento de la vejiga
y contabilizar el balance de líquidos. Cuando se retira la sonda vesical, presenta
pérdidas de orina por la dificultad que tiene para llegar al baño por la órtesis.

Mantenimiento del equilibrio entre actividad y reposo, presenta fractura en la


rótula de la pierna izquierda y tiene dificultad para realizar los ejercicios de
mantenimiento de la musculatura durante el periodo de encamado debido a la
prescripción de inmovilización del miembro operado, asimismo tiene miedo a caerse
por lo que, prefiere permanecer sentada.

Mantenimiento del equilibrio entre la soledad y la interacción, recibe visitas


frecuentes de familiares y de algún amigo, normalmente a las horas de las comidas.
No se encuentra comprometida con las recomendaciones durante el postoperatorio.
Además, refiere ser una persona nerviosa y suele tomar medicación para ello.

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Prevención de peligros para la vida, el funcionamiento y bienestar humano, la
paciente conoce la hipertensión y la diabetes que padece y toma mediación para
ello. Sin embargo, no toma precaución en la ingesta de sal y azúcar. Parece que no
le importa o no comprende del todo que la ingesta de azúcar y sal pueda empeorar
su estado de salud. Por otro lado, se queja de la órtesis, refiere que le roza y le
molesta en la zona inguinal, además dice que le aprieta y empeora la circulación y
sensibilidad en esa pierna. Asimismo, la paciente se había caído tres veces antes
de sufrir la fractura de la rótula.

Promoción del funcionamiento y desarrollo humano en grupos sociales, la


paciente prefiere permanecer sentada con la pierna en alto en vez de intentar
caminar y fortalecer la musculatura de los miembros inferiores. Hace referencia a
su edad avanzada para no tener la obligación de seguir las recomendaciones sobre
el ejercicio y recuperación de la pierna. Parece no estar comprometida con el
tratamiento de la dieta ni en la movilización progresiva de la pierna. No hace
referencia a su religión ni a ningún objetivo en concreto.

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4.METODOLOGÍA DE DIAGNÓSTICO DE ENFERMERÍA.

DIAGNÓSTICO.
Etiqueta diagnóstica. Factor relacionado. Características
definitorias.
r/c Procedimiento m/p Tiempo de reacción
Deterioro de la movilidad quirúrgico RAFI de prolongado, movimientos
física rodilla izquierda y lentos, inseguridad y miedo
estilo de vida al caminar
sedentario
Deterioro de la movilidad física relacionado con procedimiento quirúrgico RAFI de rodilla
izquierda y estilo de vida sedentario, manifestado por tiempo de reacción prolongado,
movimientos lentos, inseguridad y miedo al caminar. Condiciones asociadas: Alteraciones en
la integridad de las estructuras óseas.

DIAGNÓSTICO.
Etiqueta diagnóstica. Características definitorias.
m/p
Ingesta dietética inadecuada, estilo de
Riesgo de nivel de glucemia inestable. vida sedentario y estrés.

Riesgo de nivel de glucemia inestable manifestado por Ingesta dietética inadecuada, estilo
de vida sedentario y estrés. Población en riesgo: personas con estado de salud físico
comprometido. Condiciones asociadas: Diabetes mellitus y procedimientos quirúrgicos.

DIAGNÓSTICO.
Etiqueta diagnóstica. Características definitorias.
m/p
Miedo e inseguridad al caminar,
Riesgo de caídas en adultos deterioro de la movilidad física debido a
RAFI en rodilla izquierda.
Riesgo de caídas en adultos manifestado por Miedo e inseguridad al caminar, deterioro de la
movilidad física debido a RAFI en rodilla izquierda. Población en Riesgo: Adultos mayores de
60 años. Personas con antecedentes de caídas. Condición asociada
Dispositivos de asistencia para caminar (Órtesis)

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5.PLAN DE CUIDADOS.

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6.EXPERIENCIA PERSONAL.

Barreiro Cárdenas Elvis Jared.

Al iniciar este proyecto de plan de cuidados se hace hincapié en la importancia y el


gran impacto que tiene en el paciente e incluso en el desarrollo del personal de los
cuidados, en este caso el enfermero (a). Sin duda alguna el Proceso de Atención
Enfermero es un método de alta fundamentación para las intervenciones de
cuidado, pues incluye las cinco faces metodológicas en el estudio y atención del
paciente.

El trabajo realizado busca aclarar el proceso utilizado para llegar a los fines
establecidos, que es el cuidado en la rehabilitación de un paciente con fractura de
rodilla intervenido quirúrgicamente. En esta instancia puedo mencionar que ha sido
un trabajo con una gran amplitud de investigación y análisis para adecuar, con base
a nuestro criterio, un plan de cuidados en las necesidades del paciente.

Durante las actividades realizadas se presentaron algunos contratiempos con


base a los formatos utilizados, fuentes de información e incluso la adaptación de los
planes de cuidado, pues focalizar la realidad de la situación del paciente e identificar
las prioridades suele ser un poco difícil. Esto es debido a que debemos saber
interpretar no solo el microambiente de la persona atendida, si no realizar una
observación detalla de los factores externos y relacionarlos de manera holística con
la espera que al termino los resultados sean favorables.

En conclusión, fue muy gratificante elaborar esta investigación y el plan de


cuidados pues las acciones que fuimos realizando durante el tiempo de elaboración
lograron ampliar nuestra perspectiva para desarrollar nuevas aptitudes como
estudiantes y futuros profesionistas de enfermería.

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Bernal de la Cruz Elizabeth.

Como sabemos, la enfermería es una profesión que se basa en el cuidado del


individuo en todas sus esferas. Para esto, también abarca lo primordial, que es el
diagnóstico del paciente.

Enfermería trata los problemas interdependientes o externos a la enfermedad


misma, en un enfoque en el que se le brinda cuidados al paciente a nivel físico,
psicológico y mental.

Para aplicar estos cuidados se necesita de una serie de pasos como lo es el


Proceso Enfermero, que se basa en la valoración, diagnóstico, planeación,
ejecución y evaluación. Es por ello que es la base para comenzar a fomentar el
cuidado.

Para ello se ha realizado dicho trabajo, que, en mi experiencia, la realización de


este permitió y fomentó un mejor trabajo en equipo. Toda la organización entre el
equipo fue adecuada y esto facilitó su elaboración. Considero que todos tuvieron
una participación excelente y se logró un aprendizaje más profundizado en cuanto
al tema de reducción abierta y fijación interna en fracturas.

Las investigaciones previas nos llevaron a la búsqueda de información


exhaustiva, permitiendo que se comprendiera de una mejor manera la
fisiopatología, tipos, clasificación, signos y síntomas, tratamiento e intervenciones
para los pacientes con fracturas y así poder brindar un tratamiento óptimo, cuidados
específicos y lograr una mejoría.

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Pérez Uscanga Lili Juliette.

Si bien, la enfermería se preocupa de los aspectos físicos, psicológicos, sociales y


espirituales de la persona, sin limitarse al estado de salud que diagnostica el
médico. La atención se centra en las respuestas de la persona, como un todo, al
relacionarse con el entorno, recordando el concepto de holístico. Nos esforzamos
por adaptarnos a las necesidades de las personas mediante una interrelación
personal con los individuos, las familias y las comunidades, en distintos marcos de
actuación: el propio hogar, el lugar de trabajo, ambulatorios, centros de salud y
hospitales y centros de internación prolongada.

Asimismo, la utilización del PAE resulta beneficiosa para el usuario y su familia


ya que los estimula a participar activamente en los cuidados, al estar involucrados
en cada una de las cinco fases del proceso.

Personalmente consideré este PAE muy reflexivo debido al caso clínico, en el


pude comprender una vez más que si bien, como profesionales de la salud
realizamos nuestras intervenciones, es fundamental por parte del paciente tomar
acciones para modificar hábitos que retrasan el mejoramiento de su salud, tal fue el
caso de la paciente, la cual parece no estar comprometida con el tratamiento de la
dieta ni en la movilización progresiva de la pierna, situación que empeora su post
operatorio, por lo cual hace necesaria la intervención de vínculos familiares que
ayuden al cuidado y/o conciencia de la situación.

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Tinajero Palafox Elvira.

El proceso de atención de enfermería (PAE), es la aplicación del método científico


en la práctica asistencial enfermera, lo que nos permite prestar cuidados de una
forma racional, lógica y sistemática, lo que resulta de vital importancia cuando se
trabajamos en diferentes áreas de la salud. Nos ayuda a implementar cuidados e
intervenciones para el mantenimiento de salud en los pacientes.

Con el PAE logramos realizar diagnósticos reales y de riesgo identificando las


necesidades del paciente que requerían atención inmediata de acuerdo con estas
necesidades implementando acciones para que estas fueran satisfechas de la mejor
manera.

El poder realizar el Proceso de Atención Enfermero a un cualquier paciente, sea


un paciente pediátrico o un paciente adulto, como en este caso, ha sido de gran
aprendizaje, ya que me ha permitido aplicar los conocimientos que he adquirido en
Experiencias Educativas pasadas y actuales, ya que en la realización de este
trabajo incluye la implementación de conocimientos de varias Experiencias
Educativas anteriores.

El PAE nos permite fomentar el razonamiento crítico y clínico como profesionales


y a desarrollar habilidades prácticas y teóricas de la asistencia enfermería. Me
permitió reforzar mis conocimientos anteriores y plantearme cuales serían los
diagnósticos primordiales en los cuales hay que trabajar y así implementar los
cuidados que como personal de enfermería podemos brindar a cada uno de
nuestros pacientes y así poder evitar posibles complicaciones y avance de las
enfermedades.

La aplicación del Proceso Enfermero nos guía a dar cuidado de calidad,


fomentando y previniendo posibles complicaciones en la evolución de las
enfermedades, favoreciendo la interacción entre la enfermera, el individuo o
paciente, la familia y la comunidad.

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Vicente Torres María del Rosario.

Desde mi experiencia realizando este proyecto, considero que cada miembro


adquirió conocimientos, asimismo, se realizó un buen trabajo en equipo. Por mi
parte, aprendí principalmente los cuidados que se brindan ante el presente caso
clínico, ya que el personal de enfermería cumple un objetivo y compromiso.

Es importante, identificar la existencia de eritema, calor extremo, o exudados en


la piel y las mucosas en cada turno, observar si hay cambios en el nivel de movilidad
o malestar durante el ingreso, vigilar la aparición de síntomas relacionados con la
trombosis venosa profunda (signos de mala circulación en la extremidad afectada,
edema en la parte distal, dolor, administrar cuidados del sitio de incisión cada 48
horas hasta el momento del alta, cambiar el apósito según la cantidad de exudado
cuando sea necesario mediante la valoración de la herida en cada turno y mantener
una técnica de vendaje estéril cada vez que se realicen los cuidados de la herida.
Administrar cuidados del sitio de incisión cada 48 horas hasta el momento del alta.

Cambiar el apósito según la cantidad de exudado cuando sea necesario


mediante la valoración de la herida en cada turno y mantener una técnica de vendaje
estéril cada vez que se realicen los cuidados de la herida. Asimismo, los
tratamientos son específicos y pues todo va dependiendo de la evolución del
paciente ante la fractura.

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30
8.ANEXOS.

8.1. FORMATO DE RAZONAMIENTO DIAGNÓSTICO.

31
32
8.2. HISTORIA NATURAL DE LA ENFERMEDAD.

33
8.3. APOYOS PARA LA ENSEÑANZA.
Esquema de vacunación.

Fracturas.

34
Tipos de fracturas.

35

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