Ensayo - Eddh - Derecho

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA


EDUCACION

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE


LOS LLANOSOCCIDENTALES
“EZEQUIEL ZAMORA”

ENSAYO - EDDH - DERECHO

Facilitadora: Participantes:

Dra. Mariela Reimundo Víctor Flores


C.I. 15219560

Carly Bocaney
CI: 16.158.655

Angel González
CI: 13.602.978

SAN CARLOS 24 DE SEPTIEMBRE DEL 2023


Introducción

Estado, la Democracia y los Derechos Humanos son tres pilares fundamentales de la


sociedad moderna que están intrínsecamente entrelazados.

El Estado, como entidad soberana que ejerce el control de un territorio y su población,


juega un papel crucial en la promoción y protección de la democracia y los derechos
humanos.

La Democracia, por su parte, es más que un simple sistema de gobierno; es una forma
de vida y un marco de interacción social que promueve la participación ciudadana, la
igualdad y la libertad. Este sistema de gobierno permite a los ciudadanos tener una voz
activa e influyente en las decisiones que afectan sus vidas.

Los Derechos Humanos son aquellos derechos inherentes a todos los seres humanos,
independientemente de su raza, sexo, nacionalidad, etnia, idioma, religión, u cualquier
otra condición. Estos derechos son fundamentales para garantizar la dignidad y el valor
de cada individuo.

El Estado, en su rol de garante, debe asegurar la democracia y proteger los derechos


humanos. De esta manera, estas tres entidades se apoyan mutuamente y juntas forman
la estructura de una sociedad justa y equitativa.
Estado. Se refiere al principio de gobernanza por el que todas las personas,
instituciones y entidades, públicas y privadas, incluido el propio Estado, están
sometidas a leyes que se promulgan públicamente y se hacen cumplir por igual y se
aplican con independencia, además de ser compatibles con las normas y los principios
internacionales de derechos humanos. Las instituciones políticas regidas por dicho
principio garantizan en su ejercicio la primacía e igualdad ante la ley, así como la
separación de poderes, la participación social en la adopción de decisiones, la legalidad,
no arbitrariedad y la transparencia procesal y legal, históricamente el Estado de derecho
apareció cuando en los estados modernos se luchó para que la personalización del poder
del monarca diera paso a una organización política y administrativa regida por formas
jurídicas establecidas con normas que la sociedad avale.
Estado de derecho contempla los siguientes puntos:
 La estructura formal de un sistema jurídico y la garantía de libertades
fundamentales a través de leyes generales aplicadas por jueces independientes
(división de poderes)
 Libertad de competencia en el mercado garantizada por un sistema jurídico;
 División de poderes políticos en la estructura del Estado
 La integración de los diversos sectores sociales y económicos en la estructura
jurídica.

Democracia. Es una forma de organización social y política presentada en


el Platonismo y Aristotelismo que atribuye la titularidad del poder al conjunto de
la ciudadanía. En sentido estricto, la democracia es un tipo de organización
del Estado en el cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante
herramientas de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus
representantes. En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en
la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen
conforme a mecanismos contractuales.
Hay democracia indirecta o representativa cuando las decisiones políticas son
adoptadas por personas reconocidas por el pueblo como sus representantes.

Hay democracia participativa cuando se aplica un modelo político que facilita a los
ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse de tal modo que puedan ejercer
una influencia directa en las decisiones públicas o cuando se facilita a la ciudadanía
amplios mecanismos plebiscitarios consultivos.

Finalmente hay democracia directa cuando las decisiones son adoptadas directamente
por los miembros del pueblo, mediante plebiscitos y referéndums
vinculantes, elecciones primarias, facilitación de la iniciativa legislativa popular y
votación popular de leyes, concepto que incluye la democracia líquida.

Estas tres formas no son excluyentes y suelen integrarse como mecanismos


complementarios en algunos sistemas políticos, aunque siempre suele haber un mayor
peso de una de las tres formas en un sistema político concreto.

Derechos Humanos. Los derechos humanos, abreviado como DD. HH, son aquellos
instrumentos fundamentados en la dignidad humana que permiten a las personas
alcanzar su plena autorrealización. En consecuencia subsume aquellas libertades,
facultades, instituciones o reivindicaciones relativas a bienes primarios o básicos que
incluyen a toda persona, por el simple hecho de su condición humana, para la garantía
de una vida digna y la satisfacción de sus necesidades, sin distinción alguna
de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra
índole, origen nacional o social, posición económica o cualquier otra condición- Desde
un punto de vista más relacional, los derechos humanos se han definido como las
condiciones y normas básicas que procuran crear una relación integrada de
la persona con la sociedad y que permite a los individuos ser personas jurídicas,
identificándose consigo mismos y con los demás. En este sentido, los derechos
individuales, que un individuo posee en calidad de sujeto jurídico por el simple hecho
de haber nacido se diferencia de los derechos colectivos, cuyo sujeto es un grupo social.
Estado, Democracia y Derechos Humanos. Democracia y derechos humanos han
sido históricamente tratados como fenómenos distintos y que todavía hoy remiten a
esferas políticas diferentes: uno se refiere a la organización del gobierno, otro a la
protección jurídica del individuo en su singularidad. Uno más orientado a las
instituciones que ordenan la vida pública, otro al orden jurídico que garantiza a los
individuos las condiciones mínimas de una vida digna. Mientras el término “humanos”
impone un reconocimiento naturalmente universal, correspondiendo su regulación a las
instancias internacionales, la democracia necesariamente se circunscribe al ámbito
interno de los Estados, ya que está limitada por la idea de soberanía. La problemática
es aun reforzada por la separación de ambos los temas a entornos científicos distintos,
uno a las ciencias políticas, otro a las ciencias jurídicas, dos áreas que tradicionalmente
muy poco se comunican, la relación entre democracia y derechos humanos ha sido en
diversas oportunidades proclamada como simplemente empírica o complementaria, al
revés de ser considerada como la decurrente de una unidad orgánica. Así, es bastante
común escuchar que “la democracia es el sistema que más beneficia a la defensa de
los derechos humanos”, o que “la democracia debe ser complementada por la
promoción de los derechos humanos”, como si éstos fuesen algo a ser añadido a
aquella y que, en caso de que así no se lo haga, supondrían un “peligro para la
democracia”. Estas visiones de la democracia, demasiadamente restrictivas, que ya
deberían ser consideradas superadas en el espacio académico y científico, siguen
reflejando muchas de las iniciativas actualmente promovidas en escenario
internacional.

Una primera aproximación a las ideas de democracia y derechos humanos, según


concebidas en la actualidad, podría llevarnos a precipitadamente concluir que tanto una
como otra disfrutan de considerable grado de aceptación, sea por parte de la mayoría
de los países del Occidente, América Latina, en particular, sea por parte de los
principales actores de la cooperación internacional, organismos intergubernamentales,
no gubernamentales, bien como agencias bilaterales de desarrollo. Sin embargo,
entendemos que la intolerable magnitud de las desigualdades sociales que condenan
ciertos colectivos a la completa y en muchos casos irremediable marginación, el
reclamo por soluciones urgentes para muchos problemas que están en definitiva
relacionados con la democratización y con el respeto de los derechos humanos, o bien
la ineficacia de algunas iniciativas de la comunidad internacional en estos ámbitos,
demuestran la necesidad de retroceder a un debate teórico que busca elucidar la relación
existente entre democracia y derechos humanos, aclarando así las bases en las que se
asienta el déficit democrático de la actualidad.

La Relación entre Democracia y Derechos Humanos. Tras presentar las reflexiones


en torno a la problemática conceptual que acompaña el pensamiento democrático desde
su surgimiento hasta la época actual – concluyendo, finalmente, que el concepto de
democracia sólo puede ser trasladado al ámbito internacional, es decir, sólo puede
pretender conformar un discurso “cosmopolita” o “universal”, si formulado en torno a
la expresión de los principios democráticos en perjuicio de su análisis rigurosamente
instrumental, ya que la modalidad institucional por la que se manifiesta una democracia
depende de las especificidades de la región en la que se apliquen dichos principios, Se
podría argumentar, además, que la voluntad individualizada está efectivamente
reconocida en la autonomía colectiva, a la medida que a todos es concedida oportunidad
de manifestarse. La diferencia que establece Rousseau, entre la “voluntad de todos”
y la “voluntad general”, no llega a descalificar la expresión del querer individual en
la autonomía colectiva, apenas atenta para la posibilidad de una influencia indeseable
que puede conllevar a errores a la hora de tomar una decisión (Rousseau, 1995,
p.41). Otra cosa es que los métodos empleados al procesamiento de las decisiones
colectivas no sean eficaces, lo que caracteriza una de las principales deficiencias
institucionales de las democracias actuales

Importa mencionar, sin embargo, que entendemos que la relación entre la democracia
y los derechos humanos no debe estar restringida a los derechos civiles, políticos,
económicos, sociales y culturales, sino que debería más bien abrazar todas las
innovaciones que surgen en el discurso internacional,
La Democracia y los Derechos Civiles y Políticos. A través del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, son consolidados en el Derecho Internacional
los derechos de 1ª generación, el pacto se refiere a derechos tales como la libertad
de circulación, la igualdad ante la ley, el derecho a un juicio imparcial y a la
presunción de inocencia, la libertad de pensamiento, conciencia y religión, la
libertad de opinión y expresión, el derecho de reunión pacífica, la libertad de
asociación y participación en la vida pública y en las elecciones y la protección de
losderechos de las minorías. De esta forma, el estudio de la relación entre
la democracia y los derechos civiles y políticos conlleva al cuestionamiento de
qué derechos deben ser garantizados para la realización de los principios
democráticos antes mencionados, es decir, la libertad política y la igualdad
política.

El planteamiento nos llevaría a identificar qué condiciones deben ser respectadas


para que las instituciones políticas sean consideradas democráticas y esto, a la
vez, nos remite al análisis del grado de incorporación de los principios
democráticos en los instrumentos o mecanismos adoptados para establecer el orden
político elegido o, lo que es lo mismo, al análisis de los derechos que deben ser
garantizados para que las voces de las personassean consideradas en las decisiones
referentes a temas públicos. Aquí, los derechos civiles y políticos reclaman
particular protagonismo, pues sin laslibertades individuales no hay participación
política viable.

Así, los derechos civiles y políticos son necesarios para la realización de los
principios democráticos, pero no establecen con ellos una relación extrínseca,
complementaria, sino que estos principios, llevados a cabo, se materializan en
algunos de los derechos mencionados (el derecho a la libertad de expresión, de
reunirse en asociación, de movimiento etc.), formando una relación más bien
intrínseca.
La Democracia y los Derechos Económicos y Sociales. Con el Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales se buscó atender al llamado de la
igualdad de la Revolución Francesa, albergando así los derechos entendidos como de
2ª generación, inspirados en las bases sociales de la política del Welfare State,
llevados a cabo a finales del siglo XIX y comienzos del XX.

En este documento están tutelados internacionalmente tres tipos de derechos:

 El derecho al trabajo en condiciones justas y favorables.

 El derecho a la seguridad social, a un nivel de vida adecuado y a los niveles


más altos de bienestar físico y mental que se puedan lograr.

 El derecho a la educación y al disfrute de los beneficios de la libertad cultural


y el progreso científico.

Con esto, podemos concluir que el ejercicio de los derechos inherentes a la igualdad
política – derechos económicos y sociales, no solo afectan directamente a los derechos
que advienen de la libertad política, derechos civiles y políticos, sino que dan también
contenido a esta libertad, inexistente en los casos de supresión de algunos recursos
básicos que deberían ser al menos puestos al alcance del individuo. Dando un paso
adelante, podríamos también concluir que la violación de los derechos económicos y
sociales se enmarca en la propia esfera de la autodeterminación, que sirve de base
sólida tanto para el pensamiento democrático como para el discurso de los derechos
humanos, estableciéndose una relación igual intrínseca entre la democracia y los
derechos económicos y sociales a la medida que la primera se ve afectada, también
“indirectamente”, por la no realización de dichos derechos. Y esto se debe a que, por
un lado, la inseguridad de una sociedad desestructurada, sea económica sea
socialmente, hace con que el acuerdo democrático se vea amenazado por un gobierno
basado en la coerción.

Es decir, que algunos de los derechos económicos y sociales afectan a la realización


de los principios democráticos tanto a la libertad política, como a la igualdad política.
La Democracia y los Derechos Culturales.
Hay dos tipos de derechos culturales que deben ser distinguidos.

 El derecho a la educación y a los beneficios de la ciencia, tema que está muy


relacionado con los derechos económicos y sociales.

 La cultura como un derecho humano, que ahora nos pasa a interesar, está
incorporada a la normativa internacional como un derecho de las minorías para
que disfruten de su cultura particular y diversificada.

A partir de estas consideraciones, resulta factible sostener que la relación entre


democracia y los derechos culturales exige una reformulación de la visión conceptual
usualmente aceptada en Occidente, sea de los derechos humanos en su conjunto, en
cuanto unidad indivisible que por ende nos remite a la idea correspondiente al respeto
igualitario de las diferencias humanas, sea de la democracia y de sus instrumentos,
siempre que se pretenda alcanzar una fórmula incluyente, configurando, en los dos
casos, una puerta abierta para la innovación científica, bienvenida siempre que atenta
para la perspectiva local.
Conclusión
La relación entre el Estado, la Democracia y los Derechos Humanos es intrínsecamente
compleja y vital para el funcionamiento justo de cualquier sociedad. El Estado, como
entidad soberana, tiene el deber de proteger y promover los Derechos Humanos de sus
ciudadanos. La Democracia, por otro lado, es el vehículo a través del cual los
ciudadanos ejercen su poder y hacen oír su voz, lo que a su vez permite el respeto y la
promoción de los Derechos Humanos. Sin embargo, este equilibrio puede ser frágil y
depende de una participación activa y una vigilancia constante por parte de los
ciudadanos, así como de un compromiso firme por parte del Estado para mantener su
responsabilidad ante el pueblo. En resumen, el Estado, la Democracia y los Derechos
Humanos son tres pilares interdependientes que, cuando funcionan en armonía,
permiten una sociedad justa, equitativa y libre.
Referencias

BEETHAM, David. Democracy and human rights. Reino Unido: Polity Press, 1999.
BILBENY, Norbert. Democracia para la diversidad. Barcelona: Ariel, 1999.

BOBBIO, Norberto. Igualdad y libertad. Barcelona: Paidós, 1993.

DAHL, Robert A. Prefacio la democracia económica. Buenos Aires: GEL, 1990.


DAHL, Robert A. La democracia y sus críticos. Barcelona: Piadós, 1992.

DAHL, Robert A. La poliarquía. 2. ed. Madrid: Tecnos, 1997.

GARCÍA CORATELO, Ramón y Juan Luis Paniagua Soto (comps.). Introducción a la


ciencia política. Madrid: IMPRESA, 1991.

GÓMEZ ISA, Felipe. El derecho al desarrollo como derecho humano. Derechos


humanos y desarrollo. España: Mensajero, 1999.

HELD, David. Modelos de democracia. 4. ed. Alianza: Madrid, 2001.

HUNTINGTON, Samuel P. El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden


mundial. Paidós: Barcelona, 1997.

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