4 TextoCoherencia Cohesion Recursos Adecuacion

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 25

El concepto de texto

La palabra “texto” proviene del latín texo, texui, textum, que significa “tejido” o
“entrelazado”, de modo que en el origen mismo de la idea del texto se encuentra
su capacidad para contener ideas en un hilo o una secuencia de caracteres.

Cada vez que se utiliza el lenguaje se produce un texto, el cual puede ser definido
como una unidad de lenguaje en uso (Halliday y Hasan, 1976). El texto es
producto de una actividad verbal de carácter social, lo que implica destacar en
él la intención del emisor, la situación de comunicación en la que se produjo y su
carácter estructurado. Es decir, un texto es un entretejido de significaciones que
pueden reducirse a un significado global, por lo cual se lo considera una unidad de
comunicación. Así, un texto consiste en una serie de enunciados entrelazados y
ordenados sobre la base de un argumento (explicativo, narrativo, descriptivo, etc.),
empleando para ello un sistema concreto de signos, que llamaremos lenguaje, y,
dentro de dicho sistema, un código concreto que llamaremos lengua.

La palabra texto describe un conjunto de enunciados que permite dar un mensaje


coherente y ordenado, ya sea de manera escrita u oral. Se trata de una estructura
compuesta por signos y una escritura determinada que da espacio a una unidad
de sentido. Cada texto posee una cierta finalidad comunicativa: por medio de sus
signos busca transmitir un cierto mensaje que adquiere sentido de acuerdo con
cada contexto. Un texto se caracteriza por 1) la finalidad comunicativa
(pragmática); 2) la coherencia (semántica); 3) su cohesión (gramatical y léxica); y
4) la adecuación (debe estar en condiciones de llegar a su lector ideal).

Anclados en un modelo cognitivo-comunicativo de la lingüística textual


(Heinemann, 2000, citado en Ciapuscio y Kuguel, 2002), concebimos al texto
como un objeto dinámico y complejo. Dinámico, en tanto producto construido a
partir de un proceso interactivo entre enunciador y enunciatario. Complejo, puesto
que es una estructura multidimensional, resultado de una variedad de operaciones
psíquicas interrelacionadas, en que se manifiestan los sistemas de conocimiento
de los hablantes: el conocimiento lingüístico, el conocimiento enciclopédico, el
conocimiento accional y el conocimiento sobre clases textuales. Esta perspectiva
permite considerar al texto desde el punto de vista del producto (el texto como
resultado de la comunicación lingüística) y desde el punto de vista del proceso (la
producción propiamente dicha).

¿Qué implica escribir un texto?


Producir un texto es una actividad compleja que requiere procesos lingüísticos y
no lingüísticos. En cuanto acto comunicativo, involucra al que escribe (emisor), a
la audiencia de lectores (receptores) y resulta, obligatoriamente, un producto
tangible (escrito en papel o disponible en formato digital) que ha de reunir ciertas
condiciones de calidad; o sea, debe ser coherente, cohesivo y adecuado a los
propósitos comunicativos. Escribir un texto implica tener en claro a quién, para
qué, sobre qué y cómo escribimos.

Por otra parte, producir un texto implica poner en juego varios sistemas de
conocimientos interrelacionados:

Conocimeinto
enciclopédico

Conocimiento Conocimiento
del género TEXTO lingüístico

Conocimiento
interaccional

1) conocimiento enciclopédico (conocimiento sobre el mundo)


2) conocimiento lingüístico (léxico y gramática)
3) conocimiento interaccional-situacional (quién produce el texto, a quién está
dirigido; cuál es la relación entre los interlocutores; cuáles son los
parámetros espacio-temporales; cuáles son las características
institucionales)
4) conocimiento sobre los géneros discursivos o clases de textos
(características prototípicas de las secuencias textuales)

Para redactar se realizan tres actividades: planificar, traducir ideas a palabras y


revisar. Al planificar anticipamos lo que escribiremos; al traducir ponemos en
palabras aquello que queremos decir, y al revisar repasamos lo escrito para
verificar si efectivamente convertimos en palabras lo que queríamos decir, tanto en
contenido como en forma. Estos procesos son pensados, no como etapas
sucesivas sino como momentos recursivos, es decir, momentos que se
superponen, se repiten, y vuelven sobre sí mismos una y otra vez.

planificar textualizar revisar

planificar

textualizar

revisar

planificar
¿Qué implica escribir un texto académico?
Los diversos textos que circulan en la comunidad académica comparten rasgos de
escritura comunes que permiten ordenar el intercambio comunicativo. Un escritor-
lector aprende progresivamente a tener en cuenta esos rasgos en función de
poder resolver la comunicación en la tarea del estudio y de la investigación.
Escribir un texto académico implica prestar especial atención a las convenciones
que rigen la redacción de los trabajos académicos. Estas aparecen en forma de
instrucciones explícitas a autores en los medios de publicación, en libros de estilo
de la especialidad o en las indicaciones que dan los profesores al encargar un
trabajo. Son indicaciones que orientan las decisiones retóricas que debe tomar el
escritor.

Escribir un texto académico implica trabajar tanto con los aspectos de contenido
como con las cuestiones retóricas. Además, requiere, por parte del escritor
adoptar una postura crítica que le permita ir reformulando ideas y texto, para
generar una transformación del conocimiento. Asimismo, es fundamental conocer
las prácticas discursivas de la comunidad específica a la que pertenece la
audiencia para poder leer el texto como otro miembro de dicha comunidad, para
anticipar las posibles críticas y revisar el texto en profundidad. En la redacción
científica hay que conocer a fondo qué problemas se han tratado hasta el
momento, hacia dónde se dirige la disciplina y qué autores son los más influyentes
(Bazerman, 1988). El estilo que se espera de un texto académico es el que facilite
la concreción del objetivo básico de comunicación que este tipo de textos supone:
exponer información de carácter científico-técnico. Por eso, la expresión debe
tender a la precisión, a la claridad y a la objetividad. Desde el punto vista del
léxico, es conveniente usar términos precisos y tener en cuenta que cada
disciplina científica cuenta con una terminología o lenguaje especializado, cuyo
conocimiento y uso permitirá al escritor evitar la ambigüedad natural de la lengua
estándar.
A partir de lo anterior, se presenta una serie de fases y actividades que debe
implementar el escritor durante el proceso de redacción. (Adaptado de Tolchinsky,
2013, pp. 23-24).

1. Preescritura (planificación): en primer lugar, el escritor debe saber qué, a


quién y para qué se redacta (tópico, audiencia y propósitos). Luego debe elaborar
un esquema con las ideas que tenga en mente y de otras que circulen en la
información bibliográfica; además, debe ser consciente de que durante todo el
proceso de escritura irán apareciendo nuevas ideas, que tendrá que incorporar o
desechar. Asimismo, debe indagar acerca de las convenciones genéricas
requeridas para el texto que se propone redactar.

2. Borrador (traducción): el autor debe traducir sus ideas en palabras, frases y


párrafos; debe interrogarse sobre lo que sabe y piensa sobre el tema. Al organizar
su pensamiento, también irá modificando el borrador.

3. Revisión (repaso): el escritor debe ganar objetividad respecto del texto, ya que
es esencial que en esta fase piense cuáles son las expectativas y necesidades de
la audiencia. El texto no se debería “solidificar”, ya que, de ser necesario, se debe
generar el espacio para introducir cambios que lo enriquezcan.
4. Edición: el escritor debe revisar cuestiones ortográficas, ortotipográficas,
léxicas, gramaticales y de formato.

El enunciado, el enunciador y el enunciatario


Enunciado

Enunciador

Enunciatario

Los términos enunciado, enunciador y enunciatario implican algo más que


pertenecer a la misma familia de palabras. Se trata de “fenómenos” que se
manifiestan discursivamente y es allí donde se los puede reconocer y analizar
(Nogueira, 2003). Benveniste (1966) en su trabajo Problemas de lingüística
general analiza el concepto del habla, lo llama discurso o enunciación y lo define
como el acto del sujeto de producir enunciados a partir de la lengua.

El enunciado es un producto concreto de la acción de la enunciación, de la acción


de enunciar (decir oralmente o por escrito algo). El enunciado es la unidad de
análisis del discurso; es el espacio común donde se construyen de manera
simultánea los niveles de la significación y del sentido. Un enunciado puede ser
descompuesto en conjuntos parciales, llamados “secuencias”. Cada secuencia es
una unidad parcialmente autónoma y tiene una forma determinada y un sentido
que adquiere al ser enunciada. Los tipos de secuencias son formas relativamente
estables y poseen una estructura semántica textual reconocida por quienes
emplean esa lengua.

El enunciador no es una persona, sino que es una construcción interna al texto,


una figura creada por el propio enunciado, un “punto de vista”. Un escritor
competente debe saber manejar las marcas o huellas del enunciador, tanto para
evitar que se produzcan confusiones en relación con el enunciador construido (si
quiere identificarse) como para provocarlas (si quiere enmascararse). El
enunciador puede incorporar otros enunciadores, otras voces, a su discurso de
modo que le da a su enunciado un carácter dialógico, polifónico.

El enunciatario es, como el enunciador, un sujeto discursivo, previsto en el


interior del enunciado, es la imagen del destinatario que el enunciador necesita
formarse para construir todo enunciado. El enunciatario es otra representación y
construcción que se reconoce en un enunciado. Es a quien se apela, a quien se
ubica en un lugar a través de referencias directas o a partir del propio estilo. Los
buenos escritores toman en consideración la figura del enunciatario antes de
escribir, es decir, deben imaginar su audiencia y el modo en que la interpelarán. La
figura del enunciatario es construida definitivamente durante el propio proceso de
escritura.

La coherencia
La coherencia es fundamental para establecer la relación lógica entre las ideas de
un texto, logrando que se complementen unas con otras. La coherencia puede
caracterizarse como la intersección del conjunto de relaciones gramaticales y
contextuales que hacen posible que un texto sea comprendido y, en consecuencia,
interpelado. El texto, por naturaleza, es una unidad coherente. Uno de los
elementos que permite establecer el grado de coherencia es la cohesión, ya que
posibilita determinar relaciones internas entre los recursos léxico-gramaticales que
lo comprenden.

La coherencia es la relación semántica que se da entre los


conceptos que subyacen bajo la superficie del texto y que forman
una configuración que produce significación (Marín, 2013a: 35).

Sosa y Conti (1997) sintetizan que la coherencia es una característica de todo


texto, y que supone:
- En un sentido amplio: la ausencia de contradicción lógica.
- En sentido estricto: el requisito de que las oraciones que lo integren puedan
situarse dentro de él de manera que todas y cada una sean aceptadas como
posibles. Esto hace que sea necesaria la reaparición de ciertos contenidos a lo
largo del texto: por lo menos una oración debe apoyarse en alguna de las
anteriores para lograr la comprensión total.
Las autoras también aclaran que la coherencia implica la relación entre las partes
de un texto y no la suma ni la sucesión lineal de las oraciones que la integran.

Ejemplo:

- El primer navegante en llegar a la Isla de Pascua fue el holandés Roggeveen,


el día de Pascua del año 1722.
- El holandés Roggeveen y los demás navegantes no pudieron dar crédito al ver
las descomunales estatuas modeladas en piedra volcánica.
- Las descomunales estatuas miden entre 10 y 20 metros.
- Las descomunales estatuas pesan alrededor de 50 toneladas.
- Se encontraron junto a las descomunales estatuas, tablillas de madera con
inscripciones aún no descifradas.
- Los pascuenses olvidaron el significado de las estatuas y las tablillas.

Esta serie de oraciones NO conforman un texto, ya que no hay relación coherente


entre ellas. Sin embargo, en el siguiente texto sí la hay:

El primer navegante en llegar a la Isla de Pascua fue el holandés Roggeveen, el


día de Pascua del año 1722. Ni él ni los demás navegantes pudieron dar crédito
al ver las descomunales estatuas modeladas en piedra volcánica. Estas figuras
miden entre 10 y 20 metros y pesan alrededor de 20 toneladas. También se
encontraron, junto a ellas, tablillas de madera con inscripciones no descifradas.
El enigma es mayor pues los pascuenses mismos olvidaron el significado de
todo aquello.

Las oraciones, entonces, deben unirse entre sí gramatical y conceptualmente, de


modo que permitan la comprensión, la cual se logra por lo que se dice y por todo
lo que queda implícito en el texto.
La mayoría de los autores distinguen dos tipos de coherencia:
- coherencia superficial o cohesión
- coherencia profunda o, simplemente, coherencia

Es importante destacar que el texto no es meramente una suma de cláusulas, sino


que es lo que se conforma a partir de las relaciones entre las cláusulas. La suma
de las cláusulas supone simplemente adición de una cláusula a continuación de la
otra; el texto, en cambio, se organiza a partir de relaciones semántico-pragmáticas
(representadas por la cohesión, el registro y el género) que permiten establecer
grados de coherencia.

La coherencia se da en tres niveles: 1) en el nivel global o macroestructura,


referida a las relaciones jerárquicas que mantienen entre sí las secuencias de
proposiciones. Para que un texto se reciba como una unidad de comunicación ha
de poseer un núcleo informativo fundamental, que es el asunto del que trata
o tema. La macroestructura textual, es, entonces, un concepto cercano al de tema
o asunto del texto; si una secuencia de oraciones carece de tema global o
macroestructura, el conjunto es percibido como una sucesión de enunciados
incoherentes, y, por lo tanto, no llega a constituirse como texto. La
macroestructura, en este sentido, es un mecanismo de coherencia textual; 2) en el
nivel local o microestructura, constituida por las relaciones lineales entre las
proposiciones; en otras palabras, la microestructura textual se refiere a cada una
de las ideas principales o proposiciones) que, relacionadas entre sí
semánticamente, logran dar soporte a la idea general de un texto; y 3) en el nivel
pragmático, que guarda relación directa con el conocimiento de la situación o
contexto comunicativo.

Así, podemos afirmar que la coherencia es un concepto más abarcador que la


cohesión, ya que se relaciona con las estructuras que organizan la información
semántica, las cuales permiten asignarle un sentido al texto. No es una propiedad
inherente a los textos mismos, sino una actividad por medio de la cual un lector
asigna significado y función al discurso.
Como señalamos más arriba, la coherencia es la adecuación a la situación
comunicativa en la que tiene lugar, es decir, la consistencia en registro. La
consistencia en registro se manifiesta a través de tres factores:

 campo: es la acción social en que se produce el texto, lo que se está haciendo


en ese momento, el marco institucional en que se inserta el texto (dar una
clase, exponer los resultados de una investigación, disertar ante expertos en un
área disciplinar determinada, etc.). En este caso, el “tema” es un aspecto clave.
 tenor: es el conjunto de relaciones sociales que existen entre los participantes
(docente-alumno, jurado-tesista, audiencia-expositor, etc.). Incluye ubicación,
género y acontecimiento. Asimismo, debemos considerar al emisor y al
receptor.
 modo: es el canal por el que se transmite el texto. Esto incluye el medio (oral,
escrito), el tipo de texto (expositivo, argumentativo, narrativo, conversacional,
etc.) y el registro (la variedad del dialecto elegido).
(Extraído de Clérici, 2012)

Adecuacion Lexica:

Para poder trabajar la adecuación, deben ver el siguiente fragmento de Crónica


TV Puede encontrarse en: https://www.youtube.com/watch?v=c2umE9hCmnU
¿Qué es lo que vuelve extraña, prácticamente bizarra, esta entrevista periodística?
Evidentemente, hay algo en ella que no es esperable: en el contexto de un
accidente vial, no es adecuado que una periodista indague al accidentado cuando
todavía está tendido en el piso y visiblemente lastimado junto a su moto destruida.
Por eso, todas las preguntas de la periodista resultan inadecuadas porque lo
esperable sería dejar al hombre tranquilo hasta que esté en mejores condiciones
de salud.
Miren ahora este otro video donde se entrevista a Charly García y analicen qué
frases resultan inadecuadas al contexto y por qué. Puede encontrarse en:
https://www.youtube.com/watch?v=iXnBpBpI1JU
El hecho de que ustedes puedan detectar cuáles son las informaciones
inadecuadas, habilidad que se reconoce como parte de la intuición del texto, es un
factor muy relevante dentro de la capacidad de comprensión textual. De hecho, se
sabe que a los malos comprendedores les cuesta mucho detectar si hay
elementos inadecuados, o incluso inesperados, para un determinado texto inserto
en cierto contexto. Por ejemplo, un mal comprendedor podría tener dificultades
para determinar qué información no es esperable en el siguiente texto de Felipe
Pigna adaptado en el que se describen las costumbres en la Antigua Grecia:
El padre decide En Grecia, cuando las madres daban a luz, le presentaban el
bebé al padre. Si este consideraba que era débil o enfermo, podía rechazarlo.
Estos bebés, en la mayoría de las ciudades griegas, eran abandonados en lugares
especiales adonde acudían otros padres para adoptarlos. Si no tenían suerte, era
un bajón porque se los vendía como esclavos. En Esparta, en cambio, estos niños
estaban en el horno ya que eran eliminados. Los arrojaban desde lo alto del monte
Taigeto.

El profesor era polaco, traía un castellano de escuela y biblioteca, trabajaba en


una multinacional cerca del Obelisco y lo contaba así: “Yo escuchaba „pendejo‟ de
aquí, „pendejo‟ de allá. No entendía hasta que pregunté y me tradujeron: quería
decir „chicas‟. Perfecto, perfecto. Feliz con mi nueva palabra entre los dientes bajé
con mis dos secretarias en el ascensor. Me despedí de ellas en voz alta en el hall
de la corporación: „¡Chau, pendejas!‟” Los alumnos, todos hispanoparlantes, nos
reímos. No estaba mal, pero estaba mal. Porque no alcanza el diccionario para
hablar. Un error de registro de lengua ─es el caso─, te deja offside. Y hablar es
hablar en contexto: con alguien determinado, con las relaciones que nos unen con
ese alguien, en un lugar, en un momento. No es igual “pendejas” que “chicas”, no
quiere decir lo mismo: el registro también tiene significado, da cuenta de quién es
quién y dónde estamos. Las secretarias se podían haber ofendido: ¿quién es el
jefe para hablarles ASÍ?
Extraído de: https://www.clarin.com/ideas/morfar-gobierno-
ciudad_0_HyWZTDOPme.htm
La adecuación, entonces, tiene que ver con distintas elecciones lingüísticas que
hace el hablante en función del contexto situacional social. En una situación como
la que se describe en esta anécdota, un hablante nativo de español jamás hubiera
elegido la opción “pendejas”, porque esta no es adecuada al contexto de situación.
Ahora bien, ¿en qué consiste exactamente el contexto de situación? ¿Todo lo que
forma parte de la situación influye en nuestras elecciones lingüísticas?
Evidentemente, el color de las paredes, por ejemplo, difícilmente determine las
formas lingüísticas empleadas. De acuerdo con el lingüista M.A.K. Halliday (1982),
las variables o dimensiones del contexto de situación que influyen en las
características lingüísticas de los mensajes pueden resumirse mediante tres
conceptos: campo, tenor y modo.

Todos estos aspectos del contexto situacional especifican, siempre, el registro


empleado, es decir, los recursos lingüísticos asociados típicamente a una
situación que se encuentran disponibles para el hablante, o, más sencillamente, la
variación de acuerdo con el uso. Esto quiere decir que la forma final que adopta el
mensaje no se produce en el vacío, sino que las elecciones lingüísticas por las
que podemos optar, de entre todas las opciones potenciales que nos ofrece la
lengua, vienen influidas por numerosos aspectos extralingüísticos. Esta forma
lingüística abarca desde la organización textual y los patrones sintácticos hasta los
recursos léxicos y la fonología empleada. En esta clase, nos centraremos en la
adecuación léxica. Para seguir reflexionando sobre estos temas, les pedimos que
vean el siguiente video del célebre grupo Les Luthiers, “Mitología griega”, en el
que actúan Daniel Rabinovich y Marcos Mundstock: Mitología griega, de Les Luthiers
Puede encontrarse en https://www.youtube.com/watch?v=zRYdHJf7aE4&t=1s

¿Cómo podríamos comparar el registro que utiliza Mundstock con el que emplea
Rabinovich? ¿Cuál es, para ustedes, el más adecuado a la situación? Como
podemos ver, el efecto humorístico en este video surge en parte por el contraste
entre el registro de cada uno de los personajes. Por ejemplo cuando dicen:
Mundstock: La musa de la danza es Terpsícore. Rabinovich: (…) No, no la
conozco. (…) ¿De qué barrio es? ¿Cómo dirían ustedes, en otro registro, las
palabras con que Mundstock recrimina a Rabinovich cuando le dice “Ha estado
meditando fuera del recipiente”?

La cohesión
Como ya hemos expresado, para que un texto se considere tal, no puede ser
apenas una sucesión de oraciones sino que debe ser coherente y cohesivo. La
cohesión y la coherencia son dos elementos textuales que sirven para darle
sentido al texto, ofreciéndole la oportunidad al lector, de comprender lo que se
expone en el texto.

Si la coherencia es la red de relaciones semánticas inherentes al texto y le


otorga significación, la cohesión es la manifestación de esas relaciones
semánticas en el plano de la lengua, de las palabras, NO de las ideas o
significaciones (Marín, 2013a: 35-36).

Se debe tener en cuenta que, aunque la cohesión es muy importante en la


construcción de un texto, su presencia no necesariamente implica que el texto sea
coherente. Por ejemplo, en este texto no aparecen elementos cohesivos pero sí es
coherente (Marín, 2013a: 36):

Mirar el horizonte. Solo el ancho mar. Ninguna señal de vida. Desesperado


intento de recordar. Nada.

De igual manera, un texto puede tener elementos de cohesión y a la vez carecer


de coherencia:

Es un lindo día, por lo tanto me encontraré con mi hermano para ir al cine. No


me gusta ir al cine. Allí, dan películas muy divertidas.

La cohesión puede ser léxica y gramatical. Los recursos de cohesión léxica más
comunes son: la repetición, la sustitución sinonímica o antonímica, palabras de
referencia generalizada y las series ordenadas.

3.1 La cohesión gramatical


Los principales recursos de cohesión gramatical son: la referencia, la elipsis y el
uso de conectores (cohesión interfrástica).

3.1.1 La referencia
Es la relación que se establece:
a- entre elementos presentes en el interior del texto (referencia endofórica o
correferencia)
b- entre las expresiones de un texto y el contexto o situación comunicativa
(referencia exofórica)

En ambos casos se utilizan palabras de referencia o deícticos. Estas palabras son:


los pronombres personales, los demostrativos, los posesivos, los indefinidos,
enfáticos, numerales, adverbios y artículos.
Ejemplos:
1- Pedro y José son excelentes abogados. Ellos se dedican al derecho penal
(referencia endofórica: pronombre personal)

2- Pedro y José son excelentes abogados; ganar esto significa cumplir su


deseo más importante (referencia endofórica: pronombre demostrativo y
pronombre posesivo)

3- Actualmente, en España, se editan más libros de los que puede absorber


el mercado (referencia exofórica: adverbio). Muchos de ellos, por lo tanto,
están destinados a la exportación (referencia endofórica: pronombre
personal)

4- Llegué a San Martín de los Andes; no la encontré tan vacía como decían
los diarios (referencia endofórica: pronombre clítico)

5- Hoy (referencia exofórica) casi llego tarde. Los asientos eran cómodos,
pero el mío (referencia endofórica o correferencial) estaba mal ubicado
(Marín, 2013: 79)
6- Los mayas volvieron del olvido gracias a los relatos del explorador
norteamericano John Lloyd Stephens, quien los investigó a mediados del
siglo pasado y motivó a científicos y aventureros que se lanzaron a explorar
los misterios de América Central. Como su escritura no había sido
descifrada, pronto se elaboraron especulaciones disparatadas. Algunos
suponían que eran descendientes de la Atlántida. Otros aseguraban que
descendían de las tribus de Israel. Sin embargo, las misteriosas
inscripciones fueron finalmente descifradas y dieron por tierra con todas
aquellas teorías. (Sosa y Conti, 1997: 42)

Palabra de referencia Referencia


quien John Lloyd Stephens
los mayas
que Científicos y aventureros
su de los mayas
algunos científicos y aventureros
otros científicos y aventureros
todas aquellas las teorías que se mencionaron

3.1.2 La elipsis

Es la omisión (elisión) de un vocablo enunciado anteriormente. Permite evitar


repeticiones y agilizar el hilo del discurso (Sosa y Conti, 1997).

Existen dos tipos de elipsis:


a- Elipsis nominal (o sujeto contextual): se omite el sujeto porque ya se lo
ha mencionado antes, o se lo puede reconocer por la terminación del
verbo, se puede deducir con facilidad a partir del cotexto. Ejemplo:

Encontramos muchas dificultades con esta encuesta. Estaba destinada a


médicos clínicos para verificar el empleo de cierto medicamento.
En la primera oración se omite el sujeto porque la desinencia verbal lo
indica. En la segunda no se expresa el sujeto “esta encuesta” porque se lo
ha mencionado antes, para no caer en una repetición inútil.

b- Elipsis verbal (o predicado no verbal): se omite el verbo. Ejemplo:

Mi amigo, con el dinero regalado, compró un libro. Su amigo, un disco.

La coherencia implica que se perciba el texto como un todo; la cohesión supone


que las oraciones están conectadas entre sí por elementos concretos. Margarit
(2008) sostiene que “las propiedades de coherencia y cohesión no constituyen
fenómenos distintos sino integrados: un texto coherente en el nivel
macroestructural y pragmático se afirma como tal si en su representación lineal
está bien cohesionado”.

3.1.3 La cohesión interfrástica

Si entendemos el discurso como una secuencia de unidades organizadas para


expresar determinadas ideas, la claridad del mismo dependerá del correcto enlace
entre cada uno de los elementos que lo componen. Estos enlaces se denominan
“conectores”. Son nexos gramaticales que unen internamente una oración, o más
oraciones entre sí para conformar un texto (Sosa y Conti, 1997: 43). Existen dos
formas de relacionar estos elementos entre sí, la conexión y la progresión
temática.

3.1.3.1 La conexión

En este caso los elementos se encadenan a través del uso de conectores, que
establecen cuál es la relación (de causa, de contraste, de tiempo, etc.) entre los
enunciados de un texto. Los conectores son, en realidad, conjunciones,
adverbios, y otras expresiones de ligazón. En ciertos tipos de texto, como los
literarios, la conectividad puede ser menos evidente; pero en los textos
expositivos (que exponen ideas o conceptos) y argumentativos (organizan
razonamientos y conclusiones con el fin de persuadir) la conexión explícita es un
requisito ineludible, ya que el lector necesita que se le indique cuál es la relación
entre un elemento y el otro.

Marín (2013b) resume a los conectores más usuales de la siguiente manera:

 Adición: indican que un componente del texto debe ser sumado a lo que se
dijo antes

y, además, también, asimismo, además, incluso, a esto se suma, igualmente, a


su vez, más aun, es más, del mismo modo, no solo…sino también, del mismo
modo

 Condicionalidad: indican que si el primer componente es verdadero, el


segundo también lo será.

si, en caso de que, en tanto que, mientras que, de seguir así

 Causalidad: indican que uno de los componentes es una causa y el otro una
consecuencia o efecto (también pueden aparecer en el orden inverso).

porque, ya que, como, por esa razón, en consecuencia, por lo tanto, a


causa de, por esto, gracias a

 Conclusión: introducen un enunciado que cierra o resuelve lo que se ha


dicho en partes anteriores del texto.
en conclusión, para concluir, en suma, en/como consecuencia, así pues,
entonces, de modo que, por ende, por consiguiente, por lo tanto

Enumeración: indican que deben separarse ciertas partes del texto porque
forman entidades diferentes que no deben ser confundidas y que deben ser
consideradas en un cierto orden. También se denominan ordenadores de
secuencia.

en primer lugar (en segundo, etc.), primeramente, en primera instancia, ante


todo, primero, en primer término, finalmente, en último término, por último

Explicación o justificación: relacionan dos componentes del texto, de modo que


el segundo aparece como una explicación o una justificación del primero.

pues, porque, dado que, puesto que, ya que, debido a que


 Generalización o extensión: el componente del texto que está encabezado
por el conector generaliza o extiende lo que se dice en el anterior.
en general, generalmente, por lo general

 Oposición: se contraponen enunciados de orientaciones argumentativas


distintas, y prevalece el que está encabezado por el conector.
pero, sin embargo, no obstante, no solo…sino también, por el contrario, al
contrario

 Reformulación: el componente que sigue al conector corrige o redefine lo


que se dice antes.
en realidad, realmente, en verdad, de todos modos, de hecho, de cualquier
manera/modo, después de todo, en fin, mejor dicho, dicho de otro modo, es
decir, esto es, para decirlo de otro modo
 Restricción: se contraponen dos componentes o partes del texto de modo
tal que lo que está encabezado por el conector es una objeción para lo que
se ha dicho en la otra parte.
aunque, por más que, a pesar de que, aún cuando

 Temporalidad:
antes (que), posteriormente, finalmente, después (que), entonces, al principio,
ahora, en cuanto, cuando, mientras, en tanto que, luego, en el momento en que,
no bien, apenas, a medida que

3.1.3.2 La progresión temática

Consiste en el avance de la información mediante el encadenamiento de


informaciones nuevas con informaciones ya conocidas (Marín, 2013b).

En los textos, el tema se va estructurando con el agregado de nuevas


informaciones que se van encadenando con las primeras en forma de oraciones.
El texto, entonces, progresa (o avanza) a partir de:

- la información conocida, ya dada (el tema)


- la información nueva o desconocida (el rema).

Al relacionarse de diferente manera, el tema y el rema originan diferentes


progresiones temáticas.
La forma de organizar la información en un texto está correlacionada con el
lenguaje y la cultura. Las lenguas romances, entre ellas el español, se
caracterizan por la discontinuidad: a veces se deja de lado la idea principal para
desarrollar otras ideas relacionadas con ella. Por lo tanto, resulta difícil señalar un
esquema único de avance de la información en español (Sosa y Conti, 1997). Es
posible, sin embargo, indicar los tipos más frecuentes de progresión temática
(para mayor información sobre los tipos de progresión temática, consultar el
capítulo 5 de Marín (2013b):

- progresión lineal o encadenada


- progresión con tema constante
- progresión con tema derivado

Por ejemplo, el siguiente fragmento no agrega información nueva sino que repite
conceptos, además de mencionar informaciones que luego no se desarrollan
(“otras circunstancias”, “otras causas”). Es un texto en el que la información no
progresa, por lo que resulta tedioso y poco relevante (Marín, 2020):

Las migraciones y el alto índice de aumento vegetativo concurrieron para


provocar el crecimiento cuantitativo de las ciudades. Otras circunstancias
concurrían para que se produjera, en la nueva estructura social de las ciudades
que crecían, una transformación cualitativa que influiría sobre los caracteres de
la explosión urbana. Pero, de todos modos, lo más visible fue el aumento
numérico de la población. Las ciudades tenían cada vez más habitantes debido
a los que venían a instalarse en ellas y a que se producían más nacimientos que
muertes. Aunque también había otras causas para que la organización social
estallara, la gente migraba hacia las ciudades, y eso las hacía crecer en
población

Por el contrario, un párrafo bien escrito hace avanzar el texto, pero sin densificarlo
con información excesiva. Cada oración es breve pero agrega información nueva a
la definición con que se inicia el párrafo. Esto se obtiene mediante
encadenamientos, es decir que en cada oración se retoma un concepto
mencionado en la oración anterior y se le agrega una información nueva. Este
concepto puede estar repetido de modo literal o retomado mediante un sinónimo o
una construcción equivalente:

El animismo es la tendencia a explicar la naturaleza en términos de creencias y


deseos. Esos conceptos, las creencias y los deseos, forman parte de un sistema
conceptual que nos sirve para predecir, comprender, interpretar y explicar la
conducta propia y ajena. Si no fuésemos capaces de atribuir creencias y deseos
a nuestros semejantes, la conducta de estos nos sería incomprensible. Sería
como un libro escrito en un idioma extraño. Toda nuestra vida de relación se
basa en supuestos tales como que los demás –como nosotros mismos- tienen
representaciones, e intenciones, creencias, recuerdos, percepciones. Los
humanos no solo tenemos una mente, sino que sabemos que los otros humanos
la tienen. Constantemente “leemos” la mente de los otros. Los humanos vemos
el mundo con una “mirada mental”

A continuación se sugieren algunas recomendaciones para evitar el estancamiento


y lograr la fluidez al construir párrafos. Para iniciar un párrafo, es necesario
comenzar con información que puede formularse de alguna de estas formas
(Marín, 2020):

a) Al inicio, puede presentarse una información que funciona como oración


temática y que ofrece un punto de partida, un encuadre para el desarrollo
explicativo posterior. Por ejemplo:

Durante la década de 1970, la interrupción del orden constitucional y la


instauración de dictaduras militares o cívico militares fue una constante en los
países del Cono Sur. En un lapso de tres años –entre 1973 y 1976-, Chile,
Uruguay y Argentina se sumaron a Brasil (1964) en su condición de países
gobernados por dictaduras que, a pesar de sus diferencias, compartieron
algunas características: todas se plantearon en escenarios de crisis de un
modelo de desarrollo y se posicionaron frente a lo que se consideraba una
amenaza comunista o subversiva a sus sociedades en tanto capitalistas,
occidentales y cristianas.

(Porta, 1994. Una trayectoria particular: el diario Buenos Aires


Herald durante la presidencia de María Estela Martínez de Perón en Argentina)

b) Otra forma de comienzo consiste en enunciar explícitamente que esa


información inicial que se formula es un conocimiento difundido en la sociedad o
en ese ámbito de la disciplina. Por ejemplo:

Como es bien sabido, el mecanismo básico de la analogía consiste en recurrir a


un concepto familiar…

En este tipo de comienzos se suelen usar ciertas fórmulas:

Es común pensar que…


En las últimas décadas ha aparecido un gran interés por…
Frecuentemente se dice que…
Es sabido que…
Es conocido el hecho de que…
Numerosos estudios ya han demostrado…
Está ampliamente generalizado el fenómeno de…
Como es sabido…
Según recientes investigaciones…
La mayoría de los expertos están de acuerdo con…
Los estudios llevados a cabo por…
Los especialistas de… coinciden en…
Para la mayoría de los expertos…
La generalidad de los expertos…
c) Otra forma de empezar un párrafo es enunciar el punto de partida como un
estado de cosas muy general, una generalización, a partir de la cual se agregan
nuevos conceptos que se quieren desplegar. Por ejemplo:

Las patologías más importantes del páncreas exocrino, como la pancreatitis


crónica (PC) o el cáncer de páncreas, representan un gran problema de salud
pública en Europa. En la PC, el tejido acinar es sustituido por complejos
ductales. Además, es difícil mantener el fenotipo diferenciado de las células
acinares en cultivo, ya que sufren una transdiferenciación acinar-ductal.

También existen diferentes fórmulas para comenzar una generalización:

En todo el ámbito de…


En los últimos años…
Actualmente…
Está ampliamente generalizado el fenómeno de…
En la mayoría de los casos…
En la mayor parte del territorio…
En general…
Generalmente…
Está generalmente aceptado que…
Para la mayor parte de las personas…
Desde un punto de vista que abarque la totalidad de…

d) Otro punto de partida es considerar que los conceptos que se van a tratar
constituyen algo nuevo para el lector. Por esta razón el párrafo comienza con la
definición de un concepto y luego se lo despliega en una explicación que da
cuenta de sus características. Por ejemplo:

El animismo es la tendencia a explicar la naturaleza en términos de creencias y


deseos. Estos conceptos, las creencias y los deseos, forman parte de un
sistema conceptual que nos sirve para predecir, comprender, interpretar y
explicar la conducta propia y ajena. Si nos fuésemos capaces de atribuir
creencias y deseos a nuestros semejantes, la conducta de estos nos sería
incomprensible.

EJERCITACIÓN

ACTIVIDAD 1
Completar con los conectores correspondientes y clasificarlos:

a- El ñandú tiene poco desarrollados los músculos y huesos esenciales para el


vuelo; ………………………. sus patas son muy veloces y especiales para
las correrías por las llanuras ………………………. habita.
b- …………………………. el gas se calienta, aumenta de
volumen …………………………. la presión se mantiene constante.
c- - …………………………. muchos intentos, la industria ha logrado construir
un avión de transporte ……………………… logrará aterrizar y despegar un
vertical ……………………… ha sido concebido para uso
militar …………………….. también la aviación civil se beneficiará.

ACTIVIDAD 2
Clasificar los conectores que aparecen en los siguientes ejemplos:

1) Hacía frío; no obstante, decidió salir sin su abrigo.


2) No puedo acompañarte. Aparte, estoy mal de dinero.
3) No quiero ir a visitarlos mañana. Mejor dicho, no puedo porque tengo
muchísimo trabajo para terminar.
4) Juan no asistió a la reunión. De todos modos, no ocurrió nada muy
importante.
5) Próximamente se reanudarán las negociaciones. En todo caso, es lo que
afirmó una alta fuente diplomática.

También podría gustarte