Capitulo 11 'El Capital'
Capitulo 11 'El Capital'
Capitulo 11 'El Capital'
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Monsalvo Altamira Diana Laura Reporte de Lectura 11
En este subcapítulo Marx nos habla sobre lo que a primera vista refleja la mercancía
la cual menciona parece ser una cosa trivial. En cuanto al valor de uso satisface
necesidades humanas, producto del trabajo humano.
Pero una de las interrogantes es; ¿De dónde surge el carácter enigmático que
distingue al producto del trabajo y no bien asume la forma de mercancía?
Obviamente de esa forma misma.
La medida del gasto de fuerza de trabajo humano por su duración, cobra la forma de
la magnitud del valor que alcanzan los productos del trabajo; las relaciones entre los
productores,revisten la forma de una relación social entre los productos del trabajo.
El carácter fetichista del mundo de las mercancías se origina en la índole social del
trabajo que produce mercancías. Si los objetos para el uso se convierten en
mercancías, se debe únicamente a que son productos de trabajos privados
ejercidos independientemente los unos de los otros. El complejo de estos trabajos
privados es lo que constituye el trabajo social global. los productores no entran en
contacto social hasta que intercambian los productos de su trabajo. Los trabajos
privados no alcanzan realidad como parte del trabajo social en su conjunto, sino por
medio de las relaciones que el intercambio establece entre los productos del trabajo
y, a través de los mismos, entre los productores. Es sólo en su intercambio donde
los productos del trabajo adquieren una objetividad de valor, socialmente uniforme.
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Estudiante de segundo semestre de la carrera de Economía en la Facultad de Estudios Superiores
Aragón.
10 de Mayo del 2023
carácter social de la igualdad entre los diversos trabajos, sólo bajo la forma del
carácter de valor que es común a esas cosas materialmente diferentes, los
productos del trabajo.
El carácter de valor que presentan los productos del trabajo, no se consolida sino
por hacerse efectivos en la práctica como magnitudes de valor. Estas magnitudes
cambian de manera constante, independientemente de la voluntad, las previsiones o
los actos de los sujetos del intercambio. Su propio movimiento social posee para
ellos la forma de un movimiento de cosas bajo cuyo control se encuentran, en lugar
de controlarlas. Los trabajos privados son reducidos en todo momento a su medida
de proporción social porque en las relaciones de intercambio entre sus productos,
fortuitas y siempre fluctuantes, el tiempo de trabajo socialmente necesario para la
producción de los mismos se impone de modo irresistible como ley natural
reguladora.
Las formas que ponen la impronta de mercancías a los productos del trabajo y por
tanto están presupuestas a la circulación de mercancías, poseen ya la fijeza propia
de formas naturales de la vida social, antes de que los hombres procuren dilucidar
no el carácter histórico de esas formas sino su contenido. Fue el análisis de los
precios de las mercancías lo que llevó a la determinación de las magnitudes del
valor; sólo la expresión colectiva de las mercancías en dinero, lo que indujo a fijar su
carácter de valor. Pero es precisamente la forma de dinero la que vela de hecho, en
vez de revelar, el carácter social de los trabajos privados, y por tanto las relaciones
sociales entre los trabajadores individuales.
La prestación servil se mide por el tiempo, pero ningún siervo ignora que se trata de
cantidad de fuerza de trabajo personal, gastada por él al servicio de su señor. Las
relaciones sociales existentes entre las personas en sus trabajos son sus propias
relaciones personales. El trabajo colectivo, directamente socializado. (ejemplo) nos
lo ofrece la industria patriarcal, rural, de una familia campesina que para su propia
subsistencia produce cereales, ganado, hilo, prendas de vestir, etc. Estas cosas se
hacen presentes como productos varios de su trabajo familiar, pero no como
mercancías. Los trabajos (cultivar la tierra, criar ganado, hilar, tejer) son funciones
sociales, funciones de la familia y practican su propia división del trabajo, al igual
que en la producción de mercancías.
social es necesario distribuirlo. Esa distribución varía con el propio organismo social
de producción y según el nivel de desarrollo de los productores. Al mantener el
paralelo con la producción de mercancías, los medios de subsistencia están
determinados por su tiempo de trabajo, el cual desempeñaría un papel doble. Su
distribución regulará las funciones laborales y las diversas necesidades, servirá a la
vez como medida de la participación individual del productor en el trabajo común, y
también la parte individualmente consumible del producto común. Una sociedad de
productores de mercancías, cuya relación social consiste en sus productos como en
sus mercancías , relacionar sus trabajos privados, y por tanto la existencia de los
hombres como productores de mercancías.
A los hombres les interesa nuestro valor de uso, no nos incumbe en cuantas cosas.
Lo que nos concierne en cuanto cosas es nuestro valor.