Protocolo Individual Unidad 2 Mead
Protocolo Individual Unidad 2 Mead
Protocolo Individual Unidad 2 Mead
Descripción de los textos o actividades a realizar: Desarrollar las lecturas , y observar los
videos, e infografías correspondientes a la unidad 2
Palabras claves.
Aprendizaje
Habilidades
Fundamentos
Implícito
Explicito
Colaborativo
Pragmático
Stanislas Dehaene (2019) ¿Cómo aprendemos? Editorial, Siglo XXI editores. (Parte I.)
Páginas 39-83.
Para retener lo que se acaba de aprender, no basta con escuchar al profesor: es mejor hacer
preguntas, plantear hipótesis y, si es posible, llevarlo a la práctica para tratar de entender
realmente lo que se dice.
De hecho, Stanislas Dehaene explica que no hay nada que sustituya a este esfuerzo
intelectual para afianzar el conocimiento en nuestro cerebro y nuestra memoria. En este
sentido, un método de enseñanza activo contribuye a un aprendizaje eficaz.
¡Un error lo tiene cualquiera! Stanislas Dehaene afirma que tener errores puede ser
beneficioso si entendemos el motivo que ha conducido a cometerlos. Después de todo,
rectificar es de sabios.
De ahí la importancia de esta revisión o feedback, como se suele decir en inglés, para
encontrar los errores y corregirlos. Esta revisión debe ser constructiva, por lo que se debe
animar al alumnado a mejorar y nunca debe ser objeto de burla o reproche por sus fallos.
Aunque esta observación no es realmente nueva, el neurocientífico destaca el proceso de
repetición mediante el que funciona nuestro cerebro: hacemos una predicción y el error
revela una discrepancia entre esta predicción y la realidad, lo cual nos lleva a corregirnos y
hacer una nueva predicción.
Son estos ajustes sucesivos los que promueven el aprendizaje.
Wolters, C. A., Iaconelli, R., Peri, J., Hensley, L. C., y Kim, M. (2023). Mejorar el
aprendizaje autorregulado y el compromiso académico: Evaluación de un curso de
aprendizaje para aprender en la universidad. Aprendizaje y diferencias individuales,
103.
De este modo todos los niños tienen el potencial para desarrollar la competencia en una o
varias áreas, sin embargo esto solo será posible si ellos disponen de oportunidades para
explorar y desarrollar este potencial. Todos tenemos la capacidad de activar todas las
inteligencias y cultivar las habilidades respetando el propio ritmo e interés, explorando
métodos alternativos de aprendizaje en los que se aprovechen todos los sentidos para
aprender; brindando espacios estimulantes y relajados en donde a través del juego las niñas
y los niños puedan explorar y emplear todas sus fortalezas, habilidades y talentos con retos
de acuerdo a su edad. Al reconocer el potencial de las niñas y los niños, ellos se sentirán
más alegres y seguros de sus capacidades, aprenderán con mayor facilidad, mostrarán
mayor empeño, descubrirán nuevas posibilidades para actuar y tendrán mayores
experiencias de éxito. Sigman dice “Tuvimos una suerte… descubrimos, un conjunto de gente
que fue descubriendo progresivamente una suerte de telescopio que permite mirar dentro de
nuestro cerebro mientras pensamos, mientras dormimos, mientras recordamos, mientras nos emocionamos.
Tamayo Guajala, L. P., Tinitana Ordoñez, A. G., Apolo Castillo, J. E., Martínez
Avelino, E. I., & Zambrano Pérez, V. L. (2021). Implicaciones del modelo
constructivista en la visión educativa del siglo XXI. Sociedad & Tecnología, 4(S2),
364–376.
El modelo constructivista en la visión educativa del siglo XXI nos muestra el camino para
el cambio educativo, transformando éste en un proceso activo donde el alumno elabora y
construye sus propios conocimientos a partir de su experiencia previa y de las interacciones
que establece con el maestro y con el entorno.
Un mundo que está interconectado y que en tal condición se transforma de modo rápido;
un mundo que por efecto de su aceleración exige equilibrios entre el ambiente y los
mercados, que demanda sustentabilidad ambiental y económica, es una idea que, a modo de
eslogan, podemos encontrar en proyectos educativos, como parte de folletos de
instituciones que ofertan alternativas de formación, en medios de comunicación masiva; en
suma, en todas partes. Sin embargo, se trata de enunciados que han circulado, de manera
especial, en agencias e instituciones multilaterales que, como en el caso de Ocde, tienen
intereses en la educación. Este es el caso, por ejemplo, de Unesco. Para esta agencia,
Nuestro modo de encarar la condición de un mundo que ahora es más veloz es, según
este mismo orden de enunciación, a través del acceso y desarrollo de competencias.
DeSeCo, en su interés por identificar competencias claves, avanzó en “tres amplias
categorías”19: primero, competencias que aluden al uso de grandes “rangos de herramientas
para interactuar efectivamente con el ambiente: tanto físicas como en la tecnología de la
información y socioculturales como en el uso del lenguaje”; segundo, competencias
orientadas a garantizar la comunicación entre individuos, esto es, para que “puedan
interactuar en grupos heterogéneos”; tercero, competencias relacionadas con aquello que
requieren los individuos “para tomar la responsabilidad de manejar sus propias vidas”,
situarse así en contextos más amplios y “actuar de manera autónoma.
Estos tres ámbitos de competencias tienen varios rasgos comunes. Uno de ellos se
relaciona con la idea según la cual el mundo se transforma velozmente y los individuos han
de adaptarse, entonces, no al mundo, sino a la condición de cambio. En segundo lugar, el
cambio del mundo está signado, a su vez, por el cambio tecnológico. En tercer lugar, el
mundo cambiante transforma las relaciones entre los individuos, dado que fragmenta lo que
antes parecía sólido y estamos compelidos a interactuar, cada vez más, con lo diferente. En
cuarto lugar, y dadas estas cambiantes formas de la interacción, nuestra actuación en el
mundo está “sujeta a unas influencias (como la competencia económica) y a consecuencias
(como la contaminación) que no distinguen territorios locales, banderas nacionales, o
alianzas continentales. Estas características comunes de las competencias clave de la Ocde
completan el bosquejo de los enunciados generales descritos atrás y parecen encuadrar, sin
mayor necesidad de análisis, con las orientaciones de política educativa transnacional .
Piaget parte del estudio del aprendizaje desde la epistemología genética (explicación del
conocimiento y el desarrollo de la inteligencia como un proceso según fases o génesis)
considerando que el conocimiento procede de la acción ejercida sobre los objetos, es decir,
lo que hacemos con ellos.
Él no se considera empirista (el conocimiento está preformado en los objetos) ya que los
empiristas creen que el conocimiento es una copia de los objetos, sino que el conocimiento
es una interpretación según nuestras estructuras previas.
3. Operaciones concretas (se alcanza entre los 6 y 7 años). Hay una mayor consistencia
del conocimiento del objeto. Las operaciones concretas afectan directamente a los objetos
manipulables por el niño, tienen que estar ligadas al presente inmediato, el niño tiene la
capacidad de realizar operaciones mentales lógicas.
4. Operatorio formal (a partir de los 12 años). El niño puede razonar con hipótesis
además de objetos. Puede formular un conjunto de explicaciones posibles y luego
someterlas a prueba para realizar su confirmación empírica.
Barrows (1986) define al Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) como "Un método de
aprendizaje basado en el principio de usar problemas como punto de partida para la
adquisición e integración de los nuevos conocimientos". Es un método pedagógico para el
aprendizaje grupal, ampliamente difundido en Universidades de todo el mundo, tanto para
cursos de grado como de posgrado; su aplicación original fue en la Escuela de Medicina de
la Universidad Mc Master en Canadá, hace unos 56 años (década de 1960). Este modelo
trata de formar estudiantes que desarrollen la capacidad de aprender investigando durante
toda su vida con una permanente y eficaz automotivación.
Con este método, el alumno pasa de ser sujeto pasivo a implicarse activamente en la
adquisición de conocimientos. Enfrentándose a situaciones próximas a la realidad mediante
la resolución de problemas, el alumno no sólo adquiere conocimientos, sino que los retiene
mejor dado el carácter significativo del aprendizaje. Además, mediante este sistema, se
fomentan una serie de actitudes positivas hacia la adquisición de nuevos conocimientos,
aumenta la motivación y se desarrollan habilidades como la capacidad de análisis y síntesis
de la información, crítica de la misma, técnicas de interacción personal, de trabajo en grupo
y de comunicación, entre otras. Este modelo de aprendizaje contribuye también a formar en
el alumno una actitud proactiva hacia el aprendizaje permanente a lo largo de la vida, factor
que constituye uno de los pilares fundamentales de la política educativa de la Comisión
Europea.
Cognición humana y artificial. ¿El futuro del aprendizaje? 2023.
Siemens (2006) indica que quien aprende debe ser capaz de identificar y establecer la
relevancia, la cual es definida como el grado en el cual un recurso se ajusta a las
necesidades individuales. Definir relevancia es crucial, porque si ésta es determinada por
quien aprende, la motivación se incrementa. En síntesis, si es el estudiante quien determina
los recursos que satisfacen sus necesidades de aprendizaje, éste se mostrará más dispuesto
hacia los procesos de aprendizaje.
Las plataformas virtuales compatibles con los dispositivos móviles permiten el acceso a
cursos virtuales dentro y fuera de un espacio físico, adecuación con herramientas para el
desarrollo de las actividades pedagógicas como contenido multimedia, chat, mail, foros, y
en general todo tipo de archivos, tanto de contenido on-line como off-line (Márquez & Lautero, 2012).
Las teorías y métodos que se emplean en educación a distancia están orientados a potenciar
los procesos de aprendizaje de los estudiantes en los contextos cambiantes.
Bibliografía.
Stanislas Dehaene (2019) ¿Cómo aprendemos? Editorial, Siglo XXI editores. (Parte I.)
Páginas 39-83.
Enlace Web.
https://ctev.unicartagena.edu.co/arcpdf/como_aprendemos.pdf
Lluch Molins, L., & Portillo Vidiella, M. C. (2018). La competencia de aprender a aprender
en el marco de la educación superior. Revista Iberoamericana de Educación, 78(2), 59–76.
Enlace Web.
https://www.mendeley.com/catalogue/e829588c-b284-3f92-8d7f-d3dd223c9402/
Wolters, C. A., Iaconelli, R., Peri, J., Hensley, L. C., y Kim, M. (2023). Mejorar el
aprendizaje autorregulado y el compromiso académico: Evaluación de un curso de
aprendizaje para aprender en la universidad. Aprendizaje y diferencias individuales, 103.
Enlace Web.
https://sciencedirect.unicartagenaproxy.elogim.com/science/article/pii/S1041608023000274
Tamayo Guajala, L. P., Tinitana Ordoñez, A. G., Apolo Castillo, J. E., Martínez Avelino, E.
I., & Zambrano Pérez, V. L. (2021). Implicaciones del modelo constructivista en la visión
educativa del siglo XXI. Sociedad & Tecnología, 4(S2), 364–376.
Enlace Web
https://www.mendeley.com/catalogue/8052e8b3-ba55-322a-996e-cc09baba32ad/