ATB Barro en Las Manos Del Alfarero

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 25

Barro

en las manos del


alfarero

Dr. J. Vernon McGee

DEL MINISTERIO DE
Barro
en las manos del
alfarero

Dr. J. Vernon McGee

DEL MINISTERIO DE
©2023 THRU THE BIBLE RADIO NETWORK
Tercera Edición

Impreso en los Estados Unidos


Printed in the United States
Al menos que se indique lo contrario, el texto Bíblico ha sido tomado de la versión Reina-
Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina;
© renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.
Reina-Valera 1960TM es una marca registrada de la American Bible Society,
y puede ser usada solamente bajo licencia.

Radio Trans Mundial


PO Box 8700
Cary, NC 27512-8700
Tel: 1.800.880.5339

www.atravesdelabiblia.org
[email protected]

Radio Trans Mundial es el ministerio en español


de Trans World Radio
Barro en manos del
alfarero

Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Levántate


y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras.
Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba
sobre la rueda. Y la vasija de barro que él hacía se echó
a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según
le pareció mejor hacerla. Entonces vino a mi palabra de
Jehová, diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros como
este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que,
como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en
mi mano, oh casa de Israel. (Jeremías 18:1-6)

Un domingo por la noche un alfarero, quien también era


uno de nuestros radio oyentes, hizo una demostración para
la congregación en nuestro servicio de la noche. Trajo una
rueda de alfarero la cual era operada por un pedal, y sobre la
rueda puso el barro. Mientras yo daba el mensaje, él modeló
el barro y lo hizo una vasija. Fue un experimento muy sencillo,

1
A Través de la Biblia

pero yo nunca lo repetí – la congregación esa noche miraba


tan intensamente al alfarero que ¡yo creo que nadie oyó mi
mensaje!

Muchos años antes, cuando yo era un seminarista, viajando


de mi hogar en Tennessee al seminario en Dallas, Texas, tenía
que cruzar el estado de Arkansas, y siempre pasé por una
gran fábrica de alfarería. Un día nos detuvimos (varios otros
compañeros estaban viajando conmigo) para ver la alfarería
que estaban haciendo.

Ahí hubo dos cosas muy impresionantes y llamativas que yo


no he podido olvidar. Detrás de este taller había un pedazo de
barro feísimo como no había visto antes. No tenía forma, era
pegajoso, para mí se miraba sin esperanza. Pero en frente de
la fábrica tenían una sala de exhibición, y en esa sala estaban
algunas de las más exquisitas vasijas que jamás he visto.

Luego entramos al taller, y ahí miramos muchos alfareros


trabajando. Ellos estaban parados e inclinados sobre muchas
ruedas que eran impulsadas por energía eléctrica. Ellos ni
siquiera tenían que usar pedales; de manera que podían
dedicarse completamente a trabajar con aquella, inútil, sin
esperanza, fea, pegajosa y sucia masa de barro. Ellos de una
manera intensa estaban transformándola y convirtiéndola
en objetos de arte. La diferencia entre aquella masa de barro
allá atrás y éstas preciosas vasijas en la sala de exhibición eran
aquellos hombres, los alfareros, trabajando sobre sus ruedas.

Ahora bien, a un lugar tal es que Dios envió a este hombre


Jeremías. Él lo envió para que fuera a ver un sermón. En
realidad, es un muy sencillo sermón. Es muy fácil identificarse
en esta maravillosa y viviente parábola que Jeremías nos da.
Nosotros no tenemos dificultad en identificar al alfarero, como
tampoco tenemos dificultad en identificar el barro. De hecho,
Dios lo hace por nosotros. Dios es el alfarero, e Israel es el

2
barro en este caso en particular. Es muy fácil hacer la aplicación
a la humanidad en general, y a cada individuo personalmente.
Cada individuo es el barro. Si yo puedo ser personal, usted es
el barro en la rueda del Alfarero. No importa lo demás que se
pueda decir acerca de usted, usted hoy es barro sobre la rueda
del Alfarero — como lo es cada hombre que ha vivido sobre
esta tierra.

La figura del Alfarero y el barro es traída al Nuevo Testamento.


Nosotros encontramos a Pablo en su epístola a los Romanos
usando el mismo símil:

į0 no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para


hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para
deshonra? (Romanos 9:21)

Luego Pablo usa el otro lado de esta maravillosa figura de


lenguaje cuando escribe a Timoteo:

Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento


para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para
toda buena obra. (2 Timoteo 2:21)

De manera que vemos que esta figura se usa a través de toda


la Palabra de Dios.

Existe una simplicidad en nuestra ilustración que puede llevarnos


a pasar por alto la profundidad del mensaje ahí contenido. Es
muy obvio cuando usted lo observa – ahí está el alfarero, ahí
está la rueda, ahí está el barro sobre la rueda con el cual él está
trabajando. Da la impresión de que se explica a sí mismo y el
peligro es hacer una interpretación superficial que en realidad
no tocará la profundidad del mensaje que hay en ello.

Para evitar esto, nosotros buscaremos tres cosas: el principio,


el propósito, y la Persona del Alfarero. Yo he intentado dividirlo

3
A Través de la Biblia

en dos grandes secciones, las cuales están relacionadas la


una con la otra como los dos lados de una moneda. Primero
miramos al poder del Alfarero y a la personalidad del barro.
Luego vamos a invertir el orden.

EL PODER DEL ALFARARO Y LA


PERSONALIDAD DEL BARRO
¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa
de Israel? dice JEHOVA. He aquí que, como el barro en la mano
del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel.
(Jeremías 18:6)

El Poder del Alfarero

Como un gigante Alfarero, Dios tomó barro y formó al hombre.


Dios es el gran Alfarero, el Creador.

Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen,


conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces
del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la
tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y
creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó;
varón y hembra los creó. (Génesis 1:26-27)

Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la


tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre
un ser viviente. (Génesis 2:7)

Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas


4
Nuestra pequeñita tierra
es solamente un punto
diminuto en el espacio infinito
y, amigo mío, Dios cabalga
triunfantemente
por la extensión en su
propio carruaje.

Dr. J. Vernon Mcgee


A Través de la Biblia

a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres,


y al polvo volverás. (Génesis 3:19)

Ahora regresemos a la casa del alfarero y parémonos junto


a Jeremías mientras miramos al alfarero trabajar. El alfarero
tiene una rueda, es una rueda antigua. El hace funcionar el
pedal con su pie para hacer que la rueda dé vuelta. Mientras
él pedalea, sus manos son diestras, trabajando artísticamente
con el barro e intentando formar de ello una obra de arte.

Observe ahora, el primer principio: Dios es soberano.

El alfarero es absoluto. Es decir, él tiene el poder sobre el barro


y ese poder es ilimitado. No hay barro que pueda detener al
alfarero, o cuestionar su derecho. No hay barro que pueda
resistir su voluntad, o decirle a él ‘no’, o alterar sus planes. El
barro no puede responderle al alfarero. Usted recuerda la corta
y deleitosa historia que escuchábamos en la sala cuna acerca
del muchacho de pan de jengibre que era un respondón. Pero
el barro no puede contestar nada.

Yo recuerdo una muy caprichosa historia de un muchachito


que estaba jugando en el lodo cerca de un arroyo. Intentaba
hacer un hombre. Él trabajó en el hombre y había avanzado
muy bien cuando su madre le llamó. Ellos tenían que ir al centro
de la ciudad y el niño debería ir con ella. Él quería quedarse,
pero su madre insistió que tenía que ir con ella. Ya para este
tiempo él había terminado su hombre de barro excepto un
brazo. Pero tenía que irse. Mientras él estaba en el pueblo con
sus padres, miró a un hombre que tenía solamente un brazo. Él
lo observó por un momento, finalmente se dirigió al hombre y
le dijo, “¿Por qué te viniste antes que yo te terminará?”

El barro en la rueda del alfarero no puede levantarse cuando él


quiere. El barro en la rueda del alfarero no puede responder.
El barro en la rueda del alfarero no es capaz de hacer nada.

6
Solamente puede ceder a las manos del alfarero.

En ningún lugar, repito, en ningún lugar encontrará usted un


cuadro tan gráfico de la soberanía de Dios que en este cuadro.
El hombre, el barro sobre la rueda del alfarero, y Dios, el
Alfarero. Usted no encontrará ninguna cosa semejante a esta.

Nuestra generación contemporánea se opone a la idea de Su


soberanía porque hoy es el día de los derechos del hombre.
Estamos escuchando mucho acerca de la libertad, y cada grupo
está insistiendo sobre su libertad – libertad para protestar,
libertad para hacer lo que les place. Pareciera como que hemos
olvidado acerca de los derechos de Dios. En la actualidad los
hombres le permiten a un mafioso “gánster”, invocar sus
derechos constitucionales a fin de proteger sus derechos.
Nosotros le permitimos a los estudiantes quemar las escuelas y
cerrarlas porque ellos tienen que tener sus derechos.

¿Qué acerca de Dios? ¿Acaso no tiene Él algunos derechos?


Permítame decirle que Dios tiene autoridad incuestionable. Su
voluntad es inexorable, es inflexible, y prevalecerá. Él tiene una
habilidad irresistible para formar y moldear este universo de
modo que le plazca a él. Él puede formar esta pequeñita tierra
sobre la cual nosotros vivimos según le place a Él. Él puede
tomar las naciones, las cuales Él dice son como una “gota en
el océano” y hace con ellas lo que le place. Y mi amigo, usted,
un individuo, y yo, otro individuo, no podemos ser más que
barro en las manos de Dios. Él tiene poder para realizar Su
voluntad y Él no tiene que darle cuentas a nadie. Él no tiene una
mesa directiva. Él no tiene votantes a los cuales Él tenga que
dar cuenta. Él es un absoluto dictador. Él es Dios. Él no ha sido
capaz de ver algo que usted y yo vemos cada día - que sea Su
igual. Él nunca ha visto Su igual.

Usted y yo vivimos en un universo que está moviéndose


para agradar a Dios. Y la rebelión del pequeñito hombre aquí

7
A Través de la Biblia

abajo en esta partícula de polvo en la cual vivimos es una


“¡tempestad en una taza!” Nuestra pequeñita tierra, según la
vemos en fotografías tomadas desde la Luna, es sola mente un
punto diminuto en el espacio infinito. Y, mi amigo, Dios cabalga
triunfantemente en su propio carruaje.

Usted encontrará que la Palabra de Dios tiene cosas muy


definidas que decir al respecto:

Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha


resistido a su voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién
eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro
al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? ¿0 no tiene
potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma
masa un vaso para honra y otro para deshonra? (Romanos
9:19-21)

Fue Johann Bengel quien escribió esto: “Los judíos pensaron


que en ningún caso podrían ellos ser abandonados por Dios, y
que en ningún caso los gentiles podrían ser recibidos por Dios.”
Y el doctor Lange, él gran expositor alemán, dijo: “Cuando el
hombre llega a tal grado de hacerse a sí mismo un dios a quien
él afecta en atarse por sus propios derechos, Dios entonces
pone Su majestad, y aparece en toda Su realidad como un Dios
libre, ante quien el hombre es meramente nada, como el barro
en las manos del alfarero. Tal fue la actitud de Pablo cuando
actuó como el intermediario de Dios, en su controversia con el
Fariseísmo Judío.”

¡Dios es absoluto!

Personalidad del Barro

Ahora por un momento miremos la personalidad del barro. Yo


soy consciente que alguien dirá, “¡Créame, usted tiene aquí una
metáfora mesclada! ¿Quiere usted decirme que el barro tiene

8
Dios es soberano.
Usted y yo podemos ser nada más
que barro en sus manos.

Dr. J. Vernon Mcgee


A Través de la Biblia

personalidad? El barro no tiene forma, es sin figura, no tiene


vida, es inepto, es inerte, es incapaz, es una plasta de lodo.”
El Salmista escribió, “Se acuerda de que somos polvo” (Salmo
103:14). El Dr. Jorge Gill solía decir en clase, “Dios se acuerda de
que somos polvo, pero el hombre algunas veces lo olvida, y se
ve pegado en sí mismo. Y cuando el polvo se pega a sí mismo,
es lodo.” Algunas veces nosotros olvidamos esto, pero Dios se
acuerda de que somos polvo. Yo miro al barro sobre la rueda
en la casa del alfarero. Ese barro no tiene voluntad; no tiene
derechos; no tiene habilidad inherente. Es inútil y sin esperanza.

Las Escrituras confirman esto. Escuche lo que Pablo dice en


Efesios 2:1. Aunque él esté escribiendo a los Efesios, se puede
aplicar a usted como también a mí: “...Y a vosotros estando
muertos en vuestros delitos y pecados.” Eso es el hombre.
Luego él amplía este concepto más tarde en el mismo capítulo:
“...sin esperanza y sin Dios en el mundo” (Efesios 2:12). Ese
barro sobre la rueda del alfarero no es diferente. También
Pablo dice a los Romanos,

Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo


murió por los impíos. (Romanos 5:6)

Este no es un imagen muy bonito.

Muy posiblemente, usted en este momento está resistiéndose.


No lo culpo. Cándidamente, si esto fuera todo lo que hay aquí,
entonces yo estoy haciendo violencia a esta parábola viviente
de la casa del alfarero. ¡Si solamente se me habla de la soberanía
de Dios y del hecho que yo soy barro sin forma y sin esperanza,
yo no solamente tiemblo, yo me rebelo! A mí no me gusta. Y si
esa fuera toda la historia, yo le daría mi espalda a Dios.

Pero, mi amigo, yo no le daré la espalda a Dios porque este no


es el cuadro total.

10
EL PODER DEL BARRO Y LA
PERSONALIDAD DEL ALFARERO
Ahora observe el otro lado de la moneda.

Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su


mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor
hacerla. (Jeremías 18:4)

Aquí no solamente está el principio que Dios es soberano, sino


que también hay un propósito aquí.

EI Poder del Barro

Observe ahora el poder del barro, ese barro sobre la rueda


del alfarero — para pedir prestadas las palabras de Browning,
“esta danza de circunstancia plástica.” Esta rueda es la rueda
de las circunstancias.

Yo no creo que las grandes decisiones de la vida se tomen en


el santuario de una iglesia. Yo creo que ellas se toman en el
diario vivir de este mundo — en la oficina, en la escuela, en el
taller, en las encrucijadas de la vida – ahí es donde el Alfarero
está trabajando con el barro. Ese es el lugar donde Él está
trabajando con usted, mi amigo.

Usted y yo vivimos en un mundo que parece no tener propósito


o significado ninguno. Multitudes de gente no ven propósito
alguno en su vida y encuentran confusión a cada paso. Alguien
lo ha expresado en esta pequeña rima:

11
A Través de la Biblia

CUANDO DIOS NOS PONE


SOBRE LA RUEDA DE LAS
CIRCUNSTANCIAS, SU
INTENCIÓN ES LOGRAR ALGO.

ÉL TIENE UN PROPÓSITO.

Dr. J. Vernon Mcgee


12
En un día de ilusiones y extremas confusiones, Sobre
nuestras imaginaciones basamos nuestras conclusiones.
—Autor desconocido

¡Cuán verdadero es eso respecto a nuestra vida hoy!

Aparte la vista, por un momento, de la rueda del alfarero. Detrás


de él vemos estante tras estante de obras de arte. Esos objetos
de belleza estuvieron una vez sobre la rueda del alfarero como
barro – barro que cedió a las manos del alfarero. Antes fueron
ellos una deforme masa de barro. ¿Qué ocurrió? Ese barro sin
vida estuvo bajo la mano del alfarero, y mientras la rueda de las
circunstancias giraba, él los moldeó y los hizo vasijas que ahora
están en exhibición.

Yo bosquejé el libro de Jeremías para nuestro programa


A Través de la Biblia mientras estábamos en Fort Myers,
Florida. Tuvimos un apartamento ahí por algunos días. Cada
mañana desayunábamos en el apartamento, y yo trabajaba
por algunas horas en Jeremías, luego solíamos ir a una de las
islas para buscar conchitas de mar. Yo descubrí algo. Existen
literalmente miles de variedades de conchas. Yo nunca soñé
que hubiera tantas. Todo lo que Dios hace lo hace en profusión.
Mi esposa compró un libro acerca de las conchitas marinas, e
identificamos muchas de ellas.

Tengo en mi mano una pequeña conchita que recogí en la Isla


Sanibel. Es una lindísima conchita. Yo había estado trabajando
en el capítulo 18 de Jeremías esa mañana, y cuando encontré
esto, se me ocurrió que el Señor estaba tratando de decirnos
algo. Dios empezó con un animalito, un molusco muy pequeño,
y alrededor de él formó esta concha. Yo pensé, Bien, siendo que
el gran Arquitecto ha gastado todo ese tiempo con una conchita
en el fondo del mar, iQue del hombre hoy?

Mire nuevamente esas obras de arte que el alfarero tiene

13
A Través de la Biblia

alineadas en los estantes tras él. ¡No hablan desdeñadamente


del barro! Siento mucho lo que dije acerca del barro, ya que
tiene una maravillosa capacidad y elasticidad. Esto, mi amigo,
y lo estoy diciendo reverentemente, esto es lo que el Alfarero
quiere – barro. Él no quiere acero. Él no quiere aceite. Él no
quiere roca. Él quiere barro. Él quiere algo sobre lo cual Él
puede poner Su mano para moldearlo y darle forma. Este es el
material que Él está buscando – barro. Dios quiere trabajar con
seres humanos.

Alguien podría decir, “Sí, pero aquí es donde la analogía se


rompe. La distancia entre Dios y el hombre es más grande que
la del alfarero y el barro.” Yo estoy en desacuerdo con ello. En
realidad, Dios está más cerca al hombre que lo que el alfarero
está al barro.

Esto es lo que quiero decir: El barro sobre la rueda en la casa


del alfarero a la cual Jeremías nos conduce, no tiene voluntad.
¡Yo sí! Ese barro no puede cooperar con el alfarero ¡Yo puedo!
Yo cité el registro de la creación del hombre en Génesis con un
propósito — Dios creó al hombre a su propia imagen. Él tomó
al hombre físicamente del polvo de la tierra; Él hizo al hombre.
Luego Él sopló en su nariz el espíritu de vida y el hombre vino
a ser un alma viviente. Hoy el hombre tiene libre albedrío, y lo
puede ejercitar. Aquel barro no tiene voluntad. Pero usted y yo
tenemos voluntad; podemos cooperar con el Alfarero.

Ahora yo quiero hacerle una pregunta al Alfarero ¿Cuál es su


propósito al ponerme sobre su rueda? ¿Por qué trabajas con
tanto empeño en mí? ¿Por qué sigues trabajando conmigo? ¿Por
qué, Alfarero, haces esto? Yo no estoy siendo irreverente, pero
soy como el muchachito de pan de jengibre, soy respondón.
¿Por qué, oh Alfarero, haces esto en mí? ¿Qué fin persigues?

Bueno, regreso a la casa del alfarero. Sígame ahora


cuidadosamente. Yo no descubro aquí el propósito para mi

14
vida, pero aprendo algo más importante. Aprendo que el
Alfarero tiene un propósito, el cual es más importante conocer.
Ahí observo al alfarero, él lo hace con seriedad. Él muestra
decisión. Él no está jugando con el barro. Este es su trabajo.
Él está entregando su tiempo, sus talentos, su habilidad para
trabajar con el barro. Observe nuevamente Jeremías 18: 3 y 4:

Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba


sobre la rueda. Él produjo una obra sobre las ruedas. Y la
vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y
volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla.

Amigo, esta no es la operación del gato y el ratón. Esta no es


la evocación del alfarero. Esta es su vocación. Este no es su
pasatiempo. Esto no es algo con lo cual él está entreteniéndose
a sí mismo. Él sabe lo que está haciendo.

Esto me dice a mí hoy que Dios no está jugando conmigo. Él no


está experimentando con nosotros. Él tiene propósito. Y, mi
amigo, eso me consuela. Este es el segundo gran principio que
observamos aquí: El Alfarero tiene un propósito.

Como un espectador, me paro con Jeremías, y digo, “¿Qué es lo


que Él hará?” Jeremías responde, “Yo no lo sé. Observémoslo.”
El espectador no puede saberlo mientras observa, pero el
alfarero lo sabe. Él tiene un plan. Él sabe lo que está haciendo.
El barro desconoce su propósito.

Pero, amigo, algún día lo sabremos. Cuando Él nos pone sobre


la rueda plástica de las circunstancias, Su intención es lograr
algo. Él tiene un propósito.

El Salmista dice, “...Estaré satisfecho cuando despierte a tu


semejanza (Salmo 17:15). ¡Algún día yo seré como Él!

...Y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero

15
A Través de la Biblia

sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes


a él, porque le veremos tal como él es. (I Juan 3:20)

Esa va a ser una bella mañana. Ese va a ser un nuevo día. Y Dios
va a ser vindicado — Él no estaba siendo cruel cuando nos hizo
sufrir. Algún día, algún glorioso día, veremos que el Alfarero
tenía un propósito en su vida y la mía.

Observe como Pablo escribe a los Efesios. Él inició el segundo


capítulo con las dolorosas palabras que ya he citado:

Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en


vuestros delitos y pecados. (Efesios 2:1)

Y si eso fuera todo, entonces también yo estoy terminado.


Pero, mi amigo, todavía hay más:

Para mostrar en los siglos venideros las abundantes


riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en
Cristo Jesús. (Efesios 2:7)

En las edades venideras nosotros seremos una demostración,


y permaneceremos para siempre en exhibición. Nosotros
revelaremos lo que el Alfarero puede hacer con el barro sin
vida. Él recibe la gloria. Va a ser glorioso ser un vaso en las
manos del Maestro.

Personalidad del Alfarero

En conclusión, consideremos la personalidad del Alfarero. Esta


es la cosa más importante y maravillosa de todo. Para hacer esto
tendremos que echar una mirada final en la casa del alfarero.

Yo le digo a Jeremías, “El alfarero se ve un hombre amable.”


Jeremías contesta, “Él es. A él no le gusta golpear el barro. Él
quiere que el barro ceda porque su intención es hacer algo de

16
él.” Yo contemplo el rostro del alfarero. Oh, que intenso es él.
Cuán interesado esta él en el barro.

¡Oh, que gran Alfarero es Dios! ¡Si tan solo pudiera ver a mi
Alfarero! Pero la Escritura dice que no puedo ver a Dios. Felipe
hizo la pregunta, la cual ciertamente yo hubiera hecho, cuando
le dijo a Jesús, “Señor, muéstranos el Padre y nos basta.” El
Señor Jesús le dijo, “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.”

Mi amigo, miremos al Alfarero cuidadosamente ahora. Mire los


pies del Alfarero mientras Él trabaja con ellos en los pedales,
girando, girando esa rueda de la circunstancia. Mire las manos
del Alfarero mientras Él diestramente, artísticamente, oh, con
tanta intensidad y delicadeza, tierna y amantemente trabaja
con el barro. Yo lo observo. Esos pies tienen heridas de clavos.
Y en sus manos también tiene las marcas de los clavos.

Eso no es todo. Me vuelvo al evangelio según San Mateo y leo:

Entonces Judas, el que le había entregado (Jesús),


viendo que era condenado, devolvió arrepentido las
treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a
los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando sangre
inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros?
¡Allá tú! Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió,
y fue y se ahorcó. Los principales sacerdotes, tomando las
piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro
de las ofrendas, porque es precio de sangre. Y después de
consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para
sepultura de los extranjeros. Por lo cual aquel campo se
llama hasta el día de hoy: Campo de sangre. Así se cumplió
lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron
las treinta piezas de plata, precio del apreciado, según
precio puesto por los hijos de Israel; y las dieron para el
campo del alfarero, como me ordenó el Señor. (Mateo
27:3-10)

17
A Través de la Biblia

Dos versículos me sobresaltan:

Y después de consultar, compraron con ellas el campo


del alfarero, para sepultura de los extranjeros. Por lo
cual aquel campo se llama hasta el día de hoy: Campo de
sangre. (Mateo 27:7-8)

Ellos probablemente no sabían lo que estaban haciendo


cuando lo llamaron el Campo de Sangre, pero es mi esperanza
que usted no lo pase por alto. Este Alfarero es más maravilloso
que ningún otro alfarero. Él derramó su sangre a fin de ir a ese
campo y tomar esos pedazos y ponerlos nuevamente en su
rueda de Alfarero para hacer de ellos otra vasija.

Precisamente la semana pasada hablé con una mujer quien


tiene un hogar destrozado y una vida destrozada. ¿Se ha dado
Dios por vencido con ella? ¿Se ha dado Él por vencido con
nosotros cuando hemos hecho de nuestra vida un fracaso? Oh,
no. Él no ha terminado con nosotros – eso es, si el barro va a
ceder a Él. Todo lo que necesita es que el barro ceda al Alfarero.
Él pagó el precio por el campo, es un campo de sangre.

Usted puede ver retrospectivamente en su vida y decir, “¡Oh,


que fracaso! No creo que Dios pueda usarme.” Mi amigo, ÉI
está trabajando con esos pedazos hoy, y Él trabajará con usted
si usted se lo permite. Él ya pagó el precio por su redención.
Usted no puede hacer cualquier cosa de usted mismo para Él, y
yo tampoco puedo, pero él puede tomarnos y ponernos sobre
la rueda de las circunstancias y moldearnos para hacer un vaso
de honor.

Nosotros somos el barro.

Él es el Alfarero.

18
APRENDE CÓMO
USTED PUEDE
CONOCER A DIOS

atravesdelabiblia.org/fundamentos
CONTINUA TU
RECORRIDO BÍBLICO
DONDE QUIERA QUE VAS
EN CUAQLUIER LUGAR.

atravesdelabiblia.org/escuchar
LLEVA EL EVANGELIO
A LOS CONFINES DE LA
TIERRA SIN SALIR DE TU
CASA.

atravesdelabiblia.org/ofrendar
Comuníquese con A Través de la Biblia
Radio Trans Mundial
P.O. Box8700 Cary, NC 27512-8700
1-800-880-5339/919-460-3797 atravesdelabiblia.org [email protected]

atravesdelabiblia @atravesdelabiblia atravesdelabiblia


54

También podría gustarte