Er Auxiliares Ejercito
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DOI: https://doi.org/10.24197/ha.XLII.2018.123-198
Resumen: Estudio sobre los equites y los symmachiarii cántabros del ejército romano, y su relación
con la maniobra de caballería denominada Cantabricus densus/Cantabricus circulus y el estandarte
llamado Cantabrum.
Palabras clave: Equites Cantabrorum; caballería romana; maniobras de caballería; Cantabricus densus;
Cantabricus circulus; symmachiarii; Cantabrum signum.
Abstract: Study on the Cantabrian equites and symmachiarii of the Roman army and its relationship with
the cavalry manoeuver called Cantabricus densus/Cantabricus circulus and the standard Cantabrum.
Keywords: Equites Cantabrorum; roman cavalry; cavalry manoeuvers; Cantabricus densus;
Cantabricus circulus; symmachiarii; Cantabrum signum.
Sumario: 1. Los auxiliares cántabros de caballería; 2. El Cantábrico Compacto (cantabricus densus); 3.
La Carga Cántabra; 4. Nationes y symmachiarios cántabros; 5. El estandarte Cantabrum y los signa
militaria. Conclusiones.
Summary: 1. The Cantabrian cavalry auxiliaries; 2. The Cantabrian Compact (cantabricus densus); 3.
The Cantabrian Gallop; 4. Nationes and Cantabrian symmachiarii. 5. The Cantabrum banner and the
signa militaria. Conclusions.
FIG. 1.- Estela de Mogontiacum del jinete Cantaber Viroti conservada en el Landesmuseum de
Mainz (composición de E. Peralta a partir de foto anterior al bombardeo del museo en la IIª Guerra
Mundial).
Hay constancia también de que jinetes del Norte fueron enrolados en unidades
auxiliares originariamente no hispanas, como se ve en una estela funeraria de Iruña
de Oca (Álava) dedicada a un cántabro llamado Licinio Liciniano, eques del Ala
Ba… 12(¿Batavorum? ¿Baetasiorum?). En otra estela de Panonia de mediados del
siglo I d.C. de Gyaloka (Csepreg, Hungría) se menciona a tres jinetes que sirvieron
en un Ala Pannoniorum que eran astures y puede que cántabros: El epitafio
funerario está dedicado a Abilio, hijo de Turancio, del domus de Lucocadia por el
lanciense Bovegio, hijo de Veminio, y por el aligantiense Pentio, hijo de
Dovidero 13. Lancia (Villasabariego, León) era ciudad astur, desconociéndose dónde
estaban Aligantia y el domus Lucacodiacus, pero la onomástica de estos equites es
característica del área astur y, especialmente, de la cántabra orgenomesca y de la
vadiniense vecina de los lancienses14.
Otro testimonio es el ara del siglo I d.C. de Valle de Santullán (Villabellaco,
Barruelo de Santullán, Palencia) dedicada a un dios denominado Obbellegino por
Decumino, jinete de un Ala A¿ugusta? que se vincula al Ala I Augusta de una
inscripción de Añavieja (Soria) 15 y al Ala Augusta de la tésera de hospitalidad de
Clunia 16, militar que pudiera ser un indígena porque consagró el ara a una deidad
local cántabra cuyo epíteto tiene paralelos en las Galias y Dalmacia 17. En territorio
leonés la estela de Sta. Olaja de la Varga (Cistierna) está dedicada a un cántabro
vadiniense llamado Pentovio Elaeso (o Blaeso), que, de acuerdo a las diferentes
12
Lic]ini/ Liciniani/ [filius] Cant[abe]r/ eques... alae/ Ba...und...annorum X/. H(ic) s(itus)
(CIL, II, 2926. Mommsen, 1884: 236. Elorza, 1967: 148, nº 48. Fernández, 1968-1970
y1971: 196. Echevarría, 1989: 144, nº 23).
13
Abilus Tur/anci f(ilius) dom(o) / Lucocadiacus / eques ala(e) / Pannoniorum / ann(orum)
XLIII / stip(endiorum) XXIII / h(ic) s(itus) e(st) / ex tes(tamento) her(edes) / posuerunt /
Bovegius Vem/ini f(ilius) Lancie(n)sis / Pentius Dovi/deri f(ilius) Aliga/ntie(n)sis (CIL III
4227, fig. 14. Spaul, 1995: 71 s. Meyer, 2012: 109 ss., 365. Mráv, 2010-2013: 70. Ferjančić,
2015: 40).
14
Entre los vadinienses tenemos al princeps cantabrorum Dovidero (Mangas y Martino,
1997: 321-339) y los nombres Bovecio, Pentio o el mismo Dovidero/Dovitero son
especialmente característicos del territorio cántabro vadiniense y orgenomesco,
documentándose también entre ellos el nombre Abilio (Diego Santos, 1985: nº 36, 48, 57.
Iglesias, 1976: nº 21, 22, 80, 81, 83, 89, 126, 136 y addenda 5. Rabanal y García, 2001: nº
366, 375, 387. Ferjančić, 2015: 40). Estos nombres no son exclusivos del territorio cántabro
occidental y astur oriental, pero si son éstas las zonas de máxima concentración de los
mismos (Albertos, 1987: 157, 165, 171, 178 s.).
15
[D]ecumin[us] / Decum(i) fil(ius), eq(ues) a(lae) A(ugustae?)/ Obbellegin[o] v(otum)
s(olvit) l(ibens) m(erito) (Abásolo y Alcalde, 1996: 303-314. Solana, 1999: 327. López,
2016: 204, 206 s.).
16
CIL II 5792. Fernández, 1888. Palol y Vilella, 1987.
17
Sobre el carácter cántabro del sufijo del apelativo de la divinidad: Olivares, 2002: 115-
116, 131, 140.
lecturas del epígrafe, fue militi de un Alae I18 o bien soldado de la Legio Augusta 19.
Y en la estela de mediados del siglo IV de Villaverde (Vega de Liébana, Cantabria)
dedicada a Antestio Patruino, éste aparece todavía heroizado al modo pagano como
un eques que empuña una espada y sobre un caballo con atalajes propios de la
caballería romana, lo que testimonia el arraigo entre los cántabros de las creencias y
mitos “ecuestres” vinculados a lo militar 20.
FIG. 2.-Estela de Gyaloka (Csepreg, Hungría) del jinete Abilio Turancio, Soproni Múzeum
(composición a partir de foto de Ortolf Harl); dedicatoria a Obbellegino por un jinete de un ala (Valle
de Santullán, Palencia); eques armado en la estela de Villaverde (Vega de Liébana, Cantabria); y estela
vadiniense de Liegos (León) con caballo y ¿vexillum? con aspa (Fotos: E. Peralta).
18
[D(iis)] M(anibus)/ [Pe]ntovio Ela/[es]o militi A(lae?)/ […] vad(iniensi) an(norum) XXV/
[El]anus Arga/ [am]ico p(osuit) h(ic) s(itus) e(st) (Solana, 1999: 327).
19
[M(onumentum)?]/ [Pen]tovio. Bla/[es]o mile(s) l(egionis) A/[ug(ustae)?] vad(iniensi)
an(norum) XXV/ [Ela]nus Arga(elus)/ [am]ico p(osuit) h(ic) s(itus) e(st) (Rabanal y García,
2001: 418-419 nº 388, lám. XCIII, 4).
20
Fechada por la era consular (392 de la era) en el 354 d.C.: Jusué, 1916. Iglesias, 1976: nº
130.
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21
Una estela de Castrecías (Palencia) de la segunda mitad del siglo I d.C. está dedicada por
una mujer indígena a su hijo Elaesus, soldado de la Legio IX Hispana (Iglesias, 1976: nº 23.
Solana, 1999: 321 s.); un epígrafe funerario del último tercio del siglo I procedente del área
vadiniense de Verdiago (León) está dedicado a un soldado de la Legio IX Hispana (Solana,
1999: 322 s.), y otra estela de finales del siglo I o comienzos del II menciona a un habitante
de Amaya (Burgos) llamado Severo que perteneció a la Legio X Gemina (Solana, 1999: 322
s.). A estos testimonios hay que añadir los de Lambaesis (Numidia) que mencionan a varios
legionarios cántabros iuliobrigenses pertenecientes a la Legio VII Gemina, destinados allí a
comienzos del siglo II d.C.: Cayo Stabilio Materno y los dedicantes del monumento, sus
hermanos Flavio Valeriano y Stabilio Valerio (CIL VIII, 3245. González Echegaray, 1966:
299-300, nº 36. Roldán, 1974: 460, nº 627. Le Roux, 1982: 207, nº 126), así como el
iuliobrigense Lucio Valerio Rufino citado en otro epígrafe del mismo enclave campamental
(Roldán, 1974: 460, nº 626).
22
Peralta, 2017a; Id., 2017b.
23
Pseudo-Hyginio, De munitionibus castrorum, 29-30.
24
Según asegura Sabino Perea Yébenes, que cita únicamente la inscripción del prefecto
iuliobrigense y omite todas las demás (Perea, 2010: 67 ss.).
25
Estrabón, III, 3, 7. Horacio, Carm., III, 4, 34. Silio Itálico, III, 360. Pomponio Porfirio, A
Carm., 95, 30.
26
Peralta, 2000: 132-138. Fernández Vega y Bolado del Castillo, 2011: 324-325. Almagro-
Gorbea, 2015: 63-66. Martínez y Fernández, 2017.
27
Almagro-Gorbea y Torres, 1996: 86-116, 136-137, 210, 227. Almagro-Gorbea, 1996:
235-266; Id., 1998: 101-115.; Id., 2015: 62 ss. Lorrio, 2010: 427-446. Sánchez-Moreno,
2005: 237-264.
FIG. 3.- Signa equitum cántabros: La Loma (Santibáñez de la Peña, Palencia) (Foto: E. Peralta),
Ornedo-Sta. Marina (Mataporquera, Cantabria) (Foto: Fernández y Bolado, 2011), La Ulaña (Humada,
Burgos) (Dibujo: E. Peralta) y El Otero (Rueda de Pisuerga, Palencia) (Foto: Martínez y Fernández,
2017). Fíbula de jinete astur de Lancia (Villasabariego, León) (Foto: MAN, G. Cases Ortega) y jinete
de fíbula similar de Retortillo (Campoo de Enmedio, Cantabria) (Foto: E. Peralta).
28
Las Rabas (García y Rincón, 1970: fig. 17, 24, láms. XV, XVI, XVII), La Loma (Peralta,
2007: 507). De Pueblo Bajo de Lledías (Llanes, Asturias) hay unas piezas de grupera (Maya,
1988: 81, 87, 89).
29
Estrabón, III, 3, 7. Sobre los entrenamientos y la forma de combatir de estos pueblos:
Peralta, 2009: 94 ss.
30
Peralta, 2000: 135 ss., 195 ss., 206 ss., 223 ss., 248 ss.; Id., 2004: 264 ss., 304 ss., 308 ss.
Torres-Martínez, 2011: 426 ss. Torres-Martínez y Peralta, 2018.
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FIG. 5.-Silla de montar celta con pomos: Jinete de la estela de Iruña (Álava) (Composición: E.
Peralta); caballo galo del monumento de los Julios de Glanum (Saint-Remy-de-Provence);
reconstrucción de Peter Connolly de la silla de montar romana basada en los ejemplares de Valkenburg
y Vechten; y áureo de hacia 40 a.C. de Quinto Labieno Pártico con un caballo con silla de montar parta
de tipo similar a las anteriores (Foto: Cortesía de Gallica. Bibliothèque Nationale de France).
Los celtíberos y los vacceos, con los que hay que asociar a los cántabros,
disponían ya desde los siglos IV-III a.C. de una verdadera caballería vinculada a las
élites ecuestres que formaban la cúspide social de los grandes oppida prerromanos,
por la que los romanos se sirvieron de estas gentes para formar su caballería
auxiliar41. La silla arzonada con pomos proporcionaba una sujeción segura al
jinete y la estabilidad necesaria para arrojar jabalinas o golpear con espada o
lanza impidiendo que éste saliese despedido en el choque o por un eventual
movimiento inesperado del animal 42.
La existencia de esta preparada caballería indígena explica los reclutamientos
romanos de nutridos contingentes de jinetes en Celtiberia, en Cantabria y entre los
otros pueblos septentrionales durante las guerras civiles y en época imperial. Bien a
través de estos auxiliares cántabros, o por haber tenido ocasión el ejército romano
de estudiar las tácticas de la caballería de este pueblo en la propia Cantabria, la
caballería romana adoptó tempranamente maniobras hípicas que en el siglo II d.C.
los expertos en cuestiones militares de la época todavía llamaban “cántabras”. Dos
interesantes testimonios de tiempo del emperador Adriano así lo indican.
FIG. 6.-Áureo de Adriano con el emperador como jinete lancero. Acuñación de entre 125-128
d.C., años del viaje de inspección del emperador (Foto: cortesía de Sunflower Foundation.
moneymuseum.com).
Numidia y Mauritania en el año 128, visita que formaba parte de sus viajes a los
acantonamientos militares provinciales de los diferentes confines del Imperio para
comprobar sobre el terreno el nivel de la disciplina, el entrenamiento y los ejercicios
militares del ejército, así como la eficiencia de las fortificaciones campamentales 43.
Desde el 1 de Julio del 128 d.C. y durante los quince días siguientes presenció una
serie de maniobras de las tropas allí acantonadas a las órdenes de Quinto Fabio
Catulino, legado propretor de Africa entre 127-129 a.C. Junto al contingente
legionario en el campamento había en ese momento dos alas de caballería, dos
cohortes equitatas, y puede que otras dos cohortes de la provincia, a las que dirigió
una arenga al término de los ejercicios castrenses que realizaron ante él todas estas
unidades.
FIG. 7.-Campo de maniobras de Lambaesis (Argelia) (Le Bohec, 2003: 49); monumento de
Adriano (Thomas, 2007: 28 y Le Bohec, 2003: 50) y campamento de la Legio III Augusta (Janon,
2008: 5, fig. 1 y legionaryfortresses.info/plans.htm).
43
Dión Casio, LXIX, 9. Elio Esparciano, Historia Augusta, I, 10.
FIG. 8.-Pilar del podio de la base del monumento de Adriano en Lambaesis con la inscripción en
la que se mencionan los ejercicios del Ala I Pannoniorum y de la Cohors VI Commagenorum equitata,
entre ellos el cantabricus densus. Composición: E. Peralta a partir de foto de Eichacker, Alger
(publicada en Le Bohec et al., 2003: 71).
“El tercer día antes de los idus de Julio, a la Primera Ala de Panonios.
Habéis realizado todo en buen orden. Habéis llenado el terreno de
ejercicio con vuestros ataques. Habéis llevado a cabo lanzamientos no sin
elegancia, sirviéndoos de lanzas cortas y rígidas, y muchos de vosotros
habéis dirigido perfectamente las picas. Habéis mostrado vuestro valor,
vuestra agilidad aquí, vuestra rapidez ayer. Si hubiese habido cualquier cosa
de menos, lo deploraría. Si hubiese habido cualquier cosa de más, lo
señalaría. Habéis dado satisfacción incluso durante todo el ejercicio. El
clarísimo Catulino, mi legado, muestra siempre en los trabajos que dirige la
diligencia que le caracteriza…Vuestro prefecto parece dedicaros una
atención constante. Recibid un congiarium 53. Mensajero, ahora al terreno de
ejercicio de los Commagenos. Volvéos 54.
A los jinetes de la Cohorte Sexta de Commagene 55.
Es difícil que los jinetes de las cohortes gusten por sí mismos. Más
difícil es que no disgusten después del ejercicio hecho por un ala: los
espacios del terreno de ejercicio son diferentes, el número de lanzadores de
dardos difiere, su giro a la derecha cerrado, su maniobra Cantábrica
apiñada, el aspecto de los caballos, la apariencia de las armas proporcional a
la soldada. Pero habéis evitado la fatiga pese al calor, ejecutando
49
Sobre estas dos unidades: Le Bohec, 1989b: 33 ss., 73 ss.
50
Sobre este texto y el Cantabricus densus: CIL, VIII, 2532. Peralta, 2000: 208. Le Bohec et
al., 2003. Speidel, 2006a: 13 s., 55, 58, 61 s., 89, 102 s., 105 s.
51
García y Bellido, 1953: 193 ss. González Echegaray, 1966: 203 s.
52
Perea, 2004-2005: 180.
53
Recompensa de dinero (Suetonio, Aug., 41, 2).
54
Ordenando romper filas o retirarse de la esplana de las maniobras.
55
Región de la provincia de Syria de la que procedía la Cohors VI Commagenorum equitata.
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diligentemente lo que tenía que llevarse a cabo. Incluso habéis hecho más,
lanzando piedras con hondas y combatiendo con armas arrojadizas. Por todas
partes saltásteis con soltura. [El esmero] de mi legado Catulino, clarísimo
varón, se muestra [en que]…”56.
56
[…] III Idus Iulias, ala(e) I Pannoniorum./ Omnia per ordinem egistis. Campum
incursionibus complestis./ Iaculati estis non ineleganter. Hast[is… b]reui/bus et duris,
lanceas plures vestrum permiseru[nt].Valuis/tis et hic agiliter et heri velociter. Si quit
defuisset, desiderarem./ Si quit eminuisset, designarem. Tota exercitatione peraeque
pla/cuistis. Catullinus, legatus meus, clarissimus in o[peri]bus quibus praeest parem
curam suam exhib[et…,prae]/fectus vester, sollicite videtur vobis attendere.
Congiar[i]/um accipiter. Viator, iam, in Commagenorum campos Allet[…]!
Eq(uitibus) coh(ortis) VI Commagenorum./ Difficile est, cohortales equites etiam per se
placere. Difficilius post al/arem exercitationem non displicere: alia spati campi, alius
iacu/lantium numerus, frequens dextrator, cantabricus densus,/ equorum forma, armorum
cultus, pro stipend(i) modo. Verum,/ vos, fastidium calore vitastis, strenue faciendo quae
fieri debe/bant. Addidistis ut et lapides fundis mitteretis et missilibus con/fligeretis. Saluistis
ubique expedite. Catullini, leg(ati) mei, c(larissimi) v(iri),/ […]apparet quod tales vos sub
II[…]OI[…] (Berthet et al., 2003: 90 ss.).
57
[…] Ala […]Pa[. ..... .] sin[…]/ [Cantabricum a]criter alacriter eff[ecistis ita ut hostis]
non potuisset vos tu[rbare]/ […vos red]egisset quafui[ssetis]/ […Catullinum meum virum
clarissimum, legatum] (Zaroski, 2009: 75, field 25).
Como han señalado los investigadores franceses del texto del monumento de
Lambaesis, la diferenciación del equipamiento, tipo de monturas, tácticas de
combate y entidad de los efectivos existentes entre los equites cohortales y los
alares deriva de las respectivas misiones de uno y otro tipo de unidades: las
cohortes equitatae tenían una función de vigilancia territorial (dependiente de los
120 jinetes) y de guarnición encargada del mantenimiento del orden en un sector
fronterizo determinado (a cargo de los 420 infantes), y se servían preferentemente
de armas arrojadizas (lapides y missilia) que les servían para destrozar al enemigo a
distancia ocasionándole pérdidas y desorganizando sus defensas antes del asalto.
Por su parte, los nutridos escuadrones de caballería de las alas, cuyos jinetes nos
indica Arriano que estaban mejor pagados e iban equipados con armamento más
ostentoso, estaban concebidos para desempeñar diversas misiones de guerra y de
combate de mayor entidad, como la carga en masa y el choque de ruptura
empuñando lanzas cortas y rígidas o picas, además del lanzamiento de venablos a
distancia como en la maniobra cántabra58. En cuanto a la caballería legionaria que
participó en los mismos ejercicios, se la menciona equipada con lorica y lanzando
jabalinas59.
El tipo de caballos empleados en uno u otro tipo de unidades también difería:
los de las alas eran caballos de gran alzada capacitados para la carga en masa y el
choque, mientras que los cohortales eran de menor talla, rústicos, ágiles y
resistentes a la sed, muy apropiados por ello para las misiones de reconocimiento en
terrenos accidentados y áridos, indicándose a este respecto en la adlocutio que los
jinetes y los caballos de las cohortes también realizaron una exhibición sorteando
rocas y obstáculos escondidos60. Se trata básicamente de las diferencias entre la
caballería pesada de línea y la caballería ligera.
En la adlocutio de Adriano se alude también a otra unidad de nombre
desconocido que realizó una carga en formación en la que los jinetes se cubrían con
sus escudos 61, y otro fragmento de la inscripción menciona la utilización del contos,
la lanza pesada y larga propia la caballería de choque de los contarii, unidades que
cargaban empuñándola con las dos manos al modo de los lanceros sármatas 62.
El Cantabricus densus, de acuerdo a la inscripción de Lambaesis, parece que
era propio de una caballería entre la que también podían ir infantes ligeros o
descabalgar los jinetes para luchar, lo que encajaría con el lanzamiento de
proyectiles de piedra con honda que se menciona en la adlocutio de Adriano. En
cuanto al Cantabricus densus en sí, como veremos, era un particular tipo de carga
que incluía el uso a distancia de armas arrojadizas, lo que puede relacionarse con la
58
Berthet et al., 2003: 90-95.
59
Texto 4: Berthet et al., 2003: 84 ss. Wolff y Berthet, 2003: 115.
60
Texto 9: Berthet et al., 2003: 97 ss. Wolff y Berthet, 2003: 116.
61
Berthet et al., 2003: 97 ss. Wolff y Berthet, 2003: 116.
62
Speidel, 2006b.
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forma de lucha de los pueblos del norte de Hispania, a los que las fuentes presentan
luchando mayoriariamente con armas arrojadizas 63.
FIG. 9.-Silla de montar con pomos representada en la estela del jinete tracio del Ala Sulpicia
Longino Biarta, Römisch-Germanisches Museum de Colonia (Composición: E. Peralta).
Pese a ser una caballería de segunda línea que practicaba el tipo de lucha
descrito en la adlocutio de Lambaesis, Yann Le Bohec ha llamado la atención sobre
el hecho de que la caballería cohortal seguía siendo una auténtica caballería que si
era necesario podía cargar con lanza contra el enemigo al modo de los jinetes alares,
tal como se ve en estelas de Iol Caesarea (Cherchell, Argelia) de jinetes de la
Cohors VI Delmatarum y de la Cohors VII Delmatarum, que van armados con
lorica squamata y escudo alargado y rematan con la lanza a un enemigo caído 64. El
jinete de la caballería de época de Vespasiano que describe Flavio Josefo iba
63
Dión Casio, LIII, 25, 5-6. Silio Itálico, X, 15. Estrabón, III, 3, 7. Peralta, 2000: 192, 197.
64
Le Bohec, 1999: 27, lám. IV, 6. Berthet et al., 2003: 94. Junkelmann, 1990: 177, 177 Abb.
178. Peralta, 2017a: 151 s.
armado con casco similar al de la infantería, una spatha larga colgada del lado
derecho, una jabalina en la mano, un escudo alargado atravesado al costado del
caballo y en un carcaj llevaba tres o más venablos arrojadizos con punta metálica 65.
Arriano indica por su parte que en el siglo II d.C. algunos jinetes romanos llevaban
contus (la lanza grande) y otros lanzas normales, que les servían tanto para matar de
lejos como si fuesen jabalinas como para combatir de cerca; además completaban
su armamento con una espada larga y ancha suspendida del hombro para los
combates cuerpo a cuerpo, pequeñas mazas provistas de puntas alrededor, un
escudo oval, un casco de hierro, cota de mallas y pequeñas botas 66. Las
representaciones de jinetes en las estelas funerarias confirman estas
informaciones 67.
3. LA CARGA CÁNTABRA
65
Flavio Josefo, B.I., III, 96.
66
Arriano, Tactica, IV, 7, 8 y 9.
67
Sobre el equipamiento de la caballería: Junkelmann, 1992. Bishop, 1988: 67-195.
Stephenson y Dixon, 2003.
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FIG. 11.- Cabeza de draco romano de la primera mitad del siglo III encontrada en Niederbieber
(Staatliches Amt für Vor-und Frühgeschichte, Koblenz).
68
Sobre esta obra: Stadter, 1978. Wheeler, 1978.
69
Arriano, Tactica, I, II, IV, XVI, XVII y XVIII.
70
Arriano, Tactica, XXXIII.
71
Arriano, Tactica, XXXIV-XXXV.
FIG. 12.- Cascos-máscara característicos de los desfiles y de los torneos de hippika gymnasia:
Crosby Garrett (Cumbria, Inglaterra) (Colección privada); Stara Zagora (Bulgaria) (Archaeological
Museu, Stara Zagora); Ribchester (Lancashire, Inglaterra) (British Museum); Vize (Turquía) (Museo
Arqueológico de Estambul); Pfrondorf (Württemberg, Alemania) (Landesmuseum Württemberg,
Stuttgart) y Emesa (Siria) (Museo Nacional de Damasco).
72
Arriano, Tactica, XXXVI-XXXIX; XLI-XLIII. Sobre estas maniobras y su
reconstrucción: Lawson, 1980. Hyland, 1993: 115 ss. Junkelmann, 1996: 58 ss.
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sus propios gritos de guerra nacionales. Añade que los caballos también eran
entrenados según las antiguas prácticas de estos pueblos a saltar por encima de
zanjas y vallas 73, que los jinetes equipados con sus armas saltaban a la carrera sobre
sus monturas, y que había ejercicios de lanzamiento de proyectiles ligeros contra
una diana, de proyectiles con máquinas, de piedras con la mano o con honda, y que
con las espadas se lanzaban diversos tipos de golpes para alcanzar a un enemigo en
fuga, acabar con un adversario derribado o golpearle lateralmente al llegar a su
altura74.
73
Arriano, Tactica, XLIV.
74
Arriano, Tactica, XLIII-XLIV.
FIG. 14.-La maniobra gala llamada petrinos según Ann Hyland (Hyland, 1993: 120, 123).
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ISSN: 2530-6464
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FIG. 15.- La Carga Cántabra según Ann Hyland (Dibujo: Junkelmann, 1996).
79
González Echegaray, 1966: 113. Lión, 1970: 230-231.
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148 Eduardo Peralta Labrador
en Roma tener a los cántabros por gente muy belicosa, y que no sería por ello una
maniobra de origen cántabro sino que el nombre aludiría simplemente al carácter
marcial de la misma 80. Esta inverosímil interpretación, tal como señala lógicamente
Anna Busetto -especialista en el Ars tactica de Arriano- no es nada convincente y
debe rechazarse 81. Además, de la lectura del texto completo de Arriano se constata
que el militar griego es claro y expreso cuando indica maniobra por maniobra de
qué pueblo bárbaro tomó la caballería romana cada una de ellas. En todo caso, fuera
de España nadie plantea semejantes interpretaciones despectivas para las maniobras
galas, sármatas o partas mencionadas por Arriano junto a la maniobra cántabra ni ha
cuestionado la existencia de las mismas o su importancia dentro de la caballería
romana, prefiriendo centrarse en el estudio y comprensión de las maniobras, tal
como ha hecho recientemente Fernando Quesada en un artículo donde da una buena
visión general sobre los ejercicios hípicos descritos por Arriano82.
Sobre la “Carga Cántabra” y las otras maniobras han ido apareciendo fuera de
nuestro país una serie de interesantes y detallados estudios en los que ninguno de
los especialistas en caballería romana discute el origen cántabro o galo que el
técnico griego en caballería las atribuía83. Desde el punto de vista lingüístico está
fuera de toda duda igualmente el origen galo de los nombres de las maniobras
dados por Arriano (petrinos, toloutegon,…) 84, y se considera que el término
e)pe/lasij de la maniobra cántabra sería posiblemente una traducción de una
palabra hispana 85, puesto que Arriano indica que estos términos “derivan de la
lengua de los íberos y los celtas” (a)lla\ eÃstin aÀ th=j (fwnh¤j) ¸Ibh/rwn hÃ
Keltw=n).
Arriano de Nicomedia, que era seguidor de otro gran especialista en caballería
como Jenofonte y también amigo personal del emperador Adriano, era el más
destacado conocedor de la caballería romana del siglo II d.C., y habría ocupado
hipotéticamente el cargo de procónsul de la Bética (129 d.C.) 86 y con seguridad el
de procónsul de Capadocia (130 d.C.), sobresaliendo en su vida militar como oficial
80
Pérez, 1982: 303.
81
Busetto, 2015: 160, n 69.
82
Quesada, 2017-2018.
83
Davies, 1967: 130 ss. Wheeler, 1978: 361. Lawson, 1980. Dixon y Southern, 1992: 133 s.
Hyland, 1993: 133 ss.; Id., 2013: 518 s. Feugère, 1993: 188 ss. Devine, 1993: 312-337.
Junkelmann, 1991: 117, 180; Id., 1996: 62 ss. Campbell, 2004: 42, 44. Haynes, 2013: 239 ss.
Busetto, 2013a: 186-201, 357-359; Id., 2015. Palotás, 2011: 123, 125. Petitjean, 2017: 365
ss. Quesada, 2017-2018: 71-72.
84
Rance, 2004: 102. Busetto, 2013b: 230-241.
85
De Hoz, 2010: 172-173. Busetto, 2013b: 232-234.
86
La inscripción de Córdoba dedicada por un procónsul de la Bética llamado Arriano se
identificó con Arriano de Nicomedia (Tovar, 1975), pero se ha planteado la posibilidad de
que sea de otro personaje del mismo nombre ya del siglo III (Beltrán, 1992. Fernández,
2007).
87
Sobre Arriano de Nicomedia: Wheeler, 1977. Stadter, 1980. Syme, 1982.
88
Arriano, Cynegeticus, 1, 4.
89
Beneš, 1978. Gudea, 2013: 514 ss. Farkas, 2015: 122 ss.
90
Esta unidad hispana fue reclutada por Trajano y estuvo destinada en Nórico o Retia, de
donde fue trasladada a Dagusa (Capadocia) durante las guerras partas (Roxan, 1973: 112 s.).
91
Sobre estas unidades del ejército de Capadocia y su participación en la campaña contra los
alanos: Arriano, Disposición de marcha y orden de batalla contra los alanos, 1-2. Pelham,
1896: 637 s. Cheesman, 1914: 159. Roxan, 1973: 111 ss., 433. Bosworth, 1977: 232.
Speidel, 2009: 596, 602, 607-609, 614, 621, 624 s., 626.
92
La estela de prefecto se encontró en Petra (Jordania) (Salomies y Fiema, 2009).
93
Santos, 1988: 211,
94
En esta campaña la cohorte estaba mandada por Pulcher: Arriano, Disposición de marcha
y orden de batalla contra los alanos, 2.
95
Sobre esta unidad astur-galaica: Santos, 2004.
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150 Eduardo Peralta Labrador
familiarizado con las formas de combatir de las unidades formadas con gentes del
norte y de otras partes de Hispania96.
Comienza por ello Arriano su descripción sobre las maniobras de la caballería
romana de tiempo de Adriano ( ¸Rwmaiªa i(ppika( gumna¿sia) indicando con
toda claridad que habían sido adoptadas de la caballería hispana y gala, que como
hemos visto eran los pueblos entre los que se reclutó originalmente la mayor parte
de la caballería auxiliar del ejército. La traducción de Eduardo Peralta Ferrer a la
que ya hemos aludido -la primera y la única existente por el momento en castellano-
es la siguiente:
En los pasajes siguientes Arriano describie con detalle las maniobras galas
a las que ya nos hemos referido (petrinos, toloutegon, xynema y testudo) y trata
de la maniobra cántabra:
96
P. Valerio P. f. Gal(eria) Prisco Urc[it]ano ex Hisp(ania) Citer(iore), / praef(ecto)
fabr(um), praef(ecto) coh(ortis) I Asturum et Callaec(orum) in Maur(etania), /
praef(ecto) coh(ortis) I Apamen(orum) sa(gittariorum) in Cappad(ocia),/ trib(uno)
coh(ortis) I Ital(icae) (milliariae) volunt(ariorum) c(ivium) R(omanorum) in
Cappad(ocia), / praef(ecto) alae I Flaviae Numidic(ae) in Africa, / praef(ecto) alae I
Hispan(orum) Aurianae in Raetia./ Vixit amnis [L]XV (CIL VI: 3654. Roxan, 1973: 1
ss., 101 ss.).
97
(XXXIII, 1) Kai¿toi ou)k a)gnowª xaleph\n e)some/nen th\n dh/lwsin twªn
o)noma/twn e(ka¿stwn, oÃti ou)de£ au)toiªj ¸Rwmai¿oij ta£ polla£ thªj patri¿ou
fwnhªj eÃxetai, a)lla£ eÃstin aÀ thªj 'Ibh/rwn hà Keltwªn, e)pei pra/gmata
au)ta\ Keltika\ oÃnta prose¿labon, eu)dokimh/santoj au)toiªj e)n taiªj
ma/xaij touª Keltwªn ippikouª. (XXXIII, 2) ei) ga/r toi e)p’ aÃll% t%, kai\
e)pi\ t%ªde aÃcioi e)paineiªsqai ¸Rwmaiªoi, oÃti ou) ta\ oi)keiªa kai\ pa¿tria
ouÃtwj ti h)ga/phsan, w¥j ta( pa£ntaxo/qen kala\ e)pileca¿menoi oi)keiªa
sfi/sin e)poih/sauto.
98
(XL, 1) e)n tou/t% de\ Kantabrikh/ tij kaloume/nh e)pe/lasij gi¿netai, w¨j
dokeiªn eÃmoige a)po\ Kanta/brwn 'Ibhrikouª ge/nouj tau/tv o)nomasqeiªsa,
oÀti e)keiªqen au)th¿n prosepoi¿hsan sfi¿si ¸Rwmaiªoi. (XL, 2) eÃxei de\ wÒde. h(
probolh\ me\n h( twªn i¸ppe/wn, kaqa/per e)c a)rxhªj, e)n a)rister#ª touª
bh/matoj pefragme/nh e)kte/taktai, plh/n ge dh\ twªn du/o i¸ppe/wn twªn
e)kdexome/nwn ta\ e)p' eu)qu\ a)ko/ntia. (XL, 3) e)pelau/nousi de\ a)po\ twªn
deciwªn wÀsper kaiì to\ pro/sqen e)gkli¿nontej e)piì do/ru, e)pelano/ntwn de\
HISPANIA ANTIQVA. REVISTA DE HISTORIA ANTIGUA, XLII (2018): 123-198
ISSN: 2530-6464
152 Eduardo Peralta Labrador
Por este texto vemos que el Kantabriko\j ku/kloj era un tipo de carga
particular en la que se ejecutaba un movimiento de doble giro. El más fácil de
realizar era la dextratio, que consistía en el giro a la derecha, quedando el flanco
izquierdo del jinete expuesto hacia el enemigo protegido por el escudo, lo que le
permitía lanzar las jabalinas con relativa comodidad. Contrariamente, el giro hacia
la izquierda obligaba al caballo a un cambio de la pata delantera en la marcha y al
jinete a seguir sosteniendo el escudo con la mano izquierda desplazándolo hacia la
au)twªn e)n a)riter#ª touª bh/matoj a)rcame/nh aÃllh e)pe/lasij gi¿gnetai e)j
ku/klon e)pistre/fousa. (XL, 4) oi¸ de\ i¸pphªj ouÂtoi ou)k a)konti¿oij kou/foij
diaxrwªntai eÃti, a)lla\ custoiªj do/rasin, a)sidh/roij me/n, t%ª? ba/rei de\
ouÃte toiªj e)cakonti¿zousin eu)fo/roij, ouÃte e)f' ouÁj e)kpe/mpetai
a)kindu/noij. (XL, 5) kaiì e)piì t%ªde paragge/lletai mh/te touª kra/nouj
stoxa/zesqai twªn parippeuo/ntwn mh/te e)j to\n iàppon to\ do/ru meqie/nai,
a)lla\ ga\r priìn e)gkliÍnai to\n i¸ppe/a kaiì paragumnwªsai¿ ti thªj pleraªj
hÄ e)kfhªnai touª nw¯tou e)pistrafe/nta, au)touª dh\ touª qureouª
stoxazo/menon w¨j biaio/tata e)nara/cai to\ do/ru. (XL, 6) kaiì to\ a)kribe\j
touªde touª eÃrgou e)n toiªsd¡ e)sti¿n, ei) w¨j e)gguta/tw toiªj parippeu/ousi
pela/saj o( e)j to\n Kantabriko\n touªton ku/klon kaqesthkwÜj w¨j
ma/lista kata\ me/sou touª qureouª to\ do/ru e)cakonti¿seien, to\ d¡ e)mpeso\n
t%ª? qure%ª? ktuph/seien hÄ kaiì die/lqoi di' au)touª diampa/c, kaiì o( deu/teroj
e)piì tou/t% touª deute/rou e)ci¿koito, kaiì o( tri¿toj w¨sau/twj touª tri¿tou,
kaiì oi¸ e)fechªj twªn e)fechªj e)n stoi¿x% kata\ ta\ au)ta/. (XL, 7) oÀ te ga\r
ktu/poj a)me/lei e)kplhktiko/j, kaiì o( e)celigmo\j e)n t%? toi%ª?de eu)sxh/mwn
fai¿netai, kaiì toiªj me\n eu)stoxi¿aj te kaiì sfodro/thtoj e)n t%ª?
a)kontism%ª? mele/th gi¿gnetai, toiªj de\ a)sfalei¿aj te kaiì fulakhªj pro\j
tou\j e)pio/ntaj. (XL, 8) e)piì tou/toij de\ thªj sunexei¿aj touª e)cakontismouª
mele/th te kaiì e)pi¿deicij poieiªtai e)k tw?n i¸ppe/wn ou) pa/ntwn ®ou) ga\r
pa/ntej e)pith/deioi e)j th/nde th\n o)cu/thta®, a)lla\ ga\r oÀsoi au)twªn aÃkroi
e)j i¸ppikh\n (XL, 9) ouªtoi kaqistaªsi me\ntou\j i(/ppouj, e)n deci#ª eÃxontej
aÃkron to\ bhªma, e)keiªqen de\ a)tre/ma proi+o/ntoj touª i(/ppou eÃste e)piì th\n
o)fruªn touª e)skamme/nou xwri¿ou, xrh\ w¨j pleiªsta kaiì w¨j sunexe/stata
kaiì w¨j e)piì mh/kisto/n te kaiì e)j to\ a)nw¯malon kaiì aÀma kradaino/mena
meqie/nai. (XL, 10) kaiì a)gaqo\j me\n oÀstij pentekai¿deka a)ko/ntia meqie/nai
w¨j xrh\ priìn e)kbhªnai touªde touª xwri¿ou to\n i)/ppon e)ch/nusen. (XL, 11)
polu\ de\ tou/tou e)ndikw¯teron e)painoiªto aÄn oÀstij kaiì e)j ta\ eik/) osi
proubh. wj¨ to/ ge u¥per\ tautaª ou)ke/ti thªj a)kribei¿aj e)xome/nwn
gi¿gnetai, a)lla\ klepto/ntwn to\ polu\ kata\ th\n sta/sin touª i(/ppou e)piì
pleiªon gignome/nhn, w¨j eÃti e(sthko/toj fqa/sai du/o hÄ tri¿a a)konti¿sai, hÄ
u(perba/ntoj th\n o)fruªn touª e)skamme/nou. (XL, 12) a)ll' eÃgwge polu\
maªllon e)painw? to\ e)nno/mwj drw¯menon hÃper to\ e)j eÃkplhcin twªn
o(rw¯ntwn sofizo/menon.
FIG. 16.- Estela funeraria cántabra de San Vicente de Toranzo (Cantabria) con jinete arrojando
venablos o jabalinas (Foto: E. Peralta); y lanzamiento de jabalinas (iaculatio) extraidas de un carcaj, tal
como se hacía en la Carga Cántabra (Dibujo: Hyland, 1993).
FIG. 17.- Estela de Cherchell (Argelia) de un instructor de caballería con posible representación
lateral de la maniobra cántabra (Dibujo: Peralta a partir de foto de Speidel, 1996), y reconstrucción de la
forma elíptica de la Carga Cántabra según la representación de la estela de Cherchell y las
recomendaciones de Jenofonte (Dibujo de Markus Junkelmann reformado por E. Peralta).
104
Hyland, 1993: 141.
105
Perea, 2012.
106
Estrabón, III, 3, 7.
107
Peralta, 2000: 210, 246; Id., 2004: 278.
108
Ocejo, 2012: 258 ss.
109
Peralta, 2004: 278, 301.
110
Q. Gavio / Sex(ti) filio / Collina (tribu) / Frontino, / Centurio/ni sing(ularium). /
Sex(tus) Gavius / Paulus, /pater, fillio qui / militavit / annis III, / mens(ibus) VII, /diebus
XXII. / Vixit ann(is) / XXVIII, di/ebus XVIII (Speidel, 1996: 57 ss.).
cántabra descrita por Arriano111. Como señala Speidel, esta forma alargada o en
elipse de los anillos de la lápida de Frontino se ajusta a las recomendaciones del
libro de equitación de Jenofonte, que indica que el dispositivo de elipse alargada u
oblonga al evolucionar dos formaciones en anillo era preferible al circular tanto por
la tendencia de los caballos a salir en línea recta del giro como porque esto les
permitía alcanzar mayor velocidad, lo que era mas importante que la elegancia del
círculo112. La figura en 8 de la lápida, según también indica Speidel, podría ser
igualmente una representación de un picadero para el entrenamiento en esta
maniobra, aunque normalmente estos recintos eran de forma circular (gyrus) y
estaban situados dentro o fuera del campamento de la unidad de caballería 113.
Los ataques en círculo no eran exclusivos de los cántabros puesto que la
caballería germana ejecutaba una maniobra que consistía en avanzar en columna en
línea recta y girar repentinamente a la derecha formando un círculo cerrado,
combatiendo mezclados jinetes e infantes. Sin embargo, tal como indica Tácito, esta
maniobra germana era más sencilla que las que realizaba la caballería romana, ya
que los caballos de los germanos no destacaban por su estampa ni por su velocidad,
ni estaban tan bien adiestrados a realizar los variados caracoleos característicos de
los caballos del ejército romano 114. Lucano menciona a este respecto que algunos
escuadrones de la caballería de César en la batalla de Ilerda realizaron con éxito una
maniobra de ataque en círculo rotando hacia la izquierda y protegiéndose con sus
escudos 115. Ya a finales del siglo VI el emperador bizantino Mauricio instaba a
recuperar las tácticas y maniobras de la caballería romana, entre ellas los ataques en
círculo y recomendaba una maniobra de entrenamiento llamada el “ejercicio
escita”, similar a la Carga Cántabra pero en el que las dos turmas inicialmente se
separaban en sentido opuesto y en línea recta para luego formar los círculos y
converger una formación sobre la otra 116.
111
Speidel, 1996: 57-62.
112
Jenofonte, Peri Hippikes (7, 13): i(ppasi/an d°e)painou=men thìn pedh/n
kaloume/nhn: e£p°a)mfote¿raj ga£r ta£j gna¿qous stre¿fesqai e)qi¿zei. Kaiì
toì meta¿ballesqai deì thìn i(ppasi¿an a)gaqo¿n, iÀna a)mfo¿terai ai( gna¿qoi
kaq' e(ka¿teron thjª i(ppasi¿aj i)sa¿zwntai. (7, 14): e)painouªmen de\ kaiì thìn
e(teromh/kh pe¿dhn maªllon thªz kukloterouªj. hÀdion me£n ga£r outwÀj aÀn
stre¿foito o( iÀppoj hÀdh plh¿phj wÀn touª eu)qe¿oj, kai£ to¿ te o)rqodromeiªn
kai£ to£ a)poka¿mptein aÀma melet¿%¿h aÀn.
113
Speidel, 1996: 59. Sobre los recintos de entrenamiento: Junkelmann, 1991: 113 ss.
Hyland, 1993: 25.
114
Tácito, Germ., VI, 3-4.
115
Lucano, Phars., IV, 44-45:….dux equitemque iubet succedere bello munitumque latus
laeuo praeducere gyro.
116
Mauricio, Strategicon, 6, pr. I.
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158 Eduardo Peralta Labrador
FIG. 18.- La “caracola” según un grabado de 1630 de Balthasar Moretus para el tratado De
Militia Eqvestri Antiqva Et Nova Ad Regem Philippvs IV, de Herman Hugo.
FIG. 19.- Estela de Ujo (Mieres) dedicada al astur Gaio Sulpicio Ursulo, prefecto de los
symmachiarios astures (Museo Arqueológico de Asturias. Foto: cortesía de Astur Paredes); y signífero
de una unidad de symmachiarios ¿bátavos? (Grosvernor Museum, Chester).
117
Albi de la Cuesta, 2005: 91 s. Puype, 2006: 205-207.
118
Sobre este tipo de tropas: Speidel, 1975: 202-231. Southern, 1989: 81-140. Reuter, 1999:
359-569.
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160 Eduardo Peralta Labrador
lápida funeraria del astur Gaio Sulpicio Ursulo aparecida en Ujo (Mieres, Asturias),
en la que se indica que su primer cargo militar fue el de praefecto symmachiarorum
asturum durante las guerras dacias de finales del siglo I d.C. 119 y que culminó su
carrera militar como prefecto de la Legio III Augusta justamente en el campamento
de Lambaesis (Numidia) donde se ejecutó el cantabricus densus ante el emperador
Adriano 120. Del epígrafe de Ujo puede deducirse además que el militar mencionado
habría sido reclutado en territorio astur al frente de la unidad de tropas irregulares
astures.
La presencia de symmachiarios cántabros de este tipo parece que era habitual
en los ejércitos romanos desde comienzos del siglo II d.C. porque el Pseudo-
Hyginio alude a una unidad de setecientos de ellos junto a otras nationes de britanos
(500), dacios (700), gétulos (900) y palmirenos (500) 121. Eran formaciones de
aliados eventuales que aparecen como refuerzos en los campamentos romanos de
esta época, a los que dada su escasa romanización se les transmitían las órdenes
oralmente (viva tessera) en su lengua autóctona (vocabulo suo) y no por escrito
como al resto de las tropas122, y también acampaban a su manera no romana tras la
retentura rodeados de unidades romanas para tenerlos controlados 123. Este tipo de
119
G(aio) Sulpicio Vrsulo/ praef(ecto) Symmachi/ariorum Asturum / belli Dacici,
c(enturioni) leg(ionis)/ I Minerviae p(iae) f(idelis)/ (centurioni) coh(ortis) XII Vrba/nae,
c(enturioni) coh(ortis) IIII/ praetoriae, p(rimo) p(ilo)/ I leg(ionis) XIIX, praef(ecto) /
leg(ionis) III Aug(ustae)/ G(aius) Sulp(icius) Afr(icanus) pos(uit) (Diego Santos, 1985: 90
ss., nº 22. Santos ,1981: 202 ss. Le Roux, 1982: 285 ss.; Id., 1985a: pp. 84 ss.).
120
Le Bohec, 1989a: 132.
121
Pseudo-Hyginio, De munitionibus castrorum, 30: Datos itaque numeros, qui infra scripti
sunt, sic computabimus: legiones III; vexillarii MD;, cohortes praetoriae IIII; equites
praetoriani CCCC; equites singulares imperatoris CCCCL; alae miliariae IIII,
quingenariae V; Mauri equites DC; Pannonii veredarii DCCC; classici Misenates D,
Ravennates DCCC; exploratores CC; cohortes equitatae miliariae II, quingenariae IIII;
cohortes peditatae miliariae III, quingenariae III; Palmyreni D, Getuli DCCCC, Daci DCC,
Brittones D, Cantabri DCC; centuriae statorum II.
122
Pseudo-Hyginio, De munitionibus castrorum, 43: Symmacharios et reliquas nationes
qoutiens per strigas distribuimus, non plus quam tripertiti esse debebunt nec longe
abalterutrum ut viva tessera suo vocabulo citationes audiant. Observabimus primae strigae
signis idem adsignari quod cohorti primae, ut viae vicinariae percurrant.
123
Pseudo-Hyginio, De munitionibus castrorum (19): Lateribus eiusdem tendere debent ad
viam quintanam centuriae statorum ut posticum praetorii tueantur et proximi sint
praetorium; quibus duplam pedaturam adsignabimus quod eisdem tentoriis utantur quibus
cohortes praetoriae. Super quos cohors peditata quingenaria vel equitata, prout strigae
magnitudo fuerit, poni debebit. Et per reliquas strigas cohortes peditatae vel equitatae ad
viam quintanam spectare debebunt; et super symmacharii et reliquae nationes tendere
debebunt; et ita fiet ut omni parte Nationes, ut supra scriptum, contineantur. Id., (29):
Nationes, --Cantabri, Getuli, Palmyreni, Daci, Brittones--, centurias statorum et si quid
aliud datum fuerit in exercitu symmachariorum, [in] retentura ponibus. Camelis cum suis
epibatis singulis pedes V adsignabimus. Tendere debebunt, si in hostem exituri erunt, in
FIG. 20.- Reconstrucción del campamento del Pseudo-Hyginio con la ubicación de los
symmachiarios cántabros (Lenoir, 1979).
Otra significativa diferencia respecto a los auxiliares regulares, tal como señala
René Cagnat, era que los nuevos reemplazos para los numeri seguían reclutándose
en los territorios originarios de la unidad y llevados desde allí hasta el
acantonamiento de la misma 128. Para el caso de los cántabros estas tropas se
reclutarían probablemente en las zonas más apartadas de su territorio. A este
respecto sabemos por Estrabón que en época de Tiberio las zonas accesibles de
Cantabria controladas por los romanos habían recibido el influjo de la cultura de los
conquistadores y que habían ido remitiendo sus costumbres y carácter guerrero (es
de suponer que alrededor de Iuliobriga, los puertos costeros y en las partes
meridionales de la Cordillera), pero que en las zonas agrestes donde no llegaban las
vías de comunicación ni la presencia romana los indígenas conservaban todavía sus
duros modos de vida y sus hábitos guerreros 129, y por lo que indica el Pseudo-
Hyginio también su lengua.
Estas tropas se reclutaban entre los peregrini igual que los auxilia de las
cohortes y alas, pero a diferencia de éstos los miembros de las nationes no recibían
la ciudadanía romana al terminar su servicio. Procedían de pueblos bárbaros o
semibárbaros que habitaban dentro del Imperio o en sus límites, y sus unidades se
diferenciaban del ejército regular formado por las legiones y los auxiliares de las
alas y cohortes. Se ha propuesto considerarlos como una especie de milicias
locales130, o más probablemente como contingentes suministrados por pueblos o
príncipes indígenas vasallos que recibían el título honorífico de aliados de Roma 131.
Cabe pensar a este respecto como suministradores de las tropas de symmachiarios
en los principes de las aristocracias locales de los pueblos del Norte representadas
por jefaturas como el princeps cantabrorum de Robledo de la Guzpeña (Prado de la
Guzpeña, León) y el princeps de otra inscripción de Pedrosa del Rey (Nuevo Riaño,
León), ambos cántabros vadinienses132. Como interpreta Le Roux, la relación del
nombre de los symmachiarios con el griego su¿mmaxoi (“aliado de guerra,
auxiliar”) implicaría la existencia de una alianza o un contrato o foedus como origen
en el reclutamiento de este tipo particular de tropas. En cambio las nationes, pese a
ser unas tropas similares que conservaban también su armamento y organización
nacional, habrían sido enroladas directamente por Roma mediante un dilectus más o
menos forzoso 133.
Desde Adriano los numeri bárbaros llevaban sus estandartes y armas
nacionales. Cada numerus de infantería tenía su signifer, cada numerus de caballería
su imaginifer, y cada turmae de caballería en que se subdividía la anterior unidad su
128
Cagnat, 1877-1919: 118.
129
Estrabón, III, 3, 8.
130
Callies, 1964.
131
Lenoir, 1979: 130 s.
132
Mangas y Martino, 1997. Mangas, 1999: 307-313. Pitillas, 2003: 87 ss. Sánchez-
Lafuente y Ordoñez, 2017.
133
Le Roux, 1985a: 291 s.
vexillarius. Y es a través de estas tropas de los numeri como las enseñas bárbaras
entraron probablemente en el ejército romano 134. Disponemos de buenas
representaciones en la Columna Trajana y en otros monumentos de los diferentes
estandartes que tenían los dacios (el draco con cabeza de lobo y vexilos
cuadrangulares con flecos colgantes) que pueden orientarnos sobre las enseñas que
utilizarían los symmachiarios de este origen reclutados por Roma, aunque nada nos
ha llegado de las demás nationes mencionadas por el Pseudo-Hyginio. Si hay
algunas representaciones que prueban que los auxiliares de las nationes llevaban sus
estandartes de guerra bárbaros, como se ve en la estela conservada en el Grosvenor
Museum de Chester: se trata de un signífero (posiblemente bátavo) que empuña una
enseña rematada por una figura de toro y un singular tridente en la parte inferior
para hincarla en el suelo; el personaje lleva además vestimenta y armas no
romanas 135. Otro portaestandarte de un Numero Divitiensium de Serdica (Sofía)
porta una estatuilla de una divinidad rematando la enseña de su unidad 136.
Puede deducirse de todo ello que los cántabros y astures de este tipo de
unidades también llevarían sus propias enseñas y portaestandartes. Sobre la
utilización por los hispanos en el siglo I d.C. de enseñas militares autóctonas
disponemos de representaciones en estelas funerarias hispanorromanas procedentes
de Lara de los Infantes y de Iglesia Pinta (Burgos) en las que aparecen guerreros
indígenas que portan unos signa no romanos con forma de lanza de la que cuelgan
simétricamente unos adornos laterales137.
Sabemos por dos autores de finales del siglo II d.C. que existió en el ejército
romano una enseña militar denominada cantabrum. Se trata de Marco Minucio
Félix y de Quinto Florens Tertuliano, apologistas cristianos de cuyas vidas trató D.
Joaquín González Echegaray en su estudio sobre el cantabrum y su confusión
moderna con el labarum de Constantino 138. Buenos conocedores de las cuestiones
militares -Minucio Félix procedía de la militarizada provincia de Numidia y
Tertuliano era hijo de un centurión139-, éstos se refieren en sus obras a la veneración
y al culto que se rendía en los campamentos romanos a las enseñas militares
cruciformes como los signa, los vexilos y los cántabros, y describen a los dos
últimos como paños adornados que pendían de un travesaño sujeto en la parte
134
Reinach, 1909: 1319-1320.
135
Domaszewski, 1885: 75. Reinach, 1909: 1320. Zehetner, 2009: 163.
136
Woods, 2006.
137
Abásolo, 1974: 46 s., 96 s., láms. XVII, 2 y LVI, 2; Id., 1977: 81, lám. II. Albertos
Firmat, 1980: 197-201.
138
González Echegaray, 2008: 192 ss., 198 ss.
139
González Echegaray, 2008: 195 s., 199.
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164 Eduardo Peralta Labrador
superior de un asta 140. No dan más información sobre la forma o el color de esos
paños colgados o en qué se diferenciaban unos de otros. Ambos autores lo que
pretendían era hacer ver a los paganos que ellos también reverenciaban a la cruz
inconscientemente al rendir culto a los estandartes militares cruciformes. El Códice
Teodosiano (siglo V d.C.) menciona a su vez a los cantabrarii entre los colegios
portadores de las enseñas militares y civiles en las ceremonias y procesiones junto a
los vitutuarios, nemesiacos y signíferos 141.
Conocemos bien cómo eran los vexilos 142, pero sobre el cantabrum no nos ha
llegado ninguna representación. Sí disponemos de un testimonio arqueológico que
confirma su utilización por el ejército romano: En Panonia una inscripción votiva
de Aquincum (Budapest) fue dedicada a Mars Gradivus por Clodio Celsino, legado
de la VIIª Legión Claudia y de las vexillationes de Moesia Inferior. En esa
inscripción del pedestal sobre el que iba la escultura de Marte se conmemora la
defensa por los soldados de los estandartes militares del emperador legítimo durante
una revuelta en Aquincum, que tuvo lugar en alguno de los episodios de las
usurpaciones que se produjeron a mediados del siglo III d.C., y se menciona que se
trataba de las enseñas conocidas como vexilos y cántabros: [de vexillis et
can]tabris143. Presumiblemente la lucha habría tenido lugar en el mismo santuario
del campamento donde se guardaban los estandartes militares.
De la pieza se han ocupado diferentes autores y una de las restituciones del
texto es la siguiente 144:
140
M. Minutius Felix, Octavius, XXIX, 7: Cruces etiam nec colimus nec optamus. Vos
plane, qui ligneos deos consecratis, cruces ligneas ut deorum vestrorum partes forsitan
adoratis. Nam et signa ipsa et cantabra et vexilla castrorum quid aliud quam inauratae
cruces sunt et ornatae ?. Tertulianus, Apologetycum, Pars IV, Capitulum XVI, 8: Religio
Romanorum tota castrensis signa veneratur, signa iurat, signa omnibus deis praeponit.
Omnes illi imaginum suggestus in signis monilia crucum sunt; siphara illa vexillorum et
cantabrorum stolae crucum sunt. Laudo diligentiam: Noluistis incultas et nudas cruces
consecrare. Tertulianus, Ad Nationes, I, 12: Sic etiam in cantabris atque vexillis, quae non
minore sanctitate militia custodit, siphara illa vestes crucum sunt.
141
Codex Theodosianus 14.7.2 (3h), en De Collegiatis: Impp. Honorius et Theodosius aa.
Liberio praefecto praetorio. Post alia: collegiatos et vitutiarios et nemesiacos signiferos
cantabrarios et singularum urbium corporatos simili forma praecipimus revocari.
142
Rostovtzeff, 1942: 92-106. Quesada Sanz, 2007: 71 ss., 86 s. Kavanagh, 2015: 222 ss.
143
La pieza se encuentra en el Aquincumi Múzeum de Bupapest (nº invent: 64.10.70).
144
Alföldi, 1935. Heuten, 1937. Egger, 1937-1940. Fitz, 1971. Okamura, 1992. Körner,
2002: 296-299. Kovács, 2008. Kovács y Szabó, 2009: 193 s. Perea, 2010: 83 ss.
FIG. 21.- Inscripción votiva de Aquincum (Budapest) del siglo III d.C. que menciona a los
vexilos y cántabros (Heuten, 1937).
145
CIL. III, p. 20, n. 200=III, s, 10832. Ljubić, 1880: 8-9.
146
Tal como me indicaron amablemente en su momento la Dra. H. Gimeno y el Dr. A.
Stylow.
147
Peralta, 2000: 233, n. 2122.
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166 Eduardo Peralta Labrador
FIG. 22.- Reverso de antoniniano de Galieno con representación del Iovi Cantabrorum (Foto:
cortesía de coinproject.com).
148
Perea, 2010: 89.
cantabrum149. Gilbert Heuten fue el primero en considerar ya desde 1937 que este
dios pudo ser el numen de los estandartes llamados cantabra utilizados por las
legiones y las vexillationes del ejército de las provincias danubianas, relacionando
ésta y otras emisiones de Galieno dedicadas a los aspectos de Júpiter vinculables al
ejército (Iuppiter Victor, Stator, Conservator, Propugnator) con la fides militum
también celebrada en otras monedas del mismo emperador como parte del
programa de pacificación de las tropas danubianas, con el que relaciona igualmente
el episodio de la defensa de los vexilos y los cántabros por las tropas de Clodio
Celsino conmemorado en el monumento de Aquincum 150.
La interpretación de Heuten fue asumida y ampliada por Lawrence Okamura,
para el que las acuñaciones de Siscia dedicadas a un marcial Júpiter de los
estandartes cántabros serían en agradecimiento a la divinidad que había ayudado a
las unidades portadoras de los cantabra (vexillationes) a defender los Balcanes de
las invasiones bárbaras y de los usurpadores romanos 151. Ramón Teja sigue la
interpretación de estos autores152, pero Sabino Perea, que interpreta igualmente la
leyenda monetal en el sentido de “Júpiter de los estandartes llamados cantabra” 153,
no cita todos estos trabajos precedentes que planteaban ya dicha hipótesis 154.
Al igual que con la maniobra llamada Carga Cántabra, como hemos visto
anteriormente, este último autor afirma rotundamente también que el cantabrum
tampoco tenían nada que ver con los cántabros del norte de Hispania 155, cuestión
con la que no podemos estar de acuerdo porque lo normal es que un elemento
militar que llevaba el nombre de un pueblo hubiese sido adoptado de ese pueblo:
este es el caso de otros estandartes de la caballería romana contemporáneos del
cantabrum, como el draco sármata -denominado por el griego Arriano con el
arcaismo “Escita” 156- que es una enseña que acompañó a la introducción en la
caballería en tiempos de Adriano de maniobras de los sármatas danubianos 157. A
este respecto sabemos de la entrada en el 175 d.C. en el ejército romano de un
149
El cetro que porta el Iovi Cantabrorum Perea lo confunde con una lanza o enseña y
propone identificarlo con un cantabrum, que supone que sería un distintivo de unidades de
infantería frente a los vexilos propios de la caballería (Perea, 2010: 89), interpretación
errónea que repiten quienes han seguido a este autor (Kavanagh, 2015: 263).
150
Heuten, 1937: 482 ss.
151
Okamura, 1992.
152
Teja, 1999.
153
Perea, 2010: 87.
154
Eduardo Kavanagh, en su reciente y por otra parte excelente monografía sobre las
enseñas militares romanas, sobre esta cuestión sigue a Sabino Perea y considera
erróneamente a este autor como el primero en haber relacionado el Iovi Cantabrorum con el
cantabrum (Kavanagh, 2015: 263).
155
Perea, 2010: 89-90.
156
Arriano, Tactica, XXXV.
157
Arriano, Tactica, XLIV, 1.
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168 Eduardo Peralta Labrador
FIG. 23.- Signífero del Ala I Hispanorum (Foto: Museum der Stadt, Worms).
158
Dión Casio, LXXI, 16.
159
Sobre el draco: Reinach, 1909: 1321. Coulston, 1991. Quesada, 2007: 101 ss. Kavanagh,
2015: 182 ss., 194 ss. Sobre los catafractarios: Richardot, 1998: 215 ss. Negin, 1998.
160
Arriano, Tactica, XXXV, 2.
Dado que los auxilia hispanos de las cohortes de infantería eran unidades
regulares del ejército equipadas a la romana, en las representaciones funerarias de
sus signíferos y portaestandartes se les ve ostentando armamento y enseñas de tipo
romano. Es el caso del signum de la conocida estela del signifer Pintaius de la
Cohors V Asturum 161. Contrariamente, en las alas de caballería reclutadas en las
áreas célticas o tracias de Europa se conservó mejor el carácter étnico originario y
esto se refleja en ocasiones en sus peculiares enseñas militares, como en la estela
del helvecio Quinto Carminio Ingenuo (Worms), signífero del Ala I Hispanorum,
que enarbola un poco habitual signum de caballería tipo lanza con travesaño
perpendicular del que cuelgan cuatro peltas con forma de hoja de hiedra162. Otro
ejemplo es el del monumento procedente de Bonn del vexilario galo Vellauno
Biturix, del Ala Longiniana, que sostiene un peculiar vexilo que ostenta en el paño
una cabeza de toro con tres cuernos, animal mítico identificable con la divinidad
gala Tarvos Trigaranos (El toro de tres cuernos) 163. Y en un tercer monumento
funerario procedente de Cirencester (Inglaterra), dedicado a un jinete de un Ala
Tracia, se ve un estandarte no romano rematado en un disco del que cuelgan
lateralmente dos cinchas o corbatas rígidas 164.
Se trata de enseñas propias de las unidades de caballería reclutadas entre esos
pueblos, con formas, emblemas y simbología no romanas que entraron así al
ejército romano 165, como también lo hizo otro tipo de equipamiento de la caballería,
caso de la silla de montar celta con pomos 166, y de la cota de malla con esclavina
para cubrir hombros y espalda propia de los jinetes galos167. Como ya hemos visto,
Arriano se refirió expresamente a esta adopción por el ejército romano del
armamento y del equipo de la caballería gala e hispana168. El influjo de la caballería
hispano-gala en el ejército romano se constata también en el culto a divinidades
célticas vinculadas a la caballería como las dii campestres, divinidades tutelares de
los campos de entrenamiento asociadas a las Matres y a la diosa de los caballos
161
Rheinisches Landesmuseum de Bonn (nº invent: U 98): Santos, 1981: 241 s. Perea, 1996:
255-274. Quesada, 2007: 70. Vega, 2007: 469.
162
Museum der Stadt de Worms (nº invent: 1.661): Kramer, 2014: 126 ss. Kavanagh, 2015:
265, 491.
163
Rheinisches Landesmuseum de Bonn (nº invent: 8.192): Cheesman, 1914: 40, n 1 (sobre
el toro de tres cuernos del vexilo como símbolo religioso celta). Haynes, 1999: 10, fn 6
(sobre la interpretación de la figura del vexillum como el toro de tres cuernos). Kramer,
2014: 84 ss., 126 ss. Zehetner, 2009: 164. Kavanagh, 2015: 229.
164
Kramer, 2014: 50 ss. Kavanagh, 2015: 266.
165
Kavanagh, 2014: 268.
166
Connolly, 1987. Hyland, 1993: 45-51. Junkelmann, 1992: 34-74. Quesada, 2005: 135 ss.
167
Feugère, 1993: 91.
168
Arriano, Tactica, XXXIII.
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Epona, cuyos altares se erigían en los recintos para los ejercicios de equitación en
los que se celebraban las demostraciones hípicas sobre las que hemos tratado 169.
FIG. 24.- Vexilario del Ala Longiniana con la divinidad gala Tarvos Trigaranos en el paño de la
enseña (Rheinisches Landesmuseum de Bonn) (Composición: E. Peralta).
169
Sobre dii campestres: Davies, 1968. Irby-Massie, 1996. Haynes, 2013: 224 ss. El culto a
las matres y la diosa céltica de los caballos Epona está documentado en la Meseta Norte,
incluida Cantabria: Peralta, 2000: 233. Olivares, 2002: 250 ss., 254 ss.
170
González Echegaray, 1966: 203-204; Id., 2008: 196 ss., 210.
171
Peralta, 2000: 198.
172
Enseña adoptada en marzo de 2016 por el Parlamento Regional de Cantabria como
símbolo regional. Se trata del mal llamado “lábaro cántabro”, bandera diseñada durante los
años 70 del siglo pasado y en la que se ha estampado sin rigor científico el emblema astral
funerario de la estela discoidea de Barros y se la ha dado el color y el nombre del lábaro del
emperador Constantino I. Sobre esta cuestión: Peralta, 2015.
173
González Echegaray, 2008: 196 ss.
174
Perea, 2010: 90.
175
Tito Livio, XXV, 33; XXXI, 49; XXXIV, 20; XXXIX, 31; XL, 32-33, 40, 48 y 50; XLI,
26; XXXI, 49, 7; XXXIX, 31.
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172 Eduardo Peralta Labrador
para indicar que no es romano 176. José Manuel Pastor Eixarch apuntó que pudiera
tratarse de un vexilo romano de tropas de caballería que actuaron en Hispania o
bien de trofeos capturados a los celtíberos177; y Fernando López Sánchez ha
relacionado dicho vexilo hispano y demás simbología de las monedas con la
jefatura de Coelio Caldo sobre contingentes de caballería hispana, que habrían
participado en la campaña contra los cimbrios en Hispania (104 a.C.) y en Vercellai
(101 a.C.) 178. Sin embargo, la alusión a un doble trofeo de las monedas de Coelio
Caldo permite plantear otra explicación sobre dichos estandartes.
FIG. 25.- Estandartes y trofeos hispano-galos representados en denarios del cónsul Coelius
Caldus (Fotos: cortesía de Syxbid.com y Goldberg Coins and Collectibles).
176
Crawford, 1974: 459. Pastor, 1998: 13 ss. Id., 2004: 1464 ss. López, 2017.
177
Pastor, 2004: 1465 ss.
178
López, 2017.
FIG. 26.- Denarios del cónsul Coelius Caldus (Fotos: cortesía de Sunflower Foundation).
estandartes aludirían a las victorias de Coelio Caldo contra los saluvios en la Galia
Narbonense o contra los cimbrios en Vercellai en 101 a.C. 179 y, ya durante su
pretura en la Hispania Citerior en el 99 a.C., contra los celtíberos180 antes que contra
los cimbrios que invadieron Hispania en 104 a.C., que fueron rechazados por los
celtíberos181. Por ello, el vexilo con paño cuadrado que aparece en estas monedas de
Coelio Caldo no representaría a la caballería hispana al servicio de este personaje si
no un trofeo capturado a los hispanos, de la misma forma que la enseña del jabalí y
el trofeo galo son representaciones de las victorias sobre los galos y los cimbrios.
El principal objetivo táctico de este tipo de enseñas militares era guiar a las
tropas en la batalla sirviéndolas como punto de referencia para mantener agrupadas
a las diferentes formaciones y unidades durante el combate sin que se mezclasen, y
para transmitir a distancia las órdenes y las maniobras a ejecutar. Los ligeros y
manejables vexilos de tela corresponderían teóricamente a la caballería, como
ocurría en el ejército romano, aunque éste también tenía destacamentos de
infantería de las legiones (vexillationes) que los utilizaban. Las representaciones
más antiguas de vexilos cuadrangulares son de la cultura urartia (siglos IX-VI a.C.)
y de la Persia aqueménida (siglos V-IV a.C.), utilizados como enseñas militares o
de sus caudillos, y fueron adoptados por los ejércitos griegos del período helenístico
y por el ejército romano desde inicios de la República182. No se trataba de banderas
de nacionalidad sino de estandartes militares, y para la época y pueblos que nos
interesan normalmente estaban asociados a divinidades de la guerra. El carácter
sacro de las enseñas militares, que entre los pueblos bárbaros tenían también un
rasgo de distintivo étnico tribal, está bien documentado entre galos y germanos 183,
cuyas enseñas principales eran signa rematados en figura de jabalí u otro animal y
vexilos similares a los romanos: este tipo de enseñas aparecen en los trofeos del
arco de Arausio (Orange) 184 y en las monedas conmemorativas de las campañas de
Druso Germánico en la Galia Comata y en Germania, donde se ve un vexilo
germano que encima del paño lleva un creciente lunar y remate en punta de
lanza 185. De la carga mítico-religiosa que tenían los estandartes militares de los
pueblos bárbaros es buen ejemplo el del draco con cabeza de lobo de los dacios,
179
Tito Livio, Periocha, 73. López, 2017: 46 ss.
180
Coelio Caldo actuó en la Hispania Citerior en el 99 a.C., año en el que Obsequens cita
una rebelión lusitana el la Ulterior: Lusitani rebellantes subacti…in Lusitania prospere a
Romanis pugnatum (Schulten, 1937: 149. Corey, 2000: 363, 500).
181
Tito Livio, Periocha, 67 (Schulten, 1937: 147-148).
182
Domaszewski, 1885: 76 ss. Rostovtzeff, 1942. Quesada, 2007: 28, ss., 71 ss. Kavanagh,
2015: 223 ss.
183
César, B.G., VII, 2. Plutarco, Marius, 23. Tácito, Germ., 7, 3.
184
Espérandieu, 1907: 200, 204 s. Amy et al., 1962.
185
Sear, 2000: 373, nº 1893.
representativo de las fratrías iniciáticas guerreras y del nombre de los propios dacios
(“lobos” o “semejantes a lobos”) 186.
FIG. 27.-Enseñas galo-germanas de los trofeos del arco de Arausio (Orange, Francia)
conmerativos de las campañas de Druso Germánico en época de Tiberio (Dibujo: Amy et al., 1962).
Los diferentes pueblos hispanos disponían de estandartes militares por los que
se reconocía a qué nacionalidad o ciudad pertenecían, como sabemos por un pasaje
de Tito Livio que menciona que los suesetanos tenían armas y enseñas
diferenciadas por las que los reconocieron los iacetanos187, y las ciudades celtíberas
disponían de enseñas rematadas en figuras de diferentes animales 188. Los
estandartes eran además los numina de cada unidad militar, y a su vez los diferentes
tipos de signa militaria poseían su propio genius o divinidad, como certifican
diversas dedicatorias al Genius signorum189. Hemos visto a este respecto las
propuestas de considerar al Iovi Cantabrorum como el numen del cantabrum.
Disponemos igualmente de un testimonio del área galaica que nos confirma la
186
Eliade, 1985: 17 ss.
187
Tito Livio, XXXIV, 20.
188
Pastor, 2004.
189
Andrés, 2004: 12 ss., 41 ss.
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190
Deo vexillor(um)/ Martis socio/ Banduae (García Fernández-Albalat, 1990: 36, 159 ss.).
Esta inscripción, aparecida en 1.628, fue considerada falsa por algunos autores, pero en la
actualidad hay sólidos argumentos para considerarla auténtica. En la misma localidad
apareció otra dedicatoria a Bandua hecha por un soldado de la Cohors I Gallica civium
Romanorum adscrita a la Legio VII Gemina, y en este área se da la mayor concentración de
dedicatorias a Bandua y a un Marte indígena (Olivares, op. cit., pp. 87-88, 151-168).
191
Fernández-Albalat, 1990: 159-164. Sobre otras dedicatorias a Bandua por soldados
hispanos del Noroeste: Moreno, 2001: 189 s. 208. López, 2016: 199, 201, 203, 206 s., 208-
209.
192
Roman Inscriptions of Britain: http://romaninscriptionsofbritain.org/inscriptions/1262 y
1263.
193
Iglesias, 1976, estela 94.
difunto (armado con lanza) aparece flanqueado por dos rectángulos con el aspa en
X194. ¿Representaciones de los cantabra o de otra enseña?.
FIG. 28.- Altares dedicados al Genio y los estandartes de la cohorte várdula (High Rochester,
Northumberland) (Dibujo: L.S. Bruce) y estela de Valoria de Aguilar (Palencia) con símbolos similares
al vexilo de la unidad várdula (Foto: E. Peralta).
Existen monedas galas con caballos y una deidad con cuerpo de caballo y
cabeza humana en las que aparece una divinidad dominando a un ser monstruoso o
a un enemigo caido: el héroe divino, probable representación del dios del rayo
(Taranis) vencedor del monstruo serpentiforme, que enarbola un estandarte
cuadrado con el símbolo galo de la X (tipo cruz de San Andrés), emblema que entre
los celtas simbolizaba a la potencia guerrera que representa el rayo, cuyos
emblemas son igualmente la rueda, la doble espiral y la svástica, que también
representaban al astro solar195. En algunas de esas estateras galas el caballo divino
aparece rodeado de símbolos astrales y de la enseña cuadrangular del aspa. Jean-
Jacques Hatt planteó la posible relación de ese símbolo galo del aspa cruzada
derivado de la rueda de Taranis con los orígenes del labarum de Constantino I196, y
194
Nuño, 1999.
195
Lefort des Ylouses, 1949.
196
Hatt, 1950; Id., 1951.
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178 Eduardo Peralta Labrador
con tal divinidad gala de la tormenta relaciona la enseña del aspa cruzada que
también ostentan las estelas galorromanas de Glanum (Saint-Remy de Provence) 197.
El propio nombre céltico labarus (“sonoro, elocuente”) aludiría al carácter celeste y
tonante del emblema con aspas del que derivaría el Crismón del Lábaro 198. Este
lábaro imperial constantiniano, que de acuerdo a los testimonios de que disponemos
era de color púrpura y estaba decorado con piedras preciosas199, tendría una
estrecha relación con los vexilos del emblema del aspa cruzada vinculables al culto
solar persa o galo y al cristianismo primitivo 200.
FIG. 29.- Estateras galas del siglo II a.C. con enseña cuadrangular asociada a caballos y símbolos
solares: de los arvernos, de los vénetos, de los remos y de los bellovacos (Fotos: cortesía de Comptoir
des monnaies y de Numisbids.com).
197
Rolland, 1935.
198
Hatt, 1950: 427. Guyonvarc’h, 1959. Kavanagh, 2015: 162 ss.
199
Lactancio, De mortibus persecutorum, 44. Eusebio de Cesarea, Vita Constantini, Lib. I,
cap. XXXI. Aurelius Prudentius, Contra Symmachum, Lib. I, 461-466 y 486-488.
200
Kavanagh, 2015: 161 ss. 232 ss.
FIG. 30.- Vexilos con el emblema del aspa relacionados con el culto solar: Tetradracma persa del
siglo III a.C. de Artajerjes I orando ante un templo del fuego de Ahura Mazda (Foto: cortesía de
Numisbids. com) y acuñación del siglo IV d.C. del emperador Graciano (Foto: cortesía de Classical
Numismatic Group).
cantabrum se diferenciaba de los vexilla por la forma del paño, su color o algún tipo
de emblema que llevase bordado o pintado lo desconocemos por completo.
CONCLUSIONES
FIG. 31.-Eques romano del siglo I d.C y comienzos del II d.C. Recreación de Hadrian’s Cavalry-
Carlisle 2017 (Fuente: www.northeastfamilyfun.co.uk/2017/06/turma-hadrians-cavalry-charge-in-
carlisle.html).
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