Accion de Tutela F

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HONORABLES CONSEJEROS

H. CONSEJO DE ESTADO (REPARTO)


E. S. D.

REF: Demanda de Tutela


Accionante: IVAN RENÉ GONZALEZ GUALTERO
Accionado: SALA PENAL del H. TRIBUNAL SUPERIOR
DEL DISTRITO JUDICIAL DE
VILLAVICENCIO y JUZGADO PENAL DEL
CIRCUITO DE GRANADA META

Honorables Magistrados,

LEONARDO ROMERO GÓMEZ, mayor de edad, domiciliado en esta


ciudad, identificado como aparece al pie de mi firma, actuando en nombre
y representación del señor IVAN RENÉ GONZALEZ GUALTEROS,
respetuosamente presento ante ustedes ACCIÓN DE TUTELA en contra de
la SALA PENAL del H. TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL
DE VILLAVICENCIO siendo magistrada sustanciadora la Dra. PATRICIA
RODRÍGUEZ TORRES y el JUZGADO PENAL DEL CIRCUITO DE
GRANADA META por violación al derecho fundamental a la igualdad,
debido proceso y defensa de mi poderdante, con fundamento en los
siguientes:

I. HECHOS
1. El (6) de julio de dos mil dieciséis (2016), el Juzgado Penal del
Circuito de Granada, Meta, dentro del Radicado No.
50683610561920138014300, condenó a IVÁN RENÉ GONZÁLEZ
GUALTEROS a doscientos treinta (230) meses de prisión por el delito de
acceso carnal abusivo con menor de catorce años agravado, de
conformidad con lo previsto en los artículos 208 y 211, numerales 3 y 5,
del Código Penal.

2. Contra dicha determinación, la defensa interpuso recurso de


apelación.

3. A la fecha de radicación de la presente acción de tutela, no se ha


resuelto el recurso de apelación interpuesto contra la sentencia de primera
instancia.

4. El nueve (9) de abril de dos mil veintiuno (2021), la defensa solicitó


la libertad por pérdida de vigencia de la medida de la medida de
aseguramiento de IVÁN RENÉ GONZÁLEZ GUALTEROS

5. El señor IVÁN RENÉ GONZÁLEZ GUALTEROS se encuentra


privado de la libertad por cuenta de este proceso desde el 2 de noviembre
de 2014.

6. Para ese momento, el señor IVÁN RENÉ GONZÁLEZ GUALTEROS


completaba seis (6) años y cinco (5) meses de detención preventiva, sin

1
que se resolviera el recurso de apelación interpuesto contra la
sentencia de primera instancia.

7. A la fecha de presentación de la presente acción de tutela, el señor


IVÁN RENÉ GONZÁLEZ GUALTEROS, se encuentra privado de la
libertad y recluido en el CENTRO PENITENCIARIO DE ACACIAS
META, por cuenta del proceso antes aludido.

8. El fundamento de la petición de libertad fue el de invocar la aplicación


del artículo artículo 1º de la Ley 1786 de 2016, en concordancia con la
sentencia C-221 de 2017 de la H. Corte Constitucional y los artículos
7.5 y 8.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos, que
señalan que la medida de aseguramiento no puede durar más de un (1)
año o tres (3), dependiendo el caso y que las medidas cautelares a la
libertad no pueden ser indefinidas

9. El 7 de julio de 2021 el JUZGADO PENAL DEL CIRCUITO DE


GRANADA META negó la libertad solicitada invocando basicamente
que le medida de aseguramiento solo tenia vigencia hasta antes del
anuncio del fallo o lectura del mismo, así mismo invocó la aplicación
del artículo 450 de la Ley 450 de la Ley 906 de 2004 que obligaba al
juez al momento de emitir el sentido del fallo, ordenar la captura
cuando fuera necesaria.

10.Dicha decisión de negar la libertad fue apelada por la defensa técnica.

11.El 27 de agosto de 2021, la SALA PENAL del H. TRIBUNAL SUPERIOR


DEL DISTRITO JUDICIAL DE VILLAVICENCIO resolvió el recurso de
apelación interpuesto contra el auto del 7 de julio de 2021 proferido
por el JUZGADO PENAL DEL CIRCUITO DE GRANADA META,
confirmandolo en su totalidad.

12.De acuerdo con la información de mi poderdante, esta decisión le fue


notificada en el centro penitenciaro en el que se encuentra recluido, el
pasado 14 de septiembre de la presente anualidad.

13.A la fecha de presentación de la presente acción de tutela, el


accionante cumple los siguientes tiempos de detención preventiva por
cuenta del proceso penal antes referido:

FECHA DE PRIVACIÓN DE LA LIBERTAD: 2 DE NOVIEMBRE DE


2014
FECHA SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA: 6 DE JULIO DE
2016
TIEMPO DE DETENCIÓN A LA FECHA: 6 AÑOS Y 11 MESES
TIEMPO DE DETENCIÓN DESDE QUE SE PROFIRIÓ LA
SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA A LA FECHA: 5 AÑOS Y
TRES MESES APROX.

2
II. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DE LA ACCIÓN DE TUTELA

<< 2.1. Antecedentes jurisprudenciales de la H. Corte Constitucional


sobre los “Requisitos generales y causales específicas de
procedencia de la tutela contra providencias judiciales” a tener en
cuenta para resolver la presente acción de tutela.>>

De conformidad con reiterada jurisprudencia de la H. Corte Constitucional


sobre los requisitos y causales que hacen procedente la acción de tutela en
contra de providencias judiciales, se han precisado al menos dos tipos de
requisitos: los primeros, denominados condiciones generales de
procedencia y los segundos, causales especificas de procedencia.

En efecto, ha dicho la H. Corte Constitucional, respecto de las condiciones


generales de procedencia, lo siguiente:

“Las condiciones generales de procedencia son aquellas cuya


ocurrencia habilita al juez de tutela para adentrarse en el
contenido de la providencia judicial que se impugna. Dicho de otro
modo, son las condiciones sine quibus non es posible abordar el
estudio de la providencia judicial impugnada. La Sentencia C-590
de 2005, compilatoria de esta posición doctrinal, presentó así los
requisitos generales de procedencia. Esta Sala las transcribe in
extenso:

24. Los requisitos generales de procedencia de la acción de tutela


contra decisiones judiciales son los siguientes:

a. Que la cuestión que se discuta resulte de evidente relevancia


constitucional. Como ya se mencionó, el juez constitucional no
puede entrar a estudiar cuestiones que no tienen una clara y
marcada importancia constitucional so pena de involucrarse en
asuntos que corresponde definir a otras jurisdicciones 1. En
consecuencia, el juez de tutela debe indicar con toda claridad y de
forma expresa porqué la cuestión que entra a resolver es
genuinamente una cuestión de relevancia constitucional que
afecta los derechos fundamentales de las partes.

b. Que se hayan agotado todos los medios -ordinarios y


extraordinarios- de defensa judicial al alcance de la persona
afectada, salvo que se trate de evitar la consumación de un
perjuicio iusfundamental irremediable2. De allí que sea un deber
del actor desplegar todos los mecanismos judiciales ordinarios
que el sistema jurídico le otorga para la defensa de sus derechos.
De no ser así, esto es, de asumirse la acción de tutela como un
mecanismo de protección alternativo, se correría el riesgo de
vaciar las competencias de las distintas autoridades judiciales, de
concentrar en la jurisdicción constitucional todas las decisiones
inherentes a ellas y de propiciar un desborde institucional en el
cumplimiento de las funciones de esta última.

1
Sentencia 173/93 M.P. José Gregorio Hernández Galindo
2
Sentencia T-504/00. M.P. José Gregorio Hernández Galindo

3
c. Que se cumpla el requisito de la inmediatez, es decir, que la
tutela se hubiere interpuesto en un término razonable y
proporcionado a partir del hecho que originó la vulneración 3. De lo
contrario, esto es, de permitir que la acción de tutela proceda
meses o aún años después de proferida la decisión, se
sacrificarían los principios de cosa juzgada y seguridad jurídica
ya que sobre todas las decisiones judiciales se cerniría una
absoluta incertidumbre que las desdibujaría como mecanismos
institucionales legítimos de resolución de conflictos.

d. Cuando se trate de una irregularidad procesal, debe quedar


claro que la misma tiene un efecto decisivo o determinante en la
sentencia que se impugna y que afecta los derechos
fundamentales de la parte actora4. No obstante, de acuerdo con
la doctrina fijada en la Sentencia C-591-05, si la irregularidad
comporta una grave lesión de derechos fundamentales, tal como
ocurre con los casos de pruebas ilícitas susceptibles de imputarse
como crímenes de lesa humanidad, la protección de tales
derechos se genera independientemente de la incidencia que
tengan en el litigio y por ello hay lugar a la anulación del juicio.

e. Que la parte actora identifique de manera razonable tanto los


hechos que generaron la vulneración como los derechos
vulnerados y que hubiere alegado tal vulneración en el proceso
judicial siempre que esto hubiere sido posible 5. Esta exigencia es
comprensible pues, sin que la acción de tutela llegue a rodearse
de unas exigencias formales contrarias a su naturaleza y no
previstas por el constituyente, sí es menester que el actor tenga
claridad en cuanto al fundamento de la afectación de derechos
que imputa a la decisión judicial, que la haya planteado al interior
del proceso y que dé cuenta de todo ello al momento de pretender
la protección constitucional de sus derechos.

f. Que no se trate de sentencias de tutela 6. Esto por cuanto los


debates sobre la protección de los derechos fundamentales no
pueden prolongarse de manera indefinida, mucho más si todas
las sentencias proferidas son sometidas a un riguroso proceso de
selección ante esta Corporación, proceso en virtud del cual las
sentencias no seleccionadas para revisión, por decisión de la sala
respectiva, se tornan definitivas. (Sentencia C-590 de 2005 M.P.
Jaime Córdoba Triviño)” 7

Y en cuanto a las “causales específicas de procedencia”, la H. Corte


Constitucional ha concluido lo siguiente:

3
Ver entre otras la reciente Sentencia T-315/05 M.P. Jaime Córdoba Triviño
4
Sentencias T-008/98 y SU-159/2000
5
Sentencia T-658-98 M.P. Carlos Gaviria Díaz
6
Sentencias T-088-99 y SU-1219-01
7
H. Corte Constitucional. Sentencia T-012 del 17 de enero de 2008. M.P. Dr. MARCO GERARDO
MONROY CABRA.

4
“25. Ahora, además de los requisitos generales mencionados,
para que proceda una acción de tutela contra una sentencia
judicial es necesario acreditar la existencia de requisitos o
causales especiales de procedibilidad, las que deben quedar
plenamente demostradas. En este sentido, como lo ha señalado la
Corte, para que proceda una tutela contra una sentencia se
requiere que se presente, al menos, uno de los vicios o defectos
que adelante se explican.

a. Defecto orgánico, que se presenta cuando el funcionario judicial


que profirió la providencia impugnada, carece, absolutamente, de
competencia para ello.

b. Defecto procedimental absoluto, que se origina cuando el juez


actuó completamente al margen del procedimiento establecido.

c. Defecto fáctico, que surge cuando el juez carece del apoyo


probatorio que permita la aplicación del supuesto legal en el que
se sustenta la decisión.

d. Defecto material o sustantivo, como son los casos en que se


decide con base en normas inexistentes o inconstitucionales o que
presentan una evidente y grosera contradicción entre los
fundamentos y la decisión.

f. Error inducido, que se presenta cuando el juez o tribunal fue


víctima de un engaño por parte de terceros y ese engaño lo
condujo a la toma de una decisión que afecta derechos
fundamentales.

g. Decisión sin motivación, que implica el incumplimiento de los


servidores judiciales de dar cuenta de los fundamentos fácticos y
jurídicos de sus decisiones en el entendido que precisamente en
esa motivación reposa la legitimidad de su órbita funcional.

h. Desconocimiento del precedente, hipótesis que se presenta, por


ejemplo, cuando la Corte Constitucional establece el alcance de un
derecho fundamental y el juez ordinario aplica una ley limitando
sustancialmente dicho alcance. En estos casos la tutela procede
como mecanismo para garantizar la eficacia jurídica del contenido
constitucionalmente vinculante del derecho fundamental
vulnerado.

i. Violación directa de la Constitución.

Estos eventos en que procede la acción de tutela contra decisiones


judiciales involucran la superación del concepto de vía de hecho y
la admisión de específicos supuestos de procedibilidad en eventos
en los que si bien no se está ante una burda trasgresión de la
Carta, si se trata de decisiones ilegítimas que afectan derechos

5
fundamentales. (Sentencia C-590 de 2005 M.P. Jaime Córdoba
Triviño) (Subrayas y negrillas fuera de texto)”8

Y sobre el desconocimiento del precedente judicial constitucional como


causal autónoma de procedencia de la acción de tutela en contra de
decisiones judiciales, ha dicho la H. Corte Constitucional, lo siguiente:

“4.4.2. Desconocimiento del precedente constitucional como


causal autónoma.

Este defecto se predica exclusivamente de los precedentes fijados


por la Corte Constitucional en su jurisprudencia. Se presenta
generalmente cuando la Corte establece el alcance de un derecho
fundamental o señala la interpretación de un precepto que más se
ajusta a la Carta, y el juez ordinario al resolver un caso limita
sustancialmente dicho alcance o se aparta de la interpretación
fijada por esta Corporación.

En estos casos la tutela procede como mecanismo para garantizar


la eficacia jurídica del contenido constitucionalmente vinculante
del derecho fundamental vulnerado u otros mandatos de orden
superior.

La supremacía del precedente constitucional se deriva del artículo


241 de la Constitución Política, el cual asigna a la Corte
Constitucional la función de salvaguardar la Carta como norma de
normas – principio de supremacía constitucional. En efecto, esta
Corporación ha establecido que, como intérprete de la
Constitución, sus decisiones son obligatorias tanto en su parte
resolutiva como en su ratio decidendi, es decir, la regla que sirve
para resolver la controversia.

Por esta razón, si se desconoce el alcance de los fallos


constitucionales vinculantes, se “genera en el ordenamiento
jurídico colombiano una evidente falta de coherencia y de
conexión concreta con la Constitución, que finalmente se traduce
en contradicciones ilógicas entre la normatividad y la Carta,
que dificultan la unidad intrínseca del sistema, y afectan la
seguridad jurídica. Con ello se perturba además la eficiencia y
eficacia institucional en su conjunto, en la medida en que se
multiplica innecesariamente la gestión de las autoridades
judiciales, más aún cuando en definitiva, la Constitución tiene
una fuerza constitucional preeminente que no puede ser negada
en nuestra actual organización jurídica.”

En este sentido, la Corte Constitucional en la sentencia T-656 de


2011 sostuvo lo siguiente:

“(…) el deber de acatamiento del precedente judicial se hace más


estricto cuando se trata de jurisprudencia constitucional, en la
medida en que la normas de la Carta Política tienen el máximo

8
Ibídem.

6
nivel de jerarquía dentro del sistema de fuentes del derecho, de
modo que las decisiones que determinan su alcance y contenido
se tornan ineludibles para la administración. No entenderlo así,
resulta contrario a la vigencia del principio de supremacía
constitucional”.

De acuerdo con lo expresado por esta Corte en la sentencia T-351


de 2011 el sentido, alcance y fundamento normativo de
obligatoriedad de los pronunciamientos de la Corte Constitucional
varía según se trate de fallos de constitucionalidad o de revisión
de tutelas. No obstante, ambos tienen en común, que se deben
acatar (i) para garantizar el carácter normativo de la
Constitución como norma de normas, en tanto la Corte
Constitucional es el intérprete autorizado de la Carta, y (ii) para
unificar la interpretación de los preceptos constitucionales por
razones de igualdad.

Respecto de las sentencias de control abstracto de


constitucionalidad, la obligatoriedad de la jurisprudencia se
desprende de los efectos erga omnes y de la cosa juzgada
constitucional. Así, cualquier norma que se declare
inconstitucional por la Corte por ser contraria a la Carta, debe
salir del ordenamiento jurídico y no puede ser aplicada por
ninguna autoridad. Igualmente, la ratio decidendi de todas las
sentencias de control abstracto de constitucionalidad –bien
declaren o no inexequible una disposición-, debe ser atendida por
todas las autoridades para que la aplicación de la ley sea
conforme a la Constitución.

En cuanto a los fallos proferidos en sede de control concreto de


constitucionalidad, el respeto de su ratio decidendi es necesario
no solo para lograr la concreción de los principios de igualdad en
la aplicación de la ley y de confianza legítima -que prohíbe al
Estado sorprender a los ciudadanos con decisiones o actuaciones
imprevistas- sino para garantizar los mandatos constitucionales y
la realización de los contenidos desarrollados por su intérprete
autorizado. Por esta razón, la interpretación y alcance que se le dé
a los derechos fundamentales en los fallos de revisión de tutela
deben prevalecer sobre aquella que se realiza por otras
autoridades judiciales, incluyendo altos tribunales de cierre de las
demás jurisdicciones.

En este punto es importante aclarar que en el caso de las


sentencias de unificación de tutela y de control abstracto de
constitucionalidad proferidas por la Corte Constitucional, es
suficiente una providencia para que exista un precedente, “debido
a que las primeras unifican el alcance e interpretación de un
derecho fundamental para casos que tengan un marco fáctico
similar y compartan problemas jurídicos, y las segundas,
determinan la coherencia de una norma con la Constitución
Política”

7
En este orden de ideas, el precedente constitucional puede llegar
a desconocerse cuando: (i) se aplican disposiciones legales que
han sido declaradas inexequibles por sentencias de control de
constitucionalidad, (ii) se contraría la ratio decidendi de
sentencias de control de constitucionalidad, especialmente, la
interpretación de un precepto que la Corte ha señalado es la que
debe acogerse a la luz del texto superior, o (iii) se desconoce la
parte resolutiva de una sentencia de exequibilidad condicionada,
o (iv) se desconoce el alcance de los derechos fundamentales
fijado por la Corte Constitucional a través de la ratio
decidendi de sus sentencias de control de constitucionalidad o de
revisión de tutela[39].

De conformidad con lo expuesto, y con independencia del tipo de


defecto en el que se clasifique –como defecto autónomo o como
modalidad de defecto sustantivo-, el desconocimiento del
precedente constitucional, además de violar los derechos de las
partes a la igualdad y al debido proceso, entre otros, vulnera el
principio de supremacía constitucional, lo que constituye una
razón de más que hace procedente la acción de tutela contra la
providencia atacada.”9

<< 2.2. Sobre el cumplimiento de los requisitos generales de


procedencia de la acción de tutela en el presente caso:
El asunto sub lite es de evidente relevancia constitucional; no
existen otros medios de defensa judicial al interior del proceso; se
cumple el requisito de inmediatez y se ha precisado claramente
cuáles son los hechos que motivan la presente demanda de tutela>>

2.2.1. Que la cuestión que se discuta resulte de evidente relevancia


constitucional.

El asunto tiene marcada importancia constitucional en la medida en que


la decisión de no otorgar la libertad al accionante implica la violación de
los derechos fundamentales a la igualdad, libertad y al debido proceso (ser
juzgado dentro de un plazo razonable).

No es posible que en un Estado Social y Democrático de Derecho como en


el presente caso, carezca de relevancia constitucional que una persona
privada de la libertad, como mi poderdante, tenga que esperar mas de
cinco años y tres meses a que el juez de segunda instancia resuelva un
recurso de apelación contra una sentencia, sin ninguna posibilidad de
poder recobrar su libertad por vencimiento de terminos en la resolucion
del recurso.

Es de marcada relevancia constitucional porque, como expresión al debido


proceso, toda persona tiene derecho a ser juzgada dentro de un plazo
razonable o a ser puesta en libertad sin perjuicio de que continue el
proceso y no a esperar, como sucede en el presente caso, de manera
indefinida a que su sentenciador se pronuncie sobre el recurso, tal y como

9
Corte Constitucional. Sentencia T-309 de 2015.

8
lo establece el artículo 29 de la Constitución Política al establecer que
“toda persona tiene derecho a un debido proceso sin
dilaciones injustificadas” y el numeral 5º del artículo 7º de la
CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS 10 ratificado por
nuestro ordenamiento jurídico interno mediante la Ley 16 de 1972.

2.2.2. Que se hayan agotado todos los medios ordinarios y


extraordinarios de defensa judicial al alcance de la persona afectada.

Es de recordar que no existe otro medio ordinario o extraordinario de


defensa judicial en el sistema jurídico Colombiano al interior del proceso
penal para oponerse a las decisiones que son atacadas mediante la
presente demanda de tutela.

La decisión de primera instancia fue apelada y contra la que la resolvió en


segunda instancia el asunto el pasado 27 de agosto de 2021 no procede
recurso alguno, es decir se agotaron todos los medios ordinarios y
extraordinarios previstos por el ordenamiento jurídico Colombiano para
atacar las decisiones cuestionadas mediante la presente acción de tutela.

En ese orden de ideas, no se corre el riesgo “de vaciar las competencias de


las distintas autoridades judiciales, de concentrar en la jurisdicción
constitucional todas las decisiones inherentes a ellas y de propiciar un
desborde institucional en el cumplimiento de las funciones de esta última.” 11,
por ende la acción resulta procedente.

2.2.3. Que se cumpla el requisito de la inmediatez.

Es claro que la decisión judicial atacada fue adoptada el pasado 27 de


agosto del presente año (menos de dos meses) y según me informa mi
poderdante, le fue notificada el 14 de septiembre de 2021 en el centro
penitenciario en el que se encuentra recluido, luego la presente acción de
tutela se interpuso en “un término razonable y proporcionado a partir del
hecho que originó la vulneración”.

2.2.4. Que la parte actora identifique de manera razonable tanto los


hechos que generaron la vulneración como los derechos vulnerados.

Aunque en el acápite de los hechos de la presente demanda se hizo in


extensum precisión sobre la situación fáctica que sirve de fundamento en
la presente acción de tutela, se hace claridad que los hechos que generan
la vulneración de los derechos fundamentales alegados en el caso sub lite
tienen que ver con la decisión judicial del 27 de agosto de 2021, proferida
por la SALA PENAL del H. TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO
JUDICIAL DE VILLAVICENCIO que confirmó del auto emitido el siete (7)
de julio de dos mil veintiuno (2021), por el Juzgado Penal del Circuito de
Granada, Meta, por medio de la cual se negó́ la libertad por perdida de
10
El texto de la norma citada dice: “5. Toda persona detenida o retenida debe ser llevada, sin
demora, ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales y
tendrá derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad, sin perjuicio
de que continúe el proceso. Su libertad podrá estar condicionada a garantías que aseguren su
comparecencia en el juicio.”

11
H. Corte Constitucional. Sentencia T-012 del 17 de enero de 2008. M.P. Dr. MARCO GERARDO
MONROY CABRA.

9
vigencia de la medida de aseguramiento solicitada a favor de IVÁN RENÉ
GONZÁLEZ GUALTEROS, en el proceso seguido por el delito de acceso
carnal abusivo con menor de catorce años dentro del Radicado No.
50683610561920138014300.

<< 2.3. Causal Específica invocada:


El error cometido por las autoridades judiciales accionadas
es un defecto autónomo por desconocimiento del precedente
constitucional, teniendo en cuenta que las decisiones atacadas son
contrarias a la ratio decidendi de la sentencia de control de
constitucionalidad C-221 de 2017 proferida por la H. Corte
Constitucional, especialmente, en cuanto a la interpretación
constitucional que debe hacerse respecto al plazo que se tiene para
resolver el recurso de apelación contra una sentencia, como causal
de libertad.>>

2.3.1. La ratio decidendi de la sentencia C-221 de 2017.

La ratio decidendi “corresponde a aquellas razones de la parte motiva de la


sentencia que constituyen la regla determinante del sentido de la decisión
y de su contenido específico o, en su definición original, a la formulación
del principio, regla o razón general de la sentencia que constituye la base
de la decisión judicial”12.

En ese orden de ideas, se observa lo siguiente respecto a la ratio decidendi


de la sentencia C-221 de 2017 proferida por la H. Corte Constitucional:

2.3.1.2. Si bien el texto demandado fue el numeral 6 del del artículo 2,


de la Ley 1786 de 201613 que establece como causal de libertad, si
transcurridos 150 días contados a partir del juicio no se ha celebrado la
audiencia de lectura del fallo o su equivalente, lo cierto es que los cargos
formulados por los demandantes no fueron otros que acusar de una
omisión legislativa constitucional relativa con la expedición de la norma en
comento, al no haberse previsto una causal de libertad respecto a los
privados de la libertad en espera de resolverse el recurso de apelación o al
menos no haberse dejado en claro si para aquellos también era procedente
la causal de libertad establecida en la norma antes referida.

2.3.1.3. A partir de los cargos formulados, la H. Corte Constitucional


planteó como problema jurídico a resolver en la sentencia, el siguiente:
“Planteada la discusión en los anteriores términos, corresponde a la Corte
determinar si la disposición, según la cual, transcurridos 150 días
contados a partir de la fecha de inicio de la audiencia de juicio, de no
haberse celebrado la audiencia de lectura de fallo o su equivalente, el
acusado deber ser puesto en libertad, comporta una omisión legislativa
relativa, violatoria de los derechos a la igualdad, la libertad y el derecho
12
CONSEJO DE ESTADO. SECCIÓN TERCERA. SUBSECCIÓN A. Radicación No. 11001-03-15-000-
2020-02467-00. Sentencia de tutela del 31 de julio de 2020. C.P. Dra. MARIA ADRIANA MARÍN
13
El texto de la norma dice: “Artículo 317. Causales de libertad. Las medidas de aseguramiento
indicadas en los anteriores artículos tendrán vigencia durante toda la actuación, sin perjuicio de lo
establecido en el parágrafo 1o del artículo 307 del presente código sobre las medidas de
aseguramiento privativas de la libertad. La libertad del imputado o acusado se cumplirá de
inmediato y solo procederá en los siguientes eventos:(…) 6. Cuando transcurridos ciento cincuenta
(150) días contados a partir de la fecha de inicio de la audiencia de juicio, no se haya celebrado la
audiencia de lectura de fallo o su equivalente”.

10
debido proceso sin dilaciones, al no amparar con la misma prerrogativa al
procesado en espera de la decisión del recurso de apelación interpuesto
contra la sentencia. (Subrayas y negrillas fuera de texto)” 14

2.3.1.4. En síntesis, el problema jurídico y marco conceptual de la


sentencia no fue otro que el de establecer si en efecto existía una omisión
legislativa relativa al no consagrarse una causal de libertad por
vencimiento de términos, para aquellos acusados privados de la libertad
que se encuentran esperando la decisión en segunda instancia del recurso
de apelación interpuesto en contra de una sentencia.

2.3.1.5. Para resolverlo, la H. Corte Constitucional abarcó tres sub


temas a saber: i. La naturaleza jurídica de la medida de aseguramiento; ii.
El derecho a un proceso sin dilaciones injustificadas y iii. La
constitucionalidad de la norma acusada15.

2.3.1.6. En cuanto a la naturaleza de las medidas de aseguramiento y


sus límites constitucionales concluyó que si bien es cierto el derecho a la
libertad no es absoluto por lo que durante la actuación penal se pueden
decretar medidas cautelares respecto al mismo, ellas son de carácter
preventivo y contienen restricciones constitucionales “que sirven de
garantías para la salvaguarda de la dignidad humana y la proscripción del
exceso en su utilización”.

2.3.1.7. Respecto al derecho a un debido proceso sin dilaciones


injustificadas y a un término razonable de detención preventiva, la Corte,
luego de citar claras normas supraconstitucionales 16 y del ordenamiento
jurídico colombiano17, asi como de algunas decisiones de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos18 y de la propia Corte
Constitucional19, indicó la necesidad de establecer límites a las privaciones
de libertad como medidas cautelares en los procesos penales, en los
siguientes términos:

“En los procesos penales, el derecho a un debido proceso sin


dilaciones injustificadas resulta especialmente relevante, debido
a las intensas afectaciones que en su desarrollo, por razones
preventivas, se imponen a veces a la libertad del acusado. (vi)
Debido a este drástico impacto, un proceso sin dilaciones
injustificadas comporta un límite sustancial a la
discrecionalidad del legislador en la regulación de la detención
preventiva y, consecuentemente, (vii) resulta fundamental la
fijación de términos máximos de duración de la privación de la
libertad.”

14
Ver numeral 6.3. de la sentencia C-221 de 2017
15
Ver página 22 del fallo aludido.
16
Así, cita los artículos 7.5. y 8.1. de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
17
Artículo 29 de la Constitiución Polírica, artículo 4º y 7º de la Ley 270 de 1996 modificada por el
artículo 1º de la ley 1285 de 2009
18
Corte IDH. Caso Barreto Leiva, sentencia de 17 de noviembre de 2009, párrs. 119-120. Ver, en el
mismo sentido, caso Bayarri, sentencia de 30 de octubre de 2008, párr. 70.
19
Sentencias C-1198 de 2008, T-527 de 2009 y T-292 de 1999.

11
2.3.1.8. En conclusión, la H. Corte Constitucional argumentó con
relación al análisis de la constitucionalidad de la norma demandada 20,
luego de analizar las reformas legislativas sobre el particular 21, que a la
“luz del modelo para la garantía del derecho a plazos razonables de
detención comentado, la Corte encuentra, por el contrario, que no le asiste
razón a la impugnación”22 no existía tal omisión legislativa relativa en el
sentido que la norma penal en conjunto sobre detención preventiva,
específicamente ya había previsto o amparado la situación de una persona
que estando detenida por cuenta de un proceso penal y a la espera de
resolverse un recurso de apelación interpuesto en contra la sentencia,
durara más allá de un plazo razonable, que para la Ley colombiana era de
1 año de conformidad con el artículo 1 de la Ley 1786 de 2016.

2.3.1.9. En ese orden de ideas, la inconstitucionalidad alegada en este


caso no existía porque el legislador si previo, para la fase procesal
comprendida entre la sentencia de primera instancia, la interposición del
recurso de apelación y el lapso en el que debe expedirse la de segunda
instancia, un límite temporal que garantice “los derechos a la libertad, a la
igualdad y a un debido proceso sin dilaciones del procesado en segunda
instancia” para que proceda la libertad por vencimiento de términos, que
no es otro que el artículo 1 de la Ley 1768 de 2016

2.3.1.10. Y lo hizo de una manera tan clara y puntual que no pueden


existir dudas acerca del sentir de la H. Corte Constitucional en este
sentido. Dijo textualmente dicha Corporación que “quien aguarda la
decisión de segunda instancia no queda desprovisto del derecho a tiempos
razonables de detención, pues de conformidad con el artículo 1 de la Ley
1786 de 2016, las medidas de aseguramiento privativas de la libertad no
pueden exceder de un (1) año, regla fundada en que este término de
detención sin que haya sido resuelta la apelación de la decisión de primera
instancia resulta razonable para que el acusado sea dejado en libertad.”

2.3.1.11. Y más adelante subrayó:

“De esta manera, la Sala concluye que los derechos a la


libertad, a la igualdad y a un debido proceso sin dilaciones del
procesado en segunda instancia, contrario a lo que consideran
los demandantes, se encuentran debidamente protegidos
por el artículo 1 de la Ley 1768 de 2016. Este artículo
contiene la regulación que los actores echan de menos, en
la medida en que el plazo máximo de un (1) año de
detención cautelar ha sido estimado, precisamente,
tomando como referente el término máximo para la
emisión del fallo de segundo grado. En otros términos, la
hipótesis que los actores estiman excluida de la disposición
objetada, está comprendida y protegida en el supuesto de

20
Numeral 6, artículo 2, de la Ley 1786 de 2016, que establece el término máximo de detención
preventiva en desarrollo de la audiencia de juicio oral. Según la disposición, transcurridos 150 días
contados a partir de la fecha de inicio de la audiencia de juicio, si no se ha celebrado la audiencia
de lectura de fallo o su equivalente, el acusado debe ser puesto en libertad.
21
Ley 1760 de 2015
22
Ver numeral 19 de la parte considerativa de la sentencia C-221 de 2017 de la H. Corte
Constitucional.

12
hecho del citado artículo 1 de la Ley 1768 de 2016, por todo lo
cual, el legislador no incurrió en omisión alguna (Subrayas y
negrillas fuera de texto).”23

2.3.1.12. Por lo tanto, si la ratio decidendi “corresponde a aquellas


razones de la parte motiva de la sentencia que constituyen la regla
determinante del sentido de la decisión y de su contenido específico o, en su
definición original, a la formulación del principio, regla o razón general de la
sentencia que constituye la base de la decisión judicial” 24 y la H. Corte
Constitucional en su parte motiva dejó perfectamente en claro que el
ordenamiento jurídico Colombiano si estableció un término máximo para
que el juez de segunda instancia resolviera el recurso de apelación en
contra de una sentencia cuando una persona estuviera detenida por
cuenta de ese proceso penal como causal de libertad (un año).

2.3.1.13. No existe ningún vacío legal y por ende la norma demandada


no era inconstitucional, por lo que no es posible una interpretación
distinta, como en efecto le han dado las autoridades judiciales
demandadas a esa ratio decidendi, en el sentido de que la vigencia de la
medida de aseguramiento perdió sus efectos con la emisión del fallo, y por
ende hoy una persona detenida puede permanecer, según ellos, de manera
indefinida privado de la libertad esperando la resolución de un recurso de
apelación.

2.3.1.14. Nótese en este aspecto que la Corte Constitucional no


diferenció entre la medida de aseguramiento antes de emitir el fallo de
primera instancia y la detención preventiva que continua con posterioridad
a la enunciación del sentido del fallo, ni mucho menos a una presunta
“perdida de vigencia” como criterio diferenciador para sostener
válidamente que dicha sentencia permite una interpretación en el sentido
que el ordenamiento jurídico Colombiano autorice mantener a una
persona privada de la libertad de manera indefinida hasta las resultas del
recurso de apelación contra la sentencia con posterioridad a la sentencia
de primera instancia, ya que, como lo afirmó dicha Corporación, tanto
para la norma constitucional, como para la supraconstitucional, no existe
ninguna diferencia al respecto ya que la garantía constitucional de plazo
razonable permea todas las fases del proceso, incluyendo claro esta, la del
trámite de la sentencia de segunda instancia, luego una interpretación
distinta como la que efectuaron las autoridades accionadas tratando de
acomodar sus conclusiones al fallo C-221 de 2017 y la jurisprudencia de
la Sala Penal de la H. Corte Suprema de Justicia, es no solo una errada
lectura de la sentencia sino una arbitrariedad que contraria totalmente lo
decidido por la H. Corte Constitucional en el sentido de que un recurrente
privado de la libertad si tiene derecho a un limite razonable para que se
resuelva el recurso de apelación en contra de la sentencia, so pena de
recobrar su libertad25.

23
Númeral 24 de la Sentencia C-221 de 2017 proferida por la H. Corte Constitucional.
24
CONSEJO DE ESTADO. SECCIÓN TERCERA. SUBSECCIÓN A. Radicación No. 11001-03-15-000-
2020-02467-00. Sentencia de tutela del 31 de julio de 2020. C.P. Dra. MARIA ADRIANA MARÍN
25
Artículo 1 de la Ley 1786 de 2016

13
2.4. Examen del caso concreto

2.4.1. En primer lugar, en el aspecto fáctico, el actor lleva detenido


desde el 2 de noviembre de 2014 a la fecha por cuenta de la medida de
aseguramiento impuesta dentro del proceso penal identificado en los
hechos del proceso26.

2.4.2. La medida de aseguramiento perdio su vigencia no solo porque


desde su imposición, han trancurrido mas de 6 años y 11 meses
aproximadamente desde su imposición, ni la fiscalia ni el apoderado de
víctimas solicitó su prorroga.

2.4.3. El recurso de apelación lleva en trámite mas de 5 años y 3


27
meses desde su interposición sin que a la fecha se haya decidido.

2.4.4. Las decisiones atacadas no ofrecieron ningun reparo frente al


cumplimiento en el presente caso de los requisitos establecidos en el
artículo 308 de la Ley 906 de 2004. El fundamento de las decisiones
atacadas fue jurídico al indicar principalmente que la medida de
aseguramiento habia perdido vigencia con la sentencia de segunda
instancia conforme lo tiene concluido la Sala Penal de la H. Corte Suprema
de Justicia. la inaplicación de la ratio decidendide la sentencia C-221de
2017 proferida por la Corte Constitucional.

2.4.5. De acuerdo con lo anteriormente expuesto, es claro que las


autoridades accionadas desconocieron el precedente judicial establecido en
cuanto al plazo que se tenia para resolver el recurso de apelación contra
una sentencia, como causal de libertad.

En efecto el juez de primera instancia se limitó a argumentar que la Sala


Penal de la H. Corte Suprema de Justicia a delineado una tesis
jurisprudencial en el sentido de que la medida de aseguramiento pierde
vigencia con el anuncio del sentido del fallo, razón por la cual no es
aplicable la libertad por vencimeinto del término máximo de vigencia de la
detención preventiva contenida en el artículo 1º de la Ley 1786 de 201628.

Igualmente indicó que los artículos 450 y 451 de la Ley 906 de 2004
habilitaban al juez respecto al acusado declarado culpable que no se
encontrare detenido, ordenar su captura inmediata y que con ello se
justificaba legalmente que el condenado recurrente permaneciera privado
de la libertad hasta la resolución del recurso.

El fallador de segunda instancia acudió nuevamente, para resolver el


recurso de apelación interpuesto por la defensa del accionante, a la
jurisprudencia de la Sala Penal de la H. Corte Suprema de Justicia citada
por el fallador de primera instancia 29, pero aclarando que dicha

26
Dicha medida de aseguramiento fue impuesta el 2 de noviembre de 2014 por el JUZGADO
PROMUISCO MUNICIPAL DE MESETAS - META
27
La sentencia fue proferida el 6 de julio de 2016 por el JUZGADO PENAL DEL CIRCUITO DE
GRANADA META.
28
Entre otros citados por el fallador de primera instancia, Corte Suprema de Justicia. Sala de
Casación Penal. AP4711-2017. Radicación No. 49.734. Auto del 24 de julio de 2017.
29
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. AP4711-2017. Radicación No. 49.734. Auto
del 24 de julio de 2017.

14
Corporación habia precisado el concepto de “ser juzgado” a la luz del
artículo 7.5. de la C.A.D.H.30 no es equivalente a la duración del proceso
como tal, ya que existe distinción entre la fase de juzgamiento con
entender que el proceso penal se encuentra totalmente agotado.

En palabras más sencillas, la tesis recogida por las instancias accionadas


y avalada por la H. Corte Suprema de Justicia no es otra que sostener que
cuando el artículo 7.5 de la C.A.D.H. se refiere a juzgar, se limita
exclusivamente al concepto de “juzgamiento” y no al proceso penal
completo31.

Manifestó el H. TRIBUNAL SUPERIOR DEL META que, repitiendo los


argumentos de la H. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, si la razón de ser
del proceso penal es la determinación de la responsabilidad penal del
acusado, la cual se concreta en la decisión del juez de primera instancia,
se debe entender que el sentido de la norma supraconstitucional cuando
se refiere a “juzgamiento” y “acusados” y su relación con el “plazo
razonable” es precisamente ese, que el plazo razonable como causal de
libertad se predica hasta el momento de anunciar el sentido del fallo y no
otro, precisamente porque es cuando tal indeterminación sobre la
responsabilidad penal del acusado se resuelve.32

Así mismo indicó que lo que busca a Corte Interamericana de Derechos


Humanos sobre el plazo razonable, es “asegurar que la actuación se decida
con prontitud; propósito que en el presente caso se cumplió con la sentencia
condenatoria emitida por el Juzgado Penal del Circuito de Granada, Meta.” 33

Por último argumento que, como lo sostiene la Corte Suprema de Justicia,


la interpretacion dada por aquella busca “armonizar” las sentencias C-221
de 2017 y la C-342 de la misma anualidad proferidas por la H. Corte
Constitucional en la que la segunda de ellas aclaró que “la medida cautelar
pierde sus efectos con la emisión del sentido del fallo, lo que es
absolutamente razonable”.

La anterior argumentación viola el precedente judicial además de lo ya


explicado suficientemente en acápites anteriores, no sobra manifestar lo
siguiente:

30
Convención Americana de Derechos humanos.

31
“(…) para los efectos del art. 7-5 de la C.A.D.H., concretados en el art. 1o de la Ley 1786 de 2016,
no es lo mismo juzgar al procesado privado de la libertad que entender agotado el proceso penal
como tal. Éste se prolonga más allá de las instancias ordinarias (arts. 205 y ss. de la Ley 600 de
2000 y arts. 180 y ss. de la Ley 906 de 2004); inclusive, en estricto sentido, comprende etapas
posteriores a la ejecutoria de la sentencia, como lo es la de ejecución de la pena (arts. 469 y ss. de
la Ley 600 de 2000 y arts. 459 y ss. de la Ley 906 de 2004).” Corte Suprema de Justicia. Sala de
Casación Penal. AP4711-2017. Radicación No. 49.734. Auto del 24 de julio de 2017.

32
“Si el principal objeto del proceso penal es la determinación de la responsabilidad penal del
acusado, tal propósito se concreta en la decisión sobre tal aspecto, contenida en la sentencia.
Cuestión diferente es que ese juicio -positivo o negativo- sobre la responsabilidad pueda ser
sometido a controversia por la vía del derecho de impugnación. La indeterminación sancionable con
la pérdida de la potestad estatal para investigar y juzgar con privación de la libertad es aquella
donde el estado de acusación se prolonga indefinidamente sin que se defina la situación jurídica del
procesado, en relación con su estado de culpabilidad o de inocencia.” Ibídem.
33
Hoja No. 9 del auto de segunda instancia proferido en el presente caso por la SALA PENAL del H.
TRIBUNAL SUPERIOR DEL META.

15
a. La ratio decidendi es un precedente de obligatorio
acatamiento. Nuestro máximo Juez Constitucional ha edificado como
causal especifica y autónoma de procedencia de la acción de tutela
contra decisiones judiciales, el desconocimiento de los precedentes
judiciales de la Corte Constitucional, especialmente tratándose de
fallos de exequibilidad como ocurre en el caso presente34.

b. La ratio decidendi de la sentencia de control de


constitucionalidad C-221 de 2017 proferida por la H. Corte
Constitucional es perfectamente clara en concluir que el artículo 1º
de la Ley 1786 de 2016 contiene una causal de libertad autónoma
por el vencimiento del plazo razonable al cumplirse un año de
haberse impuesto la medida de aseguramiento y que esta norma
incluye a las personas que están esperando la resolución del recurso
de apelación de la sentencia estando privados de la libertad35.

c. El fallo de la Corte no hace las disquisiciones jurídicas


sobre la pérdida de vigencia o no de la medida de aseguramiento al
momento de anunciar el sentido del fallo para aplicar el término
aludido de un año en la norma tantas veces referida. Todo lo
contrario, deja perfectamente claro que éste termino no se suspende
o finaliza por el hecho de haberse enunciado el sentido del fallo, sino
que incluye especialmente al acusado que esta esperando la
resolución del recurso de apelación contra la sentencia condenatoria
de primera instancia cuando esta privado de la libertad, por lo que
es totalmente indiferente al anunciar el sentido del fallo para dejar
de aplicar el término de un (1) año para recobrar la libertad como lo
hacen los fallos de instancia36.

d. La ratio decidendi de la sentencia, no diferencia entre


fase de juzgamiento con el resto del proceso o el “agotamiento del
proceso” para hacer una diferenciación como lo hace la
jurisprudencia de la Sala Penal de la H. Corte Suprema de Justicia,
simplemente dice que el plazo razonable se computa desde el
momento en que se impone la medida de aseguramiento hasta el
fallo de segunda instancia37.
34
“Es preciso resaltar que los fallos emitidos por la Corte irradian dos tipos de efectos: en el caso de
los fallos de control abstracto de constitucionalidad estos hacen tránsito a cosa juzgada
constitucional, de ahí que se ha reconocido su carácter vinculante, obligatorio y de fuente de
derecho (…)-” Sentencia SU-354 de 2017 proferida por la H. Corte Constitucional.
35
Dice textualmente la H. Corte Constitucional, lo siguiente: “No obstante lo anterior, como se ha
subrayado, quien aguarda la decisión de segunda instancia no queda desprovisto del derecho a
tiempos razonables de detención, pues de conformidad con el artículo 1 de la Ley 1786 de 2016, las
medidas de aseguramiento privativas de la libertad no pueden exceder de un (1) año, regla fundada
en que este término de detención sin que haya sido resuelta la apelación de la decisión de primera
instancia resulta razonable para que el acusado sea dejado en libertad.”

36
“Pese a que la disposición impugnada no haga referencia a ellos, precisamente, la razonabilidad
del término de su detención preventiva está garantizada en el artículo 1 de la misma Ley 1786 de
2016, según el cual, el tiempo de las medidas de aseguramiento privativas de la libertad no podrá
exceder de un (1) año. Como se indicó, el citado plazo ha sido legislativamente estimado como
razonable, desde la audiencia de formulación de la imputación, hasta la decisión de la impugnación
en segunda instancia. Este término, se dijo, funciona como una cláusula general de libertad a favor
del acusado, fundada en un cálculo del tiempo prudencial que toma el trámite del proceso,
precisamente, hasta la adopción del fallo que resuelve la apelación contra la sentencia”.
37
Así por ejemplo, dice la Corte Constitucional: “Este modelo está compuesto, de un lado, por las
reglas relacionadas con etapas específicas de la actuación, a las cuales se vinculan términos cuyo
desconocimiento da lugar a la libertad del acusado, y de otro lado, por la regla del plazo general
para el desarrollo del proceso hasta la decisión de segunda instancia, cuyo incumplimiento trae la
misma consecuencia anterior.”

16
e. No es cierto y aquí el nivel de transgresión de la
interpretación que hace las autoridades accionadas sobre el
particular al afirmar, con sustento en la jurisprudencia de la Sala
Penal de la H. Corte Suprema de Justicia38, que la Corte
Interamericana de Derechos Humanos avala la tesis de que el
termino “juzgamiento” se debe entender exclusivamente la fase de
juicio oral pero no el proceso penal completo o “agotado” para
utilizar los mismos términos de la Sala Penal.

f. Todo lo contrario, la Corte Interamericana de Derechos


Humanos (CIDH) ha sido reiterativa en sostener que la frase “ser juzgada
dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad, sin perjuicio de que continue
el proceso” contenida en el artículo 7.5 de la Convención Americana de
Derechos Humanos, para efectos de contabilizar el plazo razonable al que
alude la norma, empieza “a contarse a partir del primer acto del
procedimiento y se termina cuando se dicta sentencia definitiva”, es decir, que
es errado sostener que el plazo razonable solo es aplicable hasta el anuncio
del sentido del fallo – tesis de la Sala Penal de la H. Corte Suprema de
Justicia-, sino hasta cuando se expide la sentencia definitiva incluyendo en
algunos casos la etapa de ejecución y cumplimiento de la misma39.

g. No existe contradicción entre la sentencia C-221 de 2017 y la C-


342 de la misma anualidad que deba armonizarse o que esta ultima
reinterprete lo decidido en la primera como lo sostiene la Sala Penal de la
Corte Suprema de Justicia como para sostener que el anuncio del sentido del
fallo suspenda o termine el plazo establecido en el en el artículo 1º de la
Ley 1786 de 2016, porque una cosa es que sea constitucionalmente
admisible y haga parte de la liberad de la configuración legislativa que tiene
el Congreso de la República para facultar al juez, al momento de anunciar el
sentido del fallo, ordenar la captura inmediata del acusado cuando se
muestre necesaria la privación de la libertad y otra muy distinta es que se
configure una causal de excarcelación de la persona que, estando privada de
la libertad por cuenta de un proceso penal en curso desde antes de la
enunciación del sentido del fallo o en ese momento, cuando el plazo
razonable de un año se vence sin que se hubiere resuelto el recurso de
apelación en contra de la sentencia de primera instancia.

h. Las dos figuras no son excluyentes o incompatibles porque


perfectamente una persona puede ser capturada al momento de anunciar el

38
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. AP4711-2017. Radicación No. 49.734. Auto
del 24 de julio de 2017.
39
Ver entre otras decisiones de la CIDH, las siguientes: (Corte IDH, 2009a, párr., 189; 2008a,
párr., 154). En el mismo sentido véanse: Corte IDH, 1997, párr., 71; 2002, párr., 142; 2004b,
párr., 169; 2005, párr., 104; 2006a, párr., 130; 2006b, párr., 50; 2006c, párr., 195; 2008b, párr.,
56; 2008c, párr., 148; 2008d, párr., 105; 2008e, párr., 79; 2009a, párr., 132; 2012a, párr., 229;
2012b, párr., 261; 2012c, párr., 152; 2013a, párr., 171; 2013b, párr., 188. (FUENTE: El Plazo
Razonable en los Fallos de la Corte Interamericana en Relación con Colombia”, Autores: ANDRÉS
GONZÁLEZ SERRANO Y GERMÁN SANTIAGO MONTENEGRO MONTENEGRO- UNIVERSIDAD
LIBRE, SEDE CARTAGENA. Link
https://revistas.unilibre.edu.co/index.php/saber/article/view/1468/1077

17
sentido del fallo y aun así, invocar la aplicación del artículo 1º de la Ley
1786 de 2016 para obtener su libertad cuando dura mas de un año
privado de libertad pendiente de revolverse el recurso de apelación en
contra de la sentencia condenatoria de primera instancia.

i. Adicionalmente debe decir que la H. Corte Constitucional,


al emitir la sentencia C-342 de 2017, no indicó que recogía o reinterpretaba la
tesis formulada en la sentencia C-221 de 2017 en el sentido de que el plazo
de un año de vigencia de la medida de aseguramiento solo se computa hasta
antes del sentido del fallo, sino por el contrario, indicó que la facultad dada
el juez para ordenar la captura inmediata al anunciar el sentido del fallo,
estaba limitada a revisar todas las circunstancias, respetando las garantías
constitucionales sobre restricción a la libertad y que los operadores jurídicos
tenían la obligación de verificar aspectos tales como la procedencia de
libertad provisional en cada caso40.

j. En ese orden de ideas no es cierto que exista tal


contradicción entre la ratio decidendi de la sentencia C-221 de 2017 con lo
decidido en la providencia C-342 de 2017 y por ende permanece vigente y
obligatorio el criterio que sobre el particular sostuvo la H. Corte
Constitucional en la decisión primeramente nombrada.

III. DERECHOS FUNDAMENTALES VULNERADOS

El artículo 13 (igualdad y libertad) y 29 (derecho al debido proceso y


defensa) de la Constitución Política.

IV. PRUEBAS

Solicito de la manera más respetuosa, se tengan y decreten como pruebas


las siguientes:

4.1. DOCUMENTALES.

4.1.1. Poder otorgado al suscrito por el accionante.


4.1.2. Cédula y Tarjeta Profesional del suscrito.
4.1.3. Copia del audio de la audiencia celebrada el pasado 7 de julio
de 2021 ante el JUZGADO PENAL DEL CIRCUITO DE GRANADA
META que contiene la parte considerativa de la decisión de negar en
primera instancia la libertad al accionante por vencimiento del plazo
razonable contenido en el artículo 1º de la Ley 1786 de 2016, así
como la sustentación oral del recurso de apelación interpuesto por la
defensa técnica contra dicha decisión dentro del Radicado No.
50683610561920138014300.

40
Dijo la H. Corte Constitucional, lo siguiente: “Adicionalmente debe considerar, que la privación de
la libertad es excepcional y que más aún debe serlo la privación de la libertad intramural, por
implicar un afectación más profunda de los derechos fundamentales, por lo cual y de conformidad
con la doctrina reconocida por esta Corte, “las autoridades deben verificar en cada caso concreto la
procedencia de los subrogados penales como la prisión o detención domiciliaria, la vigilancia
electrónica y la libertad provisional, pues éstas desarrollan finalidades constitucionales esenciales
en el Estados Social de Derecho” (Corte Constitucional. Sentencia C-342 de 2017)

18
4.1.4. Copia simple del auto del pasado 27 de agosto de 2021
proferido por la H. SALA PENAL del TRIBUNAL SUPERIOR DEL
DISTRITO JUDICIAL DE VILLAVICENCIO

4.2. Se OFICIE:

4.2.1. A las autoridades accionadas a fin de que remitan copia del


expediente inlcuyendo los audios respectivos, con destino a su H.
Despacho, contentivo del proceso penal No.
50683610561920138014300 y en especial lo relacionado con las
siguientes audiencias y actuaciones:

 9 de abril de 2021 que contiene la solicitud de libertad


que origina la presente acción de tutela ante el
 7 de julio de 2021 que contiene la totalidad de la decisión
de primera instancia que niega la libertad
 2 de noviembre de 2014, fecha en la que se impuso
medida de aseguramiento en contra del accionante, por parte
del JUZGADO PROMUISCO MUNICIPAL DE MESETAS META
 6 de noviembre de 2016, fecha en la que se celebro
audiencia de lectura de fallo
 Recurso de apelación interpuesto.

V. PRETENSIONES

5.1. Que se declare procedente la presente acción de tutela.

5.2. Que como consecuencia de lo anterior, se tutelen los derechos


fundamentales a la igualdad, libertad y debido proceso del señor
IVAN RENÉ GONZALEZ GUALTEROS dentro del proceso penal
con Radicado No. 50683610561920138014300, trámitado en
primera instancia ante el JUZGADO PENAL DEL CIRCUITO DE
GRANADA META y actualmente ante la H. SALA PENAL del
TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE
VILLAVICENCIO.

5.3. Así mismo se ordene a las autoridades demandadas, según


corresponda, que dentro del término de veinticuatro (24) horas
siguientes a la notificación del presente fallo, otorgar la libertad
inmediata por vencimiento del término en el artículo 1º de la Ley
1786 de 2016, en concordancia con la sentencia C-221 de 2017
de la H. Corte Constitucional y los artículos 7.5 y 8.1 de la
Convención Americana de Derechos Humanos y se disponga lo
necesario para que se de cumplimiento efectivo a tal medida.

VI. COMPETENCIA

Es su Despacho, en razón del lugar donde se efectuó la vulneración de los


derechos fundamentales y la entidad accionada de conformidad con el
artículo 37 y ss del Decreto 2591 de 1991, 306 de 1992, Decreto 1069 de

19
2015 y Decreto 333 de 2021 y demás normas concordantes, competente
para conocer la presente acción de tutela.

Aclaro de antemano que si bien la competencia inicial para conocer la


presente acción de tutela corresponderia a la SALA PENAL de la H. CORTE
SUPREMA DE JUSTICIA atendiendo que es el superior funcional de las
entidades judidiciales accionadas (numeral 5. Del Art. 1 del Decreto 333
de 2021, lo cierto es que no existiría garantia de imparcialidad de dicha
Corporación en el presente asunto como quiera que la posición jurídica
asumida por los jueces accionados respecto al artículo 1º de la Ley 1786
de 2016 y que fundamenta la violación de las garantias constitiucionales
en el presente caso, es totalmente igual a la sostenida actualmente por la
SALA PENAL de la H. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, de hecho el
fundamento de las decisiones es la posición actual de la Corte Suprema de
Justicia limitandose a resumir, extraer y reafirmar la tesis de dicha
Corporación sobre el asunto.

En ese sentido solicito que un JUEZ CONSTITUCIONAL diferente a la H.


SALA PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, pero de igual
categoria, conozca el caso y se pronuncie al respecto, ya que de lo
contrario, nunca tendria la oportunidad de que un juez imparcial y
diferente al que tiene una posición que a juicio del suscrito, es igual a la
que genera la vulneración a los derechos fundamentales en el presente
caso, conociera de fondo el asunto.

Es, como lo indico, necesaria la intervención de un JUEZ


CONSTITUCIONAL diferente a la H. SALA PENAL DE LA CORTE SUPREMA
DE JUSTICIA y considero que en aras de la garantia de imparcialidad y
debido proceso, con profundo respecto por las Altas Cortes pero con
firmeza, insisto en que permitir que el presente caso sea conocido por
aquella, impediria una garantia de imparcialidad y por ende nugatoria al
derecho al debido proceso.

VII. ANEXOS

Se anexan a la presente demanda, copia de la demanda y de los


documentos que constituyen las pruebas documentales para el Despacho,
sujetos procesales y vinculados.

VIII. NOTIFICACIONES

Las partes y vinculados, recibirán notificaciones en las direcciones


electrónicas que se indican a continuación:

8.1. A mi poderdante en el ESTABLECIMIENTO PENITENCIARIO Y


CARCELARIO DE ACACIAS META, en donde actualmente se
encuentra privado de la libertad.

8.2. Al suscrito en el siguiente correo electrónico:


[email protected]

20
8.3. Al JUZGADO PENAL DEL CIRCUITO DE GRANADA META en el
siguiente correo electrónico:
[email protected], y en la CARRERA 15
CALLE 24 ESQUINA, BARRIO LAS DELICIAS, GRANADA META,
TELEFONO 6588111.

8.4. A la SALA PENAL del H. TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO


JUDICIAL DE VILLAVICENCIO, en el siguientes correos
electrónicos: [email protected] y
[email protected]

Por último, bajo la gravedad de juramento manifiesto que no he


interpuestos otra acción de tutela en contra de la demandada por los
mismos hechos y fundamentos.

De los Honorables Consejeros, con muestras de respeto,

LEONARDO ROMERO GÓMEZ


C.C. No. 79.942.823 de Btá.
T.P. No. 113.512 del C.S. de la J.

21

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