MEDFI Modelo de Evaluacion MejorEdu
MEDFI Modelo de Evaluacion MejorEdu
MEDFI Modelo de Evaluacion MejorEdu
MODELO DE EVALUACIÓN
DIAGNÓSTICA, FORMATIVA E
INTEGRAL
(MEDFI)
La Evaluación al Servicio de la
Mejora Continua de la Educación
Primera edición, 2022
parte, a los esfuerzos que realicen las autoridades educativas y las comunidades escolares
con objeto de impulsar la mejora continua de la educación desde sus diferentes campos de
trabajo y, por la otra, habrán de vincularse con las acciones ─emisión de criterios,
información─ que desarrolla la propia Comisión para contribuir a la mejora continua del SEN.
En este contexto, Mejoredu construyó un modelo de evaluación que responde a los retos
planteados por la reforma educativa y que, con el fin de atender las necesidades y
circunstancias de los distintos agentes educativos del país, representa una herramienta útil
Esta forma de evaluar y concebir a la educación entró en crisis por diversas razones; porque:
• Los agentes educativos, en especial los docentes, no son sujetos de productividad, sino
de socialización, constructores de saberes y promotores de equidad;
• Los sistemas educativos tienen que atender una diversidad de contextos y condiciones:
no sólo persiguen calidad sino, al mismo tiempo, equidad educativa y justicia social.
En términos generales, la crisis de este modelo se muestra con evidencia empírica y ha sido objeto de crítica
social y de diversas formas de protesta, lo que en conjunto derivó en la necesidad de replantear el modelo y
cambiar el proyecto político.
Introducción
El reemplazo de un sistema de evaluación por uno de mejora continua de la educación, imoplica que la
evaluación ya no sea una herramienta al margen de los procesos y esfuerzos de mejora que realizan los
diferentes agentes educativos, sino un instrumento próximo, cercano e integrado a ellos, es decir, de apoyo y
acompañamiento permanentes. La evaluación ya no debe ser externa, arbitraria o coercitiva, sino diagnóstica,
formativa e integral, participativa y orientada a fortalecer las capacidades, la autonomía y el empoderamiento
de las comunidades escolares.
Es necesario recuperar su sentido pedagógico y volverla parte integral de los procesos educativos e inherente al
trabajo que desarrollan las comunidades escolares; es decir, ubican a la evaluación como un espacio de
creación de significados a partir de las experiencias y proyectos de los propios agentes educativos.
El carácter diagnóstico, formativo e integral de la evaluación tiene que partir de tres principios fundamentales,
reconocer :
1. La importancia de los diferentes agentes educativos en el desarrollo de diagnósticos que consideren las
características de su propio contexto y sus capacidades para enfrentar los desafíos;
2. La colaboración y el diálogo entre agentes educativos para comprender y participar en los procesos y
resultados de la evaluación, así como aportar insumos que permitan retroalimentar a las comunidades
escolares y detonar cambios orientados hacia la mejora; y
3. E impulsar que la evaluación, al mismo tiempo que fortalece las prácticas educativas desarrolladas en el
aula y las escuelas, también apoye la coherencia, direccionalidad y eficacia del Sistema Educativo
Nacional (SEN) hacia una buena educación con justicia social.
I. Describe las tendencias fundamentales que
han caracterizado a la evaluación realizada en
los últimos años, y destaca los principales
argumentos relacionados con las limitaciones
de su enfoque, perspectiva y alcances.
IV. Refiere la manera en la que el Modelo III. Presenta la ruta de implementación del
integra la evaluación de la política educativa, y MEDFI. Se plantea la secuencia de reflexión-
cómo ésta se apoya en los tres ámbitos de acción de los agentes educativos para impulsar
evaluación presentados; responde a preguntas los procesos de mejora con el apoyo de la
y necesidades de otra índole, utilizando una evaluación; así como la descripción de sus
lógica de trabajo distinta. criterios operativos y ámbitos de evaluación.
1. La evaluación educativa en México:
elementos para un diagnóstico crítico
• Si bien la evaluación educativa, en su desarrollo como disciplina, estuvo marcada por diversas
perspectivas que formaron parte de su propio desenvolvimiento teórico y metodológico, se sumaron a
ellas otros enfoques provenientes del mundo de la política liberal y de la economía de mercado.
• Estas evaluaciones buscaron dar cuenta del desempeño y rendimiento de los aprendizajes en función
de estándares externos homogéneos. Su enfoque se centró en la medición de los aprendizajes en las
asignaturas consideradas instrumentales ─Lenguaje y Matemáticas─, sin considerar los contextos y la
diversidad de las necesidades y condiciones de las y los estudiantes.
• La medición se expresó en escalas numéricas y en la comparación de calificaciones obtenidas como
evidencia del rendimiento académico de los estudiantes. Con ello, además de generar etiquetas, las
calificaciones se establecieron como la ruta de mejora a seguir ─es decir, preparase para salir bien en
los exámenes─, desvirtuando la complejidad, riqueza y diversidad de los procesos de aprendizaje y, en
la mayoría de las ocasiones, reduciendo el currículo a lo que medían dichos exámenes, con el
consecuente descuido del carácter formativo de la evaluación.
• La evaluación docente y de escuelas, se han orientado por los mismos criterios gerenciales basados en
la cuantificación de rendimientos, desempeños y resultados según estándares considerados deseables;
limitando el enfoque, metodología y sentido de las evaluaciones; creando malos usos y abusos en las
decisiones tomadas a partir de sus resultados.
• Esta forma de evaluar no refleja la complejidad del trabajo que realiza, ni expresa las condiciones del
contexto en el que desarrolla su tarea. Además, constituye una carga adicional al trabajo cotidiano que
realiza.
2. Modelo de Evaluación Diagnóstica,
Formativa e Integral
(MEDFI)
2.2 Narrativa y visión
• Cuando la prioridad es mejorar, la evaluación acontece como diagnóstico y ejercicio analítico
reflexivo que ofrece retroalimentación a los agentes educativos a fin de ajustar sus acciones y
prácticas o iniciar nuevos procesos de mejora.
• Los procesos de mejora educativa no prescinden de la evaluación, más bien la reconocen dentro
de estos procesos, como una etapa analítica, reflexiva y participativa, que orienta el diagnóstico y
permite la retroalimentación.
• El MEDFI busca junto con las comunidades escolares, diagnosticar, comprender los procesos y
acciones que desarrollan los agentes educativos y, en esa medida, estar al servicio de la mejora
continua de los aprendizajes del estudiantado, de la enseñanza que realizan los maestros, y de la
gestión que desarrolla el personal con funciones de dirección y supervisión, en colaboración con
las autoridades educativas de los ámbitos federal y estatal. Al hacer esto, atenderá también las
necesidades de desarrollo y mejora continua del SEN.
• Tendrá que generar con la información y conocimiento que aporte una retroalimentación
capaz de fomentar la reflexión crítica y autocrítica, impulsar aprendizajes sobre la propia
práctica, recuperar iniciativas y promover la participación y el trabajo colectivo.
• Sin estas características, la evaluación no podrá refundarse sobre nuevas bases ni aspirar a
constituirse en pieza clave de una cultura de la mejora continua de la educación.
1. Un espacio central consistirá en comunicar, poner en contacto estrecho, de manera ágil y
oportuna, a la enseñanza y al aprendizaje, al permitir ajustar, adecuar e innovar los
propósitos de la enseñanza de acuerdo con las necesidades, condiciones y potencialidades
de los estudiantes.
4. La evaluación deberá ser un puente entre las políticas y programas educativos y las
necesidades y apoyos que requieren las comunidades escolares para impulsar sus propios
procesos de mejora.
• Con objeto de lograr lo anterior, es necesario que la evaluación impulse la autoevaluación, para que cada agente
educativo valore lo que hace y cómo lo hace, sus metas, sus logros alcances e, incluso, sus gustos y disgustos en
el desarrollo de sus tareas. También se requiere estimular y reconocer la coevaluación como un proceso de
comunicación y diálogo entre pares, fuente de reconocimiento mutuo, autoestima, motivación y desarrollo
colectivo que permite valorar los errores como un paso necesario en el camino de la mejora.
• La evaluación debe promover la capacidad de aprender a aprender, es decir, desarrollar habilidades en cada
agente educativo para tomar conciencia de su propio proceso de desarrollo, examinarlo y contrastarlo con el de
otros, esto es, debe contribuir a fortalecer los procesos orientados a su autorregulación y corregulación.
• Estudiantes, docentes, directivos y autoridades educativas se conciben como agentes capaces de afrontar sus
problemas académicos o institucionales sin que alguien les indique cómo hacerlo; son vistos como agentes que
buscan construir, intuir, crear e innovar procesos que les permitan organizarse, comprender y diseñar
estrategias para resolverlos e impulsar su autodesarrollo personal y colectivo.
• Mejoredu busca instalar una concepción diferente y desarrollar prácticas distintas de la evaluación en las
comunidades escolares. Por ello ofrece respuestas distintas a las preguntas que regularmente se hacen sobre el
tema: ¿para qué evaluar?, ¿qué evaluar?, ¿cómo evaluar?
En congruencia con lo anterior, entre los aspectos centrales que deberá considerar la evaluación educativa
destacan los siguientes:
• no podrá reducirse a un ejercicio externo con fines de fiscalización, ni estar orientada sólo por la medición
respecto a estándares establecidos, por el contrario, será necesario rediseñar estrategias, mecanismos e
instrumentos que permitan redirigir estas estrategias a reconocer e impulsar lo que los agentes
educativos sí hacen, así como apreciar las muestras de su trabajo;
• se sustentará en una diversidad de métodos e instrumentos ─no sólo en exámenes─, de acuerdo con las
necesidades de los agentes educativos y sus contextos, e impulsará estrategias y mecanismos que permitan
un mayor acercamiento a su realidad cotidiana;
• será fundamentalmente formativa y deberá propiciar una relación más cercana entre la evaluación y los
diversos agentes educativos e impulsará una comunicación permanente sobre los problemas y avances de su
práctica;
• será contextualizada, al informar y retroalimentar a los agentes y a los procesos educativos, considerando
sus contextos escolares y socioculturales;
• será progresiva, al reconocer, por una parte, las capacidades de cada agente educativo y valorar sus avances
en forma gradual y continua y, por otra, al generar de forma sostenida nuevas herramientas y recursos;
• aportará información relevante para que los agentes educativos puedan autovalorarse y modificar
• cuidará que sus procedimientos e instrumentos no pesen sobre los agentes educativos: que no
signifiquen una sobrecarga y que se integre en su labor cotidiana y en la mejora que impulsan de
• fortalecerá la capacidad de los agentes educativos para explicar por qué y cómo hacen lo que están
• propiciará la evaluación individual y colectiva, buscando impulsar los esfuerzos de cada agente
acompañamiento.
2.3 Evaluación Diagnóstica, Formativa e Integral: definiciones fundamentales
Se entiende por:
• Progresivo y gradual: que implica avanzar de forma constante y paulatina hacia el horizonte de
mejora;
• Sistemático: que se desarrolla con un cierto orden y ofrece mecanismos de retroalimentación para
quienes se involucran en él;
Evaluación diagnóstica. Se realiza con la finalidad de explorar el estado en que se encuentra lo que se pretende
evaluar y ofrece información sobre el punto de partida que constituye la base para llevar a cabo acciones de
mejora. Sus principales características son:
• se realiza al inicio de una acción o proceso, o para determinar la situación actual de algo ya puesto en
marcha, con el propósito de analizar y valorar diversos rasgos o características considerados de interés;
• define las características centrales de lo evaluado, su magnitud y alcance, y proporciona información que
permite a las y los agentes educativos hacer inferencias acerca de las causas y efectos asociados con la
situación;
• aporta información que permite a los agentes educativos involucrados realizar adaptaciones e
instrumentar acciones de mejora a partir de esta valoración inicial; y
• posibilita a los agentes educativos involucrados disponer de un mayor conocimiento de lo que se evalúa y
de su contexto.
De acuerdo con la Ley Reglamentaria del Artículo 3° de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en materia de Mejora Continua de la Educación (LRMMCE), las evaluaciones no sólo se restringen a
un uso diagnóstico, sino que deben tener también un uso formativo, en el sentido de contar con una
retroalimentación que promueva una acción de mejora en la educación.
Evaluación formativa. Está orientada a valorar el desarrollo del elemento que será evaluado
─por ejemplo, cómo funcionan los planteamientos curriculares una vez que se ponen en práctica
en el aula─ y tiene como propósito usar los resultados de la evaluación para generar una
retroalimentación que permita mejorar lo que se evalúa. Sus principales características son:
• se realiza durante el desarrollo o implementación de los procesos educativos, permite
monitorear si se están cumpliendo los objetivos planteados, ayuda a reconocer los logros y
a detectar las dificultades;
Su sentido está dado por el uso que se da a las valoraciones, y a que su carácter distintivo es la
retroalimentación, más allá del momento en que se lleve a cabo.
Guiada por la perspectiva de impulsar el diálogo y la comprensión entre los agentes educativos, la
evaluación estará anclada en los contextos y actividades cotidianas que realizan, y se montará sobre
la base de las propias reflexiones, experiencias y desarrollo de sus prácticas educativas.
De este modo, los procesos de evaluación no se llevarán a cabo como si fueran una secuencia
mecánica de tareas técnicas e instrumentales, de cuyos resultados dependan las decisiones de
mejora que tomen los agentes educativos.
En la figura se ilustra la secuencia reflexiva planteada por el marco general que, a través de
preguntas orientadoras clave, guiará la participación de los agentes educativos en los procesos de
evaluación.
Secuencia de reflexión-acción en los procesos de evaluación para apoyar la mejora continua de la educación
Elementos Centrales
de cada
Pregunta Orientadora
1. ¿Para qué evaluar?
Los diferentes agentes educativos reflexionan de manera colectiva, sobre los propósitos o
metas que persiguen, a partir de la problematización de su práctica, la valoración de su
experiencia, expectativas y situación actual, a efecto de compartir el horizonte de mejora
que orientará los esfuerzos individuales y colectivos de manera progresiva.
Con ello, establecen una situación de partida (¿dónde estamos?) y un proyecto (¿hacia
done queremos ir?).
2. ¿Qué y cómo evaluar?
Las agentes educativos identifican de forma colectiva, a partir de la reflexión anterior, los
aspectos a evaluar más relevantes para su horizonte de mejora, y las formas de hacerlo,
buscando privilegiar la autoevaluación y coevaluación, así como precisar las herramientas e
instrumentos que pueden utilizar. Asimismo, se establecen las estrategias de aplicación de
instrumentos o recopilación de información. En este espacio de reflexión, definen los temas y
aspectos prioritarios sobre los cuales requieren información: qué necesitan y desean evaluar,
y qué métodos y técnicas eligen para su acopio y sistematización.
3. ¿Cómo usamos los resultados de la evaluación?
Los agentes educativos sistematizan y analizan, a partir de ejercicios de auto y co-reflexión, la
información recolectada, y hacen estimaciones sobre las causas o razones de los resultados obtenidos. A
partir de ello, realizan valoraciones descriptivas o juicios, y generan mecanismos de retroalimentación
formativa con fines de mejora. Junto con otros elementos asociados a su experiencia y perspectivas, la
información recolectada se somete a escrutinio y se especifican su uso y las formas de comunicarla y
analizarla desde diferentes puntos de vista, a efecto de determinar fortalezas y áreas de oportunidad. En
este espacio de reflexión se trata de generar una devolución de resultados con fines formativos.
4. ¿Qué hacemos para mejorar?
Los agentes educativos definen de manera individual y colectiva, orientaciones o intervenciones
específicas para promover la mejora a partir de los resultados obtenidos, sus contextos específicos,
las capacidades y recursos disponibles, así como el planteamiento de los apoyos que requieren
para su puesta en marcha. El tema principal en este espacio de reflexión es el diseño de
intervenciones específicas de mejora con la finalidad de afrontar los problemas detectados y
establecer rutas de trabajo desde el campo de acción de cada agente educativo.
5. ¿Cómo le damos seguimiento a nuestros avances?
Los agentes educativos definen criterios y mecanismo para dar seguimiento a las intervenciones en
los aspectos o componentes que se consideren más relevantes. Asimismo, valoran y deciden los
momentos más adecuados para realizar nuevos procesos de evaluación, a partir de lo aprendido
de sus experiencias, del diálogo permanente con otros miembros de la comunidad escolar, del
intercambio de experiencias y de los resultados obtenidos en la práctica.
• Para apoyar el proceso de evaluación derivado de estas cinco preguntas orientadoras, Mejoredu
generará herramientas, recursos, apoyos e insumos de información en cada ámbito de evaluación,
además de materiales específicos, que ofrecerán elementos conceptuales, metodológicos y
procedimentales a las comunidades escolares.
• En cuanto a los procesos de evaluación, retroalimentación y mejora de los aprendizajes de los
estudiantes, se ofrecerá un conjunto de instrumentos diversificados a efecto de que los maestros
puedan disponer de alternativas para atender las circunstancias particulares de su grupo.
• Para el personal docente, se impulsarán procesos de evaluación que fortalezcan la recuperación de
sus saberes, conocimientos y habilidades para la enseñanza, con base en los cuales se crearán
diversas herramientas de apoyo y acompañamiento que respalden las rutas de formación continua y
mejoramiento profesional planteadas por los propios docentes. Estas herramientas
contemplarán una diversidad de opciones de autodiagnóstico, individual y colectivo, respecto a sus
saberes, conocimientos y prácticas. Se recuperarán las recomendaciones de los maestros para
fortalecer el trabajo colaborativo, impulsar la formación situada en las escuelas, apoyar el trabajo en
redes y conformar comunidades profesionales que apoyen la mejora continua de las prácticas de
enseñanza en las aulas y la escuela.
• En lo referente a las condiciones y procesos escolares, se desarrollarán herramientas y materiales de
apoyo orientados a fortalecer los ambientes pedagógicos, la convivencia escolar y la relación con la
comunidad. Cada uno de éstos contemplará mecanismos de adaptación a cada contexto escolar y
estará abierto a la revisión y enriquecimiento permanente por parte de los agentes educativos.
Características de las evaluaciones diagnósticas, formativas e integrales
Característica Descripción
• Ofrecer información a los diferentes agentes educativos para que realicen valoraciones
razonadas con fines diagnósticos y formativos; que impacte en su motivación y en la
Propósito
construcción de un clima de confianza para involucrarse en procesos colaborativos
orientados a la mejora continua de la educación.
marco de las tareas sustantivas que desarrollan los agentes educativos, se requieren diversos criterios a
fin de dotarla de un sentido práctico, pertinente y viable en su incorporación a los procesos educativos
Los métodos, recursos e instrumentos que se generen deberán ser pertinentes a los contextos y
condiciones de vulnerabilidad.
En este sentido, la base operativa de los procesos de evaluación estará construida a partir de recursos y
Los criterios de operación del Modelo estarán fundamentados en los siguientes elementos:
• consideran factores y aspectos contextualizados, por lo que sus referentes, herramientas e
• sus herramientas e instrumentos se integrarán a los procesos educativos y por ello favorecerán la
aplicación;
• los métodos y procedimientos de evaluación podrán usarse de acuerdo con las necesidades
específicas de cada comunidad educativa, por lo que cada agente podrá decidir cuándo y en
qué condiciones los llevará a cabo para dar seguimiento y retroalimentación a los procesos y
• El planteamiento central es que las propias comunidades escolares se empoderen y desarrollen capacidades
críticamente, retroalimenten con fines formativos las decisiones que tomen y, con base en ello, definan
• En este sentido, la apuesta principal del modelo es aun cuando muestren ámbitos específicos de trabajo y
responsabilidad de cada agente, tengan relación estrecha, interactúen, se retroalimenten y formen parte de
• Los ámbitos, aspectos o temas susceptibles de evaluación en la escuela son amplios y variados. Sus niveles
de prioridad y atención también pueden ser diversos; por ello, en cada contexto las comunidades escolares
están en situación de tomar las mejores decisiones al respecto. Sin embargo, existen ámbitos en los cuales las
posibilidades de incidencia de las comunidades escolares son bajas, debido a que exigen una importante
erogación de recursos, como es el caso de la infraestructura, los servicios básicos y el equipamiento escolar y
tecnológico; también existen normas o programas nacionales o estatales que regulan la organización y el
funcionamiento escolar, frente a los cuales las comunidades escolares tienen poco margen de actuación.
En contraste, existen ámbitos donde se desarrollan sus principales tareas, constituyen su razón de ser y ocupan la mayor parte de la
jornada escolar; en ellos las comunidades escolares tienen un amplio potencial de incidencia en su desarrollo y mejora continua.
Contexto sociocultural
Condiciones y
Procesos
Escolares
Escuela
(Evaluación
Integral y
Proyectos
Articulados de
Práctica
Aprendizaje Mejora)
Docente
• Si bien cada uno de estos ámbitos tiene finalidades, estrategias e instrumentos específicos,
guardan una relación estrecha entre sí al contribuir a una perspectiva integral de los procesos
de evaluación:
• Conviene señalar que estos ámbitos se plantean como una plataforma de trabajo que, al
mismo tiempo que apoya a las comunidades escolares, sirve para recopilar y sistematizar
información sobre el SEN con el fin de monitorear los avances de las políticas en la materia y
retroalimentar las decisiones de las autoridades educativas en los ámbitos nacional y local.
• En la tabla se presenta una síntesis de los ámbitos y aspectos de evaluación que formarán parte
del MEDFI, así como los usos principales que se consideran en los procesos educativos y en el
SEN.
Ámbitos, aspectos de evaluación y usos esperados
Algunas cuestiones que se pueden abordar a partir de esta pregunta orientadora son:
• Poner énfasis en la diversidad de contextos de los estudiantes y en los procesos de
enseñanza y aprendizaje como referentes centrales para reflexionar sobre los
resultados que se obtienen;
• Comprender que el sentido de la evaluación no está relacionado con penalizar o
asignar calificaciones, sino que su fin es monitorear y acompañar el aprendizaje del
alumnado;
• Fomentar la capacidad de los estudiantes para revisar lo que hacen, valorar su propio
aprendizaje y tomar conciencia de sus logros y aspectos a mejorar. Esta
autoevaluación también implica tomar conciencia de cómo crear un contexto propicio
al estudio que les permita avanzar en su propio desempeño;
• Reconocer que una parte sustancial de la evaluación es promover situaciones de
comunicación o devolución de resultados, en las que se impulse la participación de
todos los involucrados, para discutirlos y analizarlos con la finalidad de que los
estudiantes reflexionen sobre los aspectos en los que pueden mejorar.
¿Qué y cómo evaluar el aprendizaje?
• Respecto a qué evaluar sobre el aprendizaje de los estudiantes, se requiere una visión amplia de
éste como proceso mediante el cual se desarrollan conocimientos, habilidades, destrezas,
actitudes y valores, los cuales implican cambios a nivel emocional, físico, cognitivo, lingüístico y
social. El aprendizaje no ocurre de manera aislada ni se remite únicamente a los aspectos
disciplinares, sino que está situado en una diversidad de contextos familiares, sociales,
culturales, económicos, geográficos e históricos.
• Dada tal diversidad, es indispensable que el personal docente determine de manera colegiada,
cuáles son los aprendizajes fundamentales para la formación de sus estudiantes, pues deben
responder a las necesidades, intereses y aspiraciones particulares de cada comunidad.
• Mejoredu ofrecerá referentes, una guía, pero en ningún caso limitativa ni exhaustiva, ya que los
equipos docentes son los que definirán los aprendizajes a evaluar, incluyendo la diversidad de
saberes y conocimientos relevantes para la comunidad escolar.
• En este sentido, es importante reconocer que los maestros valoran continuamente los
aprendizajes del alumnado dentro de las mismas situaciones de enseñanza y aprendizaje, por
ejemplo, a través de la observación de las actividades que realiza, o mediante preguntas
formuladas durante la clase. Estas actividades no suelen presentarse como actos evaluativos,
por lo que los estudiantes no perciben que se les evalúa, lo cual abre la oportunidad de valorar
su aprendizaje tal como se manifiesta en ese momento.
¿Qué y cómo evaluar el aprendizaje?
— Instrumentos diagnósticos para valorar los aprendizajes al inicio del ciclo escolar. En su fase inicial,
estos instrumentos estarán estructurados y presentarán una variedad de recursos gráficos y situaciones
contextualizadas. Se inició esta tarea en el ciclo escolar 2021-2022, incluyendo las áreas de lectura y
matemáticas en primaria y secundaria; se continuará en el ciclo escolar 2022-2023, agregando el área
de formación cívica y ética. A partir del mismo ciclo, estos instrumentos incluirán los primeros reactivos
de respuesta construida para evaluar lo que y los estudiantes saben construir a través de preguntas
cuya respuesta se da de manera libre, sin que existan respuestas o alternativas de elección como es el
caso de la opción múltiple. Con la información aportada por este tipo de preguntas, el personal
docente no sólo podrá reconocer lo que sus estudiantes saben, sino el proceso de construcción que
realizan, es decir, lo que hacen, cómo lo pueden hacer y en dónde se ubican los problemas para
intervenir en ellos. En los subsecuentes ciclos escolares se avanzará hasta cubrir las distintas áreas o
campos formativos establecidos en el currículo, así como los niveles de preescolar y de educación
media superior. Se contempla que los instrumentos estén disponibles en tres versiones: imprimible, digital
y en línea, a fin de que cada comunidad escolar elija la más conveniente según sus circunstancias.
1) Apoyo a los procesos de valoración diagnóstica de los aprendizajes
— Guías y materiales de apoyo para la evaluación diagnóstica. Dado que los docentes de cada grupo
serán responsables de la aplicación y revisión de los instrumentos de evaluación, se elaborarán
materiales para apoyar la comprensión, aplicación y análisis de estas herramientas, tales como: cartas
informativas sobre la evaluación, guías para el director, para el docente aplicador y para la obtención,
análisis y uso de los resultados.
— Materiales para profundizar en el contenido curricular evaluado y en las respuestas de los estudiantes
(devolución formativa fase I). Con el fin de mejorar la retroalimentación a las comunidades escolares, se
pondrán a su disposición documentos que describen los contenidos curriculares evaluados de cada
área y grado escolar, y su vinculación con los aprendizajes del grado escolar actual. Aunado a ello, se
explicará qué conocimientos y habilidades están detrás de las respuestas de los estudiantes, lo cual
permitirá analizar con mayor detalle dónde se encuentran en su proceso de aprendizaje.
a conocer a docentes, directivos, y madres y padres de familia su utilidad potencial para mejorar el
aprendizaje de las y los estudiantes; entre tales usos se encuentra el carácter detonador de la reflexión y co-
Se prevé que estos recursos de apoyo se difundan en las páginas web de Mejoredu y de la SEP. A partir de
tales opciones, las comunidades escolares podrán seleccionar las que les resulten más relevantes y pertinentes,
Además de los recursos proporcionados desde Mejoredu, en su práctica cotidiana los maestros podrán utilizar
una gran diversidad de métodos e instrumentos para obtener información sobre el aprendizaje. Cabe destacar
que no existe un método o instrumento mejor que otro: su pertinencia está en función de lo que se quiere saber
• Guía de observación X X X
• Registro anecdótico X X X
Observación
• Diario de clase X X X
• Escala de actitudes X
• Cuadernos X X
Desempeño
de los • Portafolios X X X
alumnos
• Organizadores gráficos X X
• Lista de cotejo X X X
Análisis del desempeño:
• Escala valorativa X X X
estrategias estructuradas de
enseñanza y aprendizaje • Rúbricas de autoevaluación y
X X X
coevaluación
• Preguntas en clase X X X
• Preguntas orales X X X
Interrogatorio • Pruebas escritas X X X
• Debate X X X
• Ensayo X X X
3) Sistematización de experiencias de evaluación de las comunidades escolares
Otro aspecto importante respecto a cómo evaluar consiste en reconocer y recuperar la diversidad de experiencias y
prácticas a través de las cuales los maestros valoran los aprendizajes de sus estudiantes, con el propósito de dar mayor
visibilidad a estas prácticas y fortalecer la comunicación entre docentes sobre sus experiencias cotidianas de evaluación
formativa. Esta estrategia tendrá las siguientes características:
— Situar la evaluación como parte de las actividades de enseñanza y aprendizaje.
— Impulsar el trabajo colaborativo.
— Crear espacios de involucramiento.
— Establecer tiempos para su realización.
— Emplear rúbricas para la autoevaluación y la coevaluación.
— Desarrollar la retroalimentación formativa.
— Incluir a otros agentes educativos.
Con el fin de acompañar las estrategias de evaluación, será muy importante fomentar la retroalimentación que es lo que le
da sentido formativo a la evaluación.
La retroalimentación brindada a estudiantes debe ser oportuna, descriptiva y reconocer sus logros, para orientar la mejora
de los procesos de aprendizaje. Debe proporcionar información precisa para que definan dónde están, a dónde quieren
llegar y qué necesitan para alcanzarlo. A partir de ello, podrán autoevaluarse, revisar su trabajo, plantearse preguntas para
identificar lo que hicieron y lo que no hicieron con respecto a lo que se esperaba, así como construir nuevas opciones a fin
de mejorar sus aprendizajes.
Con base en lo anterior, cabe esperar que los procesos de evaluación impulsen también un aprendizaje, puesto que los
estudiantes resolverán activamente tareas complejas y auténticas, mientras emplean sus conocimientos previos y ponen en
juego sus habilidades en la solución de problemas abiertos y reales.
¿Cómo usamos los resultados de la evaluación del aprendizaje?
El aprendizaje de los estudiantes es una responsabilidad compartida, no sólo al interior de las aulas, sino que
involucra a la comunidad escolar en conjunto. Una vez que el personal docente obtenga la información de distintas
fuentes sobre los aprendizajes de sus educandos a través de observación, preguntas en clase, proyectos,
actividades, tareas y trabajos, y de las herramientas desarrolladas por ellos mismos o por Mejoredu, será preciso
analizar la información para obtener valoraciones descriptivas que se traduzcan en un uso formativo de los
resultados.
La información descriptiva (escrita u oral) debe permir al personal docente analizar con detalle cuáles son los
aprendizajes desarrollados por los estudiantes, en qué temas, contenidos o procesos se requiere intervenir para su
fortalecimiento, así como algunos referentes para entender las razones detrás de los resultados obtenidos.
Las valoraciones del aprendizaje no están orientadas a calificar, clasificar, juzgar o etiquetar a estudiantes: se
conciben como una herramienta que ayuda a reflexionar acerca del grado de apropiación de los conocimientos y
habilidades que manifiestan como resultado del proceso de enseñanza y aprendizaje. En consecuencia, los
resultados de evaluación no sólo contemplan un reporte cuantitativo, sino también de descripciones cualitativas
que dan sentido a los resultados obtenidos en relación con los procesos de aprendizaje del estudiantado.
A este respecto, Mejoredu proporcionará como insumo los mapas de atención prioritaria (MAP), que constituyen
una síntesis de los resultados obtenidos en las evaluaciones diagnósticas, con la finalidad de apoyar a los maestros
en la identificación de los aspectos primordiales sobre los cuales es necesario trabajar para fortalecer la formación
de sus alumnos.
Los MAP también mostrarán los aspectos que han aprendido. Este reconocimiento de lo que sí se ha logrado será el
motor para que docentes, estudiantes y padres de familia sigan motivados y participen en las acciones de mejora.
¿Qué hacemos para mejorar el aprendizaje?
Es importante que estudiantes y docentes definan de manera conjunta las estrategias o acciones de mejora a partir
del análisis y reflexión de la información obtenida sobre los aprendizajes. Esto también implica identificar los
recursos y apoyos que se requieren para llevarlas a la práctica.
Al definir en conjunto qué haremos para mejorar es crucial que lo pedagógico constituya el motor del cambio y
prevalezca por encima de las funciones o tareas administrativas.
Con el fin de apoyar la definición de estrategias o acciones de mejora continua convendrá consultar las
Orientaciones didácticas para promover el uso formativo de los resultados de la evaluación diagnóstica. Su objetivo
no es “preparar para las pruebas” ni sustituir las prácticas de enseñanza, sino enriquecer éstas con objeto de
promover el aprendizaje significativo y situado, de acuerdo con los intereses y necesidades de sus contextos.
Será indispensable favorecer la participación de docentes y estudiantes, apuntalar la reflexión, la co-reflexión y la
comunicación entre agentes escolares, y generar retroalimentación oportuna, pertinente y centrada en la mejora.
Mejoredu proporcionará guías para acompañar el proceso de definición o consolidación de estrategias y acciones
de mejora, de tal forma que contribuyan a la mejora de los aprendizajes, se planteen con claridad, sean factibles
de llevarse a cabo y definan los apoyos requeridos.
Dentro de las estrategias o acciones de mejora se encuentran: a) estrategias para la recuperación o fortalecimiento
de aprendizajes (para estudiantes que hayan interrumpido su trayectoria escolar); b) estrategias dirigidas a
estudiantes que requieren un mayor apoyo y acompañamiento o en situación de vulnerabilidad; c) ajustes y
adaptaciones pedagógicas; d) currículo condensado (determinar los aprendizajes fundamentales); e) enseñanza
híbrida; f) apoyo al bienestar de estudiantes (monitorearlos y acompañarles para promover su bienestar emocional
y social); y g) participación de madres y padres de familia (promover su involucramiento).
¿Cómo damos seguimiento a nuestros avances respecto a la mejora del aprendizaje?
Es necesario que los docentes, junto con sus estudiantes, determinen cómo realizarán el monitoreo de las
estrategias o acciones de mejora que se han puesto en práctica. Ello implica definir de manera colectiva en qué
aspectos se centrará el seguimiento, qué ajustes podrán hacerse a partir de los resultados obtenidos y cuáles se
considerarán los momentos más adecuados para realizar los procesos de valoración y evaluación.
Es primordial que este seguimiento se realice en el marco de un diálogo permanente con los integrantes de la
comunidad escolar, a fin de que tenga un uso formativo y no se perciba como un ejercicio de fiscalización.
Algunos de los mecanismos de seguimiento son: la revisión conjunta de las metas y tareas comprometidas para
mejorar el aprendizaje por parte del colectivo docente, la conversación con padres de familia sobre los cambios o
avances que han notado en sus hijas e hijos, y la reflexión entre estudiantes y sus docentes acerca de lo aprendido.
Además de estos mecanismos, que se pueden llevar a cabo de manera continua, es importante plantear cómo se
hará el seguimiento a mediano plazo en tiempos específicos, para dar cuenta de los cambios ocurridos de manera
progresiva en comparación con la situación inicial. Con tal fin se pueden seleccionar o adaptar herramientas de
otras evaluaciones afines; por ejemplo, las propuestas de evaluación estatales, las herramientas proporcionadas por
Mejoredu o las evaluaciones ciudadanas.
Lo anterior facilitará seguir el avance de los estudiantes por sus trayectos de aprendizaje, así como la reflexión
conjunta sobre las actividades preventivas, remediales o de reforzamiento para mejorar su aprendizaje y consolidar
el trabajo colegiado en las comunidades escolares.
II. Evaluación para la mejora de la
práctica docente
• En este ámbito de evaluación se proponen acciones encaminadas hacia la mejora de la práctica
docente en las escuelas, la cual se llevará a cabo en los contextos de los maestros, en función de
sus intereses y de las áreas de oportunidad identificadas por ellos mismos.
• Desde tal perspectiva, se promoverá un proceso de evaluación participativo e incluyente que, a
partir del diálogo y la comprensión de y sobre la práctica docente, logre identificar acciones para
su fortalecimiento e impulsar las aportaciones a la mejora generadas a partir de sus propias
iniciativas, prácticas y experiencias.
• Para apoyar este proceso Mejoredu, proporcionará propuestas de evaluación, orientaciones,
recursos, materiales, herramientas, instrumentos e información sistematizada. Con el fin de
que ésta sea un ejercicio pertinente, útil y contextualizado para los maestros, y que no
represente una carga adicional a las tareas que realizan en las aulas y en sus escuelas.
• La evaluación de la práctica docente ─como etapa analítica, reflexiva y participativa─ se
relaciona de manera estrecha con los procesos de formación continua y, en especial, asume los
siguientes principios:
1. Promover la reflexión sobre la práctica docente;
2. Considerar el contexto escolar y sociocultural de los actores escolares;
3. Impulsar el trabajo colaborativo para compartir y generar saberes; y
4. Fortalecer la autonomía e identidad docentes.
Para estos fines, se entenderá, como:
• Desde esta perspectiva, el proceso de evaluación en educación básica tendrá como estrategias
centrales la autoevaluación y la coevaluación, con el fin de propiciar que sea participativo e
incluyente y, a partir del diálogo y la comprensión de los desafíos de la práctica, contribuir a la
detección de las fortalezas y áreas de oportunidad que serán objeto de acciones de mejora,
incluyendo las de formación docente continua.
• Con el fin de formular los propósitos y las metas fijados colectivamente, es preciso que los
docentes definan los mecanismos para lograrlos a partir de la implementación de diversas
acciones, a efecto de acercarse progresivamente al horizonte de mejora planteado en cada
escuela.
• Es necesario poner al centro las experiencias de enseñanza, el saber práctico y las narraciones
pedagógicas de los maestros. Ello implica la posibilidad de anticiparse, volver sobre lo hecho a
través de diferentes recursos para activar la reflexión y, en este sentido, orientar la
reformulación, ampliación y transformación de lo que se piensa sobre la propia práctica.
• La resignificación de la práctica considera el consenso y acuerdo de los maestros para privilegiar
su autonomía, a fin de que otorguen un sentido diferente a las acciones realizadas, promuevan
una nueva compresión de la realidad educativa y de su práctica cotidiana.
• En la resignificación se analizan las experiencias y situaciones que consideran relevantes, de tal
forma que cuestionan la complejidad y el impacto de sus acciones.
• La participación en este proceso les permitirá una mejor comprensión de los aspectos y
elementos de su práctica y su valoración.
• Al determinar los propósitos, es deseable que se pongan en juego sus expectativas sobre el
desarrollo profesional que les impulsa a mejorar su práctica.
¿Qué y cómo evaluar la práctica docente?
• La evaluación de la práctica docente busca valorar, de manera individual y colectiva, los conocimientos,
aptitudes, habilidades, destrezas y actitudes que sustentan el quehacer cotidiano de los maestros, de modo que
les permita atender los desafíos y las dificultades presentes en su ámbito de responsabilidad y participación,
considerando los contextos específicos donde laboran; de igual manera, quiere impulsar el trabajo colaborativo
entre colegas y proporcionar elementos para formular intervenciones formativas, y tipos y modalidades de
formación continua en el marco del SIFCA.
• Para realizar esta evaluación, los maestros podrán seleccionar aspectos sustantivos de su práctica a partir del
Marco de referencia de saberes y conocimientos para la formación continua de docentes, definido por Mejoredu
(2021b), con el afán de lograr la articulación entre la evaluación diagnóstica de la práctica y la formación
continua. Dicho marco es una guía, no limitativa ni exhaustiva, que reconoce y articula la multiplicidad de
saberes y conocimientos docentes, a fin de movilizarlos con base en la recuperación de la práctica y la
experiencia.
• La evaluación diagnóstica de la práctica, a través de ejercicios de autoevaluación y coevaluación, apoyará el
diseño e implementación de intervenciones formativas, así como de los diferentes tipos y modalidades de
formación continua que las autoridades educativas establezcan, por lo que participarán en ella, los maestros
de un mismo tipo, nivel, servicio o modalidad educativa, según sean convocados en cada entidad federativa. A
través de estas estrategias, los docentes identificarán, de manera individual y colectiva, las fortalezas y áreas
de oportunidad para mejorar su práctica.
• En la figura se presentan esquemáticamente las estrategias que desarrollará Mejoredu con objeto de impulsar
la evaluación diagnóstica y formativa de la práctica docente:
Estrategias para impulsar la evaluación diagnóstica y formativa en la mejora de la práctica docente
1) Apoyo a los procesos de valoración diagnóstica de la práctica docente
Mejoredu ofrecerá a los colectivos docentes una estrategia inicial para valorar su práctica,
que incluye dos vertientes de trabajo:
• Una vez que los docentes hayan observado y analizado el video seleccionado o el material correspondiente, se
llevará a cabo un ejercicio de reflexión individual sobre la propia práctica, lo que permitirá generar su
autoevaluación. Con este propósito, las videograbaciones y los materiales respectivos estarán acompañados de
instrumentos diseñados por Mejoredu para guiar la observación y la reflexión a través de preguntas que faciliten
el análisis.
• Finalmente, la autoevaluación de los docentes se compartirá con sus pares para propiciar la coevaluación, a
través de una reflexión colectiva que enriquezca el análisis individual y la identificación de fortalezas y áreas de
oportunidad susceptibles de atenderse desde los programas de formación continua. La Comisión proporcionará
una rúbrica para la autoevaluación y la coevaluación.
• Entender la propia práctica y mejorarla requiere analizar su sentido, su finalidad y su proceso. Repensar,
reflexionar sobre ella, indagar lo que se hace y encontrar los motivos de su actuar son actividades que llevan a
cabo las figuras escolares para resolver las inusitadas demandas que se les presentan a diario en los
intercambios con estudiantes y colegas, pero que deben realizarse cotidianamente de manera sistemática,
colectiva y crítica.
• La reflexión sistematizada sobre la propia práctica es la mejor herramienta que poseen los maestros para
avanzar y superarse profesionalmente. Sin reflexión y análisis permanentes la práctica se mecaniza, se convierte
en malignamente rutinaria y se empobrece.
• Para complementar la autoevaluación y la coevaluación a partir del análisis de videograbaciones de clases,
Mejoredu pondrá a disposición de los colectivos docentes cuestionarios y rúbricas que promuevan la reflexión, de
modo que los maestros identifiquen fortalezas y áreas de oportunidad, así como acciones para mejorar su
práctica.
— Observación y análisis de prácticas docentes
• La Comisión también ofrecerá una estrategia para la evaluación diagnóstica y formativa de otras
figuras educativas, como personal de dirección, supervisión y técnico pedagógico, la cual tendrá
como ejes principales los procesos de análisis y reflexión para llevar a cabo una autoevaluación y
una coevaluación en torno a las tareas sustantivas que realizan en su trabajo cotidiano, a partir
de relatos de experiencias elaborados por quienes ejercen su función en niveles, tipos de servicio y
contextos escolares y socioculturales diversos.
• El conjunto de relatos describirá situaciones reales y vigentes en un espacio y tiempo
determinados, e incluirá experiencias a las que se han enfrentado docentes que realizan funciones
directivas o de supervisión. Se acompañarán por una contextualización, una descripción de la
situación problemática a resolver y una propuesta de solución, y reflejarán dilemas de
organización, gestión, liderazgo, administración, ética profesional, asesoría técnica y
acompañamiento a docentes a los que se han enfrentado.
• Junto con los relatos se entregarán preguntas abiertas con objeto de estimular discusiones o
debates y movilizar habilidades de trabajo colaborativo, como negociación, manejo de conflictos,
toma de decisiones y comunicación efectiva. Los cuestionarios buscan que los participantes
expongan sus puntos de vista y propongan soluciones a tareas cotidianas propias de su función.
• Adicionalmente a los instrumentos descritos, se elaborarán materiales que orienten a las
autoridades educativas sobre el desarrollo de este tipo de evaluación, en especial a quienes
coordinen el proceso con los participantes.
— Mecanismo para reconocer la identidad y autonomía en el ejercicio de sus funciones
• Con el fin de apoyar la valoración de las experiencias docentes, Mejoredu pondrá a disposición un
mecanismo orientado a explorar las concepciones acerca de su labor, experiencias significativas e
innovadoras y trabajo colegiado, que consideran aspectos como la construcción de la identidad
profesional, la autonomía docente, incidentes críticos o dificultades enfrentadas en su práctica, sus
expectativas sobre el desarrollo profesional y la conformación de comunidades de aprendizaje,
entre otros. Este mecanismo incluirá información para identificar el contexto donde los docentes
realizan su labor, a fin de analizarla en función de su realidad laboral.
• También se prevé desarrollar un mecanismo para reconocer la identidad y autonomía en el
ejercicio de las funciones que realiza el personal con funciones de dirección, supervisión y asesoría
técnica pedagógica, sus experiencias en torno al acompañamiento y a la asesoría brindada a
docentes y a escuelas, la promoción del trabajo colaborativo y de intercambio de experiencias a
nivel de zona escolar, así como las características del contexto donde desarrollan su función.
• De acuerdo con lo establecido en los criterios generales de los programas de formación continua y
desarrollo profesional docente, y para la valoración de su diseño, operación y resultados emitidos
por la Comisión, las estrategias de evaluación diagnóstica de la práctica docente, así como los
recursos desarrollados a tales efectos, podrán utilizarse para apoyar la elección que realicen los
docentes en materia de formación continua y ofrecer insumos para valorar su pertinencia y
operación.
2) Impulso a la evaluación formativa de la práctica docente
• Con el propósito de abrir espacios que den un mayor sentido formativo a la evaluación de la práctica docente,
Mejoredu impulsará una estrategia para que las comunidades escolares lleven a cabo ejercicios valorativos por
iniciativa propia, con una perspectiva de participación y autonomía.
• Ello permitirá a los colectivos diseñar una evaluación acorde con sus contextos, necesidades e intereses, y a
través de ella reflexionar sobre el estado de las prácticas del colectivo docente en su escuela.
• Para valorar los aspectos que los maestros consideren sustantivos, Mejoredu pondrá a su disposición materiales,
herramientas, instrumentos y orientaciones con los que realizarán los ejercicios de evaluación de su práctica,
seleccionando los que juzguen pertinentes y útiles en función de sus intereses, expectativas, contexto y realidad.
• Entre tales recursos destacan los siguientes:
— Registros orales, escritos o grabaciones de voz o imagen, que serán apoyados por guías para su
elaboración, y se orientarán a describir aspectos de la práctica que los docentes consideran relevantes;
— Rúbricas para la autoevaluación y la coevaluación, con el fin de apoyar a los maestros en el proceso de
resignificación de su práctica, y valorar de manera individual y colectiva los aspectos centrales de ésta;
— Guías para la reflexión y la co-reflexión, elaboradas con objeto de sustentar y explicar las características
de la práctica docente, los factores que la condicionan, valorar su relevancia, su contribución a la mejora
educativa y de los aprendizajes de sus estudiantes.
• En general, las herramientas, materiales e instrumentos se organizan en función de los aspectos de la práctica
docente que se deseen evaluar. Ejemplos de ellos se muestran en la siguiente tabla. Los métodos e instrumentos
son ilustrativos y no limitan la posibilidad de incluir algún otro. Al final, sólo serán usados los métodos e
instrumentos que respondan mejor a los aspectos que los docentes incluyan en la evaluación diagnóstica,
excluyendo algunos y añadiendo otros.
Ejemplos de métodos e instrumentos asociados a la evaluación de la práctica docente, directiva y de supervisión
con fines diagnósticos y formativos
Registro anecdótico X X
Bitácora X X
Portafolios de experiencias X
Lista de cotejo X X
Herramientas para
analizar Relatos de experiencias X X
experiencias de
directores y
Estudios de caso X X
supervisores
Rúbrica X X
3) Sistematización de experiencias de evaluación de la práctica docente
• Es relevante recuperar las experiencias de los docentes en la evaluación formativa de su práctica para
darles visibilidad y compartirlas entre escuelas interesadas en participar en el proceso.
• La Comisión prevé acompañar a algunas escuelas que estén implementando el proceso de evaluación
diagnóstica y formativa de la práctica docente, con la finalidad de recuperar su experiencia y efectuar
un monitoreo.
• Las comunidades escolares que tomen parte en esta actividad podrán documentar de diversas maneras
su experiencia: con textos, audios o videograbaciones. Tales documentos estarán disponibles para
escuelas interesadas en participar en el proceso.
• Los colectivos docentes que así lo decidan tendrán acceso a herramientas e instrumentos diseñados en
las escuelas que compartan su experiencia en la evaluación formativa de la práctica docente.
• La sistematización de experiencias permitirá identificar las razones que han tenido los colectivos para
realizar determinadas acciones en momentos y contextos específicos, lo cual facilitará reconocer
diferencias y coincidencias entre escuelas similares.
• Los colectivos ilustrarán el ejercicio de evaluación para promover el análisis, la discusión y la reflexión en
torno a las prácticas docentes de su escuela. También será posible identificar la construcción de las
valoraciones descriptivas, a fin de mostrar la forma en la que los colectivos han relacionado dónde se
encontraban, hacia dónde deseaban arribar y qué acciones efectuaron para lograrlo.
• Dentro de los elementos susceptibles de ser compartidos como parte de la sistematización de
experiencias se encuentra el diseño del proyecto de mejora de la práctica docente realizado en la
escuela.
¿Cómo usamos los resultados de la evaluación de la práctica docente?
Los resultados de la evaluación diagnóstica de la práctica de los maestros mediante autoevaluación y
coevaluación serán insumos fundamentales para que:
• Cada docente que participe cuente con información sistematizada sobre sus fortalezas y áreas de
oportunidad, a fin de que con base en ello tome decisiones de mejora y oriente su trabajo en
intervenciones formativas, tipos y modalidades de formación continua que le permitan mejorar su
práctica docente, directiva o de supervisión;
• El SIFCA sea retroalimentado con objeto de llevar a cabo la valoración del diseño, operación y
resultados de los programas de formación continua y desarrollo profesional de los que sean
responsables las autoridades educativas y la Comisión.
Además de lo anterior, se busca que los docentes analicen y reflexionen sobre sus resultados y, con base
en ellos, construyan valoraciones descriptivas de la distancia que existe entre lo observado y el horizonte de
mejora de la práctica docente que busquen alcanzar.
Mejoredu ofrecerá materiales y recursos que los guíen en la tarea, donde se considere el proceso de la
resignificación de la práctica docente realizada.
¿Qué hacemos para mejorar la práctica docente?
• Se espera que las valoraciones descriptivas y la retroalimentación sean uno de los insumos para
establecer propuestas concretas y realistas de objetivos de mejora.
• Como parte de este proceso, el colectivo docente acordará prioridades, acuerdos y compromisos para
acercarse al horizonte de mejora fijado.
• Es deseable que este trabajo se conciba como un ejercicio situado, y que los compromisos pactados
sean coherentes con las instrucciones provenientes de los niveles jerárquicos del SEN. El ejercicio estará
delimitado por las capacidades, las condiciones y los recursos disponibles en las escuelas.
• Se parte del supuesto de que la mejora continua de la práctica docente se consigue a través del trabajo
en colaboración, el cual promueve la autonomía y permite el involucramiento activo del cuerpo docente
en acciones para mejorar, particularmente, en las relacionadas con la formación continua.
• No obstante, es preciso reconocer que los colectivos requieren de apoyos para la puesta en marcha de
las acciones de mejora. En este sentido, Mejoredu pondrá a disposición de las escuelas materiales con
orientaciones para establecer acuerdos y compromisos.
• Al determinar las acciones por realizar, también se identifican las causas de los problemas que
emergieron en el análisis, lo cual facilita las soluciones para afrontarlos. Las acciones de mejora pueden
usarse como insumos de apoyo al diseño e implementación de las intervenciones formativas, tipos y
modalidades de formación continua que realicen las instancias correspondientes.
• Para llevarlas a cabo, las escuelas requerirán de apoyo y acompañamiento entre docentes,
directores y supervisores, así como de las autoridades educativas.
¿Cómo damos seguimiento a nuestros avances en la mejora de la práctica docente?
• La Comisión promoverá que las escuelas que participen en la evaluación diagnóstica y formativa de la
práctica docente realicen su seguimiento, por lo que podrá recolectar información para identificar
aspectos de mejora de los métodos, instrumentos y materiales que proporcione.
• Los docentes definirán los momentos más adecuados para realizar nuevos procesos de valoración de su
práctica, basados en el diálogo permanente con otros miembros de la comunidad escolar.
• A fin de determinar si se lograron los propósitos de las acciones de mejora emprendidas o hubo algún
avance, es necesario establecer una estrategia de seguimiento dedicada a valorar su impacto sobre las
prácticas de enseñanza de los docentes.
• A partir de ello, será importante ponderar si con la ruta de mejora propuesta se está logrando el
propósito planteado, si es necesario realizar algún ajuste o redireccionar los esfuerzos. Otro elemento a
considerar es si los plazos asignados a las acciones de mejora se han cumplido o es necesario ampliarlos.
Cabe mencionar que Mejoredu proporcionará orientaciones para el seguimiento de las acciones de
mejora que los colectivos realicen.
• De manera complementaria al seguimiento en el corto plazo, se sugiere llevar un registro histórico que
contenga la información de diferentes procesos de este tipo a lo largo del tiempo, con objeto de
reflexionar desde una ventana temporal más amplia. La información histórica ayudará a identificar
nuevos aspectos relevantes en la evaluación diagnóstica para ejercicios subsecuentes.
III. Evaluación para la mejora de las
condiciones y procesos escolares
• El cambio educativo es un proceso complejo, pero sin duda posible cuando las comunidades
escolares hacen un balance reflexivo y crítico de su situación y desarrollan sus propias
estrategias de mejora; cuando docentes, estudiantes y otros actores escolares ponen en
juego su propia visión, trayectoria y experiencias.
• En esta perspectiva, se apoyará la mejora de las condiciones y procesos escolares a partir
de la información que aporte cada agente educativo a través de los instrumentos de
levantamiento de datos y ejercicios de autoevaluación y coevaluación.
• Se buscará fortalecer las condiciones y procesos escolares para el desarrollo de las tareas
de los diferentes agentes educativos, así como desarrollar ambientes que propicien la
participación, la cooperación y una convivencia positiva. Las estrategias de evaluación que
se definan buscarán ser de utilidad en la toma de decisiones de las comunidades escolares
sobre sus propias rutas de mejora.
• La mejora de las condiciones y procesos escolares depende, en buena medida, de la gestión
escolar, un proceso continuo y sistemático que diseña y pone en marcha acciones escolares
de manera articulada, acompaña su desarrollo y monitorea su avance con la participación
de todos.
• Una buena gestión permite hacer que las cosas sucedan: conducir los procesos administrativos,
académicos, pedagógicos y comunitarios de la comunidad escolar.
• La mejora de los aprendizajes de los estudiantes y de la práctica docente, se llevan a cabo en los
centros escolares; en los cuales, se generan procesos educativos de manera particular,
condicionados por el contexto, las interacciones entre agentes educativos y los recursos
disponibles.
• Evaluar exige una respuesta colectiva por parte de las comunidades escolares a partir de problematizar su
situación, enfrentar los retos para implementar nuevas propuestas curriculares, reconocer experiencias previas y
sus avances, así como plantear y visibilizar expectativas compartidas. Con base en ello, las comunidades
escolares pueden trazar un horizonte de mejora.
• El horizonte de mejora escolar surge de la reflexión colectiva que aprovecha la información disponible sobre
necesidades y fortalezas para ofrecer el servicio educativo. La definición del rumbo de una escuela en particular
pasa necesariamente por problematización de las prácticas de gestión, valoración de experiencias escolares,
expectativas de la comunidad escolar y reconocimiento de la situación actual.
• Al respecto, Mejoredu ofrecerá herramientas para la promoción de la mejora escolar, con las que se abordarán
propuestas para apoyar a las escuelas en el establecimiento de rutas mejora, a partir de ejercicios de
evaluación con fines eminentemente formativos y de diagnóstico, en atención al contexto social donde se
ubica y a los nuevos planteamientos curriculares. Este ejercicio también servirá para contextualizar la evaluación
para la mejora de la práctica docente y la evaluación para la mejora del aprendizaje de los estudiantes.
¿Qué y cómo evaluar las condiciones y procesos escolares?
• Una vez construido el sentido y propósito de la evaluación, se requiere que los agentes
educativos, de forma colectiva, identifiquen los aspectos a evaluar, las formas de hacerlo a
instrumentos a utilizar.
• Los aspectos por evaluar en las escuelas son múltiples y se pueden agrupar en aspectos del
resultados educativos.
escolares decidan que es importante incorporar en sus evaluaciones relacionadas con las
• Tales factores están relacionados con los medios físico y sociocultural donde se inserta la
escuela, las características y demandas del ambiente socioeconómico de los educandos y
sus familias, y la relación con otras instituciones, empresas u organizaciones de carácter
local de la sociedad civil.
• Valorar las condiciones y procesos escolares exige una amplia variedad de métodos e
instrumentos que facilitan el diagnóstico escolar; algunos de ellos resultan más apropiados
para el abordaje de ciertas temáticas o aspectos, dependiendo del tipo de información que
se quiere obtener, se trate de hechos, opiniones, registros, indicadores o descripciones,
entre otros.
• Algunos ejemplos a este respecto se muestran en la tabla. Cada escuela, en función de sus
necesidades, definirá los métodos e instrumentos a utilizar; Mejoredu ofrecerá
herramientas que pondrá a su disposición para que haga su propia valoración respecto de
cuáles tienen mayor utilidad y sentido en su contexto.
Ejemplos de métodos e instrumentos asociados a la evaluación de las condiciones y procesos escolares
Guía de observación X
Observación
Rúbricas X X X
X
Encuesta Cuestionarios
Bitácora de experiencias X X X
Registros
Registros escolares X
Estrategias para impulsar la evaluación diagnóstica y formativa en la
mejora de las condiciones y procesos escolares
Estrategias para impulsar la evaluación diagnóstica y formativa en la
mejora de las condiciones y procesos escolares
1) Apoyo a los procesos de valoración diagnóstica
Se ofrecerán herramientas e instrumentos de apoyo a las comunidades escolares, cuya finalidad consiste en
ayudarlas a identificar sus problemáticas centrales, sus fortalezas y áreas de oportunidad, así como especificar los
aspectos o temas donde es preciso centrar la evaluación. Al propósito, se ofrecerán los siguientes instrumentos y
herramientas de trabajo:
— Rúbricas individuales y colectivas para el diagnóstico escolar. Conjunto de rúbricas dirigidas a docentes y
al equipo directivo que, en conjunto, abordarán procesos escolares clave, como la convivencia, ambientes
pedagógicos y relación con la comunidad. La información será proporcionada por la propia comunidad
escolar y le será devuelta.
— Cuestionarios para el diagnóstico escolar. Conjunto de cuestionarios dirigidos a docentes, equipo directivo,
estudiantes y sus familias, que además de considerar los tres procesos escolares clave que se abordan con las
rúbricas, indague el contexto en el que funciona la escuela. Se explorarán, entre otras, las temáticas
siguientes: a) ¿cómo son los estudiantes que atienden las y los docentes?; b) ¿cómo es la interacción entre el
docente y las familias de sus estudiantes?; c) ¿cómo interactúan los maestros con su colectivo?; d) ¿qué
apoyos reciben los docentes de sus autoridades educativas?; y e) ¿en qué condiciones escolares trabajan?
Estos instrumentos, especialmente las rúbricas, darán a las escuelas un panorama sobre la situación en la que se
encuentran en un momento dado (diagnóstico), y a la vez, brindarán al colectivo escolar una serie de pistas sobre
elementos que es deseable mejorar (evaluación formativa).
2) Impulso a la evaluación formativa en la escuela
La Comisión ofrecerá herramientas para la promoción de la mejora escolar, que incluirán orientaciones dirigidas a
reforzar el diagnóstico e interpretar los reportes de resultados que Mejoredu les haga llegar a las escuelas. Se
organizarán en cuatro grandes etapas y un proceso de acompañamiento que ocurre de manera transversal a
cada una de ellas.
1. Recabar información;
2. Devolución formativa de los resultados;
3. Impulsar procesos de co-reflexión; y
4. Desarrollo y seguimiento al plan de mejora.
Antes de implementar la evaluación se llevará a cabo un proceso de sensibilización, en el que se informe a las
comunidades escolares de los requerimientos de logística y beneficios que puede implicar para su
funcionamiento; y se destaque que es una evaluación diagnóstica y formativa de la escuela, en la escuela y para
la escuela. A tal efecto, es relevante contar con el apoyo de las figuras de la estructura de supervisión que
puedan dar acompañamiento cercano a las comunidades escolares durante todo el proceso.
Asimismo, se diseñarán guías para equipos de supervisión que incluirán orientaciones sobre cómo apoyar la
realización del diagnóstico escolar y la manera como se podrían aprovechar los reportes por escuela y zona
escolar que les haga llegar la Mejoredu.
Así como materiales de apoyo para fortalecer el trabajo colegiado a través del cual se delimiten los aspectos que
cada escuela decida evaluar y los medios que emplee para hacerlo, en función de sus prioridades y contexto
particular; los materiales de apoyo incluyen cuadernillos que forman parte de una caja de herramientas,
videotutoriales y de orientaciones para fortalecer el uso formativo de los resultados del diagnóstico escolar.
3) Sistematización de experiencias de las comunidades escolares
Esta estrategia se llevará a cabo mediante dos herramientas principales:
1. Bitácora de experiencias. Herramienta de la comunidad escolar para visibilizar y estructurar una memoria
sobre el avance de las estrategias empleadas. Puede incluir experiencias, información, testimonios de la
comunidad escolar, así como las estrategias utilizadas para implementar los procesos evaluativos (aplicación
del cuestionario a padres de familia, entrevistas o grupos focales, entre otros). Las evidencias contenidas en
esta bitácora podrán ser cuantitativas y/o cualitativas. No se usarán en la rendición de cuentas, sino que
tendrán un perfil formativo, por lo que servirán para reflexionar cómo se está dando la mejora en la escuela y
cuáles serían los posibles ajustes al plan de trabajo del siguiente ciclo escolar. Ello facilitará el seguimiento que
las propias comunidades escolares hagan sobre sus procesos de mejora a mediano y largo plazos. De manera
adicional, las evidencias de la Bitácora de experiencias se podrán utilizar para difundir e intercambiar
prácticas exitosas con otras comunidades escolares, a fin de enriquecer sus esfuerzos de mejora.
2. Estudio de casos relevantes. Mejoredu se acercará a comunidades escolares en las que el personal de
mesoestructura haya identificado una promoción destacada de la mejora escolar en uno o más de los
procesos de evaluación: convivencia escolar, ambientes pedagógicos y relación con la comunidad. A través
de análisis cualitativos, se aprovechará la información compartida por la comunidad, se explorará
directamente con docentes y directivos escolares el procedimiento llevado a cabo para realizar el diagnóstico
y los procesos de retroalimentación formativa, y la manera como se emplearon los materiales e instrumentos
de evaluación, así como las innovaciones y propuestas de mejora implementadas en los centros escolares a
partir de las evaluaciones diagnósticas, formativas e integrales.
¿Cómo usamos los resultados de la evaluación de las condiciones y procesos escolares?
Una vez captada la información que aporta evidencias sobre el estado de la situación escolar, resulta
fundamental sistematizarla. Con base en ella, se desarrollarán espacios de reflexión y co-reflexión colectiva sobre
los resultados obtenidos, y valoraciones descriptivas donde lo relevante no será un puntaje o una calificación, sino
el proceso escolar llevado a cabo para conseguir los resultados.
Esta valoración descriptiva dará pie, a su vez, a la definición de mecanismos de retroalimentación formativa, en los
que el foco de interés está en cómo se brinda apoyo a la mejora de los ambientes pedagógicos, al trabajo de
vinculación con la comunidad y a la convivencia escolar, así como a otros ámbitos que las comunidades
escolares hayan definido. En la devolución formativa se prevé el apoyo activo de figuras de la mesoestructura
─supervisores, asesores técnicos pedagógicos (ATP) y equipos técnicos de las autoridades educativas locales
(AEL)─ que brinden acompañamiento a las escuelas, especialmente a aquellas ubicadas en contextos de mayor
vulnerabilidad.
La información captada a través de las herramientas elaboradas por Mejoredu que apoyen los procesos de
autoevaluación y coevaluación, junto con la relativa al aprendizaje de los estudiantes y de la práctica docente, se
devolverá a las comunidades en reportes gráficos de resultados agrupados por escuela, así como en un
diagnóstico integral que servirá como insumo para actualizar los Programas Escolares de Mejora Continua (PEMC).
También se hará una devolución a la mesoestructura, a partir de un resumen de los diagnósticos escolares
integrales de la zona en cuestión, para focalizar los esfuerzos de acompañamiento.
Los resultados de esta evaluación se aprovecharán para contextualizar los de las orientadas a la mejora de la
práctica docente y de los aprendizajes, de tal manera que la retroalimentación descriptiva sea matizada con las
condiciones escolares en las que el estudiantado aprende y el personal docente trabaja.
¿Qué hacemos para mejorar las condiciones y procesos escolares?
Mejorar implica establecer acciones y estrategias institucionales que podrían plasmarse en los PEMC, para luego
concretarse en intervenciones de gestión institucional. Aunque programas y planes suelen tener como responsable
al equipo directivo o al titular de la dirección, requieren del involucramiento activo del colectivo docente.
El equipo líder tendrá entre sus tareas centrales promover la mejora mediante la evaluación de condiciones y
procesos escolares, para lo cual requerirá coordinar e involucrar a la comunidad en las actividades de
diagnóstico, y reflexión individual y colectiva con objeto de definir prioridades, dar seguimiento a las tareas
programadas y valorar el funcionamiento de las estrategias para atender los problemas identificados.
Mejoredu pondrá a disposición de los agentes escolares ─incluyendo al equipo líder─ un conjunto de
orientaciones destinadas al apoyo de acciones y estrategias que respondan a la priorización de necesidades
surgidas del diagnóstico institucional. Asimismo, ofrecerá herramientas destinadas a fortalecer su participación y su
comunicación activa como parte de los procesos de gestión escolar necesarios para impulsar la mejora
institucional. Ésta incluirá, entre otros, aspectos relativos a los aprendizajes y a la práctica docente.
Por esta razón, los resultados de los tres ámbitos de evaluación, vistos en una perspectiva integral, servirán como
insumo en el diseño, implementación y ajuste de los PEMC (figura).
Vinculación de la información obtenida a partir de las evaluaciones con los
programas de mejora escolar
¿Cómo damos seguimiento a nuestros avances en la mejora de las condiciones y procesos escolares?
• Con el acompañamiento a las comunidades escolares por parte de personal de supervisión y asesoría
técnica pedagógica, y de Mejoredu, se definirán acciones para que ellas mismas puedan verificar en
momentos clave el avance de las acciones de mejora.
• Este monitoreo podrá apoyarse en acciones evaluativas formales e informales, que privilegien el
diálogo permanente al interior de la comunidad escolar y con otros agentes educativos.
• El dar seguimiento al estado de la mejora escolar implica aprovechar algunos espacios colegiados
─por ejemplo, las sesiones del CTE─ así como la generación de otros que las comunidades consideren
necesarios para enriquecer las reflexiones, llevar a cabo el autodiagnóstico y definir las rutas de mejora
continua que cada una se plantee, considerando la apropiación de los nuevos planteamientos
curriculares, el contexto de cada escuela y de la comunidad territorio donde se ubica.
• Por último, se propondrá que las comunidades escolares establezcan su Bitácora de experiencias como
un mecanismo diseñado para recopilar evidencias que surjan en el proceso de implementación de las
estrategias de mejora, y que junto con el Reporte integrado de resultados de la evaluación diagnóstica
facilitará la verificación de los avances de la mejora continua.
Calendario de actividades de apoyo a las evaluaciones que impulsen las comunidades escolares
Calendario de evaluaciones del Sistema Educativo Nacional
Glosario
• Acciones para el funcionamiento escolar. Son acciones relacionadas con las dimensiones pedagógica y administrativa de la
escuela (Ezpeleta, 2004), llevadas a cabo por los actores escolares para la organización y disposición de los recursos con la finalidad
de garantizar el derecho a la educación de niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ). Estas acciones aluden al centro escolar en
su conjunto y no a figuras educativas en específico; en el MEDFI tienen que ver al menos con la planeación escolar, la atención a
estudiantes, la distribución y uso de los recursos materiales, la seguridad de la comunidad escolar y el cuidado de la salud.
• Autoevaluación de la práctica docente. Procesos de valoración de la práctica que realizan las y los docentes de manera individual,
mediante un ejercicio de análisis ordenado, intencionado y contextualizado, que exige reflexión, autocrítica y disposición al cambio.
Su principal objetivo es identificar las fortalezas y áreas de oportunidad de la práctica docente, a partir de la reflexión y del análisis
de lo que se hace cotidianamente, así como del por qué y para qué se hace, con el fin de emprender, si es necesario, acciones de
mejora de la práctica docente.
• Autorregulación. Refiere a las maneras como las y los docentes activan y mantienen sistemáticamente sus cogniciones,
motivaciones, comportamientos y afectos orientados hacia la concreción de sus objetivos. En algunos casos puede considerarse
una habilidad socioemocional que apunta a decisiones dirigidas a la acción.
• Coevaluación de la práctica docente. Procesos de valoración de la práctica que realizan maestras y maestros de manera
colaborativa y corresponsable entre pares, mediante un ejercicio ordenado, intencionado y contextualizado. Su principal objetivo es
identificar las fortalezas y áreas de oportunidad de la práctica docente, a partir de la reflexión y el análisis de lo que se hace
cotidianamente, así como del por qué y para qué se hace, con el fin de emprender, si es necesario, acciones de mejora.
• Comunidades escolares. Las comunidades escolares son grupos conformados por personal escolar ─docentes, directivos u otros─,
estudiantes y sus familias, que interactúan en la escuela a partir de los propósitos curriculares. Cada comunidad escolar es única por
el contexto donde se desenvuelve y por los saberes de sus integrantes. Tales elementos entran en juego al aceptar, rechazar,
apropiar, reformular y modificar las normas o sugerencias del exterior que tienen por finalidad proporcionar orientaciones para que
las y los estudiantes desarrollen habilidades y conocimientos de tipo cognitivo, socioemocional y físico.
• Comunidades profesionales de práctica. Colectivos docentes que comparten intereses, problemas, propósitos, lenguajes y
compromisos comunes, con los que fundan su cotidianidad, y cuyos miembros profundizan su conocimiento y experiencia a través
de la interacción continua que fortalece su práctica. En estas comunidades se enlazan historias, rituales y ritmos de vida, y se
comparten y desarrollan valores, normas y símbolos, por lo que son un lugar privilegiado para adquirir conocimientos, un medio para
reflexionar y dialogar sobre su quehacer e identificar de manera conjunta alternativas de mejora.
• Condiciones institucionales. Partiendo de lo que señalan Johnson (2006) y Rockwell (2020), son las características o circunstancias específicas en
las que operan los servicios educativos y se llevan a cabo el aprendizaje escolar y la práctica docente. Aluden a los recursos que otorgan las
autoridades educativas y que pueden estar relacionados con infraestructura, equipamiento, materiales, procedimientos y solicitudes de tipo
administrativo, organizativo y pedagógico para que las escuelas logren sus propósitos. Asimismo, son parte de las características de los actores
que participan y de los procesos que se generan en la escuela, como puede ser el tipo de gestión, el acompañamiento, el trabajo colaborativo
y el vínculo con la comunidad, entre otros. Las condiciones institucionales pueden convertirse en el contexto en algunas evaluaciones, por
ejemplo, en la evaluación de la práctica docente o de los aprendizajes.
• Convivencia escolar. Proceso que incluye las acciones organizativas y pedagógicas dirigidas a aprender a vivir juntos mediante una experiencia
escolar formativa que permite dialogar, conversar, intercambiar ideas, consenso y disenso, manteniendo una apertura hacia el otro ─empatía─
para generar las condiciones que permitan relaciones respetuosas a partir del reconocimiento de las diferencias culturales, lingüísticas y de
formas de pensar, entre otras. Este proceso se apoya en prácticas escolares inclusivas e interculturales, así como en estrategias desarrolladas e
implementadas por el colectivo docente para promover la cooperación, la colaboración, el respeto, el apoyo mutuo y el diálogo, propiciando
el encuentro con el otro y consigo, la inclusión y la valoración de la diversidad. Todo ello como parte de una educación inclusiva que busca
desarrollar estrategias comunes de enseñanza, aprendizaje y convivencia ofreciendo opciones para que todas y todos puedan involucrarse,
acceder a los contenidos y compartir lo aprendido con independencia de sus características individuales, físicas, culturales y sociales.
• Contexto escolar. Es el conjunto de factores externos e internos que configuran el entorno escolar y, al mismo tiempo, afectan de manera
dinámica el funcionamiento de la escuela. En el entorno externo estos factores están relacionados con el medio físico y sociocultural donde se
inserta la escuela, con las características y demandas del ambiente socioeconómico de los educandos y sus familias, así como con la relación
con otras instituciones, empresas u organizaciones de la sociedad civil de carácter local; en el entorno interno existen variables tales como los
recursos, la infraestructura física y el material educativo, entre otras, que en conjunto representan las condiciones con las que operan las
escuelas.
• Corregulación. Involucra procesos interdependientes y colectivos entre los miembros de un grupo para regular una actividad o tarea común
mediante la cual las y los docentes fortalecen la capacidad de autorregular su aprendizaje. Puede ser horizontal, cuando tiene lugar a partir de
la interacción con pares, o vertical, cuando incluye la interacción con directores, supervisores, asesores técnico pedagógicos, o madres y padres
de familia.
• Detonadores para la reflexión sobre la práctica docente. Situaciones, sucesos o información significativa acerca de la práctica docente, que
buscan promover procesos de reflexión; constituyen ejemplos o demostraciones con la capacidad para cuestionar dicha práctica y favorecer su
análisis entre docentes. Estos detonadores pueden ser de varios tipos: observación de la práctica, diarios personales, diálogo reflexivo, uso de la
metáfora, estudios de caso, incidentes críticos, ensayos docentes, historias de vida, registros anecdóticos, producciones de estudiantes, diarios y
planes de clase.
• Escuela. Se conciben las escuelas ─o planteles, en el caso de la EMS─ como espacios físicos y de interacción social, conformados
por comunidades con un entramado complejo de relaciones y que tienen como fin proporcionar educación. Cada escuela es
única debido a su propia historia, su funcionamiento particular y a la influencia recíproca con el contexto específico donde se
ubican, lo que la determina en gran medida y le da sentido a su actuación. Las escuelas presentan una alta heterogeneidad en su
funcionamiento, están reguladas por el Estado y disponen de una clave del centro de trabajo (CCT).
• Evaluación diagnóstica de la práctica docente. Proceso para apreciar las capacidades, conocimientos, aptitudes, habilidades,
destrezas y actitudes del personal que ejerza la función docente, directiva o de supervisión, con el fin de detectar las fortalezas e
identificar las áreas de oportunidad de su práctica.
• Gestión escolar. Proceso continuo y sistemático que permite diseñar y poner en marcha diversas acciones de manera articulada,
acompañar su desarrollo y monitorear su avance con la participación de todas y todos. Una buena gestión escolar es hacer que las
cosas sucedan, es decir, conducir los diferentes procesos directivos, administrativos, académicos, pedagógicos y comunitarios que
llevan a cabo los diversos agentes que conforman la comunidad escolar.
• Marco de saberes y conocimientos para la formación continua. Guía ─no limitativa ni exhaustiva─ que reconoce y articula la
multiplicidad de saberes y conocimientos docentes a fin de movilizarlos con base en la recuperación de la práctica y la experiencia
de figuras docentes, directivas y de acompañamiento pedagógico. Tiene como finalidad orientar los procesos de problematización,
determinación de aspectos de mejora, establecimiento de propósitos y determinación de contenidos de las autoridades
responsables de formular intervenciones formativas, tipos y modalidades de formación continua.
• Narraciones. Recursos que permiten la construcción y reconstrucción de situaciones significativas para las y los docentes, mediante
los cuales describen y resignifican sus prácticas con el fin de mejorarlas. Las narrativas, tanto ajenas como propias, ayudan a
comprender el universo pedagógico de cada docente y del colectivo en una buena parte de su complejidad y alcance, por lo que
se constituyen en organizadoras de su experiencia.
• Organización escolar. Refiere al conjunto de normas, procedimientos administrativos, sistemas de gobierno y control que sirven de
estructura o andamiaje para que la interacción entre los distintos componentes del centro escolar se lleve a cabo de manera
armónica y, así, garantizar los propósitos educativos, así como la participación de las y los actores escolares que intervienen en los
procesos educativos.
• Problematización de la práctica. Es un proceso que permite interpelar y convocar a las y los docentes para la
reconstrucción de su memoria pedagógica y la del colectivo, con el propósito de transparentarla y convertirla en un
objeto de formación. Asimismo, ayuda a comprender las causas de los problemas que enfrentan maestras y maestros en
su práctica cotidiana, mediante la cual se determinan los aspectos que se pueden mejorar. La problematización pone en
el centro las experiencias de enseñanza, el saber práctico y las narraciones pedagógicas de las y los docentes e implica la
posibilidad de anticipar la práctica, volver sobre lo hecho a través de diferentes detonadores reflexivos para la
reformulación, ampliación y transformación de lo que se piensa sobre la propia práctica.
• Práctica docente. Conjunto de saberes, habilidades, actuaciones y disposiciones socialmente condicionadas,
intersubjetivas y dependientes de la cultura escolar, del contexto institucional y del desarrollo profesional, con el que las y
los docentes afrontan situaciones de enseñanza, la gestión de la escuela, la participación comunitaria y sus propios
procesos formativos. La práctica otorga identidad y significado a las acciones que realizan y se compone de aspectos
sociales, éticos y morales, simbólicos e instrumentales.
• Reflexión sobre la práctica docente. Proceso individual o colectivo de análisis de la práctica que permite comprender
mejor lo que se realiza, los contextos donde se desarrolla y los efectos de las acciones y decisiones que se toman de
manera cotidiana para hacer frente a las exigencias educativas de la práctica docente, directiva, de supervisión, de
asesoría técnica pedagógica y de las demás figuras educativas, así como de los saberes y conocimientos que las
fundamentan. Esta reflexión profunda sobre sí mismos y los sustentos de su actuar constituye una base para la
transformación de las prácticas y la mejora educativa.
• Sistema Integral de Formación, Capacitación y Actualización o SIFCA. Según definición del artículo 92 de la LGE se trata
de un sistema constituido por las autoridades educativas, en sus respectivos ámbitos de competencia, para que maestras
y maestros ejerzan su derecho de acceso a éste (sic). Este sistema será retroalimentado por evaluaciones diagnósticas, las
cuales tendrán como objetivo fortalecer capacidades, conocimientos, aptitudes, habilidades, destrezas y actitudes del
personal que ejerza las funciones docente, directiva o de supervisión, con el fin de contribuir al logro del aprendizaje y al
desarrollo integral del educando, cumplir los objetivos y propósitos del SEN y proporcionar elementos que promuevan el
desarrollo humano y profesional de las y los docentes.
Correo electrónico: [email protected]
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