Tema 12 HMedE

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 22

Tema 12

AL ANDALUS BAJO EL CALIFATO ALMOHADE (1045 – 1250)

Capitulo Página

1. LA APARICIÓN DE LOS ALMOHADES EN EL MAGREB (1118 – 1146). .2


1.1 El nacimiento del movimiento almohade: la doctrina de Ibn Tumart.............2
1.2 Expansión política y territorial en el Magreb.................................................2
1.3 Mahdi, Califa, Imán, dinastía y tribus............................................................4

2. LOS ALMOHADES AL OTRO LADO DEL ESTRECHO.............................6


2.1 La ofensiva Almohade en la Península Ibérica (1146 – 1155)......................6
2.2 La resistencia de Ibn Mardanish de Murcia (1147 – 1172)...........................7
2.3 La política de los Sayyids en Al – Andalus....................................................7

3. EL APOGEO DEL CALIFATO ALMOHADE................................................8


3.1 La dinastía y la capitalidad. El gobierno de los hermanos............................8
3.2 Organización territorial y jurídica. El papel de Al – Andalus en el Califato..10
3.3 El ejército Almohade y el impacto de la guerra...........................................11

4. LA SOCIEDAD ALMOHADE, ENTRE LA TRIBU Y LA CIUDAD..............13


4.1 Estructuración social bajo los Almohades...................................................13
4.2 Islamización y mahdismo............................................................................15
4.3 Religión, cultura y la lucha contra el Sufismo..............................................15

5. LA ECONOMÍA: CONTINUIDADES Y RUPTURA RESPECTO AL


PERÍODO ALMORÁVIDE..................................................................17
5.1 Ganadería versus agricultura......................................................................17
5.2 El apogeo del urbanismo almohade............................................................17
5.3 El comercio mediterráneo...........................................................................19

6. EL IMPERIO ALMOHADE DESPUÉS DE LAS NAVAS: FRAGMENTACIÓN


Y DEBILIDAD (1212 – 1250).............................................................20
6.1 Los problemas sucesorios y la división entre el Magreb y Al – Andalus.....20
6.2 “Terceras Taifas” o “reinos vasallos”: la disgregación.................................21
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

1. LA APARICIÓN DE LOS ALMOHADES EN EL


MAGREB (1118 – 1146)
1.1 El nacimiento del movimiento almohade: la doctrina de
Ibn Tumart
El movimiento almohade se edificó en oposición directa al Almorávide. Se basa en la
predicación del teólogo Ibn Tumart (1080 – 1130), miembro de la tribu Masmuda del Sur
del Alto Atlas, en Marruecos. Viajó a Al – Andalus y a Oriente a partir de 1106 entrando en
contacto con la escuela teológica Ashari que defendía una interpretación metafórica y no
literal del Corán. Consideraba a los Almorávides y los teólogos malikíes poco menos que
politeístas, ateos y antropomorfistas lo que le llevó a oponerse frontalmente a ellos.

En 1118 regresó al Magreb predicando por las ciudades y llamando a la guerra santa
contra los Almorávides. Su grupo de seguidores fue creciendo y se denominaron Al –
muwahhidun (confesores de la unidad de Dios). Fue expulsado de Túnez y Bugía. Tuvo
que buscar refugio en el Alto Atlas y allí organizó una comunidad religiosa y político –
militar.

Al encontrarse con Abd Al – Mumin, Ibn Tumart le convenció para que se uniera a sus
discípulos y se dirigió hacia el Oeste, hacia los territorios Almorávides con la intención de
reformar las prácticas religiosas a su paso. Las acusaciones de Ibn Tumart contra los
almorávides a su llegada a Marrakech eran el haber descuidado la aplicación de la Sharia
y su ignorancia, que les hacía depender de los juristas malikíes, además de llevar un velo
que consideraba femenino e indicio de la corrupción de las costumbres.

Ibn Tumart huyó a Aghmat y desde allí a su región en el Valle del Sus, a Tinmal, donde se
dedicó a reunir a sus seguidores de las tribus Masmuda, antagonistas de los Sinhaya,
consiguiendo el apoyo de la confederación.

Fue proclamado líder elegido de la comunidad (mahdi) en 1121.

Tinmal se convirtió en su rábita principal, donde realizó una purga de todos los que no
eran sus partidarios y se dedicó a la educación de sus seguidores, tanto en su forma de
entender el Islam como mediante libros en beréber que debían memorizar, como su
credo. La jerarquía que estableció dependía de la aceptación de sus preceptos: se rodeó
de un Consejo de 10 dirigentes de tribus Zanata, Sinhaya y Masmuda.

Los jefes o jeques de las tribus Masmuda formaban el siguiente escalón, el “Consejo de
los 50”. Fueron los que formaron el ejército y los que comenzaron a denominarse
Almohades, los seguidores del mahdi. Un grupo de predicadores nómadas se encargó de
la difusión de sus doctrinas a la vez que se encargaba a censores y recitadores del Corán
de vigilar la moral.

1.2 Expansión política y territorial en el Magreb


La salida de los Almohades del Alto Atlas con la intención de conquistar todo el imperio
Almorávide les costó numerosas bajas, primero en las fortificaciones que rodeaban las
montañas y más al salir a campo abierto.

Página 2 de 22
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

Sitiaron Marrakech pero perdieron la batalla de Buhayra (1130) provocando la retirada de


Ibn Tumart a Tinmal donde fallece. Su muerte se mantuvo en secreto durante 3 años (la
ocultación).

Abd Al – Mumin le sucede convenciendo a los jefes de las otras tribus de que Ibn Tumart
le había designado antes de morir. Se le unieron las tribus de todo el Atlas y el Rif.
Cuando bajó a la planicie atlántica prosiguió la lucha contra los almorávides hasta que su
poder se vino abajo a pesar de la resistencia de Tashufin Ibn Ali (1143 – 1145). Se
evitaron las confrontaciones directas, evitando las llanuras y se asedió Marrakech en la
“Campaña de los 7 años) (1140 – 1147). La desbandada comenzó en 1144 – 1145
cuando las tribus Zanata de Argelia se unieron al movimiento Almohade y algunos Emires
Almorávides de los Masufa se pasaron a su bando, permitiendo la captura de Orán y
Tremecén donde murió el Emir Tashufin Ibn Ali junto a su capitán Reverter.

Perseguido por los Almohades, el último Emir Yahya Ibn Abi Bakr Ibn Al – Sahrawiyya fue
sitiado en Fez a la vez que se ponía asedio a Mequíndez. Cuando cayeron las fuerzas
Almohades se concentraron frente a Marrakech defendida por un hermano de Tashufin.
La ciudad fue tomada en 1147, sus defensores ejecutados y sus familias vendidas como
esclavos.

La última resistencia se concentró en torno a otro predicador que unió a varias tribus, Al –
Massi, al que siguieron en rebelión las ciudades de Salé, Sijilmasa y Ceuta que pidió
ayuda a los Almorávides de Al – Andalus. Cuando los Almohades redujeron a las tribus
que habían apoyado a Al – Massi, Ceuta y Salé se sometieron, pero Yahya Ibn Al –
Sahrawiyya cruzaba el Estrecho a Tánger y Ceuta hostigándoles.

Con la finalización de la conquista de Al – Andalus en 1151, Abd Al – Mumin planificó su


expansión hacia Oriente por la costa magrebí. Desde Bugía el Emir se dirigió a controlar
sus alrededores en manos de los Sinhaya y de los hilalies que se unieron a él y enviaron
a sus familias como rehenes a Marrakech.

Varias tribus árabes poblaron Marruecos gracias a los incentivos económicos que les
ofreció Abd Al – Mumin.

Se produjo un relevo generacional en los miembros de los Consejos de los 10 y los 50,
donde los líderes almohades tradicionales tuvieron que compartir el poder y la toma de
decisiones con andalusíes, almorávides desertores y jeques tribales de las nuevas zonas
del Imperio.

El desplazamiento de los hermanos Ibn Tumart de los puestos de gobernador causó una
revuelta de tribus Masmuda descontentos lideradas por ellos en el propio Marrakech, pero
fueron reprimidos y los líderes fueron decapitados.

La presencia de numerosos almorávides andalusíes de origen Lantuna en la Corte a partir


de la rendición en 1155 no contribuyó a la paz interna. Con ocasión del avance de los
Almohades por Ifriqiya, Abd Al – Mumin liberó Al – Mahdiyya de la ocupación normanda
(1159). A su paso por Túnez devastaron la ciudad, confiscaron todas sus riquezas y
proclamaron un decreto obligando a los cristianos y judíos a convertirse o exiliarse.
Pusieron cerco a Al – Mahdiyya hasta que los normandos se retiraron a Sicilia.

Ordenó a su hijo Abu Said Uthman que construyera una ciudad palatina en Gibraltar
donde en 1160 se reunieron los sayyids y jeques Almohades para celebrar la victoria.

Página 3 de 22
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

En 1163 Abd Al – Mumin decidió hacer la peregrinación a la tumba de Ibn Tumart en


Tinmal y luego viajar a Rabat a supervisar los preparativos del ejército que partiría hacia
Al – Andalus pero murió siendo enterrado junto a Ibn Tumart.

1.3 Mahdi, Califa, Imán, dinastía y tribus


El mahdi era el mesías enviado a mostrar, en el fin de los tiempos, la vía que la
humanidad debería seguir, imán impecable y guía infalible en cuanto a la fe. Esto daba a
Ibn Tumart una autoridad absoluta sobre sus seguidores quedando por encima de los
grupos de ulemas que hasta entonces habían interpretado la ley.

La proclamación de Ibn Tumart como mahdi, verdadero guía y guardián del Islam
implicaba un esfuerzo por parte de los almohades en restaurar la verdadera fe mediante
el yihad y tuvo como resultado el rechazo a los demás Califatos árabes contemporáneos
que no habían sido capaces de preservar la pureza de lo predicado por Mahoma. Los
avances de los cruzados en Tierra Santa, la pérdida de la Sicilia fatimí a manos de los
Anjou y los avances de estos contra los Ziríes en Ifriqiya, donde confluían con las tribus
hilalíes que atacaban desde Egipto confirmaban el estado de corrupción del Islam que
postulaban los Almohades. Los beréberes se consideraban llamados a volver a conseguir
la unidad e las tierras del Islam.

Apoyados en la infalibilidad del mahdi, sus sucesores se convirtieron en interpretes de la


ley divina, ordenaron quemar las obras de jurisprudencia anteriores y abogaron por la
aplicación del Corán y la tradición del Profeta, de la unicidad (tawhid) de la revelación
divina.

La proclamación de Abd Al-Mumin Como Califa se produce en 1132. No se declaró


subordinado del Califato Abbasí. Tomó numerosos elementos ideológicos del Califato
Omeya de Córdoba, desde donde trasladó el Corán de Uthman, vínculo simbólico entre
los Omeyas de Córdoba y los Almohades.

El otro pilar de su propaganda era el yihad, entendido como la misión de derrocar a los
impíos Almorávides, luego como una conquista de aquéllos musulmanes que no
aceptaron los principios religiosos del mahdi y el monoteismo unitario y finalmente como
una lucha con los enemigos cristianos del Islam en sus fronteras.

Abd Al Mumin insiste en la obligación personal del creyente y colectiva de todos los
musulmanes de emprender la yihad como ejercicio para poner fin a todas las prácticas
paganas y a la relajación de la moral pública. Esta insistencia en los ideales de la yihad
redundó en la celebración de todas las victorias de los Almohades, que eran comunicadas
a los gobernadores y proclamadas en las ciudades del imperio.

El título de Emir de los Creyentes fue adoptado en contraposición directa al utilizado por
los Almorávides y tomado del Califa ortodoxo Umar que fue el primero en utilizarlo. Abd Al
– Mumin se lo adjudicaría durante su proclamación en Tinmal. También se utiliza el título
de Califa sin necesidad de reconocer a otro líder religioso.

El estatus de los Califas como jefes religiosos de la comunidad se manifestaba en


elaborados rituales públicos, como en la oración del Viernes en la mezquita mayor de
Marrakech, la predicación de sermones mencionando su nombre y la finalización de la
oración por el propio Califa o la ceremonia de partida de las expediciones militares.

Página 4 de 22
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

Las monedas cambiaron de forma y se pasó a utilizar el dírham cuadrado y a partir de la


proclamación de Abd Al – Mumin como Emir de los Creyentes, el dirham de oro con un
cartucho cuadrado, llenos de inscripciones coránicas y referencias a los títulos de los
Califas y el mahdi. La genealogía de los Emires, signo de legitimidad hereditaria se
escribía completa.

Se generalizó el uso de la caligrafía nasjí frente cúfico asociado a los Almorávides.

A partir de las campañas de 1154 Abd Al – Mumin comenzó a compartir el poder con su
sucesor directo, garantizando la herencia almohade.

Después de conseguir la aquiescencia de los jeques de los Masmuda, nombró heredero a


su hijo Muhammad. Se designó a varios de los otros hijos de Abd Al – Mumin como
gobernadores de otras ciudades fundamentales para su imperio: Bugra, Tremecén,
Sevilla, Ceuta, Granada, Fez, Tadla (en el Atlas) y El valle de Sus. Eran conocidos como
los Sayyids, los señores o príncipes de sangre.

Los enfrentamientos entre los Sayyids nacidos de varias madres diferentes por la
sucesión del Califato complicó el gobierno del Imperio Almohade. Con cada Sayyid se
desplazaban jeques miembros del Consejo de los 10 o de los 50 como asesores
experimentados, delegados en su caso y jefes militares, lo que era importante cuando los
hijos del Emir eran demasiado jóvenes para ejercer el gobierno, y a la vez ofrecía a los
jeques una posición de poder para no soliviantarlos.

Las tribus que apoyaron a los Almohades fueron:

- Los Masmuda. Campesinos sedentarios que se encontraban situados solo en


ciertas zonas del Magreb: las llanuras atlánticas, una parte del Rif Occidental y el
Alto Atlas.

- Los Zanata. Se extendían por el Magreb extremo y central en los principales oasis
y en la isla de Yerba. Parte de estos habitantes de los oasis practicaban la
agricultura sedentaria y otros eran nómadas o seminómadas. Entre los clanes más
conocidos están los Magharawa y los Meriníes.

Estas sociedades tribales se integran bajo el Califato Almohade en un sistema estatal


centralizado, que se esfuerza en sustituir sus genealogías comunes y la importancia de
sus jeques por la unidad que confiere la dinastía hereditaria. La identificación de las tribus
pasa a hacerse mediante su grupo lingüístico y el lugar donde se instalan con las
migraciones que tiene lugar durante este período y también se les define por su apoyo o
no a los almohades, que muchas veces se identifica con su procedencia geográfica.

Página 5 de 22
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

2. LOS ALMOHADES AL OTRO LADO DEL ESTRECHO


2.1 La ofensiva Almohade en la Península Ibérica (1146 –
1155)
Se inicia en 1145 cuando empezaba la última campaña contra Fez y Marrakech. La
situación era de descomposición del poder almorávide, entre los ataques Almohades al
Sur y los de Alfonso VII al Norte.

Varios de los gobernadores o autoridades Almorávides que disponían ya de gran


autonomía dentro del sistema provincial, defendieron su autoridad como pudieron, pero
sólo unos cuantos pudieron mantenerse.

Ibn Hamdin se había proclamado independiente en Córdoba. Fue derrotado por Yahya Ibn
Ganiya que no pudo frenar a Ibn Hud, miembro de la dinastía que había gobernado
Zaragoza y que se estableció en toda la zona entre Valencia y Murcia.

En la zona portuguesa, entre Silves y Mértola estaba el predicador místico Ibn Qasi de
Silves, que firmó alianzas con los señores de Beja y Niebla. Esta disgregación se conoce
como la época de las “segundas taifas”.

Alfonso VII de León unió Aragón, Navarra y la flota genovesa y amenazó Córdoba
conquistando brevemente Almería (1147).

Aragón avanzaba la frontera hacia Tortosa, Lérida y Fraga.

La entrada de las tropas Almohades en la Península se explica por las peticiones de


auxilio de algunos gobernadores almorávides antes estas amenazas cristianas, seguidas
del cambio de bando de muchos de ellos: el almirante de la flota almorávide de Al –
Andalus prestó su juramento a Abd Al – Mumin durante el cerco de Fez y conquistó Cádiz
para ellos.

Cuando Yahya Ibn Ganiya estaba a punto de derrotar a Ibn Qasi, este cruzó el Estrecho y
prestó fidelidad a Abd Al – Mumin, reconociendo a Ibn Tumart y sus sucesores. Los
Almohades se expandieron por toda la zona Sur de Portugal.

Se volvieron contra Sevilla que cayó en 1147. Los notables de la ciudad viajaron a
Marrakech para prestar fidelidad al Califa y muchos se quedaron allí.

Otros señores almorávides permitieron que Yahya Ibn Ganiya tomara el puerto de
Algeciras y sitiara Sevilla. El Cadí Iyad Yahya Ibn Al – Sahrawiyya permanecían en Ceuta,
manteniendo la circulación abierta en el Estrecho para los almorávides.

Algeciras fue reconquistada y los almohades avanzaron sobre Córdoba y Carmona,


quedando Yahya Ibn Ganiya atrapado entre los castellanos y los almohades, aceptando
retirarse a Jaén, muriendo poco después. Sus partidarios salieron hacia Mallorca para
reunirse con su hermano, Muhammad Ibn Ganiya.

Granada no capituló hasta 1148 y Murcia permaneció independiente en manos, primero


de Ibn Hud y luego de Ibn Mardanish.

Página 6 de 22
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

Abd Al – Mumin no se prodigó en la Península. Dependió de sus hijos para las campañas
andalusíes mientras él se dedicaba a fortalecer su papel en el Magreb y extenderse hacia
Ifriqiya. Esto no le impidió tratar directamente con los representantes andalusíes en sus
capitales.

Una vez consideró que la sumisión de Al – Andalus era un hecho, Abd Al – Mumin
convocó a los notables andalusíes en Salé, mientras construía la alcazaba de Rabat y les
tomó juramento en 1151.

No se tomaron grandes represalias para poder contar con apoyo en la nueva provincia.

2.2 La resistencia de Ibn Mardanish de Murcia (1147 –


1172)
La resistencia contra los almohades en Levante fue dirigida por varios caudillos en el área
valenciana destacando el Alcaide Ibn Iyad, que gobernó desde Valencia a Murcia hasta su
muerte en 1147, momento en que fue reconocido Mohammad Ibn Sad Ibn Mardanish
como Emir, aliado con su yerno Ibn Hamushk que dominaba la Sierra de Segura. Desde
su capital, establecida en Murcia, dominó hasta Jaén, Écija y Carmona. Ibn Mardanish
practicó una política dura de amedrentamiento, ejecuciones y deportaciones para
asegurarse la fidelidad en sus territorios y así oponerse a los almohades.

Los grandes gastos de la guerra le obligaron a cobrar impuestos exagerados a sus


súbditos, en cuya economía diaria también intervino. Además, empleaba tropas cristianas
mercenarias.

Sus pacientes se hicieron fuertes en las ciudades del Emirato como Valencia, Segorbe o
Játiva. Su yerno Ibn Hamushk se pasó al campo almohade y con el fallecimiento de Ibn
Mardanish (1172), hostigado por el Califa Abu Yaqub Yusuf, sus hijos entregaron Murcia.

2.3 La política de los Sayyids en Al – Andalus


Coincidiendo con el final de las campañas de Abd Al – Mumin en el Magreb, éste se retiró
a Marrakech con su hijo Abu Hafs Umar como primer ministro, mientras dejaba los
asuntos andalusíes en manos de sus otros 2 hijos los sayyids Abu Said Uthman,
gobernador de Granada y Abu Yaqub Yusuf en Sevilla. Estos se enfrentaban a la
oposición formada por Ibn Mardanish, su suegro Ibn Hamushk y sus aliados cristianos.
Los almohades proclamaban la yihad contra los infieles y sus aliados musulmanes Ibn
Mardanish contraatacaba con la yihad contra la desviación almohade en nombre de los
Abbasíes de Bagdad.

Los grupos más desfavorecidos, como los judíos de Granada, obligados a convertirse al
Islam, aprovechaban para entablar diálogo con Ibn Hamushk y abrirle las puertas de la
ciudad, obligando a los sayyids y los jeques a huir y conseguir grandes refuerzos para
volver a tomar la ciudad (1162).

Página 7 de 22
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

3. EL APOGEO DEL CALIFATO ALMOHADE


3.1 La dinastía y la capitalidad. El gobierno de los
hermanos
Con la muerte de Abd Al – Mumin y la necesidad de mantener los dominios almohades a
ambos lados del Estrecho, el gobierno se decidió de facto. El heredero designado
Muhammad fue eliminado durante la enfermedad del Califa gracias al Primer Ministro Abu
Hafs Umak, hermano de sangre de Abu Yaqub Yusuf (1163 – 1184), pues ambos eran
hijos de Zaynab, la hija de un Jeque Masmuda de Tinmmal y contaban con el apoyo de
esa tribu.

Abu Hafs Umar aprovechó el triunfo de Abu Yaqub Yusuf en Granada (1162) para
proclamarle, quedando él a cargo personalmente de todos los asuntos del Magreb.

El duunvirato se desequilibró, aunque no se separó hacia 1166 – 1167, cuando Abu


Yaqub Yusuf se intituló Emir de los Creyentes y solicitó el reconocimiento de todos los
gobernadores de su estatus califal.

El nuevo Califa era un hombre cultivado que se esforzó en promover la cultura y la


ciencia.

Abu Hafs Umar se ocupó de las campañas militares contra los enemigos de los
almohades conduciendo las tropas enviadas a Murcia en 1171 contra Ibn Mardanish,
abandonado por Ibn Hamushk cuando se divorció de su hija.

En Sevilla construyó la almunia de la Buhaira y la nueva gran mezquita con su Alminar


(Giralda). Ibn Mardanihs moría en Murcia y su hijo prestaba obediencia al Califa. Las
tropas almohades llegaron a Huete, ciudad capturada por los castellanos y que se intentó
reconquistar y luego Cuenca, pero la campaña fue un desastre frente a Alfonso VIII.

En la frontera portuguesa, Giraldo Sem Pavor ponía las cosas difíciles a las tropas
almohades en torno a la zona de Beja.

Abu Yaqub Yusuf permaneció en Sevilla 3 años continuando con sus proyectos urbanos.

Abu Yaqub Yusuf decidió volver a Marrakech en 1176 en pleno brote de peste que causó
la muerte de buena parte de la élite y la población de la ciudad, librándose el Califa y su
hermano.

Se realizó la designación del heredero. Abu Yusuf Yaqub como Emir al frente de las
milicias de Marrakech, la sustitución de varios jeques en los consejos y el nombramiento
de varios sayyids en Al – Andalus culminado con la muerte de Abu Hasfi Umr en 1179. El
siguiente objetivo fue recuperar el poder en Gafsa y la zona de Ifriqiya.

El Califa procedió a reclutar tribus árabes para la yihad en Al – Andalus. En Tremecén


recibió a los jeques de Bugia y Gafsa que pidieron la paz. Desde allí llegó a Túnez y volvió
administrando justicia a Marrakech de nuevo.

La situación en Al – Andalus era peor debido a las incursiones de Alfonso VIII en el Valle
del Guadalquivir y a los ataques navales portugueses en la costa.

Página 8 de 22
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

Abu Yaqub Yusuf prefirió pasar por las minas del Sus qué le estaban negando los tributos
y recabar sus ingresos antes de entrar en campaña. Las fuerzas califales se reunieron en
Marrakech donde 4 hijos del Califa recibieron sus nombramientos:

- Abu Ishaq en Sevilla.

- Abu Yahya en Córdoba.

- Abu Zayd en Granada.

- Abu Abd Allah en Murcia.

Averroes fue designado juez supremo (cadí) de Córdoba y el erudito Ibn Tufayl, Visir en
Marrakech.

Llegó a Sevilla en 1184 con el objetivo de asediar Santarém donde falleció en la retirada
de las tropas almohades.

Su hijo Abu Yusuf Yaqub (1184 – 1199) fue proclamado en Sevilla. Tuvo que volver al
Magreb donde recibió la adhesión de los Jeques de Fez y Mequinez en Rabat, luego
prosiguió hasta Marrakech, donde le juraron fidelidad los jeques de la capital y desde allí
visitó Tinmal donde enterrarían a su padre.

Este Califa fue un gran constructor convirtiendo Rabat en una ciudad Califal, completó el
desarrollo de Sevilla y una gran expansión al Sur de Marrakech.

Abu Yusuf Yaqub se vio forzado a pelear en varios frentes, empezando por la expedición
del almorávide Ali Ibn Ganiya desde Mallorca a Bugia (1184), desde donde él y su
hermano establecieron alianzas con varias tribus, con turcos de Egipto enviados por
Saladino (ghuzz9 y bereberes que se oponían a los almohades.

Abu Yusuf Yaqub los venció en la batalla de Hamma (1187), desde donde pudo retomar
Gabes, Túnez y Gafsa.

Los otros sayyids aprovecharon para rebelarse en Tremecén, Tadla y Murcia y fueron
ejecutados. Proclamó la yihad en Al – Andalus y solicitó voluntarios para cruzar el
Estrecho, consiguiendo un gran número de subsaharianos. En 1190, cruzó la Península.
Se instaló en Sevilla y recibió al Embajador de Saladino que solicitaba la ayuda de su
flota, que actuaba desde Algeciras y Alicante, para enfrentarse a los cruzados. Esta flota,
necesaria para el tráfico entre las dos partes del Estrecho se estaba enfrentando a las
ciudades italianas por el comercio mediterráneo.

Inició la ofensiva contra Portugal donde ocupó Silves. Volvió a Marrakech donde nombró
heredero a su hijo Abu Abd Allah Muhammad.

Su gran triunfo militar contra los cristianos se produce en la batalla de Alarcos (1195) que
le permitió llegar a las puertas de Toledo. Tomó el sobrenombre de El Victorioso (Al –
Mansur).

Entre las campañas, Al – Mansur continuó con las construcciones en Sevilla, persiguió a
los funcionarios corruptos y aligeró los impuestos de sus súbditos andalusíes.

Falleció en Marrakech después de allanar el camino a la sucesión de su hijo mediante


pactos y ejecuciones de familiares cercanos.

Página 9 de 22
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

3.2 Organización territorial y jurídica. El papel de Al –


Andalus en el Califato
La organización provincial de los territorios almohades mantuvo la ya existente basada en
la historia, geografía y dinámica urbanas y territoriales.

Al integrar a las grandes familias almorávides y a las tribus, sus territorios venían con
ellos. En Al – Andalus se conservaron las provincias almorávides modificándose fronteras.

La administración del Califato almohade estuvo más centralizada que la de los


almorávides. Contaba con un centro simbólico en Tinmal y la estructura de la toma de
decisiones se organizó en torno a Marrakech donde además del Califa se encontraban los
visires y sus oficinas, encargadas de la difusión de las órdenes califales. Esto, como imán
y Emir de los creyentes era el único capacitado para interpretar los designios de Dios. Si
el Califa se encontraba en Al – Andalus, la administración se encontraba en Sevilla y allí
se agrupaban las tropas antes de partir a la yihad. A partir del gobierno de Al – Mustansir,
la designación de los Visires cuyo poder aumenta por la división de los sayyids o la
infancia de los Califas, recae en los Jeques almohades más influyentes.

El S.XIII Marrakech se convierte en la verdadera capital estable. Se desarrolla aun más la


Cancillería encargada de los contactos con las provincias en una verdadera dinámica de
centro – periferia.

Los gobernadores y otros cargos circulaban cada 2 ó 3 años con lo que la autonomía local
quedaba reducida y los tributos no se concentraban en las provincias en manos de unos
pocos.

Abd Al – Mumin ordenó un censo de sus territorios magrebíes para calcular


adecuadamente el jaray o impuesto territorial. Los gobernadores tenían la recaudación de
impuestos y el pago de los salarios de la administración en las provincias, ayudados por
los oficiales que mantenían los registros de entradas y salidas, pudiendo todos ellos ser
llamados por el Califa para presentar sus cuentas.

Se nombraba desde la Corte a alcaides, cadíes, responsables de impuestos,


responsables de los asuntos del tesoro y empleados diversos. A finales del período, la
administración fiscal de las provincias no dependía ya de los gobernadores, sino que
respondía directamente a la administración de la capital. Las grandes familias de las élites
letradas locales fueron contratadas para mantener el servicio provincial al mismo nivel que
anteriormente, y la herencia de los cargos de padre a hijo o la pertenencia a una familia
prestigiosa se convirtió en criterio para la selección de funcionarios, e incluso de jeques,
aparte de la fidelidad al régimen.

Eran habituales los nombramientos dúplices, para asegurar la vigilancia estrecha de


ambos funcionarios. A todos ellos se les pedía una sólida formación en ciencias
religiosas. La élite intelectual procedente de familias urbanas de Al – Andalus desempeñó
un papel fundamental en la configuración del gobierno almohade, pero no tan
sistemáticamente como con los almorávides y se podía encontrar a magrebíes y
andalusíes en cualquier orilla del Estrecho.

Los Almohades concedieron propiedades (iqta o siham) a los miembros de la dinastía y a


los jefes militares y cortesanos para su mantenimiento, pero controlados siempre desde la
administración central de forma que pudieran recuperarse cuando al Califa le hiciera falta.

Página 10 de 22
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

Se nombraba a un funcionario, administrador del patrimonio del soberano en una zona


determinada a los que se añade la supervisión de los siham que hubiera allí. Estas Iqta
sirvieron para pagar a las tropas de ghuzz a quienes además de una propiedad se les
daba un salario. Utilizaron concesiones de impuestos en especie y dinero, sueldos y
regalos.

La cancillería conoció un gran desarrollo, era el vínculo principal entre el soberano y sus
funcionarios de las provincias, que le informaban de lo ocurrido en ellas, del estado de las
fronteras, etc. La lectura de sus cartas a todo el imperio ayudaba a difundir la propaganda
dinástica y a crear una idea de Estado a ambos lados del Estrecho, utilizando un sistema
de correos rápido y eficaz. El Califato era el único que podía encabezar la guerra justa por
lo que toda esa información era vital para planificar la guerra contra los cristianos. La
aplicación de la justicia se hizo mediante cadíes de todas las regiones del imperio
predominando los andalusíes y magrebíes. Los andalusíes estaban encabezados por los
cordobeses, los más numerosos. Sus competencias podían variar a voluntad del Califa y
los casos castigados con pena de muerte debían ser supervisados por él mismo. Los
lugares donde se impartía justicia solían ser las grandes ciudades, donde estaban las
oficinas administrativas del Califato y en ellas se decidían los casos de las regiones
circundantes.

3.3 El ejército Almohade y el impacto de la guerra


La organización mantenía algunos rasgos tribales, pero la integración de numerosos
cuerpos de ejército no magrebíes como los árabes hilalíes, los mercenarios cristianos, los
turcos y kurdos que peleaban bajo el nombre de ghuzz hacen del almohade un ejército
complejo.

Las tropas de caballería incluyen a los esclavos de la dinastía que formaban la guardia
personal del Califa. A los alcaides y tropas andalusíes enrolados bajo los Almohades, a
los ghuzz, apreciados como arqueros y caballería ligera y los árabes hilalíes, también a
caballo, que se incorporaron a partir de la conquista de Ifriqiya.

Los voluntarios de la yihad, característicos de las rábitas almohades, a menudo iban como
infantería en primera línea de combate.

Los almohades contrataron a mercenarios cristianos especialmente para luchar contra las
disensiones que se daban dentro de su propio imperio y para pacificar la revuelta de Al –
Massi. Algunos caudillos cristianos como el portugués Geraldo Sem Pavor se pasaron a
lado almohade y muchos caballeros desaforados de Castilla y Aragón actuaron como
refuerzo para las tropas califales siempre que no fuera en contra de sus correligionarios.

Estas tropas se alojaban en rábidas o ciudadelas. En ellas tenían sus propias mezquitas y
lo necesario para aprovisionarse como silos y cisternas.

La administración militar dependía de las oficinas y los secretarios del ejército, ocupados
del censo de las tropas y del pago de sus salarios. Los Almohades utilizaron maquinaria
de sitio que a veces trasladaban por mar.

Respecto a la flota, con la conquista de todo el Magreb y Al – Andalus, consiguieron


puertos de gran importancia con larga tradición. Los almirantes de la flota fueron de los
primeros en prestar fidelidad a los Almohades.

Página 11 de 22
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

En 1156 la región del Estrecho se reorganizó en un solo almirantazgo confiado a un


sayyid establecido en Ceuta, del que dependían los puertos de Tánger, Tarifa, Algeciras y
Málaga. Se buscaba responder al peligro que suponían los puertos de Levante en manos
de Ibn Mardanish. La construcción de Gibraltar en 1159 reforzó la navegación del
Estrecho. En la costa atlántica, Rabat y La Mamora se convirtieron en las cabezas de la
navegación atlántica. Se repararon las atarazanas de Sevilla en 1184 para ayudar a las
campañas de Portugal. Las tripulaciones estaban especializadas, los salarios se perciben
3 veces al año y tenían derecho a botín. El almirante tenía autoridad sobre las aduanas
marítimas, la ceca y la gestión de las finanzas del puerto. La autoridad se cedía a
miembros de la dinastía o a sus clientes más fieles. A los oficiales superiores se les
enseñaban maniobras marítimas y combate naval. Se hacían maniobras en los puertos y
se empiezan a utilizar nuevas estrategias navales de combate.

Página 12 de 22
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

4. LA SOCIEDAD ALMOHADE, ENTRE LA TRIBU Y LA


CIUDAD
4.1 Estructuración social bajo los Almohades
Los Masmuda del Alto Atlas fueron el origen tribal de los Almohades, pero la extracción
social de sus élites fue más amplia que en el caso de los Almorávides. En sus consejos se
sentaban también miembros de las tribus Sinhaya y Zanata.

A la cabeza de la jerarquía estaban los Diez, luego los Setenta, seguidos de los doctos
(Talaba), los Guardianes (huffaz), la gente “de la casa” de Ibn Tumart (Ahl Al – Dar), los
Masmuda, los Hintata, las gentes de las demás tribus, el ejército (yund) y los
combatientes de la fe (guzat).

Se puede incluir a varios grupos profesionales como los servidores del Estado, (los
burócratas), los almotacenes, los empleados de la ceca, los almuédanos que llamaban a
la oración, los combatientes de la fe, los guardianes y los partidarios del mahdi.

Los principios de asabiyya o lealtad tribal fueron sustituidos por Abd Al – Mumin por la
lealtad al Emir de los creyentes. Se intentó conseguir un balance de las tribus en los
consejos, para evitar la supremacía absoluta de los Masmuda. En un principio la lengua
beréber sirvió para designar al pueblo elegido, finalmente quedó relegada al ámbito rural y
el dominio doméstico y el árabe recuperó su primacía como lengua cultural.

Los Jeques, miembros de los Consejos de los Diez y de los Cincuenta, ejercían los cargos
más altos tanto militares como de gobierno.

Durante la época de Abd Al Mumin, los gobernadores les enviaban a ellos las noticias
sobre la situación en las provincias y eran ellos los que asesoraban al Califa sobre
cualquier cuestión de defensa, administración o economía. No todos los Jeques tenían la
misma importancia.

Los doctos (telaba) fueron, primero, los discípulos del mahdi, a quienes él mismo se
preocupó de formar para propagar su dogma, pero pasaron a convertirse en un grupo
institucionalizado de inspectores doctrinales, encargados de marcar la doctrina del
régimen. Más adelante se les atribuyeron también responsabilidades en la dirección de
operaciones militares y de la flota.

Los más importantes eran los de la Corte, que seguían al Califa en sus desplazamientos,
luego el de la capital y después los “de los Almohades”, responsables de las provincias
hasta que se hacen con los cargos los hijos del Califa en 1156.

Los guardianes o memorizadores (huffaz) se mencionan a partir de 1156. Se los reclutaba


de niños por todo el territorio y recibían una formación completa como élite capaz de
asumir todas las funciones administrativas y militares. Debían memorizar el Corán, las
obras de Ibn Tumart, el dogma Almohade y el hadiz. Se les enseñaba literatura y poesía,
equitación, tiro con arco, natación y naumaquia.

La inclusión de los burócratas andalusíes y almorávides en las filas de la administración


Almohade se manifiesta entre los escribas cortesanos y también entre las élites urbanas,
pero también se encuentra un grupo de secretarios de origen beréber que sirvieron a los
sucesivos Califas y que escribían en su lengua.
Página 13 de 22
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

La composición de la élite judicial mantiene la misma estructura desde juristas del Magreb
e Ifriqiya a los andalusíes, que prestaban más o menos fidelidad al régimen almohade en
lo religioso, según el lugar que ocupaban en el escalafón y sus preferencias personales.

Muchos de ellos sirvieron fuera de sus lugares de origen, y sus nombramientos por
términos cortos de años servían para que no establecieran demasiados contactos locales
que los llevaran a la insurrección. A la llegada de los Almohades muchos juristas actuaron
como delegados de sus ciudades en el cambio de fidelidades.

Otro grupo vinculado al Califa y que formaba parte de la élite eran los ghuzz, caballeros
de procedencias diversas. Dentro de la Corte se movían numerosos esclavos y eunucos
de la casa del Califa que gozaban de grandes privilegios, entre ellos el de garantizar el
acceso a la presencia del soberano. Eran técnicamente esclavos, pero su absoluta
fidelidad al Califa y las capacidades de las que disfrutaban en la Corte hacen de ellos
personajes mucho más poderosos que muchos ciudadanos libres.

La población urbana estaba organizada por barrios en los que los grupos de vecinos
podían llevar a cabo labores de vigilancia. Las fondas y las mezquitas proveían de
albergue para los transeúntes. La epidemia de 1176 afectó a la población urbana magrebí
y brotes sucesivos afectaron a otras ciudades de Ifriqiya. Las mujeres disfrutaban de
muchas menos libertades y salían menos al espacio público que en la época almorávide.
Ibn Tumart había prohibido la mezcla de sexos en entretenimientos conjuntos y la
propaganda Almohade era contraria a la actividad política de las mujeres.

La mayoría de los habitantes del campo eran miembros de las tribus, que mantenían los
rasgos del campesinado Almorávide incluida la dualidad entre el mundo rural magrebí y el
andalusí.

Respecto a las minorías cristiana y judía, los almohades, condicionados por su


pensamiento teológico, que consideraba infiel a todo el que no aceptase el credo de Ibn
Tumart partían de una consideración dura.

Durante la conquista del Magreb, las gentes del libro y los Almorávides recibieron una
consideración semejante y en ciudades como Fez, Tremecén y Marrakech fueron objeto
de ataques violentos, además de ser catequizados forzosamente para intentar su
conversión, como en Siyilmasa.

Las tropas de otra religión o los comerciantes gozaban de inmunidad dentro de los
dominios Almohades.

La llegada de los Almohades a Al – Andalus dio comienzo a un movimiento migratorio


amplio, alentado por Alfonso VII de Castilla y los Reyes de Aragón, que despobló el Sur
de la Península de cristianos andalusíes.

Las colonias de comerciantes establecidas en las principales ciudades contaban con la


protección del Califa.

Las comunidades judías de Al – Andalus, más urbanizadas en muchos casos que las
cristianas, emigraron primero al Magreb y desde allí a Egipto donde se les permitía
practicar su religión.

Página 14 de 22
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

4.2 Islamización y mahdismo


El mensaje de Ibn Tumart se resume en la unicidad absoluta de Dios (tawhid), expresada
en 2 credos:

- Uno redactado en forma coránica fue escrito para el pueblo en general.

- Otro, más filosófico y racional, tenía como destinataria a la élite intelectual.

Esta unicidad era el punto principal de todas las predicaciones hechas por los profetas
hasta Mahoma y debía ser conocida por todos los musulmanes a través del conocimiento
del Corán y del hadiz.

Las opiniones posteriores y la doctrina elaborada por los jurisconsultos habían


manipulado este mensaje y por ello no debía tenerse en cuenta sin importar a que
escuela de derecho perteneciera.

Los viajes de Ibn Tumart y sus discípulos contribuyeron a una verdadera islamización del
Magreb proporcionando a los creyentes de los lugares más apartados las estructuras en
las que pudieran practicar su fe, como nuevas mezquitas, la reparación de las antiguas
que habían caído en desuso, la reparación de canales de agua para proporcionar con qué
hacer las abluciones, etc.

La doctrina Almohade se elaboró durante el reinado de los dos primeros Califas. De los
shiíes tomaron los conceptos del madhi como Salvador al final de los tiempos, su
impecabilidad y el de imán, nombre dado por ellos a los sucesores de Mahoma,
considerados inspirados por Dios y los mejores entre los creyentes, además de ser
descendientes de la tribu de Quarysh, como otros Califas. Se crearon genealogías tanto
para Ibn Tumart como para Abd Al – Mumin que los hacían descender de Ali, yerno de
Profeta.

Aparte de esta inspiración shií nunca abandonaron el Islam Sunní.

La lectura alegórica de las aleyas coránicas y su insistencia en la unicidad así como el


recurso a la fuerza contra otros musulmanes que no participaran de sus ideas y la
reivindicación del Califato para los no árabes son sus características propias.

El almohadismo se convirtió en una religión de Estado a través de la veneración de Ibn


Tumart y de los Califas almohades. Desde la conquista de Marrakech Abd Al – Mumin
estableció una peregrinación oficial a la tumba del mahdi en Tinmal, realizadas por él
mismo y luego por sus sucesores y admitida como hay igual que la peregrinación a La
Meca.

4.3 Religión, cultura y la lucha contra el Sufismo


Abu Yusuf Yaqub Al – Mansur encomendó a los doctos que compilaran un manual de
oración extraído de las colecciones de hadices aceptadas por los Almohades. Su padre
había ordenado otra compilación sobre la yihad. Este manual debía ser memorizado a
través de las provincias. Persiguió las posturas jurídicas más especulativas y ordenó
quemar varias obras de comentarios sobre derecho malikí.

Página 15 de 22
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

Aun así, los grandes juristas siguieron adhiriéndose a la escuela malikí, especialmente los
andalusíes. La obra de Averroes, una compilación de las diversas posturas de las
escuelas jurídicas sobre distintas cuestiones de derecho es tanto una obra malikí como de
derecho almohade.

Esta escuela retomará su importancia cuando el Califa Al – Mamun niegue la categoría de


mahdi de Ibn Tumart.

Los Almohades patrocinaron a brillantes filósofos como Averroes, el intelectual almohade


por excelencia, jurista, filósofo, astrónomo y médico. La otra gran figura es el filósofo judío
Maimónides.

También patrocinaron a poetas, especialmente los que cultivaban los panegíricos en


honor a los Califas, recitados con motivo de sus victorias o en las ceremonias cortesanas.

Los Almohades combatieron cualquier agitación mesiánica alentada por los sufíes que
fuera en contra de su mahdi. Durante el período almohade el número de místicos sufíes
se incrementó en zonas rurales de lengua beréber, donde hombres y mujeres se retiraban
a realizar prácticas ascéticas en pequeños oratorios, atrayendo a discípulos y ocupándose
de la población circundante. Dio lugar a una forma de piedad popular que se manifestaría
en la veneración de estos místicos como santones a su muerte y a veces incluso en vida.

Había que añadir una serie de intelectuales sufíes que institucionalizaron esta vía mística
en los centros urbanos como Abu Madyan, místico sevillano. Sus ideas se difundieron por
el Magreb y fueron seguidas por Al – Shadili que se proclamó descendiente del Profeta,
emprendió la peregrinación y se instaló en Alejandría.

Otra figura del sufismo fue el murciano Muhyi Al – Din Ibn Al – Arabi (Ibn Arabi), se formó
en el Magreb y viajó por El Cairo, Jerusalén, La Meca, Bagdad y Anatolia. Tuvo un gran
grupo de seguidores. Escribió unas 300 obras basadas en el Corán y el hadiz y también
en las ideas neoplatónicas. Muchos ulemas le acusaban de heterodoxia. Sus doctrinas
hablaban de un mesianismo alejado del mahdismo.

La generalización del sufismo trajo el surgimiento de importantes comunidades de


místicos a veces en los límites de los grandes cementerios que rodeaban las grandes
ciudades.

Página 16 de 22
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

5. LA ECONOMÍA: CONTINUIDADES Y RUPTURA


RESPECTO AL PERÍODO ALMORÁVIDE
5.1 Ganadería versus agricultura
En este período se produce un incremento en el Norte de África de la ganadería y el
pastoreo respecto a la agricultura, coincidiendo con la emigración de tribus nómadas
como los Banu Hilal y los Banu Sulayn desde Egipto e Ifriqiya. Los Banu Marin de la zona
marroquí practicaban la cría de ovejas, introduciendo el ganado merino en Al – Andalus.

La lucha entre varias facciones de los Zairies condujo a la pérdida de control sobre Ifriqiya
y sus producciones y la ocupación de la costa por los normandos que distorsionaron las
formas de producción anteriores.

Las algaradas de los Banu Ganiya desde Baleares y la destrucción que causaron
ocasionaron problemas.

El abastecimiento de todas estas tribus y ejércitos pasando por el territorio magrebí debió
suponer una merma en sus recursos agrícolas por consumo o por destrucción.

Aspecto destacado del período almohade fue la creación de jardines botánicos donde se
experimentaba con la adaptación de nuevas especies, que posibilitaban la mejora de la
agricultura. Estos jardines ya existieron en períodos anteriores en Al – Andalus pero con
los Almohades conocieron un gran desarrollo. También en el Magreb. Se introdujo la
buhayra, la gran piscina o estanque que permitía planificar jardines de irrigación en torno
a ella. Estas propiedades califales se explotaron en las afueras de todas las grandes
capitales califales, como Marrakech, Fez, Mequínez o Sevilla.

Podían proveer alimentos para las tropas, para la Corte, tenían lujosas residencias para el
solaz de los Califas y proveían espacio para congregar a las tropas antes de una
campaña, con agua para el consumo. Desde el punto de vista agrícola fueron los
principales centros de innovación.

La explotación de las minas del Sahara y el pago del quinto al Califa continuó como en el
período Almorávide, excepto el oro, cuyas minas dejaron de controlarse y esto tuvo un
reflejo inmediato en la moneda Almohade.

Los territorios del Sur y el Gran Atlas eran ricos en minas de plata, posibilitando la
acuñación desde el origen del movimiento. Inicialmente los talleres de acuñación viajaban
con los Califas lo que explica el elevado número de cecas que aparecen en las monedas
y corresponden con las principales ciudades de residencia de la Corte.

5.2 El apogeo del urbanismo almohade


Los Masmuda no habían heredado una tradición urbanística propia por lo que emplearon
la mano de obra que ya había trabajado para los Almorávides y aprovecharon parte de las
edificaciones que encontraron a su paso.

Su primer centro fue Tinmal que fortificaron y la casa de Ibn Tumart y la primitiva mezquita
que él construyó en el mismo complejo. Se asemejaban a la casa del Profeta Mahoma en
Medina.

Página 17 de 22
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

A la muerte del mahdi el complejo fue ampliado de acuerdo con su nuevo papel como
centro de peregrinación y lugar fundacional de los Almohades. Abd Al Mumin edificó una
gran portada de entrada con expolios de sus conquistas a las que seguiría una gran
mezquita que sustituiría a la antigua. El minarete insertado en su muro se repetiría en
Argel y Salé.

Con la conquista de Marrakech se procedió a reorientar todas las alquiblas de todas las
mezquitas de la ciudad basándose en la presunta ignorancia de los Almorávides sobre las
cuestiones de culto, y se derruyó uno de los palacios para edificar la gran mezquita
Kutubiyya, que se conectó con los nuevos edificios mediante un pasadizo, a imitación de
los alcázares Omeyas de Córdoba.

Este esquema de gran mezquita y residencia del Califa construida junto al centro urbano,
separado por una gran plaza que servía a la vez para funciones representativas y para
proteger a los Almohades de los ciudadanos en caso de revuelta se convirtió en un
distintivo de la arquitectura almohade en sus dominios.

Una segunda Kutubyya se inició en 1158 con materiales del expolio de Córdoba y Medina
Azahara. Su minarete exento se convirtió en otra marca de la arquitectura Almohade
copiado en la Giralda de Sevilla (1184 – 1188).

La ciudad de Gibraltar, de nueva planta, se construyó como puerto principal de los


Almohades en Al – Andalus frente a la de Algeciras que había cumplido el mismo
propósito para los Almorávides (1160).

Los sayyids gobernadores de Córdoba restauraron la ciudad para devolverle parte de su


esplendor perdido (1162). Sevilla fue preferida por su distancia con la frontera y los
últimos Califas constructores reprodujeron en ella la arquitectura palaciega de Marrakech,
el binomio alcázar -mezquita, las murallas, 3 buhayras y un acueducto para conducir agua
a la ciudad, los “caños de Carmona” que perdurarían durante siglos.

Se construyeron fincas de recreo en medio de jardines irrigados a base de grandes


piscinas con aguas traídas de las montañas circundantes.

Varias ciudades extendieron sus barrios con nuevos suburbios.

Las rábidas (ribats) se extendieron por la geografía Almohade. Frente a la ciudad de Salé
se construyó Rabat.

Las ciudadelas exteriores son otra forma del urbanismo Almohade. Se construyeron fuera
de las ciudades conquistadas de Al – Andalus para albergar a las tropas Almohades y
evitar la superpoblación y destrucción en otros barrios de la ciudad, donde el gran número
de soldados chocaban con los habitantes, sobre todo andalusíes.

Tenían forma rectangular en sus recintos de muralla y solían situarse a pequeña distancia
del antiguo centro urbano, a veces separadas por un arrollo o algún otro accidente
geográfico como una quebrada o similar.

La mayor parte de las construcciones Almohades se realizaban en tapial decorado con


“falso despiece de sillería”, un enlucido de yeso o cal imitando a sillares de piedra que
enmascaraba mechinales y juntas de encofrados utilizados en la construcción. Otra
posibilidad eran las retículas geométricas (sebkas) en las paredes y celosías.

Página 18 de 22
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

Los edificios se coronaban con bóvedas de arcos entrecruzados que sirven para
identificarlos, y se adornaban con arcos polilobulados con yeserías, técnicas que servían
para arquitectura civil, religiosa o militar. Las grandes puertas monumentales marcaban
los recintos de muralla y los palacios de la Corte como forma de representación política,
imitando la entrada triunfal de Medina Azahara y vinculándolos con los Omeyas.

5.3 El comercio mediterráneo


Los comerciantes andalusíes y magrebíes transitaban las rutas regionales y de larga
distancia del Mediterráneo, por tierra y por mar, así como las atlánticas, especialmente
para el comercio de esclavos, sal y oro subsaharianos.

El mayor cambio durante la segunda mitad del S.XII fue la incorporación de importantes
colonias de mercaderes cristianos en Al – Andalus y el Norte de África favorecidas por los
Almohades.

Estaban los catalanes y las ciudades mercantiles italianas, en especial, Pisa y Génova
con las que existieron tratados a partir de 1161. Los fondacos y casas de las distintas
nacionalidades se establecieron en Bugía, Túnez, Al – Mahdiyya, Almería, Sevilla, Málaga
y otros puertos dando lugar a importantes barrios comerciales. El Papado y los reyes
cristianos se preocuparon de asegurar los pactos y la atención espiritual necesaria para
estos cristianos durante los S.XII y S.XIII, incluso en períodos de teórica cruzada.

Las redes terrestres, normalmente en manos de comerciantes musulmanes y judíos,


abastecían a estos puertos de las materias que demandaban el comercio internacional,
desde armas a mulas, textiles, seda, esclavos, especias, perfumes, minerales y azúcar,
muchos de ellos monopolizados por los genoveses.

Los Almohades acuñaron menos moneda de oro que los Almorávides. Quizá utilizaron
también el dinar como moneda de cuenta. No tuvieron un acceso fácil al oro sudanés.

Los talleres de tejidos se situaban en las principales ciudades magrebíes y andalusíes,


sobre todo en Almería y el tinte carmesí se producía en Sevilla, Valencia, Málaga y
Murcia. Se criaban gusanos de seda en Jaén y las Alpujarras. Los tejedores utilizaban
técnicas complejas que incluían el lampas polícromo brochado en oro de Murcia, Almería
y Málaga, el samito, los llamados paños de arista con guarniciones en técnica de tapiz o
las ricas sedas que formaban las bandas de tiraz con los que se elaboraban los turbantes.

Una parte importante de la ciudad almohade era la consagrada al mercado.

Las cerámicas de este período son cada vez más especializadas. Sus formas
corresponden a usos determinados: las piezas usadas como contenedores de agua se
hicieron con pastas blancas porosas que garantizaban el frescor, los braseros utilizaron
elementos plásticos para resistir el calor, los tinteros se hicieron con forma de cilindro
macizo y 7 huecos, para contener los cálamos. Como técnicas de decoración se utilizaron
el estampillado, la incisión y los vidriados monocromáticos en todos los talleres
regionales, el esgrafiado y la loza dorada se realizaron en talleres levantinos. Hay una
técnica de engobe rojo llamada “cerámica escarlata” que se utilizaba para pequeñas
jarritas de paredes muy finas.

Página 19 de 22
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

6. EL IMPERIO ALMOHADE DESPUÉS DE LAS NAVAS:


FRAGMENTACIÓN Y DEBILIDAD (1212 – 1250)
6.1 Los problemas sucesorios y la división entre el Magreb
y Al – Andalus
El comienzo del ocaso Almohade en el Magreb se inicia con la muerte del Califa Abu
Yaqub Yusuf (1199).

Las cuestiones internas que preocupaban al Califa eran la unidad de los señores (sayyids)
Almohades, el respeto a las tribus árabes, instaladas en el Magreb mediante soldadas del
Califa y a los mercenarios kurdos y turcos, ya que no se les habían hecho concesiones
territoriales, y el estado de las fronteras en Al – Andalus, amenazadas permanentemente.

El último Califa Almohade importante fue Abu Abd Allah Muhammad Al Nasir (1199 –
1213).

En 1201 una inundación del Guadalquivir que afectó a todo el valle entre Córdoba y Cádiz
provocó víctimas y destrucciones.

La inestabilidad en Ifriqiya era endémica. El Califa emprendió una campaña terrestre


acompañada de una ofensiva naval previa contra los Banu Ganiya en Baleares. Se realizó
una campaña contra las islas que condujo a la conquista de Mallorca en 1203 y se realizó
una gran expedición naval al Magreb (1204 – 1207) que buscaba la solución a este
conflicto. La toma de Túnez y Al – Mahdiyya pacificó la región hasta la partida del Califa
en 1207.

Acusaciones de corrupción llevaron a una nueva purga de la administración en el Magreb


y en Al – Andalus. A la hora de emprender la siguiente campaña en Al – Andalus el Califa
comprobó que no había nada preparado. Hubo un gran incendio en el distrito del zoco de
Marrakech en 1210, con importantes pérdidas económicas. Cruzando a Sevilla en 1211
Muhammad Al – Nasir comenzó su estrategia con la conquista de Salvatierra. Mientras
seguía combatiendo la corrupción burocrática tuvo que enfrentarse a la coalición de los
reyes cristianos ibéricos bajo el liderazgo de Alfonso VIII de Castilla en las Navas de
Tolosa (1212). Fue un gran golpe para el ejército Almohade del que ya no se recuperó. El
Califa muere poco después.

Tras el reinado de Yusuf Al Mustansir (1213 – 1224) se suceden 8 Califas en 24 años, la


mayoría muertos violentamente. Se afianzaron varios señoríos hereditarios entre los
sayyids y jeques. Los Califas cayeron bajo el dominio de los jefes de las tribus (Jeques),
tuvieron que firmar pactos con los reinos cristianos y vieron como éstos avanzaban sobre
el Algarve. Una gran hambruna asoló el Magreb en 1219 y el Califa tuvo que abrir los
graneros públicos para paliarla.

Los sayyids andalusíes dividieron su apoyo entre los diferentes candidatos e incluso
buscaron apoyo en los reinos cristianos.

La familia Almohade se dividió en dos ramas diferentes que apelaron al apoyo de las dos
partes del imperio, el Magreb y Al – Andalus, contribuyendo a su mayor debilidad.

Página 20 de 22
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

Idris Al – Mamun (1226 – 1232), uno de los hermanos de Al – Nasir y nieto de Ibn
Mardanish de Murcia, rechazó la ideología oficial del Islam Almohade, en concreto, que
Ibn Tumart fuera el mahdi, eliminando las referencias a él. Dejaba al Califato desprovisto
de su ideología fundacional y los gobernadores de Ifriqiya se sintieron autorizados a
desmembrarse, creando el Túnez Hafsí. Los Zayyaníes de Argelia se dividieron en torno a
Tremecén, fundando el Emirato del mismo nombre, con la fidelidad de las tribus Zanata.
En el extremo occidental, los Banu Marin o meriníes, también de origen Zanata, se
expandieron hacia el Atlántico y fueron cubriendo los vacíos de población dejados por las
bajas Almohades. A partir de 1230 fueron subyugando a las tribus en torno a Fez y
Mequinez hasta hacerse con estas ciudades. Los últimos 3 Califas no pudieron unir a los
Almohades y se fueron perdiendo Rabat, Salé, Siyilmasa… hasta que el Califato
Almohade se desintegró en 1269 cuando no pudieron mantenerse en Marrakech. El resto
del país estaba controlado por los Banu Marín que lo gobernaban desde Fez.

6.2 “Terceras Taifas” o “reinos vasallos”: la disgregación


Con la caída del poder almohade y al desgajarse una serie de territorios de las provincias
almohades, se produjo una disgregación del poder ostentado desde El Magreb que
condujo en Al – Andalus a lo que muchos denominan las “Terceras Taifas”.

Estos Emires o Sayyids se vieron obligados a negociar con Fernando III o Jaime I en
busca de su apoyo a cambio de pagarles parias y cederles fortalezas cuya tenencia luego
disfrutaron, llegando algunos a convertirse al cristianismo. La utilización de las
disensiones internas a favor de la política de los cristianos facilitó la conquista de muchos
territorios.

Muhammad Ibn Hud, soldado del yund de Murcia que se decía descendiente de los
soberanos Hudíes de la Taifa de Zaragoza, se enemistó con el gobernador de la ciudad y
abandonó la capital para refugiarse en un castillo de la zona de Ricote donde se le
unieron partidarios y se rebeló contra los Almohades en 1228. Aprisionó al gobernador,
proclamó la soberanía de los Abbasíes sobre Murcia y tomó el título Almorávide de Amir
Al – Muslimin y el sobrenombre de Al – Mutawakkil. La reivindicación de la pertenencia al
Califato Abbasí fue fundamental para su éxito y perduró hasta la toma de Bagdad por los
mongoles (1258).

Toda la simbología del poder, estandarte negro, monedas con el nombre del Califa,
mención documental e incluso su nombramiento como lugarteniente del Califa de Bagdad,
así como la visita de sus embajadores en Murcia, hicieron de Ibn Hud un líder al que
siguieron en otros territorios. Su mensaje seguía las enseñanzas de la corriente mística
sufí de Ibn Sabin de Murcia. Combatió a Abu Zayd de Valencia al que venció. Los
habitantes de Almería se rebelaron, los de Sevilla se unieron a él en Octubre de 1229 y a
principios de 1230 había sido reconocido en varias ciudades aunque le abandonaron
pocos años después. Sufrió una derrota ante los leoneses cerca de Mérida (1231) y
aceptó pagar tributo a los cristianos lo que supuso una grave pérdida de su prestigio y una
presión fiscal creciente para sus seguidores.

Ibn Hud fue asesinado en Almería por orden del Visir y gobernador de la ciudad (1238).
Tras un breve período de obediencia a Ibn Mardanish, los murcianos restauraron a los
Hudíes pero bajo la égida castellana.

Valencia fue la única ciudad de Levante donde no se reconoció la autoridad de Ibn Hud.
El Sayyid Abu Zayd, su gobernador Almohade, consiguió mantenerse en el poder a pesar
de que Aleira, Denia y Játiva sí se aliaron con Ibn Hud.
Página 21 de 22
Al- Andalus bajo el Califato Almohade (1145 – 1250) Tema 12 HMedE

Abu Zayid consiguió mantener sus fortalezas y negociar con los cristianos la pervivencia
de su poder.

Las entrevistas con Fernando III y Jaime I le costaron su prestigio y el jefe de su


caballería, Zayyan Ibn Mardanish se sublevó en Onda, haciéndole huir hacia Aragón
donde consiguió refugio a cambio de entregar sus castillos y convertirse al Cristianismo.
Zayyan Ibn Mardanish entraba en Valencia en 1229.

Zayyan nunca se avino a reconocer a Ibn Hud como representante legítimo del Califa y
Valencia fue asediada por los murcianos.

Zayyan había hostigado a los aragoneses en Tortosa provocando que Jaime I


conquistase Morella y Burriana desde donde comenzaron a lanzar algaradas contra
Valencia. Los enfrentamientos fueron continuos hasta la batalla de Anisha (1236) que
acabó con la resistencia en Valencia contra los cristianos.

Zayyan tuvo que pedir ayuda a los Hafsíes de Túnez ofreciéndoles a cambio su
reconocimiento y tuvo que proponer la paz a Jaime I en el Invierno de 1237 – 1238,
retirándose a Cullera y Denia, donde los murcianos le propusieron que les gobernase al
año siguiente sin éxito. Zayyan emigró a Túnez.

Página 22 de 22

También podría gustarte