Tiempo de Acogida Familias
Tiempo de Acogida Familias
Tiempo de Acogida Familias
Es un tiempo sin duración establecida porque cada niño/a, cada familia, vive de forma peculiar
y distinta el proceso de construcción de nuevas relaciones afectivas y el sentimiento de formar
parte de un nuevo lugar (la escuela infantil).
El tiempo de acogida habrá finalizado cuando los niños/as vivan diariamente la escuela como
un lugar familiar, en el que poder relacionarse y desarrollar sus proyectos de juego de manera
libre y autónoma. Y las familias sientan la escuela como un espacio de confianza, de relación,
de calidad y calidez profesional.
Con el acompañamiento de su familia y con la vivencia de comprobar que cada día suceden
las mismas cosas, que su familiar de referencia siempre vuelve a buscarle, podrá elaborar la
experiencia y llegar voluntariamente a una aceptación interna de la misma.
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Sentirse confiado/a y seguro/a en la escuela infantil es una conquista personal de cada
niño/a; son él o ella quienes viven el proceso, no pudiendo el adulto evitar sus sentimientos,
aunque sí mostrar comprensión y ayudarle a asumirlos.
Es esperable que la expresión de las emociones de los niños/as pueda suponer alguna
alteración de su conducta: aún no pueden usar la palabra para expresarse y utilizan otros
recursos (más rabietas de lo habitual, pequeñas alteraciones en el sueño y en la alimentación,
mayor timidez, mayor apego a la familia cuando sale de la escuela…). Estas expresiones no se
producen siempre, ni de igual manera, en todos los niños/as porque cada uno/a es único/a.
De igual modo, la familia experimenta la separación y puede vivir emociones difíciles ante la
nueva situación y preguntarse si su hijo/a sufrirá. Es fácil que aparezcan sentimientos de pena,
temor, culpa, inseguridad e incertidumbre. Las familias también viven un proceso de
familiarización con la escuela infantil.
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¿CÓMO FACILITA LA ESCUELA INFANTIL EL TIEMPO DE ACOGIDA PARA
LOS NIÑOS/AS Y SUS FAMILIAS?
A) Da a conocer a las familias, antes de la incorporación, el proyecto de la escuela:
- Se proporciona información relevante sobre la las líneas generales del proyecto de
centro y los criterios de funcionamiento, en momentos
- Se organizan encuentros previos a la incorporación que ofrecen la oportunidad a las
familias y a los niños/as de tener un primer acercamiento a la escuela: tardes de juego,
jornadas de puertas abiertas, visita a la escuela…
- Tras las matriculaciones, se celebra una reunión de bienvenida con las familias de los
niños/as de nueva incorporación.
C) Ofrece recursos para que el niño/a y su familia integren poco a poco, a su ritmo, la
experiencia:
- Se anima la presencia de la familia en el aula durante los primeros días, los tiempos
progresivos de estancia del niño/a y se secuencia la entrada de los niños/as nuevos/as.
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- Se acuerda con cada familia, previo a la entrada del niño/a, un plan de incorporación
flexible, en función de su evolución y de las posibilidades de organizarse de la familia.
- La pareja educativa facilita información cotidiana a cada familia para que conozca la
evolución de la experiencia que vive su hijo/a cuando ellos están presentes.
D) Elabora una planificación que pone todos los recursos humanos y materiales en función
del tiempo de acogida
- Crea un ambiente para el bienestar, organizando los espacios, tiempos y materiales en
función de las necesidades de los niños/as.
A) ANTES DE LA INCORPORACIÓN
- Conociendo las personas y los espacios de la escuela infantil y su estilo educativo:
participando en reuniones, encuentros y entrevistas previas a la entrada de su hijo/a,
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la familia puede aclarar dudas y empezar a construir con las personas que van a estar
con él/ella un clima de diálogo y confianza.
- Ayudando al niño/a a familiarizarse con la imagen de la escuela: dando paseos por sus
alrededores: “Mira, ésta es tu escuela” “Ahí vas a poder jugar con otros niños y niñas”…
B) DURANTE LA INCORPORACIÓN
- Acompañar al niño/a en el aula todo el tiempo que sea posible o necesario,
dependiendo de las posibilidades laborales y personales de cada familia.
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- Cuidar el momento de la despedida:
o Despedirse siempre, aunque el niño/a esté jugando, “entretenido”, con una
despedida afectuosa, corta y clara. Si el familiar que acompaña se va sin despedirse,
en el niño/a se genera un sentimiento de inseguridad y abandono. Es preferible que
exprese su desacuerdo ante la marcha de la familia, aunque sea difícil para ambos,
que darse cuenta de repente de que el familiar no está.
o Dar al niño/a referencias concretas de quién y cuándo volverán a buscarle
(vendremos después de la siesta o después de la comida…). Le ayuda a anticipar y
asegurar que se producirá el reencuentro con su familia.
o Evitar los chantajes de cualquier tipo (si no lloras, te compraré… o te traeré…; si lloras,
me podré triste).
- En el hogar, atrasar los cambios en la vida cotidiana del niño/a a que finalice el proceso
(no cambiarle de habitación, no retirar el chupete,…).