El Lazarillo de Tormes Guion

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Guion de El lazarillo de Tormes

Tratado primero: Cuenta Lzaro su vida y cuyo hijo fue (Aparecen en el escenario lzaro, su madre y su padre tomados de la mano en la sencilla habitacin.) Narrador:Contare como comenz todo. Yo soy lzaro de Tormes, de Tormes porque naci dentro del rio Tormes. Mi padre Tom Gonzlez y mi madre Antona Prez, dela ciudad de Tejares, eran muy humildes. El trabajaba en los molinos y traa a casa la comida, y mi madre cuidaba del hogar. (entran el alguacil con un hombre) Hombre: aqu esta el ladron seor alguacil. arrestelo! Alguacil: ven picaro, con que das menos por el peso indicado. Hombre: si es un oportunista, que nos roba en nuestro granos molidos. Para luego venderlos l. Padre: no seor alguacil eso no es cierto, yo soy honesto en mi trabajo. Alguacil: callate!, este seor no es el nico que te acusa ven conmigo a la crcel, Paso que mi padre fue acusado de robo por ciertas sanguijuelas y fue llevado ante la justicia y la sentencia fue mandarlo al ejercito a luchar contra los moros y ah perdi la vida. Y mi viuda madre padeciendo ante tal situacin tuvo que marcharse conmigo a la ciudad, alquilar una casita y cocinar para los estudiantes y lavar ropa para los mozos de las caballerizas. En su oficio conoci a un mozo moreno llamado Zaide, quien empez a llevar alimento a la casa y pronto me regalaron un hermanito. El nio mira a Lzaro y a su madre y luego con desprecio a su padre Hermanito de Lzaro: Madre, el coco! Padrastro de Lzaro (rindose): pilluelo!, ven que tan moreno como yo ere tu. Narrador: Me dije entre pensamientos: Cuantos debe de haber en el mundo que huyen de otros porque no se ven a s mismos!. Luego mi padrastro hizo malos negocios y termino siendo echado a la orca y mi madre como cmplice de este tambin fue juzgada, pero antes de morir decidi esto de mi (entra un ciego a la casa cuando la madre esta preocupada y llorando, l entra a pedirle comida y luego se pone a hablar con ella.) Ciego: buenas tardes, venderme comida mujer. Madre: en un momento(la madre se acerca sollozando) (lazarillo se acerca a poner el plato y el ciego lo toma de la mano)

Ciego: Ese muchacho es su hijo? Madre de Lzaro: Si y por desgracia para el. Ciego: Porque? Madre: Pronto ser juzgada y el pobrecito quedara hurfano Ciego: Si este es el caso djelo a mi cargo, lo tendr no por mozo si no por hijo. Madre: Lzaro ven! Hijo, ya s que no te ver mas. Procura de ser bueno, y Dios te gue. Te he Criado, y con mucho amo. Ahora Vlete por ti Narrador: As marche con mi nuevo amo, salimos de Salamanca y nos encontramos con esto: (El ciego se acerca al toro de piedra.) Ciego: Lzaro, acerca el odo a este toro, y oirs un gran ruido dentro de l. (Lzaro hace lo que le pide y el ciego lo empuja hacindolo golpear la cabeza contra este. el ciego explota en carcajadas.) Ciego: Necio, aprende que el mozo del ciego ha de saber ms que el diablo. Narrador: Me pareci que en ese momento despert de la realidad en la que vive un nio de ocho aos. Y en mis pensamientos dije: verdad es lo que dice este, que me entrena para la vida que me espera. As siguieron los dems das con enseanzas como estas y l solo deca: Ciego: Yo oro ni plata te puedo dar, mas te mostrar muchas enseanzas para vivir. (el nio y el ciego caminan rondando las ciudad, el ciego se va deteniendo a platicar con las mujeres que encuentra en el camino, una mujer que quiere tener hijos, una que esta embarazada y una que tiene problemas con su marido)solo hacen la mmica mientras el narrador cuenta su historia. Narrador: Y despus de Dios este ciego me dio vida pues siendo ciego vea mas que cualquiera y me enseaba mas que cualquier maestro que hubiera podido tener. En su oficio era tan gil como un guila, las oraciones se las sabia de memoria y era un buen actor pues se hacia el santo mientras las decia. Con sus oraciones pareca tener la solucin para todo el que con el se cruzara: para mujeres que no paran, para las que estaban de parto, para las que eran mal casadas, que sus maridos las quisiesen bien; echaba pronsticos a las embarazadas, les deca si seria nio o nia. Y en caso de medicina, deca que l tenia la cura para el dolor de muelas, desmayos y males de madre, nadie lo contradeca. Con esto todas las mujeres estaban tras l. De ellas sacaba provechos para vivir y ganaba ms en un mes que cien ciegos en un ao. Pero jams vi un hombre tan avaro y mezquino como el, pues me mataba de hambre. As que tuve que practicar mis propias maas (El ciego guarda comida en un bolso y se lo cuelga. El Lazarillo lo descose por un lado y saca porciones de esta y vuelve a coser. Luego el ciego pesa el bolso sorprendido.) Ciego: Qu diablos es esto? como es que estando contigo recibo tan poco y antes reciba tres veces mas. Tu me debes traer mala suerte.

(El lazarillo queda mudo y el ciego saca ahora un jarro de vino. El ciego se sienta en una vieja butaca con el jarro entre las piernas y el lazarillo por debajo de este hace un huequillo en el jarro del que sale el lquido y este entusiasmado lo bebe. El ciego se da cuenta y deja caer el jarro sobre el, rompindose en mil pedazos sobre la cabeza del muchacho.) Narrador:Fue tal el golpecillo que quede inconsciente, me lastime la cara y se me quebraron los dientes que hasta hoy me faltan. A pesar de que el ciego me ayudo a curar empec a detestarlo (El ciego esta curando a Lzaro con paos de vino.) Ciego: Que te parece, Lzaro? Lo que te enferm te sana y da salud (van caminando el ciego y el muchacho mientras le pega) Narrador: Desde all el ciego me empez a tratar peor y peor, dndome garrotazos y rodillazos. Sin merecer sus maltratos lo hacia volvindose casi una costumbre entre nosotros y la gente que pasaba a nuestro lado se indignaba al ver como se comportaba conmigo y le hacan reclamos. Peo este sacaba la historia del jarro de vino Gente: mal hombre, como maltrata al pobre muchacho. l es tenda que ser castigado. Ciego: hay donde lo ven este muchacho me roba comida y bebida aprovechndose de mi bondad. Gente: Quien pensara que de este muchacho tan pequeo salieran tan malvadas maquinaciones! Castigadlo! Castigadlo! Narrador:As como ellos decan decid hacerle pasar por mis peores diabluras. (El lazarillo le hace zancadilla al ciego y lo hace caer al suelo con una gran sonrisa en el rostro.) Lazarillo: No me culpis habis sido tu y tu torpeza. Narrador: El se hacia el resignado y luego me las hacia pagar. (Era una constante lucha entre los dos. Cuando salimos de Salamanca y nos acercamos al pueblo de Almorox, en donde la gente era ms rica y generosa, decidi festejar con un racimo de uvas que un campesino all le regalo para contentarme pues ese da me haba puesto varios puos y rodillazos.) Se sientan Lzaro y el ciego en un tronco. Ciego: Ahora quiero usar contigo de una liberalidad, y es que ambos comamos este racimo de uvas, y que tomes de el tantas partes como yo. No lo repartiremos de esta manera: t tomaras una vez y yo otra; con tal que me prometas no tomar cada vez ms de una uva, yo har lo mismo hasta que lo acabemos, y de esta manera no habr engao. Narrador: De esta manera comenzamos a comerlas pero el traidor tomo de dos a dos esperando a que yo le siguiera pero tome de tres a tres. Una vez tanteo el escobajo del racimo me descubri. Ciego: Lzaro, me has engaado: puedo jurar que has comido las uvas tres a tres. Lzaro: No solo com, de une en una no mas por qu sospechis eso?.

Ciego: Sabes en qu veo que las comiste de tres en tres? En que coma yo dos a dos y callabas. Narrador: Ese ciego era muy astuto en todas las que yo hacia. Narrador: Ahora el ciego tenia otra de mis diabluras que contar y as lo hizo. Con todo con el que nos encontrramos se desahogaba el bendito ese hacindome parecer el malvado de la historia. Ya mi reputacin con el estaba por el suelo y termine hartndome de la situacin. As cierta vez salamos de la villa a pedir limosna y haba llovido mucho la noche antes; le comente que tenamos que cruzar un gran rio y que tenia que seguir mis indicaciones para no caer de las piedras. Ciego: Lzaro, esta agua es muy fuerte, la noche se acerca, ms recia. Acojmonos a la posada con tiempo. Narrador: Pero para ir hasta all debamos cruzar un gran arrollo Lzaro: To, el arroyo esta muy ancho; mas si queris, yo veo por donde debemos pasar sin tener que mojarnos, por all se estrecha bastante y saltando pasaremos en segundos. Ciego: Bueno eres muchacho por eso te aprecio. Llvame all antes de que la lluvia se venga peor Lzaro: To, ste es el paso ms angosto que en el arroyo hay. Ciego: Aydame a guiarme hacia donde saltar y luego saltas tu. Lzaro as lo hace con direccin justo al poste. (Cruzando el arrollo Lzaro se esconde detrs de este.) Lzaro: vamos, ya puedes saltar! (El ciego se impulsa y salta arremetiendo como un toro contra el poste. Este resuena del golpe y el ciego cae medio muerto con la cabeza llena de sangre.) Lzaro: Cmo, descubriste mis travesuras y no el poste? Ol! Ol! (Lzaro sale corriendo dejndolo atrs mientras varias personas vienen a socorrerlo.)

Tratado Segundo: Como Lzaro se asent con un clrigo y lo que con el paso (Entra Lazaro y se pone a pedir limosna frente a una iglesia, la gente pasa y el clrigo de la iglesia sale) Lazaro: una limosna para este buen hurfano.. Clrigo: hijo por que esta solo. Lazaro: hace poco estaba a servicio de un ciego pero me escape, porque este me maltrataba. Clrigo: yo te ofresco techo y comida, si me ayudas en las misas.

Narrador: Pero resulto que escape de un avaro y pase a otro o peor. Este tenia en su morada un gran bal viejo y cerrado con llave, la cual llevaba siempre con el. En toda la casa no haba otro lugar en donde hubiera comida, todo estaba resguardado en el baul. Yo solo poda tener una porcin de pan cada cuatro das, ya imaginaran el hambre mortal que llevaba conmigo. Clrigo: Toma, come, triunfa, el mundo es tuyo que mejor vida tienes que el papa! Narrador: Y en mis pensamientos deca: ojala esa vida te la de Dios! Al cabo de tres semanas de estar con el, me vino tal desaliento que no poda ni sostenerme en mis piernas. Ya no tenia energas ni para maquinar mis maas. No haba oportunidad de robarme nada, pues nada se escapaba de sus ojos. La comida la tenia bien medida y hasta mas mezquino que el ciego era. Clrigo: Mira, mozo, los sacerdotes han de ser muy templados en su comer y beber y por esto yo no me excedo como otros. Narrador: Esto solo lo deca para disimular, Empec a detestarlo por los tan malos tratos que me daba. Como seria que para m sus desdichas eran bendiciones. Cuando el oraba, y yo le ayudaba, por un moribundo yo rogaba que este muriera y creo que el Seor me escucho, porque en seis meses murieron veintisiete. Dios les quitaba la vida para drmela a m. Pues era un milagro que con tan mala alimentacin yo siguiera en pie, pero no me atreva a escapar de pensar si con el anterior amo me haba ido mal, con este peor y con el siguiente Que? Morir? Un da que mi amo sali, el Seor envi un ngel en mi ayuda. Un llavero. Lzaro: seor, una llave de este baul he perdido, y temo mi amo me azote. Por vuestra vida, veis si en sas que trais hay alguna que lo abra, que yo os lo pagar. (El llavero empieza a probar un manojo de llaves en el candado del baul y el lazarillo une sus manos como si orara. Al fin consigue abrirla y el lazarillo festeja en silencio.) Lzaro: Yo no tengo dinero que darte por la llave, mas tomad de ah el pago (El calderero se lleva unos panes entre las manos y sale rpidamente. Luego Lzaro se come varios panes, cierra el baul y se pone a barrer muy contento. Pasa el da yllega el clrigo, lo mira extraado y se acerca a cerciorar el baul). Clrigo: Si no fuera tan segura esta arca, yo dira que han tomado de ella panes; pero solo por hoy y slo por cerrar la puerta a la sospecha, quiero tener buena cuenta de ellos: nueve quedan y un pedazo (El clrigo se va y Lzaro con ms hambre se acerca al baul). Narrador: Como hubiera querido que su cuenta estuviera mal hecha, ese da pase solo con un pedacito que quite del medio pan. Pero Dios trajo a mi una grandiosa idea, desmigajar el pan y comerlo en pedacitos dejando algunos all, as el creera que serian ratones los del dao. (Lzaro se duerme y el clrigo entra verificando el baul. Ve el dao y empieza a gritar. Lzaro se levanta asustado.) Clrigo: Lzaro! Mira, mira qu ha pasado esta noche con nuestro pan!

Lzaro: Pero que habr pasado? Clrigo: Que ha de ser!, ratones, que no dejan de ser traviesos. (El clrigo toma el pan y le da los pedazos en los que el supuesto ratn haba rodo.) Clrigo: Cmete eso, que el ratn cosa limpia es. (El lazarillo se termino de comer el pan, y el clrigo toma un martillo y clavos y cubre los huecos del baul) Narrador: En ese momento pens: Oh Dios mo! Y ahora Qu ser de m? Qu pasara si no tengo de donde sacar mas fuerzas? Si este, mi mezquino amo cerrando los agujeros del arca, cerrase la puerta a mi consuelo y la abriese a mis trabajos. Clrigo: Ahora, traidores ratones, os conviene mudaros que en esta casa no hay lugar para vosotros. (Se retira el clrigo y Lzaro queda frotndose el estomago que parece rugir.) Narrador: Pero no todo estaba perdido. Con el hambre que tenia el ingenio de alguna manera lleg a mi. (Lzaro ve al clrigo dormir. Toma el cuchillo y con este hace un hueco en el baul. Mete la mano y saca un buen pedazo de pan y sale de la habitacin. El clrigo se levanta al siguiente da.) Clrigo: Nunca ha habido ratones en esta casa! Solo hasta ahora! (El clrigo tapa los huecos de nuevo y Lzaro en cuanto este duerme los destapa de nuevo, sacando comida. El Clrigo se despierta al da siguiente.) Clrigo: Este baul es tan viejo y maltratado Cmo no se iban a meter los ratones? Quisiera arreglarla pero cuesta tanto! La mejor idea que tengo es ponerles a esos ratones trampas desde dentro. (El clrigo mete las trampas dentro del baul y sale de la habitacin. El lazarillo entra y quita de las trampas el queso y saca ms pan. Este sale por donde entra y luego el clrigo se acerca al baul, Viendo que no hay ni comida ni ratn. Sale de la escena y aparece en la calle hablando con los vecinos. Narrador: Mi amo habl con los vecinos contndoles la situacin. Vecino: En vuestra casa yo me acuerdo que sola andar una culebra y esta debe ser sin duda. Ella se sabe liberar de las trampas y meter fcilmente por agujeros pequeos. (El clrigo aparece en la habitacin durmiendo y Lzaro mueve algo. Enseguida se despierta alertado y coge a garrotazos el baul mientras Lzaro se hunde en el lecho. Luego levanta a Lzaro a gritos. Clrigo: No has escuchado algo, mozo? Busco la culebra que creo que esta en tu cama pues ellas son muy fras y buscan calor. Lzaro: Ora a Dios que no me muerda! Que harto miedo les tengo.

Narrador: La parte del da en que mi amo mas alerta estaba era en las noches, cuando revolcaba mi cama buscando la dichosa culebra, as que por seguridad decid sacar la copia de la llave del baul de debajo de mi cama y guardrmela en la boca. (Lzaro silba mientras duerme. El clrigo lo revisa sacndole la llave de la boca.) Clrigo: El ratn y la culebra que me daban guerra ahora estn derrotados. (El clrigo toma a Lzaro lo golpea y lo saca de la casa.) Clrigo: Lzaro, desde hoy no eres ms mo. Yo no quiero la compaa de un servidor tan tramposo. Busca amo y vete con Dios. Tratado Tercero: Como Lzaro se asent con un escudero y lo que con el pas (aparece lazaro vendado) Narrador:Mal herido y sin fuerzas termine en la ciudad de Toledo pidiendo limosna pero en cuanto estuve sano fue diferente. Gente: Tu perezoso! Trabaja para comer! Busca un amo a quien servir. Lzaro: Y en donde puedo encontrarlo? En ese momento se le acerca el escudero. Escudero: Muchacho Buscas amo? Lzaro: Si, seor. Escudero: Pues ven conmigo, porque Dios ha odo tu oracin. (Lzaro lo sigue hasta su casa y en la siguiente escena aparece cansado de tanto caminar.) Narrador: Todo el camino me haba tenido a la expectativa de lo que bamos a comer pero no pasaba nada y hasta aparecer aqu enfrente de su casa tuve nueva esperanza. (Se sienta el escudero y en un rincn el mozo sin saber que decir). Escudero: Tu mozo, has comido? Lzaro: No seor, desde que me encontr con vuestra merced no eran ni las ocho. Escudero: Pues yo en la maana ya he comido y cuando hago esto paso as hasta la cena, por eso arrglatelas para comer algo (El lazarillo pasa saliva y hace cara de lamento.) Lzaro: Seor, siervo soy que esta acostumbrado a cosas como estas. De esto puedo enorgullecerme porque otro siervo con mejor garganta no hay y mis dems amos me han felicitado mucho. Escudero: Virtud es esa y por eso te querr ms.

Narrador: En ese momento maldije la bondad y lo saludable que mis amos hallaban en el hambre (Lzaro saca del pecho un pedazo de pan y lo empieza a comer.) Escudero: Por mi vida que es un buen pan! Lzaro: Pero seor, Cmo lo sabe? Escudero: de donde lo sacaste? Es de manos limpias? Lzaro: No lo se, pero de todas formas no me da asco. Escudero: As se habla! (El escudero le quita un pedazo de pan y se lo come desesperado.) Escudero: Que sabroso! Por Dios! (El escudero saca de debajo de la cama un jarro y le ofrece al lazarillo). Lzaro: Seor no bebo vino. Escudero: Agua es, bien puedes. (El lazarillo bebe y luego el escudero guarda el jarro.) Escudero: Ven aqu! (El lazarillo lo sigue hasta el borde de la cama.) Escudero: Mozo prate all y mira como se tiende esta cama para que de ahora en adelante lo hagas as. (El escudero tiende la cama y Lzaro observa.) Escudero: Lzaro ya es tarde para ir hasta la plaza y hay muchos ladrones rodeando el camino. Pasemos esta noche como podamos y maana en la maana comeremos. Lzaro: por mi no hay problema mi seor. Escudero: Vivirs mas y mas sano porque como decamos hoy:No hay tal cosa en el mundo para vivir mucho que comer poco Narrador:Si eso era as yo nunca morira y era la persona mas sana del mundo (Lzaro se acuesta a los pies de la cama y en la cabecera duerme el escudero.) Narrador: Esa noche no pude dormir, mi estomago me carcoma la carne que no tenia. Dios me perdone pero en ese instante desee la muerte mas que cualquier bocado de comida. (A la maana siguiente Lzaro se despierta y el escudero esta mirando su espada y se la ensea con orgullo) Escudero: Mozo, si supieras que pieza es esta!No hay nada en el mundo por lo que yo la cambiara! Yo la obligo a cortar en dos hasta un copo de lana! Narrador: Y pens: y yo con mis dientes hasta un kilo de pan( El escudero guarda la espada y se dirige a la puerta.)

Escudero: Lzaro ir a misa, has los quehaceres y trae agua, pero no olvides cerrar bien la puerta no vaya a ser que nos roben algo.( De inmediato Lzaro saca el jarro de debajo de la cama y va al rio. El escudero esta con dos mujeres endulzndoles el odo. Lzaro encuentra frutas y las come. Luego toma el jarro y se va por la calle a pedir comida.) Narrador: Eso si le aprend al ciego (Despus el escudero esta en la casa y Lzaro entra a la habitacin.) Lzaro: Seor me he cansado de esperarlo y me fui a la ciudad encontrndome con buenas personas que me han dado esto. (Lzaro le muestra una bolsa llena de comida.) Escudero: eso esta bien, que prefieras la misericordia de Dios y no robar. Pero te pido un gran favor: no le digas a nadie que soy tu amo, eso toca mi honra. Lzaro: Lo prometo seor no lo dir.( Lzaro saca comida y la empieza casi a devorar.) Escudero: Vamos Lzaro come. Que a Dios le place tu bienaventuranza. Aunque desde que entre a esta casa nunca me ha ido bien, pero te prometo que acabado el mes saldremos de aqu.( El lazarillo lo mira con tristeza y le ofrece comida.) Lzaro: este pan esta sabrossimo y esta carne mejor Quin no quisiera probarla? Escudero:Carne? Lzaro: Si, seor. Escudero: Ese es el mejor bocado del mundo, no hay nada que as sepa. Lzaro: Pues pruebe seor y dgame que tal esta. El escudero casi se muerde los dedos. Escudero: Claro que si y Esta salsa! Esta buensima! Lzaro psame agua. (As lo hace y despus de comer se van a dormir. Lzaro se despierta solo en la habitacin y ve la bolsita de monedas. La sacude y de ella solo cae polvo.) Narrador:Que suerte la ma! Venirme a encontrar con alguien que no solo no me mantiene si no que tengo yo que mantener. Al pobre se le notaba que llevaba en esa condicin hacia mucho tiempo y siendo as, el era mejor hombre que el mendigo ciego y el mezquino clrigo. Y con toda esa situacin era tan fantasioso asegurando ser mas rico que cualquiera (En la siguiente escena los militares persiguen a varios extranjeros golpendolos framente.) Narrador: Luego, en esta tierra decidieron el ayuntamiento de los extranjeros que fueron perseguidos y azotados.( El la siguiente escena estn el escudero y Lzaro en la habitacin.) Escudero: Toma Lzaro! Ve a la plaza y trae toda la comida que con esto alcance! (El escudero le da a Lzaro unas monedas y este marcha muy contento. Pero al salir se encuentra con un grupo de personas que llevan un muerto y una mujer grita a su lado desesperada.) Viuda: Marido mo! A dnde os llevan? A la casa triste y desdichada, a la casa miserable y oscura? A la casa donde nunca comen ni beben! Lzaro: Ay no! Lo llevan a mi casa!( Lzaro sale disparado para la casa y abraza muy asustado al escudero.

Escudero: Qu pasa? Por qu gritas? Lzaro: Ay seor, nos traen un muerto! Escudero:Que? Lzaro: Si seor, en la calle me lo encontr y una mujer deca: Marido mo! A dnde os llevan? A la casa triste y desdichada, a la casa miserable y oscura? A la casa donde nunca comen ni beben!( El escudero casi llora de risa.) Escudero: Ay Lzaro, verdad es lo que dices! Pero tranquilo Dios nunca lo permitir. Ahora Ve por la comida! Lzaro: Por favor seor espere a que pasen la calle. (El escudero se sigue riendo y Lzaro se va por la comida. En la siguiente escena aparecen los dos comiendo.) Lzaro: Seor mo puedo preguntar algo? Escudero: Vamos Lzaro sabes que si. Lzaro: Cmo es que un buen seor como usted termino aqu? Escudero: Buena pregunta lazarillo pero es una larga historia. La resumir para ti. Mira, te contare que no soy tan pobre despus de todo. En Valladolid, donde naci, tengo un solar de casas y un gallinero que, de estar bueno, dara cada ao mas de doscientas gallinas, y otras cosas que mejor me callo. Vine a esta ciudad pensando que ni suerte seria mejor pero me encontr con que no y pues, me ha ido como a los perros. ( entra un hombre y una mujer.) Cobrador: vengo a que me de lo del alquiler de la casa. Cobradora: Y yo el de la cama. Escudero: a si, me acuerdo de eso. Caballeros el problema es que tengo dos reales, necesito trocarlos para poder darles lo suyo. Ir a la plaza por ello y ya vuelvo.( El escudero sale afanado y deja a Lzaro solo con los dos cobradores. Pero despus de un rato el escudero no vuelve.) Cobrador: Ey tu! En donde esta el escudero? Lzaro: No lo se. (Entonces los cobradores empiezan a acosarlo y casi pegarle. En esas llega una vecina que conoca a Lzaro y lo defiende hacindoles saber que el muchacho no sabia nada y que el escudero tampoco le daba mucho. As de nuevo Lzaro termina solo en la calle.) Tratado Sexto: Como Lzaro se asent con un capelln y lo que paso con el. Narrador: Despus de esto me asent con un pintor de panderos y tambin sufr mil males. As me marche de el y siendo buen sirviente me encontr con un capelln y he aqu lo que sucedi: Capelln: Mira Lzaro, me han contado que eres un hombre honesto y lleno de buena voluntad. Con esto quiero ayudarte.

El capelln le entrega unos jarrones grandes. Capelln: en esta ciudad la gente necesita alguien que le lleve agua a sus casas, podras trabajar en esto y repartiramos equitativamente las ganancias. Lzaro: gracias buen seor le servir con gana. Capelln: as se habla entonces empieza! Lzaro carga los jarrones y el capelln se marcha. Narrador: Pasaron cuatro aos de trabajo arduo y me fue tan bien que pude comprarme ropa nueva y elegir retirarme de este para probar mejor suerte con otro oficio Tratado sptimo: Como Lzaro se asent con un alguacil y lo que paso con el. Narrador: una ves despedido del capelln me asent con un alguacil pero con este no dure mucho pues su trabajo era muy peligroso. Estn el alguacil y lzaro caminando y los empiezan a perseguir. Lzaro sale corriendo y el alguacil queda con todo el problema encima. Narrador: As como un favor de Dios mi suerte cambio, y esta vez para bien. Un mensajero del rey se acerca a lzaro. Mensajero del rey: su majestad el rey quien ha sabido de sus bienaventuranzas y circunstancias difciles que ha pasado, quiere recompensarlo proclamndolo como pregonero del pueblo. Lzaro: gracias a su majestad el rey. El mensajero se va y lzaro con una campana en la mano empieza a pregonar mientras la gente pasa por all. Lzaro: seora ma busca efectivo ungento? Siga por ac. Elegante caballero busca buen vino? pase por ac. Narrador: as en este, el mejor trabajo que haya tenido antes, un da vino ante mi lo que faltaba en mi vida para estar completo. Lzaro sigue pregonando y se encuentra de nuevo con el mensajero del rey quien lleva una jovencita tmida a sus espaldas. Mensajero del rey: buen da Lzaro, he aqu un presente de su majestad el rey. Te la encarga pues es una muy querida sierva suya. Lzaro la toma de la mano y llega el fraile y los casa. Termina la escena. En la siguiente escena Lzaro esta pregonando muy contento y una persona del pueblo se le acerca. Chismoso: buen da Lzaro. Lzaro: buen da. Chismoso: Lzaro, buen hombre, he de contarte algo acerca de tu mujer.

Lzaro: Qu es lo que quieres? Chismoso: me he enterado de algo que es justo que sepas: tu mujer ya ha tenido tres partos antes de casarse contigo. Lzaro queda sorprendido y se marcha furioso dejando caer la campana al piso. En la habitacin aparece su mujer quien lo espera con comida en la mesa. Esposa: hola querido mo mira lo que he hecho para ti. Lzaro tiene el rostro entre las manos y no responde. Ella se acerca a abrazarlo pero el de inmediato la rechaza. Esposa: Qu sucede? Lzaro: no me hables mujer, coge tus cosas y vete. Esposa: Que?!! Por que me hablas as?! Lzaro: Me han contado algo horrible de ti, que has tenido hijos con otros hombres. Esposa: Que horrible! Quien te ha dicho eso?! Lzaro calla. Esposa: habrn sido las malas lenguas que envidian tu buena fortuna. Pero lo peor es que dudas de m. Por Dios, que calumnia mas grande! La esposa se echa a llorar y Lzaro lucha consigo mismo. Narrador: Ver as a la persona mas amada para mi, me destrozo hasta los huesos. Cmo poda dudar de ella si siempre haba sido sincera conmigo? Debera ser yo el que callera a sus pies y le llorara con tal pasin como ella lo hacia, siendo inocente de mis acusaciones Lzaro se tira a sus pies desconsolado. Lzaro: amada ma! Perdname, no deb dudar de ti. Es el peor error que haya cometido jams, me he dejado llevar por la ira. Perdname, perdname! Lzaro y su esposa quedan en el suelo llorando. Narrador: Desde que me acaeci aquella hiriente situacin cerr mis odos a las malas lenguas y los abr para las dulces palabras de mi esposa. Ella era ms importante que todo lo dems. Con esto su merced termino mi relato: encontr la felicidad que de nio se me haba negado y mi vida se rodeo por los mas hermosos detalles como el amor, la amistad, la honestidad y sobre todo la fe que siempre tuve al mirar el cielo nublado o el sol brillante sobre mi hogar. Me despido a su merced y espero que hallen una buena reflexin en todo esto

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