Habilidad Verbal

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CURSO PROPEDÉUTICO

ITES LOS CABOS


Habilidad verbal y escrita

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Contenido
1. Lectura .................................................................................................................................... 3
1.1 optimización de la lectura .................................................................................................. 3
1.2 Lectura veloz ..................................................................................................................... 8
1.3 Acentuación ..................................................................................................................... 34
2. Comunicación ...................................................................................................................... 41
4. Mapeando ............................................................................................................................. 48

2
1. Lectura

1.1 optimización de la lectura


Leer no es reproducir pasivamente los estímulos impresos, es concentrar todos los recursos
personales en la captación y asimilación de datos relaciones y técnicas con objeto de llegar a
dominar el conocimiento.

Diversas y constantes observaciones realizadas por los maestros han dado lugar al
planteamiento de que es muy posible establecer una relación entre estudiantes que no saben
leer y los que reprueban. En otras, aquellos que no saben leer con cierta calidad es muy
probable que comprendan poco y, por tanto, engrosen las filas de los malos alumnos.

De lo anterior se desprende la importancia de saber si eres un buen o mal lector, para lo cual
te sugerimos que grabes tu voz en el momento en que estás leyendo y que después la escuches
con calma, ello te sacará de dudas.

Esperamos que lo expuesto te inquiete y te lleve a responder la siguiente pregunta:

Si la reproducción de los símbolos no va acompañada de los correspondientes acentos,


pausas, entonaciones interrogativas y afirmación, etc., es mejor que tomes tus libros y
empieces a practicar la correcta lectura; después viene como consecuencia la comprensión de
lo leído.

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Considera a los libros como los mejores amigos, ellos brindan la oportunidad de aprender
algo nuevo en cada una de sus páginas, constituyen la ración intelectual de cada día; de ti
depende que ésta sea abundante o raquítica.

No desaproveches la ocasión de abrir y leer un libro: allí encontrarás las ideas de hombres
notables, que han contribuido con sus argumentos a que la ciencia avance.

En tu carrera como estudiante habrá muchos libros en los que te habrás de documentar, por
ello debes considerarlos como buenos amigos pues éstos en ningún momento te abandonarán.

La buena lectura implica no sólo cierta velocidad sino también aceptables niveles de
comprensión. La velocidad de la lectura deberá adaptarse a las características de la obra en
cuestión, pues no es lo mismo leer una novela de Dostoievski, Kafka, Hesse o García Márquez
que leer un libro de física, química, matemáticas o lógica.

Adapta la velocidad de la lectura al contenido, de acuerdo con la complejidad de éste. La


comprensión requerirá que se pongan en juego algunas características del lector, que van
desde una actitud antes los materiales hasta una actitud reflexiva y crítica respecto del
aprendizaje.

En esta unidad nos centramos en la exposición de una metodología para mejorar tu


comprensión, esperando que <comprendas> su importancia.

El método que te presentamos fue expuesto por Thomas Staton con el nombre de método
PQRST, que ha demostrado una notable eficacia. Se llama método PQRST porque éstas son
las siglas de los elementos que lo componen:

P = Preview (explorar)
Q = Question (preguntar)
R = Read (leer)
S = State (recitar)
T = Test (repasar)

El método PQRST es una secuencia lógica de pasos para hacer de tu lectura algo más que
una simple revisión sin resultado alguno.

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Primer paso: Preview, explorar. Se refiere a revisar de manera general el material; en
otras palabras, la conducta exploratoria consiste en localizar en un texto las ideas o aspectos
fundamentales, para lo cual hay que realizar una revisión del índice, el prólogo, los
encabezados, las gráficas, los resúmenes y todas aquellas secciones que de modo fácil y
rápido te informen acerca de la secuencia y complejidad de los aspectos abordados.

Observa rápidamente la lectura asignada, sin invertir más de cinco minutos para inspeccionar
un capítulo.

La conducta exploratoria es un principio que ha demostrado mayor retención del contenido de


la lectura, pues esta introducción al tema favorece la creación de un panorama general del
mismo, por lo cual te sugerimos que cumplas con este primer paso.

Segundo paso: Question, preguntar. Aquí deberás plantearte preguntas acerca de lo que
trata la lectura. Esto te ayudará a concentrarte, ya que de este paso se derivan ciertas
expectativas relacionadas con el tema.

Si organizas las preguntas que te formules, éstas te servirán de guía para el estudio y harán
más interesante y eficaz esta actividad. Como dice Guillermo Michel:

“Trata de responder tú mismo los interrogantes que hubieras planteado y, posteriormente,


confronta tus repuestas con las del autor. Ejercitarás así tu imaginación y tu pensamiento
crítico”.

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Las preguntas que puedes formularte son las siguientes: ¿qué sugieren los encabezados o
títulos?, ¿qué sé del tema?, ¿qué quiere decir?, ¿qué es lo que el maestro expuso en relación
con el tema?, ¿qué me interesa?, ¿qué deberé saber al terminar la lectura, etc., Ahora lleva a
la práctica este segundo paso.

Tercer paso: Read, leer. Cuando te has formulado ciertas preguntas en relación con el tema
de estudio les has dado a este último un significado. El material provisto de significado es más
fácil para el aprendizaje que el material desprovisto de él. En esta lectura tu mente debe
conservarse atenta y para comprender cada aspecto de lo que estás leyendo. Todo aprendizaje
es un trabajo que pide a tu cerebro entrar en acción, y esto ocurre cuando actúas con interés y
dinamismo en relación con el material que vas a aprender

Cuarto paso: State, describe. Con esto queremos decir que repitas, en tus propias palabras,
lo que has leído. Cuando termines de leer un párrafo, reclínate hacia atrás, deja de ver tu libro
y vuelve a decir lo que el autor ha mencionado. Después de que hayas dominado la ejecución
de esta etapa, tal vez preferirás leer toda una sección o capítulo antes de detenerte para volver
a repetir lo que ya has leído, y puede serte útil, cuando hayas leído varias páginas, mira el título
del tema para recordar lo que se ha mencionado en él. Si lo que estás leyendo no tiene temas
con títulos, entonces subraya las partes importantes conforme las vayas leyendo.

Quinto paso: tests, repasar. Repasar consiste en no dejar todo para el último momento, sino
estudiar con anticipación al fin de evitar la acumulación de la información y las presiones de los
exámenes.

En este paso te sugerimos que hagas uso de lo que se ha llamado práctica distribuida, que se
refiere a un repaso distribuido de los contenidos de estudio. Aquí se consolida el conocimiento
y permanece de manera más duradera al ser producto de los mismos repasos. Además, si se
domina un tema puede surgir el deseo de trascender lo expuesto en el libro, abriéndose
entonces las puertas de la auto documentación. Por ello, se te sugiere que hagas uso de los
libros de manera sistemática y constante, ya que de otro modo no te servirán para nada.

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Si consideras el repaso como un examen (para ver cuánto recuerdas y para determinar cuáles
son tus puntos débiles, en lugar de mirar sólo tus notas o el material), te darás cuenta de que
recuerdas más y de que puedes emplear tus conocimientos con gran provecho al hacer tus
exámenes o al aplicarlos en otros usos

Hemos incluido la exposición del método PQRST, ahora solamente nos resta presentarte un
conjunto de claves para mejorar la asimilación de los materiales estudiados:

1. Comprende lo leído, pues esto favorece el aprendizaje permanente.

2. Relaciona el tema estudiado con otros contenidos previamente aprendidos, para que
estos sirvan de apoyo y consoliden el contenido sobre el tema en cuestión.

3. Practica lo que has aprendido, ya que de no hacerlo puedes olvidarlo; este es el


principio llamado sobreaprendizaje.

4. Proporciona a tu información un sentido práctico, aun los contenidos mas abstractos


pueden aplicarse a aspectos o problemas de la vida cotidiana.

5. Proporciona a tu material una estructura lógica, para tal efecto busca conexiones
significativas en la información que obtengas.

6. Divide en fragmentos la información mas prolongada, ya que se ha demostrado que el


aprendizaje de los estudiantes es mayor cuando hay una división de los contenidos
por revisar. Comente tu lectura, recuerda que el compartir enriquece, tanto al que da
como el que recibe.

7. En cuanto a la lección de los libros, Richard Freeman sugiere que:

Si usted está siguiendo un conjunto de cursos, tendrá, casi ciertamente, unos cuantos libros
de lectura obligatoria. Tendrá, además de estos, posiblemente, una lista de libros
recomendados. Es muy poco probable que usted no disponga de tiempo para estudiar sino
una pequeña parte de esta lista, de modo que la elección de libros debe ser hecha con
cuidado.

Además de las claves arriba expuestas, hay algo que nunca debes olvidar cuando estudies
un libro: tu lectura debe ser crítica, piensa y cuestiona lo que lees y no te conformes con
aceptar lo que te dice, extrae tus propias conclusiones, ya que de otro modo nuestro mundo
nunca cambiará y permanecerá en el ámbito de las ideas y los conceptos de nuestros abuelos.
Recuerda que un buen estudiante es activo y creador, y que razona mientras lee, no sólo se
graba el texto.

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1.2 Lectura veloz

Todo lector cuenta con una determinada velocidad de lectura. Además, ha desarrollado unas
técnicas de comprensión. Por lo tanto, será conveniente evaluarlas, a efecto de que puedan
ser contrastadas:

Realizaremos un test de lectura. que dará comienzo a los ejercicios de la parte práctica de
nuestro método. Dispóngase a leer los textos que se presentan más adelante, cumpliendo las
siguientes indicaciones:

a) Utilice un reloj, con el que pueda controlar el tiempo en términos de minutos y segundos.

b) Lea todo el Test sin interrupción desde el comienzo hasta el final. Realice esta lectura a
su velocidad habitual.

e) Terminada la lectura, anote su tiempo en el lugar indicado de la última hoja del Test.

d) Conteste las preguntas del Cuestionario que se agrega a continuación de la lectura. Para
ello, basta reconocer y marcar una de las tres frases: a), b) o c), que está tomada de la
lectura que acaba de realizar.

Cuando conteste al cuestionario, cuide de no hacerlo por «deducción lógica», ni mediante un


esfuerzo reflexivo intenso. Se trata de apreciar cuántas frases logra reconocer fácilmente.

Al final de los Ejercicios Prácticos encontrará una Tabla de Velocidades. Aplíquela siguiendo
las instrucciones que tiene agregadas y determinará, en su caso, cuántas palabras por minuto
ha leído del Test.

Si el Test y su Cuestionario han sido leídos cuidando de observar fielmente las


instrucciones señaladas, ya tendremos un «punto de partida». La velocidad alcanzada, en
términos de p.p.m. (palabras por minuto), oscilará de 125 a 300. El lector «lento» estará
comprendido entre 100 y 150 p.p.m. Un lector rápido, en términos corrientes, podrá alcanzar
300. Si se supera esta última marca, la velocidad de lectura es muy interesante, pero puede
ser mejorada.

Hasta el límite medio de 300 palabras por minuto, la lectura cristaliza en términos de
«palabra por palabra». De ahí en adelante, el lector, captando espacios cada vez más
significativos del texto, logrará velocidades de buena comprensión, que podrán oscilar entre
1.000 y 1.200 palabras por minuto. Es bien conocido que el ex presidente Kennedy había
realizado lecturas del orden de 1.000 palabras por minuto, lo que asombraba a sus propios
colaboradores. J. Bergier ha superado las 1.000 p.p.m., y es destacado como un lector
prodigioso por el Centre d'Etude et Prol11otion de la Lecture Rapide de París.

Antes de comenzar tener en consideración:

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a) Elementos físicos indispensables

Vamos a ser lectores diestros. Como tales, nos manejaremos con elevados términos de
velocidad, superando, en lecturas corrientes, las 350/400 palabras por minuto. Esto nos
obligará a tener en cuenta algunos elementos materiales que deben ser respetados.

Consideremos cada uno por separado:

Perfecto estado de los ojos

El estado de los ojos no puede limitarse a una visión más o menos satisfactoria. Ésta puede
ser tolerada para ciertas velocidades de lectura, pero no para las apetecidas; en las que será
necesario disponer de una perfecta visión. Se impone el dictamen de un oftalmólogo sobre el
particular. El problema individual, en su caso, podrá resolverse con las lentes que
correspondan.

Óptima iluminación

La luminosidad ideal es la del sol. Debe recibirse de forma indirecta y al lado de la ventana
o cristalera por donde penetra. Si se lee con luz artificial, será indispensable disponer de una
luz que quite la penumbra del lugar y de otra directa sobre el texto. Esta última deberá tener
una intensidad que resulte confortable.

Esta técnica de iluminación responde a la premisa de que el ojo humano se acomoda a la


luminosidad total. De ahí que resulte perjudicial leer con un solo haz de luz sobre el texto en
ambientes inmersos en semi penumbra. Es frecuente incurrir en este error cuando se lee en
la cama, antes de dormir, con el propósito de conciliar el sueño.

Postura adecuada

Los lectores adoptan muchas veces las más curiosas posturas. Cabe recomendar la del
«pupitre» de la escuela primaria, pues con ella se evitan posiciones del cuerpo proclives a la
formación de gases y los consecuentes estados de inquietud provenientes de la «opresión»
de la caja torácica. El cuerpo deberá permanecer erguido, ligeramente inclinado hacia delante,
tratando de conservar una inmovilidad absoluta.

Correcta distancia e inclinación del texto

Este tema fue objeto de numerosos estudios, llegándose a la conclusión de que cada ser
humano tiene su distancia óptima respecto del escrito. Esta distancia se denuncia por la
simple comodidad. Cada uno debe esforzarse por determinarla y, en adelante, sostenerla en
sus lecturas. La inclinación debe estar dada por una distancia equivalente de los ojos a la
primera y última líneas del texto. El atril, al soportar el libro de forma propicia, resulta un valioso
elemento auxiliar para todo tipo de lecturas (Fig. 1).

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Fig . l.- Postura intelectual.

b. Disposición psicológica

La eficacia de la lectura depende también de una conveniente actitud psicológica, y ésta


de ciertos elementos esenciales, entre los que cabe destacar los siguientes: Motivación,
Propósito definido, Lectura activa, Velocidad regulada. Analicemos estos elementos en par-
ticular.

Motivación

La motivación es un factor determinante de la buena comprensión. Podría decirse que,sin


ella, la atención resulta imposible.

Consiste en rodear el proceso de lectura de una dosis de interés que debe renovarse a
medida que se avanza.

No pretendemos hablar aquí del interés que de ordinario se tiene por las cuestiones que
apasionan, sino de aquel que se debe alentar para el buen resultado de lecturas, que serán
necesarias a la propia formación, aunque el contenido no sea todo lo atractivo de desear. Este
interés será el fruto de cultivar una sana curiosidad de espíritu, encauzada a descubrir y
valorar los aspectos significativos que tienen los más variados temas.

Propósito definido

Responde a la necesidad de iniciar toda lectura, persiguiendo un objetivo claramente


determinado. El terreno por el que habrá de discurrir el lector debe haber sido previamente
«reconocido», de modo que tenga una buena previsión de los resultados a lograr. Esta
preparación de base dependerá del asunto que trate el libro o escrito, y cobra especial
importancia en los libros de estudio y en todos los que transmiten conocimientos. A su vez
debe estar presidida por un criterio de objetividad, que promueva la búsqueda de aspectos
muy concretos. Por ejemplo, centrará su propósito en distinguir cuáles son las ideas del autor

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sobre determinado asunto o qué soluciones da el autor a los problemas que él mismo plantea
en su obra.

En otros casos tratará de analizar los fundamentos que tornan válidas sus argumentaciones
a favor o en contra de algo.

Lectura activa

Comporta una atención cuidadosa, destinada a comprender lo que el escritor pretende


comunicar. Dispuesta para «ver» todos los asuntos que convenga examinar, mediante un
efectivo «diálogo» con el autor.

Una conveniente actitud inquisitiva servirá para apreciar si el autor logra resolver los
problemas que se había planteado; si los argumentos que apoyan determinadas ideas son
lógicos; si el análisis o la relación resultan completos. De este modo, una lectura permite
apreciar en toda su magnitud el propósito de la obra y su significación.

Velocidad regulada

Las características de un tema, su mayor o menor dificultad de comprensión, determinarán


la velocidad más conveniente para realizar su lectura. Así, un complejo análisis filosófico
l1evará un tiempo de reflexión mayor que el que necesita el relato de un hecho histórico. De
todos modos, la velocidad conveniente será la máxima que el tema permita.

Algunos autores aman a esta velocidad «lectura incómoda». Incómoda, porque exige un
esfuerzo constante. Se obliga a la mente a razonar deprisa, mientras se lleva un avance
variable y conveniente sobre el texto. Este renovado quehacer permite gozar de un estado de
máxima concentración que favorece notablemente los resultados.

c) Vicios de los procesos de lectura

La lectura, como proceso en el que interactúan la percepción visual y la comprensión


mental, viene normalmente gravada por una serie de «vicios» que sólo pueden superarse si
el lector se dispone a perfeccionar su modo de leer. Estos «vicios» tienden a reducir la
velocidad y a dificultar la comprensión. Unos pueden superarse por el solo hecho de
reconocerlos. Otros requieren un esfuerzo persistente y disciplinado.

Movimientos físicos

Se suelen concretar en los siguientes: acompañar el proceso de lectura siguiendo el texto


con la cabeza; valerse de las manos para no «perder» alguna parte; auxiliarse con un
bolígrafo, cartulina o regla para «asegurar» la lectura. El mal que producen, en general, es el
de privar de seguridad al lector, sin beneficio concreto para su mejor concentración.

Este aspecto psicológico complementario tiene que superarse. Su presencia condiciona la

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velocidad de lectura al ritmo de tales movimientos, y provoca un cansancio adicional por el
empleo de músculos que deberían permanecer ajenos al esfuerzo intelectual.

Para terminar con estos problemas, se aconseja: a) sostener una actitud «vigilante» que
impida todo movimiento físico durante la lectura; b) adoptar el firme propósito de continuar
avanzando a pesar de la sensación de inseguridad; c) leer dos o tres hojas por día aplicando
estas recomendaciones, hasta notar que el problema ha quedado resuelto.

Vocalización

Consiste en mover los labios, vocalizando la lectura, con mayor o menor rapidez. Por ende,
limita la velocidad de la lectura con la vista, que es mucho más rápida.

Otro tanto ocurre con los que, teniendo inmóviles los labios, sensibilizan las cuerdas
vocales y caen en una persistente sub vocalización, con iguales consecuencias.

Estos estados se superan cuidando de no mover los labios y leyendo de prisa.

Regresión

Es quizá uno de los «vicios» más característicos. Consiste en volver a leer determinadas
partes del texto. Su origen responde a la sensación de inseguridad sobre lo que se acaba de
leer. Se regresa, por esa palabra, por aquella parte de una frase. En fin, por todo aquello que
ofrece dudas o idea que se percibe sin la suficiente «claridad».

Este «regreso» es bastante frecuente. Lejos de aclarar el contexto, en no pocos casos llega
a distorsionar su significado. La regresión como «vicio» no es aquella que pretende repetir la
lectura de un párrafo o de una frase que se entiende como fundamental para interpretar el
escrito, sino el afán de «afiliación parcial» de algo leído.

Este vicio determina una considerable lentitud en los trabajos de lectura, sin que, por lo
general, tales «vueltas a leer» resulten compensadoras. La forma más conveniente de
suprimirlo consiste en proponerse no regresar bajo ningún motivo. Por ello resultará
necesario, al principio, practicar e insistir en esto sobre material intrascendente.

Repetición mental

Es otra forma de repetir palabras, condicionando la velocidad. En este caso, las cuerdas
vocales podrán estar distendidas y los labios cerrados sin presión. Un «locutor» leerá en alta
voz desde lo profundo de la mente produciendo un «eco».

A efectos de apreciar la magnitud de este mal hábito, recomendamos el siguiente


procedimiento: piense en una frase insignificante. Por ejemplo: «Carlos fue de compras».
Luego, dispóngase a leer. Durante la lectura, repita en alta voz la frase pensada. Prosiga así,
repitiéndosela ininterrumpidamente, mientras lee con la vista dos hojas completas.

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Deténgase y analice la lectura. ¿Comprendió? ¿Sí? ¿No? Si su comprensión ha sido muy
escasa o nula, tiene usted un alto grado de repetición mental.

La manera más efectiva de neutralizar la repetición mental consiste en leer deprisa. A


medida que aumenta la velocidad, la repetición se torma cada vez más difícil, hasta que
desaparece casi por completo. De todas formas, habrá siempre un porcentaje de repetición
mental que, en los lectores entrenados, suele reducirse a un 5% o 10% de las palabras leídas.

Los investigadores aún estudian este tema, que es el único de lectura rápida que todavía
pertenece a los secretos de la mente humana. De todos modos, se ha comprobado que ese
porcentaje mínimo de repetición no afecta en ningún caso a la comprensión inteligente.

d) Aprenda a «mirar» el texto

Lectura rápida requiere la adopción de un nuevo hábito para leer, hábito que consiste en el
dominio de técnicas para «mirar» los textos de forma inteligente, sin auxilio fonético de
ninguna clase; leer con la vista, aprovechando todas las posibilidades del pensamiento. Esto
se consigue por medio de un sencillo entrenamiento que permite superar la tendencia a
realizar lecturas con un régimen de «palabra por palabra», que viene gestándose desde la
primera enseñanza.

¿Cómo adquirir esta destreza? En primer lugar, aprendiendo a «mirar» el texto con la
máxima capacidad de percepción personal. En segundo lugar, suministrando a esa capacidad
un conjunto de técnicas apropiadas para captar las ideas fundamentales sin omitir parte
alguna, leyendo todo el texto.

La Tarjeta de «Visualización» que incluimos, tiene por objeto ayudar a «ver» el texto, sin
dar tiempo para que la mente «repita» todas las palabras. Obliga a un trabajo visual, casi por
completo desprovisto de comprensión. Se dirá, pero ¿de qué sirve una lectura sin una buena
comprensión? Pues bien, en los primeros ejercicios (1 al 2 inclusive) no puede haber
comprensión. No hay un mensaje, ni propósito alguno de establecerlo; se trata de simples
columnas de vocabulario y de pequeñas expresiones (ejercicios 11 y 12), que muy poco o
casi nada significan. Cuando mucho podrán atraer la atención del lector sobre algunas
cuestiones relacionadas con su experiencia; le recordarán algo, pero nada más. Lo importante
no es tanto este matiz del asunto, sino la finalidad del entrenamiento. La práctica persistente
conseguirá que los ojos logren espacios «significativos» del texto. Las «fijaciones» agruparán
conjuntos que, de ordinario, contendrán más de una palabra. Con ello, la lectura cobrará una
gradual fluidez y velocidad.

Vayamos a la práctica. Sostenga la «tarjeta de visualización» con la mano derecha o


izquierda desde un ángulo inferior de forma que los dedos índice y mayor estén encima y el
pulgar debajo. Busque en el apartado de ejercicios prácticos el ejercicio núm. l. Deslice vertical
e ininterrumpidamente la tarjeta sobre la primera columna de la izquierda, de modo que vea
por la «ventanita»

Cada palabra. Comience lentamente. Terminada la operación en la primera columna, pase a

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la segunda y de ahí a la tercera. Una vez completado el pase por la tercera columna, ha
quedado efectuada una práctica completa sobre el ejercicio núm. l. Hecho esto, pruebe otra
vez, pero aumentando la velocidad de deslizamiento de la tarjeta, cuidando de ver
perfectamente clara la forma (el Dibujo) de las palabras. Practique de manera que la tarjeta
se deslice sobre cada columna sin dificultad y sin ocasionar reflejos molestos.

La práctica con la tarjeta de «visualización» debe realizarse alternando diariamente los


ejercicios 1 al 12 inclusive, durante treinta minutos. Esta práctica debe persistir hasta lograr
que la mente quede libre del exceso de subordinación (atracción) a que la somete el voca-
bulario. Las prácticas tienen que repetirse tres veces seguidas con cada uno de los ejercicios,
antes de pasar al siguiente, rotándolos una vez terminados hasta completar el tiempo de 30
minutos diarios.

Resultará especialmente importante ir aumentando día a día la velocidad de deslizamiento


de la tarjeta sobre cada columna de vocabulario. Al comenzar, el tiempo de realización de
cada práctica (por hoja) una vez, será del orden de 20 a 30 segundos. Gradualmente -todos
los días un poco-, este tiempo debe reducirse hasta llegar al tope de seis segundos (6") por
cada página completa para cualquiera de los ejercicios 1 al 12. De todas formas, estas
prácticas deben realizarse ininterrumpidamente por espacio de 90 días como mínimo, a fin de
afirmar la destreza. Téngase presente que los progresos deben ser paulatinos, para conseguir
óptimos resultados.

e) Disciplina del «salto de ojo»

Hemos tenido oportunidad de analizar el modo en que los ojos se mueven para leer. El
proceso se reduce a un conjunto de pausas, en las que se «fijan» (de ahí la denominación de
fijaciones), y sacudidas o «saltos», por medio de los cuales se desplazan sobre el escrito.
Estos «desplazamientos» se denominan saltos de ojo y pueden ser disciplinados para
favorecer la coordinación de mente y cuerpo durante los procesos de lectura. Las prácticas
que pasamos a indicar tienen este propósito y son complementarias de las descritas en el
apartado anterior.

Empiece a leer en sentido horizontal y sólo con la vista, los ejercicios 1 al 12, observando
las siguientes precauciones:

1. Avance mediante desplazamientos «saltos de ojo» horizontales que permitan asegurar


la lectura de las palabras o expresiones de las respectivas columnas. Terminada la
lectura de cada renglón, regrese al que le sigue mediante un movimiento directo, rápido
y largo.

2. Cuide que la velocidad inicial no sea inferior a 40 ó 50 segundos para leer toda la hoja.

3. En días sucesivos, reduzca el tiempo de lectura hasta conseguir leer cada ejercicio (del
1 al 12) en 25 segundos por hoja. Si tiene facilidad para llegar a este tiempo, procure
reducirlo, aproximándolo a 20 segundos por hoja. No reduzca el tope de 20 segundos por
hoja, pues constituiría un esfuerzo inútil.

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4. Cuide que la velocidad de lectura vaya aumentando gradualmente, un poco más cada
día, conservando velocidades uniformes durante toda la sesión.

5. La sesión diaria de prácticas de «salto de ojo» no excederá los 15 minutos. Este tiempo
es independiente del indicado para las prácticas con la tarjeta de «visualización» (30
minutos por día).

6. Téngase en cuenta que la práctica de «salto de ojo» se realiza sin tarjeta.

Es conveniente tomar el tiempo que se invierte en la lectura de cada ejercicio y anotarlo al


pie cada vez. Este control permitirá estimar el progreso a medida que transcurren los días.

La práctica del «salto de ojo», en razón de su relativa lentitud, permite «leer» todas las
palabras «repitiéndolas mentalmente». No importa. Lo que corresponde cuidar aquí son los
aspectos señalados del entrenamiento. Tenga presente que sólo cuando practica con la
tarjeta de «visualización» tiene que tender a reducir la repetición mental del vocabulario.

Pese a su aridez y carácter eminentemente rutinario, todos los ejercicios deben leerse
observando los cuidados específicos y con máxima concentración. Los entrenamientos no
deben realizarse con música de fondo o escuchando radio. La concentración es indispensable
para conseguir los frutos apetecidos.

f) Análisis de párrafos, frase principal, palabras <<claves>>.

La comprensión valiéndose de la rapidez, sobrevendrá gracias al empleo de las técnicas


de anticipación.

La comprensión responderá a un sistema especial de “señalizaciones”, para conseguir


altas velocidades en condiciones apropiadas de seguridad, tal como ocurre con las rutas
automovilísticas. Puede compararse la preparación para leer con la que suelen emplear los
ases de los “rallye” automovilísticos. Éstos, durante los reconocimientos de las rutas, revisan
los sistemas de señales, los destacan en sus mapas y tienen en cuenta sus experiencias a
fin de obtener las máximas velocidades. Las señales ordinarias, aptas para determinadas
máximas, dejan de ser útiles si la máxima pasa a ser la media. De ahí que ese trabajo de
revisión sea indispensable para la más elemental seguridad.

En este apartado se procederá a “esa revisión”, prestando especial cuidado a las “señales”
y a la forma de distinguirlas. Con su ayuda se podrán ver las perspectivas que ha de brindar
el camino y, por ende, aplicar la velocidad más apropiada para cada parte.

La tarea a desarrollar comienza con el análisis de los párrafos. Empecemos por recordar
un concepto: Párrafo es el espacio de un escrito comprendido entre puntos y aparte.

En sí constituye una unidad, pero se vincula con otros para presentar el pensamiento del
autor. Un párrafo, siempre de acuerdo con el concepto expresado, puede estar constituido
por una sola frase o, como se presenta comúnmente, por varias.

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Desde la perspectiva de la lectura comprensiva, existen diversas clases de párrafos, a
saber: Párrafos fundamentales, párrafos de enlace y párrafos excepción.

Párrafos fundamentales
Son los que encierran de un modo general el pensamiento del autor. Su característica es
la de contener una “síntesis de tipo general”, que agota el tema o subtema que trata. Síntesis
que se encuentra expresada en una frase, llamada frase principal. Esta inicia el párrafo o lo
termina o se acomoda al centro; todo depende de cómo el autor ensaye su comunicación.

Párrafos de enlace
Son aquellos que sirven para ligar el pensamiento del autor, dando al escrito la conveniente
dirección; preparan el camino del párrafo fundamental o contribuyen a desarrollar su
contenido rodeándolo de elementos accesorios válidos. “Aglutinan” y relacionan las ideas
complementarias, que afirman la principal.

Así como el párrafo fundamental toda gira en torno a de la frase principal, éstos son el
marco de aquél y dan al escrito cohesión y unidad.

Párrafos excepción
Estos párrafos, como su nombre indica, responden a necesidades poco frecuentes.
Pueden aparecer por el simple corte de un párrafo demasiado largo o configurar otro que no
lleva el propósito de presentar ninguna idea. Su papel, en este último caso, es de simple
“transición”.

Frase principal

Un párrafo normal contiene una idea, y su extensión depende de los propósitos del autor.
Esto significa que un párrafo, sea fundamental o de enlace, tendrá una idea plasmada en una
frase y que las otras frases, si las hay, vendrán a explicarla. También puede ocurrir que un
párrafo contenga más de una idea.

La frase principal, del párrafo fundamental, encierra la idea central expresada de forma
general, que presidirá el contenido del tema o subtema que trate. Su cualidad de hacerlo en
términos generales y amplios le permite situarse, sin dificultad, al comienzo, al final o en medio
del párrafo. Esta es precisamente su característica. Las otras frases que la explican y, por lo
tanto, que se le subordinan, la preceden o la continúan.

¿Cómo descubrir la frase principal de un párrafo? Creemos que, en los libros expositivos
(aquellos que transmiten conocimientos), la mejor guía es el título del tema o subtema que el
autor desarrolla.

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En la escritura de los libros instructivos, los autores dejan para el final el reconsiderar los
títulos de los temas y subtemas. Éstos son el verdadero índice del libro; índice que, como el
diccionario expresa, representa el “indicio” o “señal” de una cosa y sirve de guía para una
correcta lectura. Conduce de modo inequívoco a descubrir la frase principal, que estará
justamente respondiendo a todos los extremos de tal indicador.

Los ejercicios 8 y 9 contienen modelos de párrafos fundamentales. En ellos, las frases


principales se encuentran al comienzo, al final o a la mitad de los respectivos párrafos.
Practique descubriendo, con la guía del título, cuáles son esa frases u organizaciones
principales.

El cultivo de la habilidad selectiva, para la búsqueda de la frase principal, es de gran


provecho para formar depurados criterios de razonamiento y objetividad. Al practicar, no tema
al error, es esencial en todo aprendizaje positivo.

Palabras <<claves>>
Las palabras “claves” son aquellas que el autor emplea frecuentemente para expresar sus
ideas respecto del tema de su especialidad. De ellas se vale porque las encuentra, a sus
propósitos, plenas de significado. Le dicen más que otras, de las que también podría servirse;
por eso las utiliza.

La importancia del estudio o análisis de las palabras “claves” no radica en el hecho de que
sean términos “familiares” al autor o simplemente plenos de significado para él. Se asienta en
la necesidad de dar a tales términos o expresiones iguales alcances de los que les da quien
los usa. Aquí se centra la dificultad, y de ahí que la mayoría de los autores tienden a explicar
sus palabras con la debida extensión, si son “claves”, para la interpretación de sus ideas. Por
ejemplo, Mortimer L. Adler, autor de Cómo leer un libro, concede la palabra lectura y a los
alcances de su empleo una cuidadosa atención, dedicando todo un capítulo a perfilar su
entorno significativo.

Por palabras “claves” debe entenderse una palabra o una expresión de mayor significado;
pero, en todos los casos, valores a los que será de rigor buscarles las precisas dimensiones
que el autor les atribuye.

El vínculo entre las “frases principales” y las palabras “claves” consiste en que estas últimas
aportan a aquéllas el poder de su fuerza expresivo-significativa para concretar una tesis o un
hito en el mensaje del autor.

Una práctica muy útil consistirá en buscar en los libros instructivos los párrafos
fundamentales, identificando la frase principal y, en ella, las palabras “claves”. Esta tarea
deberá ir presidida por el cuidado de tener presente, a medida que se avanza, el título que
encabeza el escrito (verdadero indicador) y, sólo complementariamente, el nombre del
capítulo y del libro a que pertenece.

17
Test

LAS CICATRICES DE LA TIERRA

Rusos, americanos, chinos, ingleses y franceses creen, en el mismo momento, que acaba
de lanzarse un ataque atómico, masivo. Todos ellos ponen en funcionamiento, en el mismo
instante, los sistemas de represalia…, arde la Tierra. Ahora bien, la causa de esto no ha sido
a malignidad de una nación, sino el ciego «ni bien ni mal" del cielo. La verdad es que ha caído
un meteorito gigante. Así podríamos terminar, aniquilados desde lo alto... Es un futuro
previsible.

Estas caídas de meteoritos gigantescos se produjeron en el pasado. La Tierra muestra aún


sus cicatrices. El cráter Barringer, en Arizona, fue abierto por una explosión cuya potencia
puede calcularse en 2,5 megatones (25 veces la bomba de Hiroshima) y que se produjo hace
50.000 años. Cuando el ingeniero de minas americano, D. M. Barringer, declaró que la causa
de esta explosión había sido la caída de un enorme meteorito, tropezó con la oposición oficial
más obstinada. Se preferían las hipótesis de una erupción volcánica o de una explosión de
gas natural. Pero Barringer acabó haciendo prevalecer su opinión. Hoy se admite que hubo
una colisión entre la Tierra y un cuerpo de diez mil toneladas que se desplazaba a la velocidad
de 40 kilómetros por segundo. Se recogieron, alrededor de los cráteres, bolitas microscópicas
de hierro producidas, al parecer, por la condensación de una nube de vapor de hierro
provocada por el choque.

Pero el cráter Barringer no es el más importante. El Vredefort, en la Unión Sudafricana,


tiene un volumen de diez kilómetros cúbicos. Parece ser que el proyectil arrancó la corteza
terrestre, dando salida a la lava que llenó inmediatamente una parte de la brecha.

Tal vez se produjeron colisiones aún más terribles, y hay motivos para suponer que el mar
del Japón, la bahía de Hudson y el mar de Weddell se crearon de este modo. Si este hecho
es cierto, la energía desarrollada habría sido del orden astronómico de 1033 ergios. Esta cifra
dice muy poco. Pero corresponde a una cuarta parte de la energía emitida por el Sol en un
segundo, o a la conversión, al 1% de un millón de toneladas de materia en energía.

Se hace una objeción a esta hipótesis. Una colisión de fuerza semejante habría elevado la
temperatura de la atmósfera, sobre el planeta, a doscientos grados centígrados. Toda la
superficie de la tierra habría quedado esterilizada. Ahora bien, en toda la historia biológica
conocida del globo, no se encuentran huellas de tal esterilización. Sin embargo, se admiten
corrientemente colisiones que engendrasen energías de un millón de megatones, y las cicatri-
ces producidas por las mismas en la corteza terrestre han sido identificadas en número
bastante considerable.

En el Canadá se han descubierto una docena de ellas, con diámetros que oscilan entre 2
y 60 kilómetros, y una antigüedad que varía entre 2 y 500 millones de años. En Australia,
podemos citar el cráter de Wolf Creek, y en los Estados Unidos, de modo principal, el cráter
circular de Deep Bay, donde se ha formado un lago, que tiene doce kilómetros de diámetro y
ciento cincuenta metros de profundidad.

18
Según los cálculos, un proyectil de más de mil toneladas que se desplace a velocidad
suficiente, no es detenido por la atmósfera. Un proyectil que procediese del sistema solar no
superaría la velocidad de 42 kilómetros por segundo, pues, en otro caso, escaparía de este
sistema. Así pues, un meteorito que llegase a velocidades del orden de 100 a 150 kilómetros
por segundo, habría de proceder de regiones demás allá del sistema solar.

Citaremos, en fin, seguidamente, los meteoritos secundarios, es decir, salidos de la Tierra,


y que, al ser proyectados, podrían transportar materia viva a las lejanas entrañas y, de este
modo, dar origen en el cosmos a una vida análoga a la nuestra. Si los puntos de caída de los
grandes meteoritos se distribuyen al azar, hay tres posibilidades contra una de que el impacto
se produzca en el mar. La colisión volatilizaría decenas de millares de kilómetros en el mar.
La Tierra entera se vería cubierta, durante muchos días, de nubes tan espesas como las de
Venus. Mareas fabulosas barrerían el planeta. Podemos imaginar un fenómeno de este
género. Probablemente, se produjo ya alguna vez. Ahora bien, una marea de esta clase se
asemeja exactamente a un diluvio, al Diluvio Universal que encontró eco en todas las
tradiciones.

Es pues, perfectamente lógico imaginar que una civilización o una serie de civilizaciones
pudieron ser aniquiladas de este modo por la «ira del cielo».

Las cicatrices de la Tierra revelan dos o tres catástrofes por cada millón de años. Basta
esto para poner en tela de juicio el ordenado desarrollo, fundado exclusivamente en causas
internas, que nos presenta la teoría clásica de la evolución.

También habría que poner de nuevo en tela de juicio la tesis sobre el origen de las eras
glaciales, pues las espesas nubes formadas alrededor de la Tierra por el choque del
meteorito, y compuestas de vapor de agua y polvo, tuvieron que reflejar la energía solar y
rebajar considerablemente la temperatura media.

El americano R. S. Dietz pudo demostrar que las importantes minas canadienses de níquel,
de Sudbury, proceden de un meteorito gigante. Estas minas son explotadas desde 1860. Así
pues, desde hace un siglo los hombres han venido explotando la riqueza de un visitante caído
del cielo. El meteorito gigante de Sudbury llegó a la Tierra hace 1.700 millones de años. Su
masa era de 3,8.1013 toneladas. Contenía una considerable cantidad de níquel. Lo cual
resulta desconcertante, en vista de la proporción relativa de hierro y de níquel de los pequeños
meteoritos que caen en nuestros días. Prosiguen los estudios, y a medida que se descubren
hechos nuevos, se alarga la edad de la Tierra. Como dice Dietz.: «La Tierra envejece un millón
de años cada día».

Los problemas planteados por las cicatrices de la Tierra son muy numerosos, pero el más
importante es sin duda el siguiente: el estudio de la Luna y la observación de Marte
demuestran que estos astros fueron literalmente acribillados por los meteoritos gigantes. En
comparación con aquéllos, la Tierra ha sufrido muy poco. Cierto que su atmósfera la ha
protegido de los pequeños impactos. Pero todo induce a creer que la atmósfera no puede
retener meteoritos de una masa superior a las mil toneladas. Entonces, ¿qué? Podemos

19
pensar en una protección magnética o electromagnética, ejercida por las capas electrizadas
que envuelven la Tierra. Sin embargo, una protección de esta clase detendría
preferentemente los meteoritos ricos en material magnético, como el níquel. ¿Cómo explicar
el caso de Sudbury?

Sigamos soñando. Si la Tierra es el único planeta del sistema solar donde existe la vida,
¿habrán los grandes ingenieros del más allá organizado su protección? Si existen, en la
galaxia, seres más poderosos que nosotros, quizá intervienen en la mecánica celeste para
que permanezcan y sigan desarrollándose la vida y la inteligencia en este barrio minúsculo
del espacio...

El segundo enigma está relacionado con el fenómeno mismo de la colisión. A las


extraordinarias temperaturas que se producen, la materia no puede subsistir en estado
gaseoso, sino que pasa al cuarto estado, el plasma. Es decir, los átomos pierden una gran
parte de sus electrones. Se forma una bola de fuego, y según el doctor R. lo Bjork, un torbellino
casi perfectamente circular. Los cráteres de la Tierra y de la Luna serían las huellas fósiles de
estos torbellinos. El torbellino arranca la corteza terrestre, dando salida al magma primario.
Después, estalla, y esta explosión puede enviar al espacio fragmentos de la Tierra, a una
velocidad de 80 kilómetros por segundo. Cierto que queda aún mucho por descubrir a este
respecto, puesto que el cuarto estado de la materia nos es muy poco conocido. Pero no hay
que echar en olvido esta posibilidad de una proyección, fuera de la Tierra, de fragmentos de
nuestra sustancia, a gran velocidad, suficiente para que tales fragmentos escapasen al
sistema solar y surcasen el Universo, con su carga de materia viva.

Así, fragmentos de nuestra Tierra, arrancados hace 1.700 millones de años por el meteorito
de Sudbury, pudieron tal vez llegar a algún medio fértil, en algún lugar del cielo estrellado...

Lo PAUWELS y J. BERGIER (La rebelión de los brujos)

Tiempo ___________________

Cuestionario

1) Y arde la Tierra a causa de:


a) un ataque atómico masivo,
b) la malignidad de una nación,
c) un meteorito gigante.

2) La Tierra muestra aún sus cicatrices. El cráter Barringer fue abierto por:
a) una explosión de gas natural
b) la caída de un enorme meteorito

20
c) una erupción volcánica.

3) Parece ser que el proyectil:


a) arrancó la corteza terrestre,
b) produjo una gran colisión,
c) causó una explosión volcánica.

4) Hay motivos para suponer que el mar del Japón, la bahía de Hudson
y el mar de Weddell se crearon por:
a) explosiones aún más terribles,
b) erupciones aún más terribles,
c) colisiones aún más terribles.

5) Habría elevado la temperatura de la atmósfera:


a) una colisión de fuerza semejante
b) una explosión de fuerza semejante
c) una erupción de fuerza semejante.

6) En el Canadá se han descubierto:


a) varias de ellas,
b) una docena de ellas.
c) unas cuantas de ellas.

7) La Tierra entera se vería cubierta durante muchos días de nubes


tan espesas como las de:
a) Marte,
b) Saturno,
c) Venus.

8) Así pues, un meteorito que llegase a velocidad del orden de 100 a 150 Km.
por segundo habría de proceder de regiones de más allá:
a) de otras galaxias,
b) de otros mundos,
c) del sistema solar.

21
9) Si los puntos de caída de los grandes meteoritos se distribuyen al azar, hay tres
posibilidades contra una de que el impacto se produzca:
a) en el mar,
b) en la tierra,
c) en la atmósfera.

10) Estas minas son explotadas desde 1860. Así pues, desde hace un siglo los
hombres han venido explotando la riqueza de un visitante caído del cielo:
a) minas africanas de níquel,
b) minas americanas de níquel,
c) minas canadienses de níquel.

11) Los problemas planteados por las cicatrices de la Tierra son muy numerosos,
pero el más importante es, sin duda:
a) el estudio de nuestro planeta y la observación de la luna.
b) el estudio de la Luna y la observación de Marte.
c) el estudio de los planetas y la observación de las estrellas

12) El torbellino arranca la corteza terrestre, dando salida al magma primario.


Después estalla, y esta explosión puede enviar al espacio:
a) fragmentos de la Tierra,
b) extrañas formaciones de nube
c) una parte del globo.

22
Tarjeta de "visualización» Ejercicio No. 1

"SALTO DE OJO»

Jaque rosa foto


Miles humo pela
Mula mago casi
Lirio dedo marea
Nudo mapa cubo
Celos lonja tibio
Nada frito limón
Luna gala hace
Fruto trota lona
Rico furia cono
pito Moro grave
nena Paje heno
paella aorta cojo
noria helio rezo
gala gime pino
trapo pluma loro
deseo jerez rulo
litro nicho capa
maja prenda casa
cepo sopla pavo
listo carpa ramo
grito oboe piña
miga pollo gula
valor Pelo bobo
padre hongo loco
hueco reina nene
fondo regla copa
norte Tute cuba
gala Tino saco
mote Peto pipas

23
Tarjeta de "visualización» Ejercicio No. 2

«SALTO DE OJO»

resto Hijo cama


sangre Nieve copia
tira Moto Yola
vacío Digno gamo
tinta Hielo hito
villa Coto bote
oveja Nula nido
lepra Mito lomo
hueso Tila foco
viejo Copla vena
millón Jeta correo
Letra cala jamón
Urna cielo tiro
llanto carta cabo
Usía mito ¡iba
Mica vivo mina
Jaspe cofre litro
Horno ázoe noche
Meta berros norma
Jaula ciclo prisa
horma sidra mismo
Gafas ayer hoy
Higo potro café
fraile Creta cosa
Cura ganga espía
bocio nalga callo
dado pila jefe
cateo corte pudor
Sal nabo vida
mate ñoño gamo

24
Tarjeta de "visualización» Ejercicio No. 3

"SALTO DE OJO"

pedido clérigo brusco


clavija brizna ataque
tenaza calmar bisonte
coloso binomio ahorro
caliente mercado detalle
contar charada equidad
caverna desagüe herida
émbolo gloria corazón
hígado interés jinete
invertir geranio consejo
locura olvido teoría
página zancudo jijona
Regente tensión madrina
Vulgar rondalla sierra
trámite zapato término
sedoso romería sedante
romana quintal quiosco
policía oruga muñeca
osadía perejil lechero
músculo mundial ínfulas
Lesión mañana grullas
Pálido borroso guiñón
gremial aparato canción
pesares letargo sangría
camino pocilga borrasca
distancia pariente Iglesia
macizo comino pasota
lectura fibroso tenaza
tractor turismo ulises
regente quimera redada

25
«DOS SALTOS DE OJO"

Ejercicio No. 4

EL HOMBRE PREHISTÓRICO ABANDONA LAS CAVERNAS

Hace unos nueve mil (9.000) años una serie de lentos cambios de clima permitieron al
hombre abandonar las cavernas para instalarse en lugares más favorables. Este cambio no
se efectuó de un modo brusco, sino paulatinamente, a lo largo de mil o dos mil años, y provocó
cambios en la mentalidad del hombre y en su organización social. Aprendió a cultivar la tierra,
a construir viviendas estables, a domesticar animales, etc. De esta manera aseguró su
subsistencia cotidiana y pudo dedicar sus ocios a perfeccionar sus utensilios y avanzar en su
desarrollo cultural.

Aparecen tipos nuevos de herramientas: hoces, arados, etc.

Nace, a base del lino, una industria textil rudimentaria, y partiendo de la cestería, inventa
la cerámica, que le permite conservar líquidos y cocinar. Se organiza en grupos estables para
defenderse o trabajar en común. El hombre se acerca paulatinamente a los niveles de cultura
histórica. Tras miles de años de lento e inseguro avance, empieza para la humanidad una
nueva aurora. Está lejos del hombre de las cavernas, pero en los recodos de ensueño entre
las tinieblas, queda la huella de su paso por la tierra: un arte sencillo y misterioso, apasionante,
bellísimo, la primera muestra del culto a la belleza, que ennoblece al hombre.

Estas invenciones tuvieron efecto durante el período llamado mesolítico, que es el paso
entre el paleolítico y el neolítico (edades de piedra tallada y piedra pulida).

26
«DOS SALTOS DE OJO"

Ejercicio No. 5

UN GRAN CONSTRUCTOR DE PUENTES QUE MURIÓ DE TRISTEZA

Un puente moderno con soportes de acero, que a veces se considera como una obra
singular de ingeniería, no es, sin embargo, más que una mera copia de uno de los más
antiguos sistemas de puentes. En efecto, si se inclinan dos troncos de árbol sobre el agua,
desde ambas orillas de un arroyo, no tenemos más que colocar un tablón desde el extremo
de uno al otro, para hacer un sencillo puente de este tipo. Un ejemplo interesante nos lo ofrece
el gran puente del río de Forth, en Gran Bretaña.

Muchos fueron los planes que se propusieron para su construcción; finalmente, ésta fue
confiada a Sir Thomas Bousch, el mismo ingeniero que ya había construido el puente del Tay.
Una terrible noche de invierno, en 1879, parte de aquel puente sobre el río Forth se vino abajo,
cuando lo atravesaba un tren cargado de pasajeros. Todos perecieron ahogados. La
catástrofe conmovió al país entero y su constructor murió a causa del profundo pesar que le
causó aquel espantoso desastre.

La reconstrucción fue encargada al ingeniero Baver, y fue motivo de particular atención y


estudio. Era necesario cruzar dos profundos canales de unos quinientos (500) metros de
anchura, separados por una isla. Debida a las fuertes corrientes de agua, fue imposible cons-
truir pilares adecuados, y los constructores hubieron de resignarse a levantar el pilar central
en la isla y uno a cada orilla.

Así pues, por el sistema de brazos, en este caso tres pares, se tendió el puente. Cada uno
de ellos medía 450 metros de largo, y los tres, extendiéndose el uno hacia el otro, dejaban
dos espacios de doce (12) metros cada uno que debían ser cubiertos. A fin de que pudieran
pasar las embarcaciones, se le dio una altura de quince (15) metros sobre el nivel del mar en
plenamar o marea alta. Sus partes culminantes distan de este nivel ciento veinte (120) metros.

27
28
Párrafos fundamentales / frases "principales" / palabras "clave"

Ejercicio No.8

a) Sub-tema: LA CORRECCIÓN EN EL LENGUAJE

En una demostración cualquiera, así tuviese por objeto nada más que los hechos más
triviales de la vida, es menester enseñar al niño a ser riguroso, a no prescindir de términos, a
exponer su pensamiento con la mayor lucidez posible. Desde el punto de vista de la psicología
de la voluntad, este ejercicio es de los más fecundos. En efecto, exige habituarse a dominar el
pensamiento y a impedir se agote en una explosión sin claridad; para ello es preciso poseer
primero una visión de conjunto, luego tener delante del espíritu esta visión totalizadora y saber
desarrollarla regularmente, sin omitir nada esencial, dando el respectivo valor a cada parte del
razonamiento. Esto no es un simple ejercicio de lógica, es ante todo una escuela de voluntad.
Uno se acostumbra a ver claro en sí mismo, al mismo tiempo que a dominarse.

GEORGES DEN SHAUVERS (La educación de la voluntad)

29
b) Sub-tema: LA PENA DE DIFERENCIACIÓN

En la excitación de la persecución y la alegría de la conquista, no prestamos casi atención


a este carácter fundamental de la acción. Olvidamos la pena para no pensar más que en la
alegría de crecer. Y, sin embargo, esta pena no falta jamás. Para unificarse en sí o para unirse
a los otros, hay que cambiar, renunciarse, darse; y este desgajamiento es como una especie
de dolor. ¿No se expresa siempre en el lenguaje vulgar el resumen más sincero de la expe-
riencia humana?

Cada progreso en la personalización debe pagarse: tanto de unión, tanto de sufrimiento.


Esta relación de equivalencia rige las transformaciones del Espíritu-Materia. Y nada puede
permitir escapar a ella.

T. DE CHARDIN (La energía humana)

c) Sub-tema: REGLAS SOBRE LA PRONUNCIACIÓN, ASÍ EN EL DISCURSO PÚBLICO


COMO EN LA CONVERSACIÓN

Hay además en el lenguaje, que es también de mucha consideración, otras dos maneras
diferentes: una que pertenece a los discursos oratorias y otra a la conversación familiar. La
primera tiene lugar en los tribunales, en las juntas del pueblo, en el Senado; la otra, en las
conversaciones, conferencias y juntas de los amigos, y también en los convites. De los
discursos públicos dan preceptos los retóricas; de las conversaciones, no aunque yo no sé si
acerca de ellas se podrían prescribir. Para lo que se estudia tenemos maestros, pero no hay
quien se dedique a este estudio. De retóricas hay mucha abundancia, y pudieran acomodarse
muy bien a la conversación sus preceptos acerca de las palabras y sentencias. Mas siendo
como es la voz el órgano de las palabras, y requiriéndose en ella dos circunstancias, que sea
clara y suave, ambas son dones de la naturaleza, pero la una se perfecciona con el ejercicio y
la otra con la imitación de aquellos que se explican con facilidad y dulzura. Por esto sólo fueron
tenidos los catulos por hombres de un gusto exquisito en las letras: eran verdaderos literatos;
pero otros lo eran también y sólo de ellos se alababa el buen uso de la lengua latina. El sonido
de su voz era suave, la expresión de las sílabas, ni demasiado fuerte, ni confusa, nada de
oscuridad, nada de afectación, sin especial esfuerzo, sin languidez, ni retumbancia. Más
abundante era el lenguaje de Lucio Craso, y no menos gracioso; pero nada bajó por eso la
opinión del bien hablar de los catulos. En la sal y donaire, excedió a todos César, hermano del
padre de Catulo, de modo que su estilo sencillo y natural oscurecía en el foro la elocuencia
más vehemente de los otros oradores.

CICERÓN (Los Oficios)

30
d) Sub-tema: APRENDIENDO A SER ÚTILES

La felicidad no es una meta; es un producto accesorio: paradójicamente, la única forma


segura de no ser feliz está en proyectar una forma de vida en la que uno se dé satisfacción a
sí mismo en forma total y exclusiva. Después de poco tiempo, de muy poco tiempo, habrá muy
pocas cosas que nos puedan producir algún gozo; pues lo que mantiene nuestro interés por la
vida y nos hace esperar el mañana, es proporcionar placer a otras personas.

ELEANOR ROOSEVELT (Aprendiendo a vivir)

Ejercicio Nº 9

Párrafos fundamentales / frases “principales” / palabras “clave”

a) Sub-tema: TENER LIBROS DE CABECERA

Los libros que conviene tener a la cabecera son aquellos capaces de aconsejarnos en
cualquier circunstancia; los que nos elevan a través del relato de una vida ejemplar; aquellos
que nos narran la existencia de un hombre semejante a nosotros, como Montaigne, y por ello
nos reconfortan; los que nos muestran el universo tal y como es, y nos hacen participar en
otras existencias, en medios y épocas distintas; los que resumen el Todo; aquellos, en fin, que
son como cantos. El libro más hermoso es, quizá, el que no ha sido escrito para ser leído, que
no ha sido publicado sino después de la muerte del autor, que no ha sido oscurecido por ningún
deseo de agradar, que tiene la calidad de un testamento. Y es de desear que el libro sea lo
suficientemente antiguo como para que no se llegue a ligar por ningún hilo a nuestra
circunstancia presente; y que nos haga sentir que aquello que nos conmueve en este momento
es provisional.

J. GUITTON (El trabajo intelectual)

b) Sub-tema: LAS CONSECUENCIAS DEL AGOTAMIENTO NERVIOSO

El elemento esencial en la fatiga normal o patológica es el desarrollo funcional de los centros


reguladores hipotalámicos, que siembra la perturbación en la sabiduría inconsciente del cuerpo
y en la del espíritu consciente, únicamente porque estos centros son responsables de la
armonía de los impulsos nerviosos, tanto en el conjunto del cuerpo como en la corteza cerebral.
Bajo el término de agotamiento nervioso podemos introducir una realidad objetiva: la fatiga del
órgano central de la integración y de la unificación orgánica, una modificación muy pequeña
de las neuronas de la base del cerebro, que le impide funcionar en armonía, pero cuyas
consecuencias son inmensas.

31
PAUL CHAUCHARD (La fatiga)

c) Sub-tema: SOBRE LA AUTOAYUDA

A nadie que no colabore es posible enseñarle a leer, o a dominar cualquier otra habilidad. La
ayuda que yo o cualquier otra persona en mis condiciones puede ofrecer, es insuficiente. Es,
cuando más, una guía remota. Consiste en reglas, ejemplos y consejos de toda índole. Pero
ustedes deberán estar dispuestos a “aceptar” consejos y a “obedecer” las reglas. No podrán
llegar más lejos que lo que ustedes quieran. Por consiguiente, mi diabólico plan no llenará su
objeto si ustedes no cooperan conmigo desde sus comienzos. Una vez que hayan ustedes
empezado a leer, dejaré que la naturaleza haga el resto y esperaré confiado los resultados
finales.

MORTIMER J. ADLER (Cómo leer un libro)

32
Tabla de velocidades y control de resultados.
Test Nº. 1
Esta Tabla está expresada en palabras por minuto, sobre una lectura que contiene
aproximadamente 1.350. El tiempo de minutos y segundos que se haya invertido en la lectura
debe confrontarse con el más cercano a la Tabla. Así se tendrá el promedio aproximado de
palabras por minuto que marcan el “punto de partida”.

Minutos Nº. de p.p.m. Minutos Nº. de p.p.m.

1.00-1.14 1.254 4.00-4.14 340

1.15-1.29 1.024 4.15-4.29 321

1.30-1.44 866 4.30-4.44 303

1.45-1.59 750 4.45-4.59 288

2.00-2.14 661 5.00-5.14 274


.

2.15-2.29 592 5.15-5.29 261

2.30-2.44 535 5.30-5.44 249

2.45-2.59 488 5.45-5.59 239

3.00-3.14 449 6.00-6.14 229

3.15-3.29 416 6.15-6.29 220

3.30-3.44 387 6.30-6.44 212

3.45-3.59 362 6.45-6.59 204

Comprensión

Preguntas 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

Aciertos c) b) a) c) a) b) c) c) a) c) b) a)

NOTA: A cada número de las doce preguntas del Cuestionario le corresponde la vocal a que
pertenece la respuesta acertada. La suma de aciertos dará una idea estimada de la
“comprensión” con que se ha leído el Test.

33
SITUACIÓN DE “FRASES PRINCIPALES” EN PÁRRAFOS FUNDAMENTALES

Frase Principal Ejercicio 8 Ejercicio 9

COMIENZO a) a); b); c)

CENTRO b); c) ---

FINAL d) ---

1.3 Acentuación

La sílaba tónica

Para aplicar correctamente las reglas de acentuación hay que aprender a determinar con
exactitud cuál es la sílaba tónica, es decir, en qué sílaba recae el golpe de voz al hablar.
La maestra que me enseñó a escribir los acentos nos tuvo a todos los niños practicando hasta
que fuimos capaces de atinar con la sílaba en cuestión. Ella nos iba presentando palabras
aisladas y nosotros teníamos que leerlas en voz alta silabeando de forma muy enfática, como
si cantáramos. Teníamos que arrastrar cada vez la pronunciación de una sílaba diferente hasta
que acertábamos con la que, de manera natural, se dejaba sostener y pronunciar con más
fuerza. Así, se podía apoyar toda la fuerza de la pronunciación y de la melodía en ji·RAAA·fa,
demorándose en la sílaba intermedia, pero sonaba raro hacer lo mismo con JIIII·ra·fa o con
ji·ra·FAAA. Habíamos encontrado la sílaba tónica.

¿Había alguna base científica en aquel ejercicio? La había. Para empezar, es correcto el
practicar con palabras aisladas, puesto que las reglas de acentuación se aplican a la palabra
individual, por lo que debemos tomar esta como punto de partida. Además, hay que tener en
cuenta que el acento prosódico combina tres características:
1. Mayor fuerza al pronunciar la sílaba afectada,
2. Mayor duración de esa sílaba,
3. Contraste con la melodía del resto de la cadena hablada.

34
Ejercicio No. 1

Señala la sílaba tónica en las siguientes palabras. Las tildes se han omitido para
no hacerlo demasiado fácil.

Para explicar cómo acentuar las palabras, usaremos el siguiente ejemplo: Escuela
Todas las palabras tienen acento prosódico (es decir, en todas las palabras hay una sílaba que se
pronuncia con más énfasis), pero no todas las palabras llevan tilde, o acento ortográfico (´).

1.Para identificar cuál sílaba es la que suena más fuerte, separa la palabra en sílabas Es-cue-la

Nota: Si tienes dudas, pronuncia la palabra colocando el acento en cada vocal. Al ser hablante del
Español, sabes cómo debe sonar la palabra, por lo tanto te será fácil identificar, en qué sílaba se
hace mayor énfasis.
Es-cue-la Es-cue-la Es-cue-la

2. Una vez que identificaste cuál es la sílaba tónica (la que suena más fuerte) cuentas de derecha
a izquierda, qué tipo de palabra es.
• Si la sílaba más fuerte es la última, la palabra es aguda.
• Si la sílaba más fuerte es la penúltima, la palabra es grave
• Si la sílaba más fuerte es la antepenúltima, la palabra es esdrújula
• Si la sílaba más fuerte es la anterior a la antepenúltima, la palabra es sobreesdrújula.

Sobreesdrújula Esdrújula Grave Aguda

Siempre lleva Siempre lleva Lleva tilde cuando la Lleva tilde cuando la
tilde tilde palabra no termina palabra termina en n,s
en n,s o vocal o vocal

Escuela

En nuestro ejemplo, la palabra <Escuela> es grave porque su sílaba más fuerte es la penúltima.
Debido a que termina en vocal, no debe llevar tilde.

35
A continuación, podrás ver algunos ejemplos de cómo se clasifican las palabras.

Siempre lleva tilde Siempre lleva tilde Lleva tilde cuando la Lleva tilde cuando la
palabra no termina en n,s o palabra termina en n,s o
vocal vocal

Ágilmente Armónica Computadora Televisión


Difícilmente Gramática Botella Redacción
Príncipe Árbol Musical
Asignatura Programar
Cárcel

Ejercicio No. 2

Vamos a ocuparnos ahora de la acentuación de las palabras agudas. Simplemente tienes que
poner tilde en las palabras que la necesiten.

A) Cafe E) Sofa I) Coñacs


B) Cajon F) Almacen J) Convoy
C) Coñac G) Coliflor
D) Canapes H) Regaliz

Ejercicio No. 3

Con este ejercicio practicamos la acentuación de las palabras llanas. Tienes que poner la tilde
donde sea necesaria.

A) Debil D) Joquey G) Joven


B) Toro E) Comic H) Comics
C) Flamencos F) Triceps I) Latex

Ejercicio No. 4

Indica cuáles de las siguientes palabras son esdrújulas y cuáles son sobresdrújulas y poner la
tilde donde pertenezca.

A) Brujula D) Especimen G) Languido


B) Jovenes E) Examenes H) Tecnicas
C) Quitenmelos F) Especimenes I) Gaznapiro

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Ejercicio No. 5

Completa los espacios en blanco.

1. Las palabras son excepcionales en español. En ellas, el acento prosódico recae en una
sílaba situada antes de la antepenúltima (o sea, en la cuarta contando desde el final o, raramente,
en la quinta). La regla de acentuación gráfica: Las palabras se tildan siempre. Por
ejemplo: cómpramela, recójanmelos.

2. Las palabras son las que tienen el acento prosódico en la


penúltima sílaba. Ejemplos: arce, examen, virus, árbol, tórax, nácar. Solo algunas de ellas tienen
además acento ortográfico. Regla: se escriben con tilde las palabras que no terminan en
vocal, -n o –s

3. Son las palabras que tienen el acento prosódico en la antepenúltima sílaba,


por ejemplo: régimen, déficit, máquina, química. La regla para su acentuación gráfica: Las
palabras se tildan siempre.

4. Las palabras son las que tienen el acento prosódico en la última sílaba, por ejemplo: así,
jabón, correr, convoy.
Algunas palabras llevan tilde y otras no. La regla general
para su acentuación ortográfica es la siguiente: Las palabras llevan
tilde cuando terminan en vocal, -n o –s.

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Diptongos, triptongos e hiatos
¿Qué es un diptongo?

Un diptongo es una secuencia de dos vocales que pertenecen a la misma sílaba. Las palabras
con diptongo se acentúan gráficamente siguiendo las reglas generales. Hasta aquí, todo bien.
La gracia está en saber dos cosas:

1. Qué secuencias de vocales forman diptongos a efectos ortográficos;


2. Dónde se tiene que colocar la tilde llegado el caso.
Vayamos por partes. Cuando una palabra contiene una secuencia de dos vocales, necesitamos
saber si estas forman un diptongo ortográfico o un hiato. Para ello hemos de conocer ciertas
reglas: Existe un diptongo cuando se cumple una de las dos posibilidades siguientes:

1. Vocal abierta + vocal cerrada (el orden es indiferente): Cáustico, béisbol, perdió, aire,
ordinariez, Sainz, ion.
2. Dos vocales cerradas diferentes: Cuídate, interviú, jesuita, construir, Luis, hui.
La denominación: vocales abiertas y vocales cerradas se basa en la apertura de la boca al
pronunciarlas. La a, la e y la o se pronuncian con mayor apertura. En cambio, la i y la u se
pronuncian con la boca más cerrada. A las abiertas también se las conoce como fuertes; y a
las cerradas, como débiles.

Los diptongos se acentúan o se dejan de acentuar gráficamente siguiendo las reglas generales;
pero para aplicarlas tienes que tener presente que el diptongo funciona como si hubiera una sola
vocal en lugar de dos (viene a ser como si las vocales estuvieran soldadas). Teniendo en cuenta
lo anterior, podemos entender por qué llevan tilde las siguientes palabras:

(2) cáus·ti·co (palabra esdrújula)


(3) béis·bol (palabra llana terminada en -l)

(4) per·dió (palabra aguda terminada en vocal) Y también queda claro por qué no se tildan
estas otras:

(5) ai·re (palabra llana terminada en vocal)


(6) or·di·na·riez (palabra aguda terminada en -z)

(7) Sainz, ion (monosílabos)

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Si aplicas tú mismo las reglas de acentuación a los ejemplos restantes, comprobarás que la
presencia o ausencia de la tilde sigue siendo perfectamente regular.

Bien, ¿y dónde va la tilde si es que se tiene que poner? En el primer caso, es decir, vocal abierta
más vocal cerrada, la tilde se sitúa siempre sobre la vocal abierta. Es lo que vemos en cáustico,
béisbol y perdió.

¿Qué es un triptongo?

Un triptongo es una secuencia de tres vocales que pertenecen a la misma sílaba. Sin embargo,
no nos sirve como triptongo cualquier secuencia de tres vocales, sino solamente aquellas en
que la vocal del centro es abierta y las exteriores, cerradas:

Triptongo: Vocal cerrada + vocal abierta + vocal cerrada Aquí tenemos algunos ejemplos de
triptongos sin tilde:

• vieira, opioide, miau

Los triptongos se tildan siguiendo las reglas generales. La secuencia de tres vocales funciona
como si fuera una sola (igual que si estuvieran soldadas). Cuando hay que marcar gráficamente
el acento, la tilde se sitúa siempre en la vocal abierta. Los casos en que verdaderamente nos
vamos a encontrar con que hay que acentuar triptongos son los de palabras agudas terminadas
en -s, concretamente, formas verbales como las siguientes:

¿Cómo se acentúan los hiatos?

Un hiato es una secuencia de dos vocales que pertenecen a sílabas diferentes. Hay tres tipos
de secuencias vocálicas que constituyen hiatos a efectos ortográficos:

1. Vocal cerrada tónica + vocal abierta (el orden es indiferente): Raíz, oír, laúd, flúor, decíais,
búho, ahí.

2. Dos vocales abiertas diferentes: Roer, ateo, peleó, Peláez, espeleólogo, aéreo, léalo.

3. Dos vocales iguales (da lo mismo que sean abiertas o cerradas): Leer, zoo, chiita, chií, peleé,
léelo.

El primer caso es muy importante porque rompe los diptongos y triptongos. Cuando la vocal
cerrada es tónica, se anulan las reglas que dictan lo que es un diptongo y un triptongo. Se aplica
entonces una regla particular que prevalece sobre las demás:

Regla: Cuando se unen una vocal cerrada tónica y una vocal abierta, sea cual sea el orden, la
vocal cerrada siempre lleva tilde.

Los otros tipos de hiato (dos vocales abiertas diferentes o dos vocales iguales) se tildan
siguiendo las reglas generales.

Es fácil de entender, por tanto, que no lleven tilde las siguientes palabras:

(13) ro·er (palabra aguda terminada en -r)


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(14) a·te·o (palabra llana terminada en vocal) En cambio, sí la llevan estas otras:

(15) pe·le·ó (palabra aguda terminada en vocal)

(16) Pe·lá·ez (palabra llana terminada en -z)

(17) es·pe·le·ó·lo·go, a·é·re·o (palabras esdrújulas)

Ejercicio No. 6

En este ejercicio vamos a marcar la división silábica de las palabras que están en cursiva y les
vamos a poner tilde cuando sea necesario.

A) Si te lo digo yo, creeme.

B) Tienes que trabajar con más ahinco.

C) No te quedes ahí mirando con cara de protozoo.

D) Tu hijo me ha desplumado jugando al póker. Está hecho un tahur.

E) Aporree la puerta con todas mis fuerzas hasta que me abrieron.

F) Se está formando moho en el sótano.

G) La bestezuela pataleo hasta que le compraron el helado que quería.

H) Antes de hablar siempre releo mis notas.

I) Tengo un catarro de aupa.

J) Me ha mandado el médico que pasee una hora por las tardes

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2. Comunicación

Sociedad y comunicación

Todas las sociedades, humanas y animales, funcionan gracias a la comunicación o


conjunto de actos mediante los cuales los individuos que las componen establecen contacto para
transmitirse todo tipo de información. Son actos de comunicación las humaredas que hacen los
náufragos para pedir socorro a los barcos que pasan; cuando se dan un abrazo; también son
actos de comunicación las palabras que pronuncia el locutor que lee una noticia o las personas
que intervienen en una conversación; el llanto del niño que reclama la atención materna; los
rugidos del león que defiende su territorio o los gritos del animal que avisa a sus congéneres de
un peligro inmediato.

Los actos de comunicación no son privativos de las sociedades humanas y animales, puesto
que también se dan en el interior de los seres vivos por ejemplo, el cerebro recibe información y
transmite órdenes; de igual forma, la conservación y la reproducción de células se basa en el
intercambio de comunicaciones; incluso se dan actos de comunicación en el interior de las
maquinas, desde las complicadas computadoras que operan mediante comunicaciones
interiores gracias a los estímulos electrónicos que actúan como órdenes y las ponen en
funcionamientos, hasta los sencillos termostatos que regulan la temperatura de las habitaciones
“ordenando” que funcione o deje de funcionar el sistema de refrigeración o de calefacción.

El conocimiento general de los actos de comunicación permite observar y analizar su


funcionamiento y, en el caso particular de los idiomas, hace posible el análisis del acto
lingüístico; es decir, proporciona datos para comprender globalmente cómo funcionan las
lenguas.

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Elementos que intervienen en la comunicación

Los elementos que intervienen en toda interacción comunicativa, cumplen ciertas funciones, que
se mencionan enseguida:

• Emisor. Es uno de los interlocutores de la comunicación, el que emite el mensaje. Emite


su mensaje condicionado por su propio horizonte cultural y por una intención; esta es la
que motiva la comunicación.

• Receptor. Es el otro interlocutor de la comunicación, el que recibe el mensaje; puede ser


uno, varios o miles. El receptor no es un sujeto pasivo, pues capta, interpreta y comprende
el mensaje según su horizonte cultural; es decir, según lo que él es como persona, que
tiene conocimientos, actitudes, ideas preconcebidas, sentimientos, deseos, etcétera.

• Mensaje. Es el objeto de la interacción comunicativa; es la enunciación que contiene la


información que el emisor expresa, de manera oral o escrita.

• Código. Es el conjunto de signos lingüísticos que el emisor selecciona para transmitir su


mensaje, con base en ciertas reglas gramaticales, sintácticas y sociales. El receptor debe
conocer el código para comprender a cabalidad la información que recibe; si no fuese así,
la interacción comunicativa entre el emisor y el receptor no se efectuaría.

• Canal de comunicación. Es el medio por el cual circula la información; puede ser oral,
escrito; la radio, la televisión e internet, entre otros.

• Contexto o situación comunicativa. Es el conjunto de circunstancias (personales,


espaciales, temporales, sociales y culturales) que condicionan el momento de la
interacción entre los interlocutores.

Toda comunicación (mensaje/enunciación/discurso) es un proceso que se genera a partir de la


intervención de por lo menos dos interlocutores: el que habla y el que oye; es decir, emisor y
receptor. Sin embargo, la comunicación es un complejo proceso de interacción que incluye la

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continua interpretación de intenciones expresadas verbal y no verbalmente, de forma directa o
no. Ahora bien, si pretendemos ser competentes en el uso de la lengua (hablando y escribiendo),
es necesario atender a los aspectos siguientes:

• La comunicación (es decir, las palabras y la actitud del hablante) debe ser adecuada al
emisor, al receptor, al contexto y al tema del que se trate.

• Como emisor de un mensaje, es imprescindible considerar al receptor o audiencia del


mensaje, pues ello determina el tratamiento del tema o contenido del mensaje y
condiciona la eficiencia y calidad del tema mismo.

• Es necesario tener claro que los mensajes del emisor dependen de las características del
receptor, del contexto y de la intención del emisor.

La eficiencia y la calidad de un mensaje podrán medirse si se logra que el receptor comprenda


el mensaje que se le da a conocer.

Perturbaciones de la comunicación

En todo acto de comunicación puede haber perturbaciones que lo entorpecen. Cualquier


perturbación que dificulte la comunicación superponiéndose a la señal y alternando la
transmisión, aunque no sea sonora, recibe el nombre de ruido. Los especialistas lo definen como
cualquier interferencia imprevista en un sistema de comunicación. Algunos ejemplos son los
errores de utilización del código, las manchas y los desvanecimientos de un escrito o la caligrafía
ilegible, la sordera del que escucha o la voz apenas perceptible del que habla, las distracciones
del oyente o del lector, las interferencias de la radio o del teléfono, etcétera.

Para evitar la pérdida de información causada por el ruido, el emisor utiliza algún medio, previsto
en el código, que recibe el nombre de redundancia. Se trata de una parte innecesaria del
mensaje, ya que aun sin ella el mensaje está completo o el receptor podría completarlo, de no
mediar ruidos que lo perturben. Algunos casos de redundancia son los subrayados y los
diferentes tipos de letra utilizados para llamar la atención sobre ciertas palabras de un mensaje
escrito, la elevación de la voz para compensar la sordera del receptor, la elevación de la voz y el
tono con que se potencian las amenazas o las órdenes orales, entre otras.

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La redundancia es un rasgo esencial de la comunicación verbal que compensa los efectos del
ruido; pero cuando la cantidad de éste es importante, el emisor puede llegar al uso de
procedimientos redundantes exagerados, como deletrear por teléfono el nombre de una persona
o una población. El caso contrario, el esfuerzo para reducir las redundancias, lo representa el

estilo especial con que se redactan los telegramas. Ahora bien, cuando esta reducción llega a
casos extremos, el mensaje resulta incomprensible para el receptor a causa de las pérdidas
sufridas.

Comunicación verbal y no verbal

El hombre percibe la realidad a través de dos tipos de experiencias: la intelectual y la afectiva.


Para relacionarse con sus semejantes en el campo social y expresar sus pensamientos y sus
sentimientos personales, utiliza códigos sociales, lógicos, estéticos, afectivos, etc., que lo
envuelven en una extensa y compleja red de relaciones de todo tipo con el mundo a que
pertenece. Por tanto, a mayor número de códigos conocidos, el individuo tiene mayores
posibilidades de conocer y entender ese mundo.

Los gestos, la mímica, los símbolos gráficos, los dibujos, las señales de humo, los sonidos de
algunos instrumentos, los silbidos, los gritos y los sonidos orales perfeccionados hasta llegar a
la palabra y al discurso son pruebas evidentes de los logros alcanzados por el hombre para
comunicarse con sus semejantes. Cualquier individuo, a lo largo de un día normal de su
existencia, se ve inmerso en innumerables situaciones de comunicación en que se utilizan
diferentes códigos y canales: la lectura de las horas en el reloj, las noticias difundidas por la
prensa o los carteles publicitarios; la interpretación de las señales de tráfico fijas o realizadas por
los agentes; la audición de programas de radio y televisión; la asistencia a actos culturales y
espectáculos, o las conversaciones familiares, entre amigos o de trabajo son ejemplos corrientes
de estas situaciones de comunicación.

Podemos afirmar, pues, que vivimos un mundo de signos y que la cultura consiste en saber
utilizarlos (codificarlos) e interpretarlos (descodificarlos). Así entonces, debemos esforzarnos por
conocer y utilizar el mayor número posible de códigos o sistemas de comunicación, que se
clasifican en códigos verbales y códigos no verbales,

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Los códigos verbales utilizan signos lingüísticos (morfemas, palabras orales o escritas,
entonaciones, signos de puntuación, etcétera).

Los códigos no verbales emplean signos no lingüísticos y se clasifican según el sentido corporal
por el que se perciben en olfativos, gustativos, táctiles, auditivos y visuales. De todos ellos, los
de mayor importancia social son los tres últimos.

Los táctiles informan del frío o el calor, la dureza o la blandura, la suavidad o la aspereza de los
cuerpos e, incluso, de la materia de que se componen. Algunos, como las caricias, son muy
importantes en las relaciones afectivas y otros, como el sistema de escritura Braille, ofrecen
formas de conocer el mundo a los discapacitados.

Los auditivos pueden ser naturales, como las voces de los animales, los ruidos que nos informan
de algún fenómeno atmosférico, la rotura de un objeto o los gritos no articulados de las personas
que expresan alegría, sorpresa, pánico, etc., y convencionales, como los sonidos de un silbato o
de una sirena, los aplausos y los silbidos del público, las señales horarias, las sintonías de los
programas de los programas de radio y televisión, etcétera.

Entre los visuales destacan los luminosos, como las luces del semáforo o del tablero del
automóvil; los iconos, como las señales del tráfico o los mapas, los mímicos, como los gestos de
los sordomudos o de los policías de tráfico.

De todos los códigos utilizados por el hombre para comunicarse, el más importante y preciso es
el verbal o lingüístico, también llamado lenguaje.

Actividad 2.1.1

I. Redacta un texto en el que analices una situación comunicativa. Para realizar esta actividad
ten en cuenta las instrucciones siguientes:
1. Elige un programa de televisión o una película.
2. Selecciona un suceso comunicativo que te parezca interesante.
3. Responde lo siguiente:

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a) ¿Quién asume el papel de emisor? Describe la personalidad del emisor.
b) ¿Cuál es la intención del emisor?
c) ¿Quién asume el papel de receptor? Describe la personalidad del receptor.
d) Describe la intención del receptor.
e) ¿Cuál es el horizonte cultural de cada uno?
f) Describe la disposición de ambos para que se efectúe la comunicación.
g) ¿Cuál es el nivel de proximidad entre los interlocutores?
h) Describe la situación comunicativa.
i) ¿Cuál es la actitud de los hablantes?
j) ¿Cuál es el objeto/tema de la interacción?
k) Identifica los códigos que utilizan los interlocutores en la situación comunicativa
(verbal/no verbal). Explícalos.
l) ¿Cuál es la estructura del discurso?
m) Reconoce los tipos de actos de nabla que los interlocutores producen (elige tres de
cada tipo) y explícalos.
n) ¿Cuál es el espacio de interacción? o) Describe el contexto de la enunciación (físico,
lingüístico, situacional, sociocultural, referencial y textual).
p) ¿Los interlocutores utilizan de manera adecuada la lengua? q) ¿Se logra el objetivo de
la comunicación entre ambos?
4. Expresa tu opinión sobre la importancia de utilizar de manera adecuada la lengua en cualquier
situación de tu vida.

II. Indica entre quienes se realizan los siguientes actos de comunicación:

a) El locutor que da una noticia por televisión.


b) Los ladridos de un perro al ver una persona extraña.
c) Las voces y los silbidos del vaquero al hato.
d) Las luces del tablero de un automóvil.
e) Las marcas de un animal para señalas su territorio.
f) Las órdenes del termostato al acondicionador de aire.

III. Enumera y define los elementos que intervienen en un acto de comunicación.

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IV. Señala qué código se emplea en cada uno de los siguientes actos de comunicación:

a) Conversación entre varias personas …………………………………………..

b) Caricias de una madre a un hijo …………………………………………..

c) Sirena de una ambulancia …………………………………………..

d) Cartel publicitario …………………………………………..

e) Señal de tráfico …………………………………………..

V. Anota un acto de comunicación distinto a los citados en el que se utilicen estos códigos:

a) Verbal …………………………………………..

b) Icónico …………………………………………..

c) Luminoso …………………………………………..

d) Mímico …………………………………………..

e) Táctil …………………………………………..

f) Sonoro …………………………………………..

VI. Indica los signos que comunican los siguientes mensajes y la clase de código utilizado:

a) En un frasco: “Veneno” …………………………

b) En un taxi: “Libre” ………………………….

c) En una corrida de toros: “¡Que le den la oreja!” ………………………….

d) En un hospital: “Silencio, por favor” ………………………….

e) En una calle, el policía de tráfico: “Alto a los vehículos” ………………………..

f) En un coche de bomberos: “Dejen el paso libre” ………………………….

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4. Mapeando

“Mapear” es plasmar en papel lo que aprendes, porque imita el proceso de pensamiento, podrás
recordar a través de: palabras, dibujos, símbolos; asociando y generando ideas que tengan
significado para ti. Al mapear usas ambas hemisferios cerebrales, organizas la información, eres más
creativo y puedes sintetizar mejor lo que piensas crees, sientes, imaginas, asimilas, compartes y
aprendes.
Al mapear sobre papel tu ojo capta más rápido porque es capaz de fotografiar una página en una
vigésima de segundo, además ahorras tiempo, papel y esfuerzo. ¡Que bien!

Aplicaciones: para organizar actividades, tomar apuntes en clases, cursos, conferencia, hacer
resúmenes, planear proyectos, clases, pláticas, sacar conclusiones de libros, programas, para
presentaciones en grupos, al recopilar lluvia de ideas o cuando se trabaja en equipo.
Cada vez que mapeas organizas tu cerebro y experimentas un aprendizaje acelerante, porque
estás asociando todas tus experiencias, las impresiones de tu vida, pensamientos, imágenes
internas, es decir, estructuras tu mente para recordar con facilidad y disfrutar más.
¿Tu resultado? Nuevas conexiones neuronales que mejoran tu inteligencia en las siguientes
habilidades: Análisis, síntesis, agilidad mental, razonamiento, percepción, retención, imaginación,
comparación, lógica, deducción, integración y creatividad.

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Se sugieren los siguientes videos:
Organizadores Gráficos
https://www.youtube.com/watch?v=SYt1GpXJX3M&t=5s&ab_channel=catalinalopez

https://www.youtube.com/watch?v=31gwk-P9A04&t=4s&ab_channel=JorgeLuisMendoza
https://youtu.be/31gwk-P9A04

Actividad 4.1 Elabora un mapa mental del tema que desees, por ejemplo:

• ¿Quién eres?
• Tu plan de vida
• Tu hobby favorito
• Sobre tu cultura
• Etc, eres libre de elegir el tema.

La entrega puede ser en formato digital (utilizando herramientas web) o una fotografía de tu trabajo
hecho a mano.

Actividad 4.2 A partir de la lectura Comprensión lectora, elabora un mapa conceptual

Actividad 4.3 Lee el archivo 4.3 Gestión del tiempo identifica las ideas principales y elabora un
cuadro sinóptico

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Calsamiglia y Tusón, op. Citi, pi 16A

Cantú Ortiz, L. (2015). Comunicación para ingenieros. Grupo Editorial Patria.


https://elibro.net/es/ereader/loscabos/39434?page=30

Fuente: Sánchez Perez, A. (2005). Redacción avanzada (2a. ed.). Distrito Federal, México:
Thomson.

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