Peñaranda Lenguaje Materno
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*El presente artículo se deriva de la tesis Más allá de la negra trágica: la mujer afro como lectora y escritora de su historia en la novela Fe
en disfraz de Mayra Santos-Febres (2017) para optar por el título de Magíster en Literaturas Colombiana y Latinoamericana de la Universidad del
Valle, Cali, Colombia.
**Licenciada en Literatura de la Universidad del Valle y candidata a Magíster en Literaturas Colombiana y Latinoamericana de la misma
universidad. Obtuvo mención laureada por su tesis Más allá de la negra trágica: la mujer afro como lectora y escritora de su historia en la novela
Fe en disfraz de Mayra Santos-Febres (2017). Se ha desempeñado como docente del área de Lengua Castellana y Literatura en el bachillerato en
la Fundación Santa Isabel de Hungría en la ciudad de Cali y en la I.E Alfonso López Pumarejo del municipio de Jamundí, Valle, donde trabaja
actualmente. Así mismo, ha sido docente hora cátedra de la Licenciatura en Literatura en la Universidad del Valle en las sedes Palmira y Buga.
También fue becaria del Fondo para Comunidades Negras desde el 2009 hasta el 2012 con un proyecto de lectoescritura para niños y niñas entre 8
y 12 años de edad en Tumaco, Nariño. E-mail: [email protected].
La manzana de la discordia, julio - diciembre 2017, Vol. 12, No. 2, Peñaranda: 37-47
38 Verónica Peñaranda-Angulo
on the Maternal Law of Language, Luisa Muraro’s on rica. En su presente, los protagonistas trabajan en
the Symbolic Order of the Mother, and the appreciations conjunto para publicar los documentos, asunto que
of Chicana feminist Norma Alarcon around the figure of facilitará la transformación de su relación laboral en
Malinche.
Keywords: Mayra Santos-Febres; Xica da Silva; resis-
íntima y erótica. Tirado empieza a obsesionarse con
tance; postcolonialis; Feminism. la enigmática personalidad de su jefa quien práctica
un extraño rito durante las vísperas de Halloween,
Sam Hain o noche de Todos los Santos: usar el traje
Los estudios sobre la obra de Santos-Febres son de Xica da Silva recuperado de un antiguo convento
variados, las distintas perspectivas abarcan el Cari- en Brasil. Para descifrar qué significa esto, Martín
be, el lenguaje, la religión, la raza, el erotismo, el decide contar la historia que el lector encuentra en
género, la identidad, el cuerpo, el deseo y la teoría la novela, asunto que lo convierte en su narrador.
queer, esta última especialmente por su novela Sire- En el juego simbólico y paradójico de la nove-
na Selena vestida de pena (2000). la de Santos-Febres los sujetos deben contarse a sí
Hoy se podría afirmar que la crítica alrededor de mismos y contar a otros. El hallazgo de los docu-
su novela Fe en disfraz (Santos-Febres, 2009) reúne mentos coloniales de los siglos XVII y XVIII en los
mayoritariamente tres tendencias de suma impor- que mujeres negras esclavas denunciaban distintos
tancia: raza, clase y género, −línea continuada en abusos sufridos, leídos a la luz de los particulares
este artículo− unidas, casi siempre, a la transgresión encuentros sexuales entre los protagonistas, cons-
de la literatura canónica puertorriqueña. Aunque tituye para ambos un descubrimiento intelectual y
María Caballero (2011) señala que no existe en di- personal que exige recuperar, divulgar, enfrentar y
cha novela innovación temática, sin dejar de reco- entender un pasado que los define racial y genérica-
nocer el especial tratamiento del deseo alejado del mente como hombre y mujer en el presente. Para
maniqueísmo y la razón blanca. Para Caballero esta los dos este encuentro se presenta como un desper-
obra se mueve entre el deseo y la negritud femeni- tar de la enajenación del pasado colonial que los
nas, cuestiones que podrían incluirse dentro de la identifica y posiciona como individuos históricos.
literatura puertorriqueña publicada en los años 90 En mi análisis sobre la novela de Santos-Febres
del siglo XX, en la que se exploraron temas como el sostengo que la inclusión e importancia del vestido
mundo queer, lo urbano y/o las problemáticas socia- perteneciente al personaje histórico Xica da Silva1
les contrapuestos a la tradición de la identidad he- corresponde a un elemento alegórico con el que la
redada del emblemático ensayo Insularismo (1934) autora desnuda la decadencia del lenguaje coloni-
de Antonio S. Predreira. zador-opresor-patriarcal e invita a su destrucción,
La novela Fe en disfraz (Santos-Febres, 2009) reescribe la memoria femenina negra y resalta la
cuenta la vida de dos historiadores latinoamerica- figura de la manumisa brasilera como una madre
nos: María Fernanda Verdejo, “Fe”, una mujer afro, simbólica que renegocia con el poder para resistir.
inteligente, joven, venezolana, y Martín Tirado, un
hombre puertorriqueño, amante de la historia y las El Vestido2/disfraz de Fe Verdejo y Xica3 da Silva
computadoras. Ambos trabajan −ella como directo- Francisca, Xica o Chica, da Silva de Oliveira, figura histórica y
1
mítica del Brasil. Fue una esclava manumisa del siglo XVIII nacida de
ra y él como webmaster− en el seminario de Inves- la relación entre María da Costa, una esclava negra y Caetano de Sá, un
tigaciones Históricas del Departamento de Estudios hombre blanco. Recordada por su belleza y ascensión social por medio
de su compañero João Fernándes de Oliveira. Para más información
Latinoamericanos de la Universidad de Chicago en revisar el trabajo de Júnia Ferreira Furtado (2003) Chica da Silva e o
Estados Unidos. contratador dos diamantes: o outro lado do mito.
2
Para efectos de comprensión lectora este trabajo usará el término
El hecho dinamizador de la historia se remonta Vestido en mayúscula cada vez que refiera al vestido de Xica da Silva,
ocho años atrás, momento en el que Fe tiene un mis- usado por Fe Verdejo en el presente.
3
Ferreira (2009) sostiene que a pesar de la existencia de varias
terioso y revelador encuentro con una colección de fuentes que han ayudado a aclarar datos sobre la vida de este persona-
escritos inéditos, entre los que se incluían demandas je, aún hay preguntas que continúan sin respuestas. Esto quizá por la
alteración de documentos hecha por los renacientes para esconder su
y cartas personales de esclavas y manumisas que ascendencia africana.
vivieron durante el periodo colonial en Latinoamé- La historia que la novela de Santos-Febres reproduce sobre la ma-
Habitar en el lenguaje materno, estrategias femeninas contra el racismo en la literatura caribeña: el vestido/disfraz ... 39
“Sin embargo, sabré que, bajo el disfraz, su piel Sobre la base de una figura liberadora como Xica
rasgada por alambres cuenta una misma historia —la da Silva, las demás descripciones del traje lo llenan
repetida, la inmutable—. Su piel ansía más ardor. Ansía de un halo de misterio y fascinación que lo vinculan
liberarse en el ardor; botar la complejidad de su sangre”
con el poder y la opulencia: “Pero lo que asombró
(Santos-Febres, 2009, p. 114).
a todos fue el traje que logró exponer en el museo
del seminario” (Santos-Febres, 2009, p. 24). Este
Las líneas del pasado y el presente de la novela
Vestido “respira lujo” le dice la monja macaúba a
Fe en disfraz de Mayra Santos-Febres (2009) se co-
Fe. “Dos hileras de perlas ceñían la tela alrededor
hesionan mediadas por los actos convocados por un
del antebrazo. Un encaje de holanda terminaba el
singular vestido del siglo XVIII, encontrado y obte-
puño en más arabescos bordados. El peplo de escote
nido por la protagonista de la novela, Fe Verdejo, en
cuadrado apretaba enfrente con pasacintas de seda”
circunstancias particulares:
(p. 25).
En un ático escondido detrás de un techo falso,
Aunque al mismo tiempo, el atuendo empieza a
halló el vestido: arabescos bordados en hilo de ser una máquina de tortura en el presente:
oro, botones de madreperla, adornos dibujados en
Por debajo, Fe descubrió que el traje se sostenía por
pedrería genuina. No le faltaba ni un encaje. De-
un complicado arnés de varilla y cuero. Las varillas
cidió ser arrojada; pedir permiso a las monjas para
estaban expuestas, su alambre corroído levantaba
exhibir aquel tesoro en Chicago. Lo más seguro es
crestas de herrumbre filosa. Por ellas, también, Fe
que se negarían a su pedido, pero nada perdía con
pasó sus manos. Las cortó el arnés. Corrió la sangre
preguntar (pp. 24-25).
entre las palmas, por los dedos […] (Santos-Febres,
2009, p. 25).
El entramado con el que se presenta el Vestido
predice el protagonismo del objeto. Desde el inicio Los espectros del pasado esclavista viajan a tra-
de la novela, Martín Tirado indica a quien lee la im- vés del traje hasta el presente para castigar a Fe. Las
portancia de dicho ropaje, a tal punto que necesita experiencias de violencia sexual descritas en los do-
ser narrado: “Ahora tengo que hablar del disfraz cumentos históricos de las esclavas que estudian los
de Fe. De la historia de su traje” (p. 20).4 Después, protagonistas cobran vida en el cuerpo de Fe quien,
un sinnúmero de atributos y estrategias de personifi- tras ponerse el Vestido, se somete al dolor para in-
cación se tejerán a su alrededor, siendo el hecho más terpretar el papel exigido por el traje durante los en-
significativo su primera dueña: “Dicen que lo usó la cuentros sexuales con Martín Tirado.
misma Xica Da Silva cuando la presentó Fernándes
de Oliveira por primera vez en sociedad. Celebraba Luego, un ruido como de cadenas avisó la apari-
una fiesta en su casa. Había invitado lo más excelso ción de un arnés de varillas y de cuero. Fe alzó el
de la población criolla de Tejuco” (Santos-Febres, arnés frente a mis ojos. Pude ver el metal corroído
2009, p. 77). y expuesto. Acomodó el semicírculo de metal en
el aire. Luego, llevó el arnés hasta su minúscula
Presentar el Vestido con la figura controverti-
cintura, suspirando (Santos-Febres, 2009, p. 56)5.
da de Francisca da Silva de Oliveira (Circa 1731 o
1735−1796) es de entrada una alusión significativa
La cita anterior es la que mejor refleja la inten-
a los cuerpos de las mujeres afrodescendientes y los
ción de Santos-Febres al incluir en la narración el
imaginarios de la esclavitud que los constituyen.
traje de Xica da Silva. El ruido de las cadenas es
Xica es reconocida sobre todo por su ascensión so-
una metonimia de la esclavitud y el estado del ves-
cial por intermedio de su compañero, un hombre
tido: el desgaste, una alusión al discurso anacrónico
blanco, João Fernándes de Oliveira, uno de los hom-
del amo que aún encierra, lastima y somete a los
bres más ricos y poderosos del Distrito Diamantino.
cuerpos y a los pensamientos de los sujetos postco-
numisa brasilera bebe de fuentes históricas y oralidad popular, estas loniales: “Con una mano, Fe apretó las correas del
últimas insertadas en la obra a través de la monja macaúba entrevistada arnés contra su carne. Frunció el ceño. Su piel se
por Fe Verdejo el trabajo de campo.
4
Énfasis agregado. 5
Énfasis agregado.
40 Verónica Peñaranda-Angulo
arrugó contra las bandas, mudando de color, enroje- racializadas permiten argumentar que la novela de
ciéndose” (2009 p. 57). Santos-Febres persigue la búsqueda y construcción
A su vez, el Vestido permite a la autora explorar de un lenguaje capaz de presentar y reescribir
la sexualidad de los protagonistas. La relación experiencias más cercana a las mujeres otras.
erótico afectiva, convocada por el traje, revela dos
rasgos importantes que no necesariamente actúan El Vestido o la negación de la madre: una estra-
como consecuencia del otro: la heterosexualidad y tegia de blanqueamiento
el placer basado en el sufrimiento de las mujeres La carga simbólica más fuerte del Vestido viene
negras, quienes también disfrutan de su dolor y de su primera dueña Xica da Silva6, y del propósito
sometimiento. Fe comparte con Martín el placer de su creación: “De Oliveira quería que Xica respi-
de las heridas causadas por el Vestido y de manera rara lujo, que aquel traje espantara todo recuerdo
individual él goza con las escenas de estupro de esclavitud del cuerpo de su amante. Ella se pres-
descritas en los archivos de las esclavas y, ella tó. Hizo lo que pudo para aprender a llevarlo con el
recuerda con agrado su violación: “Tengo que admitir garbo de una señora” (Santos-Febres, 2009, p. 77)7.
que me gustó aquella derrota. Aquella sumisión La función dada al Vestido escenifica una de las
dolorosa, aquel dejarme hacer. No opuse demasiada estrategias coloniales más importantes, el blanquea-
resistencia (2009, p. 90)”. Estos descriptores de la miento. Proceso en el que, asegura Duncan (2001),
sexualidad exhiben en Fe en disfraz los rezagos de se permitía la “ascensión social” a individuos con
una dinámica colonial que según Sueli Carneiro “sangres inferiores” que por varias generaciones de
(2005), retomando a Ángela Gilliam en Women’s mestizaje étnico y cultural se enorgullecían de su
Equality and National Liberation, ha sido una de herencia europea mientras renegaban de la indígena
las bases para la jerarquización racial y genérica de o la africana.
las sociedades latinoamericanas: la erotización de La tarea principal del traje de borrar “todo re-
la violación colonial de los hombres blancos hacia cuerdo de esclavitud del cuerpo” constituye la adop-
las mujeres negras e indígenas. De allí que resulte ción de una corporeidad cultural que llenará la an-
tan pertinente la destrucción del Vestido que en cada terior –negra africana− “vaciada de significado”. Si,
encuentro se presenta más obsoleto, más oxidado. según el sistema de castas colonial, Xica es mulata,
Este artículo analiza cómo el tratamiento narrativo para ella este reconocimiento elimina toda posibili-
de Xica da Silva y su traje en la novela Fe en disfraz dad de comunicación con la línea materna, estable-
de Mayra Santos-Febres (2009) representa una ciéndola por completo en la paterna, en su caso, la
estrategia de resistencia femenina afrodiaspórica y del colonizador. Así, la acción de Xica, leída a la
latinoamericana. Las ideas de Judith Butler (2007) luz de los planteamientos de Judith Butler (2007)
sobre el lenguaje materno, las de Luisa Muraro en sobre las teorías del lenguaje, se configura como el
relación con El orden simbólico de la madre (1995) abandono de la ley de la madre para instalarse en
y las de la feminista chicana Norma Alarcón (1988) la del padre: la garantía de la entrada a la cultura
alrededor de la figura de la Malinche como madre colonial dominante.
simbólica son la ruta principal para este abordaje Según Judith Butler (2007), tanto Jacques Lacan
en el que se visibiliza la necesidad de construir como Julia Kristeva plantean que el lenguaje del ser
órdenes discursivos nuevos capaces de contar a los humano está constituido por dos leyes, una materna
sujetos poscoloniales y posmodernos, sobre todo los y otra paterna. La primera en adquirirse es la “Ley
femeninos. La relectura de la teoría del lenguaje de la madre” que se ubica en el cuerpo materno y
hecha por Butler en la que defiende la autonomía refiere lo semiótico, metafórico y precultural, y la
del lenguaje materno, la reclamación de la autoridad segunda la “Ley del padre” –que sólo se alcanza tras
de las mujeres para hablar desde y para sí mismas 6
Para Ferreira (2009), en Brasil la figura histórica de Xica es repre-
de Muraro y los señalamientos de Alzandúa, en sentativa porque vincula la imagen de la armonía racial entre los blancos
y los negros libres, aunque está idea se cae ante la evidencia de que
los que se muestra la imposibilidad del lenguaje dicha “armonía racial” se basaba en la negación de la afrodescendencia.
colonizador para contar las historias de las mujeres 7
Énfasis agregado.
Habitar en el lenguaje materno, estrategias femeninas contra el racismo en la literatura caribeña: el vestido/disfraz ... 41
el abandono de la materna−: lo simbólico, articula- entraba una extraña sensación en el cuerpo, como
dor de la significación del lenguaje y la entrada a la un picor profundo que me encharcaba de sudor y
cultura. Esta última característica de la ley paterna de otros humores más complejos (Santos-Febres,
2009, p. 88).
–el ingreso a la cultura− es la razón para adentrar-
se cuanto antes en ella, aunque dicha adhesión esté
Al postular el Vestido –cuerpo cultural y len-
marcada por el rechazo de la relación primaria con
guaje del padre (colonizador)– como depositario y
el cuerpo materno y la contención de los impulsos
recreador de sufrimiento, Santos-Febres reconoce
libidinales. Para estos dos críticos la escogencia
la univocidad del lenguaje paterno, supresor de los
total del lenguaje de la madre es imposible, y aun-
distintos discursos que atraviesan a los sujetos, y al
que Kristeva sostiene una importante probabilidad
mismo tiempo justifica su destrucción para dar paso
a través del lenguaje metafórico de la poesía, no lo
a otros lenguajes: “Entonces, el cuerpo culturalmen-
postula como independiente de lo simbólico –pater-
te construido se emancipará, no hacia su pasado
no−. Así, según Butler (2007), la noción del len-
«natural» ni sus placeres originales, sino hacia un
guaje materno en Kristeva es sólo una aproximación
futuro abierto de posibilidades culturales” (Butler,
momentánea a la subversión de la ley paterna, ya
2007, p. 196). Tanto Xica como Fe referencian una
que habitar por completo en la ley femenina desen-
corporeidad cultural que deslegitima los esencialis-
cadenaría locura o psicosis como consecuencia de
mos, la primera como mujer étnica y culturalmen-
la confusión provocada por la cantidad de significa-
te mestiza y la segunda como sujeto poscolonial
ciones que ofrece lo metafórico.
dentro de un mundo globalizado, por esta razón su
Sin embargo, durante toda la novela, las mujeres
liberación consiste en mirar hacia el horizonte y re-
que escogen el traje —ley del padre—, están con-
construir sus cuerpos.
denadas a destinos trágicos: Xica da Silva es recha-
Desde la perspectiva de Butler (2007), la autora
zada por la sociedad de su época, sus hijas quedan
de Fe en disfraz reconoce la ausencia del lenguaje
desorientadas y proscritas, y Fe Verdejo, la última
femenino tras la ruptura con la madre, pero además
mujer que lo usa, tentada a encerrarse en un ritual
le agrega la imposibilidad de lenguaje e historia para
cercano a la locura en el que somete su cuerpo al
los hombres y mujeres traídos a América durante la
sufrimiento.
trata esclavista: desposeídos, condenados al olvido,
El hecho anterior refleja la crítica hecha por But-
con la piel como única depositaria de la memoria.
ler (2007) a las ideas con las que Kristeva limita
Así lo expresa Fe Verdejo, “mi piel era el mapa de
el lenguaje materno, ya que, como vemos, la psi-
mis ancestros. Todos desnudos, sin blasones ni ban-
cosis, la tristeza y la locura en las que se adentran
deras que los identificaran; marcados por el olvido
las mujeres que portan el traje son el reflejo de la
o, apenas, por cicatrices tribales, cadenas y por las
escogencia de la ley del padre como único elemento
huellas del carimbo sobre el lomo” (Santos-Febres,
de autorreconocimiento.
2009, p. 89).
En este sentido, el Vestido es la negación de la
En esta novela el asunto del lenguaje se proble-
piel y de la madre pero al mismo tiempo la ilusión
matiza en el cuerpo y la piel: “Braille en las manos
de dejar de ser la otredad para ser admitida como
la piel de Fe” (Santos-Febres, 2009, p. 110). La im-
parte del Yo enunciador. Para Fe Verdejo el traje
posibilidad de habla en Fe Verdejo, quien no enun-
es todos los atuendos con los que soñó, la capa que
cia su propio discurso, está dada en el olvido que
cubre el cuerpo avergonzado por el discurso colo-
plantea la adhesión al traje que destruye su deseo y
nial racista y sexista, el sustituto ante la carencia de
cuerpo-lenguaje. Quizá por esto Fe no renuncia de
lenguajes propios que le permitan nombrarse, la ne-
entrada al Vestido aunque la obligue al dolor, en él
cesidad de reconocerse y ser reconocida:
alberga la ilusión de significar, de encontrar dentro
[…] yo me escondía en las habitaciones de las mon- de sí las marcas que le muestren su pasado, la posi-
jas. Allí, jugaba con sus hábitos, con los velos, las bilidad de hablar. El traje ha hecho cicatrices en Fe
cuelleras y las sogas de cinturón. Los tocaba y me que asemejan un lenguaje:
42 Verónica Peñaranda-Angulo
Sobre los muslos, Fe mostraba incisiones todavía distintas formas de discriminación de su contexto.
rosadas. Muchas. Esos diminutos rasguños forman No es productivo medir con parámetros del hoy el
pequeñas heridas acolchonadas. Keloides. Fe tiene impacto de esta forma de resistencia; sí es necesario
keloides que le inscriben un extraño alfabeto so-
bre las carnes8. La visten de la cintura para abajo.
reconocerla como un antecedente que facilita a Fe
Allí estaban, en Fe desnuda sin el traje y sin el rito Verdejo la construcción de una posibilidad liberadora
(Santos-Febres, 2009, p. 11) 9. en el presente ya que, tal como lo presenta la novela,
el imaginario colonial sigue determinando la vida y
Fe sólo puede hablar de su pasado a través de su las relaciones de los sujetos racializados.
cuerpo, su lenguaje no logra convertirse en palabra, Las posiciones privilegiadas (tempo-espaciales,
quizá porque hablar del pasado duele y remueve las académicas y socioeconómicas) desde las cuales
heridas para dejarlas expuestas. Tal vez esto expli- Fe Verdejo lee su historia le permiten, además de
que la paradoja en la que Fe Verdejo, la intelectual analizar las estrategias de algunas mujeres negras a
que se ha apropiado de varias lenguas y saberes, través del tiempo, identificar las transformaciones
no tenga un lenguaje en su boca para expresar la exigidas a las formas de lucha. Finalmente Fe
memoria borrada. Una razón más para que ambos se concientiza de que el Vestido constituye una
protagonistas, sujetos de la contemporaneidad, re- representación del blanqueamiento, sin embargo
tornen al lenguaje de la madre y se nombren a partir identifica un aporte nuevo en la táctica usada por
de sus múltiples posibilidades. Xica da Silva, el amor transcultural10.
Al final de la novela, los protagonistas se abraza- El amor transcultural es la capacidad para
rán para comprenderse en su deseo. A la salida de la establecer relaciones íntimas igualitarias, ya sean
opresiva ley del padre está el amor por sí misma/o fraternas o eróticas, con personas pertenecientes
que acepta y ama también al otro. Entonces, los a otras culturas. Para Sandoval (2004) esta forma
protagonistas, desposeídos de lo que fueron a la es- de amor genera espacios de coalición basados en la
pera de lo que serán, se acogen a su futuro. Así diferencia y respeto por los otros. En el caso de Xica
se cierra la novela que plantea un nuevo comienzo: da Silva refiere a la particularidad de su relación con
“Hasta que olvidemos juntos quiénes hemos sido. el comendador de diamantes, puesto que rompe los
Abandonarse es, a veces, la única manera de co- esquemas de interacción interétnicos entre hombres
menzar” (Santos-Febres, 2009, p. 115). blancos y mujeres negras de la sociedad colonial
brasilera del siglo XVIII.
Xica da Silva: madre simbólica de las mujeres Según Ferreira (2009), De Oliveira libertó a Xica
afrocaribeñas y latinoamericanas para convivir con ella, −acto poco habitual entre los
A pesar de las sospechas que la estrategia de hombres blancos de la época, quienes tomaban a las
resistencia de Xica da Silva pueda suscitar en los mujeres negras como concubinas− la convirtió en su
lectores contemporáneos, se debe aclarar que está única mujer y tuvo con ella trece hijos11, bautizados
relacionada con un sujeto determinado por las en la excelsa sociedad diamantina de aquel tiempo,
en la región de Minas Gerais al sudeste de Brasil. El
8
Hay una posibilidad de relación entre las cicatrices del cuerpo de
Fe, provocadas por el Vestido, y las marcas tribales que tenían algunos 10
La transculturación es un término acuñado por Fernando Ortiz
hombres y mujeres traídos de África durante la trata esclavista.
en su texto Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar (1983) con el
Según
Martí (2012) estas señales corporales, llamadas escarificacio-
que replantea la idea antropológica de la “aculturación” para explicar
nes, se logran tras procesos en la piel con objetos cortopunzantes. En el
la relación entre las distintas culturas que dan forma a la idiosincrasia
continente africano las escarificaciones generalmente se han utilizado
latinoamericana, especialmente la cubana. La transculturación, contrario
como marcas étnicas, de género, o símbolos de valentía asociados a
a lo que expone la “aculturación”, percibe las relaciones entre culturas
habilidades particulares, aunque en la actualidad también hacen parte
dominantes y dominadas de manera activa y dinámica, dando paso a
de estéticas propias, cualquiera sea el caso, remiten a la apropiación del
una nueva cultura que da cuenta de procesos históricos de convivencia
cuerpo como lugar para afirmación de la identidad ya sea individual o
y supervivencia.
colectiva. En Fe en disfraz (2009) Diamantina −manumisa protagonista 11
Xica ya había tenido otras relaciones con hombres blancos, esto
del primer documento histórico de la novela− es identificada por una
era común en la sociedad diamantina de la época. La investigación de
marca en su rostro: “Era de edad desconocida, con tres incisiones en
Ferreira (2009) sostiene que Xica tuvo su primogénito, Simão, como
la mejilla derecha, posiblemente fulá […]” (Santos-Febres, 2009, p.
resultado del concubinato con su primer amo, Manuel Pires, que reco-
27) (énfasis agregado).
noció al infante años después en su testamento como heredero, aunque
9 Énfasis agregado. no como hijo.
Habitar en el lenguaje materno, estrategias femeninas contra el racismo en la literatura caribeña: el vestido/disfraz ... 43
amor entre Xica y De Oliveira es una desobediencia Así pues, la relación corporal y geopolítica entre
corporal a las normas eróticas sexuales interétnicas Xica da Silva y Fe Verdejo, expuesta en las historias
establecidas en la colonia. de colonización y sus consecuencias sobre los cuer-
Así, el acto de cierre de Fe en disfraz, la ruptura pos que las dos mujeres habitan, propone a Xica da
con todo lo que el Vestido encarna, igual que la Silva como un referente obligado en la construcción
relación de Xica con su compañero, promueve de estas nuevas y liberadoras alteridades femeninas
relaciones sociales igualitarias, la necesidad de en América Latina y el Caribe.
soltar los odios y complejos impuestos por el El hecho anterior revela un recorrido de Santos-
lenguaje opresor y, tal como lo propone Franz Febres por el paradigma dialógico y referencial que,
Fanon (2009) en Piel negra, Máscaras Blancas, el desde Una habitación propia (1929) de Virginia
amor transcultural: Wolf, pasando por las disertaciones de las feminis-
tas chicanas como Gloria Alzandúa, Cherry Moraga
El hombre no es solamente posibilidad de recupe- y Norma Alarcón, hasta El orden simbólico de la
ración, de negación. Si bien es cierto que la con-
ciencia es actitud de trascendencia, hay que saber madre (1995) de Luisa Muraro, atañe a las muje-
también que esa trascendencia está obsesionada res escritoras: la búsqueda de una voz y/o repre-
por el problema del amor y la comprensión. El sentación femenina pionera o, en palabras de Luisa
hombre es un SÍ vibrante de armonías cósmicas, Muraro, un orden simbólico de la madre. En Fe en
desgarrado, disperso, confundido, condenado a disfraz, Xica es para Fe un referente cultural y una
ver disolverse una tras otras las verdades que ha antecesora escritural de su historia:
elaborado, tiene que dejar de proyectar sobre el
mundo una antonimia que le es coexistente (Fanon,
Fe se encaminó hasta la Hermandad y allí pasó
2009, p. 42).
semanas hurgando entre sus archivos. Se topó con
más documentos de una esclava llamada Diaman-
Para el psicoanalista Fanon (2009) el ser humano tina, con cartas firmadas por la Xica Da Silva (la
debe desprenderse de los dualismos antagónicos que Chica que Manda), de su puño y letra (Santos-
no le permiten resolver su verdadera preocupación, Febres; 2009, p. 24)12.
el amor. La conciencia que los hombres y las mujeres
proclaman está atravesada por la necesidad de amar Xica es para Fe Verdejo un ícono en la construc-
a otros, de abrirse para otros y caminar con ellos. ción de su agencia como mujer y como escritora de
Los protagonistas de la novela de Santos-Febres su historia. La condición mestiza de la ex-esclava
deben sobrevivir amando en la transculturación: remite a Fe a la revisión de imágenes que construyen
subjetividades más cercanas a su experiencia dentro
[…] con la intención de garantizar, no sólo la super- del mundo globalizado. A su vez, por fuera del tex-
vivencia o la justicia, como en tiempos anteriores, to, Xica se presenta como una pionera del Black Fe-
sino unas relaciones sociales igualitarias o, como lo minism, ya que la resistencia a través del amor que
han expresado algunos escritores del Tercer Mun-
do desde Fanon hasta Wong, Lugones, o Collins, Santos-Febres le confiere es fácilmente identificable
con el objetivo de producir «amor» en un mundo dentro de lo que Nasch (2013) llama las políticas
en descolonización, postmoderno y post-imperio. del amor -Love-politics-, una de las disertaciones
(Sandoval, 2004, p. 87). más importantes de esta corriente feminista, desa-
rrollada por pensadoras como June Jordan, Patricia
Para Fe Verdejo y Martín Tirado esta trascenden- Collins, Audre Lorde, Traci West, Alice Walker, en-
cia se teje durante toda la novela, cada encuentro tre otras. Xica es la madre que resiste y enseña a
sexual que los acerca en cuerpo, saber y conciencia resistir por medio del amor, tal y como lo refiere
trae consigo una develación que los vuelve aún más Audre Lorde (2013) en La hermana, la extranjera:
próximos, puesto que destruyen o descolonizan las
“verdades” excluyentes que impiden su unión en el
12
Las cartas escritas por Francisca da Silva de Oliveira son docu-
presente. mentos históricos reales, parte de esa correspondencia se encuentra en
la Biblioteca Nacional Digital de Brasil.
44 Verónica Peñaranda-Angulo
Educar niños Negros- de uno u otro sexo- en las manera similar a la de la Malinche15 en el primer
fauces del dragón racista, sexista y suicida es arries- texto escrito en el que se incluyó su historia, Me-
gado y expuesto. Si no son capaces de amar y mórias do Distrito Diamantino (1886) de Joaquim
resistir a la vez, posiblemente no sobrevivirán. Y
para sobrevivir tiene que relajarse. Esto es lo que
Felício dos Santos. Según Miranda (2016) no fue
enseñan las madres, el amor, la supervivencia, sino hasta la investigación documentada de Ferreira
o, lo que es lo mismo cómo autodefinirse o como (2009), Chica da Silva e o contratador dos diaman-
relajarse. Para todo ello es de extrema importancia tes: o outro lado do mito, que la figura de Xica fue
tener sentimientos profundos y reconocerlos a la concebida más allá de su sexualidad.
manera de sentir el amor, la manera de no darle la Así mismo, Gordon (2009) sostiene que gran
espalda al miedo y tampoco dejarse abrumar por
él, la manera de disfrutar a fondo los sentimientos
parte de la proyección del texto de dos Santos se
(Lorde, 2013, pp. 64-65)13. mantuvo en la tradición popular −la oralidad, pro-
ducciones literarias, históricas y cinematográfi-
Sin embargo, los postulados del Black Feminism cas16− hasta finales del siglo XX, limitando a Xica
no son la única referencia teórica de Santos-Febres a su condición de mujer hipersexual, caprichosa y
para postular a Xica da Silva como madre simbóli- manipuladora. Las descripciones hechas por dos
ca. La autora de Fe en disfraz sigue el ejemplo de Santos se ajustan en gran medida a los parámetros
las feministas chicanas quienes restauran y dignifi- sexistas y racistas de su época. Xica aparece como
can la imagen de la indígena de habla náhuatl Ma- una mujer fea –aunque esta idea se trasmuta pronto
lintzin14, amante, consejera y traductora de Hernán en la de belleza exótica17−, poseedora de una sexua-
Cortés durante la conquista española de México. lidad desbordante que le permitía atrapar a cual-
Para ellas, el mito que surge de esta mujer contiene quier hombre para su propio beneficio.
un carácter patriarcal, incapaz de equilibrar la ambi- La inserción y revisión de la historia de Xica
valencia entre su sexualidad y las limitaciones para da Silva en la novela Fe en disfraz de Mayra San-
su liberación, al tiempo que promueve el odio hacia tos-Febres reconoce autoridad a las mujeres. Las
las mujeres: alusiones a la esclava manumisa en distintos mo-
mentos de la narración validan su estrategia al pre-
El mito masculino de la Malintzin nos hace ver la
traición en su pura sexualidad, lo que hace casi im- sentarla como un sujeto que renegocia con el orden
posible que vayamos más allá de la vagina como el establecido a pesar de sus limitaciones como mujer
sitio supremo de la maldad hasta que se compruebe y esclava en un contexto colonial.
su inocencia con la virginidad o virtud. Nosotras La reescritura ficcional de Xica en la novela de
mismas podemos llegar a creer que nuestra sexuali- Santos-Febres es una exigencia teórica, histórica y
dad nos condena a la esclavitud. […] esa esclavitud
literaria enfrentada al mito patriarcal para empode-
se refleja en el autoodio. Lo único que vemos es el
odio a las mujeres (Alarcón, 1988, p. 232). rar un lenguaje capaz de contar la(s) experiencia(s)
15
Según Katsí Rodríguez (2011) la representación del cuerpo feme-
nino negro o racializado, generalmente está marcada por la accesibilidad
La imagen de Xica da Silva fue reproducida de y explotación (laboral o sexual) ya que en él convergen el racismo y el
sexismo.
13
Énfasis agregado. 16
Xica da Silva hace parte de la cultura popular y erudita de Bra-
14
A pesar de la poca información que existe sobre este personaje sil. Aparte de los dos textos de los que he venido hablando durante
histórico según Reyes (2005), de acuerdo con la historia oficial, Malitzin, el desarrollo de este trabajo otras producciones usaron a Xica como
Malinche o Marina (1502−1529) participó en la Conquista de México, protagonista o como parte de su obra. Gordon (2009) destaca como las
como ayudante de Cortés, gracias a sus conocimientos de varias lenguas más representativas Rei Branco, Reinha Negra (1990) de Paulo Amador
−nativas y español−, y territorios del imperio azteca, en lo que hoy se (relato), Com Xica da Silva (1976) de Carlos Diegues (película) y Xica
conoce como México. Se cree que Malinche fue entregada a Cortés junto da Silva (1996) Rede Manchete (telenovela). Esta última producción, a
con otras vírgenes como un tributo por parte de los indígenas y antes había pesar de la forma en la que representa a Xica, aporta un hecho signifi-
sido vendida por su madrastra a unos comerciantes. Para las feministas cativo al empoderamiento de las mujeres afro en el espacio público de
chicanas, el mito que la recrea reifica su figura en la de una mujer mala, la televisión nacional de Brasil, ya que la actriz quien encarnó a Xica,
despreciable, traidora de su pueblo, madre de una raza bastarda, debido Taís Araújo, fue la primera mujer afrobrasilera en protagonizar una
al hijo que tuvo con Cortés –de quien se cree que es uno de los primeros telenovela de horario estelar.
mestizos en las Indias−. Para mayor ampliación del tema revisar los textos 17
Según Ferreira (2009), el texto de dos Santos tiene una reedición
Loving in the War Years: Lo que nunca pasó por sus labios de Cherríe en 1924 en el que se le agregan unas notas aclaratorias que defienden la
Moraga y “La literatura feminista de la Chicana: una revisión a través de belleza de la mujer como un requisito para que Oliveira, su conyugue,
Malintzin o Malintzin: Devolver la carne al objeto” de Norma Alarcón. hubiera fijado su atención y amor en ella.
Habitar en el lenguaje materno, estrategias femeninas contra el racismo en la literatura caribeña: el vestido/disfraz ... 45
da. El traje reafirma los estereotipos adjudicados a historia como mujer afrodescendiente para liberar
las mujeres afrodescendientes en la colonia ya que posteriormente su sexualidad.
promueve una salida falsa al pasado esclavista. Xica La ruptura del cuerpo cultural representado en
sólo se adentra en la sociedad criolla mediante la el Vestido es necesaria para encontrar el amor por
negación de la línea materna, que en su caso sería la sí misma y enfrentarse o definirse a partir de las
proveedora de la afrodescendencia. distintas significaciones que desde las lecturas but-
Vestirse con el traje era negarse “negra”, o eso lerianas brinda el lenguaje de la madre. La des-
otro que no tiene nombre, porque no existen más trucción del traje suscita la capacidad de encuentro
maneras de decirlo, de ahí la insistencia de Santos- con el otro, promueve libertad y respeto dentro de
Febres en la imposibilidad de habla en Fe, de sus las relaciones interétnicas, dejando atrás los rasgos
carencias para decirse, incluso una buena forma de coloniales que las han definido.
entender su falta de enunciación en la novela. Aunque el Vestido sea en la historia de la novela
Con el llamado a la destrucción del traje, Santos- un accesorio femenino para someter a las mujeres,
Febres burla la legitimidad de la ley del padre que se ambos protagonistas –en diferentes perspectivas–
impone como constitutiva de la cultura, mostrando son víctimas de la ley del padre que delimita el cuer-
el malestar que sostiene al sujeto definido desde el po y el lenguaje del sujeto como requisito para su
exterior y despojado de sí. Aunque el traje no llegue entrada en la cultura. No obstante, el traje no siem-
a destruirse en la diégesis de la novela –ocurre en pre fue un accesorio de castigo, podría pensarse que
la narración ulterior del protagonista−, resalta el es- en el principio, cuando fue obsequiado a Xica, hacía
fuerzo de la autora por describir una forma de lucha parte de la estrategia del amor transcultural.
que consiste en olvidar el significado totalizador del La representación femenina en Fe en disfraz a
lenguaje opresor. través de la figura histórica de Xica da Silva y la
Fe en disfraz (Santos-Febres, 2009) no sólo atra- intelectual Fe Verdejo, describe las luchas ganadas
viesa un plano “real” en el que se deconstruye y re- y las que aún faltan por ganar, abandona la queja y
escribe la historia, sino que toma un plano mítico empieza a escribir aquello que estaba ausente, in-
femenino al apropiarse de una figura como Xica da volucra el pasado como factor primordial para en-
Silva, que al lado de las denuncias y documentos tender el presente y construir el futuro, anima a la
históricos encontrados por Fe, consolida historias destrucción de los disfraces que encubren el cuerpo
de cuerpos y resistencias femeninas afro e indíge- y la mente.
nas19 en relación con el poder. A su vez el Vestido es parte de la ambientación
La construcción de Xica da Silva como madre de la novela, pertenece al grupo de los cuerpos cul-
simbólica exige utilizar un marco teórico pluralista turales asociados a los roles de género, el Don Juan
que garantice el acercamiento a una experiencia fe- del que se disfraza Martín Tirado y los hábitos de
menina particular y, como consecuencia de ello, a la las monjas que esconden el deseo y las encierran
exploración de formas de resistencia afines a cada en soledad: “Solo yo decidí asumir los hábitos, más
alteridad. por vergüenza que por fe —me dijo la monja— por-
En la novela, la inserción de Francisca da Silva que tengo un pie al otro lado del mundo, niña, y ya
es un referente de supervivencia para las mujeres estoy cansada de ver gente vestida de lo que no es”
afrodescendientes latinoamericanas y caribeñas, sin (Santos-Febres, 2009, p. 24).
embargo, en el presente pone a la protagonista ante El disfraz en esta novela es carnaval bajtiniano,
dificultades exigidas por las nuevas formas de lu- sometimiento, negociación, trampa, deseo, folclor,
cha. Aunque ambas estrategias se realicen bajo la historia, memoria y, finalmente, camino a la libertad.
bandera del amor intercultural, Xica logra su libe- Pero el disfraz/Vestido, cuerpo cultural del discurso
ración a través de su sexo y posteriormente su blan- colonizador, ata, encierra, aprisiona el cuerpo y la
queamiento, Fe por el contrario debe reconocer su boca, hace sangrar a Fe, remueve la herida: “El ar-
19
La novela problematiza sobre todo las imágenes de las mujeres
nés de correas y varillas descansó punzante sobre su
pertenecientes a grupos “otros” en ambientes coloniales. piel” (p. 24), y más tarde, “las varillas se hundieron
Habitar en el lenguaje materno, estrategias femeninas contra el racismo en la literatura caribeña: el vestido/disfraz ... 47
en su carne. Asomaron los primeros abultamientos, tuación de la mujer negra en América Latina desde
las primeras gotas de sangre” (p. 57), “recuesto mis una perspectiva de género. Nouvelles Questions Fé-
manos sobre sus muslos, los empujo contra el diván, ministes, 24(2), 21-26.
Duncan, Quince. (2001). Contra el silencio: Afrodescen-
contra las varillas que sé que la cortan por debajo dientes y racismo en el Caribe Continental Hispáni-
del traje (Santos-Febres, 2009, p. 101). co. San José, Costa Rica: EUNED
Sin embargo, las heridas –ahora de ambos pro- Fanon, Frantz. (2009). Piel negra, máscaras blancas (Pa-
tagonistas− causadas por el traje confunden las loma Moleón, Trad.). Madrid: Akal. (Obra original
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