Señores Jueces, Nunca Mas
Señores Jueces, Nunca Mas
Señores Jueces, Nunca Mas
Y, ¿cuál fue la respuesta, luego de este golpe, que se dio desde el Estado a la
guerrilla subversiva?
Para calificarla, señores jueces, me bastan tres palabras. Feroz, clandestina y
cobarde.
Entre las muchas deudas que los responsables de este cobarde sistema de
represión han contraído con la sociedad argentina, existe una que ya no
podrá ser saldada.
Por todo ello, señor presidente, este juicio y esta condena son importantes y
necesarios para la nación argentina, que ha sido ofendida por crímenes
atroces. Su propia atrocidad torna monstruosa la mera hipótesis de la
impunidad. Salvo que la conciencia moral de los argentinos haya descendido
a niveles tribales, nadie puede admitir que el secuestro, la tortura o el
asesinato constituyan hechos políticos o contingencias del combate.