Potencial de Acción en Las Neuronas

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Potencial de acción en las neuronas

Por Emilio Perea Bedolla

Introducción
En el desarrollo de este breve ensayo acerca del potencial de acción en las neuronas
observaremos, en primer lugar, los antecedentes históricos de lo que hoy conocemos como
potencial de acción, partiendo de las ideas de Galeno, la introducción del método científico para
desarrollar el conocimiento al respecto; las diferentes posturas sobre la electricidad en la
actividad del sistema nervioso, hasta los resultados de investigaciones que dieron a conocer el
funcionamiento del sistema nervioso basado en la neurona como unidad de estructura básica del
mismo.
El objetivo de analizar los antecedentes históricos del desarrollo del conocimiento
científico sobre este tema, es entender cómo se llegó a la determinación que, la comunicación en
el sistema nervioso depende del potencial de acción, una vez logrado ese propósito inicial; se
aborda en lo que consiste dicho potencial de acción, su funcionamiento, los elementos que
forman parte del mismo, así como algunas peculiaridades que lo caracterizan, para lograr
entenderlo y, en consecuencia, valorar su importancia.
Por último, veremos algunos ejemplos, precisamente, sobre la importancia del potencial
de acción, tales como el adecuado desarrollo embrionario; además de la trascendencia en la
liberación de la serotonina, por ejemplo, importante en la conducta social humana, las emociones
y otros aspectos fisiológicos importantes y, sobre todo en lo fundamental que resulta el potencial
de acción en la comunicación del sistema nervioso.

Antecedentes
El potencial de acción son los camios rápidos de potencial de membrana que tienen que
ver con la comunicación del sistema nervioso, tanto central como periférico. En ese sentido,
debemos remontarnos a sus antecedentes, iniciando por la postura de Galeno, quien describía el
sistema nervioso como una red neumática de tubos huecos por donde, a partir de la comida se
daba una comunicación por medio de espíritus para hace funcionar el cuerpo. Esta idea conocida
como los espíritus animales perduró durante varios siglos 1. A partir de técnicas nuevas, con el
surgimiento de la ciencia moderna y la aplicación del método científico, se recorrió el camino
que nos trajo al conocimiento del potencial de acción.
A partir del Siglo VI AC y hasta la mitad del Siglo XVII prevaleció la idea propuesta de
que los espíritus animales eran los que, a través de los nervios, controlaban el cuerpo en sus
diversas estructuras, y que éstos eran controlados por el cerebro, donde se encuentra la
conciencia y el entendimiento. Esta idea se vio contrastada por la que surge del trabajo de
1
From substance fermentation to action potential (John Barco-Ríos1, 2017)
Borelli, en el que propone que no son los espíritus animales los que son transportados por medio
de los nervios, sino una fermentación de sustancias químicas las que hacen trabajar el cuerpo.
Así se fueron desarrollando diferentes teorías respecto al funcionamiento del sistema
nervioso, podemos mencionar diferentes trabajos científicos desde entonces, tales como el de
Newton que proponía que los espíritus animales propuestos por Galeno eran en realidad,
vibraciones etéreas, originadas en el cerebro para realizar las actividades motoras. El trabajo del
suizo Haller inicia la investigación sobre el impulso nervioso, observando que sólo algunas
partes del cuerpo tenían sensibilidad, mientras que otras mostraban irritabilidad, respondiendo a
diversos estímulos como la electricidad.

En 1751 Benjamin Franlin publicó “Experimentos y observaciones sobre la electricidad”


publicación que marcaba una nueva comprensión de los sucesos eléctricos, al inicio del siguiente
siglo, el científico italiano Luigi Galvani y el biólogo alemán Emil Du Bois-Reymond
demostraron que la comunicación cerebro-cuerpo no era por líquidos como se creía, sino por
medio de electricidad a través de los nervios (Bear M. F., 2016).

A partir de las observaciones de Haller, el anatomista italiano Caldani en 1756, con su


botella de Leiden marca el cambio del pensamiento de los “espíritus animales” hacia la idea del
fluido eléctrico; lo que da lugar a diferentes investigaciones como la del discípulo de Caldani,
Galvani, quien con su experimento con una rana descubre el fenómeno de la electricidad animal,
electricidad que no necesariamente provenía del exterior del organismo, sino que se producía en
el interior, creyendo que el origen de tal electricidad estaba en el cerebro.
Subsecuentemente se desarrollan los trabajos del médico y fisiólogo alemán Emili Du
Bois- Reymond, que confirmó la existencia de una corriente eléctrica entre un segmento en el
musculo dañado y uno intacto, además lo que llamo la “variación negativa”; dando lugar a los
principios básicos del impulso nervioso. En 1850 el médico y físico alemán Hermann Ludwig
Ferdinand von Helmholtz, diseñó un experimento para medir la velocidad de la transmisión
nerviosa, encontrando que la velocidad de la transmisión es más rápida en los humanos: 60 m/s.
Kühne, al final de la década de los 1870s propuso que la corriente producida por el
impulso nervioso estimulaba las fibras del musculo en su unión; años más tarde Du Bois-
Reymond sugirió que dicha transmisión podía ser de naturaleza química. En ese tiempo la
relación entre las fibras nerviosas y los nervios celulares no eran del todo clara; el anatomista
checo y profesor de Fisiología Jan Evangelista Purkinje con el médico y fisiólogo alemán
Gabriel Valentín, tenían la idea de que esos dos elementos nerviosos eran de gran importancia
dentro del sistema nervioso, pero solo podrían estar asociados, pero no conectados entre sí.
Fue el embriólogo polaco Robert Lemark, quien demostró que los nervios celulares
estaban conectados a las fibras, siendo extensiones del cuerpo de la célula y que dichas células,
propuso más tarde, eran las proveedoras de la corriente que se necesitaba para generar el impulso
nervioso; sin embrago fue el Histólogo francés Louis Antoine Rainvier el que en 1875 demostró
la conexión anatómica de los nervios celulares con las fibras en forma de T en las raises dorsales
de los ganglios espinales. A pesar de esto, muchos fisiólogos les restaban importancia a los
nervios celulares en relación con la conducción de los impulsos nerviosos.
El Neuroanatomista alemán Otto Friedrich Karl Deiters, con la técnica de microdisección
que desarrolló para aislar los nervios celulares en el microscopio pudo obtener visualizaciones
claras de dichas células, observando que existían dos diferentes procesos de ramificación en
ellas, uno como especia de un árbol con ramas, que llamó “proceso protoplásmico”; más tarde
nombrado por Wilmes His “Dendritas” (1889); y el otro. una fibra larga con una pequeña
cantidad de ramas, que llamó “cilindro axial”, posteriormente Rudolph Albert von Kölliker
(1891) lo nombró “Axón”
Es en este punto donde nace el concepto de potencial de acción, dado al interés que la
fisiología nerviosa generó en los investigadores para conocer la relación entre la intensidad de la
estimulación de las múltiples fibras nerviosas y las posibles respuestas del potencial eléctrico.
En este sentido, el médico y fisiólogo estadounidense Henry Bowditch (1871), demostró que,
dependiendo del límite del potencial del estímulo aplicado, podría o no, generar que el musculo
se contrajera. Considerado como la primera demostración de la ley “Todo o nada”2
De esta manera, para el final del Siglo XIX ya se conocía que el nervio estaba formado de
múltiples fibras. Teniendo el antecedente del Patólogo alemán Heinrich Wilhelm Gottfried von
Waldeyer, quien además de acuñar el término “Neuronas” (1891), formuló la hipótesis que las
neuronas son la unidad estructural básica del sistema nervioso; el Histólogo español Santiago
Felipe Ramón y Cajal demostró dicha hipótesis y también desarrolló la doctrina neuronal, la cual
consiste en que las neuronas son pequeñas entidades genética, morfológica y fisiológicamente
independientes, y que son capaces de comunicarse entre sí, sin ser una sola y continua red
nerviosa, como algunos sostenían.
Los estudios estaban demostrando la existencia de diversas redes nerviosas, comunicadas
a través de sinapsis eléctricas, para procesar la información neural localizada en ciertas partes del
cerebro. Cajal propuso, además, la ley de la polarización dinámica, a fin de explicar que la
transmisión del impulso nervioso ocurre de forma unidireccional desde la dendrita al extremo del
axón. Así, entonces, Cajal estaba estableciendo los principios básicos del funcionamiento del
tejido nervioso y la neurona. (John Barco-Ríos1, 2017)
La teoría eléctrica fue la que, durante algunos años, daba explicación a la conducción de
los potenciales de acción; sin embargo, el trabajo realizado por el Doctor y farmacólogo alemán
Otto Loewi (1921), condujo la teoría hacia una explicación de carácter bioquímico;
comprobando en 1926 junto con su colaborador E. Navratil, la segregación del nervio vago del
neurotransmisor acetilcolina, siendo el primer neuro transmisor identificado.
Así, entonces, el médico y químico estadounidense Joseph Erlanger, en conjunto con el
también estadounidense, fisiólogo Herbert Spencer Gasser, obtuvieron por primera vez una
imagen exacta de los potenciales de acción; descubriendo que dichos potenciales, estaban
formados por ondas que, se movían en diferentes velocidades a lo largo de las fibras nerviosas;
2
Estudios recientes mencionan que el concepto estuvo mal interpretado, actualmente se propone utilizar el
término “efecto electrostático” por describir mejor los sucesos moleculares y eléctricos que se presentan
realmente. (JOHN BARCO RÍOS*, 2014)
velocidad que resultaba proporcional al diámetro de la fibra, estableciendo tres diferentes grupos
de fibras (motoras, y algunas sensitivas; viscerales sensitivas y las desmielanizadas) como
función a la velocidad. (ídem)
De esta forma, el progreso en el conocimiento científico acerca de la anatomía
microscópica produjo el interés de los investigadores para descubrir los mecanismos fisiológicos
relacionados con la transmisión de los impulsos nerviosos. Los fisiólogos y biofísicos ingleses
Alan Lloyd Hodgkin y Andrew Fielding Huxley en 1951 propusieron un modelo matemático,
para dar explicación a la forma en que los impulsos nerviosos inician y se propagan en las
neuronas. Dicho modelo es una serie de ecuaciones diferenciales no lineales que explican los
mecanismos iónicos relacionados con los potenciales de acción en su origen y propagación.
(ídem)
Según Hodkin y Huxley, los impulsos nerviosos son una entrada de iones de sodio rápida
y coordinada; así como subsecuentemente, una salida de iones de potasio a través de la
membrana de las células estimulables. El neurofisiólogo australiano John Carew Eccles, a pesar
de que creía que los impulsos nerviosos en la sinapsis eran meramente eléctricos, continúo con
sus estudios, determinando que los neurotransmisores abrían un canal que genera la afluencia de
iones de sodio en la membrana postsináptica.
Las conclusiones que arrojaron estos trabajos a los investigadores Hodgkin y Huxley, los
llevaron a plantear la hipótesis de la existencia de canales iónicos en las membranas de las
células estimulables. Hecho confirmado años después, en 1942 por el físico alemán Bert
Sakmann, y en 1944 por el médico y físico, también alemán, Erwin Neher, quienes desarrollaron
la técnica de fijación de la membrana, que permite la medición de la función de los canales
iónicos en las células de la membrana (ídem).
Ese recorrido científico ha proporcionado conocimiento más claro acerca de cómo trabaja
el sistema nervioso, siendo la idea de los espíritus animales la que prevalecía como la forma en el
que el sistema nervios era controlado, hoy, gracias a los trabajos e investigaciones, que a partir
del siglo XVIII se desarrollaron, podemos conocer con mayor fundamento científico la forma en
que el sistema nervioso trabaja, siendo éste el responsable de todo el funcionamiento de nuestro
cuerpo; dentro de lo cual el potencial de acción cumple una función trascendente.

Qué es el potencial de acción neuronal


Son cambios rápidos de potencial de la membrana, y tienen diferentes fases o etapas. Por
su parte, Monetti, (2019) menciona también que el potencial de acción es la actividad eléctrica
específica de cada neurona, producido por la polarización y despolarización de la célula3

3
(Monetti Puchalt, 2019)
Los potenciales de acción son parte de la dinámica de la actividad neuronal que se
presenta en dos fases, la que los produce, que es rápida y las que los modula, que es lenta;
generando un comportamiento importante fisiológicamente, llamado ráfagas de picos.
El potencial de acción es lo que inicia la transmisión de información entre las células que
se da a través de la sinapsis, misma que tiene lugar en el extremo del axón, en sus terminaciones
nerviosas con la dendrita, por medio de una señal electroquímica. Esa señal es causada por una
diferencia de potencial entre los extremos del axón y sus terminales, conduciéndose a través de
las neuronas receptoras. Lo que la produce, es la diferencia de concentración de iones en los
límites de la membrana; dicha conducción está directamente vinculada con los potenciales de
acción: cada tipo de neurona cuenta con un umbral de estimulación, que se debe rebasar para
poder liberar el potencial de acción y dar lugar a la actividad neuronal. (Ramírez-Avila, 2017)
Los potenciales de acción, son parte esencial del funcionamiento de las transmisiones
eléctricas y químicas en la información que es transmitida en las redes neuronales, el potencial
de acción cuando se dispara produce una salida de información (output); esto se origina en el
potencial de la membrana que, cuando supera los puntos limites (umbrales), dispara los
mencionados potenciales de acción para que ocurra la información en las neuronas, este impulso
es transmitido a través del axón, que en una neurona produce salida de información y en otra,
entrada de la misma (input) (Reyna M Durón, 2018)
El potencial de acción, por otro lado, puede ser definido como “una reversión transitoria
en la polaridad del potencial de reposo de la membrana” (Manuel E. Cortés Cortés, 2013). La
cual como también se mencionaba anteriormente, transcurre a través del axón desde su inicio
hasta sus terminales nerviosas 4
De acuerdo con García (2016), el potencial de acción es una perturbación del potencial de
la membrana, resultando de gran interés el hecho de que su propagación es la encargada de la
transmisión de señales en todo el sistema nervioso. Lo que se explica biológicamente de la
siguiente manera: los iones de sodio que ingresan en la membrana, a su vez, generan una
atracción de iones negativos del fluido extracelular hacia la cara externa de la membrana. Al
tiempo de que estos iones se acumulan en la membrana, se genera una despolarización alrededor
del sitio estimulado originalmente, abriendo los canales de sodio en esa área, iniciando la
propagación de la perturbación a través del axón neural hacia las dendritas.
Los experimentos de Hodgkin y Huxley dieron lugar a tener conocimiento sobre el
surgimiento de los potenciales de acción, producidos por los cambios transitorios en la
permeabilidad de los cationes Na+ y K+ en la membrana del axón, los cuales atraviesan la
membrana por medio de canales, proteínas especiales, los cuales son abiertos en respuesta al
cambio de potencial en la membrana.

4
(CORTÉS, 2013)
Imagen tomada de: shorturl.at/hjRV6

Polarización de la neurona
La polarización de la neurona consiste en la diferencia de carga eléctrica que existe entre
el interior y exterior celular, lo que produce una diferencia de potencial; así las neuronas son
células con una diferencia de potencial en su membrana debido al resultado de dos factores: el
gradiente de concentración y el gradiente de carga eléctrica. La medida que se ha obtenido con
base en experimentos es que el interior de la membrana es 70 vM más negativa que el exterior;
valor conocido como potencial en reposo (García, 2016).
A efecto de conservar el potencial en reposo de la membrana, la célula realiza dos procesos: el
transporte pasivo (sin gasto de energía) es el primero, que se da por la difusión de iones de K+
hacia el exterior de la célula por medio de la membrana; en tanto que el transporte activo
(empleando energía), llamado bomba de Sodio-Potasio que, al tiempo de admitir dos iones de K+
libera de la célula a tres iones de Na+ (ídem)

Fases sucesivas del potencial de acción


En el potencial de acción se pueden observar tres fases o etapas, siendo la primera un
rápido cambio en el potencial de la membrana, que va desde, aproximadamente -60 hasta,
aproximadamente +40 mV; a esta fase se conoce como despolarización. La segunda fase se
llama repolarización, ya que consiste en el regreso al valor que tenía estando en reposo y,
finalmente, la tercera fase, consistente en una recuperación lenta a partir del punto de rebase
llamado post-hiperpolarización en el potencial de reposo (CORTÉS, 2013)
Existe, además de los mecanismos pasivos y activos, otra forma de transportación
conocida como difusión facilitada, la cual se trata de canales selectivos en la membrana, a
través de los cuales son transportados los iones, así como los materiales neutros. A diferencia de
los anteriores, este mecanismo reconoce y selecciona el material en la intervención de proteínas
en la membrana; fuera de esto, también responde a gradientes de concentración (García, 2016).
Los canales selectivos no trabajan de forma permanente, más bien, en base a las
condiciones electroquímicas circundantes al canal, se activan o se desactivan; estos accesos a
través de la membrana se conocen como canales de control electroquímico

La sinapsis
La sinapsis ocurre cuando el potencial de acción llega a la zona de conexión entre dos
neuronas, activando en este proceso, la liberación de neurotransmisores químicos entre las
neuronas; abriendo los respectivos canales de control que contienen en su interior los
mencionados neurotransmisores, los cuales se propagan desde la membrana presináptica de la
neurona emisora a la membrana post sináptica de la neurona receptora. A su vez, en la neurona
receptora se activan otros canales, produciendo la despolarización de la membrana celular de las
dendritas de ésta; generándose un nuevo potencial de acción si la intensidad de la
despolarización es suficiente, e iniciar un ciclo de transmisión (ídem).

Importancia del potencial de acción


El potencial de acción es lo que hace posible la comunicación entre las neuronas y de esta
manera permitir el adecuado funcionamiento de los órganos y del cuerpo.
Resulta fundamental conocer la frecuencia del disparo de los potenciales de acción, en
función de determinar el volumen de neurotransmisores que es liberado por la neurona
estimulada, debido a que eso determina la cantidad de calcio que se introduce por el canal de sus
respectivos canales, sensibles al voltaje en la membrana plasmática. Esto, en el caso de la
liberación de serotonina, la cual es trascendental respecto a la conducta social, las emociones y
una gran variedad de funciones fisiológicas; a este respecto: “la regulación diferencial de la
liberación en cada compartimiento celular permite que la misma neurona produzca” (Trueta,
2012)
Por otro lado, el potencial de acción tiene un papel fundamental dentro del proceso de los
circuitos neuronales embrionarios, los cuales poseen particularidades temporales que dan lugar a
una forma especial de actividad eléctrica, llamada Actividad Embrionaria Espontánea (AEE);
que surge al tiempo que las conexiones sinápticas se establecen. Se trata de descargas de
potenciales de acción que suceden de manera sincrónica entre las neuronas de los circuitos en
desarrollo y ayuda en la construcción y maduración sináptica. Un aspecto importante de la AEE
es la concentración intracelular de calcio, fundamental en varios aspectos del desarrollo 5

5
(González-Islas, 2019)
Conclusiones
En conclusión podemos observar que, desde Galeno con su red de tubos por el que
discurrían los “espíritus animales” para dar funcionamiento al cuerpo y llevar a cabo las
actividades motoras, pasando por las diferentes posturas que pretendían dar explicación a la
actividad del sistema nervioso, hasta el establecimiento de la doctrina neuronal por Cajal, que
sienta las bases para tener el conocimiento fundamentado sobre el funcionamiento del sistema
nervioso, a través de células nerviosas componiendo una diversa serie de redes neuronales, por
las que se transmiten las comunicaciones; existe precisamente eso en común: la comunicación
entre el cerebro y las diferentes partes del cuerpo a través del sistema nervioso.
Por supuesto que la transición de lo que sólo se creía a lo que, por medio del método
científico, introducido por Descartes, se ha venido desarrollando hasta lo último conocido; existe
un gigantesco avance. Ahora conocemos con mayor claridad cómo está constituido el sistema
nervioso, así como su funcionamiento, teniendo claro la actividad celular por medio de axones,
dendritas, conexiones sinápticas, canales de conexión entre una y otra neurona, en lo que toma
una relevancia importante el potencial de acción, que genera el impulso nervioso comunicador
dentro de dicho sistema.
Durante el desarrollo de este breve ensayo pudimos observar cómo se genera dicho
potencial, así como su importancia para el adecuado funcionamiento del sistema nervioso, el
cual, a su vez, tiene una trascendencia importante en las diversas conductas del ser humano,
incluyendo su adecuado desarrollo. Podemos decir en conclusión que, el potencial de acción es la
base de la correcta comunicación en el sistema nervioso.
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