Williams. Ginecologà - A (2a. Ed.) Hiperplasia Endometrial
Williams. Ginecologà - A (2a. Ed.) Hiperplasia Endometrial
Williams. Ginecologà - A (2a. Ed.) Hiperplasia Endometrial
CAPÍTULO 33
la mayor potencia podría tener un efecto protector mayor entre
Progresión
mujeres obesas (Maxwell, 2006). Los dispositivos intrauterinos Tipos a cáncer (%)
(IUD) con progesterona también confieren protección a largo
plazo contra el cáncer endometrial (Tao, 2006). Hiperplasia simple 1
Las fumadoras tienen un menor riesgo de desarrollar cáncer
endometrial. El mecanismo biológico es multifactorial, pero en Hiperplasia compleja 3
parte implica la disminución de las concentraciones de estrógenos
circulantes a través de la pérdida de peso, una edad más temprana Hiperplasia simple atípica 8
de la menopausia y alteración del metabolismo hormonal. Tanto
Hiperplasia compleja atípica 29
el tabaquismo vigente como el pasado tienen una influencia dura-
dera (Viswanathan, 2005). Con autorización de Kurman, 1985.
HIPERPLASIA ENDOMETRIAL
La mayor parte de los cánceres endometriales se desarrolla después designa cuatro tipos distintos con potencial maligno variable (cua-
de la progresión de lesiones hiperplásicas distinguibles en el estu- dro 33-2) (Kurman, 1985; Silverberg, 2003). Las hiperplasias se
dio histológico. De hecho, la hiperplasia endometrial es el único clasifican como simple o compleja con base en la ausencia o presen-
precursor directo conocido de enfermedad invasora. La hiperpla- cia de anomalías arquitectónicas, como complejidad y aglomera-
sia endometrial se define como el engrosamiento del endometrio ción glandulares (fig. 33-2). Lo más importante, las hiperplasias
con proliferación de glándulas de tamaño y forma irregular y una se califican además como atípicas si presentan atipia celular (o sea,
mayor proporción entre glándulas y estroma (Ellenson, 2011a) nuclear). Sólo las hiperplasias endometriales atípicas tienen una
(fig. 33-1). En ausencia de engrosamiento, es mejor designar a relación clara con el desarrollo ulterior de adenocarcinoma. La
estas lesiones trastorno de endometrio proliferativo o aglomeración hiperplasia atípica simple es un diagnóstico relativamente infre-
glandular focal. La hiperplasia endometrial representa un continuo cuente. En general, la mayor parte de las hiperplasias atípicas tiene
de hallazgos histopatológicos difíciles de diferenciar por caracterís- arquitectura compleja.
ticas estándar. Tales lesiones varían desde endometrio anovulatorio Aunque las hiperplasias endometriales se clasifican de manera
hasta lesiones precancerosas monoclonales. formal en estos cuatro grupos, tienden a mostrar heterogeneidad
morfológica, tanto entre las pacientes como en una misma paciente.
Esta diversidad histológica explica por qué sólo una pequeña can-
■ Clasificación
tidad de rasgos conservados son útiles como criterios diagnósticos.
Organización Mundial de la Salud Como resultado, a menudo es difícil establecer una calificación
El sistema de clasificación usado por la Organización Mundial de la reproducible de atipia citológica, sobre todo con la pequeña canti-
Salud (OMS) y la International Society of Gynecological Pathologists dad de tejido de una muestra de biopsia.
A B
FIGURA 33-1. Microfotografías que muestran endometrio proliferativo normal comparado con endometrio hiperplásico. A. Esta vista de bajo poder
del endometrio proliferativo normal muestra glándulas endometriales (corte transversal) con contornos regulares predominantemente redondea-
dos, espaciamiento regular y un índice glándula:estroma menor de 1:1. B. La hiperplasia endometrial se caracteriza por la proliferación de glándulas
endometriales de tal manera que las glándulas se encuentran más apiladas de lo normal, lo que resulta en un índice glándula:estroma mayor de
1:1. Los términos simple y complejo se refieren al grado de apilamiento de la glándula y a las alteraciones en su arquitectura. El término atipia se
refiere a la presencia de atipia nuclear dentro de las glándulas endometriales. En este ejemplo, las glándulas están apiladas de forma moderada e
irregular pero no muestran atipia nuclear. (Fotografías proporcionadas por el Dr. Kelley Carrick.)
A
Endometrio proliferativo normal
B D
Hiperplasia simple Hiperplasia compleja
C E
Hiperplasia simple con atipia Hiperplasia compleja con atipia
FIGURA 33-2. Microfotografías que muestran endometrio proliferativo normal comparado con diferentes tipos de endometrio hiperplásico. A. Esta
vista de alto poder del endometrio proliferativo normal muestra glándulas regularmente espaciadas compuestas de epitelio cilíndrico estratificado,
con núcleos suaves discretamente elongados y con actividad mitótica. B. En la hiperplasia simple, las glándulas están discretamente apiladas y
de manera típica presentan forma tubular normal o alteraciones mínimas en la forma de la glándula. Los núcleos son suaves. C. En este caso, las
glándulas están sólo discretamente apiladas, pero algunas glándulas, como la descrita en esta vista de alto poder, tienen atipia nuclear caracteri-
zada por redondeo nuclear y nucléolos visibles. La atipia citológica acompaña a la hiperplasia compleja con mayor frecuencia que a la hiperplasia
simple. D. En la hiperplasia compleja, las glándulas están marcadamente apiladas y en ocasiones muestran alteraciones en la arquitectura como
plegamientos papilares. En este caso, los perfiles de la glándula son claramente regulares pero las glándulas se encuentran marcadamente apiladas.
E. Las glándulas se encuentran marcadamente apiladas y algunas muestras plegamientos papilares. Los núcleos presentan atipia nuclear variable.
Algunas de las glándulas atípicas tienen cambios eosinófilos en el citoplasma. (Fotografías proporcionadas por el Dr. Kelley Carrick.)
CAPÍTULO 33
categorías muy diferentes de hiperplasia: 1) el endometrio policlo-
nal normal con respuesta difusa a un ambiente hormonal anormal,
y 2) las lesiones monoclonales con proliferación intrínseca, focal y
que confieren un alto riesgo de adenocarcinoma (Mutter, 2000).
Dicha nomenclatura subraya el potencial maligno de las lesiones
precancerosas endometriales, lo que concuerda con los precedentes
similares en el cuello uterino, vagina y vulva. Con este sistema,
el endometrio anovulatorio o expuesto de manera crónica a los Fondo
estrógenos sin atipia, se denomina por lo general hiperplasia endo-
metrial. En cambio, el término neoplasia intraepitelial endometrial
se usa para describir al endometrio considerado premaligno por
la combinación de tres características morfológicas que reflejan el
volumen glandular, complejidad arquitectónica y anomalía cito- FIGURA 33-3. Imagen por ecografía transvaginal de un útero. En esta
lógica. El sistema de clasificación EIN es una forma más exacta y vista sagital, el endometrio marcadamente engrosado, medido por los
calibradores, sugiere hiperplasia endometrial. (Imagen proporcionada
reproducible de predecir la progresión al cáncer, pero aún no se
por la Dra. Elysia Moschos.)
adopta en todas partes (Baak, 2005; Hecht, 2005).
la hiperplasia endometrial (Allison, 2008; Sherman, 2008; Zaino, caso, también el médico debe confirmar que se produjo la ablación
2006). hormonal mediante un nuevo muestreo del endometrio después de
Además, no hay forma de prever qué tipos involucionarán por un intervalo terapéutico adecuado. Asimismo debe reconsiderarse
el tratamiento con progestina. No obstante, siempre que haya una la histerectomía para lesiones resistentes al tratamiento médico.
SECCIÓN 4
muestra endometrial representativa y el médico no tenga razón Las técnicas quirúrgicas de mínima invasión como la histe-
para sospechar un carcinoma invasor coexistente, la decisión de rectomía laparoscópica total constituyen opciones adecuadas. Sin
tratar la hiperplasia endometrial con medios hormonales o quirúr- embargo, en los casos en los que se sospecha la presencia de hiper-
gicos depende del criterio clínico. plasia atípica se prefiere extraer el útero por completo sin morcela-
ción. La lesión algunas veces se extiende hasta el segmento uterino
Hiperplasia endometrial no atípica inferior o el tercio superior del endocérvix, por lo que no se realiza
Mujeres premenopáusicas. En estas pacientes con hiperplasia una histerectomía supracervical en las mujeres sometidas a una his-
endometrial no atípica casi siempre es necesario un ciclo de tres a terectomía como tratamiento de hiperplasia endometrial.
seis meses de progestina en dosis bajas. A menudo se usa acetato
de medroxiprogesterona (MPA) administrado en forma cíclica por Hiperplasia endometrial atípica
vía oral en dosis de 10 a 20 mg al día durante 12 a 14 días de cada La histerectomía es el mejor tratamiento para mujeres de cualquier
mes. Otra opción frecuentemente utilizada es instituir un anti- edad con hiperplasia endometrial atípica por el riesgo alto de enfer-
conceptivo oral combinado en las mujeres sin contraindicaciones. medad invasora subclínica concurrente (Horn, 2004; Trimble,
Asimismo, en algunas series pequeñas de casos se ha demostrado 2006). Las mujeres premenopáusicas con grandes deseos de con-
que el IUD con progesterona es efectivo (Gallos, 2010; Scarselli, servar la fertilidad son la principal excepción. El tratamiento con
2011; Wildemeersch, 2007). Aunque las lesiones pueden regresar dosis alta de progestina puede ser el más apropiado para las pacien-
en forma espontánea sin tratamiento, casi siempre se usan proges- tes más motivadas (Randall, 1997). Las pacientes que son malas
tinas para corregir la causa subyacente, es decir la anovulación cró- candidatas quirúrgicas también ameritan un intento de ablación
nica y el exceso de estrógeno (Terakawa, 1997). Si no se encuentra hormonal con progestinas. La resolución de la hiperplasia se con-
endometrio hiperplásico residual en la biopsia de vigilancia, las firma con biopsias endometriales en serie cada tres meses hasta que
pacientes deben continuar la progestina y mantenerse vigiladas se documente la respuesta. De lo contrario, debe recomendarse la
hasta la menopausia. En caso de nueva hemorragia, es necesaria histerectomía (American College of Obstetricians and Gynecologists,
otra biopsia endometrial. 2005). Una vez que se resuelve la hiperplasia, la paciente se vigila
En general, deben evitarse las biopsias cuando la paciente toma y los progestágenos se prolongan por la posibilidad de que final-
progestinas porque esta hormona confunde el diagnóstico patoló- mente degenere en carcinoma (Rubatt, 2005).
gico por la modificación de la morfología endometrial. Otro com- El Gynecologic Oncology Group (GOG) realizó un estudio pros-
ponente integral de la ablación médica que debe concluir antes de pectivo de cohorte en 289 pacientes que tenían diagnóstico de
evaluar la persistencia es el desprendimiento endometrial durante hiperplasia endometrial atípica en la comunidad. Las participan-
una hemorragia por supresión. Estos problemas se solucionan espe- tes se sometieron a histerectomía en los tres meses siguientes a
rando entre dos y seis semanas después de la supresión hormonal la biopsia y se encontró que 43% tenía carcinoma endometrial
y absteniéndose de restituir los progestágenos antes de la biopsia. concurrente (Trimble, 2006). Suh-Burgmann et al. (2009) obser-
En las mujeres con un IUD que libera levonorgestrel, la biopsia varon una cifra similar elevada de 48%. Los resultados muestran
endometrial se realiza sin necesidad de extraer el dispositivo. la inutilidad del intento para hacer un diagnóstico exacto antes de
la histerectomía y los riesgos potenciales del tratamiento hormonal
Mujeres posmenopáusicas. Las posmenopáusicas con hiper- conservador.
plasia endometrial no atípica también pueden tratarse con MPA Los médicos ginecoobstetras que realizan histerectomía por
cíclica en dosis bajas o un régimen continuo de 2.5 mg al día. Sin hiperplasia endometrial atípica deben estar muy conscientes ante la
embargo, en mujeres mayores es muy importante tener la con- posibilidad de enfermedad invasora y la necesidad de estadificación
fianza de que se obtuvo una muestra adecuada para descartar la quirúrgica. Cuando menos se deben realizar lavados peritoneales
atipia citológica. La dilatación con legrado está indicada en algunas antes de llevar a cabo la histerectomía. Además, el útero se abre y
circunstancias. Por ejemplo, a veces el volumen de tejido obtenido examina en el quirófano y se puede obtener un corte congelado.
en el muestreo de biopsia es pequeño, o los síntomas hemorrágicos Cualquier sospecha de invasión miometrial es indicación suficiente
son más intensos de lo esperado. para solicitar una interconsulta transoperatoria con un ginecólogo-
En la práctica, a menudo se sigue sin tratamiento a las pacientes oncólogo.
posmenopáusicas con hiperplasia simple. La hiperplasia compleja
sin atipia se trata por lo general con progestágenos por un tiempo
prolongado y cada año se realiza una biopsia endometrial de con- CÁNCER ENDOMETRIAL
sultorio.
■ Patogenia
Respuesta de la hiperplasia endometrial no atípica a las El cáncer endometrial es un grupo de neoplasias con diversidad
progestinas. Los índices de regresión general clínica y patológica biológica e histológica que se caracteriza por un modelo dualista
luego del tratamiento con progestina rebasan 90% para hiperplasia de patogenia. Los adenocarcinomas endometrioides de tipo I com-
endometrial no atípica (Rattanachaiyanont, 2005). Las pacientes prenden 75% de todos los casos. Dependen del estrógeno, son de
con enfermedad persistente, observada en la nueva biopsia, deben grado bajo y provienen de la hiperplasia endometrial atípica. En
cambiar a un régimen con dosis más alta, como MPA 40 a 100 mg cambio, los cánceres tipo II casi siempre tienen rasgos histológi-
por vía oral al día, o acetato de megestrol, 160 mg al día. En este cos serosos o de células claras, no existe lesión precursora y tienen
CAPÍTULO 33
Estrógeno sin oposición Presente Ausente
Estado menopáusico Premenopáusico y perimenopáusico Posmenopáusico
Hiperplasia Presente Ausente
Raza Blanca Negra
Grado (malignidad) Bajo Alto
Invasión miometrial Mínima Profunda
Subtipos específicos Endometrioide Seroso, células claras
Comportamiento Estable Agresivo
Con autorización de Kurman, 1994.
una evolución clínica más agresiva (cuadro 33-3). Las diferencias confirmó el beneficio de tal estrategia con el reporte de una reduc-
morfológicas y clínicas van en paralelo con las genéticas, ya que los ción de 100% en el riesgo. En general, también debe practicarse la
tumores tipos I y II tienen mutaciones de grupos independientes salpingooforectomía bilateral por el riesgo de 10 a 12% de cáncer
de genes (Bansal, 2006; Hecht, 2006). ovárico en algún momento de la vida en estas mujeres.
Es obvio que las dos vías de patogenia del cáncer endometrial
tienen una superposición significativa y producen un espectro de
características histológicas. Sin embargo, esta visión dualista tiene
■ Diagnóstico
implicaciones terapéuticas para las estrategias novedosas de trata- Signos y síntomas
miento que se enfocan en la enfermedad de alto riesgo (Cerezo, El diagnóstico precoz depende casi por completo de la identifica-
2006). ción temprana y valoración de la hemorragia vaginal irregular. En
mujeres premenopáusicas, el médico debe mantener un alto índice
de sospecha ante un antecedente de menstruación prolongada y
■ Prevención abundante o manchado intermenstrual, ya que muchos otros
Detección trastornos benignos producen síntomas similares (cuadro 8-2,
En la actualidad, no hay sitio para la detección habitual de cáncer pág. 225). La hemorragia posmenopáusica es muy preocupante,
endometrial en mujeres con riesgo intermedio o alto. En su lugar, conlleva una probabilidad de 5 a 10% de diagnosticar carcinoma
al inicio de la menopausia debe informarse a las mujeres sobre los endometrial (Gredmark, 1995; Iatrakis, 1997). La secreción vagi-
riesgos y síntomas del cáncer endometrial. Se les debe hacer fuertes nal anormal puede ser otro síntoma en mujeres mayores.
recomendaciones para que reporten a su médico cualquier hemo- Por desgracia, algunas pacientes no buscan atención médica a
rragia inesperada o manchado (American College of Obstetricians pesar de meses o años de hemorragia irregular e intensa. En la
and Gynecologists, 2006; Smith, 2011). enfermedad más avanzada, la presión y dolor pélvico reflejan el
Sin embargo, la detección anual mediante muestreo endome- crecimiento uterino o la diseminación extrauterina del tumor. Las
trial debe iniciar a los 35 años de edad en pacientes con riesgo de pacientes con tumores serosos o de células claras a menudo presen-
cáncer endometrial provocado por HNPCC (Burke, 1997; Smith, tan signos y síntomas sugestivos de cáncer ovárico epitelial avan-
2011). Los criterios para detectar a las portadoras posibles de la zado (cap. 35, pág. 860).
mutación de este síndrome son: cáncer colorrectal u otro cáncer
asociado al síndrome de Lynch en tres familiares en primer grado Prueba de Papanicolaou
que ocurre cuando menos en dos generaciones sucesivas y en una Históricamente, el frotis de Papanicolaou no ha sido una herra-
persona menor de 50 años de edad. Los cánceres del síndrome de mienta sensible para diagnosticar cáncer endometrial, y 50% de las
Lynch comprenden al de colon, endometrio, intestino delgado, mujeres con esta neoplasia tiene resultados normales (Gu, 2001).
pelvis renal, uréter y ovario, entre otros (Vasen, 1999). La referen- Al parecer la citología con base líquida aumenta la detección de
cia para asesoría genética permite aclarar el riesgo a fin de conocer a anomalías glandulares, pero no lo suficiente como para desviar la
las pacientes que se beneficiarían con pruebas específicas de la línea práctica médica (Guidos, 2000; Schorge, 2002).
germinal (Balmana, 2006; Chen, 2006). Como el cáncer endo- En mujeres de 40 o más años de edad, en ocasiones se regis-
metrial es el “cáncer centinela” más frecuente, los ginecoobstetras tran células endometriales benignas en un frotis de Papanicolaou
tienen una función fundamental en la identificación de mujeres sistemático. En premenopáusicas, a menudo este es un hallazgo
con HNPCC (Lu, 2005). de poca importancia, sobre todo si el frotis se realiza después de la
menstruación. Sin embargo, las posmenopáusicas con tales datos
Cirugía profiláctica tienen un riesgo de 3 a 5% de cáncer endometrial (Simsir, 2005).
La histerectomía profiláctica es una alternativa por el riesgo alto En aquellas con tratamiento de sustitución hormonal, la prevalen-
que tienen las mujeres con HNPCC de desarrollar cáncer endo- cia de las células endometriales benignas en los frotis es mayor y el
metrial en algún momento de su vida (40 a 60%). En una cohorte riesgo de malignidad es inferior (1 a 2%) (Mount, 2002). Aunque
de 315 portadoras de la mutación para HNPCC, Schmeler (2006) la biopsia endometrial debe considerarse en mujeres posmenopáu-
sicas asintomáticas si se reporta este dato, al final la mayoría de zado o un subtipo seroso para ayudar a vigilar la respuesta al tra-
las pacientes con hiperplasia o cáncer tiene hemorragia anormal tamiento o durante la vigilancia ulterior. Sin embargo, incluso en
concomitante (Ashfaq, 2001). estas circunstancias, su utilidad en ausencia de otros datos clínicos
Por el contrario, las células glandulares atípicas que se observan es limitada (Price, 1998).
SECCIÓN 4
A B
FIGURA 33-5. Imágenes de CT en un plano axil de una mujer de 61 años de edad con cáncer endometrial. A. Crecimiento masivo y homogéneo
del útero (flechas) en la parte superior de la pelvis. B. A nivel de la bifurcación aórtica se observan ganglios linfáticos hipertróficos bilaterales
(flechas) que concuerdan con metástasis. (Imágenes proporcionadas por la Dra. Diane Twicler.)
cáncer más avanzado que el que se pronostica por medio de los CUADRO 33-5. Criterios histopatológicos
factores preoperatorios. Además, la valoración transoperatoria de para valorar el grado
la profundidad de la invasión es menos exacta de lo que se pensaba
Grado Definición
CAPÍTULO 33
(Frumovitz, 2004a; Leitao 2008).
Después de la operación, debe consultarse a un ginecólogo 1 ≤5% de un patrón de crecimiento sólido no
oncólogo cuando haya evidencia de extensión cervicouterina, epidermoide o no morular
enfermedad extrauterina o lavados peritoneales positivos. En 2 6-50% de un patrón de crecimiento sólido no
muchos casos, las pacientes en etapa temprana tratadas sólo con epidermoide o no morular
cirugía regresan con su ginecoobstetra general para la vigilancia. 3 >50% de un patrón de crecimiento sólido no
También se recomienda la consulta si se diagnostica o sospecha epidermoide o no morular
enfermedad recurrente. Con autorización de Pecorelli, 1999.
Cuando se diagnostica cáncer endometrial en forma inesperada
después de una histerectomía que practicó un ginecólogo por otras
indicaciones, debe consultarse al ginecólogo oncólogo. Las posibi-
lidades terapéuticas incluyen sólo vigilancia y ningún tratamiento Grado histológico
adicional; segunda operación para completar la estadificación qui- El sistema de graduación más usual para carcinoma endometrial
rúrgica, o radioterapia para prevenir la recurrencia local. En gene- es el sistema de tres jerarquías de la International Federation of
ral, las ventajas de la estadificación para la supervivencia deben Gynecology and Obstetrics (FIGO) (cuadro 33-5). Las lesiones
sopesarse contra las complicaciones de otro procedimiento quirúr- grado 1 casi siempre son indolentes con tendencia mínima a dise-
gico (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2005). minarse fuera del útero o recurrir. Los tumores de grado 2 tienen
Por fortuna, el advenimiento de la estadificación laparoscópica y un pronóstico intermedio. Los cánceres de grado 3 tienen mayor
robótica tiene como resultado una menor morbilidad en ciertos probabilidad de invasión miometrial y metástasis ganglionar.
casos (Spirtos, 2005). El grado histológico debe determinarse sobre todo mediante
estudio microscópico con base en el patrón de crecimiento arqui-
tectónico del tumor (Zaino, 1994). Sin embargo, hay unas cuantas
■ Patología excepciones y el método óptimo para determinar el grado es un
Existe un amplio espectro de agresividad en los tipos histológicos poco controversial. La atipia nuclear con un avance inapropiado
del cáncer endometrial (cuadro 33-4). La mayoría de las pacientes con respecto al grado arquitectónico eleva un grado a un tumor de
tiene adenocarcinoma endometrioide que se comporta en forma grado 1 o 2. Por ejemplo, una lesión grado 2 con base en las carac-
indolente. Sin embargo, algunas tienen un tipo histológico des- terísticas arquitectónicas puede aumentar a grado 3 si existe atipia
favorable que implica un tumor mucho más agresivo. Además, el nuclear significativa. En un estudio del GOG en que se revisaron
grado de diferenciación tumoral es un factor pronóstico impor- 715 adenocarcinomas endometrioides (protocolo #33) se mostró
tante de diseminación neoplásica. Los tumores que se forman des- que dicha modificación tiene utilidad pronóstica (Zaino, 1995).
pués de la radiación pélvica difieren de los cánceres endometriales Con base en el sistema de la FIGO, la clasificación nuclear tam-
esporádicos, ya que tienen preponderancia de etapa avanzada, alta bién se utiliza para los adenocarcinomas serosos y de células claras
malignidad y subtipos histológicos de riesgo alto (Pothuri, 2003). (Pecorelli, 1999).
Para el tratamiento eficaz de mujeres con cáncer endometrial es En un esfuerzo por mejorar la reproducibilidad y la importan-
necesaria la comprensión de las características clínicas interrelacio- cia pronóstica del sistema FIGO, recientemente se propuso un sis-
nadas. tema binario de graduación arquitectónica (Lax, 2000; Scholten,
2004). La sencillez de dividir los tumores en lesiones de baja y
alta malignidad según la proporción de crecimiento sólido (≤50%
o >50%, respectivamente) es atractiva y parece tener valor. Sin
CUADRO 33-4. Clasificación histológica de la Organización embargo, este abordaje no tiene aún una difusión amplia en la
Mundial de la Salud para carcinoma práctica clínica.
endometrial
Tipo histológico
Adenocarcinoma endometrioide Adenocarcinoma endometrioide. El tipo histológico más fre-
Variante con diferenciación epidermoide cuente de cáncer endometrial es el adenocarcinoma endometrioide,
Variante velloglandular representa más de 75% de los casos. La característica de este tumor
Variante secretora
es que contiene glándulas que se parecen a las del endometrio nor-
Variante de células ciliadas
mal (fig. 33-6). La presencia concomitante de endometrio hiper-
Carcinoma mucinoso
Carcinoma seroso plásico se correlaciona con un tumor de baja malignidad y la falta
Carcinoma de células claras de invasión miometrial. Sin embargo, cuando el componente glan-
Carcinoma de células mixtas dular disminuye y se sustituye por nidos sólidos y hojas de células,
Carcinoma epidermoide el tumor se clasifica como de alta malignidad (Silverberg, 2003).
Carcinoma de células pequeñas Asimismo, un endometrio atrófico se relaciona más a menudo con
Carcinoma indiferenciado lesiones de alta malignidad que con frecuencia son metastásicas
Otros (Kurman, 1994).
Además de la apariencia característica descrita, los adenocarci-
Con autorización de Silverberg, 2003.
nomas endometrioides pueden presentar variantes. Éstas incluyen
A B
FIGURA 33-6. Adenocarcinoma endometrioide. A. Fotografía de un útero con adenocarcinoma endometrioide. El tumor se observa dentro de la
cavidad endometrial y además invade las paredes miometriales. B. Microfotografía de un adenocarcinoma endometrioide. Estos tumores están
formados por glándulas neoplásicas que simulan las del endometrio sano. Las células constan de epitelio cilíndrico alto con atipia nuclear leve o
moderada. Forman glándulas apiladas en forma anormal o “espalda con espalda”. Frecuentemente también se observan estructuras cribiformes,
con confluencia glandular y elementos vellosos. En estas formas arquitectónicas, con la desaparición concomitante del estroma intermedio, que
distingue al adenocarcinoma endometrioide bien diferenciado de la hiperplasia compleja. Los adenocarcinomas endometrioides más diferenciados
como este ejemplo, están formados exclusivamente por estructuras glandulares. En los tumores menos diferenciados, las células forman hojas
sólidas que comprenden diversas proporciones del tumor. (Fotografía proporcionada por el Dr. Kelley Carrick.)
adenocarcinoma endometrioide con diferenciación epidermoide 2001). Por lo general existe un patrón complejo de crecimiento
y variantes velloglandular, secretora y de células ciliadas (cuadro papilar con células que presentan atipia nuclear marcada (fig.
33-4 y fig. 33-7). En general, el comportamiento biológico de 33-8). A menudo denominado carcinoma seroso papilar uterino
estas variantes tumorales refleja el del adenocarcinoma endometrial (UPSC), su apariencia histológica es similar a la del cáncer ová-
clásico. rico y en 30% de las pacientes se encuentran cuerpos de psamoma
(Silverberg, 2003).
Carcinoma seroso. Representa cerca de 5 a 10% de los cánce- A simple vista, el tumor es exofítico, con apariencia papilar y
res endometriales; tipifica a los tumores tipo II muy agresivos que surge de un útero pequeño y atrófico (fig. 33-8). En ocasiones,
surgen del endometrio atrófico de las mujeres mayores (Jordan, dichos tumores se confinan dentro de un pólipo y no hay eviden-
cia de diseminación (Carcangiu, 1992). Sin embargo, el UPSC
tiene una propensión conocida a la invasión miometrial y linfática.
La diseminación intraperitoneal, como la condensación epiploica,
inusual con el adenocarcinoma endometrioide típico, también es
frecuente, incluso cuando la invasión miometrial es mínima o nula
(fig. 33-9) (Sherman, 1992). Como resultado, a veces es imposible
distinguir el UPSC del cáncer ovárico epitelial durante la opera-
ción. Estos tumores, igual que el carcinoma ovárico, casi siempre
secretan CA-125 y las cuantificaciones en serie representan un
marcador útil para vigilar la evolución después de la intervención
quirúrgica.
El carcinoma seroso papilar uterino es de un tipo celular agre-
sivo; las mujeres con cánceres endometriales mixtos que contienen
tan sólo 25% de UPSC tienen la misma supervivencia que aquellas
con carcinoma seroso puro (Ellenson, 2011b).
CAPÍTULO 33
les tiene apariencia mucinosa que comprende más de la mitad
del tumor. Sin embargo, muchos adenocarcinomas endometrioi-
des tienen un componente focal (Ross, 1983). Por lo general, los
tumores mucinosos tienen un patrón glandular con células cilín-
dricas uniformes y estratificación mínima (fig. 33-11). Casi todas
son lesiones en etapa I y grado 1 con buen pronóstico (Melhem,
1987). Como el epitelio endocervical se une con el segmento ute-
rino inferior, el principal dilema diagnóstico es diferenciar este
A tumor de un adenocarcinoma cervicouterino primario. La inmu-
notinción es útil en ocasiones, pero muchas veces se necesita una
resonancia magnética para esclarecer la ubicación más probable del
origen. Para definir la anatomía, la resonancia magnética ofrece
una mejor resolución a interfases de tejidos blandos.
Patrones de diseminación
Los cánceres endometriales tienen varias formas potenciales para
diseminarse fuera del útero (Morrow, 1991). Los tumores endome-
trioides tipo I y sus variantes se diseminan, por orden de frecuencia,
C por: 1) extensión directa; 2) metástasis linfática; 3) diseminación
hematógena, y 4) exfoliación intraperitoneal. Los carcinomas tipo
FIGURA 33-8. Carcinoma seroso papilar uterino. A. Fotografía de II serosos y de células claras tienen una propensión particular a
una muestra de útero. (Fotografía proporcionada por la Dra. Raheela la diseminación extrauterina con un patrón muy parecido al del
Ashfaq.) B. Microfotografías de un carcinoma seroso papilar uterino.
Este cáncer es un adenocarcinoma de alto grado con un aspecto mor- cáncer ovárico epitelial. En general, los diversos patrones de dise-
fológico similar al de su contraparte más frecuente en el ovario o la minación se interrelacionan y a menudo ocurren en forma simul-
salpinge. El tumor se caracteriza por una arquitectura papilar. Algunas tánea.
veces exhibe cuerpos de psammoma, que son calcificaciones lami- La invasión del estroma endometrial y la expansión exofítica dentro
nares concéntricas (flechas). C. Las células son redondas, frente a las de la cavidad uterina ocurren después del crecimiento inicial de un
cilíndricas. Tienen características nucleares malignas, incluidos núcleos
relativamente grandes y pleomórficos, nucléolos prominentes y a cáncer temprano. Con el tiempo, el tumor invade al miometrio y al
menudo mitosis anormales. También son frecuentes los tumores mul- final puede perforar la serosa (cuadro 33-6). Los tumores situados
tinucleados. (Microfotografías proporcionadas por el Dr. Kelley Carrick.) en el segmento uterino inferior tienden a afectar pronto al cue-
A B
FIGURA 33-9. Imágenes por CT de metástasis hepáticas, ascitis y condensación epiploica en una mujer de 51 años de edad con cáncer endome-
trial. A. Las flechas negras delimitan las múltiples áreas de baja densidad en el hígado, consistentes con un proceso metastásico y ascitis (flechas
blancas curvas) alrededor del hígado. B. Una imagen más caudal revela la condensación epiploica (flechas blancas) rodeada de ascitis masiva
(flechas blancas curvas). (Por cortesía de la Dra. Diane Twickler.)
llo uterino, mientras que aquellos en la parte superior del cuerpo metástasis en cualquier grupo ganglionar individual o en combina-
comúnmente se extienden a las trompas de Falopio o la serosa. El ciones de grupos (Burke, 1996). Este patrón azaroso contrasta con
crecimiento regional avanzado tiene como resultado la invasión el cáncer cervicouterino, en el que la diseminación linfática casi
directa de las estructuras pélvicas adyacentes, incluidos la vejiga, siempre sigue una progresión por pasos desde los grupos ganglio-
el intestino grueso, la vagina y el ligamento ancho. nares pélvicos a los paraaórticos y de ahí al del escaleno.
La invasión de vasos linfáticos con metástasis a las cadenas gan- La diseminación hematógena produce con frecuencia metástasis
glionares pélvicas y paraaórticas puede presentarse después de la a los pulmones y menos a menudo a hígado, cerebro, hueso y otros
penetración tumoral del miometrio (cuadro 33-7). La red linfática sitios. La invasión miometrial profunda es el factor pronóstico más
que drena el útero es compleja y es posible que las pacientes tengan importante de este patrón de diseminación (Mariani, 2001a).
FIGURA 33-10. Adenocarcinoma de células claras de tipo sólido. Este FIGURA 33-11. Microfotografía de un carcinoma mucinoso. El ade-
tumor está formado por células con citoplasma granular eosinofílico nocarcinoma mucinoso del endometrio es un tipo relativamente
o transparente. Las células se disponen formando papilas, hojas o infrecuente de adenocarcinoma endometrial en el que la mayoría de
estructuras tubuloquísticas, o bien alguna combinación de éstas. Una las células del tumor contienen mucina intracitoplasmática. En este
característica frecuente es la presencia de glóbulos hialinos eosinófilos ejemplo, las células del tumor forman hojas y estructuras cribiformes
(flechas). Aquí, las células poseen un citoplasma transparente y mem- y muchas contienen una fina mucina intracitoplasmática azulosa (fle-
branas celulares definidas características de este tumor. Los núcleos cha). Los espacios cribiformes en el tumor contienen mucina azulosa
son moderadamente pleomórficos, con prominencia de los nucléolos. (asterisco) y numerosos neutrófilos. (Fotografía proporcionada por el
(Fotografía proporcionada por el Dr. Kelley Carrick.) Dr. Kelley Carrick.)
CAPÍTULO 33
no se pueden someter a una estadificación quirúrgica sistemática
Grado por otras enfermedades concomitantes es la histerectomía vaginal
con o sin BSO (American College of Obstetricians and Gynecologists,
Invasión miometrial 1 2 3 2005). La técnica habitual era la laparatomía, pero cada vez se uti-
Ninguna 29% 11% 15%
lizan más las técnicas laparoscópica y robótica para la estadificación
quirúrgica del cáncer endometrial que según la clínica se encuentra
≤50% 51% 59% 46% confinado al útero.
>50% 20% 30% 39% Laparotomía para estadificación. La cirugía empieza con una
incisión abdominal adecuada, casi siempre vertical, pero que se
Modificado con autorización de Creasman, 2006.
realiza según la circunstancia de cada paciente. Al entrar en la cavi-
dad peritoneal se obtienen lavados con 50 a 100 ml de solución
fisiológica estéril haciendo circular el líquido en forma manual y
El transporte transtubario retrógrado de las células cancerosas luego aspirándolo para su evaluación citológica. La recuperación
endometriales exfoliadas es un mecanismo por el cual dichas célu- de líquido de ascitis es una alternativa perfecta, pero pocas veces
las llegan a la cavidad peritoneal. La perforación tumoral de la hay ascitis. A continuación se realiza una exploración intraabdo-
serosa es otra vía posible. La mayor parte de las células del cán- minal y pélvica minuciosa, con resección o biopsia de las lesiones
cer endometrial que se encuentran en la cavidad peritoneal des- sospechosas.
aparecen en poco tiempo y tienen bajo potencial maligno (Hirai, Tales procedimientos preliminares van seguidos de histerecto-
2001). Otra posibilidad es que en presencia de otros factores de mía y BSO. El útero se abre lejos de la mesa quirúrgica, la pro-
alto riesgo, como metástasis en los anexos o rasgos histológicos fundidad de penetración miometrial puede identificarse mediante
serosos, se produzca enfermedad intraabdominal diseminada. examen macroscópico transoperatorio o corte congelado micros-
La metástasis en el sitio de entrada es un método potencial pero cópico (Sanjuan, 2006; Vorgias, 2002). Desde el punto de vista
raro de diseminación del cáncer. Martínez et al. (2010) evaluaron histórico, la combinación de una evaluación preoperatoria y la eva-
cerca de 300 procedimientos laparoscópicos para estadificación del luación transoperatoria de la profundidad de la invasión miome-
cáncer endometrial. La metástasis en el sitio de entrada complicó trial eran los dos factores que utilizaba el cirujano para establecer si
a 0.33% de los casos. debía proceder con la disección de los ganglios linfáticos pélvicos y
paraaórticos. Sin embargo, los estudios más recientes han desafiado
este paradigma.
■ Tratamiento Dicha estrategia es inconsistente y muchas veces inadecuada.
Estadificación quirúrgica Es difícil predecir con certeza el grado histológico final con base
Las pacientes con cáncer endometrial se someten a una histerecto- en una biopsia preoperatoria o en un corte congelado transopera-
mía, BSO y estadificación quirúrgica por medio del sistema revi- torio (Eltabbakh, 2005; Leitao, 2008; Papadia, 2009). Además,
sado de la FIGO (cuadro 33-8 y fig. 33-12) (Mutch, 2009). Casi la profundidad de la invasión miocárdica establecida en el qui-
75% de las pacientes se encuentra en estadio I en el momento del rófano a menudo es inexacta (Frumovitz, 2004a,b). Por lo tanto,
diagnóstico (cuadro 33-9). Existen muy pocas circunstancias que el American College of Obstetricians and Gynecologists (2005) reco-
contraindican la cirugía primaria y éstas comprenden el deseo de mienda la estadificación quirúrgica completa con linfadenectomía
conservar la fertilidad, la obesidad mórbida, el riesgo quirúrgico pélvica y paraaórtica en toda mujer con cáncer endometrial. Sin
elevado y un cáncer que no se puede resecar. En general, basta embargo, la estadificación de los ganglios en todos los casos de
con una histerectomía extrafacial, también conocida como tipo cáncer endometrial es controversial (Miller, 2006). En dos estudios
I o simple. Sin embargo, en las pacientes con extensión cervical clínicos recientes no se demostró mejoría alguna de la superviven-
evidente del cáncer endometrial, se prefiere recurrir a una histerec- cia global o sin cáncer después de la linfadenectomía en el cán-
CUADRO 33-7. Correlación del grado y profundidad histológica de invasión miometrial con el riesgo
de metástasis ganglionares
Invasión miometrial G1 G2 G3 G1 G2 G3
II El tumor invade el estroma cervical, pero no se extiende más allá del úterob
FIGURA 33-12. Estadificación del cáncer endometrial según la FIGO (International Estadificación laparoscópica. Un método al-
Federation of Gynecology and Obstetrics). ternativo para la estadificación quirúrgica combina
CAPÍTULO 33
Etapa FIGO Porcentaje
La mayoría de las pacientes sometidas a cirugía se vigila sencilla-
I 73 mente por medio de una exploración pélvica cada tres o cuatro
II 11 meses durante los primeros dos años y dos veces al año durante
los siguientes tres años antes de volver a sus consultas anuales
III 13 (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2005; National
Comprehensive Cancer Network, 2010). No es indispensable hacer
IV 3
citologías vaginales puesto que éstas identifican recurrencias vagi-
FIGO, International Federation of Gynecology and Obstetrics. nales asintomáticas en menos de 1% de las pacientes y no resultan
Con autorización de Creasman, 2006. rentables (Bristow, 2006a; Cooper, 2006).
Las mujeres con enfermedad más avanzada que necesitan radia-
ción, quimioterapia posoperatoria o ambas, ameritan una vigilan-
cia más intensiva. Las cuantificaciones de CA-125 en suero pueden
un acceso laparoscópico con histerectomía y linfadenectomía. En ser valiosas, sobre todo para UPSC. A veces también están indi-
general, este abordaje es más adecuado para un grupo selecto de cados los estudios intermitentes de imágenes con CT o MR. En
mujeres con enfermedad en etapa I clínica. El GOG y otras publi- general, el patrón de la enfermedad recurrente depende de los sitios
caciones previas han descrito la posibilidad de realizar la estadifica- originales de metástasis y del tratamiento recibido.
ción laparoscópica de los cánceres ginecológicos (Childers, 1994;
Spirtos, 2005). Estos estudios dieron como resultado el GOG Quimioterapia
LAP2, que fue el primer estudio clínico multicéntrico y aleatori- Hasta la fecha sólo se han identificado tres citotóxicos con acción
zado de laparoscopia para el cáncer ginecológico. En este estudio definitiva: doxorrubicina, cisplatino y paclitaxel (Barrena Medel,
se comparó la cirugía convencional con la histerectomía abdominal 2009). Otros fármacos como 5-fluorouracilo, vincristina, ifosfa-
total, BSO y disección de ganglios linfáticos pélvicos y paraaórticos mida e ixabepilona tienen actividad potencial según la información
frente a la disección laparoscópica de ganglios pélvicos y paraaór- obtenida (Miller, 2009a). El paclitaxel (Taxol), la doxorrubicina
ticos, BSO e histerectomía vaginal o histerectomía laparoscópica (Adriamicina) y el cisplatino (TAP) constituyen el tratamiento de
total para el carcinoma endometrial en estadios clínicos I y IIA. elección para el cáncer endometrial avanzado después de la cirugía.
La laparoscopia se realizó sin conversión en 74% de las pacientes En un estudio clínico GOG de fase III, aleatorizado de 273 muje-
sometidas a esta técnica en forma aleatoria. Una ventaja, frente res (protocolo #177), la administración de siete regímenes de TAP
a las que se sometieron a una laparotomía, fue que las pacientes resultó ser superior a la doxorrubicina con cisplatino (AP), pero
sometidas a una laparoscopia tuvieron un índice similar de lesiones los efectos secundarios fueron mayores, principalmente neuropa-
transoperatorias (9% frente a 8%), menos complicaciones mode- tía periférica (Fleming, 2004). Una alternativa con menos efectos
radas o graves (14% frente a 21%), una estancia hospitalaria más secundarios que TAP, es la combinación de paclitaxel y carbopla-
corta (mediana de 3 frente a 4 días) y una mejor calidad de vida tino. Se utiliza de manera sistemática para el cáncer ovárico y ade-
a las seis semanas del posoperatorio. Sin embargo, la estadifica- más ha demostrado su eficacia en el cáncer endometrial avanzado
ción laparoscópica demostró un tiempo quirúrgico más prolon- y constituye el estándar extrahospitalario (Hoskins, 2001; Sovak,
gado (Kornblith, 2009; Walker, 2009). El éxito a largo plazo no 2006, 2007). En un estudio clínico del GOG en el que se comparó
es menor con la estadificación laparoscópica y el índice de supervi- TAP con carboplatino y paclitaxel, protocolo #209, ya se comple-
vencia y recurrencia en las primeras publicaciones es similar al de tó la acumulación y se está esperando su análisis (King, 2009).
la técnica abdominal tradicional (Ghezzi, 2010; Magrina, 1999; En la práctica, la quimioterapia con citotóxicos a menudo se
Zullo, 2009). combina, se utiliza en forma secuencial o se combina con radio-
Muchos ginecólogos oncólogos utilizan la estadificación lapa- terapia en las pacientes con cáncer endometrial avanzado después
roscópica robótica del cáncer endometrial para evitar los retos téc- de la cirugía. Para reducir los efectos secundarios, por lo general se
nicos de la cirugía mínimamente invasora en las pacientes obesas. utiliza radioterapia pélvica o paraaórtica dirigida en lugar de radio-
Al parecer es posible y segura (Hoekstra, 2009). Frente a la técnica terapia abdominal total (Homesley, 2009; Miller, 2009b).
laparoscópica para la estadificación del cáncer endometrial, tanto
el índice de complicaciones mayores como el promedio de ganglios Radioterapia
linfáticos extraídos, son similares. Sin embargo, la técnica robótica Tratamiento primario. La radioterapia primaria es una opción
provoca menos hemorragia (Cardenas-Goicoechea, 2010; Seamon, únicamente en los casos raros en los que la paciente es una can-
2009). didata quirúrgica excepcionalmente mala. El método típico es la
Como se describe en la Sección 44-3 (pág. 1267), no todas las braquiterapia intracavitaria como las cápsulas de Heyman con o
mujeres son candidatas para una cirugía mínimamente invasora. sin radioterapia pélvica con rayos externos (cap. 28, pág. 721). En
En primer lugar, el cáncer extenso y adherido prolonga el tiempo general, la supervivencia es del 10 a 15% (Chao, 1996; Fishman,
quirúrgico y obstruye la visibilidad. Además, en aquellas con un 1996).
útero voluminoso, ni la manipulación uterina ni la visibilidad son Estos pobres resultados sugieren que se deben realizar una eva-
adecuadas. Sin embargo, en los casos de cáncer es importante evitar luación prequirúrgica cuidadosa y una consulta apropiada antes
la morcelación. Por último, como se describe en el capítulo 42 de limitar a cualquier mujer los beneficios de la histerectomía
(pág. 1095), las pacientes con problemas cardiopulmonares impor- (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2005).
rio. Tradicionalmente, las pacientes en estas circunstancias reciben con un riesgo quirúrgico excesivo. Esta podría ser la única opción
radioterapia, en especial cuando el volumen de tejido con riesgo paliativa disponible en unas cuantas circunstancias excepcionales.
podría ser contenido dentro del campo de la radioterapia. En su En otras situaciones poco frecuentes con adenocarcinoma grado 1
lugar, se puede ofrecer hormonoterapia o quimioterapia. Los estu- en etapa I clínica, en una paciente que no es elegible para cirugía,
dios clínicos más recientes sugieren que estos métodos mejoran puede ser útil un dispositivo intrauterino con progestágenos. En
agregando o sustituyendo con quimioterapia (Miller, 2009b). general, tal estrategia debe utilizarse con mucha precaución (Dhar,
El uso de radiación posoperatoria en mujeres con enfermedad 2005; Montz, 2002).
en etapa I es muy controversial por el bajo índice de recaída y la
escasez de datos de estudios con asignación al azar. A la mayoría Tratamiento hormonal adyuvante. Las progestinas como
de las mujeres con enfermedad en etapa I y riesgo quirúrgico bajo fármaco individual tienen actividad en mujeres con enfermedad
se les puede aconsejar que la radioterapia posoperatoria disminuye avanzada (Lentz, 1996; Thigpen, 1999). El tamoxifeno modula
el riesgo de recurrencia en la vagina y pelvis. Sin embargo, es nece- la expresión del receptor de progesterona y supuestamente mejora
sario sopesar el costo y los efectos secundarios con la evidencia la eficacia del tratamiento con progestágenos. En la clínica se han
que no demuestra una supervivencia más prolongada ni un menor observado índices de respuesta elevados con tamoxifeno como
número de metástasis a distancia. La radioterapia durante las pri- adjunto a la progestina (Fiorica, 2004; Whitney, 2004). En gene-
meras fases de la enfermedad ha sido analizada en tres estudios ral, la toxicidad es muy baja, pero esta combinación se usa más a
clínicos importantes, en todos los cuales se demostró que la radio- menudo para la enfermedad recurrente.
terapia complementaria mejora la contención local de la enferme-
dad y el índice de supervivencia sin cáncer pero no disminuye el Tratamiento de sustitución hormonal. Por la supuesta parti-
índice de metástasis a distancia ni mejora la supervivencia global a cipación del exceso de estrógeno en el desarrollo de cáncer endo-
cinco años (Aalders, 1980; Creutzberg, 2001, 2004; Keys, 2004). metrial, ha existido una gran preocupación histórica de que el uso
El estudio clínico del Gynecologic Oncology Group (GOG) observó de estrógenos en mujeres con cáncer endometrial conocido incre-
que la reducción en el riesgo de recurrencia es mucho más evidente menta el riesgo de recurrencia o muerte. Sin embargo, este efecto
en un subgrupo de mujeres con riesgo elevado —intermedio— y no se ha observado (Suriano, 2001). El GOG intentó identificar el
con tres factores de riesgo (tumores grado 2 o 3, invasión linfo- efecto del tratamiento de sustitución estrogénica mediante la asig-
vascular e invasión del tercio externo del miometrio); y en aquellas nación al azar de 1 236 mujeres que se habían sometido a interven-
≥50 años de edad con dos de estos factores de riesgo; y en aque- ción quirúrgica por cáncer endometrial en etapa I o II para recibir
llas ≥70 años con un factor de riesgo (Keys, 2004). Estos factores estrógeno o placebo. Aunque el estudio no cumplió las metas de
de riesgo se han tomado en consideración tanto en el tratamiento reclutamiento, el índice de recurrencia (2%) bajo fue alentador
médico como en el diseño de estudios clínicos más contemporá- (Barakat, 2006). En vista de los riesgos potenciales y la falta de una
neos de cáncer endometrial. seguridad comprobada, es importante asesorar a las mujeres antes
La eficacia de la radioterapia posoperatoria es aún más difícil de de empezar el régimen a base de estrógenos posoperatorios para los
aclarar entre mujeres con adenocarcinoma endometrial en etapa síntomas de menopausia.
II quirúrgica. La mayor parte de los datos deriva de experiencias
retrospectivas en una sola institución y hay evidencia que apoya la Tratamiento del carcinoma seroso papilar uterino
radiación pélvica externa, la braquiterapia vaginal, ambas o ningún Es el tipo más agresivo de carcinoma endometrial y es raro, por lo
tratamiento adicional (Ayhan, 2004; Calvin, 1999; Cannon, 2009; que es difícil realizar estudios con asignación al azar. Como resul-
Rittenberg, 2005). En la actualidad no hay una estrategia estándar tado, la mayoría de los datos proviene de análisis retrospectivos de
y la mayoría de las pacientes se trata en forma individualizada con instituciones individuales. Por lo general, el tratamiento es perso-
base en el análisis de los factores de riesgo coexistentes (Feltmate, nalizado, aunque a menudo muy diferente al del adenocarcinoma
1999). endometrioide típico.
En la mayoría de las mujeres con cáncer de endometrio en Cuando la biopsia preoperatoria exhibe características serosas,
estadio III está indicado instituir quimioterapia y/o radioterapia se recomienda una estadificación quirúrgica completa para UPSC.
posoperatoria con rayos externos dirigidos hacia el tumor (Barrena- Ésta comprende a la histerectomía abdominal total, BSO, lavados
Medel, 2009; Homesley, 2009). Por lo general la radioterapia se peritoneales, disección de ganglios linfáticos pélvicos/paraaórticos,
dirige específicamente hacia el cáncer pélvico, pero algunas veces omentectomía infracólica y biopsias peritoneales (Chan, 2003).
se extiende para incluir la región paraaórtica cuando se detectan Incluso la enfermedad no invasora a menudo produce metástasis
metástasis. importantes (Gehrig, 2001). Por fortuna, las pacientes tienen buen
Muy pocos pacientes con cáncer en estadio IV son candidatos pronóstico si la estadificación quirúrgica confirma que la enferme-
para recibir radioterapia con intención curativa. Algunos tumo- dad está confinada al útero (etapas I-II) (Grice, 1998).
res circunscritos en estadio IVA son la excepción. En el cáncer en En ocasiones, no hay UPSC residual evidente en la pieza de
estadio IV, las metástasis intraperitoneales por lo general yacen por histerectomía o el tumor produce compromiso mínimo de la punta
fuera del campo tolerado de radioterapia. de un pólipo. En estas mujeres con etapa quirúrgica IA es segura
Por consiguiente, casi nunca se prefiere radiación abdominal la observación. Sin embargo, todas las demás pacientes con enfer-
total a la quimioterapia (Randall, 2006). Como resultado, la radio- medad en etapa I deben considerarse para tratamiento adyuvante.
terapia casi siempre es paliativa en estas pacientes (Goff, 1994). Una estrategia eficaz para las mujeres en etapa I es el tratamiento
CAPÍTULO 33
seca a la radiación en los tumores UPSC (Martin, 2005). Además, Etapa quirúrgica avanzada
con base en la revisión retrospectiva más grande publicada de Edad avanzada
pacientes en etapa I, Huh et al. (2003) cuestionaron el beneficio Tipo histológico: UPSC o adenocarcinoma de células claras
de cualquier radioterapia. Grado tumoral avanzado
Las mujeres con UPSC en estadio II tienen más probabilidades Presencia de invasión miometrial
de obtener beneficios con la radioterapia pélvica con o sin quimio- Presencia de invasión del espacio vascular linfático
Citología peritoneal positiva para células cancerosas
terapia después de la cirugía. Las que padecen cáncer en estadio III
Tumor de gran tamaño
exhiben cierta predisposición a las recurrencias a distancia. Por lo
Niveles altos de expresión tumoral de ER y PR
tanto, se debe considerar la posibilidad de administrar paclitaxel y
carboplatino además de radioterapia dirigida hacia el tumor des- ER, receptor para estrógeno; PR, receptor para progesterona;
pués de la cirugía (Bristow, 2001a; Slomovitz, 2003). UPSC, carcinoma seroso papilar uterino.
En la práctica, muchas pacientes tienen enfermedad en etapa
IVB. Parece que la citorreducción quirúrgica enérgica es muy
importante porque uno de los factores pronósticos más fuertes
de la supervivencia general es la cantidad de enfermedad residual. No obstante, en algunos casos se necesitan técnicas de repro-
Después de la operación están indicados al menos seis ciclos de ducción asistida para lograr el embarazo. Después del parto, las
quimioterapia con paclitaxel y carboplatino (Barrena-Medel, 2009; pacientes deben vigilarse de nuevo en forma regular para detectar
Bristow, 2001b; Moller, 2004). Otra opción para las pacientes ele- la recurrencia de adenocarcinoma endometrial (Ferrandina, 2005).
gibles es inscribirse a un estudio clínico. En general, deben someterse a histerectomía al finalizar la procrea-
ción o cuando ya no se desee conservar la fertilidad.
Tratamiento para preservar la fertilidad
La hormonoterapia sin histerectomía constituye una opción en las
mujeres jóvenes bien seleccionadas con cáncer endometrial que ■ Factores pronósticos
desean conservar su fertilidad. Para seleccionarlas es importante Muchos factores clínicos y patológicos influyen en la probabilidad
consultar con un endocrinólogo especializado en el aparato repro- de recurrencia del cáncer endometrial y de supervivencia (cuadro
ductor que pueda esclarecer a la paciente la probabilidad de conce- 33-10) (Lurain, 1991; Schink, 1991). De éstos, la etapa quirúrgica
bir. Es importante señalar que muchos de los procesos biológicos FIGO es la variable más importante, porque incorpora muchos
que provocan el cáncer endometrial también contribuyen a reducir de los factores de riesgo más importantes (cuadro 33-11). La
la fertilidad. En general, esta estrategia sólo se utiliza en muje-
res con adenocarcinoma grado 1 (tumores tipo I) y sin evidencia
imagenológica de invasión miometrial. Unas cuantas mujeres con
lesiones grado 2 también son candidatas, pero es recomendable
evaluar su enfermedad por medio de laparoscopia (Morice, 2005). CUADRO 33-11. Índices de supervivencia a cinco años
La finalidad del tratamiento hormonal es invertir la lesión. Sin del cáncer endometrial para cada etapa
embargo, cualquier tipo de tratamiento médico evidentemente quirúrgica (n = 5 562 pacientes)
conlleva un riesgo inherente que la paciente debe aceptar (Yang, Etapa FIGO Supervivencia (%)
2005).
Las progestinas son los fármacos más usuales. El acetato de IA 91
megestrol, 160 mg por vía oral al día, tiene eficacia demostrada.
Una alternativa es la administración de MPA en varias dosis, por IB 88
vía oral o intramuscular (Gotlieb, 2003). Las combinaciones tera-
IC 81
péuticas de progestina con tamoxifeno y agonistas de la hormona
liberadora de gonadotropina (GnRH) se usan con menor frecuen- IIA 77
cia (Wang, 2002). Sin importar el fármaco hormonal, los índi-
ces de recurrencia son altos durante la observación a largo plazo IIB 67
(Gotlieb, 2003; Niwa, 2005).
Las mujeres que reciben tratamiento conservador para respetar IIIA 60
la fertilidad deben vigilarse con cuidado mediante biopsia endo-
IIIB 41
metrial repetida o dilatación y legrado cada tres meses, a fin de
valorar la eficacia terapéutica. Si hay evidencia de persistencia, tal IIIC 32
vez sea necesario cambiar el régimen o aumentar la dosis. Deben
recomendarse la histerectomía y estadificación quirúrgica si no hay IVA 20
recurrencia de la lesión con tratamiento hormonal o si se sospecha
progresión de la enfermedad. IVB 5
El nacimiento de un lactante sano es una expectativa factible
FIGO, International Federation of Gynecology and Obstetrics.
para las mujeres que responden al tratamiento y tienen datos histo- Con autorización de Creasman, 2006.
lógicos normales en la vigilancia mediante muestreo endometrial.
enfermedad metastásica en los anexos, ganglios linfáticos pélvicos American College of Obstetricians and Gynecologists: Tamoxifen and uterine
y paraaórticos y superficies peritoneales se refleja en la etapa de la cancer. Committee opinion No. 336, June 2006
American College of Obstetricians and Gynecologists: The role of transvaginal
International Federation of Gynecology and Obstetrics. ultrasonography in the evaluation of postmenopausal bleeding. Committee
Opinion No. 440, August 2009
SECCIÓN 4